Los quejumbrosos

Hay un sector pequeño (y que por lo tanto no tiene mucha relevancia a la hora de contar los votos), pero en mi opinión importante. Es gente que posiblemente vaya a votar por la Transformación este dos de junio; que en el peor de los casos sencillamente no votará; pero que jamás votarían por nuestra desesperada y triste oposición, porque son fundamentalmente personas decentes.

Eso sí, se quejan de un chingo de cosas; y por eso me gusta llamarles los quejumbrosos.

La mayoría de las quejas que tienen son resultado, en muchas ocasiones, de que viven en su búrbuja (como gran parte de los que no apoyan la Transformación) y entonces creen muchas veces en cosas que son falsas, como que de verdad casi no hay medicamentos en los hospitales públicos y que además es porque son incompetentes los de la Transformación; o que los libros de texto gratuitos ya no tienen matemáticas, porque a la Transformación no le parece algo importante que deban estudiar los niños.

Sin embargo, están conscientes de que el PRI es actualmente una bazofia (y de hecho en general nunca votaron por el PRI y nunca lo harían); saben que el PAN está asociado al fascismo y el mochismo y que no es muy distinto del PRI; que votar por el cascarón podrido del PRD es básicamente tirar a la basura dicho voto; y que MC es, en el mejor de los casos, intrascendente.

Entonces votan por Morena, básicamente bajo protesta diciéndose que de todo lo malo, es lo menos pior; o no votan, en el peor de los casos.

Como digo al inicio, muchos integrantes de este sector son fundamentalmente gente decente; les interesa (al menos en teoría) que disminuya la desigualdad económica; son progresistas en cuestiones de género y la comunidad LGBTAQRZXWΓΨΘД; son “indigenistas” superficialmente (van a Tepoztlán, si no es que tienen casa de fin de semana ahí, y usan huipiles o similares); y son, en resumen, lo que en mis círculos movilizados siempre describimos como “izquierdistas” de café: se dicen izquierdistas, pero la acción izquierdista más fuerte que jamás han hecho, es discutir sus opiniones “progresistas” mientras se toman un café en Coyoacán.

En defensa de ellos, generalmente salen a votar; y cuando lo hacen (como dije arriba) lo común es que lo hagan por los candidatos que representan las causas que en los hechos compartimos. Pero básicamente esa es su única contribución a la democracia en México; y, como ya mencioné, a veces ni eso.

En general nunca se han movilizado. Si los cuestiona uno por qué nunca se han movilizado, probablemente responderán que nunca sintieron que su participación en una movilización pudiera servir de algo; pero en el fondo siempre hay un sutil (y es posible que a veces inconsciente) desprecio por la banda que sí se moviliza: para gente educada, como ellos (suelen tener una muy amplia y buena educación), el estar marchando, estallando huelgas o participando en plantones es inherentemente algo que le corresponde a la gente debajo de su condición. Porque son, aunque muchas veces ni se den cuenta, increíblemente clasistas.

Bueno, estos cabrones suelen ser de los críticos más vocales de la Transformación; muchas veces por literalmente ignorancia de que ni siquiera se toman en serio la responsabilidad que tienen de mantenerse bien informados; pero a veces con toda la razón del mundo. Es gente en general preparada y (repito) fundamentalmente decente: si algo les parece mal y no es una tergiversación o invención de nuestra desesperada y triste oposición, es altamente probable que tengan un punto que merece ser atendido.

La cosa es que es desesperantemente difícil tomarlos en serio porque normalmente ignoran el contexto y las prioridades del movimiento que es la Transformación (por el bien de todos, primero los pobres); y porque creen nada más que porque tienen la razón (probablemente, a veces), que las cosas deberían hacerse como ellos quieren en automático, como si fuera magia.

No están dispuestos ni a escribir y firmar una carta, en muchos casos; mucho menos movilizarse de ninguna manera. Porque eso está por debajo de ellos, evidentemente.

