Batman: Arkham Asylum

En enero, unas semanas después de que conseguí mi trofeo de platino en Uncharted: Drake’s Fortune, conseguí el platino de Batman: Arkham Asylum.

Batman: Arkham Asylum

Batman: Arkham Asylum

Siendo, como soy, fan de cómics, por supuesto había oído hablar de este videojuego, y cuando lo vi más o menos barato en California (acababa de salir la segunda parte), lo compré. Había leído básicamente en todos lados que el juego era lo mejor del universo desde que inventaron las tortillas con sal, pero incluso con tan buenas referencias, nada me pudo haber preparado para la experiencia de jugarlo.

Batman: Arkham Asylum es probablemente el mejor juego que yo haya jugado en el PlayStation 3, y es posible que el mejor que yo haya jugado en toda mi vida, sin importar en qué medio. No es mi juego favorito, pero eso no dificulta para nada que reconozca que es, para motivos prácticos, perfecto.

En el aspecto técnico es impecable: los gráficos son fabulosos, la música y efectos de sonido excelentes, y el modo de juego (gameplay, que le dicen en inglés) es perfecto: uno se siente Batman mientras atraviesa el Asilo Arkham rompiéndole costillas a prisioneros. Pero además las actuaciones son fenomenales, con el elenco de varias de las caricaturas del universo DC reinterpretando a sus personajes (en particular Mark Hamill como el Joker es sencillamente fenomenal); la historia está bien escrita y muy bien dirigida (sacada de los cómics mismos, y no de alguna película o serie de TV); y toda la ambientación del juego conspiran para que uno de verdad se sienta Batman.

Que fue de las cosas que me gustaron más del juego: es de los pocos juegos en el PS3 donde uno no mata absolutamente a nadie. Contrario a Uncharted, donde Nathan Drake mata a todo lo que se mueva, e incluso cosas que no se mueven, en Batman: Arkham Asylum uno nunca deja de portarse como Batman; jamás utiliza fuerza letal contra sus oponentes. De hecho, no utilicé ninguna guía para acabar el juego, y sin embargo obtuve los dos trofeos que uno se puede perder mientras se juega: uno consistía en salvar a un prisionero de que se ahogue con el gas del Joker, y otro en noquear a todos los criminales en un cuarto cerca del final. Yo ni siquiera sabía que ambas acciones me darían un trofeo; pero como uno se siente Batman, uno se porta como Batman, y entonces no podía dejar de hacer ninguna de las dos cosas.

Una vez acabado el juego (que sí me costó, porque lo jugué en el máximo nivel de dificultad), sacar el platino me llevó también algo de tiempo, porque hay que pasar unos “desafíos” (challenges), de combate y de moverse sigilosamente. Los segundos son relativamente sencillos; los primeros, un par son verdaderamente difíciles. Y para los que lo quieran jugar; hagan los desafíos primeros; les sirve de entrenamiento para el juego principal.

No puedo hacer suficiente énfasis en qué bueno es este juego; es de verdad perfecto. Tan es así, que estoy considerando seriamente volver a jugarlo nada más para poder volver a disfrutarlo; y de nuevo en el nivel máximo de dificultad.

Nada más me doctore (y consiga una chamba) planeo comprarme la segunda parte, Batman: Arkham City, que todo mundo dice es aún mejor que la primera.

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