Dead or Alive 5: Last Round

Después That’s You!, obtuve el platino de Dead or Alive 5: Last Round.

Dead or Alive 5: Last Round

Dead or Alive 5: Last Round

Cuando tenía menos de 10 años, en los ochentas, salió un comercial en televisión donde un montón de muchachitas en minifalda vestidas de color de rosa, al ritmo de la canción en el comercial, se daban la media vuelta y se agachaban levantando las falditas para enseñar sus también rosas calzones, durante menos de un segundo. Me parece (pero puedo equivocarme) que la canción era Agujetas de Color de Rosa, pero fue hace casi 40 años, no recuerdo. No tengo idea de qué anunciaba el comercial; lo he buscado en YouTube sin ningún éxito.

Eran los ochentas; los calzones que traían las muchachas eran rosas, pero seguían siendo calzones: no calzoncitos, ni mucho menos tangas. Era sexy y divertido, pero realmente inocente para estándares modernos y probablemente también para los de ese entonces.

A mis inocentes menos de 10 años, al ver esos calzones rosas en la televisión, recuerdo claramente que sentí un hueco en el estómago y perdí la respiración un par de segundos. Era muy joven para entender qué había pasado, pero básicamente había descubierto por qué es tan popular el fan service de este estilo.

Más de treinta años después, me sigo emocionando como niño chiquito si en una película, animé o videojuego, veo el destello de los calzones de una muchacha atractiva, más aún si hay una razón sensata para que se muestren en la pantalla. Pero incluso si no tiene sentido que enseñen la ropa interior, la verdad lo sigo apreciando.

Aquí algún retrasado mental va a decir que si eso me gusta, eso quiere decir que en la vida real debo estar todo el tiempo tratando de ver calzones de muchachas, lo cual es, por supuesto, más allá de idiota: veo películas y juego videojuegos donde el protagonista mata un montón de personas (bajo mi control, en el caso de videojuegos), y lo disfruto mucho. Eso no quiere decir que en el mundo real estoy tratando todo el tiempo tratando de matar gente. Es exactamente lo mismo; se llama escapar la realidad con fantasías pendejas, que nunca es problemático si siempre distinguimos la realidad de la ficción; pero al parecer esto es algo que mucha gente no puede aceptar hoy en día.

Debo dejar claro que una parte fundamental de este estilo del fan service, es que la ropa interior debe sólo mostrarse a destellos: si la están enseñando todo el tiempo, no tiene chiste. Mucho menos si escala a desnudez parcial o total.

Dead or Alive 5: Last Round es, en ese sentido, el mejor videojuego de peleas que yo jamás haya jugado; y es discutiblemente la característica principal del mismo. El juego es de los que están disponibles en mi suscripción de PlayStation Plus; lo bajé, comencé a jugarlo, y no tienen idea de cómo lo disfruté.

Me encantan los videojuegos de peleas, desde que era adolescente en secundaria y yo y mis cuates después de la escuela íbamos a “las maquinitas” (como les decíamos entonces), a gastarnos nuestro poco dinero echando monedas a gabinetes donde se podían jugar cosas como Street Fighter o Mortal Kombat.

Una cosa interesante; no jugábamos (al menos mis cuates y yo; pero me parece que era lo común al menos en las zonas donde crecí en la Ciudad de México) uno contra otro: hubiera sido un desperdicio de dinero, porque una vez que alguien perdiera tenía que volver a meter una moneda. Pero además, creo que los mismos gabinetes estaban configurados de tal forma que la modalidad PvP (player vs. player) estaba inhabilitada.

Jugábamos todos apiñados alrededor del monitor del gabinete, mientras uno de nosotros avanzaba en el juego; y a veces si uno perdía otro tomaba el control. Y por supuesto estaba el gesto de poner una moneda sobre el cristal del monitor, haciendo saber al jugador que otro jugador hacía público que si perdía, él continuaría jugando en su lugar.

Era cosa seria.

Como sea; me encantaban desde entonces los videojuegos de peleas, y yo creo que hubiera sido el principal tipo de videojuego que yo hubiera jugado siempre, si no fuera por un pequeño y casi intrascendente detalle.

Apesto en los videojuegos de peleas. Con la intensidad de diez mil soles.

Es muy desconsolador, porque sí he intentado jugar más y más videojuegos de peleas, pero el hecho es que apesto. Que además los videojuegos de peleas suelan ser de los más difíciles de obtener todos los trofeos no cooperó en que siguiera jugándolos.

Cuando regresé a jugar videojuegos, como decidí que ya no me iba a importar si acababa o no todos mis juegos, comencé varios videojuegos de peleas, algunos de los cuales tenía desde hacía muchos años. DoA5LR no fue uno de ellos; sencillamente estaba incluido con mi suscripción de PlayStation Plus y decidí probarlo.

Y para mi infantil alegría, el juego en general consiste de bellísimas muchachas dándose de patadas voladoras (o haciéndose volar a patadas; semántica), enseñando fugazmente los calzones mientras lo hacen. ¿Qué más puede pedir alguien en la vida?

