Liga de la Justicia

A mediados de noviembre fui a ver Justice League. Ya saben qué aplica.

Justice League

Justice League

Hace 28 años, en 1989, fui a ver Batman (la primera de Tim Burton) con mis amigos de la secundaria. Fue de las primeras veces que fui al cine con amigos, no con mi familia, y recuerdo que al regresar a mi casa le dije a mi hermano que era la mejor película que yo había visto hasta ese momento.

(Por cierto, no le hablo a ninguno de esos cuates con los que fui al cine; espero estén bien, pero evidentemente no me interesa tanto como para ir y salir a averiguarlo).

Justice League es una película que llevaba casi tres décadas esperando ver, es lo que estoy tratando de decir.

En 1995, en Batman Forever (donde Val Kilmer es el Batman más intrascendente de la historia), en algún momento Bruce Wayne le dice a Dick Grayson que su circo probablemente ya esté “a la mitad del camino hacia Metrópolis”.

Para mí eso fue un pequeño nerdgasmo; la idea de ver a Superman y Batman juntos era básicamente un sueño… la Liga de la Justicia ni siquiera podía imaginármelo.

Todo esto que estoy diciendo justificaría el hecho de que llegara al cine con las expectativas altísimas (esperando satisfacer un sueño de mi tierna juventud) y que saliera de ahí terriblemente decepcionado.

Eso no fue lo que pasó.

Justice League tiene problemas, sin duda alguna, incluyendo hoyos en la trama obviamente generados por el cambio de director de Zack Snyder a Joss Whedon. Un montón de cosas que vimos en los avances brillan por su auscencia. Y la historia es más bien simple, como suele serlo con las películas basadas en cómics.

Dicho todo lo anterior, es la primera película en años que me hizo sentir niño de nuevo. No niño pequeño (7 u 8 años), pero sin duda sí como me sentí esa tarde de 1989 cuando fui con mis cuates a ver a Michael Keaton interpretar un Batman que usaba balas y explosivos y que mataba criminales, y que nadie se quejaba de eso en esa época.

Independientemente de cómo me hiciera sentir, la película no es mala. No es una joya de la cinematografía, pero no es mala, y de hecho se puede argumentar que es suficientemente buena. En gran medida lo que subsana las fallas de Justice League todo se relaciona con el elenco.

Gal Gadot sigue siendo encantadora y maravillosa como Diana, y sin duda alguna el lugarteniente de Bruce porque (como la misma trama elabora) nunca ha tenido las agallas de tomar el mando; Bruce lo hace básicamente porque alguien tiene que hacerlo. Batfleck sigue siendo el mejor Batman cinematográfico (incluyendo a Christian Necesito-Urgentemente-Unas-Pastillas-Vick Bale), aunque el traje que usa aquí evita que tenga los espectaculares movimientos de BvS; él en los hechos es el protagonista principal de la película (y de hecho recibe el primer crédito). Henry Cavill es extraordinario como Superman aquí, por fin dejando a Clark tener algo de su sentido del humor de papá geek provinciano buena onda y aprovechando al máximo el talento para comedia que Whedon siempre ha mostrado.

Durante años he defendido a la visión de Zack Snyder, pero debo admitir que Whedon hace mejor labor con estos personajes en media película, que lo que Snyder hizo en las otras dos y media (aunque hay que reconocerle que fue él el que eligió a Gadot para ser Marvila).

Ezra Miller se roba todas sus escenas como Flash, aunque para lectores de cómics sencillamente ese no sea Barry Allen, aunque así se llame. Es (sin duda alguna) Wally West; pero en particular a mí eso me encantó, porque Wally fue el Flash que me tocó, no Barry. Jason Momoa es buenísimo como Aquaman y de hecho por fin le hace justicia al personaje. La verdad es más bien como Lobo en el océano en lugar del espacio, pero no me quejo. Y Cyborg es al personaje que más recortaron para que la película durara menos de dos horas, pero Ray Fisher le da un porte y dignidad al personaje que compensa en gran medida por eso.

