God of War III Remastered

Ocho meses después de que obtuve mi platino en God of War: Ascension, fue el turno de God of War III Remastered, la versión para el PlayStation 4.

God of War III Remastered

God of War III Remastered

A finales de 2014 estaba ganando muy bien, porque entré a trabajar al INE para los trabajos de redistritación. Al año siguiente fue que compré mi Mini Cooper, y para mi cumpleaños decidí regalarme un PlayStation 4; la consola llevaba para entonces dos años y medio de haber salido y me dije a mí mismo que ya era hora de comprarla.

Junto con el PS4 compré cuatro juegos: Bloodborne, Batman: Arkham Knight, Uncharted: The Nathan Drake Collection (que tiene las versiones remasterizadas de Uncharted 1, 2 y 3) y God of War III Remastered. Los cuatro (o seis) juegos me parecen extraordinarios, por cierto.

Había dejado de jugar bastante para ese momento (de ahí la pausa de platinos de más de medio año) y fue mi objetivo retomar mi principal hobby más enserio y además explorar qué es lo que tenía que ofrecer el PS4. En particular, también fue una especie de reconciliación que tuve con Kratos, porque es difícil simpatizar con el sicótico espartano; suele hartar después de un tiempo.

Además, yo creía que podía sencillamente levantar los trofeos de mis juegos de PS3 en las versiones remasterizadas; todavía no sabía que eso sólo es en algunos juegos. Como sea, me chuté de nuevo God of War III Remastered y fue mi primer platino en el PS4.

El juego es idéntico a la versión de PS3, sólo con mejores texturas y 60 FPS estables a lo largo del juego. Así que ahí no hubo nada nuevo.

Y pues es de nuevo Kratos destazando todo lo que se le ponga enfrente; al final de esta entrega (remasterizada), estaba de nuevo a punto de dejarle de hablar al espartano, pero el juego de 2018 cambió todo eso. Pero de eso hablaré después.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *