La última de Harry Potter

Como ya van varios lectores (dícese, más de uno) que me preguntan por qué no he escrito acerca de la última película de Harry Potter, mejor explico aquí que lo que pasa es que no la veré sino hasta que esté en Canadá en un poco más de dos semanas.

La razón es que mi novia y yo queremos verla juntos, y no nos reuniremos hasta el 9 de agosto en Toronto. Obviamente la película será todavía proyectada en cines para ese entonces, y además, ¿qué podría pasar?

¿Que me platiquen cómo acaba?

También tiene la ñoña consecuencia de que hago un poco más especial el evento de ver la última película de Harry Potter al a) verla con mi novia, y b) verla mucho después que todos los fans hard core. O al menos eso me sigo diciendo.

Así que no diré nada de Harry de aquí hasta mediados de agosto (llego a un congreso en Canadá, y no sé si haya tiempo de verla esa semana).

Barcelona

(Escrito el domingo 10 de julio, con Xochitl estando muerta.)

Ayer llegué a Barcelona y me asenté en el piso donde me hospedaré las siguientes 3 semanas.

Llevo casi un mes en Europa, pero llegar a Barcelona siempre es especial. Es la primera ciudad de por estos lares que realmente conocí, y donde muchas cosas muy padres en mi vida ocurrieron. Llegar aquí siempre se siente un poquito como llegar a casa.

Estaré aquí hasta finales de julio, cuando volaré a mi último destino en Europa (exceptuando mi breve estadía en Madrid antes de regresar a América).

Sevilla

Sevilla para mí significa dos cosas: temperaturas ridículamente altas, y solomillo al whiskey.

Por alguna razón esta vez no había podido comer mi solomillo al whiskey hasta hoy, pero por fin tuve la oportunidad de volver a probarlo. También fue la primera vez que viajé en tren de alta velocidad de Madrid para acá.

Sigo prefiriendo volar.

Voy a estar aquí hasta el sábado, y entonces vuelo a Barcelona. Mi tercera vez en tres años.

Work hard, play hard

Generalmente cuando estoy de estancia en Europa o Estados Unidos es cuando más trabajo y menos pierdo el tiempo. Tiene todo el sentido del mundo, ya que no tengo las distracciones que en la Ciudad están disponibles (PlayStation, cine, cuates, familia, novia).

Lo que también es cierto es que suelo salir mucho más de noche, y suelo beber mucho más cuando salgo. Lo primero es por los amigos que he ido acumulando durante mis previos viajes, y que como sé sólo puedo verlos una o dos veces al año (viviendo ellos a un océano de distancia de mí), esto causa que quiera aprovechar al máximo el poco tiempo que tengo para convivir con ellos. Lo segundo es una combinación de que el vino aquí es tan bueno y (relativamente) barato que se justifica de hecho beber mucho, y que no manejo aquí y generalmente llego caminando a donde sea que me esté quedando, lo que hace que de hecho pueda emborracharme sin tener que preocuparme de cómo llegaré a mi camita.

El miércoles fue la cena del congreso, y salimos del hotel donde se efectuó pasada la media noche buscando dónde continuar la fiesta. Terminamos en un lugar de vinos, y pasadas las tres y media de la madrugada regresé tambaleándome a mi piso: Marco trajo un tequila Don Julio Reposado que compartimos con los colegas españoles, y eso combinado con más copas de vino de las que me interesa recordar sí causó que me emborrachará como en general sólo suelo hacer en Europa.

Después de lavarme los dientes e ir al baño (y tomar dos litros de agua: uno aprende algunos trucos después de un tiempo), me acosté pasadas las cuatro de la madrugada.

Tres horas después, a las siete de la mañana, me levanté para bañarme y desayunar, y a las nueve en punto estábamos en la universidad, escuchando el inicio de la primera plática del último día del congreso. Estuvo buena, por cierto; un reporte de resultados empíricos de correr versiones modificadas de algunos algoritmos en CUDA aprovechando la alta paralelización que ofrecen.

Poco después de la una terminó el congreso, y después de arrastrarme a comer algo con unos amigos (y de despedirme antes de otros), me desplomé en mi piso donde básicamente perdí la consciencia durante la mayor parte del resto del día.