Las conversaciones con los quejumbrosos acerca de sus quejumbres suele ser de este estilo:

  • Quejumbroso: Está mal X.
  • Chairo: OK, ¿por qué?
  • Quejumbroso: Porque no me gusta.
  • Chairo: Mmmhh, interesante argumento, ¿puedes elaborar?
  • Quejumbroso: Elabora, y sorprendentemente tiene sentido lo que dice.
  • Chairo: Ah, OK, ¿qué propones para solucionarlo?
  • Quejumbroso: Ese no es mi trabajo; pero X está mal.
  • Chairo: Sí, bueno; reconocerlo es el primer paso, pero necesitamos más para poder resolverlo.
  • Quejumbroso: OK, deberían dar más dinero a Y.
  • Chairo: OK, ¿a cuántos mexicanos afecta X?
  • Quejumbroso: A mí y a otros tres güeyes.
  • Chairo: ¿Sí te das cuenta que hay como putamil grupitos como el de ustedes que también quieren dinero?
  • Quejumbroso: Sí, pero nosotros sí somos importantes.
  • Chairo: OK; ¿qué están dispuestos, tú y tus tres amiguitos, a hacer al respecto?
  • Quejumbroso: Nada.
  • Chairo: Oh.
  • Quejumbroso: Excepto tal vez quejarnos cuando tomemos café en Coyoacán.
  • Chairo: Oh.
  • Quejumbroso: En particular cuando tomemos café contigo.
  • Chairo: Oh. Oh no.

Obviamente estoy caricaturizando; pero de verdad a veces así se siente, especialmente porque yo suelo ser el chairo de la ecuación. Y tengo suficientes amigos y colegas quejumbrosos como para que ya me tengan medio hasta la madre de que se quejen conmigo. Tampoco ayuda que nunca los escuché quejarse de los gobiernos priistas neoliberales y panistas, cuando esos gobiernos literalmente estaban destruyendo al país y causando decenas de miles de muertos. Ahora es cuando se quejan.

Una cosa que ocurre más comúnmente de lo que uno esperaría, es que los quejumbrosos dicen que no hacen nada (más que quejarse en redes sociales, que es el equivalente moderno de quejarse en un café de Coyoacán) porque temen “represalias”. Es muy difícil no perderles todo el respeto ahí y en ese momento, cuando mataron, desaparecieron, torturaron y encarcelaron a miles de mexicanos en nuestro movimiento para que pudiéramos tener a este gobierno de Transformación, que por muchas fallas que tenga (y que estamos coscientes que las tiene), representa y encarna nuestras demandas de décadas. Y que dicho gobierno no mata, desaparece, tortura o encarcela a sus críticos, hecho del que cualquiera con dos dedos de frente puede percatarse.

No se sienten parte del movimiento de Transformación porque no lo son; nunca se han movilizado los cabrones, repito.

Y fallan en comprender que la Transformación, que Morena, es un movimiento. No es nada más un partido político; no es nada más gobernantes, legisladores y políticos profesionales: es un movimiento popular de masas.

La enorme mayoría de la gente que se moviliza por Morena y la Transformación son, por definición, ciudadanos comunes y corrientes. No esperan un cargo político; ni siquiera esperan un beneficio específico, mucho menos económico. Están ahí porque creen en el proyecto de nación y están (estamos) convencidos de que implementarlo resultará en beneficios para todos (incluyendo nuestros mismos adversarios políticos); en general de forma indirecta, muy pocas veces de forma directa. Venga, ya estamos viendo en este sexenio que sí funciona.

Por el bien de todos, primero los pobres.

Y no entienden que ese proyecto no fue una idea genial del Peje; como su continuación no será una idea genial de Claudia: es un trabajo en equipo de formar un enorme consenso nacional, donde participan muchísimos miembros del movimiento. No los dirigentes nada más; no los representantes nada más: el pueblo movilizado que forma las bases de Morena. Así está construido ese partido político, de origen.

No les cabe esto en la cabeza a los quejumbrosos, porque en el fondo muchos sienten que la gente movilizada son acarreados, o borregos, o carne de cañón política. No es así; y esto es fácilmente demostrable si van y se paran un día en estas movilizaciones: sí, de repente hay acarreados (lamentablemente se volvió una práctica casi fundamental del sistema político mexicano gracias al PRI, y no la hemos erradicado por completo); pero es medio trivial descubrir que la enorme mayoría de los movilizados no son acarreados. Por eso ganamos las elecciones con los márgenes que vemos.

