El mejor presidente del siglo XXI

Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente que ha tenido México en el siglo XXI.

Esta aserción debería ser lo menos polémico del mundo mundial; no estoy ni siquiera diciendo que AMLO fue buen presidente (todavía), no es una afirmación absoluta. Es una afirmación relativa; expandiendo lo que digo en ese primer enunciado de esta entrada: el Peje ha sido mejor presidente de lo que Fox, Calderón y Peña Nieto fueron.

De nuevo, eso no debería discutirlo nadie: Fox fue (y sigue siendo, si no es que de hecho ha empeorado) un casi certificado retrasado mental, al menos en política, pero discutiblemente en todos los aspectos de su vida y que aceleró las malas políticas de los gobiernos iniciales del neoliberalismo priista, con el agravante de debilitar la separación iglesia/Estado y pisotear nuestra soberanía. Calderón, además de robarse una elección, es básicamente un criminal directamente responsable de la muerte de decenas de miles de mexicanos, además de cómplice (en el mejor de los casos) si no es que jefe (o subordinado, si le creemos a Nicolas Sarkozy) y defensor (en el peor de los casos) de uno de los peores criminales que ha tenido México, Genaro García Luna; no (necesariamente) por los crímenes que cometió, sino porque los cometió siendo el principal policía del país. Y Peña Nieto dirigió probablemente a una de las administraciones más corruptas que ha tenido el país, ya en la absoluta podredumbre del sistema prianista que se estaba consumiendo a sí mismo como un cáncer.

De nuevo: decir que el Peje es el mejor presidente de México en el siglo XXI no sólo no debería ser polémico; es una afirmación que raya en lo aburrido. La competencia que tiene es de tercer o cuarto nivel, cuando él mismo es el segundo líder de una nación con índice de popularidad más alto en todo el mundo mundial. No hay competencia, realmente.

(No se preocupen: más adelante voy a argumentar no sólo porqué el Peje es mejor presidente que sus antecesores, sino también porqué de hecho es un buen presidente desde un punto de vista absoluto y objetivo, pero quiero enmarcar la discusión primero dando como hecho el hecho [je] de que el compañero Presidente es el mejor ídem de este siglo).

Como les digo, queridos lectores, desde mi punto de vista ni siquiera tiene mucho sentido discutir el que Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente que ha tenido México en el siglo XXI; pero lo vamos a hacer. Antes de hacerlo, empero, tenemos que definir ciertas reglas básicas: no vamos a caer en el sinsentido en el que se encuentran los gringos desde hace décadas, donde es imposible que tengan una discusión fructífera porque la derecha en general y un partido político en particular (el republicano) sencillamente vive en un mundo de cuento de hadas donde la realidad no existe: donde no hay racismo sistémico en EEUU; ni cambio climático por culpa de los seres humanos; las armas de fuego no son la razón por las que muere más gente por armas de fuego; y un feto inviable tiene más derecho a vivir que su madre. En casos extremos, las vacunas son venenosas o inyectan microchips para controlarlos vía remota usando 5G; y el planeta Tierra resulta que es plano.

(La “izquierda” gringa y los demócratas también salen de vez en cuando con mamadas; pero no hay punto de comparación con cómo está desconectada de la realidad la derecha gringa.)

Así que, para evitar perder mi tiempo (no me interesa discutir con gente pendeja), sí quiero dejar bien claro que, al menos yo aquí en mi blog, voy a tomar como piso argumentativo el siguiente párrafo: voy a suponerlo como punto de partida de la discusión; y aunque sí argumentaré un poco por qué lo hago, no voy a discutirlo realmente con nadie. Y dice:

Los datos y cifras de instituciones como el INEGI y el Banco de México son verdaderos.

Eso es todo. Si les interesa discutir conmigo de política en ésta y las siguientes entradas que tengo planeadas para este año, tenemos que estar de acuerdo en que los datos del INEGI, el Banco de México y otras instituciones similares son correctas; por supuesto entendiendo que ninguna fuente de información en el mundo es perfecta todo el tiempo: habrá siempre un margen de error y espacio para interpretar las cifras.

En otras palabras, si el INEGI dice que la tasa de desocupación en México es de 2.8% (datos de noviembre de 2023; la siguiente actualización es a finales de enero), este porcentaje tiene un margen de error, aunque el tamaño de las muestras del INEGI y sus metodologías hacen que dicho error, si existe, sea increíblemente pequeño.

