Tal vez es para siempre

Casi al otro día de ver Feuchtgebiete (o sea, hace casi dos semanas; me debo poner al día o voy a acabar igual de retrasado en mis reseñas que el año pasado), fui a ver Love, Rosie. Esta es la película que realmente quería ver, en gran medida por Lily Collins, a la cual encuentro enloquecedoramente hermosa. No puedo entender como alguien tan feo como Phil Collins pudo tener una hija tan hermosa.

Diría que se aplican las de siempre, pero como los avances cuentan básicamente toda la película, no creo que importe demasiado.

Love, Rosie

Love, Rosie

Rosie y Alex han sido amigos desde que tenían cinco años, y tenían planeado ir al baile de final de la prepa juntos, pero como amigos. Porque así ocurre en estas historias, terminan yendo cada quien con su propia cita, y esto desemboca en que no se declaren el obvio amor que sienten el uno por el otro, y que durante doce años estén separados. Después de esos doce años, por fin se juntan. Fin.

Hemos visto, leído, oído y (en los casos más extremos) vivido esta historia miles de veces. Es de las más viejas que existen; pero hay una razón por la cual seguimos viéndola, leyéndola, oyéndola y (en los casos más extremos) viviéndola una y otra y otra y otra vez. Porque es increíblemente satisfactoria cuando está bien contada.

Generalizando un poco esta idea, todas las comedias románticas de hecho son iguales. El chico conoce a la chica (o, gracias a que vivimos en un mundo más tolerante, un sofonte conoce a otro), se enamoran, ocurren una o más cosas que ponen en peligro su relación, y al final acaban juntos. De hecho, yo estoy dispuesto a llevar esto al extremo, y entonces definir así a las comedias románticas: si no tiene esa estructura la historia, entonces no es una comedia romántica. Puede ser otra cosa (y de hecho, muy probablemente sea mejor desde un punto de vista literario) que una comedia romántica, pero no es una comedia romántica.

Por lo tanto uno no va al cine para saber cómo termina una comedia romántica, porque siempre terminan igual. Uno va a ver el viaje, la progresión de la historia.

Love, Rosie a mí me encantó. Me pareció perfecta en el tipo de película que quiere ser: una comedia romántica acerca de dos muchachos increíblemente torpes para decirse lo que todo el mundo además de ellos ven: que están locos el uno por el otro. Ayuda mucho que en verdad Lily collins es bellísima, encantadora y simpática; y, medio sorprendentemente, resulta que Sam Claflin también es bellísimo, encantador y simpático (especialmente cuando se le atora la lengua, que es casi todo el tiempo).

La película está muy bien hecha, con un soundtrack espectacular y que básicamente fue el de mi vida como adulto relativamente joven, combinado con unas cuantas clásicas para variar el asunto. El elenco actúa perfecto para las circunstancias; no son actuaciones desgarradoras, porque la historia no se presta para eso, pero todos los actores son más que competentes en sus papeles; especialmente los dos protagónicos, mostrando la inseguridad, celos, deseo y felicidad que se causan el uno al otro. La historia, que da un par de saltos para atrás y para adelante, está muy bien contada, y la continuidad de la misma está laboriosamente cuidada (aunque, siendo honesto, no es realmente complicada, así que no debió ser difícil hacerlo).

Y al final del día es una historia bonita, con dos protagonistas guapos y simpáticos que tratan (muy torpemente) de estar juntos, y que al final lo consiguen.

Yo salí encantado del cine, y llegué a mi casa para descubrir, horrorizado, que en Rotten Tomatoes la calificaban con un 21% de aprobación de la crítica. Ahorita ya subió a 26%, aunque (de manera muy interesante) tiene una calificación de 62% por parte de la audiencia. Me dio mucha risa que el consenso de la crítica fuera que, aunque Lily Collins y Sam Claflin son muy agradables y le echan muchas ganas, la historia “tonta y llena de clichés” de la película los hundía.

Como si de verdad hubiera una comedia romántica que no fuera tonta y llena de clichés.

A mi me encantó; tanto que ya la volví a ver en el cine. No es una joya de la cinematografía; pero está entretenida, los dos protagónicos son encantadors y tienen muy buena química, y cumple con lo que deben de cumplir las comedias románticas. Así que yo sí la recomiendo; mucho, de hecho.

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