WordPress 1.5

Me pasé a WordPress 1.5 porque me llegaron cuarenta SPAMs. Los primeros tres fueron novedosos; los demás sencillamente molestos.

Lo gracioso del caso es que creo que no hay nada por default en WordPress 1.5 para evitar SPAMs.

Hoy acabé mi manual en la chamba, y yo creía que ya no tendría nada que hacer cuando mi jefe me dijo que la exportación a Excel estaba fallando. Fui a mi máquina, la probé, y estaba funcionando. Fui a su máquina, la probé, y falló. Fuimos a otra máquina, la probamos, y falló de nuevo.

Regresé intrigado a mi máquina, probé con Internet Explorer… y falló. Carajo. Las consecuencias de desarrollar en un navegador que funciona, y no probar en los chafas.

Inhabilité SSL y funcionó, con IE, en mi máquina. Fui con mi jefe, y falló en la suya. Fui a la tercera máquina, y funcionó. Conclusión: Microsoft Office 2003 es el culpable. Pensé tantito y llegué a la conclusión de que era mi preámbulo XML. Seguramente apendeja a Excel 2003.

Como sea me fui sin repararlo; pero ya tengo en la cabeza la solución.

Mi pretexto para salir temprano era preparar el Conapackage, pero lo que hice fue darle los últimos retoques a la máquina de la Citlali. Quedó super chida, y espero que le guste. Además jalaba rapidísimo.

A las 9:30 pasó Citla por su máquina y platicamos un ratito. Cuando se fue, decidí que ya era hora de hacer el Conapackage… pero la desidia me ganó y me pusé a instalar WordPress 1.5. Eso me llevó un rato.

Había escuchado maravillas del tema por default, pero la verdad no me sorprendió en lo más mínimo. Está mono, pero no le veo la gran maravilla. Así que convertí mi viejo tema al nuevo formato, y convertí la base de datos a UTF-8. De hecho esto me gusta, y quería hacerlo de cualquier forma; pero no sé si cuando este post se publique lo haga con UTF-8 o ISO-8859-1. La página la marca Mozilla como UTF-8; pero me preocupa.

También me encontré a Omar, y platicamos un rato. Lo que sea para no hacer el Conapackage.

A la 1:00 me llegó un correo de Sergio. Que se iba de México hasta el domingo, que me dejaba la carta en la puerta de su cubo. Yo entré en pánico: “¡Noooo, se la van a robar!”… hasta que lo pensé y vi que era idiota pensar así. Fui por la carta y sí estaba en la puerta. Eso hace que sean cinco de seis. No voy a esperar a Pablo; estoy demasiado tensado por esto.

También comí con Juan, y chismeamos un poco. Es divertido hacer eso, especialmente porque Juan no es chismoso; pero me soltó buenos pedazos de información, aunque no sé si se dio cuenta.

Necesito hacer el Conapackage. Ya.

Nada más configuro el anti-spam (ya vi en Planet GNOME cómo hacerle), y prometo que preparo el Conapackage.

Fin de semana

Mi mamá dio una fiesta el sábado, para festejar que el PRD ganó la gubernatura en Guerrero. Me da la impresión de que sólo en mi familia podría pasar algo así. Invitó a varios amigos suyos guerrerenses, y se armó un huateque bastante divertido. Al menos ellos parecían estarse divirtiendo, y mi mamá acabó con una borrachera marca diablo.

Yo me la pasé bien. No soy guerrerense, pero lo soy en espíritu; igual que mi mamá supongo. Mucha familia está allá, y si siento por alguna otra entidad del país algo que, toda proporción guardada, se asemeje a lo que siento por la Ciudad de México, es indudablemente Guerrero.

El ambiente estuvo chido, y me enteré de muchos chismes interesantes. Por ejemplo: el primer municipio en ser ganado por el Partido Comunista, fue en Guerrero. Aunque pensándolo bien suena bastante obvio. Digo; ahí había (o hay, dependiendo de a qué fuente uno le haga caso) guerrilla.

Un viejito que acabó con una borrachera increíble, nada más me vio y me reconoció como el hijo de mi padre. No es la primera vez que me lo dicen, ni será la última; y yo estoy consciente (y en muchos sentidos orgulloso) del parecido. Pero es divertido escuchar que a mi papá le decían en su pueblo Cabeza de Letra. Traducción: elh güero leeh muhcho. Porque mi papá es bastante blanco; en eso no me le parezco. Si el apodo fuera mío (como probablemente sería), se traduciría: elh indioh leeh muhcho.

Me ofreció su casa (como 20 veces) “que está en el corazón de la Costa Grande, a 120 Km de Acapulco y a 120 Km de Puerto-no-sé-qué, todo el año, excepto en vacaciones, porque en vacaciones está lleno”.

Yo no tomé nada; hace bastante que decidí que lo mejor que puedo hacer es no tratar de ingerir bebidas alcohólicas fuertes. Y como las no-fuertes son, básicamente, la cerveza, y a mí no me gusta la cerveza, me estoy convirtiendo en abstemio.

Al otro día me reuní con Juan, Omar y Enrique para seguirle con Gentoo. La máquina de Enrique ya quedó (aunque los drivers binarios de NVidia no querían jalar ya de madrugada), la laptop de Omar está quedando muy chida (USB Wireless funcionó sin muchas complicaciones, pero el módem no), y la de Juan ya tiene Windows XP. Me preocupa el disco duro de la de Juan; no sé si va a empezar a fallar indiscriminadamente.

A la hora de la comida llegó Citlali, con su máquina, y el encargo de que le pusiéramos “lo que fuera más rápido”. La idea original era ponerle Ubuntu porque

  1. se instala rápido,
  2. son binarios, entonces no hay que compilar,
  3. igual es muy rudo obligar a la Citlali a usar Gentoo,
  4. quería ver qué tan chido resultaba Ubuntu.

Pero ayer a las 11:00 de la noche decidí que Citla es geek-enough para usar Gentoo, que además instalar Gentoo me es más sencillo que casi cualquier otra cosa, y que además su máquina tiene un procesador casi idéntico que el de la mía, así que puedo generar paquetes binarios y pasárselos para que los use. Eso último fue lo que me hizo decidirme. Puedo pasarle OpenOffice, Mozilla, etc. sin tener que preocuparme del tiempo que tarde compilarlos.

Hoy cuando llegué al trabajo me conecté por SSH y vi que ya había terminado system. Tuve un pequeño retraso; se me olvidó hacer sus particiones ext3 y las dejé ext2, así que tareé /, corrí mke2fs de nuevo (usando -j), y estoy en este instante destareando. En unos momentos pondré a compilar el kernel, e incluso estoy pensando en reiniciar de modo remoto (aunque necesitaría que alguien sacara el CD de Gentoo de la máquina). O puedo seguir usando el LiveCD; no sé. Ya cuando llegué a mi casa en la noche, si va muy lento, generaré otros paquetes binarios.

Estoy muy relajado: no tengo que ir a Ciencias por ninguna carta (eso hasta mañana), pero ya tengo que terminar el floppy de Conacyt. Tengo que imprimir, y juntar todo; el miércoles voy a entregar papeles.

Ah, y en lugar de monitorear la máquina de Citlali y estar bloggeando, debería ponerme a hacer el manual del sistema, que ya es lo último que tengo aquí en TMM.

Cuatro de seis

Hoy recogí la carta de Raggi.

Tengo cuatro cartas de cuatro doctores, y tengo prometidas otras dos. Espero que eso de alguna manera pese.

Comí con Juan, Enrique y Omar, y con Paola porque iban juntos. Quedamos de ir a casa de Enrique el domingo a seguirle con Gentoo, aunque Omar prácticamente ya terminó de instalar su máquina. Citlali igual y cede su máquina a la ciencia para que experimentemos poniéndole Ubuntu, así que se perfila un domingo divertido.

Sigo sin ver a Liliana, aunque ella me vio; pasó en su carro y dijo que me tocó el claxon, pero yo no recuerdo haber oído nada. Mañana como sea es una comida de mi mamá que hace para celebrar el triunfo del PRD en Guerrero, y Liliana va a ir.

Quería hacer hoy lo del Conacyt, pero sé que era iluso pensar que lo conseguiría. Me alegro al menos de haber tenido la claridad de mente para planear todo esto un mes antes de que cierre la convocatoria, así que una o dos semanas de retraso no importan.

Pero sí importa si me cambian de trabajo. No tendré la libertad de horario que tengo ahora, y además no estaré a cinco minutos de Ciudad Universitaria. Así que la próxima semana meto los papeles, pase lo que pase. Sergio me dijo que me da su carta el martes en la noche; así que espero meterlos el miércoles en la mañana. Pero en el peor de los casos será el viernes cuando meta los papeles.

José Galaviz me pidió ser sinodal en un examen de licenciatura. Dice él que es una tesis sencilla (debe serlo, así son en licenciatura), pero me da cosa. A la vez me emociona. Como sea le dije que le preguntara a Gustavo mejor primero; él tiene ya la maestría y probablemente sería mejor elección. Pero si el Guso dice que no, yo creo que sí le entro.

Y hablando de Gustavo, él tiene su comida para celebrar el ser maistro el próximo domingo a las 2:00 de la tarde. El problema es que ya quedé con mis mateamigos que ese día instalaríamos Gentoo en la máquina de Juan y probablemente Ubuntu en la de Citlali. Pero además no sé si quiero ir. Me alegra mucho que Gustavo se haya maestreado, pero no tengo muchas ganas de ir a actuar como si Liliana fuera sólo otra amiga, y menos de ver a Karola. Además, es en el Estado de México; ¿qué les pasa, por qué tan lejos?

Al menos le hablaré para disculparme y lo felicitaré de nuevo, eso seguro.

No quiero dejar de trabajar en TMM; pero parece que debo irme haciendo a la idea. Espero al menos poder sacarles un mejor sueldo a mis padrotes, a ver si se dejan.

Ah, y gracias a Dios, es viernes.

Fin del trabajo

Me están cansando este tipo de días.

Llegué tarde a dar clase, media hora tarde, y los ingratos de mis alumnos no me esperaron… lo cual probablemente hubiera hecho yo cuando tomaba clase. Me lo merezco. Aunque salí a las 7:15; ¿yo qué iba a saber que iba a hacer una hora y cuarto en llegar?

Aprovechando que ya estaba en la Fac fui a ver a Elisa. En el camino me encontré a Pablo, que me dijo que gustosamente me daba una carta, y me pidió que le hiciera un bosquejo y le contara mis méritos para que él pudiera escribirla.

Encontré a Elisa y me hizo la carta (ella redacta sus cartas de recomendación), y me enteré que, desde el martes, ya es la Doctora Viso Gurovich, lo cual es über cool. Me estuvo poniendo al día en chismes, y me enseñó su presentación, que está preciosa utilizando LaTeX (¿qué otra cosa podía usar Elisa?) y Beamer.

Salí casi una hora después con mi tercera carta de recomendación firmada y sellada, y me encaminé al cubículo de Raggi. No estaba, así que regresé a la Facultad, donde vi a Paola, y después a Omar y Juanjo. Estuvimos hablando un rato, y después se nos unió Citlali, que ya había visto en el cubículo de Pedro Miramontes en el Departamento de Matemáticas. Una cosa chida de Citlali es que entre geeks se desinhibe y comienza a actuar como una también.

Por chido que me la estuviera pasando, tenía que ir a trabajar, así que me despedí y fui a la chamba. Llegué a las 11:00 AM, pero mi cueri del día aún no estaba.

Como a la una mi jefe me dio mi cueri, y lo hubiera hecho en veinte minutos si no fuera por la lentitud de mi máquina. De hecho lo hice en veinte miuntos; pero depurar los errorcitos de dedo y otras cosas es frustante hacerlo en una máquina tan lenta. Como sea acabé a las tres y fui a comer al comedor, y de ahí me dirigí a la Facultad a mi cita con Sergio.

Sergio se portó super chido conmigo, y me dijo que me daba la carta sin ningún problema; pero también me dijo que no quería ilusionarme, porque lo que él oía era que el Conacyt no tenía lana y que, básicamente, estaba cabrón. Pero pues tengo que intentarlo.

Salí y volví a encontrarme con Juan y Omar, que me ayudaron a imprimir lo que le preparé a Pablo (no traía las llaves del cubículo de Elisa), y ayudé un poquito con la laptop de Omar, que le sigue poniendo cosas de Gentoo. Después me acompañaron de nuevo a buscar a Raggi, pero no estaba.

Regresé al trabajo como a las 5:30. Reparé unas cositas más del sistema, y entonces vi un correo de mis padrotes; querían que me comunicara con ellos. Les hablé y me dijeron que en dos semanas terminaba el contrato de la chamba donde yo estoy, y que me tenían algo nuevo… en Palmas y Reforma… o sea, no enfrente de Perisur.

Les dije que lo iba a pensar. Le enseñé a mi jefe lo último que me había pedido, y le pregunté si terminando eso ya no me iban a necesitar. Y pues no, ya no me van a necesitar.

Ya a punto de irme pasé a ver a mi jefe y le dije que me gustaba ahí, que si habría posibilidad de que me quedase. Me dijo que le enviara mi currículum, que a ver si se podía.

Me molesta bastante; pero también sé que soy increíblemente diva para aceptar trabajo. Y quedé de ayudarle a Liliana con el carro, y quiero ir con ella a Europa, y quiero arreglar el Tsuru, y mi cámara digital, y mi PDA, y mi iPod… No puedo dejar de trabajar.

Voy a enviarle mi currículum a mi jefe, a ver si chicle y pega. Y les voy a decir a mis padrotes que acepto, pero que quiero un aumento. Si voy a seguir de puta, quiero ser puta cara. Y pues a ver cuál se arma.

Además hace días que no veo a Liliana, y no puedo encontrarla por teléfono. La extraño.

Y Joey está así []1 de tronar con Pacey.

Me están cansando este tipo de días.

1Eso es poquito.

Más cartas

Sí fue bastante agitado el día de ayer.

A las 11:30 salí de mi chamba a la facultad, donde recogí las cartas de Hanna y Benja… no sin complicaciones. Después fui a darle mi redacción a Raggi, que me dijo que pasara al otro día. A Pablo y Elisa no los pude encontrar en ningún lado.

Regresé a mi chamba donde básicamente me dediqué a terminar The Naked Sun, y después fui por Juan y Omar al departamento del primero, porque quedamos en instalar Gentoo en la máquina de Omar, reparar la de Juan, y ayudar a Enrique a instalar Gentoo en su máquina y en un servidor que tiene que poner.

Estuvo bastante divertido… in a geeky kind of way.

La máquina de Enrique se le terminó de instalar el system, y quedó compilando 194 paquetes necesarios para instalar Gnome. La laptop de Omar estaba terminando system cuando la vi por última vez; y la máquina de Juan resultó que tenía broncas con el disco duro. Varios sectores se mostraron dañados al hacer un e2fsck, y más cuando trató de copiar archivos de su partición de Windows. Sin embargo, en total fueron menos de 50 MB los que detectamos dañados, y en cuanto estén las otras máquinas comenzaremos a reinstalarle a Juan Gentoo.

Salimos Juan y yo de la casa de Enrique a las 4:30 de la mañana, y le dije a Juan que veía muy difícil que pudiera llevarlo a la Fac a las 9:00 AM, hora a la que debía llegar para inscribirse en la maestría (se le pasó la fecha). Así que Juan se levantó y se fue solo: yo me quedé dormidísimo, hasta que vi mi teléfono celular y vi que eran las 10:30…

“¡En la madre!” pensé, “¡El examen de Gustavo!” Gustavo tenía su examen para obtener el grado de Maestro en Ciencias a las 11:00 AM.

Me bañé en 10 minutos y vestí en otros diez, le pedí a Susi algo para el camino, y me fui volando al IIMAS, comiendo taquitos de huevo con jamón. Llevaba (desde que me levanté) un aliento de “pasé-toda-la-noche-desvelado-con-mis-amigos-geeks”, y los taquitos no iban a ayudar, así que me llevé mi cepillo de dientes con pasta en él.

Llegué a CU, y dejé el carro como a 500 metros del IIMAS; me lavé los dientes durante el trayecto (varias personas se me quedaron viendo). En frente del IIMAS hay botes de basura, y ahí me enjuagué la boca con agua que llevaba en una botella.

Ya limpio, arreglado, despierto y con aliento fresco (y mi cepillo de dientes en el bolsillo trasero de mi pantalón), entré al IIMAS con un retraso de media hora. Encontré el examen de Gustavo y entré tratando de no hacer ruido.

Estuvo muy padre el examen; lástima que no haya llegado desde el principio. Gustavo desarrolló un sistema que genera improvisaciones de Jazz (en MIDI) utilizando una melodía base (en MIDI), y las tocó sólo al inicio. Por supuesto obtuvo el grado, y me dio mucho gusto por él.

