El día prohibido

Hace unas semanas llevé mi carro a verificar, y como ando con presupuesto limitado decidí no hacerle el servicio antes. Por supuesto, eso causó que por primera vez mi carro no pasara la verificación.

Decidí aguantarme este semestre, mientras me titulo y entro a trabajar, racionalizándolo de la siguiente manera: mientras no me titule voy a estar enclaustrado escribiendo la tesis, así que tener un día prohibido no es tan grave.

Lo malo es que, como mencioné en mi entrada anterior, uno pierde la noción del tiempo en el claustro, y hoy vine alegremente a CU a que Jorge me firmara unos papeles. Y Enrique me hizo notar que hoy es el famoso día prohibido para mi carro; no circulo los jueves.

Tuve una suerte enorme de que un tamarindo no me agarrara en el camino a CU; pero ahora estoy atrapado aquí hasta las diez de la noche, cuando podré volver a salir. Lo bueno que traje mi laptop, para seguir trabajando en la tesis.

(Que debería estar haciendo eso, en lugar de escribir en mi blog).

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