Attack on Titan

Si me leen con regularidad, queridos lectores, habrán notado que en los últimos meses me había acomodado en un sencillo formato de reseñar una película, seguido de reseñar un videojuego, seguido de reseñar un animé. Es una metodología simple y cómoda, y me funcionó bien.

Sin embargo, dos cosas causaron que me detuviera durante casi todo un mes: el fin del semestre en la Facultad; y que el siguiente animé que debía reseñar es Attack on Titan, justamente durante los días en que iba a salir el último episodio de la ridículamente alargada cuarta temporada, que se extendió durante tres años y está dividida en cuatro partes, cada una con un nombre más ridículo que la anterior: creo que la última parte se llama: “Cuarta temporada, el final, ahora sí, de veritas la última parte”.

El episodio final final, ahora sí en serio final, transcurrió hace un par de semanas; y la verdad sí necesité varios días para acomodar mis pensamientos acerca de la serie. Que de eso es esta entrada.

Attack on Titan

Attack on Titan

Para los que no lo sepan, AoT relata la historia de Eren Yeager, un habitante de la isla Paradis, último refugio de la humanidad después de haber sido casi completamente aniquilada por terroríficos titanes, humanoides de varios metros de altura que literalmente se comen a los humanos.

Los habitantes de Paradis están en un enorme círculo protegido por tres enormes murallas concéntricas, que al parecer los titanes (que carecen de cualquier tipo de inteligencia) son incapaces de atravesar. Eren sueña con unirse al batallón de reconocimiento (Survey Corps), un ala del cuerpo militar de Paradis que se aventura fuera de las murallas tratando de investigar maneras de combatir a los colosales monstruos; fuera de eso vive una vida relativamente tranquila con sus amigos de la infancia, Mikasa Ackerman y Armin Alert.

Hasta que dos titanes con características nunca antes vistas (el Titán Colosal y el Titán Blindado) consiguen destruir la muralla justo en la villa de Eren, lo que causa que entren todos los demás titanes y causen una masacre absoluta, incluyendo la mamá de Eren, que un titán se la come mientras él mira impotente.

Esto inicia la saga del muchacho, que junto con sus dos amigos se une al batallón de reconocimiento y entre los tres sobreviven el intenso entrenamiento utilizando un equipo especial que les permite matar titanes; no voy a elaborar al respecto, pero es espectacular cómo funciona el equipo de maniobra omnidireccional (Omni-Directional Maneuvering Gear), y los básicamente machetes que utilizan para destazar la nuca de los titanes, aparentemente su punto débil.

En su primera misión, por supuesto, un entusiasmado Eren, con ojos brillantes de poder comenzar a vengarse de los monstruos que le quitaron a su madre, tarda aproximadamente quince segundos es ser consumido por un titán… y un par de minutos más en él mismo convertirse en un titán.

No voy a relatar todo lo que sigue, porque es de las historias más rebuscadas, interesantes y emocionantes que haya visto en animé en mucho tiempo; baste decir que todo lo que Eren y sus amiguitos creían era mentira: Paradis no es el último refugio de la humanidad; el resto del mundo tiene décadas planeando la destrucción de la isla; Misaka pertenece a un lineaje de básicamente súper humanos en el arte de cualquier forma de combate; Armin eventualmente se vuelve el titán colosal; Eren se convierte en un genocida que termina exterminando a 80% de la población humana, en un esfuerzo equivocado pero sincero de querer salvarla sin sacrificar a su pueblo; y la serie tiene las mejores escenas de acción que he visto en mucho tiempo.

Pocas series he visto yo que impacten tanto emocionalmente como lo hace AoT; que un titán se coma a la mamá de Eren; el descubrir que él mismo es titán; el descubrir cómo es que se volvió titán; el descubrir que Reiner, Bertholt y Annie son espías enviados para destruir Paradis; el plan demente (y genial e inhumano) de Eren para recuperar al Titán Bestial; el plan demente (y genial e inhumano) de Eren para causar un golpe de estado en Paradis; y el Retumbado (Rumbling), que es la acción genocida más espectacular que yo jamás haya visto en animé, parecido al genocidio por parte de los Zentraedi contra la población humana en Macross/Robotech, pero mucho más terrible y violenta, además de mostrarla con una cercanía casi indecente.

Pero por encima de todo, en mi caso, por la muerte de Sasha; cuando muere al final de la primera parte de la cuarta temporada, yo casi no lo podía creer. Literalmente sentí una sensación de pérdida, como si hubiera morido alguien cercano a mí.

La serie comencé a verla en la pandemia, creyendo (no tengo idea por qué) que era una comedia; y me prendí de inmediato de la misma. Vi todos los episodios, todos los especiales; venga, hasta las adaptaciones en acción viva (no las vean; son terriblemente malas). Es la serie (no romántica) que creo que más me ha emocionado en muchos años. Más que Demon Slayer incluso.

Y el final me satisfizo bastante; no sólo es ridículamente emocionante y repleto de acción: termina siendo dolorosamente romántico, mostrando (aunque no explícitamente resolviendo) el romance entre Armin y Annie y el de Falco y Gabi. Y por supuesto enunciando explícitamente el amor entre Eren y Mikasa, que cada vez que leo en línea a la gente que dice que “no tiene sentido”, de verdad me pregunto si vimos la misma serie: para mí era obvio como desde los primeros quince segundos del primer episodio. Por supuesto es triste que nunca pudieran vivir su romance y que Mikasa, contrario a los deseos de Eren, nunca lo superara o se deshiciera de la bufanda que le regaló cuando eran niños; pero pues no hay final feliz para asesinos genocidas del ochenta porciento de la humanidad, supongo.

La serie también plantea (pero se niega a intentar resolver) preguntas muy profundas acerca de la humanidad y el al parecer inevitable impulso de estarnos matando unos a otros. Y termina en un epílogo cientos de años después de que murieran Eren, Mikasa y Armin, mostrando no sólo a la humanidad volviendo a matarse entre ella, sino posiblemente el regreso del “ente” causante de la existencia de los titanes.

La recomiendo ampliamente, más aún en esta época en donde mucha gente al parecer se ofende de tener protagonistas completamente jodidos de la cabeza; eso es a mí de lo que más me gusta de la serie: el hecho de que los usuarios del Titán de Ataque (o Atack on Titan), como Eren, al parecer pueden “recordar” el futuro, y que entonces resulte que (aparentemente) Eren fue el que de hecho causó que su madre fuera literalmente masticada por un titán, supongo que le jodería la cabeza a quien fuera.

Véanla si pueden: es, en pocas palabras, espectacular. Está en Crunchyroll, si les interesa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *