Prince of Persia: The Two Thrones

Dos semanas después de sacar mi platino de Dead Space 2, terminé la trilogía del Príncipe de Persia al sacar el platino de Two Thrones.

Prince of Persia Trilogy

Prince of Persia Trilogy

Dejé pasar un tiempo después de Warrior Within antes de empezar The Two Thrones, porque como dije en mi reseña no me gustó tanto. Por fortuna, todo el mal sabor de boca que me había dejado la segunda entrada de la trilogía es completamente lavado por esta última entrega.

Muchas de las críticas que se le hicieron a Warrior Within se basaban en el hecho de que el príncipe era un personaje completamente distinto (y mucho más desagradable) que el del primer juego. Ubisoft escuchó a sus fans y resolvió la dicotomía de una manera elegante y fabulosa.

Era su hermano gemelo malvado.

Bueno, no exactamente; pero resulta que la exposición a las arenas del tiempo fue lo que desarrolló la personalidad desagradable (y violenta) del príncipe del segundo juego, ocultando al simpático y gentil príncipe del primer juego. En esta segunda parte el príncipe regresa a Babilonia junto con Kaileena (por razones) y la descubre bajo sitio por las fuerzas del malvado visir del primer juego. Kaileena es prontamente secuestrada y luego sacrificada con la daga del tiempo, lo que convierte al visir en un ser superior y termina de liberar la personalidad oscura del príncipe, por lo que el mismo alterna control entre las dos personalidades todo el juego, lo cual está increíble porque ambos príncipes tiene habilidades y poderes diferentes.

Prince of Persia: The Two Thrones

Prince of Persia: The Two Thrones

Este juego es el pináculo de los juegos del Príncipe de Persia, me parece. Es endiabladamente divertido (especialmente con la nueva mecánica del príncipe malévolo), con una historia increíble que ata los cabos de los dos primeros juegos, y encima de todo regresa Farah, la princesa del primer juego, y tienen la decencia de vestirla de manera inteligente y hacerla de nuevo la compañera e igual del príncipe.

Farah

Farah

Me encantó este juego y mucho de ello tiene que ver con lo bien que culmina la historia del príncipe. Me gustó mucho el respeto que le dieron a los personajes; por ejemplo, el príncipe se gana el respaldo de su pueblo cuando ven cómo pelea en contra de los invasores y cómo libera a los ciudadanos. Además, como Farah no recuerda al príncipe (en esta línea temporal nunca se conocieron, porque se destruyeron las arenas del tiempo), él tiene que ligársela de nuevo desde cero, lo cual es hilarante.

Al final (una vez derrotado el visir) el príncipe se enfrenta a su lado malévolo; esto refleja (je) lo que el juego original hacía hace décadas. Pero en este juego la que salva al príncipe es Farah, y lo hace sin violencia. Y cuando por fin termina la aventura, Farah le pregunta quién es él, y el príncipe comienza a relatarle la historia usando el monólogo con el que comienza el primer juego.

Es un final perfecto.

En trofeos la verdad ni siquiera los recuerdo; estaba muy ocupado disfrutando el juego, pero esto probablemente quiere decir que no son muy difíciles.

La trilogía del Príncipe de Persia son tres muy buenos juegos (incluyendo el segundo, en el peor de los casos para poder disfrutar completamente el tercero), y sin duda alguna de mis favoritos. Hay otros dos juegos del príncipe para el PS3, y uno de ellos llegué a jugarlo, pero hablaré de ello luego.

Y probablemente pasarán años antes de que veamos una nueva entrega del príncipe; las razones son fabulosas, y con gusto las relataré en otra entrada.

Dead Space 2

Cinco meses después de sacar los platinos de las primeras dos partes del Príncipe de Persia, saqué el platino de Dead Space 2.

Dead Space 2

Dead Space 2

La primera parte de esta serie me encantó, recorriendo sus corredores claustrofóbicos infestados de necromorfos mientras uno guía al ingeniero Isaac Clark en sus heróicos esfuerzos por mantener al USG Ishimura a flote. Es un extraordinario juego de horror de supervivencia, que además de todo tiene una extraordinaria historia de ciencia ficción.

Dead Space 2 no es un juego de horror de supervivencia; es un juego de acción de balazos… o bueno, no exactamente porque en general Isaac nunca emplea pistolas, únicamente herramientas, pero la idea es la misma. Toda proporción guardada, es más o menos la diferencia entre Alien y Aliens.

Y a mí me encantó porque es un extraordinario juego de acción, que además de todo tiene una extraordinaria historia de ciencia ficción.

Después de haber sido rescatado en su nave de escape, prontamente internan a Isaac en un asilo mental en el Sprawl (fabulosa referencia a la trilogía ídem de William Gibson), una estación espacial que orbita Titán que a su vez orbita Saturno. Técnicamente lo están tratando porque no recuerda los eventos que ocurrieron en el USG Ishimura; más adelante nos enteramos de que están tratando de sacar información de su cerebro relacionada con los alienígenas responsables de la infestación de necromorfos.

Nada más comienza el juego, una nueva infestación se necromorfos comienza en el Sprawl, y una vez más Isaac tiene que tratar de escapar, primero del asilo y luego de la estación espacial que (como era de esperarse) comienza a literalmente caerse a pedazos.

El juego es tonalmente muy distinto del primero; en Dead Space Isaac no dice una sola palabra a lo largo de todo el juego, mientras que en la segunda entrega comienza a hablar casi de inmediato. No hay realmente ese ambiente claustrofóbico como en el Ishimura, ni tampoco tantos sustos; es sólo la angustia de estar siendo perseguido todo el tiempo por un ejército de necromorfos.

Ah, e Isaac se la pasa todo el tiempo viendo y oyendo a su novia muerta, Nicole.

Como en el juego anterior, Isaac encuentra y se mantiene en comunicación con distintos compañeros y/o antagonistas a lo largo del juego; Daina, una mujer que dice querer ayudarlo para que al final resulte que lo traiciona porque es una enviada de la iglesia de la Unitología; Tiedemann, el gobernador de la estación espacial, que básicamente sacrifica a todos los civiles de la misma tratando de salvar el sector gubernamental (Isaac termina infiltrando ese sector, desatándoles a los necromorfos en el proceso); Stross, un demente científico que estaba con él en el asilo; y Ellie, una piloto que sólo trata de salir de ahí con vida.

Qué personaje es Ellie; en gran medida la historia del segundo juego vale la pena por ella. En algún momento Ellie le pregunta a Isaac a qué se dedica, y cuando le dice que es ingeniero Ellie sencillamente dice “geek”.

El juego es maravilloso y tiene varias de las mejores escenas de acción en la historia del mundo mundial; en particular, en un momento Issac tiene que alinear una antena porque algo estación espacial, y después se lanza a través del espacio de regreso hacia la estación, evadiendo obstáculos en el camino. El video que ligo no es un cutscene; uno guía a Isaac en su pequeño viaje espacial, y es de las cosas más emocionantes que yo haya hecho en un videojuego.

Encima de todo, la historia del juego tiene la sutileza de que Isaac no solamente tiene que enfrentarse a la iglesia de la Unitología, que quiere convertir a toda la humanidad en necromorfos; a Tiedemann y las fuerzas gubernamentales, que quieren suprimir toda la información del desastre en el Ishimura y ahora el Sprawl; y a los necromorfos que quieren destazarlo vivo. Además de todos esos adversarios, Isaac pelea todo el juego tratando de recuperar la cordura y entender por qué sigue alucinando con Nicole.

En trofeos el juego presenta uno de los desafíos más entretenidos (y frustrantes) con los que he lidiado; completar el juego en la dificultad hard core, que no es que sea realmente muy difícil, pero que sólo permite salvar tres veces en todo el juego. Mientras estaba jugando esta parte, en algún momento había avanzado ya varios niveles después de mi primer juego salvado, para morir estúpidamente a manos de un necromorfo kamikaze. Literalmente se me rompió el corazón ese día.

Fuera de eso los trofeos son en general sencillos.

Dead Space 2 es uno de los mejores juegos que yo he jugado; es tonalmente distinto de Dead Space, pero en mi opinión de hecho lo supera, y si pueden deberían jugarlo. Cuesta menos de ciencuenta pesos en Steam.

Prince of Persia: Warrior Within

Cinco días después de obtener el platino en Prince of Persia: The Sands of Time, obtuve el platino de Prince of Persia: Warrior Within.

Esto podría parecer que contradice mi varias veces enunciado comentario de que no juego realmente tanto; pero en total me llevó seis meses terminar con The Sands of Time y siete con Warrior Within. Lo que ocurrió fue que empecé la primera parte, un mes después acabé la historia (pero no obtuve el platino) y comencé la segunda parte (estaba emocionado con continuar la historia). Meses después terminé Warrior Within (ahorita explico por qué), y cuando llegó la hora de sacar el platino decidí sacar primero el de The Sands of Time. De ahí la diferencia de unos cuantos días.

Como sea, Prince of Persia: Warrior Within forma parte de la misma triología que Prince of Persia: The Sands of Time.

Prince of Persia Trilogy

Prince of Persia Trilogy

Warrior Within deja mucho que desear, por decir lo menos, comparado con The Sands of Time. Mecánicamente el juego es muy similar al anterior (aunque mucho más inestable, al menos en mi PS3), pero la historia y el tono de la misma son decepcionantes si los comparamos con su predecesor.

Siete años después de sus aventuras en la primera entrega, el príncipe se ve obligado a huir de un monstruo hecho de sombras que lo persigue para desmorirlo, que era su destino por haber liberado las arenas del tiempo. Buscando cómo librarse del mostro, le informan que por haber estado jugando con las arenas del tiempo ha sido maldecido. El príncipe, bruto como es, decide ir al lugar donde crearon las arenas del tiempo: la (ingeniosamente llamada) Isla del Tiempo, donde vive la (!) Emperatriz del Tiempo, y evitar que las arenas sean creadas en primer lugar.

Todo el juego ocurre en la Isla del Tiempo, pero el príncipe debe viajar a distintas épocas de la isla utilizando portales para activar y desctivar mecanismos. Además el mostro persigue constantemente al príncipe, que sólo puede escapar porque al parecer el mostro no puede atravesar agua. La historia, como suele ser cuando hay viajes en el tiempo involucrados, es un sinsentido de proporciones bíblicas. Eso no me molesta, necesariamente.

El problema es que la historia transforma al príncipe del elegante, engreído y sin embargo entrañable muchacho de la primera parte, en un héroe de acción genérico de los noventas; mal afeitado, atormentado y permanentemente encabronado.

Prince of Persia: Warrior Within

Prince of Persia: Warrior Within

Farrah, la maravillosa princesa de la primera parte no existe en esta segunda entrega, lo que se medio justifica, porque justamente toda la historia del primer juego resulta en que la princesa nunca llegue a conocer al príncipe. El problema es que es sustituida por dos femme fatales genéricas de los noventas: vestidas de forma muy sexy pero que no tiene el menor sentido, que se portan com perras y completamente unidimensionales.

La primera es Shahdee, que trabaja para la Emperatriz del Tiempo:

Shahdee

Shahdee

Y la segunda es Kaileena, quien por supuesto resulta ser la Emperatriz del Tiempo:

Kaileena

Kaileena

La verdad no disfruté tanto Warrior Within. Sigue habiendo peleas con espadazos y hartos brincos por las paredes; pero hay mucho más énfasis en el combate y el príncipe puede ahora intercambiar armas e incluso lanzarlas. La metódica exploración acompañado de Farrah intercambiando comentarios coquetos queda en el pasado, para ser reemplazada por estar pelando con villanos genéricos cada que uno dobla una esquina (y los degenerados reaparecen, encima de todo).

Siendo justos, era difícil satisfacer las expectativas impuestas por el primer juego; pero el cambio de tono sí es tan brutal que incluso desconcierta. Por poner un ejemplo, la música del primer juego son instrumentos y vocalizaciones que evocan el medio oriente, mientras que la música del segundo es más bien metal con mucho énfasis en batería y guitarra eléctrica.

Por eso me tardé meses en acabar Warrior Within, además de que es de los juegos más inestables que he jugado en el PS3. No me arrepiento; no es un mal juego, nada más es algo completamente distinto al anterior y en general decepciona en comparación. Que, de nuevo, siendo justos era casi imposible que no ocurriera: el primer juego es literamente de los mejores que se han hecho en toda la historia del mundo mundial.

Como sea, sí fue algo hartante el sacar el trofeo de platino de Warrior Within; no porque fuera difícil, sino porque ya no quería jugarlo. Por suerte, es el único juego del Príncipe de Persia donde eso me ha ocurrido.

Prince of Persia: The Sands of Time

Cuatro meses después de conseguir mi platino en Lollipop Chainsaw (les digo que no juego tanto), conseguí el platino de Prince of Persia: The Sands of Time.

Prince of Persia Trilogy

Prince of Persia Trilogy

Ahorita entro en detalle con el juego; primero quiero mencionar que el Príncipe de Persia tiene un papel muy importante en mi vida como gamer. No sólo fue de los primeros videojuegos decentes que jugué en una computadora, sino que además fue (indirectamente) de las razones por las cuales volví a jugar videojuegos.

A finales de los ochentas mi mamá, para escribir su tesis de maestría en WordPerfect 4.2, se compró una vieja (incluso en esa época) PC 8088 con 640k de memoria RAM y dos lectores de discos floppies de 5¼ pulgadas, con una tarjeta de video Hercules y un monitor monocromático “verde y negro”. Sin disco duro y con únicamente el altavoz de la computadora para hacer bips y bops. Era una computadora Printaform, clon de IBM.

De alguna manera esa computadora definió varios aspectos de lo que sería mi vida; fue la que causó que comenzaran a interesarme las computadoras y que eventualmente estudiara un doctorado en Ciencias de la Computación; fue donde aprendí a programar en BASIC (que todo mundo sabe causa daño cerebral permanente); fue donde comencé a escribir pendejadas que generalmente sólo yo leía; y fue donde comencé a jugar videojuegos piratas (junto con un Famicon que estoy seguro era fayuca ilegal).

Uno de estos videojuegos piratas fue Prince of Persia, el original de Jordan Mechner (o bueno, el portado de la Apple ][ a las PCs compatibles con IBM). Fue de los primeros juegos que terminé y me parece que si lo instalara en DosBox podría volver a terminarlo sin muchos problemas.

También jugué Prince of Persia 2 y lo terminé, si bien no me gustó tanto; y después le perdí la pista al príncipe (no me perdí de mucho, al parecer).

Al mero inicio de mi posgrado, el compañero de departamento de Juan se compró un Xbox original y procedió a hackearlo casi de inmediato para poder jugar juegos piratas; uno de ellos fue Prince of Persia: The Sands of Time, que yo no jugué, pero sí vi cómo Juan lo jugaba. Cuando mi hermano me regaló mi PS3 y vi que habían remasterizado la versión para PS2 (junto con sus dos secuelas) para el PS3, lo compré y eventualmente llegué a jugarlo.

De ese juego es del que voy a hablar hoy, del que obtuve su platino en agosto de 2013.

Prince of Persia: The Sands of Time

Prince of Persia: The Sands of Time

El Príncipe de Persia original, que yo jugué en la 8088 de mi mamá, era un juego revolucionario para su época. Las animaciones del príncipe eran mucho mejores que cualquier cosa que se hubiera intentado antes; la historia era bastante entretenida (si bien algo choteada y predecible); la música era extraordinaria; los niveles difíciles sin ser frustrantes; y el combate (con espadas) de hecho yo no creo que fuera superado hasta que salió esta secuela que reseño.

Prince of Persia: The Sands of Time jugó un papel similar en el PS2 y el Xbox original cuando salió en 2003; un juego con gráficos maravillosos para su época, con una historia bastante entretenida (si bien algo choteada y predecible), con música extraordinaria, niveles difíciles sin ser frustantes y un combate (con espadas) que me parece fue lo mejor en su momento.

Y la capacidad de poder deshacer los últimos segundos de juego al usar la Daga del Tiempo.

La mecánica introducidad por la Daga del Tiempo creo que hizo que nos explotara la cabeza a todos los que la vimos por primera vez en su momento; es una idea ridículamente sencilla y genialmente implementada que le da una dimensión estratégica mucho más profunda al juego. Pero además, la princesa que en el juego original de 1989 jugaba un triste papel de damisela en desgracia, aquí se vuelve compañera, aliada, amante y traidora, lo que vuelve a un personaje de por sí entrañable en una de las mejores cosas del juego.

El juego arrasó con todos los premios habidos y por haber de ese año (en particular me gusta la categoría que ganó en Penny Arcade: Best Absolutely Everything); y me parece que terminó influyendo juegos tan disímiles como son Uncharted y sin duda clones sutiles como God of War.

Y yo no jugué ese juego; yo jugué una remasterización para el PS3 diez años después.

No es una crítica del porte al PS3, me parece que es competente (aunqe la trilogía remasterizada tiene más bugs que el promedio de juegos que yo he jugado en el PS3); es sencillamente que cuando por fin lo jugué yo (en lugar de ver a Juan jugarlo), ya había jugado cosas como Uncharted y God of War, y el juego sencillamente no se compara muy bien ante estas muestras más modernas.

De todas maneras lo disfruté mucho (aunque sí muestra su edad) y en trofeos es en general bastante noble. Tiene un trofeo que requiere que uno no regrese el tiempo más de 20 veces, lo que es medio frustante porque es la mecánica más divertida del juego, pero fuera de eso todos los trofeos salen fácilmente.

Los juegos tipo Prince of Persia son básicamente los que categorizan a mis preferidos en PlayStation; juegos de un solo jugador de tercera persona donde la historia es entretenida y el modo de juego es divertido. La enorme mayoría de los juegos que juego (y que aquí he reseñado o reseñaré) son así, con el extremo opuesto siendo los juegos multijugador de primera persona donde (básicamente) no existe la historia, como Call of Duty o Battlefront. Y no necesariamente digo que el modo de juego de estos juegos no sea divertido; sólo no suele serlo para mí.

Como sea; a pesar de que lo jugué 10 años después de que debí haberlo hecho, Prince of Persia: The Sands of Time es muy bueno y me parece que todo gamer debería jugarlo, aunque fuera un rato.

O ver a un bueno amigo hacerlo, en el peor de los casos.

Lollipop Chainsaw

Resulta que me puse a hacer cuentas. Después de sacar el platino en L.A. Noire, el siguiente que obtuve fue el de Lollipop Chainsawhace cuatro años y medio, en abril de 2013.

Esto es medio ridículo, sí ando ocupado, pero creo que sí debería ser capaz de al menos hacer reseñas de mis videojuegos y películas; casi nunca me salen muy largas de cualquier manera. Y si lo sigo posponiendo me voy a morir antes de acabar.

Así que aquí está, casi cinco años después, mi reseña de Lollipop Chainsaw.

Lollipop Chainsaw

Lollipop Chainsaw

Lollipop Chainsaw es un juego hack & slash, como God of War, Dante’s Inferno o Bayonetta. Su punto de originalidad es que la protagonista, Juliet, es una porrista preparatoriana, que está un día a punto de reunirse con su novio cuando llegan los zombies y lo muerden, por lo que Juliet lo decapita y utiliza un encantamiento para mantenerlo con vida como una cabeza colgando de su cintura.

Resulta que toda la familia de Juliet se dedica a combatir amenazas sobrenaturales, así que la linda porrista se dirige a su escuela a tratar de salvar a sus compañeros de las hordas de zombies que la atacan.

Quiero ser muy claro en que el personaje de Juliet es una caricatura del estereotipo gringo de la güera tonta y que su diseño visual está sexualizado más allá de las peores fantasías adolescentes de un hombre que probablemente no sepa cómo comunicarse con una mujer de carne y hueso. Nada de eso me importa; Juliet es muy linda y a mí me encanta.

Juliet

Juliet

Como pueden ver en la imagen, el arma preferida de Juliet es una sierra eléctrica (con detalles rosas, por supuesto), que es lo que da la mitad del título al juego (“chainsaw”). Los “lollipops” son las paletitas tipo Tutsi-Pop que Juliet consume para recuperar HP. Porque ya saben cómo se ve cuando Juliet se mete una en la boca.

El juego recibió bien merecidas críticas por el triste papel que juega Juliet como modelo femenino; aunque, al igual que la versión Harley de Suicide Squad, no es difícil encontrar montones de muchachas en convenciones de videojuegos haciendo cosplay de Juliet. No me voy a meter yo en ese tema; a mí me encanta Juliet.

Como videojuego, Lollipop Chainsaw está bastante divertido. Aunque no tan preciso como God of War o incluso Dante’s Inferno en sus controles, está divertido andar rebanando zombies con una sierra eléctrica y ver a Juliet pegar brincos de porrista al hacerlo. Además, los zombies no salpican sangre al ser mutilados; en su lugar explotan en arcoírises y corazoncitos y estrellitas. Y por último, a mí no me molesta que con cada brinco que pega Juliet, la linda porrista enseña los calzones. Que es por supuesto lo que hacen las porristas, en general, al andar pegando de brincos.

La historia es medio retrasada mental; además del novio decapitado y una familia que caza zombies, Juliet tiene un sensei japonés que es una caricatura (ligeramente racista) de Miyagi; los jefes antagonistas son zombies con temas musicales y más ridículos que la misma Juliet; y todo el tiempo Juliet mantiene conversaciones con su novio donde muestra constantemente que su coeficiente intelectual probablemente no supere al de una maceta.

Nada de eso importa; los niveles están divertidos, la música es espectacular, hay varios mini juegos divertidos y por retrasada mental que sea, Juliet es genuinamente encantadora. Y no hablo de sus senos y trasero (aunque, repito, a mí no me molestan); es un personaje bien intencionado (si bien no muy inteligente) que trata de hacer lo correcto y que siempre trata de mantenerse alegre y positiva.

Y su minifalda es realmente un cinturón muy grueso y eso me encanta; pero de verdad no sólo por eso me gustó el videojuego.

En trofeos el juego es muy noble; me tomó como cinco semanas sacar todos los trofeos. Que probablemente contribuyera a cuánto me gustó; nunca llegó el punto en que me hartara el estar persiguiendo algún trofeo.

Dicho todo lo anterior, no he vuelto a tocar Lollipop Chainsaw desde que saqué su platino. Lo cual no es raro conmigo (mi pila de juegos por jugar se acerca peligrosamente a cien); lo que es raro es que la verdad no se me antoja, aunque lo recuerdo muy cálidamente.

Que probablemente tenga que ver con la cintura de Juliet, pero bueno.

Como sea, yo sí recomiendo ampliamente Lollipop Chainsaw; es divertido, uno mata zombies que explotan en corazoncitos rosas y además se puede disfrutar el oír a Juliet decir todas sus pendejadas mientras menea sus caderas al perseguir zombies para decapitarlos.

L.A. Noire

Hace como ocho meses que no escribo acerca de mis platinos, así que supongo es hora de que vuelva a hacerlo. Digo, saco pocos platinos al año, pero si escribo acerca de ellos a un ritmo aún menor entonces nunca voy a acabar.

Después de obtener mi platino en WipEout HD, el siguiente que obtuve fue el de L.A. Noire.

L.A Noire

L.A Noire

No me acuerdo dónde compré mi copia de L.A. Noire; todavía se ve como nueva. Recuerdo que tuve que comprar el season pass para poder jugar los DLC, así que no debió ser una copia nueva. Probablemente lo compré en el gabacho, pero ya no me acuerdo.

Como sea; lo compré porque todo mundo decía que era un muy buen juego, y porque es un juego de RockStar (R), los desarrolladores de Gran Theft Auto, Red Dead Redemption y similares.

