De regreso a la normalidad

Después de dos semanas ligeramente intensas, regresé el viernes en la madrugada a la Ciudad de México. El taller de Mérida no siento que haya sido muy productivo para mí; estaba muy cansado, y el clima de la ciudad yucateca no ayudaba.

En cambio el congreso en Winnipeg estuvo muy padre; todo mundo me felicitó por mi plática y creo que me salió bastante bien. También conocí un montón de gente nueva, y volví a encontrarme con varios amigos.

Además fui a visitar a Omar en Toronto, lo cual estuvo bastante bien, porque si sólo hubiera ido a Winnipeg habría sido muy triste: es un pinche rancho. Toronto en cambio es una ciudad muy padre, y me la pasé muy bien ahí las menos de 48 horas que estuve.

Ahora creo que por fin regreso a la normalidad, y ya no saldré a nada más el resto del año… con la posible excepción de un taller en Morelia después de la semana que viene.

Es bueno estar en casa; como he dicho antes, de las mejores cosas que tiene salir de la Ciudad, es regresar a ella.

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