Que es, por cierto, una de las razones de por qué doy como verdaderos esos datos sin que por ello esté cayendo en dogma: el documento que ligo (Métodos y procedimientos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE) tiene una última edición de 2023; pero la primera es del 2007. La enorme mayoría de las personas que trabajan en el INEGI, el Banco de México y similares, lo vienen haciendo desde mucho antes de que empezara la Transformación: se llama Servicio Profesional de Carrera y viene funcionando desde hace décadas.

Otra razón son los medios de comunicación corporativos, que espero no sea motivo de discusión que la gran mayoría están en contra de la Transformación; a distintos grados y muchas veces porque los dueños de los mismos (todos son, por definición, privados) les ordenan que así sean. En ese video, al final, pueden oírlo de la misma voz de Ricardo Salinas Pliego; pero no es muy difícil deducir que pasa lo mismo en todos los demás, no sólo TV Azteca.

Como sea: ¿han oído a los medios de comunicación corporativos decir que las cifras del INEGI o del Banco de México están mal? ¿Sugerir que están fabricados los datos? No, por supuesto que no: porque básicamente son las mismas instituciones que existían antes de la llegada del Peje a la silla del águila. Que es de las cosas que agradezco de la vida política en México: por más lodo que muchos medios le lancen al Peje y a la Transformación, estamos lejos del cinismo de medios como son Fox “News” en Estados Unidos.

Si cualquiera de ustedes, queridos lectores, acepta a las cifras del INEGI y similares como ciertas, podemos discutir lo que quieran. Si no, entonces tienen que presentar evidencia de dónde están mal los datos; y dicha evidencia no puede ser lo que sienten en sus corazoncitos o que conocen un caso particular que según sus piensos contradice las cifras oficiales: justamente el chiste de la chamba que hacen instituciones como el INEGI es que son una visión general del estado del país. Por supuesto que habrá casos particulares donde una política o programa falle; de hecho, habrá un chingo, pero lo importante es ver cómo están funcionando en general. Y si de plano niegan los resultados que el INEGI y compañía publican nada más porque no les gustan, púdranse: yo no voy a perder mi tiempo discutiendo con gente delirante que está viviendo en un mundo de cuentos de hadas.

Con ese piso parejo entonces establecido yo afirmo, de nuevo, que Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente que ha tenido México en el siglo XXI. Y tenemos las cifras para justificar dicha afirmación:

  • Pobreza

    En el sexenio del Peje, más de cinco millones de mexicanos salieron de la pobreza.

    ¿Eso significa que ya no hay pobres en México? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo estamos diciendo lo que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social reporta: más de cinco millones de mexicanos salieron de la pobreza. Siguen habiendo un chingo de pobres; y siguen habiendo demasiados mexicanos en pobreza extrema: ese mismo reporte menciona que más de 400,000 personas entraron a situación de pobreza extrema.

    Pero que tantos mexicanos salieran de la pobreza en un sexenio es, para motivos prácticos, algo que no ocurría en décadas, y ciertamente no en este siglo antes del Peje.

  • Desempleo

    Como mencionaba arriba, la tasa de desempleo (técnicamente desocupación) está en un mínimo histórico. Para motivos prácticos, si alguien quiere trabajar en México entonces puede encontrar trabajo; es lo que se conoce como full employment: y además en México estamos así sin una inflación por los cielos.

    ¿Quiere esto decir que la situación laboral en México es perfecta? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo es un hecho que hay muchos menos desempleados que los que históricamente hubo durante el siglo antes de este sexenio. De todas formas hay mucho por hacer; no todos los trabajadores reciben el salario que debieran y además hay gente calificada que encuentra trabajo, pero no necesariamente en lo que le gustaría aunque tenga las habilidades para realizarlo.

    Pero que haya tan poca desocupación es algo que estrenó el sexenio de Andrés Manuel este siglo.

  • Salarios

    En este sexenio, los salarios mínimos aumentaron como nunca en este siglo.

    ¿Eso significa que todos los salarios son justos en México? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo es el primer gobierno en décadas (ciertamente en el siglo XXI) que consigue aumentar los salarios mínimos en los porcentajes que hemos visto, pero además (que muchos analistas convenientemente “olvidan” mencionar) estos aumentos se consiguieron con el apoyo del sector empresarial.