Y es un muy buen juego; de hecho me parece que se ve mejor que Gran Theft Auto V (al menos en el PS3), las animaciones faciales son de las mejores que existen en la séptima generación, toda la estética de los 40s gringos es muy padre (los trajes de los agentes están súper chidos), los carros son bellísimos y ciertamente es interesante jugar un juego open world donde no se puede estar matando gente ni atropellando peatones así nada más.

El único problema es que no es un muy buen juego para mí.

Uno juega (la mayor parte de la historia) como el agente Cole Phelps, un veterano de la campaña del Pacífico gringo en la Segunda Guerra que se mete de detective en Los Angeles en 1947. Uno tiene que atender casos que van desde ladronzuelos hasta asesinos seriales, y la mecánica es buscar evidencia en la escena del crimen, interrogar testigos y/o sospechosos e ir y atrapar al sospechoso principal. En medio a veces hay persecusiones (a pie o en automóvil) y peleas a puñetazos o balazos.

Investigar las escenas de los crímenes me gustó, especialmente por el sistema de que el DS3 vibra cuando uno está cerca de una pista. Se sentía como las aventuras gráficas de los noventas modernizadas al siglo XXI. Las partes de acción son entretenidas, y ciertamente un cambio novedoso de GTA o RDR donde uno básicamente le dispara a todo lo que se mueve.

Interrogar a testigos y/o sospechoso lo odié con la intensidad de diez mil soles. Uno debe hacer preguntas al interrogado y a partir de lo que dicen y de sus expresiones faciales determinar si están mintiendo o diciendo la verdad. Lo cual hace que el juego sea básicamente estarse comunicando con otras personas… justamente juego videojuegos para no comunicarme con otras personas.

Para agravar el asunto, el juego es inclemente con las interrogaciones; las partes de persecusiones o disparos son sencillas y si uno las falla un par de veces el juego pregunta, amablemente, si mejor las saltamos. En cambio las interrogaciones no tienen perdón y el capitán te regaña como niño chiquito cuando vas y la cagas al decidir quién es el culpable.

Como sea también es muy fácil de pasar con una guía en línea porque el árbol de decisiones en las interrogaciones es fijo, pero entonces pierde todo el chiste.

Me gustó la historia del juego y ciertamente es bellísimo de mirar. La ciudad de Los Angeles que muestra en su esplendor de los años 40s es increíble (y se ve que reutilizaron mucho después para GTAV), pero no hay mucho qué hacer fuera de los casos. Uno no puede ir a tomarse una malteada o ver un show de cabaret. Y bueno, en los casos hay que estar hablando con gente, al parecer.

De todas formas no solamente saqué el platino (que se vuelve medio trivial siguiendo guías en línea, si uno es como yo que tiene problemas para leer expresiones faciales de gente falsa en la computadora), sino que saqué el cien por ciento de los trofeos. Me entretuvo, si bien sí acabó desesperándome el tratar de descifrar cuándo mentían o no los testigos, y decididamente es el juego de R que menos me ha gustado. Aún así, desde el punto de vista técnico es extraordinario.

Pero si llegan a sacar una secuela (la han intuido desde hace años), la verdad no sé si la compraria. Aunque a quién engaño; claro que lo voy a hacer.

Es un juego de R.

Windows to Go

Yo no uso Windows. Tiene años que no utilizo Windows de forma cotidiana, y mi uso del sistema operativo de Microsoft ha caído a tal grado que si inicié mi computadora de escritorio en mi casa (que es la única que tiene Windows) más de diez veces, yo creo que son muchas. Y la mayor parte debieron ser porque quería escanear algún documento: el escáner de mi oficina funciona perfecto en Linux, pero el que tengo en mi casa (que es como cinco veces más barato y veinte veces más chafa) no, así que cuando necesitaba escanear algo reinciaba a Windows.

Ahora ya ni por eso lo hago, porque aprendí a redirigir el tráfico USB en Qemu y entonces puedo usar una máquina virtual con Windows en mi sistema operativo Linux para poder hacer escaneos sin necesidad de reiniciar mi computadora. Si algún día tengo tiempo planeo monitorear el tráfico para poder escribir el soporte en SANE para mi escáner en Linux, pero eso es plan a futuro.

Como sea: Windows, casi no lo uso. Tengo en mi casa una computadora y tarjeta de video bastante poderosas, junto con algunos juegos de Steam (hace años que no tengo ningún software pirateado; hasta me siento extraño), pero cuando juego suele ser limitado a mi PlayStation 3 o 4. ¿Para qué otra cosa usaría Windows?

La respuesta me surgió estas vacaciones; me compré una capturadora de video elgato HD60, porque después de jugar un poco con la capturadora de video de mi PS4, decidí que quería comenzar a grabar los platinos que me voy ganando en mis videojuegos. Nada más por puro gusto.

La capturadora funciona perfecto; el único problema que tiene es que sólo está soportada en Windows, y como comenté arriba únicamente mi máquina de escritorio tiene Windows. No tengo Windows en mi laptop (una Dell XPS 13 9350); no por fundamentalista, tiene únicamente 250 GB de disco duro y preferí no particionarlo para un sistema operativo que nunca utilizo.

Podría haber instalado Windows en mi laptop de nuevo, pero de verdad no quiero sacrificiar mi de por sí limitado disco duro. Así que hice otra cosa más interesante, y menos complicada que mover mi máquina de escritorio a mi sala, o mover mi PlayStation a mi escritorio.

Resulta que Windows 10 (al que tengo acceso gratis en su versión educativa en inglés y en español por ser profesor de la UNAM) puede instalarse en un disco duro externo en una modalidad conocida como Windows to Go, así que lo instalé en un disco duro externo de 1 TB que tenía sin utilizar. El proceso es un poco más complicado que instalar Windows 10 normalmente, pero no es nada del otro mundo.

Así que ahora, si quiero capturar el momento en que consigo un platino, lo único que debo hacer es poner el disco duro externo en mi laptop, reiniciar a Windows 10 con ella, y capturar el video. Jala algo lento, pero nada que no sea soportable.

Ahora, como mi promedio de platinos desde que comencé a jugar videojuegos en PlayStation es más o menos de 5 al año, no creo que mi uso de Windows aumente demasiado; pero al menos cuando lo haga será marginalmente más interesante.

El 99.74%

Hace año y medio comentaba que había conseguido 99.53% de compleción en mis trofeos de PlayStation 3. Ayer por fin superé esa marca, y aunque aún estoy lejos de conseguir el 100%, en este momento es lo más avanzado que he estado en mis trofeos de PlayStation (ahora incluyendo juegos de PS3 y PS4).

Primero los números: he jugado 53 juegos, de los cuales he cienporcientado 52. Esos son 9 juegos más que hace año y medio que hice mi último reporte (tenía 44 entonces); 9 juegos en 18 meses se traducen (aproximadamente) en que completo un juego cada dos meses, maomenos. Por supuesto a veces transcurren semanas (o meses) sin que juegue nada, y luego en vacaciones o fines de semana largos me desquito con sesiones más o menos intensas de videojuegos. Mi vida es a veces complicada, pero me gusta ese ritmo de juego. Ya no soy estudiante, al fin y al cabo.

Tengo un total de 2,427 trofeos: 1,670 de bronce, 537 de plata, 174 de oro y 46 platinos de los cuales me siento (en gran medida) bastante orgulloso. De mi colección de trofeos, me faltan exactamente 5 trofeos por obtener: 1 de platino, 1 de oro, 1 de plata y 2 de bronce. Si les interesa, siguen siendo trofeos de Gran Turismo 5, porque es un juego difícil de cienporcentear. Uno de ellos no es difícil, sólo pesado; tengo que llegar a nivel 40, y eso implica correr todavía un montón de carreras. Dos más son de completar circuitos específicos con un cierto tiempo; uno de ellos estoy a 8 segundos de conseguirlo (necesito 7:29.03 minutos, estoy en 7:37.01), y en el otro estoy un poco más lejano, pero casi no lo he practicado (y sí es difícil). Eso deja únicamente otro trofeo (el de platino es automático al obtener los otros 4), que es sacar oro en todas las carreras, licencias y eventos especiales del juego.