Que es la otra cosa que me ocurre cuando estoy de estancia: fiesteo muchísimo más que en México, pero también soy mucho más responsable, cumpliendo a veces de forma casi religiosa todas mis obligaciones académicas, aún cuando muchas veces no es realmente necesario.

Se acabaron los Encuentros de este año, y viajo en tren a Sevilla el sábado. Mañana dependiendo de cómo me sienta a lo mejor iré a Madrid durante el día, o turistearé Alcalá.

Y el próximo lunes, a las nueve de la mañana en punto, otra vez a trabajar.

Akiyama sensei

Los Encuentros en Alcalá han sido una maravillosa sorpresa desde que nos registramos el domingo. No sólo está una multitud de colegas que acudieron para festejar los sesenta años de Ferran Hurtado; también (sin que yo tuviera idea de que así sería) están un montón de mis amigos europeos. Además de Birgit y Vincent, que ya sabía estarían aquí, está Eddie, está Aaron, están María y Arnau, está Víctor, y varios más que conocí fuera del DocCourse en Barcelona en 2009.

Además de eso, acabo de tener el placer de por primera vez en mi vida asistir a una plática de Jin Akiyama, de la Universidad de Tokai en Japón. El tipo es espectacular, y lo único que lamento es que mi novia no hubiera podido verla: a Isabel le hubiera encantado ver cómo Akiyama adoquinaba el espacio con poliedros.

Akiyama sensei

Akiyama sensei

Hasta ahora ha sido un muy buen congreso; y eso que apenas es lunes.

Y un día amanecí en Eslovenia

Total que estoy en Eslovenia, en unas colinas que parecen sacadas tal cual de la caricatura de Heidi de mi infancia.

Abuelito dime túúúú

Abuelito dime túúúú

Supongo que algún día tendré que contar cómo acabé aquí. Por ahora me voy a limitar a decir que el hecho de que por aquí ande se justificó nada más por la oportunidad que tuve de ver a László Lovász dar una plática en teoría extremal de gráficas.

László Lovász

László Lovász

Mañana regreso de nuevo a España, para el lunes ir al XIV Spanish Meeting on Computational Geometry.

La candidatura

Hoy tuve mi examen de candidatura del doctorado. Esa era una de las cosas que me tenían ocupado al borde de las lágrimas.

Yo no pensaba hacerlo sino hasta diciembre, pero me vi obligado a adelantarlo un poco, porque si no mi posgrado me dejaba de querer. Eso realmente no me molestaba mucho, pero que me dejara de querer conllevaba que ya no me diera apoyos.

Y eso es grave, porque estaba planeando en ir a Europa unas semanas… unas siete. Y luego dos meses a Canadá. Y luego otros dos meses a Estados Unidos. Y entonces el que mi posgrado me apoyará era como que importante.

(Planear el viaje, por cierto, era otra de las cosas que me tenían ocupado al borde de las lágrimas.)

El examen estuvo bien, y ahora soy candidato doctoral… lo que sea que eso signifique. Y mañana vuelo rumbo a España en la mañana.

Todavía no termino de hacer todo lo que tengo que hacer, así que todavía es posible que me haga bolita y me eche a llorar, pero sí ya pasé lo más difícil.

Y por cierto, escribo está entrada desde mi teléfono mamón, mientras hago cola para cancelar mi teléfono. No pienso pagar seis meses de teléfono e Internet mientras no estoy aquí.

La bella airosa

Estoy desde el domingo en Pachuca para el XXVI Coloquio Víctor Neumann-Lara de Teoría de las Gráficas Combinatoria y sus Aplicaciones. Contrariamente a otras ocasiones, ahora di mi plática el martes en la mañana, lo que me ha permitido disfrutar casi todo el coloquio.

De Pachuca escuché una historia graciosa; resulta que le pusieron “la bella airosa” porque un inglés la visitó, y cuando se iba alguien le preguntó si le había gustado.

“It’s pretty windy”, el inglés contestó.

El nuevo plan de estudios

El viernes hubo una plática en la Facultad de Ciencias para presentar y explicar el nuevo plan de estudios de mi carrera, Ciencias de la Computación. Yo había leído una versión anterior, así que fui a ver la presentación, lidereada por la Doctora Elisa Viso, creadora (no la única, pero yo sí creo que la más importante) de la carrera, actual coordinadora de la misma, y además la tutora que dirigió mi tesis de licenciatura.

