inFAMOUS Second Son

Después de mi platino de God of War (versión 2018), obtuve el de inFAMOUS Second Son.

inFAMOUS Second Son

inFAMOUS Second Son

Los dos primeros juegos de esta serie me gustaron bastante porque son, además de videojuegos de acción relativamente decentes, un muy buen cómic.

Esta tercera entrega se puede discutir que es un mejor videojuego (aunque no todo mundo está de acuerdo); pero un peor cómic (que creo en eso todo mundo está de acuerdo).

La historia supone el final heróico de inFAMOUS 2, donde Cole se sacrifica para salvar a la humanidad, y sigue a Delsin Rowe, un indio gringo con poderes que en mis tiempos denominábamos de “émpata”, pero que aquí le dicen de absorción de poderes. Todo esto de que Delsin sea indio y originalmente de una reservación no juega mucho que digamos en la historia, lo que me parece un poco un desperdicio.

La acción eventualmente se mueve a Seattle y el juego es, en los aspectos técnicos, básicamente una mejora absoluta de los primeros dos; lo cual no es de extrañar, dado que fue de los primeros juegos que salieron para el PlayStation 4.

El juego me gustó bastante; entre otras razones porque me salió gratis por mi suscripción a PlayStation+. La historia es medio mafufa y el sistema de karma no tiene el menor sentido, porque casi toda la historia se ejecuta igual no importando si Delsin es “bueno” (karma positivo) o “malo” (karma negativo); sólo algunos puntos claves son distintos, incluyendo el final.

Pero la mecánica de juego es más fluida (y ambiciosa) que en los primeros dos juegos; y obviamente los gráficos son como quinientas veces mejor, porque la verdad el PS3 ya tenía el colmillo muy largo. En particular, los efectos de partículas cuando Delsin utiliza sus poderes están bastante padres; si bien se volvieron relativamente comunes con el PS4.

El juego está entretenido y en trofeos es bastante sencillo; me llevó unas dos semanas cienporcentearlo, y no recuerdo haberle invertido mucho tiempo que digamos.

Creo que lo peor que se puede decir del juego es que es relativamente intrascendente; es divertido y cumple con todo lo que se espera de un juego AAA, pero no sobresale en nada en particular. Es un juego que salió muy temprano durante la vida del PS4, así que un poco es como un juego de PS3 nada más aprovechando las ventajas obvias de la nueva consola (mejores gráficos, un mapa más grande, más enemigos en pantalla al mismo tiempo, etcétera).

De cualquier manera yo lo recomiendo; en particular si jugaron y les gustaron las primeras dos partes.

El volante

En 2014 compré un volante de carreras Logitech Driving Force GT, junto con Gran Turismo 5. El volante era compatible con el PlayStation 3 y en particular con GT5 (de hecho lo hizo Logitech en colaboración con Polyphony Digital, la compañía que hace el videojuego), que fueron las principales razones por las cuales lo compré.

Es en pocas palabras el modelo más básico para volantes de carreras buenos; tiene retroalimentación de fuerza (force feedback) y es bastante durable; pero no tiene amortiguador ni hay forma de agregarle palanca de velocidades. Más grave, sólo tiene dos prensas para sujetarse a una superficie (generalmente un escritorio); y eso el volante, los pedales sólo tienen unos dientecitos abajo para que no se deslice mucho en una alfombra.

Cuando lo compré el PlayStation 4 acababa de salir y yo ni siquiera planeaba todavía comprarlo; sin embargo, sí recuerdo haber leído que se esperaba que el PS4 fuera compatible con “la mayoría de los volantes de carreras” en existencia a través de software (el volante se conecta a través de USB, al fin y al cabo).

Me encanta ese volante, pero es sin duda alguna más bien limitado. Acabé GT5 y Need for Speed: Hot Pursuit con el mismo, pero no lo usé mucho más porque es incomodísimo estarlo poniendo y quitando.

A mí me gusta jugar en mi sala, enfrente de mi televisor grandote y con el sistema de sonido Harman/Kardon que tengo desde hace años. En una sala normal no hay donde sujetar un volante de ese estilo, así que tenía que mover mi mesa (que en ese momento era una mesa más bien chafa de plástico y metal tubular); y además poner mis mancuernas más pesadas en los extremos, porque el motor de retroalimentación del volante sí hace fuerza, que uno compensa haciendo fuerza con los brazos, y que si el volante no está bien sujeto a una superficie pesada, hace que todo se tambalee.

Derramé muchos vasos descubriendo este hecho de manera empírica.

Así que eventualmente también compré un soporte para el volante, un Stand Rennsport Wheel P, que no puedo encontrar una imagen en internet, pero curiosamente sí un video en el tubo.

Esa cosa es patética; la idea para mantenerlo seguro es estar presionando la base de los pedales con los pies, lo cual se vuelve cansado rápidamente. Además, no es como que hubiera salido baratísimo; aunque ciertamente fue como la tercera parte de lo que cuestan los asientos con soportes para volantes y pedales. No usé mucho el estúpido soporte.

Ahora que me compré el PlayStation 5 y me inscribí a PlayStation+ Extra, decidí que sí quería usar de nuevo mi volante, pero no quería lidiar con estar moviendo mi mesa (que además ahora es de madera y mucho más pesada; yo no puedo cargarla solo) o el estúpido soporte; así que me compré un asiento Dshot Racing Wheel Stand que estaba de oferta en Amazon. De todas formas salió bastante caro; pero hey, una ventaja de no tener hijos.

Cuando llegó el asiento lo armé (de manera relativamente sencilla) y coloqué mi volante; tuve que idear un soporte extra de madera, porque las prensas del volante no se agarraban bien de otra forma, pero fuera de eso quedó bien; aunque los pedales se deslizan un poco porque esos dientecitos que tiene no sirven de mucho, la gravedad hace casi todo el trabajo.

Como sea lo instalé, cargué Gran Turismo 6 (que lo había comprado usado hace siglos) y me divertí como enano en mi PlayStation 3 como si fuera 2013.

Y después decidí probar F1 2016, que viene gratis con PlayStation+ Extra para PS4 y PS5. Y el volante no sirve en PS4 y PS5.

El modelo de mi volante es de 2007 originalmente; ya casi puede votar. No debería extrañarme en lo más mínimo.

No dispuesto a dejarme desanimar, agarré e investigué en la red qué volante era el más compatible para PS4 y PS5, y compré el HORI Apex Racing Wheel, que estaba sorprendentemente barato en Amazon. Y es oficialmente licenciado por Sony, así que supuse no tendría ningún problema.

Y no, no hubo ningún problema: el volante funciona perfectamente tanto en el PlayStation 4 como en el PlayStation 5. El problema es que apesta con la intensidad de diez mil soles.

El volante es “sorprendentemente” barato, porque no tiene retroalimentación de fueza; tiene un estúpido resorte. Cuando por fin comencé a correr en F1 2016, nada más agarrar la primera curva descubrí el terrible error que había cometido; es (y sé lo irónico que va a sonar esto) como si fuera un volante de juguete.

En ese momento estaba contemplando todas las malas decisiones que había cometido en mi vida, cuando recordé que compré el volante en Amazon y que soy cliente consentido porque tengo Prime y además las compras que realizo en la plataforma deben ser equiparables al presupuesto anual de un país chiquito, así que metí el volante otra vez en su caja y procedí a regresarlo. Gratis, por supuesto.

Y por fin me compré un Logitech G29, que salió casi en el doble del HORI, pero que es una maravilla: además de retroalimentación de fuerza tiene amortiguador; y también compré la palanca de 6 velocidades y reversa (que se le puede conectar) porque, de nuevo, alguna ventaja debe haber en que no tenga hijos.

El volante además tiene orificios especiales para sujetarlo al asiento con pernos; y también los pedales. Todo queda absolutamente fijo de manera perfecta.

Volví a jugar F1 2016, y la diferencia con el volante HORI es la que existe entre el día y la noche; es espectacular el nivel de control que da el recibir retroalimentación por parte del volante. También jugué un poco Assetto Corsa Competizione, que usa supercarros, no monoplazas como F1; y los adelantos que ha habido en los juegos de carrera son espectaculares: si me salgo de la pista (cosa que ocurre todo el tiempo) y termino en suelo de grava, se sienten a través del volante los golpes que dan las piedritas individuales en el chasis del carro.

Por último, el volante es compatible con PlayStation 5, PlayStation 4 y PlayStation 3, así que no tengo que cambiar nada. Sólo muevo mi mesita de centro, pongo el asiento enfrente de mi sofá, lo conecto a la consola que vaya a usar, y todo funciona de manera perfecta.

Y no que tenga nada que ver con el volante, pero con mi sistema de sonido 5.1, si un carro se me acerca por detrás a la izquierda, lo escucho por detrás a la izquierda.

Literalmente me dolieron los hombros de todo lo que jugué durante las vacaciones.

