La ética de hacer trampa

(Esta entrada es la décima y última parte de una serie que cubre un proyecto personal que realicé en el verano de 2014; pueden ver todas las partes aquí).

Después de haber armado el hardware y escrito el software para que un robot sacara por mí los trofeos más difíciles de Guitar Hero Metallica, Rock Band 2 y The Beatles: Rock Band, la pregunta obvia es, por supuesto: ¿es esto hacer trampa?

Sí, claro que sí. Obviamente es hacer trampa.

La verdad es, nunca me ha molestado hacer trampa jugando videojuegos para obtener los trofeos. El tipo de trampas que utilizo suelen llamarse glitches, y consisten en pequeños errores en la programación del juego que facilitan al usuario conseguir un objetivo, lo que suele traducirse en un trofeo. Hay glitches para God of War, para Dead Space, para Uncharted, para Grand Theft Auto IV, etc., etc. Muchos de estos glitches requieren cierta habilidad para activarlos, y en muchísimas ocasiones, es divertidísimo en sí mismo el hecho de lograrlos activar.

Tengo mis límites, por supuesto. Hay muchos juegos que permiten cargar un juego salvado (savegame); y en la red abundan savegames que al momento de cargarse, como incluyen los objetivos necesarios para obtener uno o más (en algunos casos todos los) trofeos en el juego, estos comienzan a salir uno detrás del otro. Hay incontables videos en YouTube mostrándolo. Los savegames más sofisticados incluso son descifrados de la encriptación dada por el PS3, editados manualmente en un editor hexadecimal, y vueltos a cifrar.

Jamás he usado un savegame. ¿Por qué? Siendo honesto, no es por un afán ético: creo que es otra forma de hacer trampa. Creo que la respuesta es sencillamente que no me parece divertido. ¿Qué diversión hay en bajar un binario de la red? Si yo mismo descifrara, editara el savegame, y lo volviera a cifrar, tal vez consideraría hacerlo. Tal vez; no me queda claro. Si fuera demasiado sencillo (y me temo que de hecho lo es), no creo que le encontrara ningún chiste.

En cambio escribir mi robot musical fue divertidísimo. Es de verdad de las cosas más entretenidas que he hecho en años, y no es por darme aires, pero no cualquier lo hubiera podido hacer. Un montón de gente lo puede hacer; pero no cualquiera.

Además, está el hecho de que a nadie (excepto a mí) le importa qué trofeos tenga o no. No hay ningún tipo de beneficio en tener muchos o pocos trofeos. Créanme, las nenas no se vuelven locas cuando menciono el número de trofeos de platinos que he ganado. Por lo mismo (y tal vez lo más importante), nadie es afectado negativamente por mí al hacer trampa para tener trofeos. Es un “crimen” sin víctimas, y para obtener algo que básicamente a nadie le importa.

Así que no me arrepiento en lo más mínimo de haber hecho trampa en mis juegos musicales. Sigue siendo de las cosas más divertidas que hecho en años, y probablemente lo vuelva a hacer (nada más tenga algo de tiempo).

Esta entrada concluye el relato de mi proyecto del verano de 2014. Lo único que resta es limpiar un poco el código y ponerlo en GitHub. A ver si este verano tengo tiempo libre para hacerlo.

Y además, me duele el dedo

Hacía tres meses que, para motivos prácticos, no había jugado en mi PlayStation 3.

Había agarrado mi guitarra de plástico un par de veces, y aproveché mi reciente comodidad económica para conseguir equipo (literalmente, hardware) que necesitaba para un par de trofeos; pero realmente no había jugado en tres meses. Jugar aplastarme-un-fin-de-semana jugar.

Las razones son varias, pero un factor importante fue que tuve una racha de trabajo súper intensa, como no había tenido en años (y sumamente satisfactoria, por cierto). Otra razón es que estoy de mamón porque gracias al hack en el que trabajé en verano, había llegado al 99.10% de mis trofeos, quedando únicamente 20 por ganarme.

Claro que 18 son de Gran Turismo 5 y cada vez se ponen más perros, así que no esperaba realmente llegar al 100.0% el año pasado, pero sí quería quedarme con un único juego sin 100% de trofeos (los otros 2 trofeos son de Uncharted 2: Among Thieves, y para obtenerlos necesito jugar en línea con otros seres humanos, cosa que por supuesto detesto).

Como sea, principalmente por esas dos razones no había tocado mi querida consola, pero este fin de semana decidí que ya era hora. Había acabado mi trabajo el 31 de diciembre, y también de calificar uno de mis cursos; me falta otro, pero tengo toda la próxima semana para hacerlo. Así que me puse a ver qué juego jugaría; resulta que tengo 23 discos sin jugar… varios de ellos de hecho todavía con su envoltura de celofán. Y al menos tres de esos discos son colecciones, así que tengo más de 25 juegos que he comprado en los últimos años y que ni siquiera he metido en mi consola.

Estaba revisando cuál de todos los juegos disponibles jugaría, y vi entre ellos a God of War: Chains of Olympus. Cuando acabé God of War III en enero de 2012, estaba ligeramente hasta la madre de Kratos. Tanto es así que tuvieron que pasar casi tres años para que volviera a jugar uno de sus juegos; hace unas semanas fui con Juan a un Game Planet, y vi que estaba barata la colección God of War: Origins Collection, que además de Chains of Olympus incluye Ghost of Sparta, y como tengo dinero lo compré, pensando que probablemente ya era hora de que volviera a visitar al espartano demente.

Así que abrí la envoltura de celofán, metí el juego en mi consola, y me aplasté ayer en la noche a jugar. Hoy hace poco más de una hora lo había terminado dos veces, había completado el reto de Hades, y había obtenido el trofeo de platino del juego, lo que me dio otro 100% en mi colección de trofeos, lo que de hecho me dejó con 99.13% de compleción.

Fue como volver a ver a un viejo amigo. Uno que destripa mostros y asesina gente inocente de la peor manera posible, pero viejo amigo al fin y al cabo. Hacía mucho que no me divertía tanto jugando sin realmente pensar en nada más durante casi 24 horas seguidas (excepto una pausa para dormir, obviamente).

Hablaré del juego propiamente después; me parece que es hora de que reanude las reseñas de los juegos donde he obtenido el platino. Hoy sólo quería escribir que me divertí como enano jugando en mi PlayStation 3. Y que además, me duele mi dedo.

Disney Infinity

Hace unas semanas fui a ver a mi hermano, y cuando ya me iba, de buenas a primeras me llamó desde su escalera, y me aventó un juguete a las manos. Era éste:

Venom

Venom

Nada más lo miré, me di cuenta de lo que era, y de que mi hermano a su vez no tenía idea. “¿Sabes qué es esto?”, le pregunté. “Venom”, me contestó el menso.

Por supuesto no es nada más una figurita para tener en algún lado; es parte de Disney Infinity, un videojuego donde uno puede comprar figuras coleccionables, colocarlas en una plataforma especial que se conecta a la consola (existe para todas, y creo incluso para la PC), y jugar con el monito ahí mismo.

Si hubiera existido eso cuando era niño, me hubiera echado a llorar amargamente, porque seguro mis papás no hubieran podido comprármelo.

Así que unos días después le compré el videojuego a mi hermano, en un paquete de inicio que incluye tres figuritas de los Avengers: Thor, Iron-Man y Black Widow. Mi hermano, desoyendo todos los consejos que jamás le di, se compró un Xbox One en lugar de un PlayStation 4, por la patética razón de que existía una edición especial de la consola para Call of Duty, así que le compré esa versión; por suerte los monitos son universales.

Ese día fui a su casa y le ayudé a conectar su Xbox One para poder probar el juego. Cuando era niño, si uno compraba un Atari o un Nintendo, uno podía ir a casa, conectar la consola, meter un cartucho, y ponerse a jugar. Hoy en día, y en el caso del Xbox One, hay que registrarse en línea con Microsoft, bajar no sé cuántos megabytes de actualizaciones, meter el Blu-ray con el juego, bajar quién sabe cuántos más megabytes de actualizaciones del videojuego, y entonces, unas cinco horas después, poder jugar. No me hago ilusiones; probablemente sea igual o peor con un PlayStation 4; cuando me compre el mío les aviso.

Total que no pudimos jugar sino hasta como las 3 de la mañana, y yo ya estaba demasiado madreado para disfrutarlo, así que no estoy seguro de si yo me voy a comprar el videojuego.

Pero las figuritas están lindas.

La colección de trofeos

(Esta entrada es la octava parte de una serie que cubre un proyecto personal que realicé en el verano de 2014; pueden ver todas las partes aquí).

Mi hermano me regaló mi PlayStation 3 hace casi seis años en 2008. Lo primero que hice fue ir y comprar GTA4, como lo relaté en esta entrada. Al final de la misma comentaba que me interesaba comprar Rock Band o Guitar Hero, y de hecho la actualicé (no sé exactamente cuánto después, pero debieron ser un par de días) para comentar que ya había comprado una guitarra de plástico y el primer Rock Band.

