Consecuencias de la emergencia

Hubiera esperado que estando encerrado pudiera tener más tiempo para actualizar mi blog, pero ese no fue el caso. Y de hecho no veo que la chamba disminuya; el tener que tratar de mover mis cursos a funcionar en línea ha sido más trabajoso de lo que yo esperaba.

Como sea, no es de eso de lo que quiero escribir (directamente); más bien es para comentar que, dada la emergencia, mi Facultad está ofreciendo varios libros de manera gratuita, al menos en su versión electrónica. Así que si todavía tenían dudas de cómo estaba mi libro, ahora lo pueden comprar en línea por el inmejorable precio de cero centavos cero.

A ver si por fin un día de estos comienzo a reseñar la bola de películas que tengo atoradas para escribir de ellas.

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Louis C.K. en el Metropolitan

Hace dos semanas (lo siento; vida complicada) fuimos al Teatro Metropolitan a ver a Louis C.K., que hasta donde tengo entendido fue la primera vez que vino a México a hacer un acto.

Louis C.K. en el Metropolitan

Louis C.K. en el Metropolitan

Supongo que podría decir que me gusta el stand up desde que era niño y mi hermano me puso cassettes piratas de Polo Polo; pero realmente mi gusto por el género surgió en mi viaje a Barcelona en 2009. En algún momento comenzó a circular entre los estudiantes de doctorado que estábamos ahí partes de un acto de Brian Reagan; en particular una parte muy divertida sobre concursos de ortografía en la escuela.

Desde ahí comencé a escuchar actos de stand up y medio inevitablemente llegué a Louis C.K., porque probablemente es el mejor representante del género hoy en día.

Por supuesto hace unos años Louis fue acusado como parte del movimiento #MeToo y cayó rápidamente de gracia; cancelaron sus especiales; tuvo que enlatar una película que dirigió y que estaba básicamente completada; y para motivos prácticos tomó asilo en Europa un par de años.

Louis no sólo no niega las acusaciones, sino que corrobora que pasaron las cosas de las que sus acusadoras lo acusan, que es la primera parte de por qué es interesante su caso. La segunda parte es que, aunque indudablemente fue malo lo que hizo, dentro de la gama de cosas mierdas que han hecho hombres con poder para abusar de mujeres con menos poder, lo que Louis C.K. hizo podría considerarse, a falta de un mejor término, de lo menos peor. Que en gran medida explica por qué el Metropolitan estaba retacado para el acto de Louis, y que se le despidió con una ovación de pie; si bien no lo recibimos con otra ovación de pie, cosa que sí ha ocurrido en otros actos que ha dado después de que pasó su escándalo.

Yo no lo dudé cuando mi novia me avisó que iba a venir a México; de inmediato puse un recordatorio y en cuando estuvieron disponibles los boletos compré los mejores que había, enmedio de la segunda fila. Y me parece que valió la pena, me estaba ahogando de la risa.

Louis es particularmente bueno en poner las cosas en sus bromas de tal manera que la serie de golpes finales que siguen sean cada vez más divertidos hasta llegar a uno que, aunque más divertido que los anteriores, sea sin duda alguna más bizarro, incómodo o sencillamente “políticamente incorrecto” que los demás, lo que causa que uno se ría no nada más de lo chistoso que es, sino de lo sinceramente incómodo que es reírse de ello. En general, la gente decente no se ríe de bebés muertos; con Louis es de las bromas más leves que dio ese día. Yo me estaba meando de la risa.

Disfruté enormemente el espectáculo, y sin duda alguna volvería a ver a Louis. Espero poder hacerlo, independientemente de que regrese o no a México. De la secuela de #MeToo, si espero que alguien pueda recuperarse y volver a su estado anterior (o lo más cercano que sea posible), justo sería Louis.

Además de Louis, dos comediantes le abrieron con actos cortos. Uno fue otro gringo que ya se me olvidó su nombre y que por alguna razón estaba increíblemente nervioso. Pero el primero fue Carlos Vallarta, que no sabía su nombre pero que he visto su jeta en algún otro lugar (esos lentes son bastante únicos). Me pareció genuinamente divertido; no al nivel de Louis, pero sí divertido. Como tiene un especial de Netflix, supongo que valdría la pena verlo… no lo hecho, pero no me niego a hacerlo.

Y para terminar; yo sólo quería ir a ver a Louis C.K., porque era genuinamente uno de mis deseos simples en la vida. Pero por la naturaleza del evento (una única presentación, mayoritariamente en inglés, de un comediante gringo de fama internacional), terminé acompañado de un sector de la banda mexicana con el que sencillamente yo nunca convivo: un montón de güeritos, me imagino con casi toda certeza de escuelas privadas de toda la vida, y varios representantes de lo que supongo es el “yetzet” mexicano. Mi novia tuvo a bien informarme que a mi lado se sentó Chumel Torres… a lo que yo tuve que preguntar que quién era Chumel Torres.

Si nunca más en la vida tengo que convivir con esa gente, yo sinceramente estaría agradecido.

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Veinte años atrás

Veinte años atrás la PFP me detuvo junto a cientos de estudiantes (y uno que otro colado), cuando rompieron la huelga más larga que ha sufrido la UNAM en su historia.

48 horas después de haber sido detenido, me encontraba en el Reclusorio Norte, donde pasaría varios días, en general, aburridísimos; lo emocionante ya había pasado.

He escrito bastante acerca de la huelga y del impacto que tuvo en mi vida; no creo que sea necesario machacar aquí una vez más mis ideas al respecto. Sólo repito que estoy muy orgulloso de haber participado en la huelga; que sigo sosteniendo que teníamos la razón al estallarla (e incluso mantenerla); y que estoy convencido de que la UNAM es hoy lo que es (la mejor universidad de Hispanoamérica), en gran medida porque sigue siendo pública y gratuita, y que esto es gracias a la huelga.

También debo agregar que México vive su primera presidencia de izquierda como consecuencia indirecta de la huelga, si bien un montón de participantes en la misma jamás se lo hubieran planteado como objetivo.

Es un aniversario importante, 20 años; y es bueno recordar ese conflicto cuando la Universidad se encuentra bajo ataque por obvios provocadores. Pero eso es otra discusión.