Eso sí, éste es el límite para mí. Porque la gente clavada hace cosas todavía más elaboradas; como motores hidráulicos para mover el asiento de forma que corresponda a las curvas o al frenar y acelarar; múltiples monitores para tener un campo de visión más amplio; o realidad virtual para poder ver a los contrincantes nada más girando la cabeza.

Yo me quedo con mi asiento y mi G29; ya gasté demasiado dinero en esto. Aunque a lo mejor compró el VR de PlayStation; pero sería en navidad o en mi próximo cumpleaños y además sería para jugar más cosas que juegos de carreras.

Como sea: valió la pena. Es estupidizantemente divertido; como cuando uno rebasa a dos carros en una curva pasando entre ellos, sin tocarlos en lo más mínimo. Lo recomiendo ampliamente, si lo pueden experimentar alguna vez.

5,000 días

Yo soy gamer.

Aunque debería ser obvio, me parece que de vez en cuando sí necesito decirlo en voz alta (o escribirlo aquí), porque aunque es de mis pasatiempos preferidos, no es raro que a veces se me olvide que soy gamer. Literalmente: al grado de que se me olvida que para ser gamer hay que, ya saben, jugar videojuegos de vez en cuando.

No tuve consolas cuando era niño, porque a mis papás no les alcanzaba; siendo adolescente tuve un Atari 2600 de esos piratotas, con como 100 juegos incluidos; y un Famicom todavía más piratota, porque era fayuca completamente ilegal. Cuando mi mamá se compró su primera computadora para escribir su tesis de maestría, yo comencé a jugar en ella casi de inmediato.

Ahora, “jugar” en la computadora no necesariamente se traducía en ese momento a jugar videojuegos; para mí nada más estar descubriendo qué podía hacer en una computadora (incluyendo mis primeros temblorosos pasos como programador) era estar jugando. Pero sí jugué varios juegos de computadora, hasta al menos el inicio de la licenciatura, donde el estar programando reemplazó el jugar videojuegos casi por completo.

Pero no por completo; aunque fuera esporádicamente seguí jugando, aunque cada vez menos y más infrecuentemente. El hecho de que tenía que reiniciar mi computadora para usar Windows no ayudaba, ciertamente.

Y entonces mi hermano me regaló un PlayStation 3, a inicios de noviembre de 2008.

Todavía me tomó algunos años el volver a jugar cotidianamente; jugué RockBand y Grand Theft Auto IV, pero recuerdo claramente que no me sentía motivado a jugarlos más que esporádicamente; lo cual suena extraño, que uno tenga que estar motivado para disfrutar un hobby, pero que es indudablemente uno de los problemas de ser adulto: además de tiempo libre, uno tiene que estar motivado para disfrutar de ciertas cosas.

Así que durante los primeros años de tener mi PS3 el mismo funcionó básicamente como reproductor de Blu-rays en esteroides; en ese entonces ni siquiera veía mucho YouTube y Netflix era una idea futurista, así que ni siquiera para streaming usaba mi consola.

Todo esto cambió en 2011, cuando descubrí (o mejor dicho, caí en cuenta de) los trofeos que se registran en la PlayStation Network al ir jugando videojuegos. Esos ridículos premios, inútiles e irrelevantes, se convirtieron en el gancho que necesitaba para reasumir mi identidad de gamer, me dieron un propósito (por insustancial que sea) para seguir jugando mis juegos. Parafraseando a Palpatine:

It gives me focus, makes me stronger.

He platicado de mis trofeos muchas veces aquí; y me quedan a mí claro las razones que tengo para que mi vida como gamer gire casi completamente en torno a los trofeos de la PlayStation Network. También me queda claro que todas y cada una de esas razones no tienen el más mínimo sentido; no importa, realmente: son lo que me permite poder disfrutar mi pasatiempo de jugar videojuegos en mi PlayStation.

Así que fue, literalmente, devastador cuando en julio de 2019, mi cuenta de la PlayStation fue excomulgada (banned) por Sony.

No voy a entrar a detalles de porqué Sony excomulgó mi cuenta original; sí estaba haciendo trampa (para conseguir trofeos, obviamente); sí violé los términos del EULA de Sony; y de todas formas me parece que fue un castigo desmedido para mi falta.

La consecuencia práctica de esto fue que básicamente dejé de jugar videojuegos en mis PlayStations a partir de ese momento (no tenía mucho que había comprado mi PlayStation 4). Ahora, YouTube (que soy de los que paga el servicio Premium, porque no soporto sus anuncios), Netflix, Prime Video y HBO Max (y ahora Paramount+, que viene gratis con Infinitum) los veo en mi PlayStation 4, así que no fue como que dejara de prender la consola; pero básicamente dejé de prender mi PlayStation 3 y además casi no jugué; jugué un poco, pero sin muchas ganas… excepto por Jedi: Fallen Orden, porque Star Wars es lo más cercano que tengo a una religión; y volver a jugar God of War, versión 2018, porque además de que es probablemente el mejor videojuego en toda la historia, es muy reconfortante estar matando a Sigrun en la dificultad más alta una y otra y otra y otra vez.

Para ese momento, el estado de jugar videojuegos en Linux había mejorado enormemente, en gran medida por Steam; yo tenía ya años comprando juegos en las ventas de verano de Steam (salen absurdamente baratos), así que mi biblioteca de Steam no es nada despreciable. He jugado realmente nada más como 3 juegos, pero mi biblioteca no es nada despreciable.

Estando excomulgado, regresé a jugar en la computadora realmente por primera vez en casi dos décadas. La verdad sólo vale la pena mencionar Kerbal Space Program y Oxygen Not Included, que sí jugué bastante en la pandemia; el resto de mis juegos en Steam hay varios que ni siquiera he iniciado una vez. De KSP y ONI sólo diré que son los videojuegos más nerds que pueden existir, donde uno literalmente tiene que estar resolviendo ecuaciones para jugarlo (de órbitas espaciales en el primero y equilibrio energético y térmico en el segundo). También son extremadamente adictivos para alguien como yo, especialmente por el hecho de que ninguno de los dos termina jamás, si uno quiere seguirlos jugando eternamente.

Pero sí extrañaba jugar en mi sofá, enfrente de mi televisor grandote con mi sistema de sonido 5.1 (mi computadora también tiene 5.1, pero ni es lo mismo ni es igual). Estuve inútilmente durante años tratando de hacer que Sony me desexcomulgara (¿incomulgara?, ¿comulgara?), pero sencillamente es imposible, literalmente le cuelgan a uno el teléfono (cuando recibían llamadas; ya ni siquiera hacen eso).

Y entonces por fin, casi tres años después de mi excomulgación, me acordé de 3 cosas:

  1. Mis trofeos siguen ahí, nunca los quitaron (y por lo que tengo entendido, nunca los quitarán).
  2. Los trofeos son importantes de acuerdo a como a mí se me dé la gana que sean importantes.
  3. Soy programador.

Ya había escrito una aplicación en Linux para poder tener una base de datos local con mis trofeos para poder contemplarlos amorosamente en las noches que no puedo dormir; así que sencillamente la modifiqué ligeramente para poder combinar múltiples cuentas en una sola cuenta virtual.

No es por nada, pero está bastante padre; además de que puedo decidir qué cuenta real usar para cada juego individual en la cuenta virtual, puedo hacer cosas que Sony nunca ha permitido, como ocultar juegos por completo (en la PlayStation Network uno puede ocultar juegos, pero los puntos de los trofeos en los juegos ocultos se siguen contabilizando). Así que, para mí, mi cuenta excomulgada está congelada en el tiempo con 100% de compleción en todos sus juegos (sencillamente oculto los que no me dejaron completar antes de excomulgarme).

Mi cuenta excomulgada

Mi cuenta excomulgada

Y en mi cuenta virtual tengo todos los trofeos de mi cuenta excomulgada, además de los que tengo en mi cuenta nueva.

Mi cuenta virtual

Mi cuenta virtual

Por supuesto habrá quien diga que eso no se vale; pero pues los trofeos son premios inútiles e irrelevantes; literalmente a nadie además de mí les importan. Así que los que digan eso púdranse; yo así defino cómo llevo mis trofeos en la PSN; y, para lo que importe, sigo ganando todos y cada uno de esos trofeos al jugar. Muchas veces haciendo trampa, por supuesto; ¿si no qué chiste?

Este sutil masaje mental que realicé en mí mismo me permitió regresar a uno de mis pasatiempos preferidos: estar cazando trofeos en la PSN, jugando videojuegos. Y la verdad me liberó de la camisa de once varas en que yo solito me había metido por tratar de mantener mi cuenta siempre con la posibilidad de obtener el 100% de mis trofeos todo el tiempo; hubo múltiples juegos que ni siquiera intenté jugar porque los trofeos se veían muy difíciles de conseguir.

Ahora ya no importa; sencillamente oculto el juego si no logro completarlo.