El nuevo plan (que ya era necesario; la carrera tiene 17 años) trata de integrar como materias obligatorias varias materias que habían estado dándose regularmente como materias optativas, pero que el desarrollo actual en computación las ha convertido en indispensables. También adelantan las materias fundamentales de ciencias de la computación a los primeros semestres, para que los alumnos comiencen a adquirir conocimientos básicos de la carrera desde el primer semestre, no a partir del segundo como ocurre ahora. Y hay ciertos cambios de nombres y nuevas materias; a mí en particular me interesa que ahora hay una tercera materia obligatoria de programación, que me parece estaba altamente necesitada.

El cambio más importante (y que generará más polémica, aunque creo que esto será para gente que no estudia Ciencias de la Computación) es que se eliminan los cuatro Cálculos Diferenciales e Integrales, y en cambio tomaremos las Matemáticas para las Ciencias de la Tierra, que se da en Ciencias de la Tierra por parte de los físicos.

Muchos vociferarán que los computólogos no pueden con los cálculos y que por eso nos los quitan (aunque en mi generación yo recuerdo que computólogos solían ser de los mejores en cálculo), y otros se quejarán amargamente de que nos están quitando una materia que, aunque inútil en todo sentido práctico (nadie que sepa de lo que habla se atreve a decir que cáculo sea “fundamental” para Ciencias de la Computación… y me parece que hasta cierto punto en genral tampoco para ninguna otra carrera, por cierto), es fundamental “en el sentido formativo”.

Mis huevos, yo digo. Las materias de cálculo en sí mismas tienen un montón de broncas, según los mismos matemáticos admiten cuando los agarra uno desprevenidos; muchos en la facultad bromean que no hay cálculo 1, 2, 3 y 4, sino más bien análisis -3, -2, -1 y 0, para que ya en quinto semestre puedan llevar análisis 1 y 2. Pero independientemente de las broncas que en sí mismas tienen las materias de cálculo, aunque estuvieran perfectas las mismas, está el punto de que son (básicamente) inútiles para los computólogos. Casi nunca integramos ni derivamos, y menos aún en múltiples dimensiones; y cuando necesitamos hacerlo, más bien nos interesa dominar la herramienta, no la avalancha de teoría y teoremas que explican de hecho por qué funcionan.

(Y por cierto, el plan de estudios de Matemáticas también está siendo estudiado para cambio, y los chsmes que yo he oído son que el punto central de la discusión son justamente los cálculos).

También está el punto de que es demasiado. Son demasiados créditos, demasiadas horas de clase, demasiadas tareas y horas de estudios para exámenes, y todo para un tema que, aunque fascinante (a veces), es sencillamente secundario (si no es que terciario) para los computólogos. Actualmente casi todas las materias de Ciencias de la Computación son 10 créditos (en teoría, 1 crédito significa que un alumno tiene que dedicarle 1 hora a la semana a la materia), la excepción siendo una madre que se llama Historia de las Matemáticas o algo así que vale 7 y que según yo nunca nadie jamás llevó. Las otras excepciones son los cálculos, que son dieciocho (18) créditos.

Que no mamen, especialmente considerando que los computólogos tienen materias que casi todas usan y necesitan laboratorios, horas en frente de la computadora, trabajando. En el nuevo plan, todas las materias que hacen uso intensivo de horas de laboratorio pasarán de tener 10 a 12 créditos. Los créditos extras surgen precisamente de quitárselas a los cálculos.

“¡Pero, pero… ¿y la formación?!”, oigo a varios gritando, rasgándose las vestiduras de que los computólogos nos vamos a perder la formación fundamental que únicamente los cálculos podrían darnos. De nuevo contesto, no mamen: la formación dada por los cálculos ni la queremos ni la necesitamos los computólogos. Yo aprendí más a demostrar y las técnicas necesarias para lo mismo en Matemáticas Discretas, Teoría de la Computación y Análisis de Algoritmos que en los cálculos. Venga; creo que aprendí más cosas útiles en las álgebras que en los cálculos.

Los computólogos (incluyendo los que se dedican a la teoría) en general no es “fundamental” que sepan a hacer demostraciones con épsilons y deltas, que de todas formas sabrán: se ve en Matemáticas para las Ciencias de la Tierra (incluso se ven ecuaciones diferenciales, que yo en mi vida llevé). Pero ciertamente no necesitan pasar nueve horas de la semana en clase aprendiendo eso, y múltiples más haciendo tareas y estudiando para exámenes de eso. Esas horas estarán mucho mejor aprovechadas haciendo la tarea fundamental que tiene que saber un computólogo: programar. Y aprender a programar (especialmente aprender a hacerlo bien) no sólo es difícil y tardado; eso sí es fundamental para un computólogo.

