La “graduación” de Ana Julia

Una de las razones por las que decidí reorganizar mi álbum de fotos, fue que venía la graduación de Ana Julia.

Del kínder.

Hace poco más de un mes, Susi me dijo que si quería ser padrino de Ana Julia. Horrorizado, volteé a ver a mi madre esperando una explicación. Mi madre me explicó que en el kínder de Ana Julia son tan ridículos, que les hacen graduación cuando terminan. No sólo una fiestecilla; graduación con misa incluida. Mamá me explicó que mi participación consistiría de estar con la niña en la iglesia y verme guapo. Lo último por supuesto me es muy sencillo.

En general, a una petición de ese estilo hubiera dicho no. Pero me lo pidió Susi. Susi en general nunca me pide nada, y hace un montón de cosas por mí. Y Ana Julia (contrario a muchos otros niños de su edad) me cae bastante bien, así que inmediatamente dije que sí.

Fue ligeramente surreal, pero muy padre.

La cosa esa era el sábado 25 de junio a las 12:00; yo estuve listo desde las 11:00, pero mi madre aplicó una de las suyas y no salimos sino hasta las 11:55. No era tan grave; la iglesia está a cuatro cuadras de mi casa. Cuando llegamos, divisé a Roberta, una de las hermanas de Susi, que me mandó al lado de Julia, la otra hermana de Susi y mamá de Ana Julia. La niña en sí estaba cuatro filas más adelante, así que le tomé una foto desde mi lugar.

Ana Julia de espaldas

Ana Julia de espaldas

El cura en ese momento estaba comenzando la misa. Por cierto, el cura más feo que he visto en mucho tiempo. Y veo bastante a Norberto Rivera en las noticias.

El cura

El cura

Le tomé un par de fotos más a Ana Julia desde mi lugar y me quedé quieto, pensando que ese era el comportamiento que se esperaba por parte de un padrino. Pero cuando que que todos los padres henchidos de orgullo andaban dando de vueltas para tomarles fotos a sus hijos, decidí que yo iba a hacer lo mismo, así que fui adelante para tomarle más fotos a Ana Julia.

Ana Julia

Ana Julia

El cura dio la misa más o menos rápido… creo, la verdad he ido a muy pocas misas en mi vida. Pero en lugar de sermón dicidió contarles un cuento a los niños; el cuento de Pedro y Pablo. Básicamente Pedro era malo y Pablo bueno, y cuando se murieron Dios le dio un boleto para el cielo a Pablo.

(De haber sabido que hay boletos hubiera movido mis contactos con más anticipación).

Como Pedro era malo, le trataba de quitar el boleto a Pablo a cachitos; para representar esto, el cura tomó una hoja de papel (de cuaderno Scribe, tamaño carta), y comenzó a quitarle cachitos cada vez que narraba un nuevo intento de Pedro de quitarle un cachito a Pablo. Cuando estaba por terminar, el cura preguntó a los niños: “¿alguno de ustedes sabe inglés?”

Fue en ese momento que la misa perdió la poca seriedad que todavía tenía.

Los niños se miraron los unos a los otros. Son niños de 5 años. De kínder no digamos para la alta sociedad. De Xochimilco. A la edad de esos niños yo no sabía ni siquiera leer. Creo que ni podía escribir mi propio nombre.

El cura se repuso rápido cuando ningún niño bilingüe salió a su recate, y dijo que él les serviría de traductor. Entonces tomó los cachitos de Pedro, y los acomodó en el suelo:

El infierno en la casa del Señor

El infierno en la casa del Señor

Y les dijo a los niños que “jel” era infierno en inglés, y que eso le tocaba a Pedro por malvado. Después desdobló el cacho que quedaba del boleto de Pablo, y mostró el símbolo que se había formado:

El símbolo de Pablo

El símbolo de Pablo

Yo estaba fascinado. Y muerto de la risa, aunque trataba de contenerme; al voltear a ver a mi madre, vi que ella hacía lo mismo. Por suerte los niños a esas alturas ya habían rebasado su umbral de atención, y cada quien estaba en su desmadre, así que nadie prestaba atención a mi cara congestionada por la risa.

Por esos momentos Ana Julia volteó a mirarme, y yo creo que con su mirada me decía: “¿a qué hora se acaba esto?”

Ana Julia

Ana Julia

El cura decidió terminar rápido (igual y hubiera hecho más trucos de prestidigitación, pero estaba decepcionado de que su público no fuera bilingüe), y hubo la madre esa donde el cura le pone una cosa en la boca a los feligreses (una hostia; lo otro es lo de los escándalos de los curas gringos).

Yo le tomé más fotos a Ana Julia. Una niña se atravesó en un momento dado, y como muestra de mi inutilidad como fotógrafo, esa fue una de las mejores fotos que tomé:

Niña atravesada

Niña atravesada

Yo le echo la culpa a mi madre de mi desorientación general en las misas: como nunca me llevó a la casa del Señor, siempre me agarran en curva cuando todos se saludan, o cuando levantan las manos, o hacen coro al cura. Por suerte el asunto terminó rápido, y salimos todos a tomarnos fotos en grupo.

Yo y Ana Julia

Yo y Ana Julia

Después fuimos a casa de Julia donde comimos un mole delicioso (el mole es la especialidad de Susi), y donde tuvimos el gusto de conocer al novio de Ana Julia.

Ana Julia y un galán

Ana Julia y un galán

También iban mi tía Carmen y Valeria, una de mis primas. Que por cierto se está poniendo muy bonita; aunque creo que es la más insoportable de las dos. Y eso ya es decir.

Ana Julia y Valeria

Ana Julia y Valeria

En general me la pasé muy chido. La misa fue ligeramente surreal, pero yo me divertí mucho. Y Ana Julia se veía super contenta, si bien algo agarrotada en su vestidito; cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue quitárselo.

Me dio mucho gusto poder hacer esto por Susi y su familia; yo sé que no es mucho, pero es lo menos que puedo hacer por alguien a quien considero como mi segunda madre.

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