El Niño con el Pijama a Rayas

Fui a ver The Boy in the Striped Pajamas. Se aplican.

The Boy in the Striped Pajamas

The Boy in the Striped Pajamas

Esta es una película cursi, predecible y barata. De hecho es tan barata, que podría llegar a resultar casi asquerosa, si no estuviera tan bien hecha.

Asa Butterfield da una espectacular actuación como Bruno, un niño alemán de 8 años durante la Segunda Guerra Mundia, cuyo padre (David Thewlis; Remus Lupin en las películas de Harry Potter) lo mandan de Berlín a supervisar un campo de concentración. El niño lo puede ver desde su ventana, e inocentemente cree que el campo es una granja, y le extraña que los judíos ahí usen “piyamas”.

Eventualmente conoce a un niño de su edad dentro del campo (Jack Scanlon, también muy bien en su papel), sin que sus padres se enteren, y de forma todavía más barata se hacen amigos.

A partir de ahí ya pueden saber exactamente qué ocurre, con la posible excepción del mero final.

Repito; esta película es tan barata que a mí me hubiera puesto de mal humor si no hubiera sido porque está increíblemente bien hecha, y muy bien actuada. Pero es un chantaje emocional baratísimo de principio a fin.

Todo eso es soportable por la calidad de la misma película, como ya dije; pero es todavía más perdonable por el final, que es terriblemente bueno. Digo; la película predeciblemente acaba mal (no es posible que una historia que combina niños, nazis y campos de concentración acabe bien): pero era difícil de anticipar que acabaría tan mal.

Así que yo sí la recomiendo. De hecho quiero leer el libro; que debe ser aún más barato porque puede extender y detallar todavía más todo el chantaje emocional.

Pero todas las cosas buenas que tiene (que son muchas) no le quitan que es baratísima.

Un comentario sobre “El Niño con el Pijama a Rayas

  1. Para hacer una película con ese tema se requiere sensibilidad, no sensiblería barata, como bien dices. Pero a Hollywood le encanta hacer chantajes sentimentales. En mi humilde opinión, el mejor filme sobre ese tema-ambientado entre infantes- es uno ya viejito: “Au revoir, les enfants” de Louis Malle; poblado de una belleza y una emotividad tremendas; pero también dureza y exquisitez y sin lindar jamás lo sensiblero.

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