Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz

Cuando Xóchitl salió a la luz pública nacional, como la comisionada ídem para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas con el tarado de Fox, fue la miembro de su gabinete que mejor me cayó.

No me cayó bien, obviamente; pero dado el desastre que fue ese gabinete, sexenio y presidente, Xóchitl era la que menos mal me cayó, si así lo prefieren. Como la tía ruidosa que uno no estima realmente, pero que al menos hace las reuniones familiares más divertidas.

No necesariamente porque sea simpática o ni siquiera chistosa; pero sí definitivamente cagada. Tal vez uno no sea ría con ella; pero al menos se ríe de ella.

Gálvez ha sido una figura política gris, en el sentido de propuestas o resultados; generalmente “cayendo para arriba” cada vez que vuelve a brincar a un nuevo cargo.

Acabó de jefa delegacional de la Miguel Hidalgo en 2015 (evidencia del desfondo que venía ocurriendo en los cuadros prianistas hacia la segunda mitad del sexenio de Peña Nieto), donde tuvo un desempeño intrascendente, si somos generosos; o con varios de los signos de corrupción en la capital que caracterizan a los prianistas (contratos de desarrollos inmobiliarios a empresas propias o cercanas), si creemos los dichos de Víctor Romo.

Después terminó como senadora plurinominal, nominalmente por el PRD (para que les salieran las cuentas después de la madriza que puso Morena a los demás partidos políticos en 2018), pero siempre miembro de la bancada panista, aunque en el primer debate los negó, como Pedro a Chuy.

En toda su carrera, Xóchitl se caracterizó por hacer maniobras “coloridas”, como encadenarse a la silla del Presidente del Senado o tratar de irrumpir en las mañaneras del Presidente; o sea, haciendo (como siempre) cosas “cagadas”. Eso de hacer propuestas o implementar políticas que mejoren la vida de los ciudadanos, como es el caso con casi todos los prianistas, nunca ha sido lo suyo.

Esa última ocurrencia de la entonces senadora (ahora con licencia) fue lo que en parte determinó que acabara como la candidata presidencial de la oposición prianista; originalmente ella le tiraba a ser candidata para jefa de gobierno de la Ciudad. No hay que engañarnos; también perdería la jefatura de gobierno, pero me parece que no sería de forma tan apabullante, como se ve venir para la contienda por la Silla del Águila.

Si somos bien pensados, la candidatura presidencial de Xóchitl fue resultado del grupo amorfo e incompetente lidereado por Carlos X. González, en un proceso ridículo donde cada vez que dizque sí iba a enfrentarse con alguien más, sus contrincantes intempestivamente se bajaban solitos, siendo el caso más patético el de Santiago Creel, que de plano se echó a llorar porque sabía que estaba perdiendo la última oportunidad en su vida de ser el candidato presidencial de su partido, el PAN. Las encuestas que asegún utiliza Morena para determinar candidaturas son una mamada, no nos engañemos; pero son infinitamente superiores a la burla de proceso que se inventaron en el prianderré.

Si somos mal pensados, la candidatura presidencial de Xóchitl fue resultado de una de las maniobras políticas magistrales del Peje, que les eligió la peor candidata posible a sus contrincantes, con el agravante de que incluso consiguió hacer que los mismos creyeran que ellos la habían elegido solitos.

Si no fuera por las múltiples evidencias de corrupción, Xóchitl me daría lástima. La pobre mujer nunca se imaginó (ni mucho menos se preparó) para competir por la Silla del Águila; ella esperaba competir por la jefatura de la Ciudad de México, perder (ya fuera la interna o la general), y continuar cayendo para arriba en las jerarquías partidistas del PAN o las coaliciones putrefactas que liderea, viviendo de los negocios con sus empresas, sean legales o ilegales.

Nunca tuvo un proyecto de nación; nunca tuvo propuestas que no sean ocurrencias ridículas como súper prisiones y tarjetas inteligentes; nunca tuvo una estrategia de campaña distinta al sinsentido de atacar con las mentiras más absurdas posibles a la candidata de Morena y a uno de los presidentes más populares y queridos de toda la historia

Y aunque sin duda la senadora con licencia no se preparó para esta candidatura, no es nada más culpa de ella: el desastre que ha sido dicha candidatura, es en gran medida resultado de la coalición de partidos que la aventaron a los lobos para después abandonarla figurativa y literalmente, al grado de que la candidata les tiene que rogar que por favor hagan anuncios para impulsarla; y de asesores como el inútil de Castañeda, que primero dijo la barbaridad de que un proyecto de nación era una “idiotez” y que debían concentrarse en “las gelatinas”; para después rematar con exigirle a Xóchitl que lanzara una “guerra sucia, pero sucia” contra Claudia Sheinbaum.

