El príncipe

El viernes vi en el periódico la siguiente foto:

El Príncipe Carlos

El Príncipe Carlos

Y recuerdo claramente la opinión que se formó en mi cabeza de forma automática:

Qué bueno.

No porque en particular apoye las manifestaciones violentas (que sin duda hay ocasiones en las que se justifican), ni porque indudablemente yo esté con los estudiantes británicos, que les salieron con la jalada de que un día para otro pagarán tres veces más de colegiatura en su educación. Que es justamente la razón por las que no hay que tener cuotas en primer lugar, por cierto; una vez establecidas, subirles el precio es medio imposible de evitar, no importa qué tanto sea la oposición a la idea, como la foto de arriba claramente muestra.

No; mi reacción inmediata fue qué bueno, porque me parece que el tener reyes y princesas en el siglo XXI es una vergüenza para la humanidad; debimos habernos librado de esos parásitos hace siglos, como de hecho lo hicimos en casi toda Latinoamérica desde hace más de 150 años.

En cualquier país, no importa su historia y tradiciones, que exista un subconjunto de habitantes a los cuales no se les aplica igual las leyes ni las reglas, únicamente porque son hijos de alguien “especial”, es asqueroso. Bien por los chavos ingleses, que les metieron un buen susto a ese par de zánganos, los cuales por cierto jamás tendrán que preocuparse de cómo pagarán la educación de sus hijos. Y no porque sean buenos en los negocios, ni nada por el estilo: sencillamente por ser de familia “real”.

Me alegró ver esa foto; se ve que se cagan de miedo igual que cualquier otra persona.

Captcha!

Desde hace más de cuatro año (de los cinco y pico que tiene este blog), utilizo Captcha! para detectar SPAM. Captcha!, en teoría, impide que un bot en la red pueda dejar comentarios (generalmente SPAM), y permite que sólo pasen los comentarios que aprueban la pregunta de Captcha!

Eso no tiene nada que ver con la moderación que hago de mis comentarios; ningún comentario en mi blog pasa sin que antes yo lo lea. Esto no es por el SPAM; es por la bola de idiotas que al parecer soy propenso a atraer a que comenten en lo que llanamente es mi espacio para decir lo que pienso.

Internet Commenter

Debería ser obvio que no pienso así de la mayor parte de mis lectores; todo lo contrario. A pesar de que mi blog existe para mí, por mí, y que además me vale madre quien pueda o no leerlo, la verdad es que de lo más divertido que ha resultado de tener una presencia virtual es leer los comentarios que todo tipo de lectores me han dejado, e incluso a veces entablar discusiones inteligentes y entretenidas con ellos.

Son la bola de animales que creen que el discutir conmigo me es tan fascinante como sin duda lo es para ellos los que tienden a desesperarme. En particular los que, como en la tira de arriba, juran y perjuran no volver, y a los pocos días me encuentro un comentario nuevo de ellos. Muchas veces todavía más idiota o patético que el anterior.

A los más recalcitrantes ya tiene rato que sencillamente borro sus comentarios, sin ni siquiera leer el contenido del mismo; me basta ver el autor. Por suerte, los puedo contar con los dedos de una mano.

En fin. Como sea, el motivo de esta entrada era comentar que al parecer mi sitio cayó en la mira de los que saben como quebrar Captcha!; el número de comentarios SPAM subió dos o tres órdenes de magnitud, y estar moderando SPAM es de verdad de lo menos gratificante que existe.

Así que después de resistirme durante años, por fin activé Akismet, y que se hagan bolas las máquinas para decidir qué es o qué no es SPAM.

Al parecer funciona muy bien, pero siempre existe el riesgo de que haya falsos positivos. Si un comentario suyo no aparece en el blog, por favor mándenme un correo para que lo rescate.

PAN implica violencia

Tómenlo con un grano de sal, dado que (como siempre) hay que entender que correlación no implica causalidad, y que con estadísticas siempre se puede explicar casi lo que sea si el que las está haciendo de verdad así lo quiere. Y claro que también tomen en cuenta que el estudio lo hizo una estudiante del MIT que (aparentemente) no tendría ningún motivo para hablar mal del PAN.

Les paso la liga de un estudio que dice que cuando un candidato del PAN asume la presidencia de un municipio, la violencia del mismo comienza a escalar. Y ojo con ver que la violencia comienza a escalar cuando el presidente municipal asume el cargo, no cuando lo gana.

La tesis de la chava es que los presidentes municipales panistas han seguido la línea estúpida de “guerra al narcotráfico” que el remedo de sombra de “presidente” que tenemos ha tomado; otras interpretaciones existen por supuesto.

Independientemente de la interpretación que quieran darle, los resultados son innegables: ahí donde un presidente municipal panista asume el cargo, la violencia comienza a crecer.

En defensa de la razón

Hace unos días la Suprema Corte refrendó el derecho de las parejas homosexuales, primeramente reconocido en mi Ciudad, de casarse y adoptar hijos.

La Suprema Corte realmente no tenía de otra; no sólo por la legitimidad que tienen la asamblea y el gobierno de la Ciudad de México, ni por la broncota política que se habrían echado encima si intentaban echarlo para atrás. Es sencillamente la conclusión única, correcta y obvia que tiene que tomar uno de los tres poderes que conforman un estado laico. Eso es lo que hace tan lamentable y patético que la PGR (o sea, nuestro remedo de triste sombra de “presidente”) haya sido la que pusiera la demanda de inconstitucionalidad en primer lugar.

La Iglesia Católica ha respondido a dicha medida, irónicamente, violentando la constitución mexicana: básicamente llamando a votar en contra del PRD, cuando la constitución claramente dice que “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.

La derecha histérica de este país está asustadísima por los avances que están siendo aprobados en mi Ciudad, y que terminan afectando a todo el país, como las bodas entre homosexuales, que ahora tienen que ser reconocidas legalmente en todo el país aunque sólo se realicen en el DF, y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Eso ha causado una retaliación bastante inhumana, bestial, y medieval por parte de los sectores más retrógadas del país, como el meter a la cárcel a mujeres que ejercían su derecho a abortar. Todas ellas de escasos recursos, por cierto. Obviamente.

Dado el ilegal e ilegítimo “gobierno” que está ahorita en Los Pinos, no es de extrañar el envalentamiento de los sectores más oscuros de la Iglesia Católica, que se sienten que pueden tan campantemente entrometerse en la vida política de un estado laico (que así sigue siendo, por más que al “gobierno” actual eso le moleste).

La Iglesia Católica (desde cualquier sacerdote hasta cualquier cardenal) no tiene voz ni voto en la vida política nacional… que además es por su propio bien; cuando abren la boca generalmente dicen puras pendejadas. Y aunque algunos sectores derechistas que soportan las mismas posturas reaccionarias traten de seguirles el juego, en el siglo XXI y en un estado laico como es el mexicano dichas posturas están destinadas al escarnio, al ridículo y ultimadamente al fracaso. La decisión de la Suprema Corte es una muestra de ello.