Después fui a mi facultad y busqué a Elisa, Pablo y Raggi; y no encontré a ninguno, a pesar de buscarlos varias veces. Me encontré a Juan, que me acompañó un rato en mis búsquedas, y platicamos un ratito fuera del IMATE. También comimos sushi, que venden en la facultad a 25 pesos el plato.

Al final le dejé un post-it a Elisa, y otro a Raggi. No sé si llegue a encontrar a Pablo.

Estoy ya en mi chamba, después de llegar de forma descarada a las 3:00. Había esperado tener que rogar y suplicar por el perdón de mi jefe, pero resutó que él tampoco había llegado. De hecho aún no llega.

Son cuarto para las cuatro, y me muero de sueño. No tengo nada por hacer. Supongo que podría tratar de hackear en Maistro de forma remota, o revisar mis ensayos para Conacyt. Pero me muero de sueño. Así que a ver cuánto tiempo estoy aquí sin hacer nada.

Tres de seis

Ayer fue día agitado.

En la mañana escribí las cartas de Hanna y Benja, que no sé qué tanto modifiquen ellos al final. También tuve una junta con mi jefe en TMM, donde vimos en qué tipo de servidor va a estar la aplicación.

A las 12:30, más o menos, fui a Ciencias. Cobré, pasé al cubículo de Elisa (ella no estaba) e imprimí las cartas de Benja y Hanna. Agarré a Benja a punto de irse, y le dejé las formas para que llenara la carta.

Después busqué a Hanna y a Pablo; ninguno estaba, así que fui a la cafetería. Ahí estaba Juan, pero en ese momento vi a Hanna y corrí a darle la forma de la carta en el pasillo, porque se le hacía tarde para clase.

Persiguiendo a Hanna vi a Liliana; la alcancé y quedamos de prepararnos de cenar para celebrar el 14 de febrero. Yo volví a buscar a Elisa y a Pablo, pero sin suerte.

En el Prometeo, me encontré a Omar, Juanjo y Juan Manuel, y me acompañaron al Instituto de Matemáticas para que buscara a Raggi. De hecho me los llevé para no tener que buscar yo el cubículo de Raggi; cosa que resultó medio inútil, porque se equivocaron de piso la primera vez.

Raggi se portó über cool conmigo: aceptó darme una carta, y hoy voy a llevarle las formas. También tengo que recoger las de Benja y Hanna, por cierto. Y buscar a Elisa. Y a Pablo.

Regresando de con Raggi, pasamos frente al cubo de Jorge Urrutia. Pensé durante medio minuto si valía la pena pedirle carta a alguien que jamás me ha dado clase y que además nunca ha oído de mí. Decidí que no perdía nada, y pasé a preguntarle.

Por supuesto me mandó al carajo. Lo cual lo entiendo: probablemente yo haría lo mismo.

Pero de cualquier forma, ouch

De regreso en Ciencias me despedí de los matemáticos, y pasé a buscar una vez más a Elisa, que seguía sin estar. Y por fin regresé a la chamba, porque ya había tomado casi dos horas de comida.

Ya en la chamba le metí SSL al sistema, como en dos minutos, y pedí salir temprano, porque iba a ir por Liliana. Cenamos y vimos tantito la tele; y también me dijo qué tenía que dar hoy en la mañana en la ayudantía.

Di mi primera ayudantía en la mañana; los sentí ligeramente apáticos, pero puede ser la hora y que es martes. Casi lleno el salón; lo cual está bastante chido para ser ayudantía. Y saliendo vine aquí al trabajo. Acabo de terminar la carta de Raggi, y como al medio día voy a mi facultad.

Espero que no esté tan movido el día hoy.

Fin de semana

El viernes fui a comer con Omar, Juan y Enrique. Primero vi a Enrique, que necesitaba foquitos para su lámpara. Bueno, un foquito bastaba, pero los vendían de dos en dos, así que compró dos foquitos.

Después comimos con Omar y Juanjo en Arquitectura. Fue bueno reunirnos; como que no lo hacemos tanto como quisiéramos, así que propuse que tratáramos de repetir lo mismo cada viernes. Todos estuvieron de acuerdo: quiero ver si realmente lo hacemos.

Regresé a mi chamba después de tomarme casi tres horas de comida, y estuve aburriéndome hasta que, diez minutos antes de que me fuera, mi jefe me dio el ansiado query. Lo terminé y me fui, después de casi una hora por cómo me alenta la máquina. Parece que ya vamos a entrar a periodo de pruebas en serio, y mi jefe comentó algo de “ponerle flores” al sistema, haciendo referencia a que hay que hacer que se vea bonito. Hubiera protestado la sutil burla a mis cualidades como diseñador gráfico; pero estoy consciente de que realmente eso no es mi fuerte.

El sábado fui con Liliana a cambiar mi vale, que aunque es poco siempre ayuda. Yo compré labello y calcetines; Liliana cereales y yogures (está en una dieta homeopática… whatever that means…)

Después trabajé algo en Maistro, pero sigo avanzando muy lento. Al menos refactoricé los tags que uilizo, y ya vi que me voy a deshacer de varios; tengo tags que sacan información de la base de datos y escupen CSS de acuerdo. Lo cual es idiota: mejor pongo otro CSS.

También refiné la plantilla que voy a utilizar, y creo que ahora sí me gusta cómo se ve. Es mucho más sencillo que el antiguo diseño que tenía, pero creo que se ve bien y es funcional. Ahora, si me pusiera a trabajar en el sistema…

Vi un muy buen episodio de Enterprise; y de nuevo me lamenté de que esté a punto de ser cancelada. También acabé Caves of steel, y me gustó mucho. Me gustaría que hubiera algo que relatara más acerca de la historia desde cómo se fundaron los mundos espaciales, hasta cómo fue que Spacetown llegó a establecerse en la Tierra. Comencé The Naked Sun, al mismo tiempo que releo (en papel) Los robots del amanecer. Dato curioso: a Spacetown lo traducen como Espacioburgo.

Voy a ir con Liliana al cine. Yo tengo ganas de ver varias películas, pero sé que algunas de esas no van a ser del gusto de Liliana. En particular, dudo mucho que le guste Team America. Y tengo muchas ganas de ver Hide and seek, porque soy fan de Dakota Fannning; pero es de terror. Y luego me da miedo.

Después vamos a revisar qué tengo que dar el martes, que es mi primera clase. Tengo ganas de dar clase; no lo he hecho en casi dos meses. Es Teoría de la Computación, y tengo que estudiar un poquito porque hace mucho que no veo nada de eso.

No creo ya hacer nada de Conacyt este fin de semana. Tengo que releer mis ensayos, y preparar esqueletos de cartas de recomendación, porque conociendo a mis profesores, no querrán redactar las cartas ellos. El lunes busco a Hanna y a Pablo, y a Benja si tengo algo ya escrito. El martes buscaré a Raggi y a Elisa, y a Benja si no lo veo el lunes. El miércoles juntaré las cartas que me falten, y el jueves iré a ver a Sergio, que espero esté dispuesto a darme una.

El viernes será el día que entregue mi solicitud. La idea me aterra, pero estoy seguro de que me sentiré mejor cuando haya entregado los papales.

Miedito

Hace unos días fui a ver con Liliana The Grudge, una película de terror; ya lo había comentado.

La maldita cosa me espantó, como suele espantarme el cine; haciéndome saltar.

En ese aspecto soy chistoso: le tengo miedo a muy pocas cosas. De hecho sólo a una: la muerte. Puedo preocuparme o sentirme angustiado de otras cosas, pero miedo miedo sólo le tengo a la muerte.

En todas las ocasiones en mi vida en que pudo justificarse que tuviera miedo, más bien me encontré ligeramente sorprendido, y tratando de prestar la máxima atención posible a todos los detalles para su futuro análisis. Cuando entró la PFP a Ciudad Universitaria hace cinco años, recuerdo que vi a los agentes (eran los de élite, se veía por cómo iban armados y por su estatura), y vi que cargaban unas enormes macanas de casi metro y medio, no me dio miedo. Pensé que se podía poner ligeramente tenso el asunto si alguno de los que estabámos ahí se ponía loco; pero no me dio miedo.

Y hace unos años le tenía miedo a las abejas. En general a cualquier insecto volador “peludo”; pero particularmente a las abejas. No digo que si un perro enorme se me lanza ladrando no me voy a espantar; a huevo que me voy a espantar. Pero voy a correr, agarrar un palo, darle una patada, trepar un árbol… no sé, voy a reaccionar. Cuando una abeja se me acercaba volando (“¡bzzzzz!”), mi primera reacción era hacerme bolita y tirarme al suelo.

