Dos litros de spray

No lo había comentado en el blog, pero debe ser obvio de las fotos que he publicado aquí y en Google Plus; me corté el pelo después de casi 20 años de básicamente no haberlo hecho.

Así que de los tres títulos que tengo (dos de ellos ya en mis manos, el tercero en camino), el de doctorado será el único donde aparezca con el pelo corto.

Una semana antes de semana santa, que ya sabía que mi examen de titulación sería a finales de abril, fui por cuarta vez al Estudio Violeta a sacarme las fotos del título. La primera vez que fui, fue para que me tomaran las fotos del título de licenciatura. La segunda llevé a Juan a que se sacara sus fotos del título de licenciatura. La tercera vez fue para la maestría.

Pensé que teniendo esta vez el pelo corto, sería más sencillo que me peinaran. Estaba terriblemente equivocado: el muchacho que suele peinar ahí (que creo es el mismo que me peinó para las fotos de licenciatura y maestría), se tardó unos diez minutos echándome spray y pasándome una secadora de pelo al mismo tiempo, hasta que estuvo satisfecho de cómo se veía mi pelo. Se ha de haber gastado como dos litros de spray.

Todo para que sólo me viera bien de frente; de lado parecía tener una bola de pegostes a los lados de mi cabeza, y al otro día me tuve que lavar el pelo dos veces para poder quitarme toda la mierda que quedó haya arriba.

Como sea, terminado el peinado, el tipo que me peinó me pasó al estudio donde me sentó, me acomodó, y tardó una eternidad en tomarme las fotos mientras me decía que así estaba perfecto (obvio), y que no me moviera.

El Estudio Violeta se fundó en los veintes por un japonés que emigró a México. La cámara que usan es de 1945, y la película la tienen que pedir a Hungría sabiendo que se tardan como seis meses en entregarles. La calidad de las fotos es estúpidamente buena, y después de haberme sacado las fotos del título de licenciatura ahí, comprendí por qué la gente de la Facultad de Ciencias piden que sea ahí, y casi nada más ahí, donde se saquen las fotos los estudiantes.

Dicho todo eso, detesto cómo salí en las fotos; parezco gángster, y como Pedro Picapiedra parece que no tengo cuello. Me veo arrebatadoramente guapo, porque esa es mi cruz; pero hubiera preferido no salir tan acartonado.

Claro que es para la foto del título, que probablemente nadie jamás me vaya a pedir, pero de cualquier forma.

2 comentarios sobre “Dos litros de spray

  1. ¿En realidad en la Fac. piden que se vaya uno hasta Guadalajara únicamente por las fotos?
    Supongo (y espero) sea un homónimo

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