Jugando estas vacaciones GT5 con mi volante, me di cuenta de que sí puedo obtener estos trofeos. Pero sí me va a llevar un rato; estas vacaciones avancé bastante, pero pues ya se acabaron y yo creo que lo dejaré así hasta las próximas. Y está bien, no es que tenga prisa.

Tengo en mi colección de videojuegos una cantidad enorme de juegos que no he jugado; no ayuda que todos los meses nos dan un par de juegos gratis a los miembros de PS+. Un par de hecho ya no los voy a jugar, porque necesitan trofeos en línea que se volvieron inalcanzables cuando apagaron los servidores (la transición a PS4 aceleró esta tendencia que de por sí existía).

Pero incluso considerando únicamente juegos que no necesitan multijugador en línea, son cerca de sesenta los que tengo. Ahorita literalmente no sé qué voy a jugar, al menos en mi PlayStation 3; en mi PlayStation 4 no tengo tantos juegos, y básicamente la decisión está entre Batman: Arkham Knight y Uncharted 2: Among Thieves Remastered .

Como sea; 99.74% está simpático. Obvio no tengo que decir de nuevo que es completamente inútil que tenga 99.74% en mi compleción de trofeos, y que a nadie (incluyéndome, probablemente) debería importarle.

Pero pues a mí me divierte.

WipEout HD

Como ya pasó más de un año desde la última vez que escribí de mi progreso en trofeos de platino, supongo que es momento de continuar. Después de obtener mi platino en Wanted: Weapons of Fate, el siguiente fue WipEout HD.

WipEout HD

WipEout HD

Este juego fue el segundo que elegí en el programa “welcome back” de Sony después del hackeo que le hicieron a la PlayStation Network en 2011. Mis razones para elegirlo fueron sencillamente que tenía trofeo de platino; no tenía idea (en ese momento) que era de los juegos más difíciles de completar.

Cuando comencé esta idea demente mía de obtener el 100% de mis trofeos, rápidamente me di cuenta de que WipEout HD sería de los más complicados de sacar. Fue de los juegos que más tiempo tuve que estar practicando, y al final creo que era bastante bueno.

Me gustan los juegos de carreras, pero WipEout es distinto, porque son “naves” que flotan en la pista, y entonces la velocidad que alcanzan son humanamente imposibles. A esas velocidades son medio imposibles de controlar, además.

Como sea, después de unos cuatro meses de estar jugando casi diario (hey, todavía era estudiante en pausa del doctorado), conseguí el mentado platino. Es de los trofeos que más orgullo me dan, y ciertamente de los más difíciles que existen (sólo un 1.15% de los dueños del juego lo tienen).

Va a salir una nueva colección de WipEout para el PlayStation 4, pero la verdad no sé si la compraré. Sí en un juego endiabladamente difícil.

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Este fin de semestre ha sido terriblemente agotador para mí. Casi no he leído libros (tengo dos o tres en distintos grados de avance), he ido al cine mucho menos de lo que me gustaría, y casi no he visto televisión (lo cual no es tan raro; hace mucho que dejé de ver televisión con la dedicación que antes le daba… y eso que ahora tengo Netflix).

Mis idas a congresos además me dejaron algo harto de salir de mi Ciudad, así que estas vacaciones (que empiezan el próximo sábado) espero poder quedarme encerrado en La Majestuosa y no hacer mucho. Excepto jugar videojuegos, que es lo único que he tenido oportunidad de hacer más o menos constantemente.

El último juego que terminé (y en verdad lo terminé) fue Bloodborne, que es el primer juego propiamente del PlayStation 4 que he jugado. Jugué también God of War III y Uncharted: Drake’s Fortune, las versiones remasterizadas para la nueva consola de Sony; pero pues son versiones mejoradas de juegos del PlayStation 3. Bloodborne en cambio no sólo fue creado para el PS4, es un juego exclusivo del mismo.

Escribiré del juego cuando algún día retome el relatar mis trofeos de platino; no es del juego propiamente de lo que quiero escribir. De lo que quiero escribir es del botón de “compartir” (share) que tiene el nuevo controlador Dualshock 4.

Share button

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Estaba destazando mostros eldritch en Bloodborne sin hacerle daño a nadie (excepto a los mostros), cuando sin querer apreté el famoso botón. Y pues entonces descubrí que podía compartir videos de mis aventuras como gamer para aburrir al resto del universo; el PlayStation 4 conserva los últimos 15 minutos (por omisión, se puede configurar) de juego en la consola como video.

Por supuesto yo ya sabía esto, a nivel intelectual; y por supuesto lo primero que pensé cuando supe de esta característica fue “Qué hueva, jamás voy a usar eso”. Así que por supuesto cuando sin querer presioné el botón, me puse a jugar con el compartir videos y con el simple pero poderoso editor de los mismos que viene incluido en el PS4. Como además tengo ligada mi cuenta de YouTube a mi consola, subir videos es trivial.

Está simpático. Después de cinco años jugando videojuegos de manera más o menos regular (aunque de repente pasan lagunas de meses donde no prendo mis consolas más que como media centers), me asumo de nuevo gamer, y me parece que es acertado decir que soy relativamente bueno. Dicho sea eso, mis aventuras matando monitos no creo que a nadie le importen ni mucho menos impresionen; y como además nunca compro juegos recién salidos (excepto Grand Theft Auto V, y he decidido que cuando salga también Red Dead Redemption 2), ni siquiera es que suba cosas novedosas.

Pero está divertido tener un registro histórico (en video) de algunas cosas que hago, como obtener trofeos de platino… lamentablemente eso no lo puedo hacer, porque el estúpido PS4 no graba la notificación del trofeo, únicamente el videojuego mismo. Pero de cualquier forma está divertido; además, el editor de video está padre de usar, y uno puede bajar “temas” de la PlayStation Store (gratis) que le permiten a uno hacer cosas bastante chidas de manera muy sencilla.

Así que sin más por el momento, les dejo el video donde obtuve mi trofeo de platino para Bloodborne… aunque no salga la notifiación del trofeo porque el PS4 es estúpido a veces.

Wanted: Weapons of Fate

Mi siguiente platino fue Wanted: Weapons of Fate.

Wanted: Weapons of Fate

Wanted: Weapons of Fate

Este juego, basado en la película de 2008 (que reseñé en su momento), es muy parecido a la misma; es estúpido y estúpidamente divertido.

Aunque en la superficie un simple TPS (third person shooter), el juego (como la película) tiene la divertida mecánica de que uno puede alentar el tiempo y curvear los disparos, lo que permite dispararle a enemigos que estén bajo cubierta. Está muy bien hecho, y es ridículamente entretenido; nada más por eso valdría la pena. Pero además la historia (aunque igual de idiota que la de la película) está bastante chida, donde Wesley descubre qué fue de su madre.

A mí me divirtió mucho el juego, pero la verdad creo que lo jugué durante dos días. Literalmente, no exagero; mi primer trofeo lo obtuve el 10 de noviembre de 2012, y el último el 12 de noviembre de 2012. Es ridículamente fácil y corto.

En su defensa, creo que me costó como cuatro dólares en California, y yo lo considero una buena inversión. Aún lo tengo (conservo todos los juegos que he jugado), y si tuviera tiempo creo que sí me gustaría volver a utilizar la mecánica de curvear balas.

Es un juego perfecto para jugarlo un fin de semana. Y sacar todos los trofeos en el proceso.

Dante’s Inferno

Después de Dead Nation, mi siguiente platino fue Dante’s Inferno.

Dante's Inferno

Dante’s Inferno

Mucha gente critica Dante’s Inferno por ser una copia de God of War. Yo no entiendo por qué lo dicen como si fuera algo malo; God of War es un juego extraordinario.

Dante’s Inferno no lo es tanto, pero es muy divertido. Toda la iconografía cristiana utilizada en el videojuego a mí me encanta, y aunque la historia destaza la obra original de Dante Alighieri, es al fin y al cabo una historia de amor, de un hombre dispuesto a ir al infierno (literalmente) para poder salvar el alma de su amada.