Al inicio no utilicé mucho mi PS3; avancé bastante en GTA4 (aunque no lo acabé), y jugué mucho Rock Band (aunque básicamente jugando nada más las canciones que conocía y me gustaban), pero un par de meses después me fui a mi primera estancia de investigación en Europa, y mi PlayStation 3 acumuló polvo durante tres meses.

Cuando regresé a México, mi PS3 pasó a ser usado principalmente como reproductor de películas Blu-ray durante los próximos dos años; continué jugando Rock Band, y terminé la historia de GTA4 (después de reiniciarlo porque ya se me había olvidado lo que llevaba), pero sin duda alguna lo que más hice con mi consola fue ver películas.

En retrospectiva, esto es por la naturaleza de cómo me gusta consumir medios: estoy básicamente loco. Lo cual por supuesto no debería sorprender a nadie.

Me gusta consumir cultura popular de forma ligeramente obsesiva; tengo que leer todos los libros de una serie (Harry Potter, Dunas, el legendario de Tolkien, la serie de Fundación de Asimov, Terramar de Ursula K. Le Guin, y un largo etcétera); tengo que ver todas las películas de una serie (demasiadas como para listarlas); tengo que ver todos los capítulos de una serie de televisión (ídem); etc., etc.

No me queda claro por qué hago esto; sencillamente así es. Nota interesante; es posible que esta sea la razón por la cual la música no juega un papel más importante en mi vida: casi por definición, su naturaleza es no serial, y generalmente no tiene una “historia” no trivial. Lo que sí, es que cuando una canción me gusta, suelo escucharla unas catorce millones de veces seguidas antes de pasar a otra.

Ahora, muchos videojuegos (incluyendo varios que me han encantado) tienen una única parte, así que a primera vista no es trivial encontrar la conexión entre ellos y mi consumo de medios seriales.

A lo mejor estoy inventándome cosas, o intelectualizando alguna otra obsesión mía, pero creo que el equivalente que tengo con videojuegos es que me gusta jugar todo el videojuego. Me explico: los videojuegos modernos son (en general) tan grandes, que es posible (y de hecho ocurre casi siempre) terminar la historia, sin haber descubierto gran parte del videojuego. Aunque viene ocurriendo desde hace décadas; Super Mario Bros. y muchos de sus contemporáneos tenían niveles secretos, easter eggs, y otras cosas del estilo.

Recuerdo claramente cuando acabé la historia de GTA 4, que me quedé con la impresión de que quedaba muchísimo por descubrir de Liberty City, y que no sabía exactamente cómo continuar. Y no digamos en Rock Band, donde para motivos prácticos no hay historia.

Supongo que pude haber continuado así el resto de mi vida, usando principalmente mi PS3 para ver películas, y jugando de vez en cuando uno que otro GTA o juego musical, hasta un día que en su casa, Juan me enseñó el demo de God of War III. Es chistoso, porque todas mis manías se conjugaron para que yo acabara persiguiendo trofeos.

Como comenté en otra entrada, después de que Juan me enseñara el demo, yo llegando a mi casa lo bajé y casi casi lo memoricé. Es un gran juego, así que decidí que lo compraría y lo jugaría y lo acabaría.

Sólo había un pequeño detalle. Era God of War III… yo no podía ponerme a jugar la tercera parte del juego si no había jugado las otras dos antes. Por… razones.

Así que fui a comprar GoW1, que por suerte venía en paquete con GoW2. Me chuté el primero, y me encantó, así que lo jugué de hecho varias veces, y luego me eché los retos de los dioses, y cuando me di cuenta, me faltaban un par de trofeos en el juego para obtener mi platino. Mi primer platino. Y luego me chuté GoW2, y obtuve mi segundo platino.

Y entonces vi una manera de acallar a las voces en mi cabeza que exigen sacrificios paganos si no consumo algo al 100%: los trofeos, en general, me permiten disfrutar un juego al 100%; ver todos sus secretos, ver toda la historia, y matar hasta la última paloma. No voy a explicar eso último.

A partir de ese momento, decidí que obtendría el 100% de los trofeos de todos mis juegos, así me llevara años. Y luego salí de México, por lo que de hecho comenzar a hacer esto tuvo que esperar seis meses.

Debo hacer hincapié que yo no me considero trophy hunter. No me he puesto a comprar juegos facilísimos sólo para poder tener más trofeos de platino (al parecer a Hannah Montana: The Movie es muy fácil sacarle el platino), ni he dejado de jugar juegos sólo porque sus trofeos sean muy difíciles (tengo el 100% de trofeos en GTA4 y WipeOut HD; todo mundo está de acuerdo en que son de los juegos más difíciles de completar sus trofeos).

Sí me he negado a jugar algunos juegos porque ya no se pueden sacar el 100% de trofeos; FIFA 09, que venía con mi PS3, es un ejemplo: los servidores en línea dejaron de funcionar en 2011, así que sencillamente no tengo un solo trofeo de ese juego. Que la verdad, fue suerte borracha; según yo sí lo llegué a jugar, pero por alguna razón nunca se registró un trofeo del mismo en mi cuenta. A lo mejor sólo fui muy malo al jugar.

Como sea, los juegos que no se pueden completar sus trofeos son en general pocos, y además de hecho no me interesan mucho.

No me llevó mucho tiempo descubrir que alcanzar el 100% de trofeos en mis juegos era no sólo posible, sino de hecho humanamente realizable. Podía completar el 100% de mi colección trofeos con algo de esfuerzo, en todos y cada uno de mis juegos.

Excepto por los musicales. Pero de esos escribiré luego.

Grand Theft Auto V

Grand Theft Auto siempre ha sido especial para mí. Jugué GTA 3 en mi PC hace más de diez años, terminándolo (aunque no al 100%). Cuando mi hermano me regaló mi PS3, lo primero que hice fue ir y comprar GTA IV; fue el primer juego que compré, el primer juego del que obtuve un trofeo, y uno de mis trofeos de platino más apreciados (y que más trabajo me costaron).

Cuando anunciaron GTA V, decidí que lo compraría el día que saliera. No es cualquier cosa para mí; la mayor parte de mis juegos los he comprado usados, y los que he comprado nuevos generalmente ha sido uno o dos (o tres o cuatro) años después de que salieron al mercado. Pero decidí darle el honor a GTA V de ser el primer (y posiblemente único) juego que compraría el día que saliera a la venta.

Hace cerca de un año por fin se abrieron las pre órdenes, así que fui y dejé 100 pesos en GamePlanet para apartarlo. Ya se me había acabado la beca y andaba en una situación financiera más que apremiante, pero supuse que para cuando saliera el juego eso no sería problema. El trabajo del IFE me surgió por mayo, así que ciertamente no hubo problema; y cuando GamePlanet me escribió para decirme que podía “mejorar” mi apartado para que fuera para la edición de colección del juego, fui y lo hice. Es cara, pero realmente no suelo darme muchos lujos.

En situaciones normales yo creo que sí hubiera ido a hacer cola en GamePlanet la noche del lunes, para poder recoger mi juego a la media noche. Sólo que fui a pasarme el puente a Guadalajara con Mina, y luego regresé el martes, que es el día en que no circula mi carro, así que hasta hoy fui por el juego.

La edición de colección está mamonsísima; viene en una caja enorme:

La caja

La caja

Dentro de la cual viene (por supuesto) otra caja, todavía más mamona:

La caja de adentro

La caja de adentro

Dentro de la cual por fin está el juego:

El juego

El juego

La edición de colección además trae una gorra, una bolsa de depósito de seguridad:

La gorra y la bolsa

La gorra y la bolsa

Un mapa de Los Santos:

Mapa

Mapa

Y un póster (que estoy planeando seriamente en mandar a enmarcar):

El póster

El póster

La gorra me la puse y me tomé una foto con ella:

Yo con la gorra

Yo con la gorra

Y yo creo que va a ser la última vez en la vida en que me la ponga, porque jamás he usado gorras y siempre me han parecido muy incómodas. A lo mejor la llevo un día si voy al estadio a ver a los Pumas, porque eso tendría todo el sentido del mundo.

Ahora lo único que quisiera es tener el tiempo para jugarlo; hace unos meses me había dicho que jugaría completo GTA IV antes de que saliera GTA V, y sencillamente me fue imposible hacerlo. Nada me gustaría más que poder encerrarme una dos o tres semanas a jugar GTA V sin parar; pero dudo que pueda hacerlo.

Con suerte, podré jugarlo un par de horas dos o tres veces a la semana.

