La Tribu

Hace años que no voy a la Cineteca Nacional, porque las pantallas eran muy pequeñas, el sistema de sonido apestaba, los asientos eran muy incómodos y encima de todo la gente que solía frecuentarla la encontraba yo insoportable. Ayer sin embargo confluyeron dos cosas que me hicieron regresar a la Cineteca; comenzaron a vender boletos en línea, y además vi que estaba una película que no creí que se estrenara en México nunca: Plemya, La Tribu en ucraniano. Vean el avance en el tubo, si no lo han hecho; yo nada más verlo decidí que la iba a ir a ver en cuanto pudiera.

Así que ayer vi Плем’я en la Cineteca Nacional, después de años de no haber ido. Las pantallas siguen siendo muy pequeñas, el sistema de sonido sigue apestando, y sigo encontrando insoportable a la gente que suele frecuentarla. Pero los asientos son ahora más cómodos, y la película es salvajemente buena.

Se aplican las de siempre.

Plemya

Plemya

Plemya es de las películas más extraordinarias que he visto en mi vida. La película no tiene diálogo, todos los protagonistas son sordo mudos y se comunican entre ellos con lenguaje de señas. Además no tiene música de ningún tipo, así que casi todo el tiempo todo ocurre en un silencio brutal y opresivo, roto únicamente por los pasos de los protagonistas, o los golpes que muy fácilmente sueltan los mismos.

Ah, y no tiene subtítulos ni letreros de ningún tipo en un idioma que yo pudiera discernir.

Toda la historia uno la absorbe a través del lenguaje de señas de los personajes, que a pesar de que deja ciertos detalles ambiguos, en términos generales uno la puede seguir sin ningún problema.

Un tímido muchacho sordo mudo llega a un internado donde todos los profesores y alumnos son sordo mudos, y de inmediato es iniciado en una banda que lucra vendiendo pendejaditas en los trenes, robando y prostituyendo a dos de las compañeras sordo mudas. El muchacho es listo, fuerte y además sabe seguir órdenes, así que eventualmente consigue el trabajo de cuidar a las muchachas prostituidas cuando el cuidador original muere al ser atropellado por un tráiler que se estaba echando en reversa, y que no pudo oír el pitido de advertencia por ser sordo.

Como debe de ser, el muchacho se enamora de una de las muchachas prostituidas, y no es muy difícil imaginar la tragedia en lo que esto desemboca. Esto incluye la escena más atroz que jamás haya visto donde se muestre un aborto por legrado.

La película es fascinante todo el tiempo, especialmente cuando dos personajes están discutiendo. Uno no puede entender que están diciendo exactamente, pero la intención es 100% clara. Después de algunos minutos de ver la película, el lenguaje de signos adquiere un ritmo casi melódico; como si los personajes estuvieran bailando en lugar de comunicarse.

También hace que uno se fije en cosas que se dan por hecho, como el poder tener una conversación grupal; con el lenguaje de signos es mucho más complicado porque el que quiera tomar la palabra debe en primer lugar hacer que todos los demás lo miren.

La historia es muy violenta y muy terrible, pero dentro de ella hay un montón de escenas de increíble ternura y, de manera muy contaminada, de mucho romance.

No puedo recomendar lo suficiente esta película; es de verdad de las cosas más extraordinarias que he visto. Además, estoy seguro de que será medio inconseguible en México en DVD o Blu-ray, así que si pueden dense una vuelta por la Cineteca para ir a verla. Las pantallas son pequeñas, el sistema de sonido apesta y la gente que la frecuenta es insoportable, pero esta extraordinaria película hace que el viaje valga la pena.

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