Como decía arriba Dante’s Inferno no es tan bueno como God of War, pero la mecánica de juego está bastante bien hecha, tiene un montón de enemigos divertidos (los más perturbadores probablemente siendo los bebés sin bautizar), y los jefes están super chidos, en particular Satán al mero final.

Los trofeos son todos fáciles, excepto por uno: en la sección en línea pasar 25 niveles para un solo jugador, y 15 para dos jugadores. Y ni siquiera es tan difícil, uno sólo debe conseguir un compañero que sepa qué hay que hacer. Al final yo los disfruté mucho, porque terminé dominando todas las mecánicas del juego.

En general a todo mundo le gustó el juego, pero nunca hicieron una secuela, lo cual es una lástima porque la historia termina con un cliffhanger, y porque estaría padre explorar otros universos/niveles (¿el purgatorio?, ¿el cielo?) con esta interpretación de la iconografía cristiana.

Si pueden juéguenlo, está bastante padre.

Dead Nation

Después de obtener mi platino en Star Wars: The Force Unleashed, fue el turno de Dead Nation.

Dead Nation

Dead Nation

Cuando la PlayStation Network fue atacada hace unos años, Sony se vio forzado a cerrarla durante varias semanas. Para recompensar a sus usuarios, Sony estableció un programa “welcome back”, que consistió en poder bajar un par de juegos gratis.

Dead Nation fue uno de los dos juegos que yo elegí (el otro fue WipEout HD, por si les interesaba saber.)

Este juego es bastante sencillo; es lo que se conoce como un “twin stick shooter” (algunos usan dual en lugar de twin). La idea es que con un joystick del DualShock 3 uno mueve al monito en la pantalla, y con el otro joystick uno apunta el arma.

La historia es también bastante sencilla de un apocalipsis de zombies; uno debe guiar al monito (solo o en pareja con otro jugador) a través de varios escenarios infestados de zombies, deteniéndose a recoger los restos del “paciente cero” de la infección.

Es increíblemente divertido hacer volar cientos de zombies, y el juego es genuinamente angustiante cuando uno se ve rodeado de decenas de muertos vivientes y con pocas municiones.

El platino fue sencillo de obtener; y los seis trofeos que se incluían en el único DLC también. Más importante que todo eso, sin embargo, es que no había ni un solo trofeo para jugar en línea.

Es un juego divertido; sacaron una versión remasterizada para el PlayStation 4, y mucha gente dice que de hecho es más divertida que la original. No me molestaría jugarla.

Star Wars: The Force Unleashed

Después de obtener el platino en Bayonetta, mi siguiente platino fue Star Wars: The Force Unleashed.

Star Wars: The Force Unleashed

Star Wars: The Force Unleashed

Creo que compré este juego en California en mi estancia de 2011, pero no lo recuerdo con claridad. Lo que sí recuerdo es que lo compré por tres razones principalmente: 1. Star Wars, obviamente; 2. El actor que interpreta a Starkiller (y que provee su apariencia física al personaje) era Crash en Battlestar Galactica; y 3. George Lucas reconocía a la historia del juego como parte del canon de Star Wars.

Que por supuesto, después de que el ratón diabólico compró Star Wars, esto último queda ambiguo.

Como sea, Star Wars: The Force Unleashed es un juego terriblemente frustrante. La historia son la misma bola de mamadas que plagan Star Wars, entonces está super chida (además tiene romance, entonces yo encantado). Los gráficos no son de otro mundo, pero están suficientemente chidos. La música es la de John Williams, entonces nada de qué quejarse ahí. La actuación de los actores es más que pasable, y la dirección del juego me parece razonablemente buena.

Si estuviera describiendo una película, no sería una joya, pero sí un exitazo, especialmente porque es Star Wars y casi nada más importa. El problema es que no es una película, es un videojuego. Y el modo de juego es increíblemente frustrante.

Noten que no estoy diciendo que el modo de juego sea malo; estoy diciendo que es frustrante. Y lo digo porque justamente no es malo todo el tiempo; sólo la gran mayoría. La frustración nace de que durante pequeños destellos mientras uno juega, uno se siente casi un Jedi, similarmente a como en Batman: Arkham Asylum uno se siente Batman. Contrario al juego del Caballero de la Noche, en Force Unleashed esos momentos son cortos, y consecuentemente terriblemente frustrantes porque nos permiten ver lo maravilloso que hubiera podido ser el juego si así fuera siempre.

Uno puede empujar con la fuerza a Stormtroopers, atacar con rayos a AT-ATs, empalar a enemigos con el sable de luz, y utilizar el mismo para desviar rayos láser. Y cuando uno lo hace se siente dios (o Jedi, como quieran), y es asombroso. Pero al siguiente paso uno se tropieza porque el modo de juego no es ni fluido ni inteligente.

Es como estar ciego, pero que cada cierto tiempo recuperara uno la vista, y entonces se presentara un paisaje de belleza indescriptible, para inmediatamente después volver a quedar ciego. Y así hasta terminar el juego.

Terminé el juego porque eso hago yo, y porque quería ver la historia completa… y por Juno Eclipse. Pero de verdad es de los juegos más frustrantes a los que les he sacado platino en mi PS3.

De todas formas, como fan de Star Wars tenía que jugarlo. Y dicen que la segunda parte corrige muchos problemas del modo de juego; que espero sea cierto, porque ya lo compré.

El 99.5%

El inicio de semestre me alcanzó de lleno estas últimas dos semanas, y por ello dejé de escribir aquí. No únicamente por esa razón, pero ciertamente no ayudó.

Mi vida se ha vuelto bastante compleja durante las últimas cinco semanas, y me encuentro ocupado casi todo el día. Además, por razones que explicaré más adelante a detalle, el único salario que percibo es el de profesor de asignatura en la UNAM, que como todo mundo sabe, básicamente alcanza para ir a comprar cervezas. Yo no tomo cerveza, pero de cualquier manera no me alcanza para vivir decentemente.

Entonces obviamente vivo indecentemente.

Como sea; me encuentro para motivos prácticos con unas dos horas libres al día, más los fines de semana (aunque generalmente eso es una ilusión), lo que ha causado que sólo haya podido jugar en mi PS3 en abonos chiquitos.

A pesar de todos esos obstáculos, hoy por primera vez desde el día que estrené mi PlayStation 3, me encuentro con que sólo me falta sacar trofeos de un único juego. Más aún, todos esos trofeos son fuera de línea (y entonces no tengo por qué preocuparme de idiotas en la red), y son únicamente 10.

Hoy, después de seis años nueve meses y veintitrés días después de que prendí por primera vez mi PlayStation 3, he llegado a 99.53% de compleción en mis trofeos de la PlayStation Network.

Las estadísticas son, me parece, interesantes: he jugado 44 juegos con trofeos, y tengo 43 de ellos con 100% de trofeos (el último juego está a 77.61%). Esto quiere decir que, en promedio, he completado un juego cada 1.8 meses; lo cual quiere decir que realmente no juego tanto (aunque claro, al inicio casi no jugaba en mi PS3, y están las estancias de investigación donde se quedó aquí en México juntando polvo).

(Tuve que corregir mis cuentas, porque como estudié en Ciencias, no sé hacer cuentas.)

El último juego es, por si les interesa, Gran Turismo 5. Y de hecho 6 ó 7 de los últimos 10 trofeos que me faltan los podría sacar en las próximas semanas; pero no le veo mucho sentido, porque los últimos 2 ó 3 sí me van a hacer sudar sangre, y prefiero entonces mejor esperar a que tenga vacaciones en diciembre para poder intentarlos.

Nada más estaba esperando a pasar el 99.5% de compleción para poder estrenar alguno de los 41 juegos que tengo ahí guardados (o bajados de la PSN), y que justamente no había ni siquiera probado por estar tratando de terminar mi pila de juegos incompletos. Varios de ellos están físicamente todavía envueltos en el celofán de la tienda donde los compré.