Y regresé a mi pasatiempo que hagan de cuenta que estuviera vengándome de alguien: me compré mi PlayStation 5 en mi cumpleaños; por fin compré una silla especial para poner mi volante al jugar videojuegos de carreras; me suscribí a la nueva versión de PlayStation+ (la versión Extra; aunque estoy considerando seriamente la Deluxe), que según mis cuentas ya se pagó solita por los cientos de juegos que vienen incluidos (o bueno, si juego los suficientes antes de que los saquen de la rotación); y básicamente el volver a jugar por el simple placer de escuchar la campanita cuando por fin consigo un trofeo.

Una cosa que hace mi aplicación es desplegar el tiempo desde el primer trofeo que obtuve (Off The Boat, el primer trofeo que aparece automáticamente en Grand Theft Auto IV) hasta hoy; y justamente hoy se cumplen 5,000 días que he estado obteniendo trofeos en la PSN. Esos son 13 años, 8 meses y una semana; y espero poder seguir jugando durante varios miles de días más.

Así que volveré a comentar de mis platinos aquí; me faltaban varios que obtuve antes de que me excomulgaran, y pues ya obtuve un par desde que regresé a jugar regularmente (y Jedi: Fallen Order, porque Star Wars es lo más parecido que tengo a una religión).

God of War

Después de obtener mi platino en Game of Thrones, fue el turno de God of War.

God of War

God of War

Decir que God of War es un buen juego es como decir que Cinema Paradiso es una buena película; o que Cien años de soledad es una buena novela. El adjetivo se queda corto.

Cuando anunciaron el juego, yo supe de inmediato que lo iba a jugar; he jugado todos los juegos de God of War para consola, así que no tenía nada de extraño que jugara el último. Pero a God of War lo compré en preventa, después de ver la reseña que hicieron en Easy Allies. Esos güeyes me caen bien, pero hicieron una reseña tan alabadora del juego, que lo compré para recibirlo el día que salió, cosa que casi nunca hago.

No me decepcionó en lo más mínimo.

God of War es, con casi toda certeza, el mejor video juego de toda la historia. Esa es una afirmación bastante fuerte, pero creo que puedo justificarla; sin embargo lo primero que debo reconocer es que, excepto por un detalle en el que ahondaré más adelante, God of War no tiene nada abrumadoramente original. Todas (o casi todas) las mecánicas que tiene son una copia, evolución o mejora de mecánicas que se habían visto en otros juegos, nada más implementadas de forma impecable.

La historia comienza con Kratos cortando un árbol para cremar a su fallecida esposa con ayuda de su hijo Atreus. Rápidamente queda claro que el viejo espartano no es el mismo dios que conocimos en los juegos anteriores; y que Atreus no tiene idea que su padre es un semidios (debo enfatizar que dios/semidios no hace mucha diferencia en este mundo). Después de cremar a la mamá de Atreus y de un no muy exitoso viaje de cacería donde el hijo de Kratos no hace muy buen trabajo de controlarse a sí mismo, un extraño llega a casa del dios de la guerra exigiendo que le dé algo y buscando pelea, que extrañamente Kratos no le da de inmediato sino después de múltiples provocaciones.

Se sigue una espectacular batalla, donde después de despachar al extraño, Kratos agarra a Atreus y se lo lleva para tratar de cumplir el último deseo de su madre, que es esparcir sus cenizas del pico más alto de todos reinos.

La historia es espectacular, en gran medida porque toma a Kratos, que era una caricatura de la masculinidad tóxica en los juegos anteriores, y lo transforma en un padre reprimido y traumatizado, que antes que nada quiere proteger a su hijo de los múltiples enemigos que encuentran y prepararlo para que pueda sobrevivir en un mundo brutalmente peligroso; pero que también no sabe cómo comunicarse con su hijo y expresarle lo que siente. Más aún, y como bien tiene a decir Mimir más adelante en la historia, Kratos odia a los dioses… a todos los dioses, incluyéndolo a él mismo y por supuesto a su propio hijo, que no puede evitar notar eso sin poder explicarlo.

He jugado múltiples juegos con historias espectaculares, pero God of War 2018 es sin duda alguna de las mejores, y se puede discutir que la mejor. Yo además pude relacionarme mucho con la misma; no tengo hijos, todavía, y por lo tanto no sé lo que es ser padre. Pero sí soy hijo de un hombre que, cuando yo tenía la edad de Atreus, también me parecía fuerte y enorme (en gran medida porque era fuerte y tal vez no enorme, pero sí grande), que tuvo una niñez difícil, que nunca conoció a su padre (lo mataron antes de que naciera) y que siempre ha tenido problemas para expresar lo que siente. Y tal cual como Atreus yo eventualmente pude darme cuenta de lo mucho que me quería mi padre y de todas las cosas que trató (con distintos grados de éxito) de enseñarme, y de apreciar que, aunque no necesariamente le saliera, siempre intentó hacer lo mejor que pudo como padre, tanto conmigo como con mi hermano.

La historia además cuenta con varios de los mejores personajes secundarios que haya visto en un videojuego; por supuesto Brok y Sindri, los enanos que construyeron tanto Mjölnir como el hacha de la mamá de Atreus, que se la dejó a Katros; Mimir, que por mucho se roba gran parte de la historia y tiene las mejores líneas del juego (“It’s all connected, man!”); Modi y Magni, los hijos de Thor y villanos patéticos pero que cómo joden a lo largo del camino; Baldur, que es de los mejores villanos que he visto, en el sentido de su justificación, lo que aporta a la historia y como mecánica de juego; y por supuesto Freya, que comienza como aliada y termina siendo potencialmente la principal adversaria del siguiente juego.

Y claro merecen mención especial las valkirias, que son de los mejores “jefes” que he tenido que enfrentar en un videojuego, y de las más desesperantes que jamás haya encontrado. Adoro a las muy perras.

La historia, que por supuesto está muy bien escrita pero también increíblemente actuada y dirigida, haría por sí misma que valiera la pena este juego. Pero además es un delicia el jugarlo. El combate es fluido e interesante, aunque la verdad hay que actualizar todas las habilidades de Kratos y Atreus para poder disfrutarlo plenamente; además de que hay que jugarlo en las dificultades más altas para apreciar la sutileza de todos los enemigos y batallas. Aunque todo mundo ha comparado el juego a los juegos de Souls y Bloodborne, y existen similitudes sin duda, yo lo encuentro más parecido a los juegos de Batman de Arkham; hay un ritmo que uno tiene que seguir para ser efectivo en el combate.

Por no dejarlo de lado, todos los aspectos técnicos son excelentes; una extraordinaria música; unos gráficos hermosos y fluidos (lo jugué en 1080p, 4K me parece masturbación mental); y un montón de cosas más que son la cereza en el pastel del que, sostengo, es el mejor juego en la historia.

La innovación del juego está dada por dos cosas narrativas (aunque una es mecánica también, de alguna forma); la historia transcurre en un plano-secuencia: una sola toma, como Birdman, lo que hace interesante cómo manejan el viaje-rápido entre distintos lugares en el mapa y cómo narrativamente nunca dejamos a Kratos, perdiéndolo de vista en sólo unas cuantas escenas donde la cámara se enfoca en Atreus, Freya o algún otro de los personajes secundarios. La segunda innovación está dada por la evolución del personaje de Kratos, que hacia el final de su último juego era medio imposible tomárselo en serio (nadie puede estar tan enojado tanto tiempo). Este juego es el que nos presenta a Kratos como un personaje real, con una motivación mucho más creíble que el choteado y misógino cliché de que asesinaron (o lo hicieron asesinar) a su mujer e hija. El viejo dios de la guerra comienza a ganarse su redención en este juego.

Y la relación de Kratos con Atreus es espectacular, porque el muchacho es genuinamente encantador y con dosis de buen humor que compensan a su estoico padre… exceptuando por supuesto la parte (breve, gracias a Odín) donde Atreus se convierte in a whiny little cunt justo después de enterarse de que es un dios.

No pude dejar de jugar este juego. Lo acabé (con todo y platino) relativamente rápido, como se puede ver en el video que ligo arriba; pero la verdad tuve que bajar el nivel de dificultad para poder ganarle a Sigrun, reina de las valkirias. Después seguí jugando, maximizando todas las estadísticas de Kratos y Atreus, así como todo su equipo; y cuando salió el parche con new game, comencé a subir los niveles de dificultad hasta que pude ganarle a todas las valkirias, incluyendo a la perra de Sigrun, que cómo me costó, carajo. Todas esas batallas las tengo en el tubo, porque sí me siento muy orgulloso de haber podido terminar el juego (¡al 100%!) en el modo de dificultad más alto, Give me God of War.

Después, seguí enfrentando a Sigrun, porque es endiabladamente divertido ganarle; lo hice un total de 4 o 5 veces.

Jugué God of War múltiples veces después de ganar el platino, lo cual es muy raro en mí; y sencillamente creo que es el epítome de lo que pueden aspirar a ser los videojuegos. Como obra artística; como texto literario; como experiencia interactiva; y como un montón de cosas más, este nuevo capítulo en la vida del espartano me parece que es a lo que deberían aspirar muchos videojuegos, si tal vez no todos.

Y definitivamente es el que más he disfrutado en mi vida.

Una vez más, eso es una afirmación muy fuerte; pero cuando Kratos regresa a su casa para recuperar las cuchillas del caos, porque las necesita para ir al inframundo nórdico a recolectar un ingrediente para salvar a Atreus, y aparece Atena para atormentarlo, de verdad no creo haber experimentado algo así con videojuegos nunca. Y cuando, después de decenas de intentos, por fin Kratos le arranca las alas a Sigrun en la dificultad más alta del juego, yo literalmente estaba brincando y gritándole al monitor, en un éxtasis que, repito, no creo haber experimentado nunca en mi ya no tan corta vida de gamer.

God of War es, en mi humilde opinión, el mejor videojuego en toda la historia del mundo mundial, y es algo que todo mundo debería experimentar. Pueden ver la historia nada más; pueden ver cómo un degenerado le gana a Sigrun en la dificultad más alta utilizando el equipo inicial del juego (nivel 1) nada más; o pueden ver a otro degenerado ganarle a Sigrun en la dificultad más alta en tan sólo 16 segundos. Pero sinceramente, todo mundo debería jugarlo; aunque sea en la dificultad más baja y apreciar el mundo, la historia y los cagadísimos comentarios de Mimir.

He jugado más videojuegos después de God of War, por supuesto; pero no hay nada que se le acerque todavía. Probablemente llegue a ser superado en el futuro, pero es de verdad de las cosas más maravillosas que yo he experimentado con una consola de videojuegos; y les recomiendo que ustedes también lo hagan, si tienen la oportunidad.

Game of Thrones

Después de obtener mi platino en Batman – Return to Arkham: Arkham City, obtuve el de Game of Thrones.

Ahorita entro en detalle, pero quiero decir antes de empezar que, con casi toda certeza, Game of Thrones (el de Cyanide que reseño aquí, no el de Tell Tale que reseñaré algún día) es el peor juego que he jugado tanto en mi PlayStation 3 como en mi PlayStation 4.

Game of Thrones

Game of Thrones

Este juego salió en 2012, cuando el programa de televisión de HBO ya era un éxito mundial; sin embargo, esto implica que el guión del juego fue escrito más o menos en 2009, cuando el show estaba siendo filmado y nadie tenía idea del éxito que iba a tener.

Mecánicamente el juego es un RPG de acción/por turnos. La historia se centra en dos aristócratas de Westeros, uno que se autoexilió después de la rebelión de Robert Baratheon y que se convirtió a la religión de R’hllor; y otro que lo exiliaron al Muro en el norte por negarse a matar a Elia Martell y sus dos hijos al final de la misma rebelión. Ambos caballeros eran mejores amigos y un excelente par de guerreros; y ambos son vasallos de la Casa Lannister, lo cual está chido porque uno puede terminar hasta la madre de siempre ver y oír de los Stark y el norte en este universo.

No por arruinarles la sorpresa, pero al final resulta que el autoexiliado se autoexilió porque justo mató a la esposa e hija de su amigo, así que el juego termina con uno matando al otro (se puede elegir cuál) y después todo mundo acaba deprimido, como sele ser Game of Thrones.

La historia es medianamente entretenida (si bien harto imposible y medio contradictoria de los libros y programa de televisión) y pues el mundo de Westeros es indudablemente interesante; pero todo esto se va al caño en gran medida porque el juego es pésimo. El combate es aburrido y repetitivo; los gráficos parecen de un PlayStation 2 (que ni siquiera llegué a jugar); las actuaciones son de dar pena; el movimiento de los personajes tartamudea más que un adolescente pidiéndole una cita a su inalcanzable enamorado/a… y un largo etcétera de problemas.

Podría tal vez haber perdonado todo eso, pero la gota que derramó el vaso fue una aparición que hace el panzón de mierda, George R. R. Martin, autor de los libros en los que todas estas pendejadas están basadas, y se pone a bromear de que su historia de los siete reinos no puede terminarla.

Lo único bueno que puedo decir del juego es que tiene la música del programa de televisión, fuera de eso es realmente malo. Por suerte es sencillo obtener el platino; el juego me salió gratis en PS+ y decidí jugarlo porque me gusta el programa de televisión. Pero si hubiera sabido lo realmente malo que es, probablemente no lo hubiera hecho.

Batman – Return to Arkham: Arkham City

Después de mi platino en Tales From The Borderlands, obtuve el de Batman – Return to Arkham: Arkham City.

Batman: Return to Arkham - Arkham City

Batman: Return to Arkham – Arkham City

Batman: Arkham City es el segundo mejor videojuego que yo jamás haya jugado; y de hecho era para mí el mejor hasta el año pasado, pero de eso hablaré después. Esta remasterización es básicamente idéntica a la versión original para el PS3, pero con mejores texturas, FullHD (1080p) y 60 cuadros por segundo constante en todo el juego.

Los trofeos son también idénticos, pero esta vez me tomaron siete semanas obtenerlos todos; y la verdad sin jugar mucho tiempo al día porque ya estaba trabajando como profesor de tiempo completo. Está mal que yo lo diga, pero me he vuelvo extremadamente bueno en los juegos de Batman de Rocksteady.

El juego sigue siendo extraordinario y lo recomiendo, incluso si no se avientan las catorcemil millones de cosas que hay que hacer para obtener el 100% de trofeos; pero si lo jugaron en PS3 pues la verdad sólo tiene que se ve más bonito.

Tales From The Borderlands

Después de mi platino en Batman, me aventé otra aventura gráfica en Tales From The Borderlands.

Tales From The Borderlands

Tales From The Borderlands

Nunca jugué Borderlands, porque no juego juegos FPS en mis PlayStations. Supongo que viene de que cuando era joven sí jugué bastante Quake III Arena, y sencillamente no me acomodo a un gamepad para jugar un FPS; aunque como sí juego bastantes juegos TPS, no sé si todo esté en mi cabeza.

Como sea; nunca jugué Borderlands (ni el 1 ni el 2, y no planeo jugar el recientemente anunciado 3). Así que llegué a este juego (que como casi todos los de su tipo me salió gratis por PS+) sin tener idea de nada de lo que ocurría en el mismo. No creo que sea muy importante; la historia del juego (que es lo único que hay, realmente, es una “aventura gráfica” al fin y al cabo) se entiende sin haber jugado los juegos anteriores.

La historia es muy divertida; la parte de “ciencia” de esta historia de ciencia ficción es bastante idiota, pero es sin duda alguna divertida. Y tiene algo de romance y salió gratis en PS+, así que no me quejo.

Pero jamás en la vida lo habría jugado si no hubiera salido gratis.

Batman

Después de obtener mi platino en Table Top Racing: World Tour, obtuve el de Batman, la aventura gráfica de Telltale Games.

Batman

Batman

Ya he platicado que antes jugaba muchas aventuras gráficas. La versión modernizada de esto en gran medida fue recogida por Telltale Games, hasta que tronó a inicios de este año (dejando varias series incompletas, por cierto). Son los juegos más mensos del universo, porque sólo hay que jugar algunos QTEs (Quick Time Events), seleccionar algunos diálgos, y a veces conectar (literalmente) los puntos en una escena de crimen.

Pero están divertidas las historias (suele ser lo que hace exitosos a estos juegos) y pues uno generalmente no le dice que no a Batman.

El juego cubre los primeros meses de Bruce Wayne como el Caballero Nocturno, y la historia introduce varios de los villanos de su galería, como son Catwoman, Pingüino, Joker, Dos Caras, etc. Está simpático.

Yo el año pasado jugué una cantidad ridícula de juegos de Telltale que habían salido gratis en PS+ (casi todos sin platino), y la verdad ya ahorita estoy medio hasta la madre de ellos; acabé éste de Batman y otro de Borderlands, pero tengo uno de Game of Thrones en espera sencillamente porque me da hueva ver desarrollarse (lentamente) la historia mientras doy dos o tres botonazos cada media hora.

Como sea; está divertida la historia del de Batman y sí planeo jugar los siguientes.

Cuando salgan gratis en PS+.

Table Top Racing: World Tour

Poco más de una semana después de sacar mi platino en Batman: Return tu Arkham – Arkham Asylum, obtuve el de Table Top Racing: World Tour.

Table Top Racing: World Tour

Table Top Racing: World Tour

(Esa portada, como suele ser con muchos juegos gratuitos en PS+, es falsa; creo que nunca salió físicamente el juego para PS4).

TTR: WT, como suele abreviarse, es un juego estupidísimo y estúpidamente divertido: uno controla carros de juguete (imaginen Hot Wheels, que eran los más famosos en México; pero más bien como Micro Machines) en pistas hechas sobre mesas de comedores, cocinas, escritorios y cosas por el estilo. Se pueden personalizar los carritos con mejores “motores” (porque nadie dijo que la mecánica del juego tenía que tener sentido) y llantas; pero además los carritos tienen armas y se pueden estar disparando los unos a los otros en varios eventos.