De alguna manera ese miedo desapareció. También se me quitó el ser friolento; no tiene nada que ver, pero sí han sido cambios importantes en mi comportamiento en los últimos años.

El punto es que no estoy acostumbrado a tener miedo. Sí me espanto con una monita japonesa que hace sonidos guturales a través de un celular en una película de terror; pero se acaba la película y yo no me siento angustiado, ni tengo problemas para dormir ni nada por el estilo. No recuerdo haberle tenido miedo a la oscuridad cuando era niño; o a los payasos. Y hasta yo admito que los payasos son de miedo.

Supongo que tiene que ver con haber sido criado ateo y racionalista. No le tenía miedo a la oscuridad porque sabía que no había nada en la oscuridad; ni bueno ni malo. No le tengo miedo a dios, por supuesto (pero sí a los metales), ni al destino, o a las profecías de Nostradamus, o al mal de ojo, o a desdoblarme, o a que me toque el espíritu santo, o a que me jale el diablo las patas. No tenerle miedo a cosas que no existen supongo que ayuda a no tener miedo en general.

Le tengo miedo a la muerte porque de verdad creo que no hay nada más allá. Y sí me preocupa que se acabe mi vida; en general me la estoy pasando bomba.

Como sea, no tengo miedo a la muerte todo el tiempo. De hecho, hay épocas en que pasan meses sin que piense en el asunto. En particular creo que no me ha espantado en bastante tiempo.

Pero desde que estoy con lo de Canadá, me ha pasado casi todas las noches que me despierto con palpitaciones y con mucho, mucho miedo. Y poniéndome a pensar, he definido la fuente de ese temor: tengo miedo de que no me de la beca Conacyt.

Por supuesto, es estúpido. En primer lugar, creo que tengo un muy buen caso para que me den la beca. En segundo lugar, si no me dan la beca, no importa. Tendré que hacer ciertas cosas de modo distinto, tendré que cambiar algunos planes, pero en general el mundo seguirá girando, el sol saldrá por donde sale todos los días, y Fox seguirá haciendo declaraciones estúpidas como que lo vamos a extrañar.

Pero eso no quita que esté cagado de miedo por la posibilidad de que no me den la beca.

Supongo que tiene que ver con el hecho de que, al menos desde mi perspectiva, me costó mucho que me aceptaran en Canadá. Tal vez muchos dirían que no sé de qué hablo, que me fue re fácil, que casi no tuve que esforzarme, etc. Pero lo que yo sé es que, comparativamente, nunca tuve que hacer lo que hice con Canadá para obtener cualquier otra cosa en mi vida. Vamos, con Canadá tuve que hacer algo. Y no quiero volverlo hacer, nunca.

También tiene que ver que siento muy cercana, y probable, la posibilidad de que al fin me vaya; y que la perspectiva de que todo se arruine por algo que además conseguí hace dos años es sencillamente abrumadora.

Pero el punto es que cuando duermo solo, generalmente me despierto de madrugada sintiendo un miedo enorme e irracional. Y a veces me empieza a dar ese miedo incluso antes de que duerma.

Ayer fue una de esas noches. Comencé a angustiarme horrible, y me dije: “tengo que pensar en algo más”. Así que, medio estúpidamente, me puse a pensar en The Grudge.

“Genial” me dije, “justo lo que necesito para no tener miedo: pensar en una película de terror donde un niño maulla como gato aterrorizado.”

Justo en ese momento (claro, ¿cómo podía ser de otra forma?) el pinche Tigger, justo afuera de la recámara, lanzó uno de esos maullidos guturales que sueltan los gatos cuando están amenazando a otro gato.

MEEEEEEOOOOOOOOOOOOOOOOOOOWWWWW!!!!!

Di un respingo enorme en la cama.

Fui en silencio a la puerta y la abrí de golpe, haciendo que el gato que molestaba al mío saliera corriendo. Fui al baño, y cuando regresé al cuarto, Tigger estaba entrando. Generalmente no lo dejo dormir conmigo; es bastante quisquilloso, y suele comenzar a pedir que lo deje salir como a las 5:00 de la mañana. Siempre. Pero lo dejé entrar, pensando que necesitaba compañía.

A las 5:00 de la mañana me pidió que lo dejara salir. Creo que estaba desde antes maullando, porque me parece haber oído a mi madre decirle que se callara.

Pero valió la pena; no tuve miedo el resto de la noche.

Caves of steel

Mi chamba para hoy fue… otro query. A este paso me siento estafando a alguien por el sueldo que me pagan. Bueno, no exactamente.

Pero sí me aburro.

Bajé una versión electrónica (y pirata) de The Caves of Steel de Asimov, para no aburrirme. No es mi culpa; detesto leer novelas de forma electrónica. Pero no he encontrado la edición de Plaza & Janés en México. Ni siquiera en el Pasaje Zócalo-Pino Suárez. Y la voy a comprar… eventualmente. Lo juro.

Asimov ideó las cuevas de acero basado en su forma de trabajar. Le gustaba estar encerrado, con luz artificial. Para él era muy natural pensar que en el futuro, la humanidad se concentraría en megalópolis, y que nos enterraríamos bajo tierra. Trata de justificar este comportamiento en la novela diciendo que sería más eficiente y otras cosas, pero el punto es que él odiaba el exterior, y su idea del futuro eran ciudades encerradas en sí mismas.

Lo triste del caso, es que a me gusta estar encerrado. Por eso no me preocupa el frío de Canadá. Pero bueno; probablemente mañana acabe la novela, si el famoso query está sencillo.

Llegué a mi casa y vi el tan temido capítulo de Dawson’s Creek. Para mi sorpresa lo disfruté bastante, así como el que le sigue. La escena donde Joey miente descaradamente como todas las mujeres para ocultarle a Dawson que ya fue desflorada (su frase, no la mía) por Pacey, es fabulosa.

Después por fin le llamé a Vero, en Jalapa.

Fue entre angustiante y cómico. La escena que visualizaba a partir de los sonidos que se escuchaban a través del teléfono era a una Verónica sentada en su sofá, hablando tranquilamente conmigo, mientras sus dos hijos correteaban entre trampas mortales malabareando sierras eléctricas y antorchas, y su marido lloraba de rodillas, o alguna otra actividad que denotaba su inutilidad y fragilidad.

Los niños no pararon de llorar, molestar y en general ser niños mientras hablé con ella. Al menos en tres ocasiones Vero le gritó a su marido que se hiciera cargo de… ¿de qué? No sé, no entiendo. También en un punto dado de repente se esuchó ¡tock!, a un niño llorar, y Vero comentó: “ay, se cayó el enano”… o algo así… para después seguir platicando conmigo de la forma más natural del mundo.

Si de por sí me es difícil explicar mi estado de ánimo en situaciones normales, es mucho más difícil cuando del otro lado parece estar ocurriendo la tercera guerra mundial, y tu interlocutora además parece actuar como si así fuera la cotidianeidad ahí… que me temo que así es.

Pero más o menos logré contarle todo lo que me ha pasado, que es, básicamente: Liliana, Canadá, Chamba.

Después ella me puso al tanto de su lado. A veces me daban ganas de llorar, aunque me hizo reír todo el tiempo. No ha perdido ni ápice de buen humor la Vero. En algún punto dado le pregunté, sabiendo que es ridículo y tal vez inútil, si era feliz. Me dijo que sí.

Y pues no puedo menos que confiar en ella.

Así que tomaré su palabra. Prometí ir a verla a Jalapa en algún momento en el verano; espero poder cumplírsela. También quiero ir a Huajintepec, pero eso está un poquito más cabrón. Y no me queda digamos de paso ninguno con respecto del otro.

Le contesté un correo a la Yazmín también, que se lo debía desde hacía un rato. Y de repente me vi escribiéndole a Sergio. Me contestó de inmediato, y quedamos para el próximo jueves. Con suerte, será mi última carta.

Pasé las últimas horas del día dándole retoques a WordPress para que se viera un poquito mejor, y ya no hice nada para Maistro. Podría hacer algo ahorita, pero la verdad no tengo ganas. Me siento extrañamente cansado. Supongo que tiene que ver con que me aburrí en la chamba… no sé.

Pero bueno; quedamos Enrique, Juanjo y yo de comer mañana los cuatro, contando a Omar. Espero que no tengamos que robárnoslo por si Paola no le da permiso.