Yo no estoy registrado con Morena (aunque he sido representante del partido en casilla), pero sí conozco a muchos miembros. Y no sólo académicos o antiguos compañeros de lucha; conozco obreros, jubilados, maestros que son miembros de Morena. Casi todos participan en las discusiones de cómo están las cosas y qué es lo que hay que hacer hacia el futuro: son miembros fundamentales del movimiento. Y se les toma en cuenta; no existirían estos niveles de aprobación y de intención de voto si no fuera así. Es por eso que cosas como la ridícula alianza del partido con Jorge Hank Rhon se cayó a pedazos: las bases en Baja California increparon a los dirigentes que cómo chingados hacían eso y se les escuchó.

(Por cierto; es de risa loca ver cómo estas bases de Morena, muchas veces con sólo primaria o secundaria como educación formal, suelen estar mucho mejor informadas que gente que me consta que tiene muy buena educación y que no es idiota.)

Entonces estos adorables quejumbrosos, que (en general) nunca se han movilizado en su vida, pues tampoco se han movilizado, ni a favor ni encontra, del Movimiento de Regeneración Nacional. Eso “no sirve de nada”, o puede “causar represalias”, o es sólo “para acarreados”.

Y se sorprenden de que sus intereses específicos (que suelen afectar a tres güeyes) no sean la principal prioridad de la Transformación.

¿Quieren que ciertas políticas o programas cambien, se reemplacen o implementen? Bueno, ¿qué van a hacer al respecto, además de quejarse en un café de Coyoacán o poner una publicación en sus redes sociales? Porque si nada más hacen eso, sirve exactamente lo mismo que una chingada.

Los de Morena están (estamos) movilizados. Es en principal beneficio de los quejumbrosos que también se movilicen.

No es un problema que se reduzca a números; es un problema de convencer. Porque en una democracia tienen que convencer a la mayoría, la “buenitud” de un programa o política por sí misma no basta para que se implemente. Y sus grados académicos, riqueza personal o inteligencia no son en sí mismos suficientes para que nos convenzan: ¿cómo se implementa el programa? ¿En qué beneficia al país, de preferencia con respecto a los más necesitados? ¿Es sostenible, seguirá siendo factible en 50 años? ¿Se puede convencer a parte de la iniciativa privada para que le entre al financiamiento? ¿Se puede generalizar para que beneficie a la mayor parte posible de la población?

Le tienen que entrar al juego político: porque todos tenemos que entrarle al juego político; que la vida pública sea cada vez más pública. Lo mínimo es votar, pero hay que participar en los foros de consulta, en los pebliscitos, en las movilizaciones.

Jon Stewart regresó, después de 9 años, a dirigir The Daily Show los lunes, y en su primer programa dijo algo que a mí me gustó mucho (los gringos votan el 5 de noviembre):

And it’s all going to make you feel like Tuesday, November 5, is the only day that matters. And that day does matter. But, man, November 6 ain’t nothing to sneeze at, or November 7. If your guy looses, bad things might happen. But the country is not over. And if your guy wins, the country is in no way saved. I’ve learned one thing over these last nine years. And I was glib at best and probably dismissive at worst about this. The work of making this world resemble one that you would prefer to live in is a lunchpail fuckin’ job, day in and day out, where thousands of commited, anonymous, smart, and dedicated people bang on closed doors and pick up those that are fallen and grind away on issues till they get a positive result. And even then, have to stay on to make sure that result holds. So the good news is I’m not saying you don’t have to worry about who wins the election. I’m saying you have to worry about every day before it and every day after. Forever.

Se aplica exactamente lo mismo aquí en México: es nuestra chamba, queridos lectores, de todos los mexicanos. No importa por quién votemos o qué programas o políticas prefiramos. Y es para toda la vida.

¿Quieren seguir nada más quejándose en un café de Coyoacán o publicando entraditas en sus redes sociales? Digo, pueden hacerlo, nadie los obliga a otra cosa. Sólo entiendan que no sirve absolutamente para nada.