Los carros tienen la maniobrabilidad que uno esperaría (dícese, no mucha) y cuando chocan básicamente rebotan; pero después de un rato uno comienza a encontrarle el chiste a los carritos de (literalmente) juguete y el juego se pone divertidísimo. Ayuda que la música sea espectacular.

El juego salió gratis para PS+ en junio de 2016 y comencé a jugarlo pensando que sería muy sencillo obtener el platino; pero en trofeos es mucho más difícil de lo que uno esperaría en un juego de carros de juguete. Más aún porque algunas pruebas de tiempo redujeron el tiempo que uno tiene disponible. No es que sea muy difícil; pero sí es difícil: uno tiene que aprender varios trucos para poder conseguir ciertos trofeos. Un trofeo me emocioné tanto cuando por fin lo obtuve, que hasta lo subí al tubo.

Como sea; es un juego medio idiota, pero está muy divertido, tiene muy buena música, y salió gratis; ¿qué más se puede pedir?

Batman – Return to Arkham: Arkham Asylum

Después de XBlaze: Lost Memories, conseguí el platino de Batman – Return to Arkham: Arkham Asylum.

Batman: Return to Arkham - Arkham Asylum

Batman: Return to Arkham – Arkham Asylum

Este juego es una remasterización de Batman: Arkham Asylum para las consolas de la nueva generación; en particular el PS4, en mi caso. Fue el primer juego que compré para mi PlayStation 4 (junto con la remasterización de los juegos de Uncharted, Batman: Arkham Knight y Bloodborne).

El juego es idéntico a la versión original (pueden leer mi reseña aquí); con la única diferencia de que tiene mejores gráficos y está a 1080p a 60fps todo el juego.

Sigue siendo un juego espectacular; pero la verdad es ligeramente opacado por el que probablemente sea el segundo mejor juego que yo haya jugado: Batman: Arkham City (del primero hablaré luego). Además, fue mucho más fácil para mí ahora, varios años después de estar jugando videojuegos y en particular todos los de Arkham.

El platino, en otras palabras, fue casi trivial para mí esta vez. No me arrepiento de haber comprado la remasterización; este juego por sí mismo valió la pena que lo hiciera: pero además me permitió volver a jugar Batman: Arkham City.

XBlaze Lost: Memories

Después de Hitman: Absolution obtuve el platino de XBlaze Lost: Memories.

XBlaze

XBlaze

He sido fan del animé desde hace varias décadas; fue mi primer fandom realmente, con Robotech. También fui en su momento fan de las aventuras gráficas como Leisure Suite Larry o Space Quest. XBlaze Lost: Memories no es un animé ni una aventura gráfica; es lo que los japoneses llaman una “novela visual” y que yo llamo un animé sin animación.

Las novelas visuales realmente tienen un montón de texto; si no serían telenovelas. XBlaze Lost: Memories no tiene casi texto; pero tampoco tiene video. En cambio tiene imágenes estáticas con un poquito de animación, como son los movimientos de la boca o abrir y cerrar los ojos; aunque también usan múltiples barridos y desvanecimientos. Eso y hartos diálogos en audio, lo que los convierten en los animés más baratos de toda la historia, supongo.

XBlaze Lost: Memories, como debía de ser, me salió gratis por mi suscripción a PS+. Es la secuela a otra novela visual, XBlaze Code: Embryo, que no he jugado y probablemente nunca jugaré, porque encima de todo este tipo de juegos son ridículamente caros, en el sentido de que salieron hace media década y aún cuestan 40 dólares.

Ahora, yo me considero defensor de los videojuegos en general. Casi cualquier videojuego, incluyendo muchos modernos que no tienen casi nada de acción, yo considero que está padre que existan y que habrá un público que los disfrute. El “casi” es porque hay basura mal hecha con el único objetivo de ganar dinero; pero si el o los autores del videojuego sinceramente quieren explorar el medio para expresarse, yo por principio apoyo eso.

El problema con XBlaze Lost: Memories, es que no estoy seguro de que se pueda clasificar como videojuego. El 85% del juego es estar viendo desarrollarse la historia, a través de imágenes semiestáticas y horas de diálogo (en audio) entre los protagonistas. El resto tiene una parte de “plataforma”, entre comillas porque uno no puede morir; no puede perderse; y para obtener el platino únicamente hay que coleccionar memorias y (no bromeo) gatos. Además de que los gráficos son de un nivel que casi puede compararse a los del Atari 2600.

XBlaze

XBlaze

En otras novelas visuales está la posibilidad de tomar decisiones que afectan la historia; en esos caso creo que sí se pueden clasificar como videojuegos sin ningún problema. En XBlaze Lost: Memories tambien se pueden tomar decisiones, pero literalmente son como seis en total y sólo ocurren hasta el mero final.

De cualquier forma, disfruté mucho XBlaze Lost: Memories, viéndolo como un animé sin animación. La historia no es nada del otro mundo (más aún porque es una secuela), pero pues tiene magia y romance adolescente; siendo como soy no suelo necesitar mucho más que eso. Y pues tiene a Es, que como Yuki Nagato en las historias de Haruhi Suzumiya o Rei Ayanami en Neon Genesis Evangelion, es un personaje encantador, con su personalidad casi robótica; además de ser perturbadoramente sexy.

Es

Es

(Esa es una captura del juego, por cierto.)

Además, el juego tiene un montón de contenido, si uno está dispuesto a chutarse todo lo que viene; la historia regular es como 10 horas, el equivalente a poco más de 20 episodios de cerca de media hora, como una temporada normal de animé. Encima de eso tiene varias partes que recuentan distintos segmentos de la historia, pero a partir del punto de vista de otro de los personajes (y que son, por cierto, las memorias que uno colecciona). En total eso debe duplicar o triplicar el contenido del juego, pero la verdad no tuve la paciencia de chutarme todo.

Me eché XBlaze Lost: Memories un fin de semana y pues no me arrepiento; si me vuelven a regalar juegos de este estilo en PS+, no tengo ningún problema. Pero dudo nunca ir y comprar uno por mi cuenta.

Hitman: Absolution

Después de mi platino en Truck Racer, obtuve el de Hitman: Absolution.

Hitman: Absolution

Hitman: Absolution

Hitman es de esas series que no entiendo exactamente por qué nunca había jugado; es un juego de disparos en tercera persona con énfasis muy fuerte en estar escabulléndose para poder matar silenciosamente a los objetivos. Sonaría como que debí jugarlo antes, pero no es el caso.

Este juego un día lo vi barato en un Blockbuster o algo así, y lo compré porque el avance que había salido de las “santas” generó mucha publicidad e hizo que me interesara en él.

El juego es espectacular; la cantidad de opciones que uno tiene para completar las misiones raya en lo ridículo. Van desde matar a todo mundo bien muerto disparándoles en la cara; hasta crear accidentes que son de las cosas más cagadas que yo haya visto. Lo único malo fue que cuando ya estaba jugando este juego, sencillamente ya no tenía el tiempo para perder al estar explorando todas las posibles maneras de andar desmuriendo gente.

La historia es medio idiota, además de que yo me perdí como catorce juegos antes de éste; pero de todas formas está entretenida y hay un montón de escenas CGI que son espectaculares, como cuando Victoria asesina a un montón de mercenarios.

Los trofeos están bien, supongo; es raro que yo diga esto, pero creo que están demasiado fáciles. Era muy sencillo que crearan los trofeos de tal forma que obligaran a explorar más las distintas opciones de jugar cada misión, pero en lugar de eso agregaron como 10 trofeos para una modalidad en línea que está bastante mensa: uno juega una misión, el juego guarda las opciones que uno tomó para matar gente y con eso se crea una misión que otra gente puede jugar en línea. Como no es en tiempo real (uno deja una misión y en cualquier momento en el futuro alguien más puede jugarla), los trofeos relacionados los puede sacar uno mismo, con un único PS3.

No le vi mucho sentido.

Como sea; Hitman está padre, me hubiera gustado más explorar el juego y descubrir más formas de andar matando gente sin que lo notaran; o disfrazándome de mecánico; o sin usar armas; o con múltiples más opciones. Pero la verdad tampoco era un juego tan bueno que me mantuviera jugándolo después de obtener el platino. Planeo jugar las secuelas, eso sí.

Truck Racer

Después de obtener mi platino en Mad Max, obtuve el de Truck Racer.

Truck Racer

Truck Racer

Este juego apareció gratis para los miembros de PS+, que es la razón por la cual pongo la cubierta de la versión alemana; yo lo tengo digitalmente y no estoy seguro de que haya salido físicamente en Norteamérica. Como sea; cuando bajé el juego, lo primero que pensé fue “qué pendejadas se le ocurren a los desarrolladores de videojuegos, ¿quién pensaría en hacer carreras de tráilers? El tarado era yo, por supuesto, que no sabía que de verdad existen carreras de tráilers.