Dead Space

Hace casi tres meses que no comento acerca de mis platinos en el PlayStation 3. Estaba enclaustrado escribiendo la tesis, y por ello es que no había escrito al respecto; pero estar enclaustrado no evitó que jugara en mi PS3. De hecho, era básicamente el único entretenimiento que tuve (como deben haber leído, no fui al cine mucho en estos meses). El último platino que había platicado fue el de Need for Speed: SHIFT; el siguiente que obtuve fue el de Dead Space, en abril.

Dead Space

Dead Space

Dead Space fue otro juego que compré usado en California, después de leer en todos lados que era “aterrador”. Como yo no juego First Person Shooters (FPSs) en el PS3, ninguno de los juegos que había jugado en él habían sido de terror; Red Dead Redemption: Undead Nightmare involucra zombies, pero la verdad es más de risa que de terror; y Uncharted: Drake’s Fortune tiene al final cosas que les podría quedar la definición de zombies, pero nunca es realmente de terror.

Dead Space es un juego aterrador. Uno interpreta a Isaac Clarke (un fabuloso homenaje a Isaac Asimov y Arthur C. Clarke), un ingeniero en ruta al USG Ishimura, un “rompe planetas” (literalmente planet cracker en inglés, y no hay mejor definición para lo que hace), junto con un pequeño equipo de rescate. El Ishimura no responde, y lo último que se sabe de él es un mensaje donde pedían ayuda. Isaac está particularmente interesado en ir porque su novia (o ex novia; tenían “cosas que discutir”) se encuentra en la nave.

Todo sale mal desde el inicio; la nave en que llegan al Ishimura se estrella en su puerto espacial, e inmediatamente son atacados por (¿cómo adivinaron?) zombies, que son simpáticamente llamados “necromorfos” en el juego. En la escaramuza mueren todos excepto el líder, una experta en comunicaciones, e Isaac, que queda separado de ellos, e inmediatamente después la nave en que llegaron explota, dejándolos atrapados en el moribundo Ishimura.

A partir de ese momento Isaac se dedica a pelear con los aterradores necromorfos, que además suelen aparecer detrás de cada esquina y ducto de ventilación, mientras hace esfuerzos heroicos por mantener al Ishimura funcionando lo suficiente como para que él y sus compañeros sobrevivan, y recibiendo ayuda (e intrigas) a través de la radio por parte de los otros dos sobrevivientes, que también terminan separándose. Isaac no es soldado; es un ingeniero, y utiliza herramientas de construcción como armas la mayor parte del tiempo. Además, tiene un “traje de ingeniero” que es básicamente la cosa más maravillosa del universo; funciona a la vez como armadura, traje espacial, centro de comunicación (el traje proyecta un holograma, y así es como funcionan los menúes del juego), y además tiene botas gravitacionales para cuando se encuentra en espacios carentes de gravedad.

El juego entonces es en general estar recorriendo pasillos oscuros llenos de cadáveres, esperando con terror que un necromorfo aparezca de repente, mientras una música maravillosamente tétrica le pone a uno los pelos de punta, y que explota de repente en dramáticos violines (piensen Psycho) cuando por fin le brincan a uno los mostros. Cuando uno no anda vagando pasillos, generalmente es porque la acción ocurre en enormes escenarios con gravedad zero, donde uno tiene que utilizar estratégicamente la habilidad de Isaac de saltar de pared a piso (o techo) con sus botas gravitacionales, generalmente mientras lo persiguen necromorfos.

La historia es bastante entretenida, siendo a la vez un homenaje y una parodia de todas las películas de ciencia ficción de terror habidas y por haber en el universo, y uno realmente no se entera de qué está pasando (qué pasó con el Ishimura, qué causa que los cadáveres se vuelvan necromorfos, dónde está la novia de Isaac), hasta casi el final del juego. El modo de juego es el común para Third Person Shooters (TPSs), con la entretenida novedad de que uno puede generar un “campo de estasis” que causa que los enemigos se muevan en cámara lenta. Es endiabladamente divertido.

No es particularmente difícil el trofeo de platino, pero yo me tardé porque al inicio el juego me espantaba tanto que no podía jugar más de un capítulo por día, y muchas veces ni siquiera eso; nada más veía una “estación de guardar”, guardaba mi juego y me iba a dormir soñando con necromorfos persiguiéndome. Cerca de la mitad del juego (cuando ya había mejorado mi traje y mis “armas”), agarré mejor ritmo y a partir de entonces fui mucho más rápido. Una vez terminado el juego, como suele ser cuando uno quiere un trofeo de platino, tuve que volverlo a jugar en la dificultad más perra, y eso me llevó algo más de tiempo.

Acabé encantado con el juego, al grado de que habiendo obtenido el trofeo de platino, estuve a punto de comprar en la PSN mejores armas y trajes para volver a jugarlo. Al final decidí que no (el traje que uno recibe por terminar el juego es bastante chido), pero eso no quita que ha sido uno de los juegos que más me ha entretenido en mi PS3. Y además consiguió lo que yo quería: de verdad tenerme espantado. Los malditos necromorfos son aterradores.

Todo mundo dice que el trofeo de platino de Dead Space 2 es de los más difíciles que existen: para obtenerlo, hay que jugar el juego en la segunda dificultad más perra, y sólo se puede salvar tres veces a lo largo de todo el juego. No me importa; quiero jugarlo (y sacar el platino), y al parecer dentro de poco será el mejor momento para comprarlo, porque Dead Space 3 está a punto de salir.

Si pueden, juéguenlo; es altamente recomendable. Sólo si son como yo, no se quejen de estar chillando como niña de seis años en algunas partes.

Need for Speed: SHIFT

Despues de Grand Theft Auto IV, mi siguiente platino fue Need for Speed: SHIFT, en marzo.

Need for Speed: SHIFT

Need for Speed: SHIFT

Me gustan los juegos de carreras, y contrario a Burnout Paradise, NFS:S es un juego casi clásico de carreras. Con ello quiero decir que hay pistas (autódromos y partes de ciudades o campo), y el objetivo del juego en general no es estar chocando con los otros carros. El casi proviene de que no tiene opción de concursar por la pole position, que no hay pausas en pits, y que no tiene temporadas donde los mismos pilotos compiten en varias pistas por puntos, y al final gana el que más puntos tiene.

Es una lástima; si hubiera tenido al menos la oportunidad de concursar por el pole position y pausas en pits, yo creo que este juego me hubiera gustado más que el clásico Indianapolis 500: The Simulation, el cual jugué hasta la ignominia en una de las compus que tuve cuando era adolescente.

NFS:S lo compré de la manera más fortuita; fui al Best Buy de Acoxpa hace poco más de un año a comprar el Blu-ray de Minority Report, y lo vi baratísimo, como en 250 pesos si no mal recuerdo. Lo compré, lo puse exactamente una vez en mi PS3 antes de mi viaje de seis meses por Europa, Canadá y EU, y hasta enero de este año comencé a jugarlo regularmente.

Aunque NFS:S no es tan insoportablemente detallado como Gran Turismo 5, está bastante bien hecho. Por ejemplo, si uno se detiene puede ver el asfalto y las hebras de pasto, y lo carros todos se ven preciosos bajo los distintos climas que el juego presenta. El sonido es todavía mejor, y la sensación de velocidad con los carros más rápidos es bastante creíble. La inteligencia artificial de los demás pilotos es decente, si bien después de no mucho uno aprende a ganarles con un carro mediano; con un súper carro es trivial.

Sacar el platino de NFS:S fue relativamente fácil, excepto por un trofeo. El juego tiene un sistema de “medallas” internas, y son 26 en total; uno de los trofeos consiste en obtener 20 medallas. Una de las medallas es dominar todas las esquinas de todas las pistas; casi todo mundo recomienda mejor sacar una de las 6 medallas en línea, pero yo me puse de necio (además de que no quería repetir la experiencia de GTA IV) y terminé dominando todas las esquinas del juego. Lo cual tal vez no sería difícil, si tuviera un volante; con el estúpido control Dual SHOCK del PS3 es bastante desesperante.

Como sea; NFS:S es bastante divertido, y yo creo que volveré a él para sacar todas las estrellas del juego (uno gana estrellas por el lugar en que queda, y por acciones como terminar una vuelta en algún cierto tiempo, o por sacar pilotos de la pista), y no me extrañaría en algún momento comprar la secuela, SHIFT2. Por el precio en que lo encontré, ciertamente vale mucho la pena.

Grand Theft Auto IV

Después de obtener el platino en God of War III, el siguiente que saqué fue el de Grand Theft Auto IV.

Grand Theft Auto IV

Grand Theft Auto IV

GTA IV es un juego especial para mí: en cuanto mi hermano me regaló mi PS3, básicamente salí y compré el juego. No era nuevo nuevo, pero sí tenía poco de haber salido; es el único juego en mi colección que no compré usado ni mucho después de que saliera. Es también sin duda alguna el juego que más he jugado en mi PlayStation, por motivos que ahorita comentaré, y ciertamente creo que es mi juego preferido (aunque soy el primero en reconocer que no es el mejor que he jugado).