¿Quieren ver cambio positivo? Dejen de estar de quejumbrosos y movilícense. Y sigan movilizándose; una y otra y otra y otra vez: cada día todos los días.

Para siempre.

14 comentarios sobre “Los quejumbrosos

  1. Me parece bien lo que dices. Pero en mi experiencia las manifestaciones de la 4T han sido siempre más del 80% de acarreados. Ahora el dinero se nota más. Hoy se nota que la 4T tiene dinero hasta para lanzar pa arriba en sus mítines. Otros cambios, por ejemplo, hay una sección VIP donde se sientan los hijos del presidente y la elite del partido. Eso no existía antes. Los Taibos, Noronas, Epigmenios y otros eran una bolita que se colocaban siempre en el centro como a 100 metros del estrado.

    La 4T es la heredera del PRI, y usan los mismos métodos de cuotas caciquiles de poder. Por eso los caciques regionales mandan un cierto número de acarreados y en base a eso se les reconoce la fuerza, etc.

    Eso se nota porque la mayoría de la gente no presta atención a lo que dice Amlo o los oradores en turno, solo está al pendiente un pequeño grupo al frente. La mayoría de la gente voltea para todos lados a ver cuando se acaba el mitin para regresarse. Algunos quieren desocuparse para ir a algun lugar de la ciudad antes de regresarse a su pueblo.

    La mayoría de los acarreados vienen de otros lugares del pais. Ya ni siquiera los traen de Iztapalapa o Ecatepec, de donde sería fácil, sino de otros estados.

    Ahi si tengo que que aceptar que los mítines de Xóchitl tienen más apariencia de ser más clasemedieros, fifís o ciudadanos. Aunque hay algunos sindicatos del PRI que apoyan a Xóchitl y ahi se nota algo de acarreo tambien.

    1. No, no estoy de acuerdo. Sí hay acarreados (como dije, se volvió una práctica casi fundamental de la vida política mexicana), pero ¿80%? ¿De dónde sacas ese número? ¿De tu corazoncito?

      Si hubieras ido a la megamarcha del 22 (la de la foto de la portada del último libro del Presidente), o al inicio de la campaña de Claudia, habrías visto que es logísticamente imposible que de esos centenares de miles de personas, 80% fueran acarreados.

      Te inventaste un número, y evidentemente no puedes demostrar lo que dices.

      Sí hay acarreados, sin duda; también son minoría (y disminuyendo), sin duda.

  2. Claro, tienes razón en todo lo que comentas amigo y compañero! Para que la derecha quiera continuar supuestamente los programas sociales de AMLO, es porque saben que funcionan. Y esto es apenas un poco de lo mucho que ya se ha hecho en favor de la mayoría que antes era pisoteada.

  3. Hace tiempo escuche a Lorenzo Meyer decir que la diferencia entre derecha e izquierda es que la primera, la derecha, actúa movida por intereses, mientras que la segunda, la izquierda, actúa movida por principios.
    De acuerdo con esta observación, prácticamente todos esos quejumbrosos no son más que mercaderes de la política con discurso de izquierda. Se llenan la boca con pueblo, pobres, indígenas, pero estan estirando la mano para que les den dinero para su proyectito, su peliculita, su centrito, o cualquier mmd.
    El lema “Por el bien de todos primero los pobres” no es precisamente lo que les conviene.
    Son mercachifles de la política, cultura, etc.

    1. Entiendo tu postura, pero no la comparto al 100%. Obviamente hay gente como la que tú describes entre los quejumbrosos; pero algunos sencillamente no les pasa por la cabeza (por múltiples motivos, no todos egoístas) que también pueden y deben movilizarse.

      Conozco varios así; estoy convencido de que son en general buenas personas. Sólo muchas veces no terriblemente bien informadas.

      1. Lo que pasa es que Amlo ha maltratado a los intelectuales y ahora quiere que apoyen al regimen neo-priista de la cuarta transfomacion: PNR, PRM, PRI, Morena.

        El presidente quiere que lo apoyen diciendo mentiras, verdades, medio verdades, o como sea.

        No quieren intelectuales autonomos, quieren textoservidores.

        Mucha gente no esta dispuesta a eso, como tu comprenderas.