A la reunión asistieron casi exclusivamente computólogos, aunque el llamado fue abierto a toda la Facultad (y de hecho a toda la comunidad universitaria), y me dio mucho gusto ver como los chavos casi en su totalidad estaban de acuerdo con los cambios. A mí me dio mucho gusto; muero de ganas de darles los tres cursos obligatorios de programación a una generación (sólo que supongo deberé doctorarme antes), y creo que el cambio no sólo era justo y necesario, sino que el nuevo plan propuesto (pueden consultarlo aquí) está bastante chido.

El plan está todavía sujeto a posibles cambios, pero yo estoy más que de acuerdo con la configuración actual. Habrá a quien no le guste, por supuesto, y quien esté decididamente en contra. Pero me parece que la decisión está en manos de los computólogos, además de que la comisión encargada de elaborar el nuevo plan incluyó gente de todo el Departamento de Matemáticas, y yo confío en los miembros de la comisión. Sus argumentos no sólo me parecen válidos e inteligentes, sino que fueron estudiados y tomando en cuenta cómo son los distintos planes de CC en el resto mundo, y escuchando las recomendaciones de la ACM y la IEEE. No es un plan sacado de la manga, ni hecho a lo pendejo; todo lo contrario.

Si alguien quiere discutir aquí por qué el nuevo plan apesta, sí les voy a pedir antes que lean el documento Propuesta de modificación del Plan de estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Computación, o si no sencillamente no les voy a hacer mucho caso. En el documento se justifican y explican a detalles las decisiones que se tomaron para elaborar el nuevo plan de estudios.

De regreso a la normalidad

Después de dos semanas ligeramente intensas, regresé el viernes en la madrugada a la Ciudad de México. El taller de Mérida no siento que haya sido muy productivo para mí; estaba muy cansado, y el clima de la ciudad yucateca no ayudaba.

En cambio el congreso en Winnipeg estuvo muy padre; todo mundo me felicitó por mi plática y creo que me salió bastante bien. También conocí un montón de gente nueva, y volví a encontrarme con varios amigos.

Además fui a visitar a Omar en Toronto, lo cual estuvo bastante bien, porque si sólo hubiera ido a Winnipeg habría sido muy triste: es un pinche rancho. Toronto en cambio es una ciudad muy padre, y me la pasé muy bien ahí las menos de 48 horas que estuve.

Ahora creo que por fin regreso a la normalidad, y ya no saldré a nada más el resto del año… con la posible excepción de un taller en Morelia después de la semana que viene.

Es bueno estar en casa; como he dicho antes, de las mejores cosas que tiene salir de la Ciudad, es regresar a ella.

Oh, Canadá

Total que hoy por fin me entregaron mi visa canadiense (que desde hace poco menos de un año nos piden ahora a los mexicanos), e iré ahí la segunda semana de agosto a un congreso.

El domingo 1 de agosto vuelo a Mérida para un taller, del que saldré corriendo el viernes 6 para tomar mi avión a la Ciudad, para llegar como a eso de las cuatro, y unas horas después, a la 1:30 AM del sábado 7, volar a Toronto, donde estaré con mi cuate Omar menos de 48 horas, y el domingo 8 a las 10:30 volar a Winnipeg, donde será el Canadian Conference on Computational Geometry, del 9 al 11. El 12 volaré de regreso a México, vía Toronto.

Creo, creo que serán los últimos seis vuelos que tomaré este año; pero la verdad no estoy 100% seguro. En total terminarán siendo dieciséis veces las que me subiré y bajaré de un avión este año, si no se cae ninguno de los próximos a la mitad del camino. Me parece un número algo elevado, en particular considerando que no esperaba subirme a más de cuatro (y eso exagerando) cuando comenzó el año.

Sevilla

Después de levantarme a las cuatro, para salir a las cinco, para llegar a las seis al aeropuerto de Barcelona, para poder despegar a las siete, llegué a Sevilla a eso de las ocho y media de la mañana, para pasarme un día completo luchando contra el enorme deseo que sentía por dormirme.