    Los patrones estuvieron de acuerdo con el cambio; y esa es la labor política que justamente sólo puede hacer una figura como el presidente constitucional de la República: ese es el tipo de trabajo que AMLO (más pragmático que ideológico) siempre se ha distinguido en hacer.

  • Desigualdad

    En este sexenio, por primera vez este siglo, la desigualdad en ingresos del país disminuyó. Exactamente cuánto disminuyó está abierto a interpretaciones y es de hecho una pregunta terriblemente difícil de responder; pero de que disminuyó la desigualdad no hay duda.

    ¿Esto quiere decir que ya no hay desigualdad en México? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo disminuyó la desigualdad; que cuadra con el resto los datos que he estado poniendo: si por fin les subieron el sueldo a la población más pobre del país, obviamente habrá más que saldrán de la pobreza y disminuirá la desigualdad.

  • Tipo de cambio

    En 2023, el peso mexicano tuvo la mayor apreciación anual en registro desde que se tiene régimen cambiario de libre flotación.

    ¿Esto significa que el peso es una moneda más fuerte que el dólar? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo es un hecho (vayan al banco o compren algo importado en Amazon) que el tipo de cambio favoreció este año al peso mexicano, básicamente como no se veía en todo este siglo. Espero que no le hayan hecho caso a los que auguraban el desplome de nuestra moneda y hayan comprado dólares en 2018.

    No me voy a meter al análisis de por qué chingados pasó eso, pero por supuesto tiene que ver con la fortaleza de la economía mexicana y la confianza de los mercados. Que nos lleva a:

  • Estabilidad económica

    La economía mexicana se ubicó, según el Fondo Monetario Internacional, como la economía número 12 en el mundo, por encima de Australia, España y Samsung/Corea del Sur. El Fondo Monetario Internacional, esa institución que todo mundo sabe está formada por radicales izquierdistas. Eso último es sarcasmo, por si era necesario aclararlo.

    ¿Quiere decir esto que la economía mexicana está en perfecta condición? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    Sólo es estable y relativamente sana. Que es (¡sorpresa!) lo que ocurre cuando los ricos y las empresas se les cobran sus impuestos sin excepciones; se instaura una austeridad republicana como política de Estado; la mayor parte de los gobernantes en el país no se roban el presupuesto; y los mismos se reinvierten en obras públicas y programas sociales.

  • Inseguridad

    Según las cifras oficiales, la inseguridad ha bajado más que en los sexenios anteriores; principalmente porque, para motivos prácticos, es el primer sexenio en décadas donde baja la inseguridad en lugar de subir.

    De todas las cifras que he publicado, éstas probablemente sean las que más se cuestionarán, con justa razón: un montón de crímenes en México ni siquiera son reportados. Sin embargo, en cosas como asesinatos y robo de automóviles en los hechos la cifra negra (los delitos de ese estilo no reportados) es casi inexistente. En el caso de asesinatos porque deshacerse de un cuerpo no es tan sencillo como Breaking Bad pudiera hacerlo parecer; y en el caso de automóviles porque suelen estar asegurados y a la víctima le interesa cobrar el seguro.

    Pero además, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del INEGI concuerda con las cifras oficiales. Dicha encuesta mide, entre otras cosas, la percepción de la inseguridad. Si Fulano o Zutano no sufren de ningún crimen, pero escuchan de muchos de sus conocidos que sí sufrieron de algún crimen, entonces su percepción de la inseguridad aumentará, aunque no les afecte directamente. En cambio, si a mí y mi familia, y mis conocidos y los conocidos de mis conocidos no nos afecta la inseguridad, entonces mi percepción de la inseguridad disminuirá. Si se hace un ejercicio de encuesta enorme (como la ENVIPE) y resulta que la percepción de inseguridad va a la baja, y esto a su vez concuerda con las cifras oficiales, pues entonces muy probablemente sí haya disminuido la inseguridad.

    ¿Quiere decir esto que el problema de inseguridad en México está resuelto? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

    No sólo eso: el tema de la inseguridad es sin duda alguna en el que más nos ha quedado a deber el Peje y su administración. Sí, la inseguridad ha bajado, pero no lo suficiente y además definitivamente no a la velocidad que debería. Yo sí creo que la única solución al problema de inseguridad es justamente subsanar las causas de la misma, que no es otra sino la desigualdad socioeconómica (que combatirla ha sido el énfasis del Pejesexenio); pero se puede (y debe) hacer más, y en eso el gobierno de Andrés Manuel nos quedó a deber.

    De cualquier forma, es mejor que lo ocurrió en los otros sexenios de este siglo.

Yo esperaría (aunque lamentablemente sé que de hecho no es así) que todos estuviéramos de acuerdo en que los datos duros que acabo de mencionar son todos objetivamente buenos, si no es que en algunos casos excelentes, para evaluar la condición del país. Lamentablemente, como digo, hay gente que sinceramente cree que tener un salario mínimo alto es (por ejemplo) algo malo: los casos más extremos de hecho creen que no debería haber salario mínimo, porque es una “injerencia” del Estado en la economía.

Esta gente, que a estas alturas de mi vida no puedo menos que pensar en ellos como personas gratuitamente crueles (que la labor infantil esté prohibida también es “injerencia” del Estado en la economía, así como prohibir que despidan a una mujer porque se embaraza), yo sencillamente no las puedo ya tomar en serio. Por suerte son muy pocas, entonces en general podemos ignorarlos (que es lo que haré en esta entrada).

En general si creen que alguno de los puntos que puse son algo negativo para el país, no me interesa mucho su opinión; pero sí podemos discutir cómo se interpretan dichos datos.

Otra cosa es por supuesto que me estoy centrando en la situación político-socioeconómica. La sencilla razón es ésta: soy de izquierda.

Hay quienes creen que ser de izquierda es apoyar el matrimonio gay; o la despenalización del aborto; o los derechos de las personas transgénero. Y sí, todas esas posturas son parte de lo que nos define a los que nos consideramos de izquierda.

Pero no son lo más importante.

Lo más importante para la izquierda es la lucha contra la desigualdad, principalmente económica. Si se avanza en eso, no sólo tiene un impacto mucho más grande y profundo: lo demás es mucho más fácil de conseguir. El énfasis en lo que los gringos llaman (en su definición moderna) las guerras culturales suele ser (aunque no siempre), una distracción; por eso un sector importante de la “izquierda” gringa (por decirle de alguna manera) lleva años perdiendo el tiempo en qué baños puede o no usar una persona o qué pronombres se deben utilizar, cuando el salario mínimo está estancado en $7.25 la hora desde hace casi quince años.

Pero además, en México se ha avanzado muchísimo en esas demandas en este sexenio. Se despenalizó el aborto a nivel federal; se prohibieron en todo el país las terapias de conversión (no les tengo que decir de qué partido eran los que se opusieron); y por primera vez en la historia el gabinete del presidente tuvo paridad de género. Los libros de texto gratuito, hablan de sexualidad y diversidad sexual, aunque se persignen los de la oposición.

Pero lo socioeconómico es lo más importante, por supuesto. Y en ese sentido, el sexenio del Peje ha puesto al país en una situación mejor (y se puede discutir que mucho mejor) que a cómo lo recibieron. Ojo: el país no son los cerros o las banquetas; el país no son las empresas o los inversionistas; el país no son sus instituciones. El país es su gente; toda su gente: y su gente está mejor que hace cinco años. En general, por supuesto hay excepciones, siempre hay excepciones.

Pero que el país esté mejor, de nuevo, era medio obvio que ese sería el resultado nada más teniendo gobernantes un poquito menos rateros y un poquito menos imbéciles. Si quieren ni siquiera mucho menos; nada más tantito menos.

(Me encantaría poder afirmar, como verdad absoluta, que la administración del Peje es menos corrupta que las anteriores, pero no se puede demostrar un negativo: no podemos afirmar que no hay corrupción sólo por no verla; sólo podemos afirmar que hay corrupción cuando la vemos. Hay muchísimos indicadores de que sí hay menos corrupción ahora, para empezar que la lana alcanza para los programas sociales y las obras públicas, además de que la prensa se supone es parte de su trabajo y no han encontrado tanta corrupción a pesar de tener a la administración de Andrés Manuel bajo una lupa mucho más potente que a administraciones anteriores; pero no podemos afirmarlo de manera absoluta, si estamos tratando de ser honestos.)

¿Quiere esto decir que México es ya una utopía y que todo es perfecto? No; yo no estoy diciendo eso. Nadie (sensato) está diciendo eso.

Sigue habiendo un chingo de problemas; y esta administración cometió un chingo de errores. Algunos por incapacidad; otros por falta de tiempo; muchas veces fallaron los cálculos (o se hicieron muy inocentemente); y no se pueden minimizar los causados por obstrucciones de la oposición. ¿Y qué creen? En estos meses que quedan van a cometer todavía un chingo más de errores; y si queda Claudia como presidenta, durante su sexenio de nuevo se cometerán un chingo de errores. Es, para motivos prácticos, inevitable.

Por eso si lo único que pueden responder a esta entrada es con ejemplos de cosas que salieron mal, les ahorro la molestia: probablemente tengan razón en todos y cada uno de esos ejemplos. Exceptuando por supuesto las ridiculeces que se inventa la oposición cada 20 minutos, como que los libros de texto iban a inculcar el comunismo a los niños (¿se les olvidó combatir eso rapidito, verdad?), o que la gasolina estaba a 30 pesos el litro al inicio de este año (vayan a su gasolinería más cercana, PEMEX de preferencia por favor, y revisen por ustedes mismos).

Si no son invenciones ridículas, sin ningún problema acepto casi cualquier ejemplo que quieran mencionar como muestra de que, según ustedes, el sexenio del Peje no es el mejor de este siglo. Pero entonces tienen que poder demostrar que (a) ejemplos similares no ocurrieron en los sexenios anteriores; o (b) que ocurrieron significativamente menos veces que en el sexenio de Andrés Manuel.

Y por supuesto debe haber cierta sinceridad y honestidad; si un programa en este sexenio tiene ejemplos de cosas que salieron mal, y dicho programa no existía antes, obviamente el ejemplo malo únicamente ocurrió en el sexenio de AMLO: pero, si lo malo es un porcentaje pequeño del programa, entonces el mismo sigue siendo una mejora a no tener dicho programa. E incluso si no es tan pequeño el porcentaje: el punto es en promedio, en general qué tanto bien genera o no.

Lo mismo pasa con obras incompletas o no funcionales al 100%: si es únicamente especulación de que nunca van a funcionar o dar un resultado neto positivo, nada más porque sus corazoncitos eso les dicen, no es razón suficiente para descalificar al programa u obra completo; mucho menos a todo el sexenio. Tendrían que estar funcionando terriblemente mal una mayoría de los programas implementados y obras construidas por la Transformación para poder descalificar al sexenio completo; y las cifras sencillamente no cuadran con eso.

Pero lo podemos discutir; es interesante el discutirlo. Sólo tenemos que estar de acuerdo en qué es real y qué no en el país y el mundo, no podemos hacerlo con base a sentimientos o dogmas. Si asaltaron a alguien que conocen no quiere decir que la inseguridad no ha bajado; si saben de alguien que tuvo un problema en un hospital público no quiere decir que todo el sistema de salud no sirve para nada; si conocen de un caso de corrupción no (necesariamente) quiere decir que toda la administración es corrupta. Los casos particulares son eso, particulares; no los minimizo, pero no determinan el estado general de la nación. Para eso necesitamos cifras a nivel global de todo el país (por definición); y justamente instituciones como el INEGI y el Banco de México se dedican a eso. De ahí que tengamos que estar de acuerdo en que están en general bien antes de poder discutir nada.

Si estamos de acuerdo en que son reales esas cifras, es básicamente imposible llegar a una conclusión distinta a que AMLO ha sido el mejor presidente de México en este siglo; y de hecho es fácil argumentar que ha sido un buen presidente, sin necesidad de compararlo con sus antecesores. Pero si creen que pueden justificar el caso contrario, por favor inténtenlo.

Mientras tanto, para el mundo sensato que reconoce que el Peje ha sido el mejor presidente de México en el siglo XXI, la encrucijada en la que se encuentra nuestra desesperada y triste oposición es la siguiente: o bien admiten la realidad (el Peje es el mejor etc., etc.), o la rechazan tratando de reemplazarla con una “realidad” inventada.

Lo delicioso de la situación, es que hagan lo que hagan, la oposición pierde. Si admiten que el sexenio del Peje es lo mejor que le ha pasado al país en décadas, pues pierden porque admiten que hay que continuar sus estrategias y entonces la mayoría del país va a votar por Claudia. Y si lo reniegan y tratan de convencernos de que arriba es abajo y que el agua es seca, la enorme mayoría de los mexicanos con derecho a ejercer su voto este año van a darse cuenta de que están tratando de tomarnos el pelo y también van a votar por Claudia.