Tigger

Liliana me dejó la lonja y su cámara digital. Lo cual querría decir, bajo circunstancias normales, que llenaría esto de cientos de fotos insulsas de mi gato, Tigger.

Pero, dado que no me dejó el cable USB, no hay manera de que yo pudiera transferir las hipotéticas fotos a mi computadora. Así que sólo llenaré esto con dos fotos de mi gato Tigger.

Tigger detrás de la ventana

Tigger detrás de la ventana

Tigger delante de la ventana

Tigger delante de la ventana

Me lo regaló Liliana, hará cuatro años en mayo.

Churrascos

Por fin fuimos a la comida Citlali, Enrique, Liliana y yo.

Fuimos a Churrascos, que a mí en lo particular me encanta, y nos atascamos de carne y clericot. Estuvimos desde las 4:20 (llegamos tarde por culpa de Enrique), hasta que casi se vaciaba el lugar.

Yo me la pasé muy bien; y creo que los otros también. Lamentablemente a Liliana se le olvidó su cámara, así que no hay fotos (lo que es una lástima porque iba muy guapa), pero estuvimos platicando y riéndonos todo el tiempo, intercambiando chismes y platicando de lo que hacíamos.

A Liliana la amo, claro; pero Enrique y Citlali tienen un lugar muy especial en mis pensamientos. Estuvieron ahí desde el inicio de la carrera, y con ellos he compartido momentos padrísimos en mi vida. Así que nos la pasamos muy chido.

Fui por Liliana a su casa al medio día, y estuvo muy chistoso porque salió vestida como ella se viste cuando no vamos a salir. Yo iba en pants y tenis y sin bañarme, porque quería hacerlo poco antes de irnos a Churrascos; así que me preguntó si yo iba a ir así como iba. Le dije “claro que no”, y le pregunté si ella iba a ir como iba. Y me dijo que sí.

No tenía un espejo a la mano, así que me imagino mi cara; algo así como “what?”. Entonces después de un rápido intercambio de ideas, ella regresó a su casa a cambiarse. Buen Dios, iba guapísima.

Fuimos a mi casa, y ella se puso a preparar los planes de estudio de los cursos que dará el semestre que empieza el lunes 7 de febrero; en uno de los cuales yo voy a ser el ayudante. Yo me bañé y me arreglé, y entonces llegó Enrique, que venía algo tarde del club.

Cuando Liliana lo vio, lo primero que hizo fue espetarme que porqué no le había dicho nada de cómo iba el vestido. Enrique iba vestido como generalmente va vestido. Yo le dije que porque era Enrique y así se vestía él. Mi punto no es que me pareciera que Liliana no fuera inicialmente guapa; mi punto es que no iba como generalmente va para salir.

En el proceso, Enrique se sintió mal de cómo iba vestido y se puso un suéter encima.

Fuimos todos en el carro de Liliana, que ella manejaba, y llegamos 20 minutos tarde; Citlali ya nos estaba esperando ahí. Volví a ser regañado, porque Citlali tampoco iba lo que se podría decir high fashion. Así que está bien, también yo exageré con lo de la arreglada.

Pero eran dos de mis mejores cuates y mi novia; yo sí lo sentía como ocasión especial. Además, nunca habíamos hecho algo así los cuatro.

Pero OK, exageré.

Citlali pagó, como era el trato; pero yo me sentí mal. Salió mucho más caro de lo que yo había calculado que saldría; el doble de hecho. Se encareció mucho desde la última vez que fui. Así que quedamos que cada uno de los otros tres invitaría en otras tres ocasiones, en otros restaurantes.

Realmente no puedo esperar; me divertí mucho.

IPO

Hoy terminó la semana laboral, pero estos últimos dos días fueron de una producción algo decepcionante para el ritmo que había tenido. El no poder instalar Cygwin me demoró muchísimo.

Como el jueves http://www.cygwin.com seguía muerto, hice un mirror de uno de los mirrors en arce0 (para garantizar velocidad y acceso), e instalé a pie Cygwin. Que resultó ser una experiencia mucho menos que placentera.

La maldita biblioteca cygwin1.dll seguía quejándose y quejándose acerca de que no tenía exportado el punto de entrada _impure_ptr. Whatever that fuckin’ means! Carajo; estoy acostumbrado a lddear bibliotecas en Unix; pero en Windows soy como un retrasado mental con mal de Parkinson y las manos atadas a la espalda. Que es justo la razón por la que instalo Cygwin nada más le pongo las manos a una máquina que tiene Windows (y que yo vaya a usar para trabajar).

Omar una vez me dijo que cuando me sentaba en frente de una máquina con Linux, mis dedos comenzaban a aporrear el teclado a una velocidad impresionante y cosas muy rápidas ocurrían en la pantalla. En cambio, en Windows parezco masahua en Aurrerá: dando tumbos, mirando confundido a un lado y otro, y sin saber exactamente qué hacer.

(Lo de “masahua en Aurrerá” es comentario de la amiga Meche de mi mamá; por supuesto es completamente Políticamente Incorrecto; pero no me importa porque se me hace muy chistoso.)

De verdad casi no hice nada este jueves y viernes, porque sencillamente no podía. La línea de comandos de Windows es una broma; y en 2000 es peor que en XP. En XP siquiera hay autocompleción; en 2000 uno tiene que hacer cosas como:

cd \doc*\c*\desk*\my*

si uno quiere ir ligeramente más rápido que un oso perezoso en velocidad de pánico.

Después de instalar y desinstalar cygwin varias veces, y de crear otro mirror de cygwin en arce0 (razón por la cual Enrique me llamó para decirme que le habían informado que estábamos haciendo “cositas” de nuevo en arce0… como si en algún momento de nuestra vida Enrique y yo hubiéramos hecho algo remotamente ilegal en esa máquina), pude al fin levantar bash. Lo demás fue de volada; denme un shell con autocompleción y directorios que se separen con “/” y yo me encargo de lo demás.

Luego está el problema de que esta “nueva” máquina tiene 128 poderosos megabytes de memoria. Lo que significa que cada vez que inicio Tomcat bien puedo irme por un café, porque todas las otras aplicaciones quedan inutilizadas. Pedí un DIMM de 128 a mis jefes los que me pagan (mi padrote), a ver si me la hacen buena. Por cierto muy sospechosos en el teléfono; que cómo me iba, que si estaba contento, que qué necesitaba. Muy acomedidos.

Cuando terminé de levantar mi ambiente de trabajo (Cygwin, XEmacs, ant, Tomcat), ya sólo me dio tiempo de hacer un vil JSP, y de hecho sólo la mitad. La otra requiere el llamar a un stored procedure, y no me daba tiempo ni de chiste a terminar la clase… de hecho creo que podía terminar la clase con todo y documentación de JavaDoc; pero si esperaba a que Tomcat reiniciara, bien podía cruzar Periférico e ir al cine. Y no podía porque Liliana estaba en casa esperándome.

Me llamó diciéndome que iba para mi casa y que me esperaba ahí. Ya platiqué con mi madre, y le voy a dar unas llaves a Liliana para que venga a trabajar en mi casa mientras yo trabajo en TMM. Se me hace muy chido, porque aprovecha la infraestructura de mi casa (mi maravillosa máquina y mi banda ancha, entre varias cosas), y puede trabajar tranquilamente. Mi casa es muy silenciosa.

Cuando llegué a casa, vi que había traído su nuevo coche: se compró un Ford Fiesta, nuevecito, bastante bonito. Ya le pegó, pero es cosa de nada.

Poco después de las nueve se fue, en su carro, y yo sintiendo entre gusto de que no tengo que ir a dejarla, y sentimiento de culpa de que me diera gusto el no tener que ir a dejarla. Sé que de verdad le conviene aprender a andar en carro, y que nos hará la vida mucho más sencilla a ambos; y no me voy a hacer pendejo: adoro la idea de no tener que ir al Cerro de la Estrella (ida y vuelta) para ir a dejarla… pero a la vez siento que fallo de cierta manera como novio. Igual y es mi macho saliendo por mi pecho; no sé.

Después vi Enterprise (sintiéndome algo mal de que ya por fin la cancelaron), y Dawson’s Creek. De mis desgracias para tratar de grabar Dawson ahora que trabajo, ahora sí me pasó la más ridícula de todas: ¡lo grabé en mute! Así que vi todo el programa como un show larguísimo de Marcel Marceau. De cualquier forma me gustaron ambos capítulos; especialmente el de Enterprise: en Dawson’s Creek sólo hubo una escena de Pacey y Joey, y fue realmente corta.