        1. ¿Y cómo los ha maltratado el Peje, nuestro cruel dictador, según tú? ¿Les dijo cosas feas y se sintieron tristes por eso? Uy, qué terrible maltrato. Llamen a las Naciones Unidas, por favor, están violentando violentamente y con violencia a nuestros pobrecitos intelectuales.

          Es imposible de verdad tener una discusión inteligente si lo único que pueden hacer es vomitar la primera pendejada que se les viene a la cabeza.

          Si alguien dice verdades en favor del Peje (como que disminuyó la pobreza y aumentó los salarios), evidentemente es algo que es imposible de criticar; y si dicen “medias verdades”, que me imagino quieres decir enfatizan lo bueno y disminuyen lo malo, pero quién sabe dado que no tengo idea cómo funcionen (si acaso) tus procesos mentales, esto puede ser un análisis válido y es básicamente lo que hace todo mundo que hace análisis político: el chiste es dónde está dicho énfasis y por qué razón se enfocan ahí.

          Así que dime, por favor, un único ejemplo que puedas de un “textoservidor” que diga mentiras descaradas en favor del Peje. Bajo tu definición, además, debe ser un intelectual, no un sencillo militante que simplemente esté siendo hiperbólico. Si no puedes dar un ejemplo concreto, no vuelvo a publicar ninguno de tus comentarios, es una pérdida de mi tiempo.

          Y, m’ijito, el PNR de Calles y el PRM de Cárdenas no tienen nada que ver con el PRI de Salinas. Estudia un poquito de historia, a ver si te medio educas.

          1. Es dificil encontrar intelectuales cuyas mentiras sean claramente probadas como falsas. Siempre plantean las cosas dejando una puerta abierta a que se interprete como opinion o punto de vista.

            El unico que dice cosas demostrablemente falsas es Amlo, quiza porque habla demasiado, es muy descuidado o le vale. Por ejemplo, cuando dijo y repitio que era falso que hubiera escasez de medicamentos, y tiempo despues decir que para el mes tal se va a acabar la escasez de medicamentos, para despues volver a decir que para el mes tal ya se va a acabar la escasez de medicamentos y para finalmente decir que con la farmaciota ya ahora si de deveras se iba a acabar la escasez de alimentos.

            Ahora, tu me preguntaste por intelectuales verdaderos que digan mentiras. El problema es que hay pocos intelectuales en la 4t, y los pocos que estaban ya se desmarcaron por el maltrato del peje y su falta de fervor a la causa: Zepeda Paterson, Juan Villoro y Carmen Aristegui. Tu dirias que los maltratos verbales del Peje son poca cosa, a lo mejor esperas que los intelectuales maltratados siguan defendiendo a la 4t. Bueno, ya sabes, hay gente que tiene dignidad.

            No obstante, de los intelectuales (medio chafas) que todavia quedan en la 4T un ejemplo de mentira demostrable es la que dijeron los moneros en el programa el Chamuco, 22 de junio 2021 minuto 9:40, cuando dijeron y asintieron que no habia escasez de medicamentos, en particular que no habia escasez de medicamentos contra el cancer y que todo era infodemia y un complot donde los padres estaban siendo utilizados. Ok, son intelectuales medio chafas, pero es lo unico que hay y el Fisgon es director del Instituto Nacional de Formación Política de Morena.

            Sin embargo, no hay que perder de vista que hacerse pendejo y no cuestionar los motivos, razones o resultados del gobierno es donde se da la mayor abyection de los intelectuales o semiintelectuales de la 4T. Cuando no cuestionan el que Amlo haya ido seis veces a Badirahuato y acepten su explicacion de que “voy porque me gusta ir”. Cuando se callan de la escasez de medicamentos, cuando no dicen nada de la destruccionpor la construccion del Tren Maya, y cuando se callan y aceptan las narrativas de la militarizacion y del intento de apoderarse del Poder Judicial.

            Ahora, tu mismo dices mentiras aqui en tu pagina. No se si seas intelectual o militante hiperbolico. Dijiste que Amlo habia logrado el mayor nivel de crecimiento del PIB de la historia, cuando es obvio y todo mundo sabe que el crecimiento de la economia de amlo es el segundo peor en la historia desde que se empezo a calcular esa variable por alla por 1940. El unico presidente que le gana en el mal desempeno ha sido Miguel de la Madrid. Por que crees que el Peje y la 4t simplemente han dejado de hablar del tema?