Claro que el hecho de que sea algo existente en el mundo real no le quita en lo más mínimo que la idea siga siendo retrasada mental.

De cualquier manera el juego no es ninguna joya, en casi ningún aspecto. Es ligeramente entretenido estar conduciendo tráilers de varias toneladas con la gracia de un rinoceronte en una cristalería, pero la verdad tiene nada más unos cuantos tráilers; la variedad de pistas deja mucho qué desear; la inteligencia artificial contra la que uno se enfrenta compensa su inutilidad siendo desesperantemente agresiva; y de hecho el juego es bastante inestable: no era raro que de repente dejara de funcionar la insípida música o los bastante repetitivos efectos de sonido.

Todo esto se compensa porque el juego es trivial de obtenerle el platino (me llevó tres semanas, dedicándole un par de horas cada dos o tres días) y porque salió gratis. Y justo jugarlo como 3 semanas es lo que este juego se merece.

No me malentiendan; el juego no es malo. Sólo es demasiado soso como para superar el hecho de que consiste en la ridícula idea de poner tráilers a correr carreras.

Mad Max

Después de sacar el platino en Need for Speed: Hot Pursuit, fue el turno de Mad Max.

Mad Max

Mad Max

Este juego salió gratis para los miembros de PS+ y yo lo bajé y lo disfruté como no tienen una idea. El juego es una combinación de Grand Theft Auto: Dystopia y Batman: Arkham Road Warrior; usando la ambientación de la última película del Guerrero de la Carretera (que yo y un montón de gente consideramos una de las mejores películas de acción de todos los tiempos), el videojuego sirve como precuela a la película, aunque yo no me di cuenta de eso sino hasta el final.

Básicamente Max está loco, porque así se llama, cuando Scabrous Scrotus (hermano de Rictus Erectus e hijo de Inmortan Joe) se lo madrea, le roba su icónico Interceptor y lo deja para morir en el desierto, junto con uno de sus perros guardianes que le falló. Max encuentra al mecánico hermitaño Chumbucket, que lo convence de ayudarlo a completar su “ángel”, un carro de combate pensado para sobrevivir en el desierto australiano, y entre Max, Chumbucket y el perro, forman una frágil alianza que lleva a Max a interactuar con múltiples tribus sobrevivientes del nunca bien explicado apocalipsis.

El juego entonces consiste primordialmente en combate vehicular, que es de las cosas más pendejas y más entretenidas que yo he experimentado en un videojuego. En algún momento Chumbucket le agrega un harpón al carro y entonces Max se convierte en pescador de hombres, porque con el harpón puede mandar a volar (literal y figurativamente) a los conductores de carros enemigos. Cuáles apóstoles; ese es un verdadero pescador de hombres, como el Chuy quería. Además de pelear en el carro, Max también le entra a los madrazos con un sistema similar al de los juegos Arkham, aunque más modesto, enfrentándose a los warbois de Scrotus. Pero eso es un extra; pelear en el carro es donde está toda la diversión: varias misiones consisten básicamente en perseguir convoys y entonces recrear escenas de Road Warrior y Fury Road.

El mapa de mundo abierto es enorme y hay literalmente centenas de cosas que hacer, carros que coleccionar, campamentos que descubrir y en general estar haciendo explotar cosas. La historia por supuesto es pendeja (no había muchas opciones, dado el material), pero el actor que interpreta a Max (Bren Foster) da los soliloquios más melancólicos en la historia del mundo mundial, mientras colecciona reliquias del mundo antes del apocalipsis y va avanzando en su misión de construir un carro que le permita seguir conduciendo en el desierto, alejándose de todo y de todos para poder seguir sufriendo la pérdida de su familia.

El final, si embargo, está increíble; a lo largo de sus recorridos, Max encuentra a Hope, una hermosa esclava con una hija, que por supuesto resulta ser la concubina que puede ganar junto con el motor V8 que necesita para completar su carro (¿quién usaría un V8 en el apocalipsis, cuando la gasolina se va volviendo cada vez más escasa?) Como era necesario para la trama, Hope y su hija son asesinadas, lo que dispara al mismo tiempo todos los traumas que Max tiene en su cabeza; así que la última misión consiste en Max vengando a otras dos mujeres que no pudo proteger, mientras alucinaciones en su cabeza (está loco, ¿se acuerdan?) lo incitan a matar bien muertos a sus asesinos. ¿El nombre de la misión, y lo que le dice la alucinación de Hope en su cabeza?

“Paint my name in blood.”

La apariencia de Max es personalizable, con distintas opciones de vestimenta, pelo y barba. Si uno acualiza la apariencia de Max en el orden en que se hacen disponibles las distintas opciones, entonces para el final del juego uno termina viéndose exactamente igual que al inicio de Fury Road; y como al final Chumbucket muere y Max recupera su icónico Interceptor, perdiéndose en el desierto una vez más, la historia del videojuego funciona como una precuela a la película. Yo originalmente creí que era una historia original independiente, pero se puede interpretar como canon; claro que también podemos suponer que todo es una alucinación de Max, porque pues está loco.

Mad Max es un juego extraordinario, que me salió “gratis” (descontando lo que pago de PS+, que la verdad me parece poco) y lo jugué más de cien horas, recorriendo el desierto y escuchando las pendejadas que decía Chumbucket, mientras Max ponderaba en voz alta la familia y el mundo que perdió y filosofaba acerca de la violencia que lo rodea (y que él mismo causa, en muchas ocasiones). Lo recomiendo ampliamente; es en verdad deliciosamente entretenido, y todo en el universo establecido por la última película, que a mí y a muchos otros nos encantó.

Need for Speed: Hot Pursuit

Una semana después de obtener mi platino en Gran Turismo 5, obtuve el de Need for Speed: Hot Pursuit.

Need for Speed: Hot Pursuit

Need for Speed: Hot Pursuit

Los juegos de Need for Speed son justamente eso, juegos. No tratan de ser simuladores (aunque NFS: Shift se acercaba) y hacen mucho énfasis en que conducir los carros sea divertido. Esto no quiere decir que sea fácil, aunque sin duda alguna son más fáciles que Gran Turismo.

Need for Speed: Hot Pursuit es además un regreso a los orígenes de la serie: corredores contra policías. Casualmente, antes de NFS:HP yo nunca jugué una entrada de la serie con ese énfasis; en mi caso el equivalente hubiera sido Test Drive, que sí jugué hasta la ignominia en la 8088 con monitor monocromático (verde y negro) de mi mamá, con el triste altavoz de la PC fallando miserablemente en emular los sonidos de un supercarro.

NFS:HP es entretenidísimo, especialmente con un volante. Sí ofrece un desafío, pero nada que con tantita práctica no se pueda superar; los carros son espectaculares; las autopistas (en un esquema de mundo abierto en el condado ficticio de Seacrest en California) están increíbles; y la música es algo blanda, pero sin duda alguna entretenida mientras uno está huyendo de policías o persiguiendo supercarros en una patrulla.

En trofeos está bastante tranquilo; y como fue el primer juego que jugué teniendo 2 PS3s, sacar los trofeos en línea fue casi trivial. Nada más tuve problemas con un evento que por alguna razón me llevó varias decenas de intentos el sacarlo. Lo chistoso es que leyendo en línea cómo sacarlo, otro evento que a mí me resultó muy fácil para otros jugadores era con el que se atoraban; tal vez tenga que ver el volante.

Need for Speed: Hot Pursuit es un juego de carreras bien hecho, divertido y razonablemente desafiante, sin ser frustrantemente difícil. Es muy divertido de jugar y si quieren disfrutar un juego de carreras con supercarros deportivos y con énfasis entre el pique entre “bandidos” y policías, con esta entrada no se pueden equivocar.

Gran Turismo 5

Tres meses después de Uncharted 2: Among Thieves Remastered, y casi cuatro años después de empezar a jugarlo, obtuve el platino de Gran Turismo 5.

Gran Turismo 5

Gran Turismo 5

Cuando comencé a ganar bien trabajando para el IFE, decidí comprarme un volante, así que me metí a un BestBuy y agarré el primer volante Logitech que vi decente que funcionara en el PlayStation 3. También compré Gran Turismo 5.

Me gustan los juegos de carrera; y me gustan mucho más usando mi volante. El único problema es que contrario a un controlador normal, poner el volante sí es medio engorroso, así que no lo hago tanto. Como sea, Gran Turismo 5 no es particularmente difícil el obtener sus trofeos; es cuestión de ver videos en YouTube para saber qué estrategias utilizar y practicar un rato.

Excepto por obtener un tiempo de 7:29.03 en la autopista Nürburgring Nordschleife con un Nissan GT-R ’07; y terminar con oro en el desafío X de Sebastian Vettel. El segundo en particular es todavía más difícil porque bajaron el tiempo que era necesario para obtener dicho oro.

