Ayer traté de ir a la exposición Faraón, en el Museo Nacional de Antropología e Historia.
Quedé de ir con Claudia; pero me aplicó una de las suyas y me dejó plantado. Así que fui solito; llegue como a las 2:30 al museo. La cola era de casi un kilómetro. Y además me enteré que no dejan tomar fotos.
Así que me fui con la cola entre las patas; espero volver entre semana. Sigo creyendo que es un crimen no ir.