            Otras mentiras tienen que ver con eso de que el gobierno de Amlo no ha endeudado mas al pais. Pero bueno, hay muchas cosas y ya es demasiado.

          2. No hay escasez de medicamentos, realmente; que no es lo mismo a decir que en algunos casos no se encuentran los medicamentos. Sí, a veces no ha habido medicinas: pero (a), en general no en peor medida que en sexenios anteriores; y (b), es en muchos casos sí es algo fabricado: en particular justo con los medicamentos contra el cáncer. Si te interesa educarte, en este video de Fabrizio Mejía se explica bastante bien cómo estuvo la crisis fabricada por los que en sexenios anteriores se enriquecieron con contratos leoninos para proveer medicinas: pero no te interesa educarte, ¿verdad? Te interesa únicamente reafirmar tus sesgos.

            La evidencia más efectiva de que no hay escasez de medicamentos, es sencillamente el hecho de que la enorme mayoría de la población utiliza el servicio de salud público, y la enorme mayoría de la población sigue apoyando al presidente. Pero de nuevo, a ti no te interesa analizar nada profundamente, si sí te crees cuentos como esos.

            Del PIB: tu ignorancia es casi enternecedora. No sé si te enteraste, pero en el 2020 ocurrió una pandemia: fue noticia más o menos conocida en todo el mundo. Eso causó que en México (y todo el mundo) los PIBs se desplomaran; si tomas en cuenta la pandemia (y la subsecuente recuperación en México), el crecimiento del PIB es de los mejores que ha habido, ciertamente este siglo. No me creas a mí: ve los números. Pero repito, no te interesa educarte, ¿verdad? Te interesa únicamente confirmar tus sesgos.

            De #narcopresidente; primero, ¿tu crees que un presidente se reuniría con un narco? Por su puesto que no; mandaría un achichincle. Segundo; ¿sabes por qué ha ido el Peje a Badirahuato? A supervisar e inaugurar obras. ¿Por qué ahí? Justamente para darles opciones a los jóvenes en lugar de obligarlos a unirse al narco, como hacían gobiernos anteriores. ¿Esas son las únicas pruebas que tienen? Es patético.

            Infórmate bien; evidentemente crees muchas pendejadas que varios medios corporativos cacarean. O no lo hagas; allá tú. Sólo entonces no vas a comprender por qué va a ganar Claudia tan abrumadoramente en junio.

            Y está bien si no lo quieres entender; obviamente sólo quieres reafirmar lo que ya crees como dogma.

    1. No, para nada; sólo no dijiste nada referente a esta entrada, además de que realmente lo que querías era diseminar la campaña sucia de #NarcoPresidente. Pensé en aprobar tu pobremente escrito comentario, dado que al parecer de hecho ayuda a la Transformación: Reforma acaba de publicar su encuesta, donde el Peje tiene 73% de aprobación, lo que quiere decir que aumentó su popularidad durante dicha campaña.

      Sin embargo al final no lo aprobé, porque no voy a ofrecer mi espacio a gente que no está realmente contribuyendo a una discusión inteligente. Esta entrada es acerca de las personas cercanas a la Transformación, pero que se quejan mucho de ella, ¿qué tenía que ver el vómito de ideas desconectadas que escribiste con eso?

      Si tienes algo inteligente que contribuir, no te preocupes, lo publicaré. Pero si sólo es un pedazo de mierda más de la tonelada que le lanzan a nuestro Presidente, no lo haré; incluso si de hecho le ayuda (como al parecer es lo que está pasando).

    1. Es nuestro Presidente, aunque el hecho te haga llorar.

      Y Claudia va a ganar; probablemente no con 73%, pero definitivamente va a ganar. De nuevo, aunque el hecho te haga llorar.

      Este fue tu último comentario publicado; demostraste tener las habilidades para debatir de un niño de 4 años.

      Que no me extraña; te hacen llorar muchas cosas.

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