La Favorita

Hace poco más de una semana fui a ver La Favorita.

Se aplican las de siempre.

The Favourite

The Favourite

Esta película bien se podría llamar Pinches Viejas: La Película, y el título le quedaría perfecto. Me encantó como no tienen idea. La película tiene todas esas cosas que los ingleses suelen hacer muy bien; una escenografía, vestuario, peinado y maquillaje que reproducen de manera perfecta la Inglaterra a inicios del siglo XVIII… o eso quiero creer, porque mi única referencia son otras películas inglesas similares.

Las arribas mencionadas pinches viejas son interpretadas magistralmente por Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone; como la ligeramente demente reina Anne, la maquiavélica Lady Sarah y la (literalmente) advenediza Abigail.

La historia es por supuesto casi completamente apócrifa, pero no nos importa porque es hilarante ver como las anteriormente designadas pinches viejas tratan de manipular sus circunstancias y a cualquier persona a su alrededor que se deje, para conseguir lo que buscan.

La Emma Stone da un bastante convincente acento inglés, pero la verdad es la que la tiene más fácil porque el papel es increíblemente lucidor. La Rachel Weisz es de hecho mejor, interpretando a la eminencia gris que quiere dirigir el Imperio Británico al manipular a su amiga de la infancia, la reina. Y sin duda alguna la Colman se roba toda la película, como la enfermiza, caliente, demente y ligeramente patética Reina Anne.

Es una película espectacular y me parece que vale la pena verla en el cine. La recomiendo ampliamante.

Glass

Fui el miércoles de la semana pasada a ver Glass; no la vi el día de su estreno porque mi novia no había visto Split y tuvimos que arreglar eso antes de ver la última parte de esta trilogía.

Se aplican las de siempre.

Glass

Glass

Unbreakable es una de mis películas favoritas de superhéroes; Glass se le acerca bastante, y sin duda alguna es más entretenida por la espectacular actuación de McAvoy y los quince minutos que Samuel L. Jackson no aparece comatoso. La película tiene bastantes problemas, la mayor parte a causa de que costó como trece dólares hacerla; pero a pesar de los problemas y de las limitaciones de la película, yo me divertí como enano y me pareció un muy buen fin a una trilogía que realmente nadie esperaba que se hiciera.

Más que eso, me gustó cómo cambia la narrativa de películas de superhéroes; de nuevo, a pesar de que el motivo principal es que no tenían dinero, a mí me gustó que el final no fuera CGI siendo vomitado en la pantalla, ni que el héroe (o villanos) sobrevivieran. Y me pareció muy simpático que Shyamalan buscara y volviera a contratar a un montón de actores de Unbreakable, casi 20 años después; en particular Spencer Treat Clark (el hijo del Overseer) hace un muy buen papel como el Alfred del Batman baratón que interpreta Bruce Willis.

La película es un cómic; y podemos discutir si es uno particularmente bueno o malo, pero es cómic indudablemente, y respetuoso de los clichés y mecanismos del medio.

A la crítica en general no le gustó; pero a estas alturas no importa: Shyamalan financió él solo la película y recuperó su inversión por mucho. No me molestaria que Shyamalan se dedicara a hacer este tipo de películas, baratas y satisfactorias (tiene 76% en los tomates podridos en este momento, al menos en la opinión de los espectadors normales) que le permitan obtener una ganancia pequeña, pero ganancia al fin y al cabo.

Glass no es, casi desde ninguna métrica, una gran película; pero sí es una carta de amor a los cómics y (en mi opinión) altamente entretenida: si no por otra cosa por ver a James McAvoy interpretar múltiples personajes en unos cuantos minutos. Se las recomiendo ampliamente.

Vox Lux: El Precio de la Fama

El fin de semana fui a ver Vox Lux, porque Natalie Portman.

Se aplican las de siempre.

Vox Lux

Vox Lux

Esta película es cagadísima. No me queda claro qué tan intencional es esto; varias partes de la historia son sin duda alguna de humor negro y otras tratan de ser bastante dramáticas: independientemente yo estaba muriéndome de la risa durante casi todo el tiempo. No ayuda que es increíblemente pretenciosa; pero de nuevo, no sé si es que de verdad quiere ser pretenciosa, o si es parte de la enorme broma que parece ser.

La historia se centra en Celeste, una muchacha (interpretada magistralmente por Raffey Cassidy) que sobrevive una matanza escolar de esas que los gringos tienen cada tercer día, y que se aprovecha del evento (y el talento musical de su hermana) para iniciar una carrera como estrella pop. Casi veinte años después la estrella pop (interpretada magistralmente por Natalie Portman) sufre de las pendejadas que al parecer suelen sufrir las estrellas pop: alcohol; drogas; problemas con su agente; problemas con su hermana; problemas con terroristas usando tu iconografía; y problemas con su hija adolescente (interpretada magistralmente por Raffey Cassidy).

La historia es pretenciosamente relatada por Willem Dafoe, y es básicamente increíble, pendeja e intrascendente. Más allá de eso, no tengo ni puta idea de exactamente qué trata de relatar: ningún personaje (incluyendo Celeste) tiene un arco realmente; parecen no aprender nada ni evolucionar de ninguna manera que importe. Pero a mí no me importó esto; disfruté enormemente la película por las magistrales actuaciones de Natalie Portman y Raffey Cassidy (que se roba la película interpretando dos personajes distintos); por la agradable y completamente intrascendente música pop compuesta por Sia; y porque me estaba cagando de la risa con el acento que por alguna razón Natalie Portman decide utilizar para Celeste.

Dicho todo lo anterior, y aunque muy disfrutable (para mí), no creo que nadie pueda decir sinceramente que ésta es una buena película; y sin duda alguna no vale la pena verla en el cine. Pero sí véanla cuando salga en Netflix o algo similar.

La vida misma

El fin de semana fui a ver Life Itself.

Se aplican ya saben.

Life Itself

Life Itself

Life Itself es la película más ridícula y melodramática que he visto en varios años; me encantó como no tienen idea.

La película está muy bien hecha, con un elenco espectacular que dan excelentes actuaciones (además de que todos están muy bonitos), una historia bien hilada (aunque sin duda alguna imposible), en Nueva York y Andalucía mostradas de manera casi idílica y con una música más que pasable. Lo único malo que tiene la película (y que probablemente sea determinante en el 13% que tiene en Rotten Tomatoes), es que la historia es pendejísima, ridícula y melodramática.

Además (que va junto con pegado a que sea ridícula y melodramática), la historia está contada con la sutileza de un tanque T-34: si una escena debe generar una emoción, no sólo la escenografía, música y actuación de los personajes nos lo harán saber, sino que el diálogo entre los personajes lo mencionará y para rematar con casi toda certeza la narración que ocurre durante cuatro quintas partes de la película nos lo confirme una vez más. No exagero, por cierto.

La historia es altamente no lineal, pero en resumidas cuentas podríamos decir que comienza con los papás de Abby, que tienen un romance idílico hasta que mueren en un accidente automovilístico, el papá de Abby es decápitado y la niña queda encerrada con el cadáver durante una hora antes de que la rescaten. Abby queda a cargo de un tío, que por supuesto abusa sexualmente de ella hasta que le dispara en la rodilla a los 16 años. En la universidad Abby va al loquero y supera todos sus traumas; conoce a Will, se enamoran, compran un perro y se embarazan y son muy felices hasta que Abby (embarazada a punto de parir) es atropellada por un autobús. La hija de Abby y Will, Dylan (Bob Dylan era el ídolo de Abby) sobrevive.

Will no puede soportar la muerte de Abby, así que tiene un ataque sicótico, se inventa una realidad donde Abby lo abandonó para no tener que enfrentar el hecho de que está muerta, y por fin se suicida cuando su sicóloga lo hace confrontar la realidad de que su esposa está muerta.

Dylan crece con el hecho de que su cumpleaños es el aniversario de la muerte de su madre, con los papás de Will cuidándola. Se muere el perro que heredó de sus padres (que era su mejor amigo), se muere su abuela (que era lo más cercano que tuvo a una madre) y por fin se queda sólo con su abuelo, que hace un esfuerzo sobre humano para mantenerse vivo y no abandonar a su pobre nieta, que por supuesto crece en una mujer joven que, en palabras de la narradora de la historia, “scares the livin’ shit of everyone”. Lo que se traduce en que bebe alcohol, fuma mota, se niega a ir a la universidad y se viste de negro.

Una noche en su espiral de dolor porque todo mundo que quiere muere, Dylan conoce a Rodrigo, que es la otra mitad de la historia. Rodrigo es hijo de Isabel (una imposiblemente hermosa Laia Costa) y Javier, dos españoles que viven en una hacienda en Andalucía propiedad de Vincent. Inicialmente felices, Javier deja a Isabel porque no puede ofrecerle lo mismo que su jefe, que se hace dolorosamente evidente cuando es necesario que Rodrigo reciba terapia porque un día siendo niño que sus papás lo llevaron a Nueva York de vacaciones, es testigo (y técnicamente el culpable) del accidente que le quita la vida a Abby.

Por supuesto Rodrigo y Dylan se enamoran y son felices como lombrices, engendrando a Elena, que es la narradora de esta ridícula historia, que me parece califica como ciencia ficción, porque Abby muere en el presente lo que resulta en que casi todo el resto de la historia de hecho ocurra en el futuro. Ah, en algún momento de la historia Isabel le da cáncer y muere, porque no podemos tener un culebrón de esta envergadura si no hay una madre mueriendo de cáncer en algún punto.

La película me encantó porque siempre me han encantado las historias ridículas y melodramáticas. Pero además es genuinamente divertida; la mitad del tiempo porque lo intenta; la otra mitad porque ante tanto drama idiota no hay de otra sino echarse a reír a carcajadas. En particular, antes de que conozca a Dylan, Rodrigo se hace novio de Shari (una insoportablemente encantadora Isabel Durant), que él describe a su madre como “la ruidosa”; la güera boba aparece como cinco minutos en la pantalla, pero se roba todas sus escenas haciéndola de güera boba insoportable y ruidosa.

Pero si no les gusta el melodrama y las historias ridículas, es muy probable que se quieran sacar los ojos al ver esta película. Independientemente, además, sin duda esperen a verla en streaming; definitivamente no vale la pena verla en cine. Yo no me arrepiento; me divertí horrores y chillé como niña chiquita, que son básicamente dos de las razones por las que voy al cine.

Spider-Man: Un Nuevo Universo

El fin de semana pasado fui a ver Spider-Man: Into the Spider-Verse.

Se aplican las advertencias de siempre.

Spider-Man: Into the Spider-Verse

Spider-Man: Into the Spider-Verse

Esta película es la mejor película animada de superhéroes que he visto, incluyendo The Incredibles y Batman: Mask of the Phantasm. Es también probablemente la mejor película de superhéroes que se haya hecho, incluyendo los universos de DC y Marvel, así como películas como Unbreakable. De hecho es una excelente película, punto.

Como lector asiduo del Spider-Man clásico (Peter Parker adolescente; araña radioactiva; disparadores de telarañas mecánicos), así como fan de todas sus otras encarnaciones, la película me encantó, porque de alguna manera permite pasar el manto de Spider-Man de Peter Parker (o Peter B. Parker, como quieran) a Miles Morales, actualizando al superhéroe sin necesidad de tirar a la basura toda historia que tenemos del amigable vecino.

Pero la película va mucho más allá de la historia que relata; la animación es de las cosas más extraordinarias que haya visto, incorporando múltiples elementos del medio de los cómics como son balones de pensamiento o etiquetas con onomatopeyas; el elenco y las actuaciones que dan son espectaculares; la cantidad de guiños a los fans de Spidey es abrumadora; la música es extraordinaria; la ambientación en Nueva York es perfecta. Es de verdad buena en todos los sentidos posibles.

Y, encima de todo esto, es brutalmente divertida. Además de que la pueden apreciar todos los espectadores, sin necesidad de que sepan mucho de Spidey, porque hacen excelentes resúmenes de las historias de todas las encarnaciones del personaje.

La historia relata como Miles Morales (un negrolatinogringo) es mordido por una araña radioactiva y prontamente es testigo del asesinato de Spidey a manos de Kingpin (que es aterrador en esta encarnación). Los planes de Kingpin, que son sencillamente tratar de raptar de un universo similar a copias de su familia que murieron en su universo por su culpa, resultan en que múltiples versiones del héroe arácnido acaben en el universo de Miles, incluyendo Peter B. Parker, una versión cuarentona y panzona del superhéroe que lleva haciéndola de vigilante por más de 20 años y cuya vida personal está en el caño.

Peter Panzón entonces ayuda a Miles a lidiar con sus nuevos poderes mientras viriguan cómo detener a Fisk y regresar a toda la familia arácnida a sus universos correspondientes, porque además sus átomos no están contentos de estar en el de Miles.

La historia no es sencilla de ningún lado por dónde se le mire; pero está extraordinariamente bien contada y además todo explicado de manera perfecta mezclando técnicas cinematográficas y del medio de los cómics: de verdad no es necesario haber leído los cómics o visto las caricaturas o las películas (o jugado los videojuegos), aunque ciertamente ayuda.

Es sin duda alguna una de las mejores películas de 2018 y si pueden no se la pierdan en el cine; es de verdad espectacular.

Aquaman

El día de su estreno fui a ver Aquaman, porque por supuesto que eso hice.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Aquaman

Aquaman

Yo empecé a leer cómics de manera regular a inicios de los 90s, hace casi treinta años. El Aquaman que a mí me tocó era un tipo rudo que había perdido la mano porque se la comieron pirañas y que se podía sostener por sí mismo al nivel del resto de los dioses en la Liga de la Justicia, como Superman y la Mujer Maravilla; incluso al nivel de Batman.

Cuando años después en internet descubrí la burla que le hacían al personaje, sí me sacó de onda; ciertamente Aquaman se veía ridículo en los Superamigos, pero todos los miembros de la liga se veían ridículos en esa caricatura. Me pareció injusto el trato al personaje, porque el que yo leí en los cómics (barbón, con el pelo largo y el pecho desnudo) era bastante chido; y además el único aristócrata en la liga además de Diana. Ese papel en particular juega en Kingdom Come, que sigue siendo de mis Elseworlds favoritos.

Aquaman rudo

Aquaman rudo

Cuando el Snyderverse comenzó a tomar forma, descubrí con agrado que Jason Momoa encarnaba perfectamente a ese Aquaman de mi adolescencia, excepto por no ser rubio. Y fue todavía con más agrado que Aquaman fue de las mejores cosas en la película de la Liga de la Justicia; si bien debo admitir que a mí me gustó mucho la misma.

Aquaman continúa la historia de esta encarnación de Arthur Curry, y a mí me pareció espectacular. Contrario a Wonder Woman, no voy a decir que Aquaman es una muy buena película, porque no lo es; pero es una buena película; muy bien hecha, bien contada, decentemente actuada y muy bien dirigida. Más importante que todo lo anterior, sin embargo, es el hecho de que es estúpidamente entretenida, de verdad no había disfrutado una película así en el cine en años. Además es realmente espectacular; todo el mundo submarino que se inventan por sí mismo haría que valiera la pena ver esta película, y es el mejor uso de CGI que he visto probablemente desde Avatar.

Lamentablemente, el sesgo negativo hacia DC que siguen teniendo muchos fans de Marvel ha causado que la película esté en 64% en la crítica de Rotten Tomatoes; lo cual no sólo es injusto, es bastante idiota cuando la calificación de la audiencia es de 81%. Por poner un ejemplo, Ant-Man and the Wasp tiene 88% en la crítica y 78% en la calificación de la audiencia. Bajo cualquier métrica objetiva Aquaman es mucho mejor película que Ant-Man and the Wasp (y vale mucho más verla en el cine), pero como es de Marvel cuenta con un sesgo positivo que las películas de DC no tienen.

Por suerte al parecer esto no está importando en el éxito en taquilla de la película, lo que casi garantiza una secuela, que yo sí quiero ver porque de verdad es de las películas que más he disfrutado en el cine; y después de Watchmen, la más fiel que haya visto. Incluyendo las onditas circulares que usa Aquaman para hablar con peces (sacadas directamente de los Superamigos) y el icónico traje verde-naranja, que Jason Momoa consigue que se vea increíble en la pantalla grande.

Debo además aplaudir no sólo a Jason Momoa, que asume el papel de Aquaman y lo interpreta con gusto y agrado, sino también a Amber Heard, que es la primera vez que la veo en una película siendo más que el atractivo visual, sin dejar de ser en ningún momento muy atractiva visualmente. Con todo y la peluca de la sirenita más ridícula de toda la historia; que de hecho es tal vez lo más loable de la película: toma los elementos más ridículos de los cómics (el traje naranja de Aquaman, el pelo rojo tomate de Mera, el casco tamaño caguama de Black Manta, la máscara malévola de Ocean Master) y los presenta de manera fiel en la pantalla grande sin dudar en ningún momento de que puede hacer que funcionen.

En 2000 X-Men de Bryan Singer se negó a usar los uniformes azul y amarillo del equipo mutante, optando por aburridos uniformes negros, porque no tuvieron la confianza de utilizar el material original de manera fiel. Aquaman en cambio no sólo lo hace, sino que se sale con la suya al presentarlos de manera espectacular en la pantalla grande y rindiendo el justo homenaje a los cómics de donde surgieron los personajes; no nada más con los trajes, sino con cosas tan ridículas como un pulpo baterista.

Pulpo baterista

Pulpo baterista

La película es increíblemente divertida y visualmente espectacular; tanto Amber Heard como Jason Momoa están muy bonitos; y aunque la historia es más bien pendeja (es de un tipo que habla con peces, saben), es sin duda entretenida, emocionante y con algo de romance. Así que vayan y véanla, que probablemente no sea necesario que les diga porque al parecer todo mundo está yendo a verla.

Roma

Un día antes de que la estrenaran en Netflix fui a la Cineteca a ver Roma.

Se aplican las advertencias de spoilers habituales, pero quiero dejar una cosa bien clara: detesto la Cineteca.

Roma

Roma

Roma es, desde un punto de vista técnico y cinematográfico, una puta obra de arte. Y sí quiero hacer énfasis en que es una puta obra de arte, porque a pesar de que me considero suficientemente educado, no me alcanzan las palabras para describirla de otra manera.

Como un proyecto personal de Cuarón, es mucho más que eso. Desde un punto de vista literario, es una simple historia que podríamos calificar de casi pedestre; pero es contada con tanto cariño y con tanta maestría técnica que la eleva por encima de básicamente todo lo que ha producido el cine nacional mexicano en toda su historia. Me alegré además de haberla visto en la Cineteca, porque desde que la renovaron tiene un sistema de sonido bastante bueno y esta película sin duda alguna lo aprovecha al máximo.

Y está por supuesto la bellísima Yalitza Aparicio (en su estilo inconfundiblemente mixteco), sin la cual la película sencillamente no podría existir. La actuación de la maestra normalista es tan arrebatadora que es lo que sostiene toda la película fuera de su preciosismo técnico, con el innegable apoyo de Marina de Tavira y la bola de niños execrables que ella cuida. Los hombres adultos son, como debía de ser en una historia de este tipo, comparsas.

(También debo mencionar al peligroso y guapísimo Fermín, interpretado por Jorge Antonio Guerrero, que desde que dice que es de Neza yo dije: “ese tipo es malas noticias”).

Desde un punto de vista personal, la película tuvo un impacto enorme en mí porque la historia es peligrosamente cercana a mi corazón. Mi familia era sin duda alguna mucho más jodida que la de Cuarón, pero éramos de cualquier forma clasemedieros con una muchacha indígena (Susy) que ayudaba a mi madre, que contribuyó mucho a criarnos a mi hermano y a mí y a quien yo sigo queriendo como a mi madre. Mi segunda madre.

Encima de todo lo anterior, me encantó la película porque es una oda de amor a la Ciudad de México; la película se llama Roma y varios de los lugares más reconocibles de la colonia aparecen en la misma… pero la verdad es que la película pudo haberse desarrollado en cualquier otra parte de la Ciudad con un nivel socioeconómico no muy alejado, tanto para arriba como para abajo.

Es una película chilanga hecha por un chilango relatando un año de su niñez viviendo en una colonia chilanga. Eso me encanta.

La película probablemente sea nominada a mejor película extranjera en los premios de la academia gringa; y es posible que consiga otras nominaciones. Independientemente de eso, vale la pena verla (de preferencia en una pantalla grande y con un buen sistema de sonido) por sus valores artísticos y técnicos, incluso si no se quieren creer la importancia que tiene para la historia del cine nacional, para la Ciudad de México y para las miles de muchachas como Cleo, que ayudaron y ayudan a criar a miles de niños chilangos (yo incluido) con un amor, lealtad y dignidad que probablemente no merezcamos, pero que aún así recibimos.

Hacía décadas que una historia de este estilo debió ser contada en el medio cinematográfico a este nivel de precisión técnica y belleza artística; y yo le agradezco a Cuarón que él lo haya hecho.

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

El fin de semana de su estreno, fui a ver Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre, pero sí quiero adelantar: a mí me encantó la película.

Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald

Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald

La segunda entrega en la ordeñación del universo mágico de Harry Potter me gustó mucho más que la primera. Tuvo mucho que ver Johnny Depp, que se relame los dedos siendo malo malérrimo en todas sus escenas; y que la franquicia regresa a Europa, porque qué hueva el mundo mágico en Estados Unidos.

Pero además, contrario a la primera entrega, ésta segunda parte fue (a mis ojos) la más cercana a lo que eran los libros del mago adolescente: revelaciones sorprendentes y giros inesperados, en particular. Además de lo que siempre ha sido el punto más fuerte de la Rowling: una construcción del mundo ficticio básicamente impecable.

Y entonces al regresar de verla leí con sincera sorpresa que a mucha gente no le gustó.

Comprendo algunas partes de la crítica; la novela es un medio descriptivo mientras que el cine es un medio visual. Lo que hace la película (especialmente en la escena crucial en el mausoleo de los Lestrange) de vomitar exposición durante varios minutos viola la regla de oro del medio cinematográfico: show, don’t tell. El guión, escrito por la Rowling, no sólo viola esta regla: después la asesina, destaza el cadáver y se mea encima.

Y sin embargo justo por eso es que me gustó tanto la película: se siente como las novelas y (en mi opinión) sin ser tan pesada como las primeras dos películas de Harry Potter. Pero debo admitir que soy fan incondicional de la serie; es posible que para un espectador casual, la película sean dos horas aburridísimas de exposición completamente enmarañada en el mundo mágico que sólo los fans hardcore comprendemos.

Sin embargo, otras de las críticas me parecen absurdas en el contexto del universo mágico de Harry Potter; que cómo es posible que ciertos personajes estén relacionados con otros personajes; que cómo es posible que algunos personajes cambien de lealtad; que cómo es posible que un bebé sea elegido encima de otro. Y seguramente olvidan que Snape era el mejor amigo de la mamá de Harry; que Peter Pettigrew (que fue enterrado y honrado como un héroe) resultó ser un traidor y que Draco cambió (apenas, pero cambió) de bando; y que justamente Voldemort eligió a Harry, que era mestizo, sobre Neville, que era de sangre mágica pura.

En otras palabras; no discuto que la película tiene un montón de puntos narrativos que son una bola de mamadas si les echamos encima una luz suficientemente brillante. Lo que yo digo es que la serie siempre ha contenido ese tipo de mamadas y de hecho por eso nos gusta.

Dicho todo lo anterior, admito que es de las peores entregas de la serie, pero únicamente si contamos a las 8 películas del mago adolescente. En ésta nueva serie, me parece la mejor. No tener a Harry y el trío es en detrimento de estas nuevas películas.

De cualquier forma me encantó la película; me encantaron las espectaculares escenas de acción; me encanta cómo Grindelwald manipula a sus seguidores y al Ministerio de Magia británico; me encanta que hayan dado una explicación de por qué Dumbledore esperó tantos años a enfrentarse con él; me encantan Newt y su no-del-todo novia (y que su asistente le sugiera que se quite la ropa); me siguen encantando Jacob y Queenie y quiero ver cómo carajo resuelven su romance; y quiero un gato/dragón gigante chino que quiera jugar conmigo.

Yo salí encantado del cine, y como la película ganó más de 600 millones de dólares (y más en mercancía relacionada, supongo), espero que sigan haciéndolas. Pero sí podría estar de acuerdo en que necesitamos a un guionista profesional que al menos le eche la mano a Rowling.

The Front Runner

Hace unas dos semanas fui a ver The Front Runner. Se aplican las de siempre.

The Front Runner

The Front Runner

La política gringa me fascina porque es al mismo tiempo interesantísima y estupidísima. Por supuesto en los últimos 3 años ha tomado un giro definitivamente delirante, con la derecha gringa (especialmente los autodenominados “evangélicos”) mostrando su hipocresía y ceguera al cerrar filas en torno a alguien como Donald Trump; pero siempre ha sido interesante (siguen siendo, sin duda alguna, la primer potencia mundial) y estúpida (por darle importancia a cosas como si un político es o no fiel a su esposa).

Esta película relata la historia de Gary Hart, quien en 1988 parecía tener todo de su parte para lanzarse como candidato y ganar la presidencia gringa. No sólo parecía tener todo; según la representación en la película, el tipo era genuinamente inteligente, compasivo y progresivo (bajo los estándares gringos de los ochentas, que es como la derecha moderada del resto del mundo civilizado).

Y su campaña cayó directamente a un despeñadero porque reporteros del Miami Herald lo cacharon con una rubia 22 años más joven que él (Donna Rice) en su casa de Washington. Rice y Hart siempre negaron cualquier relación sexual; el registro histórico no es claro al respecto y la misma película no contesta si sí se habían acostado o no, aunque por las interacciones con su esposa todo apunta a que sí. La esposa sigue con él hasta estos días, por cierto.

Por supuesto que no importa en lo más mínimo con quién se acueste nadie (siempre y cuando sea consensual, por supuesto); en particular un líder político. Y la tesis central de la película, que a partir de ese momento la política gringa se convirtió en un show donde los reporteros perseguían los escándalos en lugar de centrarse en las propuestas, lo que la abarata y entorpece la discusión inteligente, me parece correcta. Más aún, yo nunca he sido moralista; no me interesa quién se frote sus partes privadas con quién, siempre y cuando sea consensual.

Y sin embargo para el final de la película yo estaba convencido de que Cary Gart era un pendejo y que no merecía ser presidente gringo.

No por haberle puesto el cuerno a su esposa (si es que ocurrió); no porque me parezca “inmoral” el adulterio; ni mucho menos porque la vida sexual de nadie tenga que ver con la capacidad de gobernar. No, el tipo me parece un pendejo porque no tenía la mente donde debía tenerla. No importa que fuera Donna Rice o su colección de estampitas; su objetivo primordial y básicamente único siempre debió ser su campaña. El tipo cancela un evento para ir a estar con Donna Rice en Washington: incluso si fuera por motivos inocentes, eso habla de alguien que no está comprometido con su ambición política.

Critíquenle todo lo que quieran al Peje (y, joder, cómo hay de cosas que criticarle); pero una cosa que hay que reconocerle es su enfoque tipo láser en llegar a la silla del águila: jamás perdió de vista que eso era lo más importante y el objetivo primordial detrás de todo lo que hacía. Si el tarado de Hart se distrajo con un par de piernas bonitas, para mí eso lo descalifica. Sí, a lo mejor sus ideas y sus políticas y su capacidad de gobernar eran buenas; pero si algo tan idiota como una muchacha menor que él por 20 años era todo lo que necesitaba para ser distraído, entonces qué bueno que le pasó lo que le pasó.

Claro que eso resultó en el periodo de Bush padre, pero bueno.

Me gustó mucho la película; pero la verdad no vale la pena verla en el cine, hay que verla cuando salga en Netflix o algo así. Que no tengo que decírselos, ya la quitaron.

Venom

El fin de semana pasado me percaté, con cierto pánico, que llevaba casi dos meses sin ir al cine. Para resolver eso, fui a ver Venom.

Se aplican las de siempre.

Venom

Venom

Venom no es, bajo casi cualquier métrica, una buena película. Eso no quita en ningún momento que sea endiabladamente divertida; en gran medida por Tom Hardy, que se divierte como enano en el papel del perdedor ligeramente patán de Eddie Brock.

Hacia mediados de los noventas (joder, hace más de 20 años), Venom gozaba de una popularidad ligeramente ridícula para lo estúpido del personaje; fueron los años de Maximum Carnage, donde Venom comenzó a ser, hasta cierto punto, un anti héroe más que villano.

La historia (original) de Venom en los cómics yo me la aventé casi todita en los números que publicó Novaro aquí en México; desde cómo Spidey obtuvo su traje negro en Secret Wars; como se deshizo de él básicamente como lo muestran en Spider-Man 3; y cómo encontró a Brock para entre los dos hacerle la vida de cuadritos a Peter.

Esta película no tiene nada que ver con esa historia. Y me parece eso la mejora.

La historia tiene varios hoyos enormes y los personajes actúan de manera imposible la mayor parte del tiempo; pero para mí eso no tuvo nada de malo, porque muestran al Venom más agresivo y poderoso que yo jamás me hubiera podido imaginar; pero más importante aún, súper divertido, diciéndole pussy a Eddie cuando se niega a brincar de lo alto de un rascacielos; o comentándole a un ladronzuelo que cuando se coma sus piernas, sus brazos y su cara, quedará rodando por las calles like a turd, in the wind.

Con algo de extrañeza vi que la crítica no le ha gustado esta película idiota; no les hagan caso, es increíblemente divertida y tiene bastante acción muy buena. Y sí, no tiene sentido la historia y en qué universo ocurre queda en el limbo, por los embrollos legales entre Sony y Marvel de los personajes de Spider; pero de cualquier manera es entretenidísima.

Misión: Imposible Repercusión

El fin de semana fui a ver Mission Possible: Fallout, porque por qué no.

Se aplican las de siempre.

Mission: Impossible Fallout

Mission: Impossible Fallout

Esta última entrega de Mission: Impossible ha sido laureada como la mejor de toda la saga; algunos dicen que es la mejor película de Tomás Crucero. Yo la verdad no veo la razón de tanta alharaca; sin duda alguna está divertida, pero no creo que sea mucho mejor que las anteriores.

Como sea; la recomiendo ampliamente porque es hilarante en varias partes (las situaciones en las que la IMF se encuentra son tan, valga la rebuznancia, imposibles que no queda de otra sino reírse); porque Rebecca Ferguson es una mujer básicamente perfecta; porque está simpático ver de nuevo a Michelle Monaghan como la sufrida ex-esposa de Ethan Hunt; porque Vanessa Kirby es encantadora como la Viuda Blanca (y está muy simpático que sea la hija de Max, de la primera película hace 22 años; y que como su madre no pueda quitarle las manos de encima a Ethan); porque Henry Cavill es imponente como un mastodonte mirando al zotaco de Tom Cruise (aunque la verdad lo desperdician un poco); y porque tiene acción idiota todo el tiempo.

Pero no sé en buena conciencia quién podría decir que es una “buena” película. Es un churrito de acción muy bien hecho, divertido y que cumple su cometido. Y sí, es impresionante ver como Tom Cruise arriesga su vida con escenas de acción cada vez más ridículas y peligrosas, pero la verdad no voy al cine a ver eso. Si lo hubieran filmado todo en pantalla verde con CGI y sin arriesgar la salud de nadie, yo creo que me hubiera gustado igual.

De cualquier manera vayan y véanla; sin duda alguna vale la pena verla en el cine y nada más por las encantadoras féminas que aparecen se justifica el precio del boleto.

Ant-Man and the Wasp

El martes fui a ver Ant-Man and the Wasp, porque aunque sigo y seguiré siendo fiel al Universo Marvel, varias de sus películas creo que no ameritan el “plus” de ir a verlas el finl de semana de su estreno. Ésta en particular no amerita ni siquiera que se vea en el cine.

Se aplican las de siempre.

Ant-Man and the Wasp

Ant-Man and the Wasp

Ésta debe ser una de las peores películas del Universo Marvel; la historia es patéticamente simple (hay que rescatar a mamá), así que la rellenan con un montón de historias secundarias la mayor parte intrascendentes; casi no hay acción y básicamente todo lo que hay de acción salía en el avance; y la trama tiene más hoyos que una red de pescar, con el aspecto “científico” en particular de las párticulas Pym tomando un papel para motivos prácticos mágico. La premisa de la película (el hacer cosas chiquitas o grandotas) es completamente inverosímil… y quiero decir, dentro de un universo con dioses nórdicos, gigantes verdes y armaduras con “nanotecnología” también mágica, lo que pueden hacer las párticulas Pym es sencillamente inverosímil. No tiene el menor sentido.

Y por supuesto me encantó la película.

Por más tarada que fuera la historia (hay que rescatar a mamá), me dio gusto dar un paso hacia atrás de todas las mamadas que afectan literalmente a toda la realidad en el Universo Marvel. Nada de salvar a toda la vida en existencia; o a un planeta; o a una ciudad; o ni siquiera una tiendita de la esquina: la misión es realmente simple (hay que rescatar a mamá).

Y además es un error ver a esta película como una de superhéroes; es realmente una comedia, que ocurre que aparecen superhéroes del MCU en ella. Como comedia es bastante divertida, en gran medida por Paul Rudd, que sostiene con su actuación gran parte del peso del churrito, exitosamente además. Evangeline Lily me sigue encantando y aunque le dan poco para hacer desde el punto de vista de su personaje, tiene todas las mejores dos escenas de acción del churro. Michael Douglas sigue siendo un viejito encantador cascarrabias y ahora se le unen en el club de la tercera edad Laurence Fishburne y Michelle Pfeiffer (que la cabrona se sigue viendo bellísima); y aunque sale muy poquito la Pfeiffer, al final hace sentir mejor a la hermosa villana con sus dedos, lo cual por supuesto siempre quiero ver. La hermosa villana, por cierto, es simpáticamente interpretada de forma pastelera por Hannah John-Kammen. Y por supuesto Michael Peña se roba todas las escenas donde sale, haciéndola de mexicano encantador, que le es fácil porque es básicamente un mexicano encantador.

Sinceramente no creo que valga la pena ver esta película en el cine (muy poca y nada espectacular acción), y la mayor parte de la gente debe estar de acuerdo conmigo porque no le está yendo muy bien. Pero sin duda alguna está excelente para una tarde dominguera enfrente de la tele o en algún vuelo que tomen que dure más de dos horas. Es sin duda alguna divertida y yo iré a ver la secuela en el cine, porque le soy fiel al MCU.

Pero ustedes probablemente deban esperar a que sea rentable. Tanto ésta como la secuela, que me parece sí harán.

El Legado del Diablo

Ayer (vaya, esto de escribir de política me está poniendo al día con mis reseñas) fui a ver Hereditary.

Se aplican las advertencias de spoilers habituales; les recomiendo ampliamente no leer mi reseña si no han visto la película (y me parece que deben ver la película).

Hereditary

Hereditary

Fui a ver esta película porque vi la reseña que hizo Grace en Beyond the Trailer. Me cae bien Grace, pero la verdad es terriblemente limitada cuando las cosas son un poquito más intelectuales del promedio gringo (que ya es decir). Así que cuando básicamente acusó a la película de ser pretenciosa y sin trama, decidí que iría a verla.

En defensa de Grace, la película sí es muy pretenciosa… pero se lo gana.

La historia es de la familia Graham, donde la abuela acaba de fallecer. La familia consiste de Annie (Toni Collette), la mamá que acaba de perder a su madre; Steve (Gabriel Byrne), el marido más pusilánime de la historia; Peter (Alex Wolff), el hijo adolescente dolorosamente simple; y Charlie (Milly Shapiro), la hija de 13 años con “capacidades diferentes”. La película es perturbadora la mayor parte del tiempo, pero un elemento muy sutil es que, escudándose de manera magistral en la cultura de “políticamente correcto” que siguen muchos gringos educados, jamás nadie menciona qué carajo es lo que le pasa a la niña. Evidentemente es deforme, pero no parece ser enanismo ni síndrome de Down; y más claro aún es que está mal de la cabeza, pero de nuevo no parecer ser síndrome de Down ni retraso mental. La actriz es espectacular, por cierto.

Después del funeral de la abuela (que parecía ser particularmente cercana con Charlie), Annie confiesa en un grupo de ayuda que su madre era manipuladora y al final senil, y que su hermano se había suicidado en la recámara de su madre, acusándola de “querer meterle a alguien”. A Peter lo invitan a una fiesta, y como buen adolescente el muchacho quiere ligar, así que le pide al carro a su mamá que se lo da con la condición de que lleve a Charlie con él y que no beba. Peter cumple ambas cosas, porque no le gusta beber, le gusta la mota harto rete mucho.

En la fiesta, Peter abandona a su hermanita poniéndola a comer pastel (la niña parece tener una obsesión con el chocolate) para poder ir y seguir los comandos de su pene (primer error). Por supuesto, Charlie comienza a entrar en un choque anafiláctico, porque el pastel tenía cacahuates y ella es alérgica, y por motivos de la trama no llevaban su epinefrina (segundo error). El muchacho en modo de pánico sube a Charlie al carro sin ponerle el cinturón de seguridad (tercer error) y se lanza hecho la madre al hospital. En el camino Charlie va ahogándose, así que abre la ventana y saca la cabeza tratando de respirar, cuando justo en ese momento Peter ve el cadáver de un perro en el camino, da un volantazo y un poste en el camino procede a decapitar a Charlie.

Es una de las escenas más intensas, dramáticas y terribles que he visto en mi vida. No es exactamente terror lo que se siente en esa escena; es algo mucho más primordial y mucho peor que simple terror.

Completamente en shock Peter se va a su casa y se acuesta en su cama, para despertar al otro día con los alaridos de su madre al encontrar el cadáver decapitado de su hija. Y no ponen la escena, pero se deja a la imaginación la tarea de tener que ir a recoger la cabeza abandonada de la niña al lado de la carretera. La cabeza sí la muestran, medio podrida y siendo devorada por moscas, porque por qué no.

De aquí en adelante las cosas se van poniendo de mal en peor, pero todo podría atribuirse a nada más muy mala suerte y una familia con historial de problemas mentales; incluso el título (Hereditary) podría dar eso a entender, dado que cosas como la esquizofrenia tienen factores genéticos que se heredan. Pero no, siguiendo la pauta de películas como Roser Mary’s baby y The Exorcist, es el diablo el culpable de todo.

A mí me encantó la película; no abusa de los sustos de pegar brincos; las actuaciones son espectaculares (Wolff y Collette en particular); la música es perfecta para el ambiente de la película; y desde el punto de vista artesanal es una obra maestra, probablemente el mejor uso que he visto este año de las herramientas visuales del medio cinematográfico. Y la historia es excelente también; no sé si sea porque soy ateo (lo único malo de no creer en dios es que tampoco creo en el diablo), pero todas las películas de terror que utilizan la mitología cristiana para dar fundamento a su historia yo generalmente las encuentro entretenidísimas. Lo único es que sí es terriblemente incómoda de ver la película en muchas partes; yo lo sentí en la sala donde la vi, todo mundo estaba aterrado.

Junto con A quiet place, es la mejor película de terror que he visto este año y la recomiendo ampliamente. Sólo sí es de terror y sin duda habrá gente que encontrará varias porciones de la película posiblemente insoportablemente incómodas.

Han Solo: Una Historia de Star Wars

El jueves pasado fui a ver Solo: A Star Wars Story. Fue una decisión consciente de mi parte; me negué a ir el día del estreno después de Last Jedi, y además no fui en fin de semana, porque la ganancia en fines de semana es la métrica que usa Hollywood para determinar qué tan bien le está yendo a una película. Iba a ir a verla al cine (siempre voy a ir a ver al cine las películas de Star Wars, son lo más cercano que tengo a una religión), pero sí quería mostrar mi descontento con la última película con numeración.

Al parecer funcionó; bajo cualquier métrica, pero más aún porque costó cerca de 400 millones de dólares hacerla (incluyendo retomas y publicidad), la película fue un fracaso financiero. Con los mercados auxiliares probablemente recupere lo que costó hacerla; pero es la película de Star Wars que peor le ha ido en la historia del mundo mundial. Ahora sólo espero que el ratón diabólico entienda el mensaje y corrija las cosas con el episodio IX.

Se aplican las de siempre.

Solo: A Star Wars Story

Solo: A Star Wars Story

Debo dejar claro que yo no tenía nada en contra de esta película en particular; la postura que yo y un montón más de fans (al parecer) tomamos de no ir en masa a ver Solo el día de su estreno fue únicamente por lo que hicieron con el episodio VIII.

A mí me gustó el churrito.

Alden Ehrenreich hace un papel pasable dada la situación semi imposible en la que lo pusieron; tratar de reemplazar a Harrison Ford. Emilia Khaleesi Clarke siempre me ha encantado; y Donald Glover es espectacular como Lando. Woody Harrelson y Thandie Newton hacen lo que suelen hacer; Paul Bettany mastica el escenario con gusto. La historia son la misma bola de mamadas que suele ser Star Wars, relatando los puntos más famosos de la mitología de Han Solo; su encuentro con Chewie; el Kessel Run (y por qué se mide en distancia y no en tiempo); cómo le gana el Halcón Milenario a Lando en una mano de sabacc; etc. Es una película promedio de Star Wars.

Hay quien se está quejando de que hubiera sido mejor no saber exactamente cómo ocurrió la mitología de Han Solo; mamadas, está divertido verlo y la película está bien hecha y razonablemente contada. Pero me alegra que no le esté yendo muy bien (aunque me gustaría ver de nuevo a Alden Ehrenreich como Han Solo).

Sólo sí quiero comentar el cameo inesperado que hay al final de la película; toda la película es un chantaje emocional nostálgico, entonces no era de extrañar que apareciera Darth Maul al final. Eso me encantó; yo soy de los que le gustaron las precuelas. Pero incluso a mí me pareció ridículo que terminando de hablar con Qi’ra, Maul encendiera su sable de luz doble. ¿Qué razón tendría de hacer eso? “¡Ira, ira mi sable de luz!”

Como sea es un churrito de Star Wars entretenido y yo sí lo recomiendo. Pero más vale que el ratón diabólico repare las pendejadas del episodio VIII, porque si no el IX sí está objetivamente en peligro.

Deadpool 2

Fui a ver Deadpool 2 el día de su estreno. Se aplican ya saben.

Deadpool 2

Deadpool 2

Fui a ver esta película con mis espectativas bastante altas, y la verdad no me decepcionó en lo más mínimo.

Es una comedia oscura de acción un poco más pelada de lo que normalmente se esperaría y bajo esa métrica es básicamente perfecta. Sí, refrigeran a Morena Baccarin y de verdad los escritores de Hollywood deberían dejar de utilizar ese trauma tan choteado como motivador del protagonista; pero por el lado positivo sale en pantalla grande la versión más espectacular de Take On Me en la historia del mundo mundial. Sí, Negasonic Teenage Warhead sale muy poquito; pero por el lado positivo conocemos a Yukio, su novia, que tiene los intercambios más cagados del universo con Wade. Sí, Black Tom Cassidy lo destazan como personaje; pero por el lado positivo los chistes de Deadpool de que Cable es racista hacen que valga la pena. Y sí, los avances fueron un engaño y asesinan a casi todos en X-Force cinco minutos después de que los introducen; pero por el lado positivo Zazie Beetz es espectacular como Domino y el cameo de Brad Pitt es muy divertido.

Y Josh Brolin como Cable es muy cagado.

Esta película vale la pena por las razones por las cuales vale la pena; dícese, chistes ininterrumpidos y acción con una cantidad ridícula de violencia innecesaria. Cualquiera que espere cualquier cosa diferente de ella necesita que le revisen el cerebro, probablemente. Pero además tiene un par de escenas un poco más profundas que están muy bien hechas y que creo que valen la pena.

Yo me divertí como enano viéndola, así que sí la recomiendo; y como le fue suficientemente bien (aunque no tanto como a la primera), espero con ansias la tercera parte del plan de jubilación de Ryan Reynolds.

Avengers: Infinity War

Unos días después de su estreno fui a ver Avengers: Infinity War con mis cuates.

Se aplican las de siempre.

Avengers: Infinity War

Avengers: Infinity War

Aunque he sido bastante crítico del MCU, lo cierto es que también he sido bastante fiel al mismo: he visto todas sus 18 películas (además de la que hoy reseño) en el cine. Algunas de ellas múltiples veces.

Marvel Cinematic Universe

Marvel Cinematic Universe

El MCU ha comenzado a funcionar en los hechos como una serie de televisión en esteroides anabólicos: cada película (episodio) puede en general verse por sí misma, pero lo común es suponer que el espectador conoce a los personajes, sus relaciones interpersonales y la trama general de la historia. Siguiendo esta analogía, las películas de los Vengadores han servido como finales de temporada. Esta última entrega es la más grande, ambiciosa y espectacular de las tres que ha habido.

Desde un punto de vista logístico, tecnológico y artesanal, Avengers: Infinity War es uno de los logros más impresionantes de la historia de la industria cinematográfica. Que esté además basada en un cómic es fuente de regocijo para todos los fans de este medio, como lo soy yo.

Desde un punto de vista artístico, Avengers: Infinity War es una mierda.

Esto no es algo malo; para motivos prácticos todo el MCU es una mierda, con contadas excepciones. Son películas que siguen una receta cuidadosamente planeada a lo largo de 10 años y 19 películas para maximizar el entretenimiento de los espectadores (y por lo mismo la ganancia que las películas obtienen); estas películas (en general) no buscan contar una historia interesante y emocionante con personajes bien definidos y profundos explotando los mecanismos artísticos que el medio cinematográfico ha desarrollado en el poco más de un siglo que lleva existiendo.

Buscan ganar dinero entreteniendo de la manera más efectiva a sus espectadores. Y lo consiguen.

A mí me gustó Avengers: Infinity War, aunque la verdad está lejos de ser mi película preferida del MCU (si me preguntaran, supongo que Winter Soldier o Homecoming serían mis preferidas). Es un churrito entretenido y es innegable el placer que sentí al ver juntos a estos personajes que llevamos conociéndolos desde hace 10 años.

Pero la historia es imposiblemente mala y llena de hoyos. Las relaciones entre varios de los personajes son inexplicables. Y (probablemente lo peor de todo) el final es tan ridículo que a mí literalmente me sacó de la película. Mi suspension of disbelief, que generalmente la tengo magistralmente sintonizada (puedo disfrutar casi cualquier churro, por increíble que sea), fue destrozada por el hecho de que “mataron” (o desaparecieron) a varios personajes que sabemos que van a regresar (Spidey y Black Panther tienen secuelas en preproducción).

De cualquier manera disfruté la película. Es muy divertida, especialmente por varios puntos concretos: la relación entre Peter y Tony; el magnetismo de Thor y su toma-y-daca con los Guardianes; el pissing contest entre Tony y Dr. Strange; la espectacular actuación de Brolin com Thanos y el respeto que le nace hacia sus adversarios (en especial Tony); y las múltiples secuencias de acción, por poco sentido que tengan varias.

Vale la pena verla en el cine (que no tengo que decirles; todo mundo ya fue a verla al cine).

Pero salí del cine sintiéndome extraño. No decepcionado; pero sí extraño. Tardé un rato en darme cuenta, pero al final lo descifré: cuando acabó The Matrix Reloaded, casi pegué (o igual y pegué) un grito en el cine, porque no podía creer que me dejaran durante meses esperando con la angustia de saber qué iba a pasar.

Cuando acabó Avengers: Infinity War, especialmente después del truco barato de hacer polvito a un montón de personajes, sencillamente no me importó. Voy a ir a ver Avengers 4 (o como sea que le llamen), al cine; voy a seguir yendo al cine a ver todas estas películas. Pero la verdad no me interesa en gran medida cómo van a resolver la historia: va a ser divertida, con muy buenas escenas de acción, pero con casi toda certeza una completa mamada.

No tengo ninguna prisa para ver la secuela.

Un lugar en silencio

El fin de semana fui a ver A quiet place.

Se aplican las de siempre; y va en serio, no lean la reseña si no han visto la película (y deben ver la película).

A quiet place

A quiet place

A quiet place está anunciada como una película de terror; y lo es, pero es mucho más que eso. Es también un drama familiar y una representación brutal de lo que dos padres están dispuestos a hacer para proteger a sus hijos.

John Krasinski (que siempre he sido su fan, desde The Office) y Emily Blunt (que la adoro, por supuesto) interpretan a los padres de una familia que vive bajo la amenza de monstruos ciegos que atacan al escuchar ruido. Los dos son marido y mujer en la vida real, además de padres; y John Krasinski dirige la película (espectacularmente), mientras su mujer tiene el primer crédito como actriz.

La historia está contada de manera inteligente, sin recurrir en ningún momento a narración o texto en la pantalla, y siguiendo la pauta de los protagonistas en un silencio casi absoluto toda la película (las partes con música son pocas y espaciadas). Uno de los niños (la hija mayor) es sorda (interpretada magistralmente por una actriz sorda en la vida real), y en las escenas centradas en su personaje de hecho el sonido se corta por completo.

Esto contribuye a hacer las partes donde aparecen los monstruos de verdad aterradoras.

La familia se comunica con lenguaje de señas, y se entiende que lo manejaban por la hija sorda; hay algo hipnótico de ver el lenguaje de señas (que en muchos casos es posible entender), un ritmo que hace más agudos los sentimientos que están tratando de expresar los personajes. Las interacciones de la familia son lo mejor que tiene la película, por mucho.

La película tiene varios momentos tiernos entre los miembros de la familia; pero es completamente carente de humor. Esto me parece muy bueno para el tono de la trama; pero además es un agradable respiro de que un montón de géneros últimamente no pueden evitar insertar chistes en todos los guiones. Y aunque me encantó Get Out, me parece que A quiet place es mucho mejor justo porque tiene la disciplina de mostrar un mundo silencioso, pero terriblemente angustiante y (en varias partes) terriblemente triste. Un mundo donde reír cuesta la vida.

Es todavía más sorprendente porque los antecedentes de Krasinski son en el mundo de la comedia. No sólo dirige una película de terror/drama de forma excelente; además su interpretación de un papel dramático es buenísima. La última escena de él vivo (hey, avisé de spoilers) es espectacular. La Blunt no se queda atrás, con una escena ella dando a luz mientras los mostros acechan su casa y ella teniendo que contener sus gritos al parir.

La película es maravillosa; de lo mejor que he visto en el cine en varios meses (desde It) y sin duda lo mejor que he visto en el año. Pero además de lo buena que es, tiene el final más satisfactorio que he visto en años. Se las recomiendo ampliamente, porque además verla en el cine con el público tan cautivado que no es capaz de hacer ningún sonido es una experiencia que no deben perderse.

Ready Player One

Fui el domingo a ver Ready Player One, porque por supuesto que eso hice.

Se aplican las de siempre, pero no es terriblemente importante si leen mi reseña y no han visto la película; la historia es lo que menos importa en la misma.

Ready Player One

Ready Player One

Ready Player One es, primero y antes que nada, un enorme ejercicio masturbatorio. Es literalmente una chaqueta mental de (casi) dos horas y media.

Si somos benevolentes, la historia es simple y los personajes unidimensionales. Si somos sinceros la historia no tiene el menor sentido (y un montón de hoyos) y los personajes son ridículos y genéricos; en particular el villano, que es tan caricaturesco que nada más le falta un bigote como el del Villano Reventón de los comerciales de Futy-Gom para que pueda jugar con él mientras planea su próximo plan malévolo.

Yo tenía 2 años el 1º de enero de 1980; consecuentemente, tenía 12 años el 31 de diciembre de 1989. Fui, por definición, un niño de los ochentas (cuando pasaban los comerciales de Futy-Gom, por cierto). Los ochentas no tienen en general nada de especial; fueron una década más bien sosa y ligeramente ridícula, pero que generaron una tonelada de pendejadas de cultura popular que mucha gente (varios que ni siquiera los vivieron) ahora añoran con la visión rosada que suelen dar los anteojos de la nostalgia.

Esta película es una larga, sensual y melosa chaqueta para esa gente. Es como si durante más de dos horas acariciara amorosamente los genitales del espectador mientras le grita en el oído: “¡Mira! ¡Mira! ¡Adorabas esto en tu niñez! ¡Y esto también! ¡Y AHORA ESTÁN JUNTOS EN LA PANTALLA GRANDE! ¡AHHH! ¡AHHH! ¡AAAAAAHHHHHHH!”

Así que la película me encantó, por supuesto. Hey, yo jamás le voy a decir que no a ningún ejercicio masturbatorio.

La película es objetivamente mala, pero el ataque nostálgico es tan inclemente y con la maestría y experiencia que sólo Spielberg puede dar, que aunque intelectualmente me daba cuenta de todos los fallos y hoyos que tiene la “historia” (si así podemos llamarle), no podía evitar sino sonreír por ver básicamente todo lo que definió mi niñez ochentera.

Y yo no soy alguien que le atraiga la nostalgia; los videojuegos y computadoras tienen un papel fundamental en mi vida, pero jamás he añorado las consolas viejas o los juegos de computadora de antaño; todo lo contrario, me alegro de ya no tener que lidiar con múltiples limitaciones técnicas del equipo de cómputo de hace treinta años. Lo mismo con los cómics; generalmente prefiero ver cómo evolucionan las historias, no regodearme en los “clásicos” (muchos de los cuales encuentro aburridos). Varias películas de los ochentas me gustan; pero (exceptuando Empire) no creo que ninguna sea de mis favoritas en este momento: sin duda me emocionan más las cosas que están por salir que las cosas que entonces salieron.

Y aún así, cuando Parzival lanza un hadouken contra el villano en la batalla final, y yo entendiendo perfectamente que estaba siendo manipulado emocionalmente de la forma más barata y centavera del universo, no podía quitarme la estúpida sonrisa de la cara ni evitar que una vergonzosa lágrima rodara por mi mejilla.

Hadouken

Hadouken

Ni siquiera quiero pensar cómo es para los que de verdad añoran esas cosas. Me preocupa mi hermano; probablemente va a necesitar suero para recuperar los líquidos perdidos mientras vea la película.

Además del maniqueísmo emocional de la película, tiene otras cosas buenas. Los efectos especiales son espectaculares (y probablemente donde se gastaron los casi 300 millones de dólares que costó, porque ciertamente no fue en los actores). Los dos chavitos principales son bastante buenos, en sus avatares y en su forma física; y hay un tierno si bien incomprensible romance entre ellos (que además la chava tiene a bien explicar por qué es incomprensible en la misma película). Sale Simon Pegg. Tocan Take On Me en el trailer. Tocan We’re Not Gonna Take It en la batalla final.

Ah, y la secuencia literalmente dentro de The Shining es de las cosas más espectaculares que Steven Spielberg haya hecho jamás en su vida. Es, dentro de una película que es homenaje a un montón de cosas intrascendentes, un homenaje en particular a Stanley Kubrick y a una de las mejores películas de terror que jamás se hayan filmado.

Pero es una historia pendeja donde los personajes unidimensionales y acartonados que viven en un futuro distópico se preocupan más en un juego que es imposible que exista desde un punto de vista económico o político, mientras al parecer no les interesa ni por qué el mundo se volvió distópico ni mucho menos qué se puede o debe hacer para componerlo.

De cualquier manera, probablemente le guste a cualquier ser humano con sangre caliente que vivió durante los ochentas; y sin duda alguna a la legión que no vivió en los ochentas pero que por alguna razón los añoran.

Así que vayan a verla. Con todos sus enormes y múltiples defectos, es sin duda alguna divertida y disfrutable.

Pantera Negra

Llevaba muy buen ritmo manteniendo actualizado mi blog, hasta que el peso del semestre me cayó encima. Voy a tratar de recuperarme, pero se ve complicado.

El día de su estreno (hace poco más de un mes) fui a ver Black Panther. Se aplican las de siempre.

Black Panther

Black Panther

Generalmente soy muy crítico del universo cinematográfico de Marvel, diciendo que sus películas son basura, porque en general lo son. Aunque hubo cierta originalidad en el mismo al inicio, lo cierto es que encontraron una fórmula que indudablemente funciona y la siguen con muy pocas desviaciones. Literalmente es como comida chatarra; se hace bajo un estricto proceso que resulta en un producto que no tiene ningún valor nutritivo, pero que es delicioso y a casi todo mundo le gusta.

Black Panther no es basura. De hecho es tal vez la película más trascendente que surja del MCU, al menos hasta que salga Infinity War y la destrone no porque no sea basura, sino por ser la culminación de diez años de películas que son (en general) basura pero que son súper entretenidas y a casi todo mundo les gusta. Lamentablemente, esta trascendencia que tiene la película probablemente haga que sea, si somos honestos, bastante chafa con respecto a lo que hace a las demás películas del MCU tan entretenidas.

Yo ni soy negro ni soy gringo. Una de mis bisabuelas era negra y mi abuelo paterno mulato; mi hermano solía decirme “negro” cuando éramos jóvenes, pero ni de chiste yo intentaría identificarme como negro. Soy mexicano, y como la mayoría de los mexicanos soy una mezcla de un montón de razas, donde sin duda alguna las indias mesoamericanas son la mayoría. Pero además el racismo en México nunca ha sido institucional (aunque eso no quite que sea muy palpable), más si recordamos que (según la narrativa nacional), los gobiernos coloniales en México no eran gobiernos mexicanos; eran una intervención extranjera que derrocamos matando un montón de gente en el proceso. A partir de ese momento la igualdad de razas (al menos desde un punto de vista legal y de forma) ha sido parte integral de nuestra cultura: el primer presidente indígena de América (y probablemente del mundo) fue Benito Juárez.

Todo esto lo explico porque la Pantera Negra nunca ha sido un superhéroe que me llame la atención en lo más mínimo. Más aún cuando es el líder de una nación ficticia en África al sur del desierto del Sahara que los gringos tuvieron que inventarse porque en ese continente, después de cientos de años de explotación europea (que podemos decir comenzó con Alejandro Magno), básicamente era imposible que existiera una cultura como las que nosotros tuvimos aquí en Mesoamérica o en el Norte Chico. De ahí la necesidad de inventarse una cultura que haga suyas las tonalidades de las tribus africanas, pero que la imagine como altamente civilizada y tecnológica.

Todo el concepto de Wakanda y T’Challa son básicamente un “chinguen a su madre” al imperialismo y colonialismo gringo; aunque paradójicamente creados por dos gringos blancos en 1966: Stan Lee y Jack Kirby, sin duda resultado de que dos años antes se hubiera aprobado la legislación de derechos civiles en Estados Unidos. Como sea, la comunidad negra gringa rápidamente adoptó al personaje como suyo, y tiene ya muchos años que su cómic ha servido como medio para múltiples artistas negros de la industria.

En ese sentido, Black Panther es trascendente, y puedo entender la significancia que tiene para la comunidad negra gringa y (de manera secundaria) el resto de las minorías discriminadas y sectores desprotegidos en ese país.

Eso no hace a Black Panther particularmente entretenida, sin embargo. Para una película del MCU, le falta bastante acción; agraviado porque cada quince minutos un negro guapísimo e intenso se detiene a dar un discurso provocador y profundo acerca de temas trascendentes y que no ayudan al ritmo de una película de superhéroes. Tan es así que la última pelea entre T’Challa y N’Jadaka es en un tren subterráneo (sutiles, los gringos), para que cuando pasen los trenes los negros puedan detenerse y dar otro discurso.

Quiero resaltar que no estoy diciendo que Black Panther sea mala; todo lo contrario, es mucho mejor que casi todas las otras películas del MCU; lo que digo es que el precio que paga por eso es que es bastante más aburrida. Me divirtió mucho más Thor: Ragnarok, y esa película es tan basura que en algún momento Thor literalmente cae en una pila de basura.

Tampoco digo que sea aburrida; sólo es más aburrida que las películas del MCU.

Y tiene un montón de cosas buenas; en particular el montón de diosas de ébano que rodean a T’Challa y que de hecho son las que dan la mayor parte de la pelea por él y Wakanda. Bajo circunstancias normales vería cualquier película con Lupita Nyong’o o Letitia Wright (la última se roba toda la película), pero aquí aparecen bellísimas y pateando traseros a diestra y siniestra todo el tiempo.

Sólo el MCU me ha malacostumbrado y yo esperaba mi ración de basura como siempre, y esta película no es así. Como sea, la película está bien, sólo no es lo común que ofrece el MCU y sí tiene un contenido de acción mucho más bajo que cualquier otra entrada en ese universo.

Antes de terminar, nada más quiero mencionar a Michael B. Jordan y su personaje N’Jadaka, que son básicamente el Malcolm X para el Martin Luther King de T’Challa; ese negro además de que es un especimen básicamente perfecto de la raza humana, provee el mejor villano que ha tenido el MCU en toda su historia. No sólo es fácil entender sus motivos y aspiraciones; hay varios momentos donde uno podría estar de acuerdo con sus posturas. No es de extrañar que el hashtag #KillmongerWasRight surgiera después de la película. Michael B. Jordan da una actuación espectacular, y es otro motivo para ir a ver esta película.

Así que en resumen: es una película trascendente, que en general no conectó conmigo, pero que entiendo su trascendencia. También no es la basura que el MCU suele ofrecer, así que sólo ténganlo en cuenta si van a verla; que creo que es absurdo decirlo, porque ha ganado tanto dinero que probablemente ya todo mundo la vio.

Jumanji: En la Selva

Un día antes de que acabara el año 2017 fui a ver Jumanji: Welcome to the Jungle.

Se aplican.

Jumanji: Welcome to the Jungle

Jumanji: Welcome to the Jungle

Ya no quería ir al cine después de ver Coco, pero me percaté de que expirarían todos los puntos de mi credencial Cinépolis y fui básicamente a gastármelos en un bagui de jamón serrano, que estuvo bastante rico.

Y la película me encantó.

A mí siempre me ha caído bien Dwayne Johnson, pero esta es tal vez la actuación más entrañable que le he visto, o a lo mejor nada más me parezca a mí así porque aunque sigue siendo un gorila de doscientos kilos de músculo, sí parece actuar como un nerd y gamer. Karen Gillan es bellísima y es espectacular como la chava increíblemente hermosa que no se da cuenta de que es increíblemente hermosa. Kevin Hart es muy cagado, como siempre. Y Jack Black vuelve a estar en una película que me guste, que ya tenía rato que no ocurría.

La verdad no esperaba menos del elenco; lo sorprendente es que los cuatro chavillos originales también son bastante buenos, y la película se toma el esfuerzo de establecerlos propiamente y darles más personalidad que una caja de pañuelos.

La película no es una joya de la cinematografía, y no intenta serlo; sólo trata de ser divertida y razonablemente emocionante, trata con respecto a sus personajes y a la historia de la primera película, y me parece que eso es más que suficiente. Además es hilarante en varias partes y tiene incontables referencias a videojuegos y algo de romance adolescente; yo no pido mucho más que eso.

Así que vayan y véanla; la disfruté mucho más que Star Wars, y no debo ser el único porque la destronó como primer lugar de la taquilla.