Hoy sólo quiero recordar el sacrificio que tuvimos que hacer para mantener la Universidad pública y gratuita, y las consecuencias positivas de haberlo hecho. Personalmente, valió la pena estar unos días en la cárcel, y lo volvería a hacer sin dudarlo un solo instante. Una y mil veces.

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Quince años

Hace quince años, el 26 de enero de 2005, escribí mi primera entrada en este blog.

En estos tres lustros he escrito miles de entradas y leído miles de comentarios, entablando discusiones con un montón de gente que cubren desde qué película de Star Wars apesta más, hasta cuál debe ser la política económica que debe seguir el país; pasando algunas veces por invitaciones para ir a tomar un café (o “ir a tomar un café”).

El Pensadero es parte integral de mí, si bien es cierto que en los últimos meses mi ritmo de publicación ha disminuido considerablemente. Tengo la firme intención de cambiar esto este año, pero la verdad no sé qué tan bien me salga; no bromeo cuando digo que estoy muy ocupado.

En estos quince años (la tercera parte de mi vida; tres quintas partes de mi vida adulta), el contenido de mi blog ha variado de manera anárquica; el cine es una constante, pero por ejemplo he dejado de leer cómics en los hechos, y no leo literatura como lo hacía en mis veintes. Los videojuegos entran y salen de mi esfera de atención, dependiendo de mi tiempo libre y otros factores externos. Y a pesar de que soy computólogo y me interesa la tecnología, nunca he escrito aquí regularmente de estos temas, probablemente porque no siento que tenga algo particularmente interesante qué contribuir a la discusión. Similarmente, aunque el aspecto más importante de mi vida sea el hecho de que soy profesor, casi nunca he escrito aquí de mis aventuras en ese ramo. Probablemente porque no me parece apropiado discutir dichas aventuras en el Pensadero.

Como sea, estamos en una nueva década y el segundo año de la 4T; y sinceramente espero poder seguir extendiendo el contenido de mi blog con todas las pendejadas que se me ocurre poner en mi caja de jabón. Vamos a ver si este año sí lo cumplo.

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Feliz año nuevo 2020

Como todos los años, le deseo un feliz año nuevo a todos mis lectores y a aquellos que me dejan comentarios inteligentes. A los retrasados mentales que me dejan comentarios idiotas, que se pudran.

Este año fue muy interesante en múltiples aspectos; por supuesto incluyo en eso a la vida política y económica nacional, pero en lo personal y en lo profesional también me pasaron cosas muy padres.

En particular por fin subsané una de las deficiencias que aún tenía en mi carrera académica; finalmente titulé estudiantes de licenciatura que hicieron la tesis conmigo. Para compensar que me había tardado fueron dos; y espero que este año que empieza se vayan acumulando más.

Además hice un par de cosas que tal vez debí escribir entradas al respecto, pero pues básicamente dejé de escribir la segunda mitad del año.

La primera: por primera vez en mi vida fui al Zócalo a dar el grito de la independencia junto con el presidente de la República.

En el Zócalo

En el Zócalo

El Peje por supuesto me sigue cayendo muy mal; pero fue la primera vez en mi vida que daba el grito un tarado por el que hubiera votado yo y que además ganara (de calle, para que no quedaran dudas).

Fue interesante; da un poco de miedo como adoran muchos mexicanos al Peje, pero fue innegable la electrificación en el ambiente cuando ya iba a aparecer el presidente.

La segunda: después de, me parece, décadas, volví a ir a un concierto. El del 30 aniversario de Café Tacvba.

Me siguen sin gustar mucho los conciertos; pero a esta edad, con la gota, la artritis y el lumbago, de hecho se convierten también en medio tortura para mí. Por no decir que el hecho de que los fans de Café Tacvba tienen un montón básicamente mi edad, así que parecía una reunión geriátrica.

Pero vamos a decir que también estuvo divertido.

Este año se ve interesante, como el anterior. Hay un montón de cosas que pueden ocurrir bastante divertidas; pero también se pueden dar tragedias terribles, especialmente con nuestros vecinitos norteños. Yo, como no me canso de decir, sigo cautelosamente optimista.

Vamos a ver cómo nos va en este nuevo año y en esta nueva década.

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The Book of Mormon

Estos meses que dejé de escribir hice muchas cosas; algunas de ellas las mencionaré más adelante y otras en mi entrada de fin de año. Pero una en particular quiero mencionarla, porque me gustó mucho.

A inicios de diciembre mi novia compró boletos para ir a ver The Book of Mormon; fue el primer musical que he ido a ver en vivo en años, y salí encantado del mismo.

Se aplican las de siempre.

The Book of Mormon

The Book of Mormon

Me enteré de The Book of Mormon desde 2011; en particular cuando compré los boletos para ver Phantom of the Opera en Broadway en 2011, The Book of Mormon ya era un escándalo y todo mundo decía que era increíble… lo que también garantizaba que fuera imposible conseguir boletos.

Como sea, conseguimos boletos para la última función del último día (estuvieron aquí sólo 3 semanas), y como digo arriba salí encantado. Los creadores son los mismos de South Park, que a veces es increíble pero muchas otras sólo quiere ofender o escandalizar; sin embargo la única película que han sacado de la serie es básicamente un musical de Broadway, así que no es de extrañar que después salieran y escribieran uno directamente.

Dada la tendencia de Parker y Stone de sólo querer escandalizar y ofender, por no decir su dependencia excesiva en chistes escatológicos, uno podría esperar que The Book of Mormon sólo fuera una serie de chistes de pedos burlándose de el texto sagrado de los mormones y de los mormones mismos. Sorprendentemente éste no es el caso; sí hay chistes de pedos y sí se burlan del texto sagrado de los mormones y de los mormones mismos, pero es de hecho bástante respetuosa de la religión de Joseph Smith. En el peor de los casos los pone como gente muy inocente, pero bien intencionada.

Los mismos autores han dicho que es una carta de amor de un par de ateos a la religión organizada; y me parece que ese es el caso. Es chistoso, porque superficialmente es muy fácil burlarse de los mormones y la bola de mamadas que creen… pero cualquier miembro de una religión organizada que lo piense un poco más profundamente verá rápidamente que se pueden aplicar exactamente las mismas críticas a todas las religiones. Sin excepción alguna.

