Las artes plásticas

Me parece adecuado dividir los pasatiempos que cada persona tiene en dos grandes categorías: pasatiempos que consisten en consumir algo (leer, ir al cine, escuchar música); y pasatiempos que consisten en producir algo (pintar, cocinar, plantar rosas).

Un poco arbitrariamente asigno ir a jugar futbol con los cuates los domingos algo similar a consumir algo (¿contacto social?), porque es similar a ir a jugar ajedrez; y de ahí es un brinco corto a jugar videojuegos. Y creo que nadie en su sano juicio diría que jugar videojuegos es en sí mismo productivo.

(El conjunto de personas en el mundo que crean contenido haciendo streaming de sus sesiones de juego por definición sí crean algo; y no es el hecho nada más de jugar lo que producen, muchas veces incluye su personalidad, su sentido del humor y lo que sea que estén platicando con sus seguidores en línea; además del talento técnico necesario para en muchas ocasiones editar y presentar esos videos de forma más asequible).

También me parece importante separar a la gente que produce cosas como pasatiempo, de los que crean como manera de ganarse la vida o complementar su ingreso. Mis clases me parecen que producen muchas cosas; pero eso es parte de lo que hago como mi trabajo.

Así definido (que, repito, es medio arbitrario), casi todos mis pasatiempos consisten en consumir cosas: películas, series de televisión, cómics, manga, animé, música, videos en YouTube de porqué nuestra desesperada y triste oposición cada vez se entierra a sí misma en un hoyo más profundo, etc.

Las únicas dos cosas que hago que producen algo concreto es escribir, ya sea en español o en código de computadora. Y está tan cercano a mi trabajo que creo que sería trampa que lo considerara pasatiempo; este blog sería entonces básicamente mi único pasatiempo que produce algo.

Lo chistoso es que sí me gusta crear cosas usando mis manitas; el problema es que generalmente no me gusta cómo queda el resultado final. Mis habilidades manuales, como ya he mencionado en otras ocasiones, son más bien mediocres.

Mi impresora 3D me permite entonces poder crear cosas, que es de las razones que me he estado divirtiendo como enano estos últimos meses. Pero casi todo lo que he creado es más bien técnico y sin duda alguna utilitario.

Y la verdad sí me gustaría crear algo que pudiera al menos pasar como arte.

No tengo el más mínimo talento para las artes plásticas; me encantaría poder dibujar como mangaka; o hacer ilustraciones en la computadora; o animaciones 3D; o esculpir o pintar. Absolutamente ninguna de esas cosas se me da; lo cual tengo perfectamente claro desde que llevé, como taller en la secundaria, justamente Artes Plásticas.

Si hubiera tenido dos dedos de frente (hey, tenía doce años), hubiera elegido el taller de electrónica o en su ausencia el de electricidad. Pero la decisión de cerebro-tamaño-de-galaxia hubiera sido llevar mecanografía; no sólo probablemente hubiera mejorado mi letra (que es, siendo generoso, espantosa), sino que me hubiera servido muchísimo por la velocidad que me hubiera permitido escribir en la computadora. Mi velocidad actual es bastante buena; pero estoy seguro de que sería mucho mejor si hubiera llevado mecanografía a los doce años.

Además, se metían puras chavas. Oh, cruel retrospectiva.

Como sea, ya habiéndole agarrado más o menos la onda a mi impresora 3D, después de mi cunita para el carro y mi estante para el buró y mi cajita para el receptor de control remoto de mi subwoofer, decidí que lo siguiente que imprimiría sería algo cercano a artístico. La cosa era decidir qué.

He sido fan del animé desde que era niño, con Robotech; y del manga desde que era adolescente, primero comprando traducciones al español que vendían en los puestos de periódico; evolucionando a “conseguir” las versiones en línea traducidas al inglés; y al final graduándome en comprar ediciones impresas (o digitales) vía Amazon. Generalmente en inglés; las traducciones al español las he encontrado, en general, más bien chafas (suelen ser traducidas al español de España; joder tío).

Como fan de estos géneros, una de las cosas que en general no he hecho es coleccionar figurillas de mis personajes favoritos de animé o manga, por una sencilla razón: es estúpidamente caro. En diciembre compré una figurilla de Komi Shōko, de Komi Can’t Communicate, porque me encanta y me parece tiernísima cuando pone sus ojos de mosca.

Komi con ojos de mosca

Komi con ojos de mosca

Adoro la figurilla; pero la chingadera costó casi dos mil pesos (tarifas de importación incluidas). Mide menos de 12 centímetros, con todo y plataforma; las figuras de 20 o más centímetros rápidamente se acercan o superan los diez mil pesos (tarifas de importación no incluidas). Eso es demasiado para mí; no critico a quien esté dispuesto a pagarlo, pero yo definitivamente no lo estoy.

Entonces, deseando satisfacer esta idea de crear algo que al menos pareciera arte y aprovechando que casi nunca compro figurillas de personajes de animé o manga por el desorbitante precio, decidí imprimir un personaje de animé, incluyendo todo lo necesario para que pareciera de verdad una figurilla, no nada más un impresión 3D. Esto implicaba con casi toda certeza que debería imprimirla en partes (la impresora es sorprendentemente pequeña); lijar las partes para eliminar las inevitables líneas de impresión; pegar las partes de la figura; pintarla; barnizarla y después ponerla encima de algún mueble para que acumule polvo de aquí al resto de la eternidad. Recordando todo el tiempo que mi talento artístico es básicamente inexistente.

El personaje realmente nunca estuvo en duda: tenía que ser Asuka, de Neon Genesis Evangelion.

Asuka

Asuka

Aunque sin duda alguna de mis personajes favoritos de todos los tiempos, la verdad es que también la elegí por consideraciones prácticas: algo como una figura de Sakura Kinomoto de Cardcaptor Sakura me encantaría (el animé creo que sigue siendo mi favorito de todos los tiempos), pero la niña suele usar vestiditos con holandes y moños y cintillas, que probablemente serían una pesadilla imprimir, no digamos lijar, pintar y demás.

Sakura Kinonomo

Sakura Kinonomo

Y también me gustaría algo como un veritech VF-1 Valkyrie, de Robotech:

VF-1 Valkyrie

VF-1 Valkyrie

Pero ese sería también muy complicado de imprimir, aunque ciertamente menos complicado que Sakura.

Como sea, Asuka usa básicamente un jumpsuit (llamado plugsuit en la serie), que es relativamente sencillo. Las únicas complicaciones que preví fueron su cabello; y ciertas dificultades para pintar de forma adecuada ciertas partes de la figurilla, porque repito, mi talento artístico es inexistente.

Lo más importante que me metí en la cabeza, es que no iba a quedar perfecta. Y está bien; no tenía que quedar perfecta; sólo debía ser pasable y además que yo me divirtiera con los distintos pasos del proceso, que puedo adelantar que así fue.

Es subsecuentes entradas iré relatando los múltiples pasos que llevé a cabo para crear mi figurilla de Asuka, revelando paulatinamente su progreso hasta mostrar al final cómo quedó. Sólo voy a adelantar una cosa: por una falla mía para calcular las escalas, particularmente al convertir del formato que usa Blender al que usa Cura para la rebanada del modelo 3D, la figura de Asuka quedó un poquito grande.

Mide medio metro.

2 comentarios sobre “Las artes plásticas

  1. ¿Has considerado usar la impresora 3D para imprimir arte generativo? Eso podría combinar bastante bien la programación, tu deseo de hacer algo artístico y usar la impresora.

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