Pero qué tanto tarden en fracasar depende en gran medida de nosotros, la ciudadanía; es nuestro deber estar siempre en defensa de la razón, del laicismo, de la racionalidad. No por atacar o menospreciar las creencias de nadie; todo mundo tiene derecho a creer en lo que quiera.

Mas eso no les da derecho de meterse en cómo viva nadie más.

39,000 vidas potencialmente salvadas

De acuerdo al secretario de salud de mi Ciudad, más de 39,000 mujeres han abortado legalmente aquí desde que se despenalizó el aborto en el DF hace tres años.

39,000. La tercera parte del Estadio Azteca.

Encima de ello, unas 65,000 mujeres han pedido informes acerca del derecho que tienen de decidir sobre su propio cuerpo, y que en la Ciudad es de los pocos lugares en el país donde se les reconoce.

La cifra en sí misma justifica la legislación que se aprobó hace tres años en mi Ciudad, además de los argumentos que entonces dí. También hace obvio lo importante que era el desaparecer la letra muerta que les prohibía a las mujeres decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida.

Pero más importante aún, me parece, es el hecho de que esas más de 35,000 mujeres su vida fue salvada al haber tenido la oportunidad de abortar de forma legal y por ende en un hospital o clínica en condiciones sanitarias, con un personal médico responsable y entrenado, y sin la idea pendeja encima de ellas de que estaban haciendo algo ilegal. Por supuesto, cuando digo que salvaron la vida no infiero que todas habrían muerto si hubieran tenido abortos ilegales (porque es muy importante resaltar que, leyes o no leyes, las mujeres han abortado y seguirán abortando en el mundo por la sencilla razón de que es su cuerpo); pero ciertamente un porcentaje importante de ellas evitó problemas de salud, y ciertamente todas evitaron el tener que obligar a su cuerpo el pasar por una experiencia que no querían o no podían sufrir. En ese sentido, sin duda todas ellas salvaron la vida.

Por supuesto, hubiera sido todavía mejor que ninguna mujer tuviera que pasar por la terrible experiencia de abortar; hay que seguir fomentando el uso de distintos métodos anticonceptivos, y mejorar la educación sexual que los chavos reciben hoy en día para que estén conscientes de que tienen que tener una vida sexual responsable. Porque esperar que todos ellos practiquen la abstinencia no sólo es ridículo; es literalmente irresponsable desde un punto de vista de salud pública.

Pero que todas esas miles de mujeres hayan podido ejercer el derecho de sentido común que es que su cuerpo es suyo y ellas saben lo que hacen (o no) con él, hace que me sienta (una vez más) increíblemente orgulloso de vivir en esta Ciudad.

Higinio

Hace unos días me encontré en la Facultad de Ciencias a uno de mis antiguos camaradas de la huelga de 1999, y me preguntó si ya sabía. Le dije que no, y me comenzó a contar que Higinio estaba hospitalizado después de que le había dado meningitis, que ya lo habían desahuciado dos veces pero que seguía luchando.

El viernes sin embargo, Higinio falleció. La Jornada tiene una cobertura más o menos decente de los logros que tuvo Higinio.

Durante la huelga, la enorme mayoría de estudiantes que al inicio apoyó el movimiento se dividió en dos bloques: los pusilánimes que se espantaron de cuánto estaba durando la huelga, y quisieron levantarla aunque no se hubiera conseguido realmente nada; y los dementes que querían (por diversos motivos) que durara indefinidamente… y me queda perfectamente claro que en ambos grupos había infiltrados cuyo objetivo principal era sencillamente darle en la madre a la UNAM, porque ambas alternativas dañaban a la Universidad.

Yo no podía en buena conciencia apoyar a ninguna de esas dos facciones; no podíamos levantar la huelga mientras Barnés siguiera siendo rector y las cuotas siguieran ahí; y era pendejísimo el pensar que había que mantenernos en huelga de forma aferrada sin buscar modos inteligentes de forzar a la Rectoría a sentarse a dialogar.

Ahí fue cuando yo conocí a Higinio (aunque ya habíamos coincidido cuando fui a Chiapas en 1994), y casi de inmediato comencé a trabajar en su grupo. Dentro de la bola de personajes que fluctuaban entre la demencia y la estupidez, Higinio (y en gran medida su grupo) siempre fue alguien que mantuvo la lucidez de entender que no podíamos levantar la huelga al menos hasta que se garantizara que las cuotas se echarían para atrás, pero que eso mismo debía forzarnos a buscar maneras de destrabar el conflicto. Además de eso, Higinio siempre fue alguien que se caracterizó por su congruencia, por su honradez, y (algo nada despreciable en ese mundo lleno de divas) por su humildad.

Yo creo (realmente nunca podré saberlo con certeza) que yo terminé en la cárcel justo porque durante los últimos meses de la huelga yo siempre estuve con Higinio. Parecía, toda proporción guardada, que actuaba como su guardaespaldas.

Al término de la huelga, y cuando por fin logramos sacarlo del bote, Higinio me invitó (junto con otro par de compañeros) a que siguiera trabajando con él. Yo ahí fue que terminé tomando una decisión fundamental en mi vida, aunque no caí en cuenta sino hasta mucho después: le dije que no, gracias. Mi vida no era (ni es) la política; yo iba a terminar mi carrera, trabajaría o haría un posgrado, y daría clases y otras cosas académicas. Siempre seguiría participando en las movilizaciones sociales a las que yo considerara importantes, pero mi vida principal no sería eso.

Y así ha sido desde entonces.

A partir de ese momento dejé de ver a Higinio, aunque seguí oyendo de las cosas a las que se dedicaba. Todavía hace pocos meses me lo encontré en mi Facultad; como generalmente era con él, estaba en chinga.

La muerte de Higinio me duele por muchas razones; no sólo perdimos a un líder de los que hacen falta: decente, honesto, con una visión clara y trabajador como pocos. También yo en particular perdí a un amigo, a alguien a quien siempre admiraré y respetaré.

Me queda el consuelo de que Higinio alcanzó a ver que todo lo que hicimos durante la huelga en gran medida valió la pena, y que la Universidad sigue siendo (y no hay visos de que pueda cambiar dentro de poco) pública, gratuita, laica. Y bien chida.

Porque el color de la sangre jamás se olvida
Los masacrados serán vengados
Vestido de verde olivo
Políticamente vivo
No has muerto, no has muerto, no has muerto camarada
Tu sangre, tu sangre, tu sangre será vengada

Diez años después

Hace diez años la Policía Federal Preventiva entró ilegal y violentamente a Ciudad Universitaria, terminando una huelga que se había extendido innecesariamente por 9 nueve meses.

Yo estaba en el auditorio Che Guevara, en la sesión del Comité General de Huelga, confiado de que al siguiente día habría un nuevo llamado de la rectoría para reanudar el diálogo. Casi todos los ahí presentes estábamos confiados de que eso ocurriría, porque inicialmente se había soltado el rumor de que si entraba la PFP, sería a las dos de la mañana. Y ciertamente a las dos de la mañana el Che estaba casi vacío; nada más pasó la hora fatídica, el auditorio comenzó a llenarse de nuevo. Yo, junto con mis compañeros más cercanos, nunca lo dejamos durante esa noche.

Un día antes fui a mi casa, a bañarme, ponerme ropa limpia, y decirle a mi mamá que la PFP entraría a Ciudad Universitaria; para ese momento (después de que rectoría había abandonado unilateralmente la mesa de diálogo) yo lo daba por hecho. También daba por hecho que, dado mi involucramiento con el CEM y la banda de Higinio, y si era verdad que había 500 órdenes de aprehensión para participantes de la huelga, por simples cuentas a mí me tocaría una de ellas. También le dije eso a mi madre, diciéndole que se preparara; recuerdo claramente que me preguntó que, si yo estaba tan seguro de que la PFP entraría a CU y de que además yo en particular acabaría en el bote, que por qué iba a la sesión del CGH.

No fue fácil explicar eso hace diez años; sigue siendo difícil ahora.

Ha pasado una década, y mucho se ha dicho acerca de la huelga que en una famosa portada la revista Proceso calificó de “Interminable”. La misma, así como mi estadía durante unos días en la cárcel, y el proceso de sacar a los compañeros presos inmediatamente después, me marcó profundamente; no es exagerado decir que el hombre que soy ahora en gran medida es resultado de las decisiones que tomé y las experiencias que pasé por todo lo relacionado con la huelga.

Lo más sucinto que yo puedo decir de la misma, hoy que se cumplen diez años de que la PFP entró a Ciudad Universitaria, se puede resumir en dos palabras.

Teníamos razón.

Teníamos razón entonces, y la seguimos teniendo; la gratuidad de la universidad era indispensable que se defendiera, al costo que fuera necesario.

¿Que cometimos errores los huelguistas? Por supuesto que los cometimos; es más, probablemente cometimos todos los posibles errores que se pudieran cometer; y algunos otros que hasta difícil era que se cometieran. También es cierto que el movimiento estuvo infiltradísimo, desde el principio hasta el final, por casi cualquier grupo político que tuviera presencia en la Universidad (que son, básicamente, todos), y por varios que de hecho no la tenían. Y también es cierto que el costo para la Universidad, y para muchos de sus estudiantes en particular, fue inhumanamente alto.

Pero teníamos la razón; y a pesar de todos los errores que cometimos, los principales responsables del estancamiento de la huelga fueron los funcionarios de rectoría (encabezados por el animal de Francisco Barnés), y el gobierno de Ernesto Zedillo. Que debimos haber sabido cómo responder a su deseo de extender la huelga y debilitar con ello el movimiento, eso también es cierto; pero la alternativa de levantar la huelga (como muchos inocentemente querían) sin haber conseguido detener las cuotas hubiera significado la derrota de la Universidad pública y gratuita.

Debe eso quedar claro: la Universidad Nacional Autónoma de México sigue siendo (para motivos prácticos) gratuita gracias a nosotros. Y además yo (y muchos más) estamos convencidos de que la Universidad es lo que es, la mejor de Iberoamérica, en gran medida por ser gratuita; por permitirle el alcanzar una educación superior a miles de personas que no podrían hacerlo si se cobraran cuotas; por “razonables” que éstas fueran.

Hace unos años, cuando estaba la terna de posibles rectores que reemplazarían a Juan Ramón de la Fuente, todos y cada uno de ellos dejaron claro que la Universidad seguiría siendo gratuita si eran elegidos rectores. De nuevo eso fue gracias a nosotros. Y mi rector, José Narro, dijo lo siguiente cuando recibió el premio Príncipe de Asturias a nombre de la Universidad:

Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo[…]

La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia.

De nuevo; que esa sea la postura consensuada en la Universidad es gracias a nosotros. Actualmente nadie cuestiona la gratuidad de la Universidad; ni siquiera de broma. Y eso fue un triunfo indiscutible de nosotros.

Así que, con todos los errores y todas las cosas que se pudieron haber hecho de forma distinta hace diez años, yo sigo estando profundamente orgulloso de haber participado en la huelga. Han pasado diez años, y yo he cambiado mucho en ese periodo de tiempo; he crecido en muchas cosas, y he madurado en otras más.

Y con todo lo que he aprendido en el camino, y sabiendo todo lo que ocurriría después, incluyendo mi estadía en la cárcel, mi decisión es absoluta e inmediata: volvería a hacerlo todo de nuevo. Una y mil veces más lo haría, de ser necesario.

Porque sin la raza, ¿cómo va hablar el espíritu?

Y por eso quiero a esta Ciudad

Una encuesta encargada por el PAN, con unas preguntas formuladas de forma terriblemente tendenciosa, confirman que la mayor parte de los habitantes de mi hermosa Ciudad están de acuerdo con que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.

Por supuesto, es irrelevante; aunque 95% de los habitantes de la Ciudad estuvieran en contra, debería legalizarse. Aquí y en todos lados: los derechos no se ponen a votación. Por eso mismo también es irrelevante que la mayoría esté en contra de que adopten… más aún cuando ese derecho ya lo tienen: no se puede discriminar a nadie por sexo, religión, raza, o preferencia sexual para adoptar. Los homosexuales ya pueden adoptar hijos en la Ciudad, y por supuesto los matrimonios homosexuales también podrán.

Pero es significativo que la mayoría de la Ciudad esté de acuerdo con los matrimonios homosexuales, o no les importe (entre 5% y 7% dicen que “no saben”); más aún por quién mandó hacer la encuesta y cómo plantearon las preguntas. Una encuesta realmente imparcial me imagino revelaría que un porcentaje mucho más alto de la población está de acuerdo o al menos no le importa que los homosexuales se puedan casar entre ellos.

(Además de la deliciosa ironía de que los pendejos de la dirección panista en el DF mandaron hacer esta encuesta porque idiotamente creyeron que justificaría sus pataleos en contra de la ley que permite a los homosexuales casarse.)

Y por eso quiero a esta Ciudad. Por la gente que vive en ella.

Otro triunfo más de la razón

En mi hermosa Ciudad, los homosexuales ayer obtuvieron el obvio, sencillo y fundamental derecho de poder casarse con quienes aman; derecho que a pesar de ser obvio, sencillo y fundamental, se les había negado siempre. No sólo aquí, sino en casi todo el mundo; me parece que ésta es la primera ciudad de Latinoamérica que les reconoce este derecho a los miembros de la comunidad gay.