Hay varias cosas que adoré de esta película; pero hay dos en particular que quiero resaltar. La pelea de la liga contra Superman revivido es toda orgásmica, pero el momento en que Barry entra al campo de la velocidad y comienza a flanquear a Clark, y él voltea a verlo como diciendo (en las palabras del inigualable Kevin Smith) “You think you are fast? I can see you bitch!” es de las cosas más divertidas y emocionantes que he visto en una película de superhéroes.

La otra es cuando Supes se integra a la pelea contra Steppenwolf (que por cierto, no me molesta en lo más mínimo que fuera el villano); ese fue el momento donde volví a tener 12 años y por fin vi a mis héroes favoritos peleando juntos en la pantalla grande.

Hace unos días comenté que Thor: Ragnarok es basura; sin ningún problema se puede argumentar que Justice League también lo es. La cosa es, sinceramente trata de no serlo… podemos discutir qué tan profundamente falla (si acaso), pero honestamente la película trata de ser algo más.

Pero más importante que eso (y aquí reconozco mi sesgo personal) es que la Liga de la Justicia de hecho me importa.

Adoro las películas de Marvel y seguiré yendo al cine a verlas todas y cada una de ellas (algunas incluso más de una vez), pero lo cierto es que ninguno de sus personajes me importan. ¿Iron-Man? Por favor, el personaje de hecho es insoportable (por diseño) y nunca me ha caído bien; pero Robert Downey Jr. es tan encantador que salva al que en los hechos siempre ha sido un superhéroe de segunda categoría. Capi fue un símbolo (¡literal!) del imperialismo gringo, y la encarnación de las películas funciona en gran medida porque Chris Evans es entrañable y humaniza al personaje como probablemente nadie más hubiera podido. Estoy enamorado de Scarlett Johanson y espero que algún día responda todas mis cartas donde le explico en gran detalle porqué debería casarse conmigo, pero ¿Black Widow? ¿De verdad? ¿A quién le importa un personaje que literalmente surgió en la Guerra Fría? Etcétera etcétera.

Marvel ha hecho maravillas con personajes de segunda, porque sus armas pesadas (Spidey, los Cuatro Fantásticos, los X-Men) los licenció a otros estudios. Ahora que el ratón diabólico los compró de vuelta y que ha llegado a una tenue alianza con Sony probablemente esto cambie, pero en los hechos el MCU surgió de héroes por los que el público en general no daba ni un carajo. Y tal vez eso explique (en parte) el éxito que han tenido; como a nadie (o casi nadie) le interesaban estos personajes, fuimos a ver sus películas con no muchas expectativas y salimos agradablemente sorprendidos de que de hecho nos gustaran.

En cambio la santísima trinida (Superman, Batman y Wonder Woman) son los superhéroes más importantes y probablemente más queridos que existan. Y por ello las expectativas para sus películas son tan altas (y tan fácilmente incumplidas).

Todo esto que digo lo sostengo, pero también reconozco que Marvel ha sabido hacer las cosas mucho mejor con recursos limitados (y no hablo de dinero), y que Kevin Feige ha dirigido con puño de hierro a sus directores y escritores para llevar al MCU en la dirección que él quiere. En cambio WB no tiene un líder indiscutible en su división de películas de superhéroes y suele ser bastante permisivo con sus directores y escritores; lo que ha resultado en esperpentos como Green Lantern y en maravillas como Wonder Woman (que probablemente sea nominada a varios premios importantes el año que entra).

Fui a ver Justice League varias veces al cine, y estoy enamorado de la película. Como suele ser el amor verdadero, no oculta o niega las fallas que tiene; sólo las perdono porque el núcleo de lo que la define es maravilloso y me gustaría que el DCEU continuara expandiéndose sobre esta base. Pero como la película “solamente” ganó 650 millones de dólares y como Batfleck está hasta la madre de que todo mundo lo bulee diciéndole que apesta, no sé si esto vaya a ocurrir.

Así que no tenemos idea de qué futuro le depare a esta (primera) versión de la liga; pero a mí me encantó la película (con todas sus fallas) y sin problemas yo sí la recomiendo.

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