Yo encuentro igual de divertido burlarme de Joseph Smith que burlarme de Jesús (o Mahoma, o Buddah); y de hecho sólo me consta que Smith haya existido. En ese sentido la obra fue hilarante para mí, porque su filosofía es básicamente la tolerancia que yo sostengo de la gente que decide creer en cosas que son obviamente falsas: mientras no se metan con nadie más y les ayude a soportar sus deprimentes vidas, está muy bien.

Así que si alguien quiere creer que Joseph Smith un ángel le mostró una placas de oro que relataban cómo Cristo vino a América después de ser crucifiado, o que Jesús caminó sobre agua y revivió muertos, pues está en todo su derecho. Yo lo encuentro completamente ridículo y cualquier burla al respecto medianamente inteligente me divertirá mucho; pero eso no le quita a la gente el derecho de creer estupideces. Faltaba más.

De todas formas todos en el teatro estaban muertos de la risa, porque los chistes están muy buenos y el elenco (que es el mismo de Broadway; la puesta era en inglés con subtítulos en español) es espectacular. Así que se las recomendaría, pero pues ya se fueron.

Espero que la hagan película, está muy divertida.

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Star Wars: El ascenso de Skywalker

Aunque he dejado de escribir en el blog, sigo yendo al cine. Tengo un montón de películas retrasadas, pero como siempre es el caso, Star Wars es especial; así que me voy a saltar todas las películas que he visto desde mayo y hablar del cierre del ciclo de los Skywalker (je). Ya luego reseñaré todas las películas que vi en la segunda mitad del 2019.

El fin de semana, como era necesario que hiciera, fui a ver Star Wars: Rise of Skywalker. Salí mucho más satisfecho del cine que cuando vi Last Jedi; pero esto era medio trivial de conseguir.

Se aplican las advertencias habituales de spoilers.

Star Wars: Rise of Skywalker

Star Wars: Rise of Skywalker

La primera pregunta que hay que responder es si Rise of Skywalker es una buena película. Me parece que sí; no es una joya de la cinematografía, pero es una película bien hecha y actuada y con aspectos técnicos (como de era de esperarse) intachables. La segunda pregunta es, en mi caso, si me gustó; y la respuesta es “sí, mucho”.

Está lejos de ser mi película favorita de Star Wars; pero también creo que está lejos de ser la menos favorita. Que por cierto, sigue siendo y yo creo que será por mucho tiempo, Last Jedi.

Creo que esa categorización es la correcta; Rise of Skywalker es una película de Star Wars mediocre: ni muy buena, ni muy mala, nada más ahí se va. Claro que en general casi todas las películas de Star Wars me encantan, así que ésta con nada más estar en la media pues me gusta bastante.

Los problemas más grandes que tiene la película, es que justamente se la pasa la gran parte del tiempo reparando la bola de pendejadas que hizo Rian Johnson en la anterior. ¿Kylo rompe su casco? Hay que repararlo aquí. ¿Los padres de Rey eran unos cualesquiera? Hay que reparar eso aquí. ¿No explicamos de dónde vino Snoke? Hay que explicarlo aquí. ¿Luke no sacó su X-Wing del mar usando la fuerza? Hay que hacerlo aquí. Etcétera, etcétera.

No digo que nada de eso me moleste; al contrario, me encanta, porque repara (tardíamente y de forma atolondrada) las cosas que hacen de Last Jedi la película de Star Wars que menos me gusta. Pero pues tenemos que perder tiempo con eso cuando podríamos haber tenido una mucho mejor trilogía si no fuera por el tarado de Johnson.

¿Hay cosas que no me gustan de la película? Varias; ¿por qué no resuelven bien el romande de Finn y Rey? Más grave; ¿por qué hacen que Ben y Rey se besen? Literalmente no sirve de nada en la trama. ¿Para qué agregar un nuevo droid? Ah, claro; hay que vender juguetes. A quien chingados se le ocurre contratar a Keri Russell, y tener su cara (y más grave; su pelo) cubiertos toda la película, ¿qué no aprendieron nada de Felicity?

Pero todas esas cosas son pequeñas, y superadas (en número y calidad) por varias cosas que me encantaron; cuando Rey utiliza force lightning para destruir al transporte donde creía que iba Chewie, eso estuvo increíble. Cuando Kylo revela que Rey es una Palpatine (sólo vi los avances principales, así que yo no sabía), eso me pareció no sólo novedoso, sino bastante chido. Y cuando Rey decide tomar el nombre Skywalker, eso también me gustó mucho: la sangre importa, pero lo que más importa es lo que uno decide.

Por lo demás la película es mediocre porque, así como JJ copió A new hope al hacer Force awakens, ahora JJ básicamente copió Return of the Jedi para hacer Rise of Skywalker. Porque las escenas de Leia literalmente se parecen a cómo desaparecen a Poochie de Itchy & Scratchy. Porque a Hux hay que matarlo casi de inmediato, porque Jonhson lo convirtió en un personaje sin espina dorsal (y de todas formas, Domhnall Gleeson se roba las dos escenas donde aparece). Porque Star Wars al parecer sólo le puede ir bien cuando ordeña la nostalgia que genera, y entonces es incapaz de innovar.

Pero no me molestó demasiado; después de lo vomitivo que fue Last Jedi, abrazo de forma cínica el esfuerzo descarado y atolondrado por satisfacer mi deseo de ver las cosas que me gustaron en mi niñez. Y porque la amistad de Poe y Finn está increíble; y los duelos con los sables de luz también; y porque sale Lando y a sus 375 años sigue siendo encantador; y porque C3PO se le ponen rojos los ojos y habla con voz maléfica. Y porque vemos una vez más a Han, en la memoria de su hijo; y porque vemos de nuevo a Wedge, durante creo que medio segundo.

Rise of Skywalker dista de ser la mejor película de la saga; pero también de ser la peor. Está bien, es una película de Star Wars entretenida y (fundamental después de la última bazofia) respetuosa del canon; de los usos y costumbres de la comunidad que la hemos seguido básicamente toda nuestra vida. Como muchas veces he dicho, es lo más cercano que tengo a una religión.

Y sigo diciendo que el desastre en el que resultó esta trilogía redime a los que durante años defendimos las precuelas.

No voy a comprar la trilogía en Blu-ray, aunque probablemente sí compre la tercera parte; Last Jedi sí debe ser castigada por los siglos de los siglos amén. Y me parece que ésta tercera parte no llegará a los mil millones de dólares; aunque claro, podría equivocarme.

¿Qué seguirá con la saga? No tengo idea; los personajes principales de las precuelas y de la trilogía original están muertos, así como Ben Solo; y me parece que Daisy Ridley ya no quiere continuar como Rey. Pero si ella estuviera dispuesta, creo que ahora sí podríamos tener una trilogía liderada por una Skywalker que no es descendiente de Darth Vader. Y que introduzcan algo mejor que los Siths, digamos.

Porablemente no nos guste y nos quejemos amargamente; pero pues es para adelante o esta madre no tiene ningún futuro. Y yo sí quiero que tenga futuro.

Si no, ¿a qué le voy a rezar antes de ir a dormir?

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A un año de la 4T

El domingo se cumplió un año de que el Peje se colgó la banda del águila y dio comienzo a lo que la gente denomina (con solemnidad o burla, dependiendo de las posturas correspondientes) la 4T. Planeaba escribir al respecto el domingo, pero ya saben; una vida ocupada.

Hace casi dos años escribí:

…también estoy convencido de que, al menos en este próximo sexenio, las cosas no van a cambiar radicalmente. Gane quien gane, las cosas pueden mejorar o empeorar, y en ambos casos será por una fracción perceptible pero no apabullante; en otras palabras, el país no se va a caer por un precipicio ni tampoco se van a solucionar todos nuestros problemas. Repito, gane quien gane.

Y, por supuesto, tenía razón; era una predicción bastante sosa.

¿El Peje ha hecho todo bien? Por supuesto que no; ha cometido un montón de pendejadas, algunas serias y muchas más no tanto, comenzando porque no puede dejar de abrir el hocico para decir estupideces, literalmente todos los días.

¿El Peje ha hecho todo mal? Por supuesto que no; un montón de cosas (se puede argumentar que la mayoría) no sólo no han estado mal, sino que eran necesarias hacía décadas y es excelente que alguien las esté llevando a cabo. O al menos dando los primeros pasos para que se lleven a cabo.

El país no se está cayendo a pedazos. Tampoco se está convirtiendo en una utopía. Sólo se está dando un cambio de régimen; y me parece que, exceptuando los tarados que siguen esperando la gloriosa revolución, nadie puede negar que esta vez (contrario a Fox hace casi dos décadas), sí se está dando un giro importante a las políticas que sigue el estado mexicano: o sea un cambio de régimen. O al menos se está intentando.

Así que yo sigo cautelosamente optimista; el único cambio respecto hace un año es que mi cautela va disminuyendo, porque aunque me sigue cayendo muy mal el tarado del Peje, me parece que sí tiene un plan para el país con el que concuerdo; y además los medios para llevarlo a cabo. Se han dado muchos pasos en falso (y se darán muchos más), pero la dirección es una que me agrada.

Y debo dejar claro que varias de las políticas del Peje me han afectado directamente de forma negativa en cómo desempeño mi trabajo; la “austeridad republicana” ha afectado a la UNAM indudablemente. Pero aún así entiendo el por qué de esas medidas y espero que sólo sea un periodo de transición, especialmente una vez que la corrupción más obvia y descarada sea eliminada. Y a mí no me va a venir nadie a decir que no había (o que no hay) corrupción en la UNAM.

Y a todos los que quieran discutir conmigo las políticas del Peje: con todo respeto, váyanse mucho al carajo. Voy a borrar sus comentarios de inmediato; estoy muy ocupado como para perder el tiempo en esas cosas. Si de verdad están en contra de dichas políticas; movilícense para echarlas atrás; organícense para empujar otras políticas; y salgan a votar por otros partidos para que el Peje no tenga mayoría absoluta en las dos cámaras del Congreso de la Unión. Es lo que hicimos durante décadas muchos de los que votamos por Andrés Manuel.

Buena suerte con eso.

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Tres meses

Hacía mucho tiempo que no dejaba de escribir en el blog por tanto tiempo. Tres meses fue excesivo, y pues es la excusa que siempre doy, pero estaba ocupado.

De hecho estoy ocupado.

Voy a tratar de retormar el actualizar el blog, pero sí tengo un montón de cosas que hacer, así que no sé qué tan exitoso sea.

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God of War

Después de obtener mi platino en Game of Thrones, fue el turno de God of War.

God of War

God of War

Decir que God of War es un buen juego es como decir que Cinema Paradiso es una buena película; o que Cien años de soledad es una buena novela. El adjetivo se queda corto.

Cuando anunciaron el juego, yo supe de inmediato que lo iba a jugar; he jugado todos los juegos de God of War para consola, así que no tenía nada de extraño que jugara el último. Pero a God of War lo compré en preventa, después de ver la reseña que hicieron en Easy Allies. Esos güeyes me caen bien, pero hicieron una reseña tan alabadora del juego, que lo compré para recibirlo el día que salió, cosa que casi nunca hago.

No me decepcionó en lo más mínimo.

God of War es, con casi toda certeza, el mejor video juego de toda la historia. Esa es una afirmación bastante fuerte, pero creo que puedo justificarla; sin embargo lo primero que debo reconocer es que, excepto por un detalle en el que ahondaré más adelante, God of War no tiene nada abrumadoramente original. Todas (o casi todas) las mecánicas que tiene son una copia, evolución o mejora de mecánicas que se habían visto en otros juegos, nada más implementadas de forma impecable.

La historia comienza con Kratos cortando un árbol para cremar a su fallecida esposa con ayuda de su hijo Atreus. Rápidamente queda claro que el viejo espartano no es el mismo dios que conocimos en los juegos anteriores; y que Atreus no tiene idea que su padre es un semidios (debo enfatizar que dios/semidios no hace mucha diferencia en este mundo). Después de cremar a la mamá de Atreus y de un no muy exitoso viaje de cacería donde el hijo de Kratos no hace muy buen trabajo de controlarse a sí mismo, un extraño llega a casa del dios de la guerra exigiendo que le dé algo y buscando pelea, que extrañamente Kratos no le da de inmediato sino después de múltiples provocaciones.

Se sigue una espectacular batalla, donde después de despachar al extraño, Kratos agarra a Atreus y se lo lleva para tratar de cumplir el último deseo de su madre, que es esparcir sus cenizas del pico más alto de todos reinos.