Y por eso es que adoro vivir en esta Ciudad. Aquí la razón, en general, triunfa sobre las mentes más pendejas, retrógradas e intolerantes.

Herida

Herida

Ahora venga, que salgan la bola de bestias que atacarán esta ley cuando no los afecta en lo más mínimo.

Mi rector

Desde que soy parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (o sea, la mitad de toda mi vida), nunca he sentido particular aprecio por los rectores que me tocaron. Sarukhán era un cerdo, y de Barnés (dados mis antecedentes, incluidos los penales) no tengo una sola cosa buena que decir.

De la Fuente merece mi respeto; a pesar de que él era el rector cuando caí en la cárcel, después jugó un papel muy importante en generar el consenso que en su mayoría se generó en la comunidad universitaria, de que necesitábamos fortalecer la unidad de la misma ante el embate (que no se tardó en dar) que los idiotas gobiernos panistas harían contra la Universidad. Pero ha pesar de que respeto ese papel, no tengo el menor aprecio por él en lo personal.

Ninguno de ellos se ganó nunca que yo los reconociera como “mis” rectores, y José Narro iba por la misma. Narro es similar a De la Fuente; ha continuado la línea de consolidar la unidad dentro de la comunidad universitaria y de defender a la Universidad de estos imbéciles: y para ser precisos lo ha hecho con mucho más vigor que De la Fuente, en gran medida porque el embate por parte del “gobierno” ilegítimo de Calderón ha sido todavía peor que con Fox.

Pero después de leer el discurso de aceptación del premio Príncipe de Asturias que Narro hizo en España, por esta ocasión se ganó que yo me refiera a él, con cierto cariño incluso, como mi rector. Algunas partes:

[Refiriéndose al premio] La distinción es de todos ellos y de las generaciones que hicieron la historia, incluidos aquellos extraordinarios hombres y mujeres del exilio español que nos enriquecieron hace 70 años.

Ir a España a recibir un premio, y mencionar a los republicanos exiliados por Franco. Bravo.

No hay campo de la vida en el que no influya el saber; por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia, como que en muchos sitios no sea una prioridad o que se le escamoteen los recursos para su generación y transmisión.

Pedrada a estos retrasados mentales que siguen cortando los recursos no sólo a la UNAM, sino en general a la educación y a la investigación.

Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo.

Que es lo que vengo diciendo desde hace años.

La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia.

La educación no es un producto, por más que haya imbéciles que así quisieran verla. Es un derecho; por eso no permitimos que hubiera cuotas en la UNAM, y por eso es que todos los candidatos a rector en la última sucesión se comprometieron a no subir las cuotas (simbólicas) en la UNAM.

A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. También lo es de ahora y del futuro. Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre.

Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre.

Los valores laicos de ayer y de siempre.

Nada más por eso (y el resto de su discurso), hoy digo por primera vez en mi vida: ese es mi rector hablando.

Incompetencia o irresponsabilidad

Con lo que pasó ayer en la madrugada con Luz y Fuerza del Centro, a la hora de los cobardes como fue la entrada de la PFP a Ciudad Universitaria hace casi diez años, no me queda claro si es una muestra más de la increíble incompetencia y estupidez del “gobierno” federal; o si es una provocación premeditada para poder justificar una represión generalizada contra todos los movimientos sociales que se han venido formando justamente a raíz de esa incompetencia y estupidez.

Tristemente, existe la posibilidad de que sean ambas.

Espero que la violencia pueda ser evitada. Lamentablemente cada vez se ve más difícil que eso sea posible.

Estallidos sociales

Sólo como addendum a mi entrada sobre Violencia de hace unos días: la Sedeso advirtió que sí hay peligro de estallidos sociales en el país por la crisis.

La Sedeso fue la que hizo el anuncio. No un grupo de izquierda radical.

Sólo para los crédulos que de verdad se tragan que todo está bien o “no más mal que en las últimas crisis”.

El primer paso para tratar de solucionar un problema, es aceptar que existe. Y yo (como la enorme mayoría de la gente de izquierda, estoy seguro) queremos que se solucione, porque no queremos estallidos sociales violentos. Y no los queremos porque en ese tipo de escenarios, es la gente jodida la que más afectada se ve.

Nosotros queremos un cambio pacífico. Por eso es que, a pesar de los fraudes, injusticias y trampas que siguen ocurriendo en nuestra “democracia”, seguimos impulsando un cambio que se produzca a través del sistema de elecciones. La izquierda mexicana (exceptuando algunos grupos radicales, que son minoría) está en contra de la salida violenta.

Pero no por ello puede dejar de ocurrir uno o varios estallidos violentos. La gente cuando se siente suficientemente desesperada es a la salida que recurren. Y estos retrasados mentales están llevando a ese punto a millones de mexicanos. No miles; millones.

Violencia

Después de leer un artículo que compartió Omar bajé y hojeé un estudio sobre la violencia en el país.

Lo primero que me viene a la mente por supuesto es el estado de crisis en el que está sumido el país, consecuencia directa del fraude del 2006 y la bola de incompetentes que han estado “gobernando” (entre comillas porque realmente no hay forma de que podamos describir como “gobernar” lo que han estado haciendo) desde que se robaron la presidencia hace tres años.

La segunda es la bola de bestias y animales que durante años han estado diciendo que mi hermosa Ciudad de México es la más insegura del país. En el estudio del CIDAC, la Ciudad aparece en quinto lugar, con un índice de violencia “Media Alta”, debajo de Chihuaha, Baja California, el Estado de México y Sinaloa.

Pero si lo analizan bien, en los peores tipos de violencia la Ciudad de México está todavía más abajo: homicidios por cada 100,000 habitantes Chihuahua tiene 15, Baja California tiene 10, el Edomex tiene 14.3 y Sinaloa tiene 12. Mi Ciudad tiene 4.4.

En ejecuciones, Chihuahua tiene 32.1 por cada 100,000 habitantes, Baja California tiene 10.5, el Edomex tiene 2.5, y Sinaloa tiene 17.5. Mi Ciudad tiene 1.6.

Al parecer aquí se roban más carros que en Sinaloa; 5.8 por cada 1,000, contra 5.0 del estado norteño. Chihuahua, Baja California y Edomex andan arriba de 13.

Homicidios, ejecuciones y robos de auto siempre se reportan al Ministerio Público; no son crímenes como robos de bolsa o cartera, que muchas veces no se reportan porque la gente prefiere dar sus posesiones por perdidas que tener que lidiar con el MP.