Todo mundo ya debe saber más o menos cuál es la premisa de los juegos de Grand Theft Auto; siempre transcurren en un “mundo abierto”, lo que quiere decir que las misiones no tienen que ser ejecutadas en un orden específico, y en muchos casos que ni siquiera deben ejecutarse. Además de eso, hay un énfasis significativo en la violencia que el protagonista usa para llevar a cabo sus misiones, y (haciendo justicia al nombre del juego), hay que andar manejando carros de un lado para otro todo el tiempo. Por supuesto, en el 99.9% de las ocasiones, dichos carros son robados.

La historia de GTA IV es algo idiota, porque trata de tomarse en serio en varias partes; me gustó mucho más la de GTA III (que también acabé, aunque no junté nunca el 100%), y muchísimo más la de Red Dead Redemption. El protagonista, Nico, no es para nada entrañable, y su comportamiento a lo largo de la historia es errático e inconsistente, en algunos momentos portándose humano y atormentado, y en otros portándose como un asesino psicópata. Pero lo cierto es que en gran medida uno no juega el juego por la historia; lo juega por el mundo abierto que se tiene disponible para explorar y hacer cosas.

Durante un día del juego uno puede levantarse de la cama (literalmente; ahí empieza uno al cargar un juego salvado), bajar a la calle, tomar uno de los carros robados que se guardan al estacionarlos en frente de las “casas seguras” que uno usa, ir a correr en carreras, llamar a un “amigo” para jugar boliche, o billar, o a tirar dardos, ir a comer, ir a ver un show (y literalmente uno ve el show; mi preferido es el de Ricky Gervais), salir por unos tragos, ir a contratar una prostituta, matarla a batazos para recuperar lo que sea que le hayamos pagado, robar un helicóptero y recorrer Liberty City, y luego regresar a una casa segura a dormir, después de ver uno de los múltiples programas disponibles en la tele.

El tamaño y variedad que Liberty City ofrece es abrumador, pero después de ir jugando el juego uno termina aprendiendo a moverse por la ciudad exactamente de la misma manera que uno hace cuando comienza a vivir en una ciudad desconocida (con la excepción de que de repente podemos agarrar carros a bazookazos). Nada más por eso el juego vale la pena: el poder ir a un taibol a ver nenas hacer sus rutinas y a lo mejor aceptar un lap dance son sólo una cereza encima del pastel.

GTA IV lo disfruté enormemente, e incluso fue divertido el ir sacando el montón de trofeos que vienen con el juego, hasta que me topé con la porción de trofeos que se necesitan jugar en línea. Ya he comentado en otra ocasión lo inhumano de los requerimientos para obtener los trofeos en línea, así que sólo voy a resumirlo así: uno de los trofeos necesitaba que ganara 108 carreras distintas (todas las combinaciones posibles de rutas, vehículos y tipo de carrera), y otro necesitaba que juntara 5,000,0000 de dólares, cuando las misiones en general nunca dan más de 5,000 dólares, y se toman varios minutos. Viendo mis estadísticas en el Rockstar Games Social Club, veo que una misión la jugué 1,311 veces, y dado que dicha misión tarda del orden de 3 minutos (si se hace bien), quiere decir que jugué esa misión durante 65.55 horas. Al menos; probablemente fue más.

GTA IV es la razón por la cual, desde que comencé con esta idea mía de sacar todos los trofeos de mis juegos, no he vuelto a comprar un juego que se necesite jugar en línea para obtener alguno.

Tuvo sus ventajas; ahora soy un hacha en GTA IV. La misión que jugué (literalmente) cientos de veces es cooperativa, así que después de un tiempo uno terminaba haciéndose “amigo” de otra gente en línea, y se formaban equipos. Al final me terminaban buscando, y mucho, porque me volví tan buen tirador que solía matar 22 policías en menos de dos minutos, casi todos con tiros a la cabeza. La tortura que durante un tiempo se sintió el tener que jugar tanto esa misión para poder obtener el último trofeo que me faltaba, se terminó convirtiendo en placer cuando veía en línea a alguno de mis cuates con los que hacía buenos equipos, y entonces sabía que iba a tener una buena sesión de una o dos horas de estar rescatando a Petrovic de las garras de NOOSE.

Como sea, prefiero no tener que volver a hacerlo, nunca de preferencia, y es por eso que ahora todos mis juegos los trofeos sólo dependen de mí, y no de otros jugadores. Hay un par donde esto no es 100% cierto, pero de cualquier forma no será tan talachudo como con GTA IV.

GTA IV es mi juego preferido en el PS3 por muchas razones, varias de las cuales comenté arriba. Es casi perfecto; si en algo lo pudiera mejorar yo, sería en agregar contenido creado por usuarios; que uno pudiera construir misiones dentro de Liberty City, subirlas para que otros pudieran jugarlas, y bajar las creaciones de otros. Ahora que GTA V está anunciado, espero que incluyan algo del estilo. E independientemente de eso, estoy seguro de que GTA V será el primer juego que compraré para mi PS3 el mismo día que salga.

El regreso de Larry

Muy al inicio de los noventas (1991, o tal vez 1992), mi mamá se compró una computadora para escribir su tesis de maestría. La máquina en cuestión era una vieja (en ese entonces) IBM PC, con un procesador 8088 a 16 Mhz, 640 Kb de memoria, dos ranuras para discos floppies de 5¼ pulgadas, y un monitor verde y negro capaz de una impresionante resolución de 640×480 pixeles. Ese era el modo hires al que Basic podía escupir gráficos.

Yo utilicé más esa computadora que mi mamá o mi papá; ahí aprendí a programar en Basic (que como todo mundo sabe, causa daño cerebral), ahí comencé a interesarme en qué podía (o no podía) hacer la computadora, y ahí comenzó mi vida como gamer. Después de tres años y medio de tener mi PlayStation 3, creo que ya es justo que vuelva a asumir el moto de gamer; ciertamente creo que ya juego lo suficiente para ser calificado como tal.

En esa computadora jugué juegos pésimos, y también joyas que sobrevivirían hasta nuestro días, como Prince of Persia. Pero uno los juegos que más tiempo me tomaron, sin duda alguna, fue Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards. El juego había salido unos cuatro años antes, pero recuerden que en ese entonces no había Internet (para motivos prácticos).

Larry era una aventura gráfica; eso quiere decir que era como los juegos de “aventuras” de unos años antes, donde uno le decía al personaje “ve al norte”, “abre la puerta”, “abre el cofre”, y el programa le contestaba a uno con cosas como “ahora estás en un calabozo con una puerta a la izquierda, otra a la derecha, y un cofre al fondo”, o “detrás de la puerta hay un clóset”, o “dentro del cofre hay una poción azul”. La diferencia radicaba en que en lugar de describir la “habitación” donde uno estaba, el programa la dibujaba en la computadora, y que para mover el personaje uno usaba las teclas de cursor. Además, tenía musiquita usando la patética bocinita de la PC.

Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards

Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards

En ese entonces yo tenía unos catorce años; mis conocimientos de inglés eran básicamente inexistentes, y para usar el programa uno tenía que “hablar” en inglés. Además, todo el diálogo estaba en inglés también, obviamente. Larry sirvió mucho más para mis conocimientos de inglés de lo que mis clases en la secundaria hicieron. Para empezar, nunca supe que significaba “lounge lizards”, hasta que hace cinco minutos lo busqué en el Urban Dictionary.

El juego consistía en que Larry era un perdedor perpetuo, y trataba de perder su virginidad a lo largo del juego. Un montón de experiencias muy cagadas ocurrían a lo largo del proceso. Yo jugué y jugué y jugué, tratando todas las posibles combinaciones gramaticales que se me podían ocurrir para que Larry hiciera tal o cual cosa, hasta que por fin pude ganar el juego. Para el momento en que por fin llegué al final, había intentado tantas cosas, que de hecho obtuve la calificación más alta (los 222 puntos que se ven en la imagen de más arriba).

Larry como franquicia pasó de muy bueno (a todo mundo le gustó el primer juego), a bueno, a regular, a pésimo, hasta que por fin llegó al punto en que los últimos juegos de la franquicia daban pena ajena. Al Lowe, el creador de Larry, siguió trabajando en los juegos hasta 1998, y después la compañía que los hacía (Sierra On-Line) siguió sacando pésimas secuelas sin involucrarlo. Yo sólo jugué Larry 5, además del primero, y aunque algo divertido, la verdad no me gustó mucho. Mucho menos en comparación con el primero.