Después vi (electrónicamente) a Juan y le dije que mañana le caigo; igual y va Enrique. Estamos tratando de ponerle Gentoo a su máquina, y ya lleva un par de semanas la instalación. Por cierto que me dijo que tiene un blog él también: en blogspot. Tiene una entrada, y dice: “Bienvenidos a mi blog”.

Pero eso me hizo a pensar. Ya basta de este andar en el clóset: es hora de hacer la IPO.

Cuando RedHat cotizó en NASDAQ en la bolsa gringa, yo leía en todos lados que RedHat iba a ofrecer su “IPO”. Yo no tenía idea de qué carajo era eso, ni siquiera cuando me explicaron que significaba “Initial Public Offering”. Eventualmente llegué a comprender qué significaba, y qué importante era para una compañía. También aprendí que muchas veces, ofrecer la IPO también se podía decir como going public.

Pues carajo; I’m going public too. Y aquí está mi IPO.

No podía ser en otra máquina que no fuera abulafia. Pudo ser arce0; pero estoy más ligado a abulafia por razones sentimentales. Espero que no la crackeen como lo han hecho las últimas siete veces.

Pasar la base de datos y los estilos fue muy sencillo. Ya está corriendo, y esta es mi primera entrada. En una máquina pública. Verde; me da hasta cosa.

(Claro que el que esté en una máquina pública no quiere decir que le vaya a dar a nadie la dirección).

Ensayos para Conacyt

Acabé ayer con la funcionalidad requerida del sistema, incluyendo la manipulación de imágenes. No fue tan complicado como pensé que sería.

Justo cuando estaba mostrándole el prototipo a mi jefe, Enrique me habló para que fuéramos al cine. Tenía pases gratuitos de no sé dónde, y expiraban esa misma noche. Así que terminé de mostrarle el programa a mi jefe y fui con Enrique a ver The Statement (Siete Crímenes), que podría ser muy buena película, si tan sólo no fuera tan mala.

The Statement

The Statement

Fui a mi casa a descubrir que Dawson’s Creek no se había grabado (de nuevo). Así que seguí jugando un poquito con Rhythmbox, y después me puse a llena el formato eletrónico del Conacyt.

No entiendo porqué me genera tanta angustia. Además de que el programa está mal hecho, claro. En algún punto piden una forma para que la firme la universidad, en donde se especifica cuánto cuesta la colegiatura e inscripción de cada término. La cosa es que yo ya tengo una carta firmada donde dice exactamente eso. Voy a dar esa; no podría encontrar una forma más absurda de burocracia que el que sólo aceptaran su forma.

También escribí las tres justificaciones que piden. La primera es porqué quiero irme a hacer un posgrado y porqué mi elección de universidad. La segunda es qué planeo hacer cuando regrese y si hay planes de estudio similares en México porqué elijo irme. Y la tercera es qué relevancia para el país le veo a que yo me vaya a hacer mi posgrado.

Creo que quedaron bien, pero tengo que echarles otro ojo.

En la mañana se me olvidó el gafete que necesito para entrar a la oficina y al comedor, así que regresé a mi casa y llegué a la oficina a las diez; lo que significa que me iré a las siete. Mi jefe me pidió nuevas cosas, que tampoco se ven complicadas.

Y platiqué con Edgar, que no nos habíamos podido coordinar antes.

Fin de semana

Salí al cine con Liliana el sábado. La idea al inicio era ir al cine, pero al final no fuimos porque terminamos platicando acerca de nuestra relación.

Todo comenzó porque le dije que había comenzado el blog. Nos peleamos un poquito (parece que no podemos abordar ciertos temas sin que haya algo de molestia entre ambos), pero al final me dijo que aunque ciertamente lo de Canadá era un problema, que ella estaba trabajando en eso y que no quería que yo lo viera todo el tiempo como una nube negra sobre nosotros.

Fue como si me quitaran una piedra del tamaño de un melón del pecho. Me hizo muy feliz escuchar eso, y me hizo sentir mucho mejor y más esperanzado con respecto a nosotros. Necesitaba mucho escuchar eso.

Fuimos por un helado a Coyoacán, que resultó ser un pisa y corre porque estaba llenísimo (como siempre), y luego fuimos a que yo cenara unas fórmulas en Las Fórmulas. Nos la pasamos muy padre, y ya luego la llevé a su casa y regresé a la mía.

Mi madre ya estaba en casa, pero yo aún no sabía lo de su accidente, y como ella ya estaba acostada pues no me enteré hasta la mañana. Lo primero que hice al entrar a la casa, fue levantar el teléfono. Nada: sin línea.

Llevaba así desde el viernes en la tarde, y yo suponía que era culpa de Telmex porque había conectado directamente un teléfono a la línea principal (de la cual se conectan todos los teléfonos de la casa), y estaba muerto. Sintiendo curiosidad (y síndrome de abstinencia por falta de Slashdot), abrí la caja que convierte la línea externa a RJ-12, y nada más ver al interior me di cuenta que probablemente no era problema de Telmex.

En mi casa, la señal del teléfono y DSL vienen de una caja que puso Telmex, y a través de un tubo de metal baja del techo hasta la sala. Ahí se conecta a la caja con salida RJ-12, de donde filtro la señal DSL, y con una conexión T saco un cable al teléfono inalámbrico que está en la sala, y otro que va pegado a las paredes hasta el estudio de mi mamá, donde vive el fax.

Mi cuarto, donde está otro teléfono y el módem DSL, tiene un cable que sale por la pared, viaja por el techo de la sala y baja por la pared para entrar también a la sala. Pero este cable se conecta directamente a la línea principal. Entonces si había una especie de corto en el cable que llega a mi cuarto, esta afectaba a la línea principal y, ergo, a todos los teléfonos de la casa. Carajo.

Así que desconecté el cable que viaja a mi cuarto, y conecté un teléfono directamente a la línea principal. Sorpresa sorpresa: había línea. Esto era cerca de las 12:30 AM. Tenía de dos sopas; dejar las cosas como estaban, o pagar mis pecados y dejar todo funcional. No lo pensé demasiado.

Lo primero que hice fue mover el cable que viaja a mi cuarto: evidentemente el culpable, ya que todos los demás cables viajan por dentro de la casa. Al estar en el techo de mi casa, vi lo que yo considero que fue la causa de todos los problemas: una enredadera había crecido alrededor del cable. En retrospectiva, no había tocado ese cable desde que se instaló el DSL, hace casi dos años.

Limpié de maleza el lugar, recogí el cable, y fui a la sala a hacer una prueba científica. Corté los extremos del cable, volví a pelar nuevas conexiones, y conecté un extremo a la línea principal, y otro a un teléfono. Había línea, así que el cable había dejado de ser el culpable; aunque sin duda lo había sido.

Reponer todo me llevó más de una hora; es ligeramente complicado hacerlo sin luz y colgándome de mi ventana para meter un cablecito por hoyitos en las paredes. Y después probé todos los teléfonos; la conexión a Internet se restableció automáticamente. Acabé sucio, cansado y enojado conmigo por no haber detectado antes el problema.

El domingo tuve que llevar a mi mamá al hospital, y de regreso en casa comencé a jugar un poco más con Rhythmbox. Está cambiando sustancialmente mi forma de escuchar música. También me está obligando a poner cierto orden en los tags ID3v1, porque es con ellos con los que las búsquedas funcionan. Coqueteé un momento con ID3v2, pero o bien id3lib no soporta UTF-8 o el intérprete de tags ID3v2 está roto en Rhythmbox. Así que me quedaré un rato con ID3v1; no es tan grave, sólo de repente tengo títulos que dicen “Show Me Love (Extended Vers”. Como es automático el pasarse a ID3v2 lo haré cuando la combinación Rhythmbox+ID3v2+UTF-8 funcione como debe ser. No me gusta tener Rene~@Á Zellweger en lugar de Reneé Zellweger.

Poco después Liliana me sorprendió yendo por mí a mi casa. Los Pumas ganaro 3-2, y después fuimos a comer pozole a un restaurante ilegal y feo, pero donde les queda delicioso. Por último vimos The Grudge (La Maldición). Buen Dios, o soy una niñita de seis años o de verdad está de miedo la película. Lamentablemente me temo que es lo primero.

