Medio metro les digo

Hoy fui a Ciudad Universitaria, con uno de los climas más locos que yo recuerde en mi hermosa Ciudad. Vientos huracanados, un solesote que iba y venía de acuerdo a los caprichos de las nubes que lo tapaban, y lluvia esporádica (incluyendo que cayera a veces mientras el solesote estaba ahí).

Mientras caminaba a mi carro viniendo del IIMAS, una ráfaga de viento azotó los árboles del Circuito Universitario, y yo cerré los ojos por el viento y hojas que levantó en su vuelo. No dejé de caminar, pero escuché un ruido extraño detrás de mí, y me volví para ver qué había sido.

Justo donde yo había estado un par de segundos antes, una enorme rama de un árbol yacía ahora, arrancada sin duda por el viento. No sé cuánto pesaría, pero dudo que hubiera sido divertido que me cayera en la cabeza.

Eso estuvo bastante cerca.

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