El género en sí comenzó además a pasar de moda; las franquicias de aventuras gráficas de Sierra On-Line (Larry, King Quest, Police Quest, Space Quest, no-sé-qué-más Quest) y las de Lucas Arts (Day of the Tentacle, Monkey Island), sencillamente fueron muriendo poco a poco; e incluso las nuevas aventuras gráficas (Beneath a Steel Sky, Broken Sword) dejaron de pegar con el público. La era de los FPS y RTS llegó a las computadoras; y las consolas nunca se prestaron mucho para jugar aventuras gráficas.

A mí ahora me gustan los TPS (Third-Person Shooter) y los juegos de carreras, además de los de ritmo. De vez en cuando aprecio un juego arcade como los de antaño (tipo de maquinitas), pero hace muchísimo que no juego algo que ni siquiera se parezca a una aventura gráfica. Si uno relaja mucho la definición, a lo mejor GTA IV podría parecer una aventura gráfica; pero me parece que eso es hacer trampa.

Sin embargo, hace unas semanas me enteré que Al Lowe había conseguido asegurar los derechos de Larry para poder hacer de nuevo el primer juego, y poco después salió la noticia de que estaban tratando de financiar la producción del juego usando KickStarter, un sitio donde cualquiera puede poner una “propuesta”, y si a alguien más le gusta la propuesta, puede donar dinero para que se realice. Con algo de curiosidad me metí al sitio de la propuesta de Larry, y cuando vi cómo estaba planteada la misma, le di click al botón de “donar”.

Supuse que si necesitaba PayPal o cualquiera de estas cosas sencillamente me echaría para atrás; pero cuando vi que utilizan Amazon para realizar el pago (yo tengo cuenta en Amazon desde hace siglos), sin pensarlo demasiado doné 15 dólares, que me aseguraba una copia del juego si se juntaban los 500,000 dólares que los realizadores dicen necesitar. En ese momento aún no llegaban las donaciones a 400,000, así que cabía la posibilidad de que no pasara nada (si un proyecto no llega al presupuesto que planteó, las donaciones no se cobran). Con algo de gusto y sorpresa, un par de días después el proyecto llegó a los 500,000 dólares planteados, y ahorita ya casi llega a los 550,000.

Los realizadores hablán de las posibilidades de hacer el juego para Linux y para la PSN; ojalá consigan suficiente dinero para hacerlo. Me gustaría jugar Larry usando mi sistema operativo, o en mi consola en el peor de los casos. Pero probablemente también salgan versiones para Android e iOS, así que espero poder jugarlo ahí. Y espero que puedan rehacer todos los demás juegos, y que esta vez no vayan de muy buenos a muy malos, sino que tengan una calidad consistente.

Hacía mucho que había oído de KickStarter; sólo nunca había visto un proyecto lo suficientemente simple como para que yo quisiera entrarle. No me arrepiento de haber donado 15 dólares, incluso si el resultado no es exactamente el mejor juego del universo. Digo, la primera vez que jugué Larry fue en una copia pirata (los creadores de Larry se dieron cuenta de que estaban pirateando muchísimo el juego cuando vendieron más libros de guías que copias del juego en sí); creo que al menos eso le debía a Larry.

Me alegra pensar que, 20 años después, seré de los primeros en jugar el regreso de Larry.

Habría que portarlo a mi Xperia Play

Hace unos días reportaron en Slashdot que el código fuente de Prince of Persia había sido liberado en Github.

Casi de inmediato, cloné el repositorio y le eché un ojo al código. Resulta ser una instancia sorprendentemente limpia de ensamblador para la Apple ][, que por supuesto yo jamás ni siquiera había visto; los únicos ensambladores que conozco son el de Sparc clásico, muy poquito de x86, y el que nos inventamos para nuestro procesador con números complejos en mi curso de Arquitectura de Computadoras en la maestría.

Dicho eso, todos los ensambladores se parecen (aunque los geeks de hardware pongan el grito en el cielo al oír eso y digan que RISC y CISC son fundamentalmente distintos), y he podido seguir el código, que es obviamente muy corto: 30,000 líneas de ensamblador (con comentarios incluidos). El juego corría de un sólo disco de 5¼ pulgadas, al fin y al cabo.

No creo poder hacer nada con el código, y menos ahorita con tan poquito tiempo, pero estaría padre que portaran el juego a mi Xperia Play (aunque puedo jugar la versión para NES en un emulador). A casi 25 años de que fue creado, sigue siendo uno de los mejores juegos que se han hecho, me parece.

Qué chido que lo liberaron.

Por pura suerte

Cuando estuve en Estados Unidos el año pasado compré un disco duro de 320 GB pensado exclusivamente para mis PlayStation 3. Mi modelo es de 80 GB, y sí he encontrado un poco limitante esa cantidad de espacio, así que decidí aumentarlo cuando llegara a México.

Cinco meses después, ayer para ser exacto, de hecho reemplacé el disco duro de mi PS3. No lo había hecho antes porque no había tenido mucho tiempo, y además no sabía bien a bien cómo funcionaba el procedimiento, y qué consecuencias tendría para mis juegos salvados y cosas así.

El procedimiento es muy sencillo; uno hace un respaldo del PS3, lo apaga, saca el disco duro (es ridículamente sencillo hacerlo), mete el nuevo, prende el PS3, instala la última versión del firmware, y reinstala el respaldo antes hecho. El procedimiento tarda del orden de cinco horas, donde aproximadamente cuatro son hacer el respaldo y después reinstalarlo.

Mi PS3 ahora tiene 320 GB (274 libres ahorita), y todo parece funcionar bien, excepto que tuve que reinstalar unos DLC que evidentemente no se respaldaron (probablemente por protección anticopia), y que en un juego los trofeos parecieron desaparecer un momento, hasta que jugué el juego con la consola conectada a la PSN y entonces ya reaparecieron.

Lo interesante del asunto es que nada más comprobé que mi consola funcionaba como debe de funcionar, agarré el disco duro viejito que tenía y lo conecté en Linux a ver si algo podía ver de sus contenidos. Evidentemente no pude ver nada; el disco duro no tiene ningún formato conocido, y además está encriptado. Pero lo interesante es que comenzó a hacer unos cliquidos sombríos, y que tarda en ser reconocido por mi computadora. Ahorita lo estoy formateando “a fondo”, para ver si hay errores; pero en mi experiencia esos cliquidos son señal de que el disco duro está a punto de morir.

Si ese es el caso, qué buena suerte que decidí cambiarle el disco duro a mi PS3 antes de que fallara.

God of War III

Después de mi platino en Batman: Arkham Asylum, el siguiente que saqué fue el de God of War III, a finales de enero.

God of War III

God of War III

God of War fue el primer juego del que obtuve un trofeo de platino, como ya comenté en otra entrada; el primer y segundo juegos me entretuvieron muchísimo, y de hecho los compré (venían juntos en un paquete) para poder jugar el tercero conociendo bien la historia.

En ese sentido, me decepcionó un poco.

No me malinterpreten: God of War III es sin duda alguna de los mejores juegos que tiene el PS3, y Kratos es sin duda alguna un gran personaje. El juego tiene unas gráficas impresionantes, la historia es una mamada, pero entretenida, y el modo de juego es básicamente el mismo que el de God of War y God of War II, así que si les gustaron las primeras dos partes, la tercera seguro lo hará también.

El problema que tengo con el juego es que el modo de juego es básicamente el mismo que el de God of War y God of War II. God of War III se siente como un juego del PS2 con gráficas del PS3. Se siente viejo de alguna manera, incluso con las impresionantes gráficas y los jefes al final de nivel que de verdad parecen dioses.

Creo que también colaboró para mi decepción que acabé un poco hasta la madre de Kratos. Nadie puede estar tan enojado tanto tiempo; y el final de la historia es un poco meh. Alguien como Kratos no merece redención.

Por último, el personaje de Pandora que al final uno tiene que estar protegiendo y resolviendo acertijos con ella (de una manera muy similar a Trip en Enslaved, del que hablé hace unas semanas), me parece que hace que Kratos se porte de forma inverosímil. ¿Por qué una adolescente flacucha haría que el guerrero que jamás ha mostrado compasión, de repente lo hiciera? La conexión con su hija es tenue, a lo más, y no justifica las acciones del espartano demente.

Los primeros dos juegos de la franquicia los acabé, y de inmediato me puse a jugarlos en la dificultad más perra aunque no lo necesitara para mi trofeo de platino. Esta última parte saqué el trofeo de platino, y no lo he vuelto a poner en mi PS3. A lo mejor lo hago después, pero la verdad ahorita no se me antoja en lo más mínimo.

Tal vez es el hecho de que he estado jugando muchos más juegos y de estilos muy variados, y que mi gusto se ha expandido un poco; o tal vez sencillamente ya me harté de ver a Kratos enojado matando a cualquier cosa que se le atraviese, e incluso a veces desviándose para matar cosas que no se le atravesaban. El punto es que aunque sí lo acabé y saqué mi platino, el psicótico dios de la guerra me terminó cansando al final.

