Y además, me duele el dedo

Hacía tres meses que, para motivos prácticos, no había jugado en mi PlayStation 3.

Había agarrado mi guitarra de plástico un par de veces, y aproveché mi reciente comodidad económica para conseguir equipo (literalmente, hardware) que necesitaba para un par de trofeos; pero realmente no había jugado en tres meses. Jugar aplastarme-un-fin-de-semana jugar.

Las razones son varias, pero un factor importante fue que tuve una racha de trabajo súper intensa, como no había tenido en años (y sumamente satisfactoria, por cierto). Otra razón es que estoy de mamón porque gracias al hack en el que trabajé en verano, había llegado al 99.10% de mis trofeos, quedando únicamente 20 por ganarme.

Claro que 18 son de Gran Turismo 5 y cada vez se ponen más perros, así que no esperaba realmente llegar al 100.0% el año pasado, pero sí quería quedarme con un único juego sin 100% de trofeos (los otros 2 trofeos son de Uncharted 2: Among Thieves, y para obtenerlos necesito jugar en línea con otros seres humanos, cosa que por supuesto detesto).

Como sea, principalmente por esas dos razones no había tocado mi querida consola, pero este fin de semana decidí que ya era hora. Había acabado mi trabajo el 31 de diciembre, y también de calificar uno de mis cursos; me falta otro, pero tengo toda la próxima semana para hacerlo. Así que me puse a ver qué juego jugaría; resulta que tengo 23 discos sin jugar… varios de ellos de hecho todavía con su envoltura de celofán. Y al menos tres de esos discos son colecciones, así que tengo más de 25 juegos que he comprado en los últimos años y que ni siquiera he metido en mi consola.

Estaba revisando cuál de todos los juegos disponibles jugaría, y vi entre ellos a God of War: Chains of Olympus. Cuando acabé God of War III en enero de 2012, estaba ligeramente hasta la madre de Kratos. Tanto es así que tuvieron que pasar casi tres años para que volviera a jugar uno de sus juegos; hace unas semanas fui con Juan a un Game Planet, y vi que estaba barata la colección God of War: Origins Collection, que además de Chains of Olympus incluye Ghost of Sparta, y como tengo dinero lo compré, pensando que probablemente ya era hora de que volviera a visitar al espartano demente.

Así que abrí la envoltura de celofán, metí el juego en mi consola, y me aplasté ayer en la noche a jugar. Hoy hace poco más de una hora lo había terminado dos veces, había completado el reto de Hades, y había obtenido el trofeo de platino del juego, lo que me dio otro 100% en mi colección de trofeos, lo que de hecho me dejó con 99.13% de compleción.

Fue como volver a ver a un viejo amigo. Uno que destripa mostros y asesina gente inocente de la peor manera posible, pero viejo amigo al fin y al cabo. Hacía mucho que no me divertía tanto jugando sin realmente pensar en nada más durante casi 24 horas seguidas (excepto una pausa para dormir, obviamente).

Hablaré del juego propiamente después; me parece que es hora de que reanude las reseñas de los juegos donde he obtenido el platino. Hoy sólo quería escribir que me divertí como enano jugando en mi PlayStation 3. Y que además, me duele mi dedo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *