Violet Evergarden

Después de ver Sound! Euphonium! (creo; esto ya fue hace años) vi Violet Evergarden.

Violet Evergarden

Violet Evergarden

Puta madre, este animé es como si alguien los agarrara del cabello, y comenzara a darles puñetazos en la cara mientras grita: “!llora, llora, llora!”.

Violet Evergarden es el primer animé que vi en Netflix, además de que es original del mismo. Es (o al menos a mí me pareció) extraordinariamente bueno: una historia muy buena y original; personajes bien definidos y tridimensionales (incluyendo a la misma Violeta); una animación perfecta con un diseño de personajes encantador; y más drama que todas las telenovelas de Televisa mezcladas en un licuado de dolor, lágrimas y miseria humana.

Violeta es una veterana lisiada de una guerra que se asemeja a la Primera Guerra Mundial, en un mundo muy similar al nuestro, pero completamente diferente. Antes de que la guerra terminara, Violeta pierde los brazos durante una batalla; pero en este mundo se los reemplazan con prótesis mecánicas, que al parecer funcionan igual o mejor que sus brazos originales, porque le permiten usar una máquina de escribir a extraordinaria velocidad, lo que a su vez le permite conseguir trabajo como escritora de cartas, un poco como le hacía Florentino Ariza en El Amor en los Tiempos del Cólera. La chamba es en una compañía cuyo propietario era amigo del superior de Violeta, que murió en la misma batalla donde Violeta perdió sus brazos.

Así empieza la historia, y no diré mucho más, porque parte del chiste de la misma es descubrir el pasado de Violeta y verla procesar los traumas que sufre a causa de la guerra (y que son muchos más que el haber perdido sus brazos; de hecho, eso al parecer es lo de menos para ella); cómo crece como ser humano; y cómo interactúa con la gente que la contrata para escribir sus cartas. Pero todos los episodios tienen partes donde de verdad uno ruega por el pan Bimbo para poder rebanarse las venas, porque la vida es triste y entonces uno llora.

Me encantó Violet Evergarden; incluyendo, y tal vez en gran medida por, lo profundamente dramática que es; por cómo se regodea en el dolor y miseria de la condición humana, que es por supuesto lo que nos permite elevarnos por encima de nuestra inevitable mortalidad y, al contrastarlo, poder disfrutar de la felicidad apoteósica que sólo nuestro intelecto y emociones nos permiten.

Por alguna razón no he visto las dos películas que siguieron a la serie, pero sin duda lo haré, porque de verdad me gustó mucho. Está en Netflix, así que me imagino que casi todo mundo puede verla; háganlo, lo recomiendo ampliamente.

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