Grand Theft Auto IV

Después de obtener el platino en God of War III, el siguiente que saqué fue el de Grand Theft Auto IV.

Grand Theft Auto IV

Grand Theft Auto IV

GTA IV es un juego especial para mí: en cuanto mi hermano me regaló mi PS3, básicamente salí y compré el juego. No era nuevo nuevo, pero sí tenía poco de haber salido; es el único juego en mi colección que no compré usado ni mucho después de que saliera. Es también sin duda alguna el juego que más he jugado en mi PlayStation, por motivos que ahorita comentaré, y ciertamente creo que es mi juego preferido (aunque soy el primero en reconocer que no es el mejor que he jugado).

Todo mundo ya debe saber más o menos cuál es la premisa de los juegos de Grand Theft Auto; siempre transcurren en un “mundo abierto”, lo que quiere decir que las misiones no tienen que ser ejecutadas en un orden específico, y en muchos casos que ni siquiera deben ejecutarse. Además de eso, hay un énfasis significativo en la violencia que el protagonista usa para llevar a cabo sus misiones, y (haciendo justicia al nombre del juego), hay que andar manejando carros de un lado para otro todo el tiempo. Por supuesto, en el 99.9% de las ocasiones, dichos carros son robados.

La historia de GTA IV es algo idiota, porque trata de tomarse en serio en varias partes; me gustó mucho más la de GTA III (que también acabé, aunque no junté nunca el 100%), y muchísimo más la de Red Dead Redemption. El protagonista, Nico, no es para nada entrañable, y su comportamiento a lo largo de la historia es errático e inconsistente, en algunos momentos portándose humano y atormentado, y en otros portándose como un asesino psicópata. Pero lo cierto es que en gran medida uno no juega el juego por la historia; lo juega por el mundo abierto que se tiene disponible para explorar y hacer cosas.

Durante un día del juego uno puede levantarse de la cama (literalmente; ahí empieza uno al cargar un juego salvado), bajar a la calle, tomar uno de los carros robados que se guardan al estacionarlos en frente de las “casas seguras” que uno usa, ir a correr en carreras, llamar a un “amigo” para jugar boliche, o billar, o a tirar dardos, ir a comer, ir a ver un show (y literalmente uno ve el show; mi preferido es el de Ricky Gervais), salir por unos tragos, ir a contratar una prostituta, matarla a batazos para recuperar lo que sea que le hayamos pagado, robar un helicóptero y recorrer Liberty City, y luego regresar a una casa segura a dormir, después de ver uno de los múltiples programas disponibles en la tele.

El tamaño y variedad que Liberty City ofrece es abrumador, pero después de ir jugando el juego uno termina aprendiendo a moverse por la ciudad exactamente de la misma manera que uno hace cuando comienza a vivir en una ciudad desconocida (con la excepción de que de repente podemos agarrar carros a bazookazos). Nada más por eso el juego vale la pena: el poder ir a un taibol a ver nenas hacer sus rutinas y a lo mejor aceptar un lap dance son sólo una cereza encima del pastel.

GTA IV lo disfruté enormemente, e incluso fue divertido el ir sacando el montón de trofeos que vienen con el juego, hasta que me topé con la porción de trofeos que se necesitan jugar en línea. Ya he comentado en otra ocasión lo inhumano de los requerimientos para obtener los trofeos en línea, así que sólo voy a resumirlo así: uno de los trofeos necesitaba que ganara 108 carreras distintas (todas las combinaciones posibles de rutas, vehículos y tipo de carrera), y otro necesitaba que juntara 5,000,0000 de dólares, cuando las misiones en general nunca dan más de 5,000 dólares, y se toman varios minutos. Viendo mis estadísticas en el Rockstar Games Social Club, veo que una misión la jugué 1,311 veces, y dado que dicha misión tarda del orden de 3 minutos (si se hace bien), quiere decir que jugué esa misión durante 65.55 horas. Al menos; probablemente fue más.

GTA IV es la razón por la cual, desde que comencé con esta idea mía de sacar todos los trofeos de mis juegos, no he vuelto a comprar un juego que se necesite jugar en línea para obtener alguno.

Tuvo sus ventajas; ahora soy un hacha en GTA IV. La misión que jugué (literalmente) cientos de veces es cooperativa, así que después de un tiempo uno terminaba haciéndose “amigo” de otra gente en línea, y se formaban equipos. Al final me terminaban buscando, y mucho, porque me volví tan buen tirador que solía matar 22 policías en menos de dos minutos, casi todos con tiros a la cabeza. La tortura que durante un tiempo se sintió el tener que jugar tanto esa misión para poder obtener el último trofeo que me faltaba, se terminó convirtiendo en placer cuando veía en línea a alguno de mis cuates con los que hacía buenos equipos, y entonces sabía que iba a tener una buena sesión de una o dos horas de estar rescatando a Petrovic de las garras de NOOSE.

Como sea, prefiero no tener que volver a hacerlo, nunca de preferencia, y es por eso que ahora todos mis juegos los trofeos sólo dependen de mí, y no de otros jugadores. Hay un par donde esto no es 100% cierto, pero de cualquier forma no será tan talachudo como con GTA IV.

GTA IV es mi juego preferido en el PS3 por muchas razones, varias de las cuales comenté arriba. Es casi perfecto; si en algo lo pudiera mejorar yo, sería en agregar contenido creado por usuarios; que uno pudiera construir misiones dentro de Liberty City, subirlas para que otros pudieran jugarlas, y bajar las creaciones de otros. Ahora que GTA V está anunciado, espero que incluyan algo del estilo. E independientemente de eso, estoy seguro de que GTA V será el primer juego que compraré para mi PS3 el mismo día que salga.

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