Y la situación es deliciosa entre otras razones porque no hay medias tintas; la oposición no puede decir algo del estilo de “las políticas de Morena están bien, pero mejor voten por nosotros; lo sabemos hacer mejor”: son los que gobernaron durante décadas y sabemos que no lo saben hacer, tendríamos que ser muy pendejos para creerles. Tampoco pueden decir que la mayor parte de las cosas salieron mal, porque evidentemente no son la mayoría; sí hay cosas que salieron mal, pero en general las cosas salieron bien. Entonces están condenados a negar la realidad diciendo que todo o casi todo está mal, porque es la única oportunidad que tienen de tratar de ganar lo que sea en las próximas elecciones; de ahí que estén tan desesperados y tan tristes.

Sin embargo, no voy a profundizar aquí sobre nuestra desesperada y triste oposición; esta entrada ya va para ser de las más largas de mi blog, entonces eso lo dejaré para una entrada aparte más adelante. Así que mejor sólo mencionaré una última cosa, que convenientemente a muchos medios se les ha olvidado mencionar últimamente.

Como se puede extrapolar de lo que puse arriba, los datos duros justifican el decir que hemos tenido un buen gobierno en este sexenio que termina; no perfecto, no infalible; sólo bueno. Si quieren ni siquiera muy bueno (aunque en mi opinión así es); si quieren nada más bueno a secas. Pero incluso si no quieren admitir eso (que es medio tapar el sol con un dedo, dada la información objetiva con la que contamos), entonces al menos deberían admitir fue mejor que las administraciones anteriores en este siglo. Podríamos de hecho discutirlo incluso hasta Miguel de la Madrid Hurtado; pero en un afán de extender una mano amiga vamos tratar de llegar a un punto medio y decir que únicamente fue mejor (relativamente hablando) que las administraciones de Fox, Calderón y Peña Nieto.

Bueno: pues todos esos resultados positivos se dieron a pesar de la pandemia de 2020. A pesar de que casi se detuvo por completo la economía, este gobierno está entregando resultados económicos positivos al final. En algunos casos, muy positivos. ¿Por qué fue eso? Por que esta administración le dio prioridad a la gente; no a las empresas o inversionistas, mucho menos a la oportunidad de ver qué se podían robar los gobernantes en turno.

Por el bien de todos, primero los pobres.

Sólo imaginen (de manera honesta, de preferencia), cómo hubiera resultado la pandemia con las políticas económicas y sociales de las anteriores administraciones. Si hacen ese ejercicio sinceramente y con honestidad, en una de esas consiguen comprender porqué en algunas encuestas los mexicanos le dan una aprobación de más de 70% a Andrés Manuel López Obrador.

13 comentarios sobre “El mejor presidente del siglo XXI

  1. Canek. estas perdiendo el tiempo. Tu público es 99% despolitizado. No le interesan esos temas. Es mucho trabajo de redacción para que solo le interese a dos o tres personas.

    saludos

  2. Exactamente, AMLO es si no el mejor presidente de la historia, por lo menos, es el mejor de lo que va del siglo 21. Pero personalmente, yo creo que en México no habíamos tenido a un presidente que hiciera tanto máxime cuando tuvimos una pandemia que detuvo no solo prácticamente la economía nacional sino toda la economía mundial, y a pesar de ello, como bien relatas, 5 millones de personas salieron de la pobreza. Si bien hay mucho por hacer, los avances logrados no se pueden soslayar, y son avances que deben continuar, y hay cosas que se deberían de empezar a hacer en la segunda etapa.

  3. Una cosa que se podria hacer para el segundo piso de la 4Ta Transformacion es el tema del crimen organizado que ha sido retador para el gobierno del presidente AMLO. Estaria bien recuperar el control del Estado en algunos territorios y acabar con el cobro de piso en Michoacan, Guerrero, Zacatecas y algunos otros lugares.

    1. La inseguridad es sin duda alguna lo que más ha dejado que desear del sexenio del Peje. Tiene que hacerse más al respecto durante la próxima administración.

  4. Exageras Canek. El presidente es un mal presidente, pero es un genio de la propaganda. Tiene malos resultados, pero tiene un grupo de tontos utiles que exagera sus “logros”. Yo diria que AMLO esta al nivel de Fox, y por debajo de Zedillo, Calderon y Pena Nieto. Eso si, mucho ruido y pocos resultados.

    1. No importa lo que tú o yo digamos: importan los números. ¿Niegas los datos del INEGI y compañía? Entonces ¿qué datos, según tú, hay que usar?

      Porque si no nos basamos en datos, nos basamos en lo que sienten nuestros corazoncitos; tu corazoncito sentirá eso que dices, pero no presentas datos para sustentarlo, entonces es irrelevante por sí mismo.

      Si nos vamos a guiar por lo que dicen nuestros corazoncitos, entonces hay que tomar en cuenta la opinión de todos los corazoncitos en el país; y ahí ganamos de calle, m’ijito: más de 70% de aprobación.

      Presenta datos duros o no hay por qué hacerte el menor caso; que es por cierto la razón por la que he borrado casi todos los comentarios que han tratado de dejar: como no tienen datos, dicen puras pendejadas, o como tú, sólo expresan lo que sienten sus corazoncitos tiernos (pero irrelevantes en lo individual).

  5. Tambien Fox, Calderon y Pena tuvieron una larga lista de exitos documentados con estadisticas del INEGI. Y cualquiera hubiera podido hacer la misma letania que hiciste con AMLO, resaltando los exitos e ignorando los fracasos. Por ejemplo, Pena Nieto tuvo buenos numeros en algunas cosas (crecimiento del PIB alto que amlo critico y de lo que ahora ni habla porque esta muy lejos de alcanzar), pero a Pena Nieto “le fallo” lo de la seguridad y la corrupcion. Por su parte, el Cacas tuvo algunos exitos documentados por el INEGI, pero “le fallo” la seguridad, le salud, la corrupcion y la educacion. Por otro lado, AMLO esta mas o menos con los mismos niveles de aprobacion que Zedillo, Fox y Calderon, quienes tambien salieron con altos niveles de aprobacion. Asi que el que tu corazoncito lata por el Peje no lo hace un buen presidente. (texto sin acentos por no tener teclado en espanol, para que no salgas con la mamada de descalificarme porque no acentuo)

    1. ¿Puedes por favor poner la liga a las cifras? Yo puse las mías; tú sigues básicamente diciendo que creamos lo que dice tu corazoncito.

      El PIB no ayuda a nadie si el producto interno bruto no se distribuye equitativamente, m’ijito; de otra forma sólo son más ganancias generadas por trabajadores mexicanos, para que se las queden los inversionistas y dueños de empresas privadas. Es el equivalente usar el CI para medir la inteligencia de alguien; es un número bastante inútil en sí mismo.

      ¿Cuáles son las cifras en pobreza, desigualdad económica, empleo y salario mínimo? Porque son mejores los del Peje que los de los anteriores tres presidentes; de nuevo, ¿dónde están tus cifras? ¿Qué datos concretos tienes?

      Y de la inseguridad: revisa (si en verdad te interesa) la segunda página del reporte de defunciones por homicidio; sí, hubo más homicidios en el sexenio de Andrés Manuel… porque se dispararon al cielo con el criminal de Calderón y el retrasado mental de Peña Nieto. Con Fox, en los hechos, se mantuvieron, lo que confirma lo que digo en mi entrada: este fue el primer sexenio este siglo donde disminuyó la violencia. Además de que el informe es del 2022; volvió a bajar en el 2023.

      Dices “cualquiera hubiera podido hacer la misma letanía que hiciste con AMLO”: pues vas, m’ijito, si dices que es tan fácil. Con ligas por favor, ya me cansé de escuchar a tu tierno corazoncito: si no pones ligas con datos concretos no voy a publicar más comentarios tuyos, sólo diré que fallaste en presentar pruebas. Repito: no quiero perder mi tiempo con gente pendeja.

  6. Ah, y de la aprobación presidencial, dices “AMLO está más o menos con los mismos niveles de aprobación que Zedillo, Fox y Calderón, quienes tambien salieron con altos niveles de aprobación”.

    ¿De qué carajos hablas, m’ijito? De nuevo presenta tus datos, porque según el agregado de ORACULUS AMLO le gana a todos; ciertamente a Zedillo por poco (aunque le gana)… pero estamos hablando de este siglo. ¿De dónde sacas que 69% es “más o menos” igual que 62% (Fox) o 58% (Calderón)?

    ¿Tienes idea de qué significa una diferencia de siete puntos porcentuales en aprobación? Porque suena a que no, que no la tienes.

    (Además, hay que mencionar que ORACULUS es un agregado; hay quienes le dan 73% de aprobación al compañero presidente).

