Scum’s Wish

Poco después de The Rising of the Shield Hero, me chuté (¡dos veces!) Scum’s Wish.

Scum's Wish

Scum’s Wish

A ver, déjenme ver si lo puedo resumir rápidamente: Hanabi está enamorada Narumi, que crecieron como hermana y hermano mayor, pero que él ahora es su maestro en la prepa; Mugi es compañero de Hanabi y está perdidamente enamorado de Akane, la nueva maestra de música, aunque la conoce de años atrás que era su tutora; Noriko es la amiga de la infancia de Mugi, y siempre ha estado enamorada de él; Sanae es amiga de Hanabi, pero en el fondo está enamorada de ella.

Para desesperación de Hanabi y Mugi, Narumi y Akane comienzan a salir; y como Narumi ni siquiera ve a Hanabi como mujer; y Akane es literalmente el diablo encarnado, Hanabi y Mugi deciden comenzar a salir y hacer “cosas” (no necesariamente en ese orden), básicamente por una combinación de despecho, frustración, aburrimiento, y una indudable química que se tienen desde que comienzan a llorar el uno en el hombro de la otra por sus amores no correspondidos con sus profesores. Que Hanabi y Mugi salgan a su vez desata los celos de Noriko y Sanae, lo que las lleva a hacer sus propias movidas.

La serie es, pues, una pinche telenovela que bien podría hacerle la competencia a las de Televisa; pero me prendió completamente por una escena entre Hanabi y Akane (que, repito, es el diablo encarnado); dándose cuenta la joven y bonita maestra de música, de que la adolescente está enamorada de su nuevo novio, le dice cuando se la encuentra en el pasillo después de pasar su primera noche con él: “yesterday, we had sex.”

Ayer, me lo cogí

Ayer, me lo cogí

Es tan malévolo, tan mezquino, tan hijo de la chingada, que me enamoré de Akane: es de verdad el diablo encarnado. Porque además procede a cogerse a Mugi también, nada más para quitárselo a Hanabi también.

Una persona más fría que Hanabi habría acusado a Akane con Narumi, y más fríamente incluso con las autoridades escolares; le podría haber destrozado la vida. Pero Akane calcula (correctamente) que Hanabi es incapaz de causarle ningún dolor a Narumi y que entonces se quedará callada.

Lo que hace Hanabi en cambio es aceptar los avances de Sanae y tener una sana experimentación sexual lésbica, porque por qué no. A Noriko, por cierto, nadie le da cumplimiento; lo que es medio una tragedia, porque es una belleza… todas son unas bellezas en este animé, como era de esperarse.

Sanae, Narumi, Hanabi, Mugi, Akane y Noriko

Sanae, Narumi, Hanabi, Mugi, Akane y Noriko

La serie es por supuesto tan arrecha que hasta salpica; pero lo es de manera muy sincera y muy sexo positiva: quitando la relación sexual entre Akane y Mugi (que es él menor de edad y su alumno), es realmente una exploración muy sana y honesta de la sexualidad adolescente y de cómo afecta la amistad y las relaciones de todos los involucrados (que uno esperaría normalmente fueran dos, pero pues ya ven cómo es la vida).

A mí me encantó la serie, a pesar de (o justamente por) ser terriblemente melodramática y tomarse completamente en serio; nada más no me gustaron dos cosas: la primera, que Hanabi y Mugi nunca pueden explorar su relación en paz, por andar enamorados de otras personas y porque Akane va y mete su sucia cuchara en el asunto. Y la segunda, que Narumi está dispuesto a aceptar a Akane tal y como es (incluyendo el hecho de que le va a ser infiel), y esto causa que Akane comience un camino de redención que incluye el que Hanabi la perdone hacia el final cuando Narumi y Akane anuncian su próximo matrimonio.

No me molesta que Narumi acepte a Akane con todo e infidelidad; de hecho me parece muy progresivo de su parte. No me molesta que Akane comience a redimirse; todo mundo merece el intentar corregir sus errores (y ojo: ni yo ni la serie ponen la promiscuidad de Akane como un error; los errores son lastimar y mentirle a la gente, especialmente de gratis). Tampoco me molesta que Hanabi la perdone; todo mundo merece una segunda oportunidad. No, lo que me molesta es que la comiencen a redimir; me hubiera encantado que continuara con su forma de ser malévola, y que además Narumi la siguiera aceptando así, mala como la carne en chile verde y en ayunas.

Además, dentro del hecho de que Hanabi y Mugi nunca pudieran explorar su relación en paz, está que nunca tienen sexo. Juguetean un poco y hay cierta exploración sexual; pero nunca se acuestan “propiamente”, si tal cosa existe. Y yo creo que sí merecían el intentar estar propiamente juntos, porque sinceramente se gustaban y se querían y se respetaban.

Sin embargo, al parecer, no estaba destinado a ser.

Yo recomiendo altamente esta serie: la música está padre; el diseño de personajes me parece muy bonito; la historia es deliciosamente melodramática; y es de verdad muy divertida. Nada más no se equivoquen; es casi exclusivamente romance adolescente, con una dosis muy saludable de sexo e infidelidad; y el ritmo es más bien lento mientras los personajes ponderan acerca de sus sentimientos o (en el caso de Akane) a quién hay que chingarse en ese momento.

Está en Prime Video, si les interesa.

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