No pude disfrutar mucho Sevilla; era domingo, y como bien me habían dicho, casi todo está cerrado ese día. Además, yo me estaba desmayando de sueño, y salimos para El Rocío a eso de las nueve de la noche.

Llevamos aquí en El Rocío (un pueblo con 1,635 habitantes según el censo del 2008) ya cuatro días, en general trabajando mucho, comiendo como cerdos, y derritiéndonos con el inimaginable sol que pega al pueblo de seis de la mañana a diez de la noche.

Lo sorprendente es cuánto me recuerda este pueblo a muchos otros que he visto en México.

Trabajo, trabajo, trabajo

Después de pasarme un fin de semana en París con mis cuates del DocCourse 2009 (fin de semana que, en sí mismo, hace que este viaje a Europa ya haya valido la pena), regresé a continuar con el trabajo que estamos haciendo aquí en Barcelona.

Para darse una idea del tipo de problemas que trato, pueden ver este video en el tubo de un programa que escribí para ver ejemplos del tipo de problemas que estamos tratando. Que, por cierto, al ver el video recuerdo a una ex novia que decía que me había metido al posgrado a dibujar palos y bolitas.

Como sea, hemos estado entradísimos con la chamba y acomodándonos en el departamento (“piso”, que aquí le dicen) que conseguimos (está muy cerca del metro Rambla Just Oliveras, y puden ver la zona en este mapa de Google Maps). Por eso no he escrito, pero espero poder colar algunas entradas en los días que vienen.

Europa 2.0

Y resulta que el domingo 23 de mayo volaré a Europa a mi segundo viaje al viejo continente. Como suelen ser estas cosas conmigo, la posibilidad se abrió hace un par de semanas, los trámites se hicieron en chinga, y el lunes me dieron mi boleto de avión (que, por suerte, esta vez no pagué de inmediato yo).

También resultó que un viaje que originalmente sería de dos semanas, terminó resultando en una estadía de dos meses, y una visita a París un fin de semana donde veré de nuevo a varios de mis amigos más queridos en Europa.

De hecho no he terminado todos los trámites, y además falta ver cómo me va a ir porque seguramente tendré que financiarme mi manutención (renta incluida) durante casi todo el viaje. Pero bueno; supongo que todo saldrá bien. A comer tapas diario.

Estas tres semanas andaré más ocupado que de costumbre, tratando de atar cabos sueltos para antes de irme, así que no esperen que escriba mucho.

De regreso

A punto de salir de regreso para la Ciudad, pondero acerca de este coloquio, el segundo al que atiendo. Fue una semana particularmente interesante; fabulosa en casi todos los aspectos, algo dolorosa en algunas.

Pero antes que nada, me alegro de que al fin y al cabo yo estoy en control de mi vida… o al menos tanto como puede estarlo alguien normal.

I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

Querétaro

Y ahora estoy en Querétaro para el XXV Coloquio Víctor Neumann-Lara de Teoría de las Gráficas Combinatoria y sus Aplicaciones, bajo una luna fabulosa. Estaré aquí hasta el 6 de marzo, después de que dé una presentación el viernes.

Durante todas las veces que he ido a Guanajuato, siempre paso por Querétaro. Sólo he comido aquí una sola vez, y exceptuando esa ocasión, sólo he venido a esta ciudad al Primer Encuentro Nacional de Computación, el ENC 99 en (¡sorpresa!) 1999. Así que al menos es relativamente novedoso que ahora me quede aquí.

No esperen muchas actualizaciones esta semana.

One more time

Y estoy en Guanajuato. De nuevo.

Ahora para el First Mexican Winter School in Discrete Mathematics, que se realizará del 25 al 29 de enero. Hicimos tres horas y media de la Ciudad para acá, contando también el tiempo que nos tardó salir de la Ciudad. Y a pesar de haber venido a este pueblo como siete veces en los últimos tres años, me las ingenié para perderme después de que comimos; en lugar de llegar al CIMATEL, terminamos en el Palacio de Gobierno. Dos veces.

Como sea, pudimos llegar al decimoquinto intento y ahora estamos preparándonos para mañana, que empiezan los cursos. Y al siguiente martes después de regresar comienzan las clases en Ciencias.

Ahora voy a descansar; sí es medio cansado manejar hasta acá.