Estoy a punto de abordar mi avión a Ginebra, en donde tomaré un avión a Toronto, y de ahí por fin uno a México. Supongo que es un buen momento para mencionar que, por primera vez en mi vida, no voté en una elección que me tocara.
El viaje a Grecia se dio de manera muy intempestiva, y hasta que ya tenía todo listo y preparado, caí en cuenta de que regresaría un día después de las elecciones.
No había mucho que pudiera hacer; el costo del boleto y del hotel y del registro había sido demasiado alto como para cancelar, además de que académicamente estaba comprometido. Así que me resigné a no votar por primera vez desde que tengo 20 años.
Sí quiero dejar claro que no creo que no votar no importe; todo lo contrario. Como ya he mencionado antes, la única manera que realmente tenemos para salir del hoyo, es a través de elecciones pacíficas: todo lo demás son sueños idiotas o fantasías sicópatas.
Por débiles y maleadas que estén nuestras autoridades electorales, y por patéticos que sean todos nuestros partidos políticos, la vía electoral es la única razonablemente real por la cual cambiaremos algo. Y justamente la participación ciudadana (además de ir a votar) es lo que causará que esas autoridades electorales y esos partidos políticos mejoren significativamente.
Así que espero ustedes sí hayan votado, aunque yo no pudiera por estar viendo el Partenón en la Acrópolis de Atenas.
¿No aplicaba eso de voto en el extranjero en la embajada mexicana?, ¿al menos para las votaciones federales?
No me queda claro. Tampoco es que tuviera mucho tiempo, y además mi avión salió el domingo a las 8 de la mañana, lo que implicó estar en el aeropuerto a las 6.
no pos si estaba cañón