La torcedura más idiota de la historia

Ayer Juan, Enrique, Citlali y yo fuimos a ver Azul Extremo.

Into the Blue

Into the Blue

La idea era complacer a Enrique, que tiene una fijación que raya en lo obsesivo en todo lo referente a Jessica Alba. Quiero decir, vio Honey… eso es serle leal a una actriz.

Por ir a comprar mi tradicional crepa de jamón con dos quesos, no me dio tiempo de ir al baño antes de que empezara la película. Eso causó que hiciera algo que casi nunca hago; salir a la mitad de la película para ir al baño. Es una especie de principio; pagué por ver la película, quiero verla completa. Además, es una molestia para los espectadores a través de los cuales tengo que pasar para llegar al pasillo.

Esto quiero que quede claro; la película es mala. Tiene algunas escenas marítimas (por arriba y por debajo del agua) muy chidas, y ciertamente el cuerpo de Jessica Alba es espectacular. Pero no sé si dos horas de ver a Jessica Alba en bikini justifique el precio del boleto. Y ciertamente la trama no es terriblemente buena que digamos. Bueno, de hecho no creo que llegue a buena.

Como sea, por principio quería perderme lo menos posible de la trama. No por la trama, por principio. Así que cuando fueron insostenibles las ganas de ir al baño, fui. Diría que corriendo, pero cuando uno tiene muchas ganas de ir al baño el correr es algo que no sale como debiera salir.

Cuando terminé, regresé corriendo ahora sí. Y como a cinco metros de la entrada de la sala, algo salió mal. Quiero creer que es el hecho de que llevaba zapatos de vestir y no mi inherente torpeza, pero el punto es que, no sé cómo, mi pie se dobló hacia adentro y todo el peso de mi cuerpo (corriendo) se aplicó a mi tobillo doblado. No caí; creo que de hecho ese fue el problema: si hubiera caído hubiera sido sólo la torcedura, pero mi orgullo (y mi orgullo nada más) evitó que rodara por el piso que era lo natural a hacer en ese momento. Di el siguiente paso (seguía corriendo) con el pie bueno, y llevaba demasiado impulso como para detenerme. Así que todavía pisé dos veces más con el pie malo (el izquierdo, por cierto), hasta que por fin comencé a dar brinquitos con el pie bueno para llegar a la entrada de la sala.

El dolor era insoportable. Pero aún así me arrastré al pasillo desde donde podía ver la pantalla, y esperé recargándome en el pie bueno, mordiéndome los codos para aguantar el dolor, y esperando que estuviera un poco más estable para enfrentar la subida de las escaleras a mi asiento.

Ahí, por supuesto, debí haberme dado cuenta que no era una torcedura de pie normal, de las que uno cojea tantito y después se quita. Pero yo sólo pensaba en regresar a mi asiento, que hice, cojeando notablemente, hasta que pude sentarme junto a Juan y decirle que me había torcido horrible el pie.

La película acabó, y por fin nos fuimos (Enrique nos hizo quedarnos hasta casi casi que saliera el copyright de la película). Y entonces noté, con cierto pánico, que no podía caminar.

Mis amigos, mis compañeros de tantos años, mis hermanos, hicieron justo lo que yo hubiera hecho en esa situación.

Se burlaron sin misericordia de mi desgracia.

Mi tobillo, hinchado

Mi tobillo, hinchado

Ahí no se ve mucho, pero mi tobillo estaba realmente hinchado. Todavía lo está de hecho.

Enrique subió al cine, consiguió una bolsa y le echó hielos para que me la pusiera en la hinchazón. Él y Citlali fueron a buscar el carro de ella para llevarlo a la entrada más cercana. Luego, me ayudaron a arrastrarme a su carro, y me llevaron al mío, que por suerte es automático y puedo conducirlo sin usar el pie izquierdo.

En casa, mi mamá me untó Lonol, me vendó y me dio un desinflamatorio, y yo me fui a dormir esperando que en la mañana ya estuviera bien. En algún punto en la noche, me desperté con ganas de ir al baño (parece ser que el ir al baño me trae desgracias), y como casi no me dolía el pie decidí probarlo y me apoyé en él.

Grave error.

Estuve mordiéndome los codos (¡de nuevo!) varios minutos antes de que el dolor se fuera. De hecho volví a quedarme dormido antes de que el dolor se fuera.

Al despertarme hoy en la mañana, fue obvio que no había forma de que fuera al IIMAS hoy. Ni probablemente mañana. Envié un par de correos e hice un par de llamadas para minimizar la bronca de que no esté en dos clases hoy y en una reunión obligatoria de mañana, y estoy ahora postrado. El tobillo no me duele, mientras no lo use para nada, y ha de ser muy cagado verme en movimiento en este estado.

Y todo por no perderme algo de la trama de un churrote.

4 comentarios sobre “La torcedura más idiota de la historia

  1. Oe amigo! q lástima por ti…..io tmb supuse q la pelicula seria mala….si es justo pagar por dos horas de bikini de Jessica Alba, pero el problema que no son las dor horas, seran algunas escenas no mas, asi que preferi comprarme mi DVD en Wilsson y kedarme en mi casa con Manuela! xD bueno bueno, muuuy bueno tu relato, no sabes como me he reido……pero no me rio de ti sino me rio contio amigo!, asi ke no pasa nada, espero te recuperes brother!

    Pero aunke Honey y Azul Extremo (Into the blue) sean peliculas malasas Jessica Alba es muuy buena, es la mejor!, si ves de nuevo a Juan mandale saludos de parte de Manolo de Lima Perú, ke es otro fan a muerte de Jessica!
    Saludos todos y ke te mejores…deberias escribir relatos de este tipo y mandarlos a mi correo ! xD son lo maximo toodos ustedes!

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