The Grudge

The Grudge

Trato de no acostarme después de media noche cuando al otro día tengo trabajo; pero aún tengo que mandar unos correos a algunos doctores para pedirles carta de recomendación, imprimir cómo quieren las cartas el Conacyt y la Universidad de Vrije porque mañana el Benja me da unas, y quisiera además al menos empezar el esbozo de mi Statement of Purpose para la UV, porque necesito que alguien que de verdad intelija inglés me la corrija.

El “mall” de la salud

Hoy como a las 7:00 de la mañana, sintiéndome realmente mal (me dormí a las 4:00 AM), el teléfono sonó. Platico luego por qué pudo por fin sonar el teléfono y por qué me dormí a las 4:00 AM.

Era mi tía Carmen; le pasé el teléfono inalámbrico a mi mamá, que me platicó que se había caído el día anterior y se sentía mal. No le pregunté mucho más, porque realmente me sentía muy madreado, y me fui a dormir de nuevo. A las 11:00 AM me pidió que la llevara a Médica Sur.

Mi teoría es que andaba bailando la del zsa zsa zsá (había ido a una boda), y en una vuelta medio violenta se pegó. Ella dice que una camioneta patinó una llanta sobre una rampita de metal, y que ésta le pegó en el dedo gordo del pie derecho. Como sea, se sentía muy mal, así que fuimos al hospital.

No tiene nada grave; sólo un coágulo debajo de la uña. Yo sabía que probablemente no era nada grave; pero mi madre se angustia fácilmente con cosas de la salud. Lo que es medio simpático, porque está en muy buen estado de salud y muy bien conservada. De verdad no parece ser de 55 años, que cumple en abril.

Como sea fuimos a Médica Sur, que es el hospital privado donde desde hace años mi mamá va, porque la UAM tiene un convenio con ellos y el seguro.

Odio ese lugar.

Cuando era pequeño, me partía la cabeza con una regularidad casi crónica. Me llevaban al López Mateos, un hospital del ISSSTE. Generalmente había que hacer cola, y generalmente había mucha gente. Pero el servicio era bueno; la gente se sentía en confianza de que ahí resolverían sus problemas de salud. O que el intento se haría.

Después de veinte años de darle constantemente en la madre al sistema de salud pública en el país, la gente no puede ya confiar así en los hospitales públicos. Luego amputan las piernas sanas en lugar de las que están mal. Instituciones públicas como la UAM, se ven forzadas a tener que hacer convenios con instituciones privadas de salud para que ellas se encarguen de atender a sus empleados, porque realmente ya no se puede contar con los hospitales públicos.

A mí no me queda la menor duda de que los mejores doctores y especialistas de este país están en las instituciones públicas. Ellas son las que hacen investigación al fin y al cabo. Pero el servicio cotidiano ha ido deteriorándose con el tiempo. Aún sigue siendo usado por la gente; principalmente porque muchos no tienen de otra. Pero no tendría que ser así.

La educación y la salud de la gente no son “productos”. Uno no elige universidad u hospital como elige shampoo y pasta de dientes. El Estado debe garantizar que todos y cada uno de sus ciudadanos tenga garantizado el acceso a todos los servicios de salud y de educación; a todos los niveles. Incluida la educación superior, incluido el posgrado.

Detesto a la gente que cree que por pagar por algo, ese algo es inmediatamente mejor. Conozco muchísima gente del Tecnológico de Monterrey (campus Monterrey) que son unos completos inútiles. Al menos en mi área, Computación, que se supone es de las áreas fuertes del Tec.

La UNAM es pública, y hay estudios internacionales que confirman que es la mejor universidad (pública o privada) de América Latina. La UNAM realiza el 50% de la investigación científica de México, y con la cuarta parte del dinero que tienen otras instituciones.

Ciertamente en este momento los servicios públicos de salud dejan que desear; principalmente en lo que se refiere a trato al paciente y cosas como hacer colas y trámites. Porque investigación de salud se hace principalmente en instituciones públicas. Pero la bronca de servicios es una respuesta obvia a la falta de atención (y de recursos) que los últimos gobiernos federales han prestado.

Estos imbéciles quieren tratar a los sistemas de salud y educación como si fueran negocios. Que la gente tenga que pagar por estar sana. Por recibir educación superior. Yo sencillamente no puedo entender la lógica de ese enfoque. Digo; claro que lo entiendo desde el punto de vista de los mercaderes de la salud, como los de Médica Sur. Ellos encantados haciendo negocios con el sufrir de la gente.

Pero no puedo creer que alguien diga que privatizar la educación y los servicios de salud es lo que le conviene a la gente. Y no empecemos con la mismas ideas respecto a privatizar PEMEX o la CFE.

Aquí no sólo habla mi ideología y mi formación de izquierda. Se me hace un asunto de mínimo sentido común y responsabilidades sociales. De verdad creo que es lo mejor para todos. Excepto los dueños de hospitales y universidades privados, por supuesto.

No puedo creer que haya gente que en serio crea que una corporación va velar más por sus intereses que un gobierno que se supone elegimos entre todos.

Médica Sur no parece un hospital; parece un mall. Pisos de mármol, tiendas, cajeros automáticos, valet parking. Me da asco. Me molesta que mi madre tenga que ir ahí porque si le hacen radiografías en el López Mateos se las tendrían listas en dos semanas.

Parece que más y más gobiernos de izquierda se están formando en toda América Latina. Espero que pronto eso ocurra en México; los gobiernos e los últimos 22 años han sido terribles para todos los servicios públicos.

Excepto el SAT. Para cobrar dinero sí son eficientes esos pinches panistas.

Las Cartas

Una de las razones por las que decidí instalar WordPress y comenzar a llevar un registro histórico de lo que me pasa por la cabeza, es por lo que ocurre con mi vida académica, que es la que yo califico como la de “adeveras”.

Muchas cosas pasan por mi mente y otras tantas me preocupan. Hay consecuencias que serán inevitables si mis planes avanzan como yo quiero, y varias de esas consecuencias me angustian a grados a veces ridículos. Otras sólo preocupan, o molestan.

Siento que tener el pensadero me ayudará a desahogar ciertos sentimientos, e incluso tal vez a entender mi situación y mis reacciones a la misma.

Lo cual suena muy bien y bonito; pero entonces ¿porqué he tardado tanto en escribir una entrada que se relacione aunque sea de lejos con toda la situación académica? Supongo que tiene mucho que ver con el hecho de que en todas las entradas que he escrito, sólo he escrito acerca de Liliana una vez, y sólo de pasada.

El hecho es que me aceptaron en la Universidad de Waterloo. El hecho es que voy a solicitar beca (otra vez) a Conacyt. Y el hecho es que, si me dan la beca y Liliana no quiere acompañarme aunque sea un tiempo, nos vamos a separar físicamente. Por mucha distancia. Si lanzo una piedra seguro no le atino.

Tal separación me afecta mucho menos a mí que ella. Yo digo que es cómo fuimos educados; ella dice que son otras razones. No lo sé; pero sí sé que le afecta mucho. Y a mí me afecta que le afecte.

Yo le digo que si fuera la situación inversa, que fuera ella la que se fuera a hacer su doctorado (seguramente a Europa, que es todavía más lejos), que igual me afectaría menos a mí que a ella. Ella no me cree, o no quiere creerme, pero es verdad. Me gustaría que la situación fuera inversa, para poder demostrárselo.

En la relación, “lo de Canadá” se ha transformado en algo que genera mucho ruido. Por supuesto no es lo único, pero casi cualquier problema que surge termina de alguna manera por sacar el tema de Canadá. Y en ese sentido sí me afecta, porque es como tener una nube negra que no puedo apartar cada vez que tenemos broncas. Siempre está ahí.

En lo que a mí respecta, como individuo independiente, el no estar bien con Liliana también me afecta obviamente. Pero además está el sentimiento de que no podemos estar bien, porque para estar bien sería condición necesaria que no fuéramos a separarnos posiblemente por quién sabe cuánto tiempo por culpa mía. Condición necesaria, no suficiente, para acabarla de amolar.

Y hay muchas cosas que me dan miedo, que me preocupan, que me angustian de todo lo relacionado con Canadá, y que no puedo compartir con la mujer que amo. No porque ella no me escuche o no me apoye, sino porque yo no me siento cómodo apoyándome en ella en un asunto que la afecta más que a mí. Que no quiere decir que no me afecte.

Liliana dice que soy ingruente. Que si realmente me preocupara cómo se siente ella respecto a que me vaya, que sencillamente yo no me iría. Y ahí me doy cuenta de qué completo inepto he sido para tratar de explicarle cómo me siento.