Este “logro” por supuesto es completamente idiota; al momento que comience a jugar un nuevo juego, el porcentaje de trofeos obtenidos bajará de inmediato. E incluso aunque no fuera así a nadie en el mundo le importan estos trofeos electrónicos.

Pero pues a mí me divierte sacarlos. Jugar videojuegos e ir al cine son básicamente los únicos hobbies que estoy manteniendo, y sí me alegra haber llegado al 99.53%. Lo que me recuerda; tengo que escribir de las últimas dos películas que fui a ver al cine.

Como sea; espero jugar dos o tres juegos más de aquí a las vacaciones de diciembre (todos sin trofeos en línea), y entonces intentar sacar el 100% de Gran Turismo 5. Y finalmente llegar al 100% de mis trofeos.

Que procederé a perder inmediatamente después, cuando ponga algún otro juego.

Bayonetta

Después de obtener mi platino en Uncharted 2, saqué el de Bayonetta, poco menos de dos meses después.

Bayonetta

Bayonetta

Los japoneses pueden ser a veces muy extraños.

Bayonetta es una bruja que pelea contra ángeles del paraíso invocando demonios del infierno, y que compra armas y artefactos mágicos del purgatorio. Entraría a más detalle con la historia, pero es suficientemente jalada como para que importe demasiado realmente.

El juego tiene de interesante (además de la novedad de que los “buenos” sean seres infernales y los “malos” ángeles) que el combate es fácil de empezar a aprender, pero endiabladamente complicado si uno de verdad se clava, y que muchos de los ataques de Bayonetta (así como su vestimenta) son realmente su cabello… lo que hace que se medio desnude la mitad de las veces que uno está jugando.

Bayonetta es un juego medianamente entretenido, pero tiene en su contra que la historia está increíblemente rebuscada (además de que el doblaje al inglés no ayuda en lo más mínimo), y que Bayonetta está caricaturescamente sexualizada (lo que resulta en que en lugar de sexy, se vuelva ridícula).

Nominalmente me tardé seis meses en obtener el platino, pero eso fue por jugar únicamente esporádicamente; regresando de Europa en el 2011 lo metí a mi PS3, y lo fui jugando de vez en vez, mientras disfrutaba juegos menos ridículos y con historias que hicieran más sentido.

De cualquier forma no me arrepiento de haberlo jugado; la mecánica de juego es de las mejores que he visto en juegos de este tipo, los jefes son ridículamente fabulosos y epícos, y al final uno conduce una bala hacia la frente del malo malévolo. Si uno quiere dominar los combos disponibles se puede estar practicando días enteros, y todos los captítulos se pueden repetir desde el menú principal (todavía no entiendo a estas alturas del partido que no todos los juegos tenga chapter select).

Pero todo eso no desparece los problemas antes mencionados; la historia es un pretexto para aventar los escenarios delirantes y los jefes más grandes que la vida misma, y el personaje femenino principal (Bayonetta fue el primer juego del que saqué platino donde el personaje principal fuera mujer) fue obviamente diseñado por hombres… y me temo por hombres que les da miedo a hablarles a mujeres de verdad, y que por eso es posible que a una criatura tan ridícula la vean como mujer “ideal”.

Como sea, está divertido el juego, y los trofeos son razonablemente obtenibles. Así que sí lo recomiendo, con todo y los bemoles mencionados allá arriba.

Uncharted 2: Among Thieves

Después de obtener mi platino en inFAMOUS, fue el turno de Uncharted 2: Among Thieves.

Por cierto; siendo obsesivo como soy, resulta que sí tenía apuntado dónde compré LBP e inFAMOUS; el primero fue a través de Amazon (aunque probablemente Sergio, el hermano de Enrique, me lo trajo a México), y el segundo en GameSpot, así que me imagino lo compré cuando estuve en mi estancia del 2009. Digo por cierto, porque UC2 mis notas dicen que lo compré en Best Buy en California, con casi toda certeza en mi estancia de investigación de 2011.

No que venga mucho al caso, pero mis “notas” vienen de GC Star, una aplicación que permite manejar colecciones, y agregar notas a cada ítem en ellas. Neurótico como soy, llevé con cierto cuidado mi colección de videojuegos hasta 2012; después no sé si vaya a recordar dónde y cómo obtuve mis juegos (por suerte mis neurosis son muchas, y sólo puedo manejar un par a la vez).

Como sea, UC2.

Uncharted 2: Among Thieves

Uncharted 2: Among Thieves

Los juegos de Uncharted son básicamente películas en donde uno puede controlar al protagonista principal durante ciertos segmentos de la historia. La verdad, no me queda claro que dichos segmentos sean “la mayoría”, dado que el número y duración de escenas intermedias (cutscenes) al jugar es enorme; es posible que uno se pase más tiempo viendo las animaciones que jugando.

UC2 es “más” que UC1; dura más, tiene más armas, tiene más enemigos, tiene más traiciones, tiene más nenas que coquetean con Nathan Drake (Chloe es introducida a la historia, después de que Elena desaparece al inicio del juego, sin que sepamos qué fue de ella desde la aventura anterior), y (para mí desesperación) tiene más modalidades de juego, incluyendo entre ellas un modo multijugador.

En general, “más” no necesariamente significa “mejor”. En particular, encontré más bugs mientras jugaba UC2 que los que vi en UC1; pero siendo objetivo la verdad la segunda parte sí es mejor que la primera. La historia es mucho mejor (y más satisfactoria, si bien Drake vuelve a asesinar a cientos de enemigos durante todo el juego), la acción está increíble, y varias de las numerosas escenas intermedias son espectaculares. Y tiene más romance… que no tengo idea de si continúe o no en la tercera parte, que aún no juego.

El platino fue relativamente sencillo de obtener; me tomó cinco meses en total, pero fue realmente un mes de jugarlo en las pausas mientras escribía mi tesis doctoral. El problema fueron los trofeos de los DLC, que de hecho aún no termino. Me faltan exactamente dos trofeos de UC2 para poder cienporcentearlo, y no los he obtenido porque tengo que jugar con otros seres humanos para poder hacerlo.

Detesto eso. Juego videojuegos justamente porque no quiero comunicarme con otros seres humanos.

Y de hecho todos los trofeos de los DLC de UC2 son multijugador, y muchos fueron una pinche tortura sacarlos. Contrario a GTA4, donde al final la verdad me estaba divirtiendo como enano para completar el 100%, en UC2 siempre ha sido terriblemente frustrante, por cómo funciona el lobby en UC2. Uno no puede eleguir con quién jugar… bueno, uno puede crear un equipo hasta de cinco para jugar en equipo, pero no se puede escoger al equipo contrincante; el sistema hace el apareamiento de equipos automáticamente siguiendo un conjunto de reglas que nadie entiende.

Muchas de mis sesiones terminaron siendo la mitad del tiempo esperando que el apareamiento se realizara. Y ya que esto ocurría, había que rezar para que todo saliera bien, porque todos en los dos equipos debían estar bien organizados para que todo funcionara; generalmente se le permitía a dos jugadores por ronda obtener lo que quisieran, y el resto tenía que cooperar para que esto funcionara.

Dos años me costó obtener casi todos los trofeos de los DLC, hasta que por fin obtuve el más tardado (conseguir matar 2,500 jugadores) en mi cumpleaños el año pasado. En ese periodo me quedé sin novia, sin casa, sin dinero y sin trabajo, empecé y terminé de trabajar en el IFE, regresé a dar clases a la UNAM, me doctoré, etc., etc.

Por supuesto lo frustrante del proceso colaboró en mi desidia; generalmente participaba en sesiones sábados o domingos, y obviamente no todos; entre el primer y último trofeo DLC de UC2 que obtuve, saqué otros 15 platinos. Es sólo que UC2 sí ha sido de los juegos más frustrantes en el sentido de sacar el 100% de sus trofeos.