Estos criminales que se robaron las elecciones han llevado al país no sólo al borde de la quiebra (lean lo que dice hoy CNN al respecto), sino al borde de que estallemos socialmente por la combinación de crisis económica, el cierre (en algunos casos violento) de espacios a la oposición, y la violencia del narcotráfico que estos imbéciles desataron cuando decidieron lanzarse a atacarlo de la peor manera posible; es obvio que el echarles el ejército encima no funciona. No le funcionó a Bush, y no le va a funcionar a nadie; las drogas son un problema social (falta de oportunidades, falta de educación) y de salud: no es un problema policiaco. Nunca ha sido un problema policiaco, y no se va a resolver ni con la policía ni con el ejército. Se va a resolver cuando cambie la política económica y los jóvenes jodidos de este país de verdad tengan mejores opciones para salir adelante que unirse a los narcotraficantes.

Y en gran medida este plan imbécil, mal planeado y peor ejecutado de enfrentarse al narco fue porque estos idiotas querían legitimarse después del fraude del 2006. Por supuesto, no lo lograron, y ahorita estamos como estamos.

Por eso es importante que la gente conozca estudios como los del CIDAC; la Ciudad de México, a pesar de que lleva siendo atacada desde hace doce años que fue conquistada democrática y legítimamente por la izquierda (nos cortan el agua, nos quitan presupuesto, nos señalan falsamente como la más violenta del país), y a pesar de la inmensa crisis que afecta a todo el país (y por lo tanto también a la Ciudad), estamos muy lejos de los niveles de violencia más altos del país, y económicamente más o menos ahí la llevamos. Y eso es en primer lugar por la indiscutible legitimidad de su Jefatura de Gobierno, y en segundo por tener un plan económico que toma en cuenta las necesidades de los estratos sociales más desprotegidos.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No es demagogia, no es populismo. Es sentido común; la gente más jodida es la que termina integrándose al narcotráfico porque no se les están dando opciones. No es mi análisis; cualquiera con dos dedos de frente llega a esa conclusión, incluidos varios gringos:

But most of Mexico’s wealthy and powerful families can still find solace in their foreign bank accounts, their well-appointed homes north of the border, their bodyguards and multigenerational business empires.

Perhaps to them, the continuing crackdown on the cartels seems like the most effective way to react to the threats made to legitimate business-owners and affluent families via extortion and kidnapping.

However, the Mexican government, the Mexican ruling class and the United States must also generate legitimate opportunities for Mexican citizens to advance in life, alternatives to achieving financial success without breaking the law.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No me vengan con que no se puede, no me vengan con que es “un sueño de idealistas”. Casi casi fue el tema del discurso de posesión a la presidencia gringa de Barak Obama.

A mí nunca me ha caído bien el Peje; lo he dicho una y otra vez: es un tipo en muchas cosas ignorante, y que de verdad se cree la salvación encarnada de los mexicanos pobres. Pero el plan económico (y político) que ha defendido consistentemente desde hace más de una década es el correcto (o al menos el mejor disponible), y el movimiento social que encabeza es con el que mejor me puedo identificar. Cómo me caiga personalmente es irrelevante.

Las cosas están de la chingada… y se van a poner peores, especialmente porque estos animales en el “gobierno” no tienen ya ninguna capacidad de movilidad; el “sexenio” de Calderón se acabó el 5 de julio, casi todos los analistas políticos concuerdan en eso. El tipo hasta físicamente da mala suerte; los Pumas lo fueron a ver y desde entonces no ganan un partido.

Si en tres años el PRI vuelve a la presidencia (que es probable), las cosas no van a mejorar. Si permanece el PAN (que es bastante difícil), de seguro van a empeorar.

No sé si el PRD pueda reconstituirse (y de verdad reconstituirse) para dentro de tres años, o si los que estamos en la izquierda (o que al menos apoyan el liberalismo con responsabilidad social) tendremos que buscar, construir o inventar un nuevo espacio para poder hacernos del poder pacíficamente, pero nos estamos tardando en ver las opciones disponibles, porque la cosa no puede seguir así.

Mientras tanto, los dejo con el reporte del CIDAC, que vi gracias al artículo que Omar compartió. Aquí se concentra una parte enorme de la población del país, y también de sus riquezas. Y aquí la izquierda gobierna y lo hace bien… la mayor parte del tiempo (luego salen con mamadas como querer privatizar parte del sistema de aguas de la Ciudad, pero bueno). No es demagogia, no es populismo.

Por el bien de todos, primero los pobres.

Cheapatopia

Desde hace algunos meses Scott Adams (el creador de Dilbert) ha estado hablando de Cheapatopia en su blog. La idea es hacer una ciudad “inteligente” que esté diseñada para gastar la mínima energía posible, ser autosustentable, ecológica, etc.

Me da mucha risa Scott, porque muchas de sus ocurrencias son estupidísimas. También me sorprende cómo la gente sigue tratando de redescubrir al comunismo sin leer a Marx.

Y ciertamente le haría bien a Scott saber que son las condiciones objetivas materiales.

El dinosaurio

Y tuvimos a bien a levantarnos hoy con la (previsible) novedad de que el dinosaurio priista está vivo y coleando, y que Peña Nieto probablemente ya se imagina sentado en la silla del águila.

Digo previsiblemente porque las elecciones intermedias del sexenio son un referéndum acerca de cómo está actuando el presidente; y en este caso, con un “presidente” que llegó a través de fraude electoral, que no le ha salido ninguno de sus planes, y que además es un incompetente (él y todo su equipo), era previsible que su partido perdiera legisladores, gobernadores y presidentes municipales. Que es por supuesto lo que pasó.

Claro que si la izquierda electoral mexicana, patéticamente lidereada por un PRD que ha sido asaltada su estructura burocrática por una bola de personajes mezquinos (y, para empeorar las cosas, también sumamente incompetentes), hubiera llegado unida a estas elecciones, y respaldando el proyecto de nación cuyo impulso (nos guste o no a muchos) encabeza Andrés Manuel López Obrador, yo creo que la historia sería distinta. Pero como el hubiera es el pretérito pluscuamperfecto de los pendejos, no entraré mucho a eso.

Dado eso, la incompetencia y pendejismo de este “gobierno” ilegítimo e ilegal, y la incompetencia y mezquindad de la dirigencia nacional del PRD (y varios otros lamentables personajes de la izquierda mexicana), por supuesto que era previsible el resurgimiento del PRI como la primera fuerza política nacional.

No sólo era previsible; hasta cierto punto era deseable. No porque me alegre que gane el PRI (desde que tengo uso de razón nunca he apoyado a ese partido), sino porque la dirigencia nacional del PRD que tiene secuestrado a ese partido le debe quedar bien claro que ellos no ganan elecciones, porque la izquierda en general tenemos que ponernos las pilas y dejar de pelear pendejadas para centrarnos en el proyecto de nación (salud y educación universales y gratuitas; explotación estatal e inteligente de la generación de energía; defensa de la soberanía nacional), y porque después de nueve años confirmo lo que he venido sospechando desde hace como cinco: creo que prefiero a los priistas que a los panistas. Rateros y tramposos como son, al menos no son tan incompetentes como esta bola de imbéciles que se robaron la elección hace tres años.