Volando a patadas

Volando a patadas

El combate en DoA5LR no es tan meticulosamente exacto como en Street Fighter, pero tampoco se parece al de Mortal Kombat (o allegados, como Injustice: Gods Among Men), pero sí tiene sus sutilezas, utilizando un balance del tipo de piedra-papel-y-tijeras: uno puede golpear, lanzar y bloquear, donde los golpes le ganan a los lanzamientos; los lanzamientos le ganan a los bloqueos; y los bloqueos le ganan a los golpes. Ejecutado cada movimiento en el momento exacto, además, el mismo se convierte en un contraataque que lidia más daño que el normal.

O pueden hacerle como yo y dar de botonazos y zarandear el joystick de forma desesperada para tratar de evitar una madriza, generalmente de manera bastante inútil de mi parte. Cuando decidí intentar juegos de pelea, me compré un joystick, compatible con todos mis PlayStations. El mismo es fabuloso; se siente como cuando era adolescente y jugaba en las maquinitas.

El joystick

El joystick

Lamentablemente, eso incluye mi inutilidad para este tipo de juegos; el joystick es fabuloso, pero creo que de hecho resalta mi nula habilidad para juegos de peleas: particularmente en los que premian la precisión, como Street Fighter.

Dead or Alive 5: Last Round es muy noble en ese sentido; realmente uno no tiene que ser bueno para obtener el platino. La historia del juego (que es delirante, particularmente siendo la quinta parte de una saga de la cual yo no tengo ni puta idea de qué ha ocurrido) comienza con peleas casi triviales de ganar, y conforme progresa se va volviendo más difícil, lo que supongo tiene sentido. Pero uno no tiene que terminar la historia para sacar el platino, así que ahí la tengo sin terminar: planeo seguir intentándolo (ver las peleas entre las hermosas muchachas es recompensa en sí mismo), pero pues el platino ya lo tengo.

Los trofeos en general es intentar cosas que el juego ofrece, como modos de juego, tomar fotos (un juego de este estilo es obligatorio que tenga un modo de fotografía, para capturar a las hermosas peleadoras dándose de patadas en sus mejores poses), o interactuar con ciertos aspectos de los distintos escenarios. Hay trofeos de ganar en varias modalidades; pero ninguno requiere que uno lo haga contra la dificultad más cabrona que ofrece el juego.

Hay dos grupos de trofeos que más o menos se pueden considerar difíciles: el modo en línea y las lecciones de movimientos de los personajes.

El modo en línea para mí fue trivial, porque tengo 2 PlayStations 4, y aunque PlayStation 4 (y 5) requiere PlayStation Plus para jugar en línea, sólo lo requiere para una cuenta. Entonces en mi PS4 secundario me conectaba con mi cuenta regular; y en mi PS4 principal me conectaba con mi cuenta alterna (que no tiene PlayStation Plus); siempre y cuando la cuenta alterna se conectara a la PlayStation Network mientras la regular (con PS+) estuviera conectada, ambas pueden jugar en línea un mismo juego. Es de las cosas nobles que tiene PlayStation: es la versión moderna de prestarle un juego a un amigo; lo que se aprecia, pero dado lo cara que es la inscripción a PS+, es lo menos que podía hacer Sony.

De cualquier manera, incluso sin dos PS4s hubiera sido sencillo sacar todos los trofeos en línea: todos son de participar, no de ganar. Por ejemplo, el trofeo en línea más tardado consiste en pelear 100 veces en línea: uno puede perder todas esas 100 veces, y de todas formas obtener el trofeo.

Las lecciones de movimientos de los personajes son exactamente eso: lecciones para realizar todos los movimientos de todos los personajes. Esto requiere habilidad, porque los movimientos complicados son combos; encadenar múltiples movimientos para dar una madriza más eficiente. Sin embargo, se me prendió el foco de que hacer los movimientos de manera perfecta es exactamente el mismo problema de pasar las canciones de Rock Band de manera perfecta.

Entonces hice la misma trampa que ahí; nada más no necesité mi circuito que simula un controlador, porque el PS4 tiene juego remoto: me puedo conectar con un programa desde mi computadora al PS4 y controlarlo desde ahí. Esto funciona incluso con Linux, entonces nada más escribí otro intérprete para programar los combos de los personajes y poder hacerlos programáticamente de forma perfecta.

Y con eso obtuve el platino de DoA5LR, un juego increíblemente juvenil en su fan service (tiene una opción de configuración para definir qué tanto se zangolotean los senos de las peleadoras), y que a mí me divirtió horrores (además de que sí disfruté mucho ver a las hermosas muchachas dándose de patadas entre ellas), y que es muy noble para los cazadores de trofeos. Me gustó tanto, que ya tengo ahí Dead or Alive 6 (que al parecer es muy similar, en todos los aspectos); e incluso un par de entradas de Tekken, que es parecido en el combate pero con menos fan service.

Pero pues nadie es perfecto.

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