El Lago de los Cisnes

Hace exactamente una semana, fuimos a ver el Lago de los Cisnes en el Lago de Chapultepec.

El Lago de los Cisnes

El Lago de los Cisnes

Hacía años que mi mamá me recomendaba que fuera a verla (se viene presentando desde que yo nací), y siempre había tenido ganas, pero nunca lo hice hasta esta vez. Hasta cierto punto me arrepiento de no haberlo hecho; está padrísimo. Por otro lado, verla en las circunstancias en que la vi sí justificó que esperara tanto.

La última vez que había ido al ballet fue hace cuatro años, cuando fui a ver el Cascanueces. Me gustó, pero no fue nada del otro mundo; ya en retrospectiva, creo que lo puedo atribuir al hecho de que el Cascanueces es, me parece, un ballet dirigido a niños.

El Lago de los Cisnes no está dirigido a niños. Y además, es espectacular.

Fuimos primero en la tarde al centro a comer al Cardenal de Juárez, y saliendo nos percatamos con algo de pánico de que llovía. Caminando hacia mi carro la lluvia pareció amainar, y ya cuando comenzamos a manejar hacia Chapultepec yo creí que lo peor de la lluvia ya había pasado. En ese momento la preocupación vino de que parecía que llegaríamos tarde (había un tráfico espantoso, y sorprendente dado que era semana santa), pero al final llegamos bien y dejamos el carro en el bosque, donde procedieron a informarnos de forma muy explícita que, si llovía y la función se cancelaba, no nos devolvían el costo del estacionamiento.

Íbamos caminando quitados de la pena hacia el lago, cuando comenzamos a sentir unas cuantas gotas que caían del cielo completamente encapotado. Cuando de hecho entramos a las gradas frente al lago, ya de plano llovía, y además éramos de los pocos que no llevaban paraguas o impermeables, así que nos sentamos en nuestros (mojados) asientos a empaparnos durante media hora, mientras la anunciadora nos decía por el sistema de sonido (y con una voz insoportablemente dulce), que íbamos a esperar “un ratito” más a ver si la lluvia amainaba.

Por suerte la lluvia se detuvo, y ya cerca de las nueve por fin comenzó la función. Hace cuatro años que fui a ver el Cascanueces dije que el ballet no me gustaba tanto como la ópera; pero la verdad ya no estoy seguro. Esta función de verdad es increíblemente hermosa; por supuesto, ayuda el escenografía, el lago, la iluminación y que es a la luz de la luna en mi hermosa Ciudad. Y además las bailarinas sí son espectaculares; en técnica me parece que el Cisne Blanco era mejor, pero el Cisne Negro se robó la función en los diez minutos que sale. Coqueta, la muchacha.

Nos pusimos una empapada horrible, y al salir yo estaba tiritando porque sentía que me congelaba; pero estuvo muy padre, y de hecho no me molestaría ir a verla de nuevo.

Altamente recomendable.

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