No veo entonces tan desastroso el triunfo del PRI estas elecciones. Cierto; la dirigencia de Beatriz Paredes es capaz de vender hasta a su abuela con tal de negociar con el panismo, pero una de las ventajas del resultado de estos comicios es que el PRI es un desmadre desde hace años; no hay una dirigencia única, no hay plan, no hay unidad entre ellos. Y sigue habiendo gente decente ahí (que de verdad al menos yo ya no encuentro en el PAN).

Y (más viendo cómo salieron las cosas) hay que ir promoviendo cosas que le quiten poder a los partidos políticos; hay que implementar pero ya la reelección de diputados y senadores; y hay que exigir cosas como el referéndum y plebiscito, y más aún: hay que tener revocación de mandato. Estoy seguro que el pobre de Calderón no tendría la más mínima oportunidad si votáramos para revocar mandato.

Dentro de todo este relajo, yo me alegro de varias cosas. En primer lugar que el llamado estupidísimo al voto nulo apenas rebasara el 6%. Eso me dice que los mexicanos en general no cayeron en esa pendejísima idea (el abstencionismo fue enorme, pero también fue dentro de lo normal para unas elecciones intermedias).

En segundo lugar, de que la izquierda (en este caso a pesar del PRD) conserve indiscutiblemente la Ciudad de México. La dirigencia local en mi Ciudad apoyó siempre al Peje (que no es apoyarlo a él, es apoyar un proyecto de nación), y creo que en gran medida por eso no le fue tan mal al PRD ahí (que por el comportamiento del partido merecía que le fuera mal). E incluso estuvo cerca de quitarle Benito Juárez y Miguel Hidalgo a los panistas.

En tercer lugar, del resultado en Iztapalapa; yo lo dije: si en algún lugar podía funcionar el plan demente del Peje, era ahí. Claro que falta que todo mundo impugne la elección (y todo mundo la impugnará), y de que Juanito cumpla su palabra (ante notario… como si eso alguna vez hubiera importado), y de que no salga quién sabe qué corte con qué excusa para seguir jugando sucio. Pero es mi impresión que Clara Brugada será la jefa delegacional en Iztapalapa, por más coraje que hagan los panistas y la asquerosa dirigencia nacional del PRD. Y, uy, yo sí les diría que aguas con meterse con la gente de Iztapalapa.

Lo que pasó en esa delegación es un enorme triunfo (político, de ingenio y además legal) del Peje… que de nuevo, no podría importarme menos que él fuera el triunfador; lo que me importa es que lo realmente central es el proyecto de nación que (de nuevo, nos guste o no) su principal impulsador es AMLO.

En último lugar, me alegro de un resultado más, y aquí sí tengo razones muy personales para alegrarme. Cuando comenzó la campaña por las jefaturas delegacionales, el candidato del PAN, Obdulio Ávila Mayo, estaba arriba en las encuestas. Claro que era una encuesta del Milenio (que siempre debe ponerse en duda), y además Obdulio llevaba seis años haciendo campaña; es difícil andar por Coyoacán y no ver alguna barda con su nombre.

Cuando me enteré de que estaba arriba, yo sí me preocupé. Hace pocos años tuve el “gusto” de conocerlo en persona, y lo único que voy a decir es que me preocupaba gravemente que ganara, y que me alegro mucho de que perdiera; especialmente porque Raúl Flores (por gris y poco carismático que sea) lo que he investigado de él me dice que es un tipo trabajador y decente. Desde que corrieron a Obdulio a gritos de un debate que trató de tener en la UNAM, y cuando me enteré que Flores iba como candidato común por el PRD, PT y Convergencia, me empecé a relajar.

Además, creo que Obdulio nunca ha ganado una elección; al menos como diputado federal, “ganó” como plurinominal. También participó en la elección general, pero ahí perdió. Por mucho.

Así que dentro de todo no veo una tragedia lo que pasó ayer. Ciertamente es un llamado de atención a la izquierda mexicana; voy a creer que cuando los gringos eligen a un presidente que sólo puede calificarse de izquierda (gringa, pero izquierda; al negro sólo le faltó acabar su discurso de inauguración con “por el bien de todos, primero los pobres”) nosotros estemos enfrascados en luchas mezquinas por posiciones de minúsculo poder. Y me parece que Chucho Ortega estaría obligado a renunciar (sobre todo porque su llegada a la dirigencia del PRD fue en contra de lo que los afiliados al partido querían, y sólo gracias a la intervención ilegal del Tribunal Electoral); más aún cuando hasta Germán Martínez ya anunció que lo hará. Es hasta por tener tantita vergüenza.

Pero para mí lo más importante es que estos resultados son la confirmación de lo que yo vengo diciendo desde hace tres años; el “gobierno” (por decirle de alguna manera) de Felipe Calderón es ilegítimo e ilegal, y la gente sencillamente no lo apoya. Porque el más de 50% de electores que no votaron me parece más que claro que no lo hicieron por apoyarlo, ¿verdad?

Muchas cosas ahora van a depender de cómo se comporte el PRI. Eso sin duda alguna me preocupa; pero que podamos olvidarnos de qué va a decir el PAN (no necesariamente que vaya a ocurrir, pero que la posibilidad exista) la verdad me alivia bastante.

Lo que nos ha costado el poder votar

Dado el lamentable papel que han jugado los partidos políticos durante los últimos años, la irremediable ilegitimidad del “gobierno” (por decirle de alguna manera) de Felipe Calderón (consecuencia directa del fraude electoral de 2006), el cada vez mayor descrédito del Instituto Federal Electoral y las instancias judiciales como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la violencia incontrolable (y por casos como el de Nuevo León, al parecer con el apoyo de las autoridades locales) del narco, y en resumen la profunda crisis económica y política en la que se encuentra el país (consecuencia directa, repito, del fraude de 2006), ha habido varios llamados a que “protestemos” votando en blanco, o anulando nuestras boletas.

Voto nulo, voto blanco, le dicen. Yo sólo pregunto: bueno, ¿tienen mierda en la cabeza los que proponen esto, o qué?

La derecha en el país que se mantuvo ilegalmente en el poder cometiendo fraude hace tres años, y que se negó histéricamente a cualquier salida política que hubiera podido tener el problema al sencillamente consentir en un recuento de los votos, nos tiene en una crisis institucional, política y económica como no habíamos visto en décadas; mucho peor que en 1995 o 1982. Nos están dando casus belli; nos lo vienen dando desde el 2 de julio de 2006. Estos imbéciles nos están acorralando a tomar la opción que muchos no queremos tomar; nos están acorralando a tomar las armas. Se les olvida que la gente de este país siempre ha estado dispuesta a insurreccionarse y a ofrecer su vida al momento en que determina que ya no hay de otra.