Tengo que irme. Me queda eso tan claro que creo que ya ni siquiera sé cómo explicarlo. Y lo peor es que mucha gente parece entenderlo también; pero no así la mujer con la que quiero tener hijos y morir en sus brazos.

Y ya es sencillamente cansado y frustante el siquiera pensar en el tema. No digamos hablarlo. Pero ahí está, como una nube negra permanentemente sobre nuestras cabezas. Al menos yo sí la siento sobre la mía.

Y están todas las pequeñas cosas relacionadas con los trámites todavía necesarios para ver si me dan la beca y entonces sí me voy. Como Las Cartas.

Los trámites a las universidades y a las becas serían varios grados de magnitud más sencillos para mí, si sólo dependieran de . Pero siempre piden cartas de recomendación.

Y no tengo ningún problema en conseguirlas. Varios de mis profesores me han dado y siempre me aseguran que cada vez que yo quiera ellos estarán más que felices por darme una (cada quién, no una entre todos). Pero no puedo explicar la terrible angustia que me causa el pedir una carta de recomendación.

Racionalizando, me parece que una parte de mí se siente mal de pedir cartas de recomendación. Especialmente si ya le he pedido una a la misma persona. Esa parte me tortura diciéndome que con la primera debió haber bastado; que pedir más es un abuso, por no decir que habla mal de mí el no haber conseguido lo que quería a la primera.

Por supuesto, eso es basura. Yo sé (y lo sé) que el ser aceptado o rechazado tiene un componente de suerte (y perseverancia) enorme. Tampoco ayuda el enviar solicitudes a universidades prestigiadísimas y que rechazan cientos (cientos) de estudiantes al año.

Y también sé que hay algo más, aunque no sepa qué. Pero sé que es algo completamente irracional.

Hoy le escribí a Benjamín, el doctor con quien mejor me llevo, para pedirle otra carta de recomendación. Mmmh. De hecho Elisa es la doctora con quien mejor me llevo; pero ella acaba de hacerse doctora. Benjamín fue el primer doctor con quien me llevé bien. Le habría escrito a Hanna, pero no tengo Internet por el momento.

Necesito muchas cartas de recomendación. Todas las que pueda conseguir. Le voy a pedir carta hasta al que limpiaba los baños en la facultad. La convocatoria de Conacyt dice que se dará privilegio a las solicitudes de Doctorado, y, en los casos excepcionales y bien justificados, a las de Maestría.

Yo voy para maestría.

Cumplo, por sobra, con todos los requisitos de Conacyt, y con casi todo lo especificado en el “perfil del solicitante”. Fallo en tres cosas del perfil:

  1. nunca he hecho investigación (que es bastante entendible; sólo he hecho la licenciatura)
  2. no llego a 600 en la parte verbal del GRE (y NUNCA voy a llegar; si el examen estuviera en español hay palabras que de cualquier forma no sabría su antónimo), y
  3. voy a maestría, no a doctorado.

No sé si yo sea un caso excepcional; pero sí puedo ser un caso muy bien justificado. Pero para ello necesito que hasta Harry (de Harry’s Café) me firme una carta de recomendación donde diga que yo fui un cliente distinguido durante mi carrera.

Me drena incluso escribir de esto. Me pone mal. Y necesito entender por qué.

El Pensadero

Platicando con Citlali ayer (por MSN, como casi siempre), me surgió una alegoría para tratar de explicarle el porqué de mi interés repentino por tener un blog.

En Harry Potter y el Cáliz de fuego, se nos presenta por primera vez el Pensadero de Dumbledore. Hay una explicación detallada de cómo luce este artefacto, pero yo no puedo evitar imaginármelo como un molcajete. En este molcajete mágico, Dumbledore deposita recuerdos de su mente para tenerlos siempre disponibles. Incluso otras personas pueden tener acceso a estos recuerdos. Es el equivalente mágico de hacerle backup al disco duro, sólo que funciona con pensamientos, no con pornografía como es mi caso.

De mi disco duro (y mi pornografía) se hace cargo mi quemadora de DVDs; pero yo no tengo molcajete mágico para mis piensos. Y creo que justamente eso es lo que trato de tener con mi blog; una especie de pensadero tecnológico.

La idea me gustó tanto que le cambié el título a mi blog y le puse “El Pensadero de Canek”. Qué bueno que en este momento la red se cortó en mi casa, porque estoy seguro que si buscase en la red descubriría que mi idea fue tan original que ya la han tomado quién sabe cuantos mil bloggers.

El aspecto técnico del blog me ha estado encantando. Instalarlo fue ridículamente sencillo, gracias a Gentoo, y configurarlo para que actuara y se viera como a mí me gusta fue muy sencillo. Me encanta cómo se ve; la fuente, la proporción, los colores. El único problema hasta ahora es que es relativamente lento el publicar o editar una entrada. No sé si tenga algún problema con my MySQL, o es sencillamente que así funciona.

También está el hecho de que estoy escribiendo en español, que tal vez sea un error porque debería practicar mi redacción en inglés. Por ello puse la traducción a español de WordPress, y en general está bien, aunque de vez en cuando hay pequeñas inconsistencias.

Y sigo ponderando si voy a irme en vivo o no.

Ponderando el hacerse público

Llevo dos días con WordPress. Ya le puse un estilo que me gusta, modificándolo un poco para que las citas (“quotes”) queden de una forma que me guste más, e ingeniándomelas para generar yo mismo mis thumbnails y un estilo para ponerlos en el blog.

Me está gustando mucho, aunque me gustaría que fuera mucho más portable en el sentido de que ahorita lo estoy corriendo en mi máquina, y que me gustaría que moverlo a abulafia o a arce0 fuera tan sencillo como respaldar la base de datos y recrearla en uno de esos dos servidores. Ya estoy viendo que de hecho no va a ser tan sencillo.

Pero lo que más me impresiona es la cantidad de palabras que he escrito. No digo que tenga algo de calidad lo que he escrito; lo que digo es que es un chingo. Creo que sí me hacía falta desahogar mis pensamientos de forma escrita, aunque todavía no me queda claro el porqué.

Estoy pensando si me voy a ir a producción, si voy a hacer público el blog. No tengo idea; y la verdad no creo que sea tan importante. Dudo mucho que le interese a mucha gente lo que podría o no etar escribiendo.

Pero sí me está gustando escribir. No he decidido si irme “en vivo” todavía, pero sí voy a seguir escribiendo.

Corazón, diario de un niño

Recuerdo haber visto el animé, y me parece recordar haber leído algunos capítulos de la novela. Me parecía algo ridícula (la serie), y queda principalmente en mi memoria como otra de esas caricaturas que veía porque daba la casualidad de que estaba en la programación. En esa época sencillamente me chutaba toda la programación.

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

(Además, ni siquiera me genera una sombra de duda como Josefina… ¿de qué carajo trataba todo eso? ¿Una ballena enana, que flotaba? ¿Qué demonios? Al menos a Josefina quiero volverla a ver para resolver el misterio.)

Nunca quise llevar un diario básicamente porque mi letra es espantosa. De verdad, es horrible. Mis compañeros de la facultad dicen que lo que pasa es que conforme transcurría el tiempo en la clase, me daba más y más hueva el escribir, y ponía cada vez menos esfuerzo en hacer la letra legible. Al final de la clase, mis apuntes eran poco más que algunos puntos y líneas y círculos, chiquitos chiquitos que sólo yo (a veces) podía leer.

Así qué, ¿cuál es la idea de todo esto? Las páginas personales me parecen la cosa más patética del universo, e inicialmente creí que los blogs eran su más abominable legado. Después de un rato terminé leyendo algunos, como todo mundo; pero ciertamente no espero que nadie lea esto (¡Hola mamá!)

Supongo que la idea de todo esto es que, después de tres años de stand-by en cuanto a lo relacionado a mi vida se refiere, parece que ahora sí va a llegar el momento de reiniciarla (podría incluso decirse que iniciarla), y no sé, creo que quiero tener una forma de recordar todo lo que estoy sintiendo sin tener que recurrir a mi memoria (que a veces raya en lo genial, para luego parecer de teflón) o a mi terrible costumbre de racionalizar todo, cambiando mis recuerdos a como me convenga en el momento. Necesito mantenerme sincero conmigo mismo.

Como sea, esto probablemente no será un diario (conociéndome lo dejaré abandonado semanas enteras), ciertamente no será tal cual mi corazón (es un blog, se supone deben leerlo otras personas), y puedo asegurar que ya no soy niño.

Pero la idea me emociona. Como a un niño.