Batman: Arkham Asylum

En enero, unas semanas después de que conseguí mi trofeo de platino en Uncharted: Drake’s Fortune, conseguí el platino de Batman: Arkham Asylum.

Batman: Arkham Asylum

Batman: Arkham Asylum

Siendo, como soy, fan de cómics, por supuesto había oído hablar de este videojuego, y cuando lo vi más o menos barato en California (acababa de salir la segunda parte), lo compré. Había leído básicamente en todos lados que el juego era lo mejor del universo desde que inventaron las tortillas con sal, pero incluso con tan buenas referencias, nada me pudo haber preparado para la experiencia de jugarlo.

Batman: Arkham Asylum es probablemente el mejor juego que yo haya jugado en el PlayStation 3, y es posible que el mejor que yo haya jugado en toda mi vida, sin importar en qué medio. No es mi juego favorito, pero eso no dificulta para nada que reconozca que es, para motivos prácticos, perfecto.

En el aspecto técnico es impecable: los gráficos son fabulosos, la música y efectos de sonido excelentes, y el modo de juego (gameplay, que le dicen en inglés) es perfecto: uno se siente Batman mientras atraviesa el Asilo Arkham rompiéndole costillas a prisioneros. Pero además las actuaciones son fenomenales, con el elenco de varias de las caricaturas del universo DC reinterpretando a sus personajes (en particular Mark Hamill como el Joker es sencillamente fenomenal); la historia está bien escrita y muy bien dirigida (sacada de los cómics mismos, y no de alguna película o serie de TV); y toda la ambientación del juego conspiran para que uno de verdad se sienta Batman.

Que fue de las cosas que me gustaron más del juego: es de los pocos juegos en el PS3 donde uno no mata absolutamente a nadie. Contrario a Uncharted, donde Nathan Drake mata a todo lo que se mueva, e incluso cosas que no se mueven, en Batman: Arkham Asylum uno nunca deja de portarse como Batman; jamás utiliza fuerza letal contra sus oponentes. De hecho, no utilicé ninguna guía para acabar el juego, y sin embargo obtuve los dos trofeos que uno se puede perder mientras se juega: uno consistía en salvar a un prisionero de que se ahogue con el gas del Joker, y otro en noquear a todos los criminales en un cuarto cerca del final. Yo ni siquiera sabía que ambas acciones me darían un trofeo; pero como uno se siente Batman, uno se porta como Batman, y entonces no podía dejar de hacer ninguna de las dos cosas.

Una vez acabado el juego (que sí me costó, porque lo jugué en el máximo nivel de dificultad), sacar el platino me llevó también algo de tiempo, porque hay que pasar unos “desafíos” (challenges), de combate y de moverse sigilosamente. Los segundos son relativamente sencillos; los primeros, un par son verdaderamente difíciles. Y para los que lo quieran jugar; hagan los desafíos primeros; les sirve de entrenamiento para el juego principal.

No puedo hacer suficiente énfasis en qué bueno es este juego; es de verdad perfecto. Tan es así, que estoy considerando seriamente volver a jugarlo nada más para poder volver a disfrutarlo; y de nuevo en el nivel máximo de dificultad.

Nada más me doctore (y consiga una chamba) planeo comprarme la segunda parte, Batman: Arkham City, que todo mundo dice es aún mejor que la primera.

Grand Thef Auto III en mi Xperia Play

Hoy regresando de comer me metí al Android Market para buscar una aplicación, y vi un gran anuncio de Grand Theft Auto III, la versión para Android. Yo ya sabía al respecto (lo leí aquí), pero como fue mientras estaba fuera de México, se me había olvidado. Hoy que vi que costaba menos de 70 pesos (4.59 USD), sin pensarlo mucho lo compré.

Grand Theft Auto III en mi Xperia Play

Grand Theft Auto III en mi Xperia Play

La verdad no esperaba mucho; yo supuse que necesitaría un teléfono con más galleta para correrlo (el Xperia Play no tiene dual-core). Me sorprendió: está súper fluida la animación, y además los controles del gamepad del teléfono funcionan igual a como en el PS3. Está poca madre.

Nada más tenga algo de tiempo, voy a regresar a la Liberty City de el silencioso personaje de GTA3. Nunca obtuve el 100% en ese juego, y estoy más que dispuesto a hacerlo ahora (y me imagino será mucho más sencillo que obtener el 100% en GTA4).

Uncharted: Drake’s Fortune

Después de sacar mi platino en Enslaved: Odyssey to the West, el siguiente que conseguí fue Uncharted: Drake’s Fortune.

Uncharted: Drake's Fortune

Uncharted: Drake’s Fortune

El primer juego de Uncharted se convirtió rápidamente en uno de los juegos estandartes del PS3; nada más estuvo barato (alrededor del tiempo en que salió la segunda parte) lo compré.

El juego es (en gran medida) una película donde uno toma control del personaje durante las escenas de acción, y donde uno no tiene el menor control sobre el destino del personaje. Uno puede hacer que maten a Nathan Drake, y fuera de eso sólo lo puede mantener con vida mientras sale la siguiente escena entre niveles.

No tomen eso como una crítica, necesariamente; es muy buen juego, con unos gráficos fabulosos, un combate fluido (si bien se vuelve rápidamente repetitivo), y una historia más que aceptable, dirigida por varios personajes encantadores, comenzando por Nathan Drake, que nada más oírlo como todo el tiempo se queja de las desgracias que le ocurren hace que valga la pena el juego.

Lo jugué y lo acabé en dificultad normal antes de mi viaje el año pasado, y lo disfruté bastante. Y luego me maldije a mí mismo por haberlo jugado en dificultad normal, porque para sacar el platino hay que acabar el juego en la dificultad más perra, y dicha dificultad ni siquiera está disponible sino hasta que uno acaba el juego en el modo difícil. Eso hizo que tuviera que jugar el juego tres veces, y sólo pude acabar la segunda antes de mi viaje.

Regresando a México lo retomé, y sí me llevó varios días poder acabarlo en la dificultad más perra; no en menor medida porque estaba jugando otras cosas al mismo tiempo. De hecho, por fin obtuve el platino en Uncharted un día después de obtener el platino en Enslaved.

Lo repito, el juego es muy bueno, pero yo sí acabé algo harto. En muchas partes salen y salen y salen enemigos, y cuando por fin uno los mata a todos, comienzan a salir más. Y Nathan Drake, por simpático y encantador que sea, pierde un poquito de su brillo cuando asesina sin el menor miramiento a los que deben ser del orden de cientos de enemigos. Todo el juego el personaje se comporta como este tipo “del diario”, pero mata decenas de piratas sin ningún problema.

Como sea, sí me gustó mucho el juego, y ya tengo la segunda parte esperándome en la Ciudad de México, aunque la verdad no sé cuándo pueda empezar a jugarlo. Yo sí lo recomiendo, especialmente porque ahora debe uno poder conseguirlo baratísimo.

Enslaved: Odyssey to the West

Después de obtener mi platino en Burn Out Paradise, el siguiente que conseguí fue el de Enslaved: Odyssey to the West.

Enslaved: Odyssey to the West

Enslaved: Odyssey to the West

Enslaved fue el primer juego que compré en California del que conseguí platino. Compré varios juegos usados en California porque en GameStop los juegos usados salen ridículamente baratos; mucho más baratos que aquí en México. Y la verdad, hasta pocos días antes de comprarlo jamás había oído hablar de él; visitando la página de GameStop para buscar juegos que me interesaban, de repente me lo recomendó con base en las búsquedas que había hecho. Comencé a leer acerca del juego, y me llamó la atención, así que lo compré. Resultó ser uno de los juegos que más he disfrutado en mi PlayStation.

La historia es una adaptación de los cuentos chinos del Rey Mono, muy alejada del material original. Mi papá me regaló varios libros del Rey Mono cuando era adolescente, y yo los disfruté enormemente. Exceptuando que el personaje principal se llama Mono, que hay una Trip y un Pigsy (la verdad no recuerdo cómo lo traducían al español), y que Mono usa una vara como arma principal y a veces “vuela” en una “nube”, la historia del videojuego no tiene casi nada que ver con la historia clásica del Rey Mono, Viaje al Oeste.

Eso no me importó mucho, porque de cualquier forma la historia está chida para un videojuego; en un mundo post apocalíptico (hey, dije chida, no original), un nómada solitario es atrapado por una organización que se dedica a esclavizar gente (aptamente llamados esclavizadores), pero consigue escapar después de que una muchacha logra hackear los sistemas donde los tienen atrapados. Después de seguirla hacia una cápsula de escape y estrellarse en las ruinas de Nueva York, el nómada (que dice que cuando alguien le quiere llamar de alguna forma generalmente es Monkey) despierta para descubrir que la muchacha (Tripitaka, o Trip en corto) lo ha esclavizado con una diadema que lo hace obedecer todas las órdenes que ella le dé, porque el no hacerlo le produce un dolor insoportable, en el mejor de los casos, o la muerte, en el peor. Si la muchacha se muere, él también estira la pata por supuesto.