Estuve literalmente un par de años intentando esos dos trofeos, hasta que eventualmente me harté y busqué en YouTube cómo usar glitches para obtenerlos. No es difícil, nada más engorroso; uno desinstala el juego y luego lo instala de nuevo permitiendo que llegué nada más hasta cierta actualización, la que lleva la versión que permite el glitch. El glitch consiste en pegar el carro a una pared y acelerar meneándolo poco a poco de izquierda a derecha, para que atraviese la pared y el carro termine entonces debajo de la pista, donde uno puede manejar casi sin ningún obstáculo y cortar varias esquinas. Lo pueden ver en el tubo.

Con esos trofeos fuera del camino fue relativamente sencillo echarme los demás; excepto el de obtener nivel 40 como piloto, porque para ese momento ya habían cerrado los servidores en línea y entonces tuve que correr múltiples veces varias carreras.

Aunque fue talachudo obtener el platino, sí me divertí mucho con Gran Turismo 5; es más bien fastidioso con el intentar ser “realista” (lo que hace todavía más desconcertante cuando no lo es, como cuando los carros sencillamente rebotan al chocar a 400 kilómetros por hora), pero sí puedo entender cómo hay personas que se han convertido en pilotos profesionales de carreras comenzando por jugar este juego.

También fue muy divertido (y muy cansado) el completar eventos como las 24 horas de Le Mans; mi carro para ese momento era como tres veces más rápido que el resto de los participantes, así que no había duda de que ganaría. Pero el hecho de estar ahí horas (no 24, me detuve cuando por el número de vueltas era imposible que me ganaran), con los brazos adoloridos por la resistencia mecánica motorizada que ofrece mi volante, sí me dio cierto orgullo.

Dicho todo lo anterior, y reiterando que disfruté mucho el juego, sí debo decir que me dejó algo decepcionado GT5. Polyphony Digital (la compañía que lo hizo) se tardó años en hacerlo y es (para motivos prácticos) la única entrada de Gran Turismo en el PlayStation 3; y la verdad no lo luce tanto. Otros juegos de carreras que he jugado incluyen algunas de las pistas de GT5, y aunque no son tan detalladas, la diferencia no creo que justifique toda la alharaca asociada con GT5.

Fuera de las carreras, además, el juego parece mal planeado. La música de jazz de varios de los menúes contrasta mucho con el estilo del resto del juego; incluye cosas rarísimas como tomar fotografías de lugares que uno “visita” en rallies; incluye carros como un vocho del 68, que son inútiles en cualquier carrera… hay algo raro con el juego.

Pero el aspecto técnico de correr carreras está muy padre, así que yo sí lo recomiendo. Nada más ya es imposible obtener el platino, porque hay dos trofeos en línea y los servidores cerraron hace años.

Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Una semana después de Batman: Arkham Knight, el siguiente platino que conseguí fue el de la remasterización de Uncharted 2.

Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Habiendo jugado la trilogía para el PlayStation 3 (aún no juego UC4, aunque ahí lo tengo empolvándose en un gabinete), me parece que sin duda la segunda entrega es la más fuerte de la misma. Disfruté mucho volverla a jugar en el PlayStation 4.

Dicho eso, no hay nada espectacular respecto a la nueva versión del juego; es exactamente el mismo juego, nada más con mejores gráficos (y de hecho mejores texturas, realmente). Me falta jugar la remasterización para la tercera parte, pero primero debo obtener el 100% de los trofeos en la original; y como más de la mitad son en línea, llevo meses postergándolo. Supongo deberé dedicarme a ello relativamente pronto, antes de que me cierren los servidores.

En resumen: UC2, chido; UC2 remasterizado, más chido, pero a menos que sean fans de la serie como yo, no hay motivo para jugar ambas versiones.

Batman: Arkham Knight

Un par de semanas de obtener mi platino de inFamous 2, obtuve el de Batman: Arkham Knight.

Batman: Arkham Knight

Batman: Arkham Knight

Batman: Arkham Knight fue el primer juego no exlusivo para PlayStation que jugué en mi PS4. A mí me encantó, en su mayoría; aunque ciertamente no es tan bueno como Arkham City… pero muy pocos juegos en la historia lo son.

El juego es enorme; Gotham es enorme; las misiones son muchísimas; generalmente duran un ratote; y uno puede pelear con literalmente cientos de malosos. Esto me encantó, porque he descubierto que me gustan los juegos enormes donde puedo hacer docenas de cosas y hay montones de misiones.

Esta nueva entrega de la serie Arkham se puede en gran medida definir como una versión en esteroides de los juegos de Arkham; es como City, pero con más de todo.

Y el batimóvil, aunque realmente es el batitanque.

Desde un punto de vista mecánico y técnico, el juego no es perfecto, pero se acerca; los gráficos son espectaculares y las animaciones muy fluidas; el diseño de sonido y la música son muy buenos; el combate es una mejora sobre el de los primeros tres juegos (contando Origins), incluyendo la espectacular mecánica de poder pelear junto con uno de los aliados de Batman (Robin, Nightwing o Catwoman) y tener un combo especial que cuando se llena su barra, permite noquear a un contrincante al mismo tiempo que se cambia de personaje, lo que es increíblemente satisfactorio; y es realmente la culminación de todas las mecánicas introducidas por los juegos de la serie.

Pero no es perfecto, como City; la historia es pasable, pero imposible en varias partes. En particular, que todos los tanques que Batman destruye sean drones (para evitar que el Caballero Nocturno mate a nadie) es bastante idiota y sin duda de los puntos más bajos de la narrativa. Luego están los planes de los villanos; algunas misiones son espectaculares, como la de Killer Croc; pero otras son retrasadas mentales, como evitar que Two-Face robe bancos. Y por supuesto está la historia principal.

A mí me gustó, pero entiendo por qué a mucha gente le pareció decepcionante. El plan de Scarecrow (interpretado magistralmente por Denethor mismo, John Noble) es pasable… pero ¿por qué dejar que evacuen Gotham? ¿No hubiera sido mucho más efectivo su plan si hubiera hundido a la ciudad en caos, además de impedir que Batman actúe libremente por temor de lastimar civiles? De nuevo, imposible.

Y sin embargo, sí quiero comentar en la “controversia” más grande que tuvo la historia del juego. El personaje titular del mismo, Arkham Knight, fue anunciado como un “nuevo villano” en toda la publicidad del juego; y cuando los jugadores descubrieron quien era, hubo gritos de histeria de que Rocksteady (la compañía que hizo el juego) había “mentido”. Lo cual por supuesto es verdad, ¿pero a quien le importa? Yo, que no había leído nada del juego porque sabía que eventualmente lo jugaría, comencé a jugarlo y cuando aparece el Arkham Knight por primera vez, de inmediato me dije: “qué interesante, no creí que usaran a Jason Todd en los juegos de Arkham”. Porque es obvio que es Jason Todd.

Red Hood

Red Hood

A mí me encantó el uso de Jason Todd en el juego. De hecho, se ha convertido en uno de los miembros de la batifamilia que más me gustan; porque es “hijo” de Batman, pero se niega a jugar bajo sus reglas. El juego refleja en parte de esto; en un DLC, Jason Todd (ya en su persona de Red Hood) tumba la organización criminal de Black Mask. Sus movimientos de combate incluyen disparar pistolas, lo que es espectacular; mientras que todos los personajes que uno puede controlar en el juego tienen movimientos finales para incapacitar enemigos (que se pueden utilizar después de obtener un combo de 8 o más movimientos), siempre queda claro que dicha incapacitación nunca es letal. Pero la de Jason es asesinar al maloso, generalmente con un brutal disparo a la cara; es la neta. Al final del DLC, cuando Red Hood confronta a Black Mask, éste ruega por su vida, prometiendo abandonar Gotham y no regresar nunca más. Jason procede a dispararle en la cara y patearlo por una ventana para que caiga al suelo de una altura de varios pisos.

Es interesante la dinámica que existe entre Jason y Bruce en este juego, porque cuando Batman descubre que es su hijo el que ha estado tratando de matarlo durante la mitad del juego, Kevin Conroy (el actor que interpreta al Caballero de la Noche) le da una entonación a su voz que transmite el innegable orgullo que siente del muchacho que él entrenó y preparó. Tanto me gustó el personaje de Red Hood, que por fin cambié mi avatar en la PSN; llevaba años usando a un soldado koreano (fue el único avatar que me gustó cuando creé mi usuario en la PSN) y poco después de jugar Arkham Knight lo cambié a Red Hood.

Soldado

Soldado

Como sea; sí hay varios hoyos e inconsistencias en la trama, además de varias cosas que no tienen el menor sentido. Pero no es un desastre absoluto; sólo no llega al nivel de perfección de City. Repito, a mí me gustó. Lo que no me gustó (a mí y a un chingo de gente más), es que fuerzan el uso del batitanque hasta que dan ganas de vomitar.