Sin embargo sería injusto, incluso con la misma Xóchitl, el no fincar la responsabilidad mayor del desastre que ha sido su candidatura en ella misma: al fin y al cabo aceptó cuando se la ofrecieron. Y Xóchitl es una candidata peśima: mala oradora; peor debatiente; lenta ante preguntas incómodas e incluso ante preguntas a modo; con harta cola que le pisen; con actos de nepotismo que se le han revertido en su contra; y cometiendo errores no forzados una y otra y otra y otra vez, como poner el escudo nacional de cabeza en el primer debate o decir que la gente mayor de 60 años que no se ha hecho de un patrimonio como ella (probablemente de forma ilegal) es porque “está bien güey”.

Quiero terminar, sin embargo, analizando con el que en mi opinión probablemente es el acto más emblemático (y ridículo) que Xóchitl ha cometido en su campaña.

El primero de marzo de este año, para iniciar su campaña, Xóchitl firmó con sangre la promesa de que no se eliminarían los programas sociales que para motivos prácticos han definido al sexenio del Peje.

Primero: prometer (firmando con sangre) que no se tocarían los programas sociales, es implícitamente reconocer que el hilo conductor de la Transformación encabezada por Andrés Manuel y que planea continuar Claudia (por el bien de todos, primero los pobres), es correcto.

Segundo: prometer (firmando con sangre) que no se tocarían los programas sociales, como abanderada del PAN a la Presidencia de la República, es de las cosas más hipócritas que hayamos visto en la historia política de México, cuando ningún diputado del PAN (que es su partido, aunque lo niegue) en este sexenio votó a favor de las reformas constitucionales para instaurarlas. Ninguno; en el mejor de los casos se abstuvieron.

Tercero: prometer (firmando con sangre) que no se tocarían los programas sociales, es implicitamente admitir que no podemos sencillamente creer en su palabra, y por lo tanto debe hacer espectáculos vergonzosos como firmar con sangre, a ver si así sí le creemos.

La oposición unida en la coalición del corazón partido tuvo todo el sexenio del Peje para preparar un proyecto de nación y destilar un candidato o candidata que pudiera enarbolar y defender dicho proyecto. En lugar de eso, se dedicaron a atacar al Presidente, en ocasiones con razón, pero en general sin ella, de manera inclemente y sin dar alternativas viables; y a tratar de defender mezquinamente el poder y los privilegios que poco a poco fueron perdiendo de manera inclemente estos seis años. A inicios de 2018, Morena gobernaba cero entidades federales; seis años después, a inicios de 2024, Morena gobierna veintidós.

Para rematar, dicha oposición terminó postulando (instigados por el Peje, si somos cínicos) a una candidata sin ninguna posibilidad de competir con la candidata de la Transformación, y además abandonándola cuando notaron (como todo mundo lo hizo) que esa candidatura estaba destinada al fracaso, en una estrategia una vez más perdedora de tratar de defender los pocos reductos de poder que con esfuerzos mantienen, y que es probable resulte en que también los pierdan, al menos en parte.

A estas alturas del partido, todavía encuentro a Xóchitl como una mujer cagada, y dentro de la pudredumbre que es ya la unión hereje entre el PRI, PAN y PRD, sigue siendo de las que mejor me caen. Sinceramente me da pena ajena ver cómo la pobre se hunde a sí misma cada vez más, sin que nadie en general ni en los partidos que la postularon en particular haga nada para ayudarla, en gran medida porque no hay mucho que puedan hacer, mucho menos a estas alturas, a siete semanas para que ocurran las elecciones presidenciales.

Hace seis años me parecía (a mí y a más de la mitad de los votantes) que era obvia la opción que debíamos tomar al elegir presidente; este año, la pregunta es casi ofensiva. Estoy convencido que el número de personas que van a votar por Xóchitl con emoción y teniendo la certeza de que ella es la mejor candidata que se les podría ocurrir, es estadísticamente insignificante: casi todos los que voten por la candidata prianista lo harán realmente por votar en contra de la Transformación.

Pero son una minoría disminuyente que al parecer será incluso menor que hace seis años; entonces ni siquiera importa demasiado.

No sé qué será de Xóchitl; hace seis años yo me atreví a pronosticar que Anaya desaparecería de México (que técnicamente eso hizo, al menos durante el sexenio), pero se me olvidaba que él sabe dónde están enterrados muchos de los cadáveres del prian (en términos políticos; no lo estoy acusando de asesino… todavía) y entonces consiguió arrancarle al prian una candidatura plurinominal segura, lo que le dará fuero legislativo para que no lo metan a la cárcel, que es probablemente la razón por la que se la pasó autoexiliado este sexenio.

No creo que Xóchitl le alcance ni siquiera para eso, porque como digo en general siempre ha caído para arriba en sus cargos, no por su habilidad política, conexiones o información. Al contrario: Anaya y Meade fueron “perdonados” en el sentido de que sus partidos no se los comieron vivos (políticamente hablando), un poco concediendo que no era realmente culpa de ellos, sino del gigante que terminó siendo Andrés Manuel en el 2018; pero con Xóchitl me da la impresión de que la usarán como chivo expiatorio.

