Work hard, play hard

Generalmente cuando estoy de estancia en Europa o Estados Unidos es cuando más trabajo y menos pierdo el tiempo. Tiene todo el sentido del mundo, ya que no tengo las distracciones que en la Ciudad están disponibles (PlayStation, cine, cuates, familia, novia).

Lo que también es cierto es que suelo salir mucho más de noche, y suelo beber mucho más cuando salgo. Lo primero es por los amigos que he ido acumulando durante mis previos viajes, y que como sé sólo puedo verlos una o dos veces al año (viviendo ellos a un océano de distancia de mí), esto causa que quiera aprovechar al máximo el poco tiempo que tengo para convivir con ellos. Lo segundo es una combinación de que el vino aquí es tan bueno y (relativamente) barato que se justifica de hecho beber mucho, y que no manejo aquí y generalmente llego caminando a donde sea que me esté quedando, lo que hace que de hecho pueda emborracharme sin tener que preocuparme de cómo llegaré a mi camita.

El miércoles fue la cena del congreso, y salimos del hotel donde se efectuó pasada la media noche buscando dónde continuar la fiesta. Terminamos en un lugar de vinos, y pasadas las tres y media de la madrugada regresé tambaleándome a mi piso: Marco trajo un tequila Don Julio Reposado que compartimos con los colegas españoles, y eso combinado con más copas de vino de las que me interesa recordar sí causó que me emborrachará como en general sólo suelo hacer en Europa.

Después de lavarme los dientes e ir al baño (y tomar dos litros de agua: uno aprende algunos trucos después de un tiempo), me acosté pasadas las cuatro de la madrugada.

Tres horas después, a las siete de la mañana, me levanté para bañarme y desayunar, y a las nueve en punto estábamos en la universidad, escuchando el inicio de la primera plática del último día del congreso. Estuvo buena, por cierto; un reporte de resultados empíricos de correr versiones modificadas de algunos algoritmos en CUDA aprovechando la alta paralelización que ofrecen.

Poco después de la una terminó el congreso, y después de arrastrarme a comer algo con unos amigos (y de despedirme antes de otros), me desplomé en mi piso donde básicamente perdí la consciencia durante la mayor parte del resto del día.

Que es la otra cosa que me ocurre cuando estoy de estancia: fiesteo muchísimo más que en México, pero también soy mucho más responsable, cumpliendo a veces de forma casi religiosa todas mis obligaciones académicas, aún cuando muchas veces no es realmente necesario.

Se acabaron los Encuentros de este año, y viajo en tren a Sevilla el sábado. Mañana dependiendo de cómo me sienta a lo mejor iré a Madrid durante el día, o turistearé Alcalá.

Y el próximo lunes, a las nueve de la mañana en punto, otra vez a trabajar.

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