Y no nos están dejando de otra; cometiendo fraudes (como el que sin duda se prevé para el 5 de julio, que milagrosamente evitará que el PAN pierda por mucho respecto al PRI), cerrándonos los espacios de participación, y negándonos el poder llegar al poder por la vía pacífica, que es a través de los votos. Lo que acaba de pasar en Iztapalapa es una muestra transparente del asunto; y no nos crean tan pendejos como para empezar a decir que es una “bronca del PRD”. No mamen; sin duda el entreguismo de muchos de los miembros de Nueva Izquierda tiene que ver, pero es un golpe (ilegal además, cometido por la “autoridad legal”) a la gente que permanece fiel al movimiento de resistencia civil pacífica encabezado por el Peje.

Además de lo hijo de la chingada e injusto del asunto (nos están diciendo: “no los vamos a dejar llegar de ninguna formar al poder, y se chingan”), es peligrosísimo; si nos cortan las vías legales y pacíficas para llegar y detentar el poder, ¿qué esperan que hagamos? ¿Que agachemos la cabeza y digamos “ni modo”?

De por sí hay una bola de idiotas en la izquierda mexicana que desde hace años (por ejemplo, en la huelga de la UNAM) vienen clamando por la vía violenta para conseguir los cambios que sin duda alguna la nación necesita. La enorme mayoría de la izquierda los hemos mantenido a raya y apostado por la vía pacífica por una multitud de razones; la primera que creemos que el costo en vidas es inaceptable, y la segunda que desde hace casi treinta años fue el camino que elegimos, sabiendo que iba a ser largo, difícil y tortuoso el proceso de cambiar este país sin necesidad de recurrir a la violencia. Desde que el PCM obtuvo su registro y comenzó a participar en las elecciones hemos apostado por la vía electoral, porque no queremos ver muertes inútiles. Y eso nos ha costado muertos; el PRD tuvo más de 300 muertos nada más en los últimos estertores de los gobiernos priistas. Siempre es la izquierda la que le asesinan más miembros; y en gran medida por haber apostado por la vía electoral.

Si nos cierran la vía electoral (como ocurrió el 2 de julio de 2006, como ha venido ocurriendo antes y después, Iztapalapa el último caso), nos dejan sólo otra vía, y de verdad no queremos tomarla, pero si las cosas siguen descomponiéndose no habrá otra opción. Ya no tendremos cómo poner a raya a los elementos más radicales, y lo que es peor; a los ojos de los jodidos (los que ya no pueden con la crisis económica, los que no ven cómo poder mantener a su familia, los que viven día a día bajo la violencia del narcotráfico), la vía violenta será no sólo la única viable; será una que tenga mucho más sentido que seguir participando en elecciones que no respetan el voto de la gente, o donde no permiten de ninguna manera que los candidatos que quieren implementar un proyecto distinto de nación lleguen al poder.

Todavía dijeran ustedes es un proyecto revolucionario y radical… al contrario, es bien reformista. Es sólo mantener la educación y salud públicas, gratuitas y universales (hoy la SEP, propiedad ahora de la temible Elba Esther Gordillo, pidió a las universidades –sólo las públicas, por supuesto– que recorten gastos “voluntariamente”), mejorar y defender las empresas nacionales relacionadas a energía, y ver por la soberanía nacional. Es básicamente el proyecto que Obama dice tener para los gringos (nada más que nosotros lo venimos peleando desde mucho antes); no me digan que es radical o “imposible”.

Y ni eso quieren dejar que hagamos. Tenemos unos grupos de intereses particulares poderosísimos que tiene agarrados de los huevos al gobierno federal; justo los que defendieron la “limpieza” de las elecciones de 2006, y que se han venido cobrando (y aumentando su poder) desde entonces. Un ejemplo vergonzoso fue el ruin espectáculo que dieron ayer Emilio Azcárraga y Elba Esther Gordillo casi besándose los culos en televisión.

Y justo son en gran medida las televisoras (a través de sus comentaristas pagados) las que están llamando a la soberana pendejada del “voto blanco, voto nulo”. Les aterra (y les pega directamente en sus intereses) las reformas que con grandes dificultades medio consiguieron pasarse en los dos últimos años que les limitan su intervención en los procesos electorales, y saben que si hay un gran abstencionismo, ellas pueden determinar en gran medida qué diputados y diputadas pueden ganar; dándoles tiempo aire gratis bajo la fachada de estar “cubriendo las noticias”. Y luego esos diputados echarían abajo dicha ley. Es una mentira vil que llamen al abstencionismo por su “indignación” del sistema de partidos (que por descompuesto que esté, sigue siendo mucho mejor que el monopolio del poder priista que teníamos antes); es una jugada para tratar de mantener sus privilegios, que la nueva ley de medios acota considerablemente.

Además de que, como siempre, entre menos gente vote más fácil es cometer fraude; por eso en el 2006 lo único que pudieron inventarse fue una diferencia de poco más de 0.5%.

¿Los partidos que tenemos son lamentables? Sin duda alguna; incluido el PRD: de hecho varias cosas que han hecho miembros de ese partido me parecen de las peores de toda la clase política mexicana. Pero por lamentables que sean las opciones que tenemos para el elegir el 5 de julio, seguimos teniendo opciones. Hace sólo veinte años no teníamos opciones realmente; hace sólo quince años pocos creían que las reformas electorales que con sangre, sudor y lágrimas estábamos consiguiendo pudieran servir de algo. Pero miembros heroicos de la izquierda y la derecha ilustrada mexicana (ese panismo que luchaba honestamente porque se abrieran los espacios de participación política, y que no tengo idea dónde se han metido en los últimos años… probablemente sigan avergonzados después del desastre que resultó ser Fox) siguieron luchando y apostando porque los cambios se pudieran realizar por la vía pacífica.

Toda esa lucha, todo ese trabajo es despreciado groseramente por los imbéciles que llaman al “voto blanco, voto nulo”, muchos de los cuales en su vida hicieron algo útil por conseguir un México más democrático. Ahora indignados levantan la nariz y claman que ningún partido merece su impoluto voto, que “protestarán” absteniéndose o anulándolo. Bola de pendejos; me hubiera gustado verlos así de indignados cuando la gente que luchaba por la democracia era asesinada.

¿Va a haber fraude? Posiblemente; lo hubo en el 2006 y el cambio de Ugalde por Leonardo Valdés en el IFE (y la bola de pendejadas que ha hecho desde entonces) ha causado que el Instituto se deslegitimice aún más, así que ni siquiera es que eso les preocupe a estos imbéciles. Eso no justifica que sacrifiquemos nuestro voto; supimos durante décadas que los priistas harían fraude en todas y cada una de las elecciones, pero seguimos participando en ellas porque participando es la única manera de ir cambiando pacíficamente este país. Y estamos por el cambio pacífico.