Entiendo que Rocksteady invirtió tiempo, dinero y esfuerzo en implementar un uso del batitanque en el juego que, siendo justos, sí es interesante y divertido. Pero es medio imperdonable que fuercen al jugador a usarlo en múltiples misiones. En particular, hay varias misiones que consisten en desactivar bombas y donde uno tiene que repeler varias oleadas de tanques (drones, por supuesto) que van a atacarlo. Odié esas misiones con la intensidad de diez mil soles, porque lo que menos quiero hacer en un juego de Batman es tener que completar un mini juego de tiro al blanco con tanques. Eso y las “carreras” que crea Riddler, que es de las otras cosas imposibles en el juego.

Además, para agregar insulto a la herida, cuando uno inhabilita a Jason Todd, Deathstroke es el que toma el control de la milicia que azota a Gotham. Uno esperaría que se diera una última confrontación entre Batman y Slade… y lo que nos dan es una puta pelea de tanques. Es de las cosas más decepcionantes que he jugado en mi vida.

De cualquier manera, incluso tomando en cuenta todo lo negativo, Batma: Arkham Knight es un gran juego… literal y figurativamente. Ciertamente yo invertí horas de mi vida en el mismo, pero la mayor parte las disfruté mucho. En particular, el juego incorporó varios trofeos relacionados a desafíos de combate; y como el combate es lo que siempre me ha gustado más de los juegos de Arkham, yo los disfruté enormemente. Batman: Arkham Knight tiene uno de los trofeos más satisfactorios que existen; se llama The Curtain Falls y consiste en completar cuatro olas de enemigos (cada vez más y más peligrosos) sin recibir ni un solo golpe ni perder el combo… pero además hay que hacerlo con Batman, Nightwing, Robin y Catwoman. Es endiabladamente difícil, pero no imposible; y de verdad es de los trofeos que más gusto me han dado (por eso guardé los videos correspondientes en el tubo).

Cuando saqué el platino del juego, ya había terminado con todos los trofeos de los DLC correspondientes; que por cierto, esa fue otra crítica que oí, que los DLC eran muy caros para tan poco contenido. Pero como yo los compré como dos años después de que el juego saliera, me salieron todos juntos en un precio bastante decente… y la versión de Batgirl que tiene el juego es de las más sexys que he visto.

Batgirl

Batgirl

Por lo tanto cuando obtuve el platino, también obtuve el 100% de compleción en mis trofeos; a partir de este juego he tratado de hacer eso, de terminar los trofeos del DLC antes de sacar el platino de un juego, pero evidentemente no siempre se puede (especialmente si uno juega un juego más o menos pronto después de que salga). Estoy muy orgulloso de mi 100% en Batman: Arkham Knight; no sólo porque requirió hacer un montón de cosas (incluyendo algunas que no me gustaron, como decenas de carreras con distintas versiones del batitanque), sino porque sí requiere de cierta habilidad y dedicación en los trofeos de combate.

Batman: Arkham Knight no es un juego perfecto, pero es endemoniadamente divertido y contiene horas de entretenimiento, así que yo sí lo recomiendo ampliamente.

inFamous 2

Seis meses depués de mi platino en Resident Evil, obtuve el de inFamous 2.

inFamous 2

inFamous 2

inFamous fue un juego que me gustó bastante, en particular por la historia que es básicamente un cómic de superhéroes. Así que cuando salió en la PSN en oferta la colección del primer y segundo juego junto con el DLC, lo compré sin pensarlo mucho. La secuela está bien, pero la verdad me decepcionó un poco el final; si uno es heróico, Cole se sacrifica para salvar a la humanidad; si uno es malvado, Cole asesina a toda la humanidad para dirigir a todos los conduits. Ninguno de esos finales me gustó.

Fuera de eso el juego es muy similar a la primera parte, pero agregan la posibilidad de crear misiones y subirlas en línea, donde por supuesto se pueden bajar las misiones echas por otros jugadores. También mejoraron el combate manual; ni siquiera recuerdo haber usado el combate manual en el primer juego (excepto para golpear civiles siendo villano), pero en la secuela es bastante útil.

La historia lleva a Cole a New Marais después de que La Bestia destruye Empire City (eso tampoco me gustó), donde ahora tiene que lidiar con otros conduits mientras espera que La Bestia lo alcance, y adquirir poderes basados en hielo o fuego, dependiendo de qué nena se elija en la misión correspondiente. Lo que más me gustó en el modo de juego es el lightning tether, que le permite a Cole colgarse de cualquier estructura en el juego usando un rayo, y desplazarse hacia el punto de contacto de manera bastante rápida: es la forma más ágil y divertida de navegar la ciudad. Lamentablemente esa habilidad se consigue hasta cerca del final del juego.

Es un buen juego, pero lo jugué ya habiendo comenzado a usar mi PS4, y la verdad sí muestra un poco la edad. En trofeos ahora hay que andar persiguiendo palomas y como siempre coleccionando trozos de la Ray Sphere, como en el primer juego.

Si hubiera jugado inFamous 2 cuando era estudiante, estoy seguro que lo hubiera disfrutado mucho más: la mecánica para poder crear misiones es poderosísima, permitiendo crear escenarios realmente divertidos, algunos de los cuales jugué (creados por alguien más). El problema es que para aprender a usarlo bien se necesita bastante tiempo, y eso es algo con lo que ya no cuento.

De todas maneras disfruté el juego y me alegra haber sacado el platino; aunque siendo honesto no fue terriblemente difícil.

Resident Evil

Un mes después de mi platino en Bloodborne, obtuve el de Resident Evil.

Resident Evil

Resident Evil

Resident Evil es uno de los juegos históricos del PlayStation, al cual se refieren múltiples gamers como uno de los juegos seminales en el género de “horror de supervivencia” (survival horror). Cuando la remasterización para el PS4 apareció gratis para los miembros de PS+, yo lo bajé y me dije que algún día lo jugaría. Es de un solo jugador, así que lo podía jugar cuando yo quisiera, sin tener que preocuparme de que cerraran servidores o cosas por el estilo.

Y por idiota fue de los primeros juegos que jugué en mi PS4.

No me malentiendan; el juego está divertido y sí me interesaba ver por qué tanta alharaca. Sólo que lo que ocurrió fue que se bajó el juego (todavía no descubría que podía “comprar” los juegos gratis de PS+ y no bajarlos hasta después) y me salió la notificación de que el juego se había instalado. Yo seleccioné la notificación, suponiendo que me diría a qué hora había terminado y cosas así.

Lo que hizo fue iniciar el juego, incluyendo instalar los trofeos correspondientes en mi cuenta.

No me arrepiento, pero ciertamente hubiera preferido jugarlo cuando yo decidiera; no cuando yo cometiera una estupidez.

El juego fue escrito originalmente para el PlayStation (el original) en 1996; en 2002 lo rehicieron para el GameCube; y en 2015 remasterizaron esa versión para el PS4, entre otras consolas. Hago notar que la portada de arriba no es la portada de Resident Evil; las remasterización individual nunca salió sola, me parece, nada más junto con la remasterización de Resident Evil Zero, en una colección llamada Resident Evil Origins Collection. La portada de arriba la hallé en la red cuando busqué “Resident Evil PS4 cover” y decidí usarla aquí.

Se nota la edad del juego; tiene cámara fija, cada vez que se atraviesa una puerta hay una animación desesperante (que se usaba en la versión original para poder cargar la siguiente habitación), apuntar las armas es terriblemente engorroso, y no hay mucho qué explorar en la mansión infestada de zombies (ya sé que supuestamente no son zombies, pero a mí nadie me engaña; esos son zombies).

En trofeos es bastante noble, aunque hay que terminar el juego en un montón de combinaciones de dificultad (incluyendo una engorrosa versión donde los enemigos son invisibles, porque por qué no), adquiriendo coleccionables y logrando que sobrevivan y/o mueran varios personajes. En general se pueden hacer al mismo tiempo varias combinaciones, pero como yo nunca había jugado el juego terminé jugándolo como cuatro veces. No estuvo tan mal; es más bien corto.

De cualquier manera está entretenido y me gustó mucho el personaje de Jill Valentine.

Jill Valentine

Jill Valentine

Chris Redfield no tanto, pero también es pasable. Como sea; puedo ver el atractivo del juego hace 20 años, pero justamente después de haber jugado Bloodborne, la verdad es que Resident Evil hasta da un poco de risa.

En febrero va a salir una versión completamente rehecha de Resident Evil 2 y un montón de gente se ve muy interesada en la misma. Supongo que lo llegaré a jugar; con algo de suerte, eventualmente saldrá para el PS4 una nueva versión de Resident Evil 4, que se supone es el juego que definió muchos de los estándares de los juegos de disparos de tercera persona, que es básicamente mi género preferido.

En 1996 (hace 22 años), Resident Evil debió ser espectacular. Hoy en día se defiende, pero se nota su edad; está divertido, pero prefiero los juegos más fluidos que tenemos hoy en día.