La historia es espectacular, en gran medida porque toma a Kratos, que era una caricatura de la masculinidad tóxica en los juegos anteriores, y lo transforma en un padre reprimido y traumatizado, que antes que nada quiere proteger a su hijo de los múltiples enemigos que encuentran y prepararlo para que pueda sobrevivir en un mundo brutalmente peligroso; pero que también no sabe cómo comunicarse con su hijo y expresarle lo que siente. Más aún, y como bien tiene a decir Mimir más adelante en la historia, Kratos odia a los dioses… a todos los dioses, incluyéndolo a él mismo y por supuesto a su propio hijo, que no puede evitar notar eso sin poder explicarlo.

He jugado múltiples juegos con historias espectaculares, pero God of War 2018 es sin duda alguna de las mejores, y se puede discutir que la mejor. Yo además pude relacionarme mucho con la misma; no tengo hijos, todavía, y por lo tanto no sé lo que es ser padre. Pero sí soy hijo de un hombre que, cuando yo tenía la edad de Atreus, también me parecía fuerte y enorme (en gran medida porque era fuerte y tal vez no enorme, pero sí grande), que tuvo una niñez difícil, que nunca conoció a su padre (lo mataron antes de que naciera) y que siempre ha tenido problemas para expresar lo que siente. Y tal cual como Atreus yo eventualmente pude darme cuenta de lo mucho que me quería mi padre y de todas las cosas que trató (con distintos grados de éxito) de enseñarme, y de apreciar que, aunque no necesariamente le saliera, siempre intentó hacer lo mejor que pudo como padre, tanto conmigo como con mi hermano.

La historia además cuenta con varios de los mejores personajes secundarios que haya visto en un videojuego; por supuesto Brok y Sindri, los enanos que construyeron tanto Mjölnir como el hacha de la mamá de Atreus, que se la dejó a Katros; Mimir, que por mucho se roba gran parte de la historia y tiene las mejores líneas del juego (“It’s all connected, man!”); Modi y Magni, los hijos de Thor y villanos patéticos pero que cómo joden a lo largo del camino; Baldur, que es de los mejores villanos que he visto, en el sentido de su justificación, lo que aporta a la historia y como mecánica de juego; y por supuesto Freya, que comienza como aliada y termina siendo potencialmente la principal adversaria del siguiente juego.

Y claro merecen mención especial las valkirias, que son de los mejores “jefes” que he tenido que enfrentar en un videojuego, y de las más desesperantes que jamás haya encontrado. Adoro a las muy perras.

La historia, que por supuesto está muy bien escrita pero también increíblemente actuada y dirigida, haría por sí misma que valiera la pena este juego. Pero además es un delicia el jugarlo. El combate es fluido e interesante, aunque la verdad hay que actualizar todas las habilidades de Kratos y Atreus para poder disfrutarlo plenamente; además de que hay que jugarlo en las dificultades más altas para apreciar la sutileza de todos los enemigos y batallas. Aunque todo mundo ha comparado el juego a los juegos de Souls y Bloodborne, y existen similitudes sin duda, yo lo encuentro más parecido a los juegos de Batman de Arkham; hay un ritmo que uno tiene que seguir para ser efectivo en el combate.

Por no dejarlo de lado, todos los aspectos técnicos son excelentes; una extraordinaria música; unos gráficos hermosos y fluidos (lo jugué en 1080p, 4K me parece masturbación mental); y un montón de cosas más que son la cereza en el pastel del que, sostengo, es el mejor juego en la historia.

La innovación del juego está dada por dos cosas narrativas (aunque una es mecánica también, de alguna forma); la historia transcurre en un plano-secuencia: una sola toma, como Birdman, lo que hace interesante cómo manejan el viaje-rápido entre distintos lugares en el mapa y cómo narrativamente nunca dejamos a Kratos, perdiéndolo de vista en sólo unas cuantas escenas donde la cámara se enfoca en Atreus, Freya o algún otro de los personajes secundarios. La segunda innovación está dada por la evolución del personaje de Kratos, que hacia el final de su último juego era medio imposible tomárselo en serio (nadie puede estar tan enojado tanto tiempo). Este juego es el que nos presenta a Kratos como un personaje real, con una motivación mucho más creíble que el choteado y misógino cliché de que asesinaron (o lo hicieron asesinar) a su mujer e hija. El viejo dios de la guerra comienza a ganarse su redención en este juego.

Y la relación de Kratos con Atreus es espectacular, porque el muchacho es genuinamente encantador y con dosis de buen humor que compensan a su estoico padre… exceptuando por supuesto la parte (breve, gracias a Odín) donde Atreus se convierte in a whiny little cunt justo después de enterarse de que es un dios.

No pude dejar de jugar este juego. Lo acabé (con todo y platino) relativamente rápido, como se puede ver en el video que ligo arriba; pero la verdad tuve que bajar el nivel de dificultad para poder ganarle a Sigrun, reina de las valkirias. Después seguí jugando, maximizando todas las estadísticas de Kratos y Atreus, así como todo su equipo; y cuando salió el parche con new game, comencé a subir los niveles de dificultad hasta que pude ganarle a todas las valkirias, incluyendo a la perra de Sigrun, que cómo me costó, carajo. Todas esas batallas las tengo en el tubo, porque sí me siento muy orgulloso de haber podido terminar el juego (¡al 100%!) en el modo de dificultad más alto, Give me God of War.

Después, seguí enfrentando a Sigrun, porque es endiabladamente divertido ganarle; lo hice un total de 4 o 5 veces.

Jugué God of War múltiples veces después de ganar el platino, lo cual es muy raro en mí; y sencillamente creo que es el epítome de lo que pueden aspirar a ser los videojuegos. Como obra artística; como texto literario; como experiencia interactiva; y como un montón de cosas más, este nuevo capítulo en la vida del espartano me parece que es a lo que deberían aspirar muchos videojuegos, si tal vez no todos.

Y definitivamente es el que más he disfrutado en mi vida.

Una vez más, eso es una afirmación muy fuerte; pero cuando Kratos regresa a su casa para recuperar las cuchillas del caos, porque las necesita para ir al inframundo nórdico a recolectar un ingrediente para salvar a Atreus, y aparece Atena para atormentarlo, de verdad no creo haber experimentado algo así con videojuegos nunca. Y cuando, después de decenas de intentos, por fin Kratos le arranca las alas a Sigrun en la dificultad más alta del juego, yo literalmente estaba brincando y gritándole al monitor, en un éxtasis que, repito, no creo haber experimentado nunca en mi ya no tan corta vida de gamer.