Calderón (deslegitimado de origen para empezar) no ha hecho una cosa bien desde que empezó a “gobernar”, ya no digamos promesas de campaña como ser el “presidente del empleo” (nada más comparen los índices de desempleo con los de hace tres años). Su “guerra al narcotráfico”, además de que por principio es igual de estúpida que la “guerra contra las drogas” o “guerra contra el terrorismo” de los gringos, está sólo resultando en un narcotráfico cada vez más violento y cada vez más envalentonado porque estos idiotas sólo muestran que no pueden luchar contra el narcotráfico. Menos aún cuando casos como el de Nuevo León muestran que no podrán hacerlo hasta que se limpien los gobiernos locales.

Pero además no les importa limpiar nada; en tal caso harían operativos espectaculares en los estados más golpeados por el narcotráfico, que sin duda alguna son los del norte del país. Pero esos estados son gobernados por panistas, así que ahí sólo meten cada vez más soldados (como si eso alguna vez hubiera servido de algo en algún lugar alguna vez). En cambio hacen un operativo espectacular en Michoacán; no porque ahí esté particularmente grave el narcotráfico, sino porque es un bastión perredista.

Es tan descarado que daría risa, si no fuera porque dan más ganas de llorar.

Si dejamos la vía electoral (que es eso al fin y al cabo lo que significa anular nuestro voto), la única otra vía que va a quedar para cambiar el país es la violenta. Incluso con chingaderas como la que le acaban de hacer a Clara Brugada en Iztapalapa hay formas (revueltas, complejas y hasta medio dementes) de darle la vuelta, sin violar la ley y sin necesidad de abandonar la vía electoral. El Peje propuso el demente plan de votar por el PT para Jefe Delegacional en Iztapalapa, que el candidato (en caso de ganar) renuncie, y que el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard entonces apunte a Clara Brugada como Jefa Delegacional (cuando un Jefe Delegacional renuncia, el Jefe de Gobierno es quien decide quién llena el puesto).

El plan es complejo, peligroso, con muchas posibilidades de fallo y, puesto sencillamente, demente. También es tal vez el único que permitiría que legalmente Clara Brugada fuera electa Jefa Delegacional sin riesgos de que después quisieran anular la elección. Y también es cierto que tal vez el único lugar donde un plan tan descabellado podría funcionar sería Iztapalapa. Tengo una fe enorme en los habitantes de esta Ciudad; mi fe si es posible es un poquito más grande en aquellos que viven en Iztapalapa.

Y por demente que sea el plan, es uno que se mantiene dentro de la vía electoral, y que es legal y legítimo. Mañosamente legal, pero legal al fin y al cabo. Y por mal que me caiga el Peje es una cosa que siempre le he reconocido; nunca ha apostado por la vía violenta, y siempre que ha podido ha evitado que la gente que lo sigue (muchos de ellos rayando en el fanatismo) sea puesta en peligro de violencia física.

Para acabar, muchos me van a decir “bueno, OK, votamos; no tiramos nuestro voto… pero si los partidos son una mierda, ¿entonces cómo vamos a saber por quién votar?” La respuesta es bien sencilla; averigüen quiénes son los candidatos que les tocan, e investiguen de dónde vienen, qué proponen y cuáles son sus antecedentes. Es nuestra responsabilidad hacer eso. La democracia no es como el futbol; no le “voy” a un partido político como le voy a los Pumas de la UNAM. La democracia no es sólo derechos; son obligaciones. Y la obligación más básica es averiguar a quién carajo le están dando su voto.

Y en gran medida estoy seguro de que en la Ciudad la mayor parte de la gente hace eso. Por eso estoy convencido de que la izquierda seguirá siendo mayoría aquí. A pesar del PRD en muchos casos. Aquí en la Ciudad nos costó muchísimo el tan siquiera poder elegir a nuestros propios gobernantes; algo que ha costado tanto suele apreciarse lo suficiente como para ignorar a los idiotas que llaman a que tiremos nuestro voto, después de todo lo que luchamos para tenerlo en primer lugar.

Rompiendo un poco mis costumbres esta entrada no permitirá comentarios; yo sólo quería dar mi opinión al respecto del “voto blanco, voto nulo”. La opinión de mis lectores no es que no me importe; es que si de verdad quieren dar su opinión, denla donde de verdad importa. En las urnas.

El compló

Ya me han dejado un par de comentarios al respecto en el blog, y he recibido algunos correos respecto a un supuesto “compló”. La idea del “compló” sería que el “gobierno” de Calderón está utilizando (en los casos más extremos dicen fabricando) la epidemia de influenza como una distracción de la crisis económica, de las cosas que en estos días se están discutiendo, aprobando o rechazando en la Cámara de Diputados, etc.

Mientras que no dudo que traten de utilizar dicha epidemia como cortina de humo para tapar los numerosos y graves problemas que de hecho ocurren por sus propias estupideces, lo cierto es que la epidemia es real, y se está convirtiendo rápidamente en pandemia… no que eso último nos afecte mucho, dado que fuimos el primer país en presentar infectados y muertos.

Sí me creo que estos tarados se inventarían muchas cosas para distraer la bola de pendejadas que han estado haciendo (cada vez más y más estúpidas); pero en primer lugar no creo que sean lo suficientemente inteligentes como para inventarse algo como esta epidemia, y en segundo lugar es una cosa completamente distinta incluir en un “compló” a la OMS y media docena de otros países en el resto del mundo.

La epidemia es un hecho; la OMS acaba de aumentar la alerta a nivel cinco (que, de nuevo, dado que somos el país con los primeros casos eso no nos afecta realmente), y varios otros países han presentado casos de la misma cepa del virus. Desconfíen todo lo que quieran del “gobierno” de Calderón (yo jamás sugeriría lo contrario, y mis lectores habituales lo saben), pero sigan las recomendaciones (que además son de sentido común): usen tapabocas si hacen uso del transporte público; eviten el contacto físico todo lo que puedan; lávense las manos constantemente y no se las lleven a la cara.

También me molesta el tono de varios de esos correos y comentarios, comentando que la población (en particular la gente de la Ciudad de México) nos hemos “tragado” el “cuento” de la influenza cuando “obviamente” es un “compló”. Bueno pues, pregunto de nuevo; ¿de verdad creen que somos idiotas o qué?

Si estos tarados quisieran aprovechar esto para propósitos más nefastos, por ejemplo el tratar de imponer una cuarentena militar, entonces sí ya verían cómo reaccionaríamos aquí en la Ciudad. Nada más que lo intenten, me gustaría ver.

Mientras tanto no contribuyan a la histeria estúpida e improductiva gritando “¡compló!” cuando tenemos una crisis sanitaria real en nuestras manos, y necesitamos que entre todos trabajemos para contenerla.