La muchacha lo esclaviza (de ahí el nombre del videojuego) para forzarlo a que la ayude a regresar a su casa, de donde la raptaron los esclavizadores. La ironía del asunto no se le escapa a Mono, por supuesto.

El videojuego es uno bastante común de plataformas con un combate sencillo y un par de acertijos, nada del otro mundo. Lo que lo hace resaltar es el guión, que es muy divertido, emocionante, y tierno en muchas partes, y la actuación de los personajes. La voz de Mono la provee Andy Serkis, el actor que interpretó a Gollum en la triología del Señor de los Anillos, y a César en la última (y fabulosa, en gran medida por él) película del Planeta de los Simios. Serkis no sólo provee la voz; además utilizaron motion capture (al igual que en el Señor de los Anillos… y la última del Planeta de los Simios) para que sean sus gestos los que tiene el personaje durante todo el tiempo. El resultado es impresionante y muy satisfactorio; Enslaved es esos videojuegos donde de verdad uno se llega a encariñar con los personajes. La relación que se forma entre él y Trip, a lo largo del juego y de las fabulosas escenas entre niveles, hace por sí misma que valga la pena jugarlo.

Ayuda también que Trip es de los personajes secundarios en un videojuego más encantadores que he visto.

Trip

Trip

La crítica es casi universalmente halagadora con el juego; pero tristemente eso no hizo que vendiera muchas copias. Todo mundo concuerda en que es un juego fabuloso, pero no le fue tan bien como el estudio que lo hizo esperaba; y eso resultó en que una posible secuela se descartara. Eso a mí me entristece, pero creo que a la larga es mejor; la historia que relata el videojuego es muy padre, y la verdad no veo cómo una secuela podría hacerse sin que rompiera un poco el encanto de la historia original.

El juego es relativamente fácil, y por eso lo terminé muy rápido: de hecho en diciembre, en menos de dos semanas de que empecé a jugarlo, lo que creo es un récord para mí. Una vez terminado, obtener el trofeo de platino tampoco me costó mucho trabajo. Acabé tan emocionado con el juego, que casi de inmediato compré el único DLC que tiene en la PSN (la primera vez que compro un DLC en la PSN y no en disco)… y la verdad me decepcionó un poco. No está mal, pero el protagonista es Pigsy, y la verdad lo mejor que tiene Enslaved son Mono y Trip, así que pues ni es lo mismo, ni es igual. De cualquier forma pienso acabar el DLC (digo, ya lo compré), pero lo he dejado ir pasando.

Como sea, Enslaved es un juego más que recomendable, especialmente si cosas como historia y desarrollo de personajes (y sí, obviamente en mi caso, algo de romance) les atrae. Si son hardcore gamers a lo mejor les resulta un poco soso (digo, si yo lo acabé tan rápido debe ser facilísimo), pero yo lo encontré divertido y el mundo que Trip y Mono exploran (especialmente las ruinas de Nueva York) es vibrante y colorido, con una vegetación que poco a poco consume lo que queda de la enorme ciudad. Así que si pueden juéguenlo.

Especialmente si lo encuentran usado baratísimo.

Burnout Paradise

Después de conseguir mi platino en Red Dead Redemption, el siguiente que saqué fue Burnout Paradise.

Burnout Paradise

Burnout Paradise

Burnout Paradise lo compré un día que estaba haciendo mis compras en el Wal-Mart que está cerca de mi casa, y vi que lo tenían por alrededor de 250 pesos, nuevo. Los juegos de carreras en el PlayStation 3 tienen la particularidad de verse increíbles (ha habido mucha investigación en cómo hacer buenos gráficos para juegos de carreras desde hace como 30 años), y a mí siempre me han parecido muy divertidos.

Burnout Paradise tiene la característica de que no hay un menú donde uno seleccione qué carreras quiere uno correr; uno empieza el juego en el deshuesadero (el junk yard), donde elige uno un carro, y después hay que salir de ahí y recorrer la Paradise City, donde transcurre todo el juego. En cada semáforo hay un evento, que por supuesto incluye carreras normales, pero también hay muchas más modalidades de juego, y en cada una existe la característica de que hay mucho énfasis en choques espectaculares. Por ejemplo, en una de dichas modalidades hay que estrellarse contra la mayor cantidad de carros posibles, resultando en explosiones y destrucción en general.

Hasta cierto punto es similar a GTA IV o RDR; uno tiene a su disposición una ciudad completa que recorrer, y no hay un orden establecido en el que haya que jugar las “misiones” (o carreras). Pero mientras que en los dos primeros juegos eso siempre me pareció fabuloso, se vuelve un poco confuso en Burnout Paradise. Un juego de carreras en general yo lo compro para, digo, correr carreras.

Esto resultó en que jugara bastante el juego antes de salir de México para mi viaje, pero que no avanzara demasiado en los trofeos del mismo. Regresando, y una vez obtenido mi platino en RDR, retomé Burnout Paradise haciendo énfasis en sacar los trofeos. Creo que es el trofeo de platino más sencillo que he obtenido.

En los foros en línea para obtener información de cómo sacar trofeos todo mundo mencionaba que Burnout Paradise presentaba problemas con dos trofeos: uno que consiste en hacer que 8 jugadores se reúnan dentro del estadio de beisbol de Paradise City, y otro que consiste en que le choquen el carro a uno para que (con una webcam conectada al PS3) salga la foto de uno cuando eso ocurre. El primero es difícil porque hacer que 8 jugadores que no se conozcan trabajen en equipo siempre es complicado; el segundo requiere de una webcam que jale con el PS3, cosa que yo no tengo.

Sin embargo para mí ambos trofeos fueron fáciles de obtener: un día fue Juan a jugar a mi casa y llevó su PlayStation Eye (que por supuesto funciona como webcam en el PS3), y de inmediato obtuve el trofeo. Casualmente, en ese mismo juego saqué el del estadio de beisbol: fue completamente fortuito que alguien más hubiera configurado el juego en línea para esa modalidad, y luego vi que fui extremadamente afortunado, porque nunca más me volvió a tocar en línea que esa “misión” se estuviera jugando.

Con esos dos trofeos en la bolsa, sacar el resto en línea (que siempre es lo más difícil con este tipo de cosas) fue sólo cosa de ser paciente.

Burnout Paradise resultó para mí en suficiente diversión como para justificar su ridículamente bajo precio; no es mi juego preferido (ni siquiera de carreras), pero sí me entretuvo mucho más de lo que esperaba. No sé si regrese a él para maximizar las estadísticas de mi perfil; y ni siquiera sé si saque los trofeos de sus DLCs (y tampoco sé si estoy dispuesto a desembolsar el dinero para bajar algunos de sus DLCs, que de hecho si los comprara todos gastaría más en ellos que en lo que me costó el juego), pero por lo que pagué lo que obtuve ha sido de las mejores inversiones que he hecho en juegos para mi PS3.

Así que si lo ven en Wal-Mart por menos de 300 pesos, yo sí lo recomiendo.

Red Dead Redemption

Como he vuelto a jugar (por fin) en mi PS3, he decidido comenzar a hacer pequeñas reseñas de los juegos donde por fin consigo el trofeo de platino. Dado que a) en general nunca compro juegos justo cuando acaban de salir, y b) no soy ni de lejos el mejor jugador del mundo, lo que va terminar pasando es que la mayor parte de las veces voy a reseñar juegos que salieron hace como quince millones de años, pero de los cuales yo hasta ahora por fin conseguí el trofeo de platino.

La primera reseña de este estilo (y por ende mi primer trofeo de platino) la pueden leer aquí, cuando terminé God of War. Después de eso y antes de irme de viaje terminé también God of War II, pero la verdad no creo que merezca una reseña por sí mismo: son las mismas mamadas que God of War. El siguiente juego del que conseguí el platino fue Red Dead Redemption.

Red Dead Redemption

Red Dead Redemption

Red Dead Redemption lo compré un día que lo encontré muy barato en GamePlanet. Después de eso lo instalé, y no lo volví a tocar durante meses. A inicios de este año que termina comencé a jugarlo en serio, y me sorprendió lo mucho que me gustó. Inicialmente yo creí que sería como Grand Theft Auto IV con vaqueritos, pero de hecho es mucho mejor y tiene una mucho mejor historia que GTA IV.