Los últimos dos trofeos que me faltan son colaborativos, así que sólo debo conseguir otros dos buenos jugadores, y sacarlos. Pero lo he dejado pasar, porque ya sueño este juego. Y lo peor del caso es que es un buen juego, y uno de los juegos insignia del PS3.

Tengo por ahí UC3, creo que todavía envuelto en papel celofán. Me da pavor jugarlo; dependiendo de a quién se le pregunte, el modo multijugador de UC3 es mucho peor o mucho mejor desde la perspectiva de trofeos. Pero supongo que lo haré, eventualmente.

Me cae bien Nathan Drake, y sí quiero saber si se casa o no con Elena.

inFamous

Después de obtener mi trofeo de platino en LBP, fue el turno de inFamous. No puedo recordar cuándo lo compré, pero es probable que fuera al mismo tiempo que LBP.

inFamous

inFamous

En febrero de 2011 decidí jugarlo; acabé la primera misión, dije “chido”, y no lo volví a tocar durante más de un año, hasta que en abril del 2012 lo retomé. Para finales de mayo ya lo había acabado.

Como juego, inFamous está bien; es fluido, es un mundo abierto sin ser tan apabullante como GTA, la acción está padre (especialmente hacia el final, que uno adquiere los poderes de casi un dios), y hacer que Cole ande brincando por las calles y edificios de Empire City está simpático.

Pero lo que tiene impresionante el juego es la historia; es un excelente cómic de superhéroes, con un origen bastante interesante (si bien trillado), y un giro inesperado al final muy chido.

El juego es relativamente fácil, lo que hizo que consiguiera el platino en poco tiempo; pero está divertido, y la verdad sí distruté estar coleccionado trozos de la explosión que le da poderes a Cole, y “dead drops”, que son grabaciones que aumentan la historia del juego (que como digo, es lo más chido).

Tengo ya la secuela, pero no he podido jugarla. Tampoco es que me muera de ganas; el primer juego fue bueno, pero tampoco nada del otro mundo.

Sin embargo, yo sí lo recomiendo. Especialmente si les gustan las historias de superhéroes.

LittleBigPlanet

Hace casi tres años que no escribo acerca de mis trofeos de platino en concreto; he escrito acerca de ellos en abstracto, pero no en qué juegos particulares los he conseguido.

Hoy quiero retomar esta serie donde la dejé, en agosto de 2012, cuando escribí de mi platino en Dead Space en abril de ese mismo año. Irónicamente, mi siguiente platino lo obtuve un mes después, en mayo de 2012.

LittleBigPlanet

LittleBigPlanet

LittleBigPlanet lo compré en 2009, supongo. La verdad no recuerdo, mi PS3 me lo regaló mi hermano en octubre de 2008, y yo estuve fuera de México durante los primeros tres meses de 2009, en mi estancia de investigación en Barcelona. Mi primer trofeo de LBP lo tengo registrado en mayo de 2009, y no puedo recordar cuándo ni cómo carajos lo conseguí. El juego, no el trofeo.

Pudiera ser que Enrique (o su hermano Sergio) me lo trajeran del gabacho; no tengo idea. Lo que sí recuerdo es que fue el primer juego (y de hecho creo que el único) que conseguimos Enrique, Juan y yo… y el cual procedimos a nunca jugar en red, aunque sí un par de veces cuando nos juntamos.

Como sea, LBP fue durante mucho tiempo uno de los juegos insignia del PS3, y mucha gente (mi amigo Juan incluido) se volvieron locos por él.

Yo… meh. No me parece un mal juego, pero sin duda alguna no es mi preferido en el PS3. Y el principal atractivo que tiene (que uno puede crear sus propios niveles, y subirlos y compartirlos), la verdad nunca me llamó mucho la atención. Hice un nivel (un trofeo lo requería), y sí lo pensé y le eché ciertas ganas, pero la verdad no lo encontré terriblemente satisfactorio.

Dicho eso, es un extraordinario juego de fiesta; dícese de juntar a un montón de personas y ponerlos a jugarlo, especialmente si no son realmente gamers. Lamentablemente, yo juego videojuegos justamente para no tener que interactuar con otros seres humanos.

LBP tardé tres años en sacarle el platino (y, casualmente, el 100% de los trofeos; los DLC los acabé antes de conseguir el platino), y casi no he vuelto a tocar el juego. Mucha gente podría discutirse que tiene un PS3 justo para jugar LBP; yo no soy uno de ellos, y tan no soy así que nunca conseguí LBP2, y probablemente no consiga LBP3 para el PS4.

No me arrepiento de haberlo comprado, de haberlo jugado, y de haber obtenido todos sus trofeos. Es sólo que es un juego demasiado infantil; lo cual no tiene nada de malo, pero a mí sí me gusta estar matando monitos.

Si algún día tengo hijos, supongo que LBP (o el equivalente en ese momento) será de las primeras cosas que juegue con ellos. Por ahora, estoy contento disparando cohetes a patrullas, o destripando monstruos míticos griegos.

La ética de hacer trampa

(Esta entrada es la décima y última parte de una serie que cubre un proyecto personal que realicé en el verano de 2014; pueden ver todas las partes aquí).

Después de haber armado el hardware y escrito el software para que un robot sacara por mí los trofeos más difíciles de Guitar Hero Metallica, Rock Band 2 y The Beatles: Rock Band, la pregunta obvia es, por supuesto: ¿es esto hacer trampa?

Sí, claro que sí. Obviamente es hacer trampa.

La verdad es, nunca me ha molestado hacer trampa jugando videojuegos para obtener los trofeos. El tipo de trampas que utilizo suelen llamarse glitches, y consisten en pequeños errores en la programación del juego que facilitan al usuario conseguir un objetivo, lo que suele traducirse en un trofeo. Hay glitches para God of War, para Dead Space, para Uncharted, para Grand Theft Auto IV, etc., etc. Muchos de estos glitches requieren cierta habilidad para activarlos, y en muchísimas ocasiones, es divertidísimo en sí mismo el hecho de lograrlos activar.

Tengo mis límites, por supuesto. Hay muchos juegos que permiten cargar un juego salvado (savegame); y en la red abundan savegames que al momento de cargarse, como incluyen los objetivos necesarios para obtener uno o más (en algunos casos todos los) trofeos en el juego, estos comienzan a salir uno detrás del otro. Hay incontables videos en YouTube mostrándolo. Los savegames más sofisticados incluso son descifrados de la encriptación dada por el PS3, editados manualmente en un editor hexadecimal, y vueltos a cifrar.

Jamás he usado un savegame. ¿Por qué? Siendo honesto, no es por un afán ético: creo que es otra forma de hacer trampa. Creo que la respuesta es sencillamente que no me parece divertido. ¿Qué diversión hay en bajar un binario de la red? Si yo mismo descifrara, editara el savegame, y lo volviera a cifrar, tal vez consideraría hacerlo. Tal vez; no me queda claro. Si fuera demasiado sencillo (y me temo que de hecho lo es), no creo que le encontrara ningún chiste.

En cambio escribir mi robot musical fue divertidísimo. Es de verdad de las cosas más entretenidas que he hecho en años, y no es por darme aires, pero no cualquier lo hubiera podido hacer. Un montón de gente lo puede hacer; pero no cualquiera.

Además, está el hecho de que a nadie (excepto a mí) le importa qué trofeos tenga o no. No hay ningún tipo de beneficio en tener muchos o pocos trofeos. Créanme, las nenas no se vuelven locas cuando menciono el número de trofeos de platinos que he ganado. Por lo mismo (y tal vez lo más importante), nadie es afectado negativamente por mí al hacer trampa para tener trofeos. Es un “crimen” sin víctimas, y para obtener algo que básicamente a nadie le importa.

Así que no me arrepiento en lo más mínimo de haber hecho trampa en mis juegos musicales. Sigue siendo de las cosas más divertidas que hecho en años, y probablemente lo vuelva a hacer (nada más tenga algo de tiempo).

Esta entrada concluye el relato de mi proyecto del verano de 2014. Lo único que resta es limpiar un poco el código y ponerlo en GitHub. A ver si este verano tengo tiempo libre para hacerlo.