La pendejada

Mucha gente cree que yo soy listo.

Eso no es de extrañar, dado que durante muchos años yo he fomentado ese mito; en general trato de no hablar de lo que no sé, y cuando me están explicando algo que no entiendo, yo afirmo con la cabeza y dejo escapar expresiones como “ajá”, o “mmmmh”, mientras miro a mi interlocutor con ojos que únicamente reflejan profundo y claro entendimiento. Si me siento con suerte, incluso a veces hago un comentario que me parece no delatara lo que realmente pasa por mi cabeza.

Y lo que realmente pasa por mi cabeza generalmente es “no tengo ni puta idea de qué está diciendo este tipo”. Así he vivido durante años alimentando la falsa idea de que soy inteligente, cuando a mí me queda clarísimo que soy rete pendejo.

Como le decía William de Baskerville a Adso de Melk en la fabulosa novela El Nombre de la Rosa, equivocarse es de humanos; pero hay humanos que se equivocan más que otros, y a éstos suele llamárseles tarados. Me parece justo entonces que si alguien comete muchas pendejadas, se le diga a ese alguien pendejo.

Y, oh, cómo he cometido yo pendejadas.

Tomemos hoy (bueno; técnicamente ayer) por ejemplo. Quería ir al cine, y consulté por Internet la cartelera. Había dos películas que quería ver, y otra que no tanto, pero que Enrique me recomendó y entonces si no la veo probablemente se ofenda. Vi con agrado que si me iba en ese instante llegaría justo a tiempo para la primera, y me fui rete contento; llegué un par de minutos antes de que comenzara la función.

Esa fue la primera pendejada; no era un jueves normal: era jueves de mega puente. Ergo, había un chingo de gente; por supuesto no alcancé boleto para la primera película (que era la recomendada; así que no me dolió mucho). Compré los boletos para las otras dos, y me regresé a mi casa a trabajar.

Tres horas después estaba de regreso, y cuando saqué el boleto de la primera película, vi con horror que no era la película que yo quería ver. Yo quería ver Quiero robarme a la novia, y tenía en la mano el boleto de Nunca podría ser tuya; se equivocaron al darme mi boleto (yo pedí la película correcta estoy seguro), porque las dos comenzaban exactamente al mismo tiempo.

(Podríamos entrar a debatir que ambas películas probablemente sean igual de malas; pero eso ni al caso viene.)

Con unos cuantos minutos antes de que comenzara la que sí quería ver, corrí a servicios al cliente para explicarles que, pendejo de mí, no revisé que el boleto que me dieron horas antes era de hecho el de la película que yo quería ver. Podía ver en las pantallotas que dicen cuántos boletos disponibles tiene cada sala que aún había lugares en la que sí quería ver, y pedí un cambio. Me salieron con que no se podía, que ya era muy tarde.

Ahí entré yo a la discusión más estúpida de la historia, tratando de explicar que a mí no me costaba nada el boleto, pero que aún había lugares en la que quería ver, y que no quería ver la película de la que sí tenía boleto. Y además con mi batea de babas porque la culpa fue mía (en parte) por no revisar mi boleto.

Después de un par de angustiosos minutos mientras llamaban al jefe, y luego al jefe del jefe, me dieron mi boleto; pero todos y cada uno de los que me atendieron, cuando su subordinado inmediato les explicaba que el pendejo del cliente (dícese, yo) no había revisado su boleto dos horas antes cuando se lo dieron, y que ahora salía con el chiste de que quería un cambio un par de minutos antes de que empezara la función, volteaban a mirarme con una cara de “pero qué pendejo eres, maestro”.

Así que mi engaño de que soy listo se cayó completamente para todos ellos; vieron directamente a la penosa verdad: que soy un pendejo.

Qué bueno que no trabajo con ninguno de ellos. Mañana (técnicamente, hoy) hablaré de las películas. Hoy estoy muy cansado.

8 comentarios sobre “La pendejada

  1. Hubieras tirado el boleto de la película que no querías ver y pedido uno para la que sí, en lugar de alegar. (Bueno, tal vez tu membresía tenga restricciones sobre cuantos minutos antes puedes pedir boletos o tal vez registran y revisan tus compras para asegurarse que no te den dos boletos para funciones que son a la misma hora; en esos casos este plan no funcionaría.)

  2. De hecho así es: si dos películas se empalman, aunque sea por un minuto (deja tú que sean a la misma hora) no puedes obtener boletos para ambas.

    Pero soy tan pendejo que se me olvidó mencionarlo.

  3. 1 / Si, esta buena la de IronMan.

    2 / Una de las cosas graciosas de la vida es la estupidez propia, y en ocasiones la ajena (cuando no te causa problemas), no , si eres listo, pero eres terco, pero a de ser como una función matemática, cada cierto tiempo debe haber una metida de pata o reventarías.

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