God of War es, en mi humilde opinión, el mejor videojuego en toda la historia del mundo mundial, y es algo que todo mundo debería experimentar. Pueden ver la historia nada más; pueden ver cómo un degenerado le gana a Sigrun en la dificultad más alta utilizando el equipo inicial del juego (nivel 1) nada más; o pueden ver a otro degenerado ganarle a Sigrun en la dificultad más alta en tan sólo 16 segundos. Pero sinceramente, todo mundo debería jugarlo; aunque sea en la dificultad más baja y apreciar el mundo, la historia y los cagadísimos comentarios de Mimir.

He jugado más videojuegos después de God of War, por supuesto; pero no hay nada que se le acerque todavía. Probablemente llegue a ser superado en el futuro, pero es de verdad de las cosas más maravillosas que yo he experimentado con una consola de videojuegos; y les recomiendo que ustedes también lo hagan, si tienen la oportunidad.

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Avengers: Endgame

El domingo del fin de semana de su estreno fuimos a ver Avengers: Endgamge. Originalmente me iba a esperar a después del fin de semana del estreno, pero vi que eso no iba a afectar en lo más mínimo la tonelada de dinero que iba a ganar la película, además de que iba a ser medio imposible evitar spoilers, así que siempre sí fuimos ese domingo.

Diría que se aplican las advertencias de siempre, pero supongo que ya todo mundo fue a verla, múltiples veces en algunos casos.

Avengers: Endgame

Avengers: Endgame

Avengers: Endgame no es basura, lo cual está chido, porque el estilito de Marvel, por más disfrutable que sea, a mí ya me está cansando.

Pero no es una buena película; a lo mejor logran colar una nominación al Oscar para Tony Stark, pero sinceramente no creo que lo mereciera. Es un churro de acción muy entretenido y ciertamente la primera vez que la pantalla grande logra encapsular lo que eran las culminaciones de grandes “eventos” en los cómics (Crisis on Infinite Earths; Secret Wars; Identity Crisis; Civil War, etc.) También (y esto no puede enfatizarse demasiado) es impresionante desde el punto de vista logístico.

Pero no es una buena película: la historia es incomprensible si uno no ha visto aunque sea una parte importante del MCU y los hoyos en la misma son enormes (y en muchos casos ridículos).

Dicho sea eso, yo merito sí me eché todas las películas del MCU (en el cine), y eso hizo que la película fuera deliciosamente disfrutable para mí y otros como yo. No la hace buena; pero sí la hace más disfrutable.

Me hizo recordar el final de Lost, la serie de televisión; las últimas temporada fueron terribles y tiraron a la basura casi todas las cosas maravillosas que habían creado las primeras temporadas. Pero para la temporada final trajeron de regreso a básicamente todos los personajes de la serie, y de alguna manero eso logró que mucha gente terminara la misma con un buen de sabor de boca. La gente en general reacciona bien al fan service.

En esta última película de los Vengadores (y probablemente la última con la alineación original), sale todo mundo y hacen referencia a casi todas las películas anteriores del MCU. Se puede discutir que la película son una serie de viñetas, cada una siendo básicamente fan service, cosidas juntas para extraer una reacción emocional del espectador que ha seguido este universo desde hace más de una década. Dícese, alguien como yo.

Las escenas más impactantes de la película, desde un punto de vista emocional, dependen (en gran medida) de haber visto otras películas del universo Marvel; uno sólo puede emocionarse de ver a Cap recoger a Mjölnir si recuerda que en Age of Ultron Steve lo había intentado y probablemente (en restrospectiva) decidió no moverlo para no hacer sentir mal a Thor; uno sólo puede emocionarse con el chasquido de Tony y su frase “I’m Iron-Man” si recuerda que fue como termina Iron-Man, la película que inició todo esto; uno sólo puede emocionarse de ver cómo the Ancient One separa a la proyección astral de Bruce del cuerpo de Hulk si recuerda que es lo mismo que hace con Stephen Strange en Dr. Strange.

La película no funciona por sí misma; depende de todas (o una buena cantidad de) las otras películas del MCU. Y sinceramente, se lo han ganado los creadores del MCU (particularmente Kevin Feige): fue más de una década de construcción de un universo, con películas de dudosa calidad en algunos casos, pero siempre altamente entretenidas, que permiten a esta colosal conclusión aterrizar de forma efectiva para la gente que al menos tiene una idea de qué ocurre en dicho universo.

Que en su defensa, es una parte considerable de la población del mundo mundial; todo mundo (o casi) ha visto aunque sea un pedazo de este universo.

A mí me encantó, pero justo yo soy el tipo de personas a las que más podía gustarle esta madre, que durante la última década mi consumo de cultura popular incluyó religiosamente a todas las películas del MCU, siempre yendo a verlas al cine, muchas veces los días que se estrenaban. Y yo caí en cuenta de lo mucho que me gustó está película, cuando me emocioné como niño chiquito cuando Cap dice “Avengers, assemble!” en el clímax.

Nunca he sido fan de los Vengadores. Para mí la que importa es la Liga de la Justicia; y en el Universo Marvel serían tal vez los X-Men. Pero de todas formas me emocioné cuando absolutamente todo mundo aparece para partirle su mandarina en gajos a Thanos y su ejército de Fácilmente Descartables Lacayos.

Nunca había habido algo así en la historia del cine mundial, con lo más cercano siendo la octava película de Harry Potter. Pero en el caso de Endgame se malabarean como catorce millones de personajes distintos con historias interligadas a lo largo de varios años y con harta acción CGI porque obvio eso no podía faltar. Eso no hace a la historia buena o profunda (es mucho más profunda y mucho mejor escrita la del joven mago inglés); eso no hace a los personajes entrañables o tridimensionales (ditto). Pero sí causa un impacto emocional innegable y refleja muy bien cómo han funcionado los cómics desde hace setenta años; por supuesto que nos vamos a emocionar la primera vez que veamos a Superman platicar con Batman, no importa lo soso que sea lo que lleguen a decirse.

Así que aplaudo esta película y voy a seguir yendo a ver todas las películas del MCU al cine, por lo menos mientras sigan siendo entretenidas. Como fan de cómics desde mi adolescencia me encanta que hagan estas madres y Endgame es (dadas las películas del MCU que la preceden) lo mejor se podía esperar para esta conclusión a la alineación original del los Vengadores. Lo interesante por supuesto será ver cómo le hacen para mantener la fábrica de dinero funcionando.

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Game of Thrones

Después de obtener mi platino en Batman – Return to Arkham: Arkham City, obtuve el de Game of Thrones.

Ahorita entro en detalle, pero quiero decir antes de empezar que, con casi toda certeza, Game of Thrones (el de Cyanide que reseño aquí, no el de Tell Tale que reseñaré algún día) es el peor juego que he jugado tanto en mi PlayStation 3 como en mi PlayStation 4.

Game of Thrones

Game of Thrones

Este juego salió en 2012, cuando el programa de televisión de HBO ya era un éxito mundial; sin embargo, esto implica que el guión del juego fue escrito más o menos en 2009, cuando el show estaba siendo filmado y nadie tenía idea del éxito que iba a tener.

Mecánicamente el juego es un RPG de acción/por turnos. La historia se centra en dos aristócratas de Westeros, uno que se autoexilió después de la rebelión de Robert Baratheon y que se convirtió a la religión de R’hllor; y otro que lo exiliaron al Muro en el norte por negarse a matar a Elia Martell y sus dos hijos al final de la misma rebelión. Ambos caballeros eran mejores amigos y un excelente par de guerreros; y ambos son vasallos de la Casa Lannister, lo cual está chido porque uno puede terminar hasta la madre de siempre ver y oír de los Stark y el norte en este universo.

No por arruinarles la sorpresa, pero al final resulta que el autoexiliado se autoexilió porque justo mató a la esposa e hija de su amigo, así que el juego termina con uno matando al otro (se puede elegir cuál) y después todo mundo acaba deprimido, como sele ser Game of Thrones.

La historia es medianamente entretenida (si bien harto imposible y medio contradictoria de los libros y programa de televisión) y pues el mundo de Westeros es indudablemente interesante; pero todo esto se va al caño en gran medida porque el juego es pésimo. El combate es aburrido y repetitivo; los gráficos parecen de un PlayStation 2 (que ni siquiera llegué a jugar); las actuaciones son de dar pena; el movimiento de los personajes tartamudea más que un adolescente pidiéndole una cita a su inalcanzable enamorado/a… y un largo etcétera de problemas.

Podría tal vez haber perdonado todo eso, pero la gota que derramó el vaso fue una aparición que hace el panzón de mierda, George R. R. Martin, autor de los libros en los que todas estas pendejadas están basadas, y se pone a bromear de que su historia de los siete reinos no puede terminarla.

Lo único bueno que puedo decir del juego es que tiene la música del programa de televisión, fuera de eso es realmente malo. Por suerte es sencillo obtener el platino; el juego me salió gratis en PS+ y decidí jugarlo porque me gusta el programa de televisión. Pero si hubiera sabido lo realmente malo que es, probablemente no lo hubiera hecho.

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Cuarenta y dos

Hoy cumplí cuarenta y dos años.

Este año pasado de mi vida (el 41) fue interesante por múltiples cosas, pero para mí tuvo un significado simbólico importante: Alan Turing, probablemente el computólogo más importante del siglo pasado (teórico y práctico), fue asesinado justo a unos días de cumplir 42 años (no me importa que él haya sido el que terminó con su vida; eso fue un asesinato por parte del gobierno homofóbico británico). De ahora en adelante en mi vida, seré más viejo de lo que Turing jamás llegó a ser.

Por supuesto, de las grandes tragedias que significaron la muerte de Turing tan joven, fue que no le pudo dar al mundo aún más de lo que de por sí le dio. Con tan sólo poco menos de un par de décadas en su vida académica y profesional, Turing contribuyó a múltiples áreas con ideas y resultados que básicamente nos siguen afectando hoy en día, y que así lo seguirán haciendo durante siglos.

Lo cual, de manera inevitable, hace que pondere acerca de lo que yo he hecho en estos 42 años de vida. Por supuesto soy realista: Turing fue uno de los grandes genios del siglo XX; yo soy un ser humano bastante común y corriente. Y de hecho conforme más transcurre el tiempo y más cosas aprendo (consecuencia ineludible de hacerse viejo; “más sabe el diablo”), más claro me queda lo tarado que puedo ser con básicamente todo en el mundo: mi trabajo académico incluido.

Como sea y aunque son irrisorios mis logros si los comparo con los de Alan Turing, sí estoy contento con lo que he hecho de mi vida en estas 42 órbitas alrededor de la canica amarilla que bien tiene a iluminarnos. Las cosas que he hecho no cambiarán al mundo significativamente y con casi toda certeza ninguna pasará a la historia; pero quiero creer que he contribuido con un granito de arena, por pequeño que sea, a hacer de este mundo un mejor lugar.

Podría mencionar varias, pero realmente sólo hay una que importa: los alumnos que he formado, algunos de los cuales incluso alguna vez me han llegado a decir que el curso que les impartí no estuvo tan mal.

Este año de mi vida en particular (y relacionado con lo anterior) publiqué mi primer libro de texto como autor único; y además mi primera tesista se tituló. Quiero dejar bien claro que ambas cosas no tienen nada de extraordinario; es más o menos lo que se espera de mí como profesor de tiempo completo de la UNAM. Pero sí estoy muy contento de que ambas metas se cumplieran en el año en que rebasé a Alan Turing en edad… que supongo que será en lo único que lo rebase en mi vida.

Eso y novias. Y tacos de suadero consumidos.

El año que viene siguen otros proyectos, pero supongo que lo natural es que, eventualmente, sencillamente ya no podré hablar de cosas que he hecho por primera vez. De nuevo, consecuencia ineludible de hacerse viejo. Como siempre, sigo optimista (es de las cosas que me definen, supongo) y además estoy bastante contento con cómo va la 4T, así que sólo espero mejores cosas el año que viene.

(Y antes de que nadie ni siquiera lo sugiera; púdranse si quieren que elabore acerca de la 4T, no me interesa discutirlo a unos cuantos meses del inicio del sexenio, así que borraré alegremente cualquier comentario que quiera llevar la discusión en esa dirección).

