Tomorrowland

El fin de semana fui a ver Tomorrowland, porque George Clooney.

Se aplican las de siempre.

Tomorrowland

Tomorrowland

Tomorrowland es un cuento de hadas. La han estado tratando de vender como una película de “ciencia” ficción, pero que no los engañen; como buen producto de Disney, es realmente un cuento de hadas.

La historia sigue a Casey Newton, una adolescente “demasiado lista para su propio bien”, que le dan la pista para ir al famoso mundo del mañana; un refugio y/o zona segura para que las “mentes más brillantes” del mundo pudieran trabajar sin los estorbos de los “gobiernos” o el “dinero”. Para hacerlo la dirigen al cascarrabias Frank Walter, que después de mucho hacerse del rogar la lleva al titular mundo mañanero, donde descubre que ahí están esperando a que el mundo “normal” termine por una catástrofe no determinada (calentamiento global, guerra nuclear, que gane el América; escojan su opción preferida). Saben que esto va a ocurrir porque tienen un “visor de taquiones” (les dije, “ciencia”) que les permite ver hacia el futuro.

Sólo que Casey tiene la pregunta que al parecer ninguno en el mundo matutino se había hecho; ¿que tal si ver el futuro nos permite cambiarlo? O peor aún, ¿que tal si ver un futuro nos lleva a realizarlo?

La película tiene más hoyos que el queso Gruyère, la “ciencia” de la misma es patética, y la posibilidad de que alguien pudiera construir Tomorrowland niega básicamente la necesidad de construir Tomorrowland; nada más con los avances en generación de energía, inteligencia artificial y robótica que plantea se acabarían como que todos los problemas de los que sufre la humanidad. Todos.

Dicho sea eso, la película a mí me encantó por varias razones. La primera es que es genuinamente optimista, y además argumentando que de hecho es necesario ser optimista para poder mejorar el mundo. Dado que toda mi vida he sido un optimista empedernido, esa parte del mensaje de la película resonó mucho conmigo, si bien hubiera esperado un vehículo más racional y bien justificado para el mismo.

La segunda es que es una película muy divertida, con un humor inteligente y muchas veces basado en argumentaciones lógicas. Incluso cuando gente muere o es gravemente malherida, la película se las ingenia para que esto sea divertido.

La tercera es el elenco. Clooney es Clooney es Clooney, y hubiera podido verla nada más por él; pero en su papel de casi-abuelito cascarrabias es a la vez hilarante y enternecedor, además de que cerca del final el tipo se las ingenia para dar una interpretación espectacular, en una escena trágico-romántica que estoy seguro casi cualquier otro actor en el mundo la hubiera arruinado, conviertiéndola en perturbadora y/o incómoda. Clooney la libera increíblemente.

Britt Robertson es encantadora como la energética, empecinada, inteligente, decidida y muy bonita Casey; por poco se roba la película la niña, y yo ya quiero ver más cosas donde salga ella, porque es de los mejores papeles femeninos-adolescentes que he visto en mucho tiempo, incluyendo a Jennifer Lawrence en los juegos del hambre.

Pero la que me sorprendió totalmente (más aún porque no tenía ni siquiera idea de que aparecía), y que de plano ella sí se roba la película en todas las escenas donde sale, es Raffey Cassidy como Athena. La niña de 12 años interpreta uno de los personajes más divertidos, interesantes, entrañables y trágicos que he visto en mucho tiempo, y quiero ir a ver la película de nuevo en el cine nada más por ella.

Y Hugh Laurie, aunque me parece desperdiciado en la película, da un muy buen villano en los doce segundos en que aparece.

Por último, la cuarta razón por la que la película me gustó es el final, donde el futuro de la humanidad se distribuye no sólo entre científicos, sino también entre artistas, y ecologistas, y músicos, y maestros, y entre gente de todo el mundo. Es predecible y terriblemente barato; pero creo que ser optimista implica ser un poco predecible y barato.

Así que yo sí la recomiendo, mucho. Especialmente para niños, pero creo que todo mundo la puede disfrutar; incluso los pesimistas: las dos niñas principales hacen que esta película se altamente disfrutable, incluso si uno no se traga el cuento de hadas.

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