    De nuevo, si no presentas datos tenemos que suponer que o bien no sabes de lo que hablas, o nada más estás tratando de expresar lo que siente tu corazoncito, que será tierno pero al parecer mal informado.

    1. Me estas dando la razon. Los datos pueden ser seleccionados y manipulados para fines propagandisticos. “esdeque el crecimiento del PIB no importa lo que importa es la redistribucion” , aunque el Peje critico por muchos anos la falta de crecimiento para atacar a sus contrarios, y dijo que en su gobierno iba a haber el doble o triple de crecimiento, hasta que en 2019 ya empezo a decir que el PIB no era importante y que lo importante es la felicidad del pueblo o algo asi. Ademas tu imperdible “esdeque el oraculus es un agregado”, pues si, seguramente hay encuestas que le dan mas y otras menos Si embargo, tambien en el caso de Zedillo y Calderon eran agregados. A ellos tambien algunas encuestas les daban mas de lo que decia el promedio.

      1. M’ijito, no has dado un único dato duro en toda esta discusión; comienzo a sospechar que eres un bot, porque me extraña que un ser humano de verdad carezca de una ínfima capacidad de proporcionar datos concretos cuando los he solicitado desde mi primer respuesta a tu primer comentario.

        Además, no sabes de lo que hablas: el PIB creció los primeros 3 años con Peña Nieto, para luego desplomarse y sin poder recuperar su nivel inicial hacia el final de su sexenio. Que por cierto, fue lo mismo que pasó con Calderón, aunque en su defensa sí logró alcanzar su mejor nivel antes de terminar su sexenio ilegítimo. El Peje comenzó el 2019 aumentando el PIB que le habían entregado, superando el de Peña Nieto… y luego vino la pandemia. Eso causó que cayera el PIB en México y todo el resto del mundo, pero para el 2022 ya se había casi recuperado y el 2023 se proyecta que supere por mucho los mejores niveles de Peña Nieto.

        Y todo esto lo puedo respaldar con datos duros, no con dichos que expresan lo que mi corazoncito siente, como tú haces porque has sido incapaz de presentar un único dato duro.

        Todo esto no cambia lo que dije: el PIB es un único dato, y uno no muy bueno porque mayor PIB no necesariamente se traduce en mejor bienestar para la mayoría de los mexicanos, que eso es el país. Y aún así, el valor máximo de la tasa de crecimiento a precios constantes del PIB es mejor en este sexenio que en los anteriores: el mejor del sexenio de Fox fue de 4.8% en 2006; el mejor de Calderón fue de 5% en 2010; y el mejor de Peña Nieto fue 2.7% en 2015. El mejor del Peje fue de 5.7%. Esto es sin duda un dato algo anormal por la pandemia; pero la siguiente tasa de crecimiento fue de 3.9%, mejor que el máximo de Peña Nieto (que tú en tu infinita ignorancia ponías como ejemplo) y no muy lejos del promedio de FCH y VFQ. Faltan los datos del 2023 y 2024; pero las proyecciones son innegables: no me creas a mí ve los datos duros. En tasa de crecimiento del PIB, el sexenio del Peje es equivalente o mejor que el de sus antecesores tomando en cuenta la desgracia mundial que fue la pandemia.

        Encima de eso, todos los otros datos además del PIB siguen argumentando en favor del hecho de que el Peje es el mejor presidente de este siglo, y sin duda alguna mejor que Zedillo, que por si ya se te había olvidado fue el autor del Fobaproa; el presidente en turno durante la matanza de Acteal; y el que para motivos prácticos regaló el sistema ferroviario de México, para luego de su presidencia irse a trabajar a Union Pacific, una de las empresas que se benefició de dicho regalo.

        Ni siquiera te molestes en responder: no voy a aprobar ningún otro comentario tuyo. En el mejor de los casos eres un bot, dada tu casi increíble incapacidad de argumentar con datos duros y no dichos y diretes; y en el peor eres justo una muestra de por qué nuestra desesperada y triste oposición va a perder de calle este próximo 2 de junio: no puedes argumentar con datos, porque esos datos no existen. La realidad respalda el hecho de que el Peje es el mejor presidente que ha tenido México en este siglo (y probablemente en un par de décadas más) y por lo tanto no pudiste dar ni una sola evidencia concreta que niegue dicho hecho. Además de tu evidente incapacidad de argumentar, ya seas bot o un muy ignorante o confundido ser humano.

        O ignorante y confundido; no hay que limitarnos, supongo.

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