En el juego, uno interpreta a un pistolero vuelto ranchero y tratando de abandonar sus modos fuera de la ley, al cual básicamente el gobierno le rapta a la mujer y su hijo para forzarlo a que rastree y capture a un ex compañero de crimen. Como suele ser en este tipo de juegos, las misiones se pueden llevar a cabo en el orden que uno quiera (y de hecho uno puede no hacerlas), y hay decenas de actividades ajenas a las misiones que uno puede realizar. Por ejemplo, un día iba yo en mi caballo (es divertidísimo montar a caballo, por cierto), y vi un aguilita volando en el cielo, y como no soy particularmente en pro de los derechos de los animales, le pegué un balazo. Eso abrió una serie de submisiones basadas en cazar animales; el juego está lleno de sorpresitas de ese estilo.

El personaje, John Marston, es muchísimo más entrañable que el psicótico Nico, y el juego es mucho más abierto de lo que GTA IV es. Además tiene bastantes más cosas para que valga la pena volver a jugarlo. Como me pasó con GoW, RDR es un juego al que quiero regresar para maximizar todas las estadísticas de mi personaje.

En trofeos es mucho más noble que GTA IV; no hay una misión que uno tenga que jugar miles de veces, ni tampoco hay un trofeo que sea endemoniadamente difícil de sacar. De hecho, el trofeo de platino debí haberlo obtenido antes de salir de México a mi viaje, pero después de que crackearon la PlayStation Network, cuando todo volvió a la normalidad, un trofeo viral dejó de propagarse.

RockStar, la compañía que hizo RDR (y GTA IV) tiene la costumbre de agregar un trofeo viral en sus juegos. La idea es que cuando se juega en línea, un jugador obtiene el trofeo si llega a matar a un desarrollador de RockStar. Pero cuando otro jugador a su vez mate a un jugador que ya tiene el trofeo, el nuevo jugador también lo obtiene. Después del incidente con la PSN, el aspecto viral del trofeo dejó de funcionar, y yo tuve que dejar el país con sólo un trofeo faltante en RDR (y el de platino, obviamente). Durante los seis meses que estuve fuera, la falla fue reparada.

Así que, después de regresar y de que estuve a punto de morirme por intoxicación con gas, por fin conecté mi PS3 y lo primero que hice fue meterme a RDR en línea, y matar al primer pobre güey que tuvo la mala suerte de toparse conmigo. De inmediato (y un poco anticlimáticamente), el trofeo me apareció y obtuve mi platino.

En Los Angeles compré Red Dead Redemption: Undead Nightmare, y lo comencé para ver cómo estaba. Se ve muy divertido, y espero acabarlo eventualmente. Y como mencioné arriba, RDR es un juego al que regresaré para seguirle explotando cosas (cazar osos es por alguna razón increíblemente divertido). Lo recomiendo ampliamente.

Just a little weird

Como comenté en mi entrada anterior, estoy jugando GTA IV en línea para sacar todos mis trofeos. Así que estoy ahí sin hacerle daño a nadie (al menos no en el mundo real: en el juego se trata de destazarnos los unos a los otros), cuando comienzo a hacer buen equipo con otro jugador. Después de un rato así, lo invito a ser mi “amigo” en la PSN, porque las misiones son más fáciles de hacer una vez que ya conoces a alguien y cada quién sabe qué hacer.

Al rato me invita a una partida, y me le uno a él y otro más que tienen un ID en la PSN bastante similar, y jugamos un rato, sin nada memorable que comentar al respecto. Y entonces el otro me pide que sea su “amigo”, lo agrego, y al rato me invitan a un chat. Lo primero que me preguntan es de dónde soy; la PSN funciona de tal forma que cada usuario dice su país al inscribirse, pero como un montón de países no estaban en la lista hasta hace poco, y de hecho muchos siguen sin estarlo, son muchos los usuarios que se inventan su lugar de origen (mi ID dice que soy de Canadá, por ejemplo: no estaba México en la lista de países cuando me regalaron mi PS3, y me negué rotundamente a hacerme pasar por gringo).

Así que les digo que soy de México, y acto seguido me dicen que son de Arabia Saudita. Uno de ellos, con un inglés pésimo; el otro ni siquiera intentaba hablar en inglés, y como aparecían símbolos raros en el chat supuse que hablaban en árabe entre ellos. E inmediatamente después me pregunta si soy musulmán, y cuando le digo que no me pregunta que por qué.

Ahora, trato de ser respetuoso en línea, así que les digo que pues nada más no soy y ya, y entonces empezó a ponerse rara la conversación. Trataría de explicárselas, pero la verdad sí estuvo medio bizarro: la plática variaba entre que querían convertirme al Islam, y que querían tener sexo conmigo (al menos hasta que por fin entendieron que era hombre). O algo así: la verdad no me queda claro qué tanto entendí de la conversación.

Total que por fin les dije que yo sólo quería juntar lanita para mi trofeo, que esto se estaba poniendo un poquito extraño, y que los veía al rato.

Y es por eso que en general no participo en pendejadas sociales en línea.

Boosting

Grand Theft Auto IV es el juego que más he jugado en mi PlayStation 3, por mucho. Nada más me regaló la consola mi hermano, fui y lo compré, y aunque he tenido sesiones muy intensas de RockBand (y otros juegos, como God of War), GTA IV es sin duda lo que más he jugado.

Ahora, God of War, que lo compré este año y he jugado menos de dos meses (me parece), ya tengo el trofeo de Platino, que generalmente es el que se da cuando uno obtiene todos los demás trofeos del juego. No tengo el trofeo de Platino de GTA IV, y esto tiene una explicación muy sencilla: obtener todos los trofeos de God of War es de sentarse y jugar. Uno solito: hombre contra la computadora.

GTA IV requiere varios trofeos que sólo se pueden obtener jugando en línea.

Antes de meterme a la idiota tarea de sacar todos mis trofeos de GTA IV, nunca había jugado en línea con mi PS3. Tiene que ver que mis dos mejores amigos que cuentan con la consola, resulta que en general la intersección de juegos que nos gustan es vacía. Y sencillamente estar jugando con desconocidos me daba más bien hueva.

Pero pues comencé a jugar en línea, y comencé a sacar mis trofeos. Me faltan 3, que realmente son dos, porque el tercero sale automáticamente cuando obtenga los otros dos (es el de Platino). Uno de ellos según las estadísticas del juego ya me lo deberían haber dado, pero he leído que es común que se retrase el registro de las victorias en los servidores de RockStar, así que sólo espero que salte de repente. Ese trofeo consiste en ganar todas las modalidades de juegos multijugadores. Y es en serio todas: quiere decir ganar 3 juegos todos-contra-todos, 5 juegos equipo-contra-equipo, y 3 juegos cooperativos. Eso, y 108 carreras.

Sí, leyeron bien: 108 carreras. Es el infame trofeo Auf Wiedersehen Petrovic, y es una mierda el sacarlo. La única forma sana de hacerlo es ponerse de acuerdo con algún otro vato, y jugar uno contra otro ganando una carrera el primero y otra el segundo, y así hasta recorrer todas las malditas carreras. Dado que varias carreras duran más de 10 minutos, eso se traduce a horas de estar dedicándose a sacar el trofeo.

Siendo sano, me puse de acuerdo con varios güeyes para ir sacando poco a poco el trofeo, y por fin tengo todo (aunque el trofeo en sí sigue sin aparecerme; voy a dejar pasar unos días a ver si los servidores de RockStar por fin registran todo). Eso llevó varias semanas de mi tiempo (claro, no juego las 24 horas al día… si no sólo hubiera llevado días).

El único otro trofeo que me faltaría (si sí me aparece el AWP), es uno todavía más ojete: se llama Wanted, y consigue en obtener un nivel de 10 jugando en línea. Uno empieza en nivel 0, y llega al 1 cuando gana uno gana $1,000, al 2 cuando uno gana $10,000, al 3 cuando uno gana $50,000, etc., etc.

El nivel 10 se obtiene cunando uno llega a $5,000,000. Y dado que la manera más eficiente de obtenerlo es el jugar una modalidad cooperativa que se puede acabar en 3 minutos, y que uno gana $4,500 al hacerlo, quiere decir que lo fuerzan a uno a jugar GTA IV en línea mucho tiempo. Ahorita tengo nivel 5, y ando por los $300,000. Eso quiere decir que tengo que jugar unas 1,044 veces la misión: si lo hago en 3 minutos por misión (que no es sencillo), me llevará 52 horas. Dedicándole 4 horas al día (y eso es suponiendo que no juego nada más), me llevaría 13 días sin pausa (que no juego todos los días).

Ya parece chamba.

No sé si mentarles la madre o admirar a los de RockStar: GTA IV salió hace 4 años, y con la pendejada de sus trofeos inalcanzables han conseguido mantener una comunidad de jugadores en línea muy activa. Siempre hay gente jugando, y muchos de ellos en general lo hacemos por querer sacar todos nuestros trofeos. Que la idea de los trofeos es igualmente diabólica, por cierto.

Originalmente iba a escribir de otra cosa, pero la introducción creció a una entrada por sí misma. Al ratito escribo lo que de verdad quería escribir, que estuvo medio kafkiano.