Entre Navajas y Secretos

A inicios de diciembre de 2019, fui a ver Knives Out. Se aplican las de siempre.

Knives Out

Knives Out

Le deseo un particularmente doloroso infierno a Rian Johnson, por lo que hizo con The Last Jedi, que me parece no sólo un crimen de lesa humanidad, sino además (dado que muchos consideramos a Star Wars lo más cercano que tenemos a una religión), un crimen de odio que debería ser castigado en esta vida con astillas debajo de las uñas o algo por el estilo.

Dicho sea eso, Knives Out es bastante divertida. Es estúpida hasta decir basta; inverosímil en casi todos los puntos de su trama (comenzando por el hecho de que Marta vomita cada vez que miente); absurda en cómo actúan casi todos los personajes en varias partes de la película; y además siendo un refrito (no un homenaje; no una parodia) de las pendejadas que se le solían ocurrir a Agatha Christie.

Nada de eso quita que sea bastante divertida.

El elenco es espectacular, comenzando con la estupidizantemente hermosa Ana de Armas y siguiendo con Daniel Craig que está orgullosísimo de su acento cajun (que estoy bastante seguro es de hecho al menos ligeramente racista, si no es que racista-adyacente); la producción es impecable (si cerramos los ojos a las inverosimilitudes de la historia); las actuaciones son lo que uno esperaría del elenco; y la música está padre.

Es un buen churrito; la verdad no merecedor de haberla visto en el cine, pero todavía era antes de la pandemia y no sabíamos que poco después pasaría más de un año para volver a poner pie en una pantalla grande, por lo que no escatimábamos en la oportunidad de desperdiciar nuestro precioso tiempo fuera de nuestras casas en películas que bien podían haber sido vistas en un sofá.

Yo sí recomiendo Knives Out; Rian Johnson sigue mereciendo un particularmente doloroso infierno por lo que hizo con The Last Jedi, pero este churrito está divertido.

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