La culpa no será del PAN o del PRI (el PRD desaparecerá), ni de Alito o Marko Cortés; la culpa no será la falta de programa o propuestas; la culpa no será de que abandonaron a su candidata tratando de salvar sus pobres pescuezos: no, la culpa será de Xóchitl, que no usó bien a las gelatinas; o que le quedó grande el saco; o que no atacó con suficiente salvajismo; o de que cometió un error imperdonable al integrar oficialmente a su hijo a su campaña; o vayan a saber qué, pero yo sospecho que tratarán de culparla a ella de todo.

Vamos a ver; como digo arriba, si no fuera por las muy alarmantes evidencias de corrupción, lo principal que sentiría yo por Xóchitl Gálvez es lástima. Porque este 2 de junio, a menos que algo realmente catastrófico ocurra en el próximo mes y medio que queda de campaña, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz perderá las elecciones presidenciales, postulada por una unión casi total de la oposición partidista en México, y de manera contundente y apabullante, que rayará (si no es que lo será completamente) en una humillación vergonzosa.

6 comentarios sobre “Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz

  1. Xochitl tiene un defecto: no es la candidata del gobierno.
    No tiene todo el dinero que el gobierno se esta gastando para inflar a Claudia.
    Claudia tambien es medio torombola para hablar y tiene cero carisma, pero eso no es lo que importa.
    Claudia tiene toda la lana detras.
    Como en los viejos tiempos del PRI.

    1. Seguro, la falta de proyecto y propuestas, así como la enorme cola que le pisen no tiene nada que ver. Todo es porque Claudia es la candidata oficialista.

      Excelente tu análisis; espero al menos te ayude a dormir en la noche.

      No es sólo Xóchitl la que me da lástima; también son todos los que como tú se niegan a entender por qué perderá de manera catastrófica en unas semanas.

  2. Mi pronostico para la 4T es el siguiente;

    -Claudia va a ganar por 5 a 10 puntos, gracias a la aplanadora del gobierno y el presupuesto

    -En las camaras de diputados y senadores la 4T va a ganar una mayoria modesta, lejos de ser suficiente para cambiar la constitucion. Esto va a beneficiar a Claudia, porque ya no va a poder ser controlada por AMLO. Va a a tener un pretexto para no cumplir las pendejadas de AMLO, como eso de dar 100% de pension y elegir por voto a los jueces de la Suprema Corte.

    -Morena va a perder la CDMX, lo cual va a beneficiar a Claudia porque eso va a debilitar a los “puros” que son un dolor en el culo para ella. Ella se lleva mejor con Taboada que con la chaira de Clara.

    -Claudia va a romper con AMLO en algun momento despues de las elecciones o durante el primer ano del sexenio. Lo unico que quedaria es si AMLO hace berrinche o se aguanta. No existe ninguna ‘Transformacion” eso es una construccion de mercadotecnia de AMLO que solo los ingenuos se creen.

    1. La ignorancia que muestras raya incluso en lo entrañable:

      • Una diferencia de 10 puntos sería reducir a la mitad la ventaja actual, de alrededor de 20 puntos porcentuales; eso sería aumentar 1.4% en la intención de voto por cada semana que queda (incluyendo ésta). Y, por si no lo habías notado, va de bajada Xóchitl. Que fueran 5 puntos de diferencia es literalmente cómico/musical.

      • Independientemente del resultado en la cámara (que sí va a ganar la Transformación), ¿de qué hablas de que el Peje “controle” a Claudia? Se va a jubilar; no sólo porque se lo ha ganado, sino porque uno de sus ídolos es Madero, que él le dice el apóstol de la democracia, que fue el que acuñó “sufragio efectivo”. Suponer que el Peje seguiría inmiscuyéndose en política (o incluso que quisiera hacerlo), muestra una increíble ignorancia acerca de cómo piensa el tabasqueño.

      • Que va a ganar Taboada… OK, sigue soñando. Y que Claudia está peleada con Clara; sal de tu burbuja, te están llenando la cabeza de ceniza. Nada de eso es remotamente cierto.

      • Claudia no va a romper con AMLO, en primera porque el Peje se va a jubilar; y en segunda porque Claudia va a seguir el proyecto (a su manera) que obviamente ha estado transformando al país, si no no habría tanta desinformación para atacarlo, que lamentablemente gente ignorante como tú se traga.

      ¿Puedes poner alguna liga que justifique tu alucinante “pronóstico”? ¿Encuestas, por ejemplo? Supongo que podrías poner la de Massive Caller, que es la única que se acerca a las barbaridades que te sacaste del trasero; investiga su historial de certeza, y luego hablamos.

      Si no puedes poner referencias a tus alucinaciones, no volveré a publicar ninguno de tus comentarios. Por lo mientras, de verdad, dan lástima: infórmense bien, por favor.

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