Vamos a ver cómo se desarrolla mi siguiente año de vida.

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La voz de la igualdad

Hace unas semanas vimos On The Basis Of Sex. Se aplican.

On The Basis Of Sex

On The Basis Of Sex

Esta película relata el primer caso que Ruth Bader Ginsburg (actual ministra de la suprema corte gringa) argumentó frente a una suprema corte estatal en cuestiones de igualdad de género. Además muestra algunas escenas de su vida como una de las primeras estudiantes de derecho en Harvard, y de su vida familiar con su hija mayor e imposiblemente perfecto marido.

Decir que es una película feminista se queda bastante corto. Lo que a mí me parece interesante, es que justamente muestra muy claramente las cosas de las que hablaba cuando escribí de democracia antes de las elecciones; la democracia es lenta y aburrida.

A inicios de los 70s en gringolangia, el movimiento feminista se vio con un muy particular dilema: no tenían los votos. Los legisladores gringos eran por mucho mayoritariamente hombres (casi todos blancos) y generalmente muy cómodos con el papel que jugaban las gringas en su sociedad; era pragmáticamente imposible legislar de tal forma que se avanzara la equidad de género. Entonces lo que esta loca y demás asociadas decidieron hacer, fue legislar a través de las cortes convenciendo a los jueces, caso por caso y estado por estado, con la idea de que se generara un efecto dominó donde un caso de igualdad de género comenzara a usarse como jurisprudencia para ganar más casos de igualdad de género. Ese caso es el que relata la película.

El proceso funcionó: la enmienda “ERA” (Equal Rights Amendment), que fue propuesta en 1921, pasó las dos cámaras del congreso gringo en 1971 y 1972, y comenzó inmediatamente el proceso de ratificación (que necesita 2/3 de las cámaras estatales para que la pasen). El problema es que dicho proceso está detenido desde los ochentas; la han ratificado más de 30 estados, pero 4 de estos ahora dicen que se desdicen de lo que había decido.

Es particularmente desesperante, porque las mujeres no son minoría, que a mucha gente siempre se le escapa eso. De hecho, suelen ser más que los hombres. La democracia es lenta y aburrida.

Como sea, la película está entretenida si bien bastante maniquea; los buenos son buenos buenos, los malos son malos malos, no vaya a ser que nos confundamos. Pero está interesante y yo sí la recomiendo; porque además sale Felicity Jones como RBG, que a mí siempre me ha parecido increíblemente hermosa. Eso sí, la verán en streaming, porque creo que ya no está en ningún lado.

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Batman – Return to Arkham: Arkham City

Después de mi platino en Tales From The Borderlands, obtuve el de Batman – Return to Arkham: Arkham City.

Batman: Return to Arkham - Arkham City

Batman: Return to Arkham – Arkham City

Batman: Arkham City es el segundo mejor videojuego que yo jamás haya jugado; y de hecho era para mí el mejor hasta el año pasado, pero de eso hablaré después. Esta remasterización es básicamente idéntica a la versión original para el PS3, pero con mejores texturas, FullHD (1080p) y 60 cuadros por segundo constante en todo el juego.

Los trofeos son también idénticos, pero esta vez me tomaron siete semanas obtenerlos todos; y la verdad sin jugar mucho tiempo al día porque ya estaba trabajando como profesor de tiempo completo. Está mal que yo lo diga, pero me he vuelvo extremadamente bueno en los juegos de Batman de Rocksteady.

El juego sigue siendo extraordinario y lo recomiendo, incluso si no se avientan las catorcemil millones de cosas que hay que hacer para obtener el 100% de trofeos; pero si lo jugaron en PS3 pues la verdad sólo tiene que se ve más bonito.

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Shazam

El fin de semana de su estreno fuimos a ver Shazam, porque por supuesto eso hicimos.

Se aplican las de siempre.

Shazam!

Shazam!

Shazam! es genuinamente divertida y se nota a leguas que está hecha con mucho cariño. También es (por mucho) la película más infantil del DCEU y aunque a mí me encantó, sí podría entender que a alguien le pareciera demasiado para niños.

Sin embargo le queda al personaje; tanto Captain Marvel (me niego a decirle de cualquier otra manera) como Billy Batson siempre han sido realmente, por definición, héroes muy ñoños por el hecho de que el toro que es Captain Marvel no deja de ser el adolescente que es Billy Batson.

(La única excepción siendo, por supuesto, Kingdom Come, donde Billy es el único ser superpoderoso capaz de mantener a raya, si bien no derrotar, a Superman).

La película no es perfecta, pero no creo que tuviera necesidad de serlo; es divertida y ligera, y me parece que eso basta y sobra. Sin embargo, me parece mucho más centrada y entera que Aquaman, y no puedo entender por qué gano menos de la cuarta parte que la segunda (aunque no me engaño; probablemente por Jason Momoa).

Como sea, Shazam! es un buen churrito dominguero y sin duda alguna le va a encantar a los niños, porque es básicamente una fantasía infantil hecha realidad. Así que yo sí la recomiendo.

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Tales From The Borderlands

Después de mi platino en Batman, me aventé otra aventura gráfica en Tales From The Borderlands.

Tales From The Borderlands

Tales From The Borderlands

Nunca jugué Borderlands, porque no juego juegos FPS en mis PlayStations. Supongo que viene de que cuando era joven sí jugué bastante Quake III Arena, y sencillamente no me acomodo a un gamepad para jugar un FPS; aunque como sí juego bastantes juegos TPS, no sé si todo esté en mi cabeza.

Como sea; nunca jugué Borderlands (ni el 1 ni el 2, y no planeo jugar el recientemente anunciado 3). Así que llegué a este juego (que como casi todos los de su tipo me salió gratis por PS+) sin tener idea de nada de lo que ocurría en el mismo. No creo que sea muy importante; la historia del juego (que es lo único que hay, realmente, es una “aventura gráfica” al fin y al cabo) se entiende sin haber jugado los juegos anteriores.

La historia es muy divertida; la parte de “ciencia” de esta historia de ciencia ficción es bastante idiota, pero es sin duda alguna divertida. Y tiene algo de romance y salió gratis en PS+, así que no me quejo.

Pero jamás en la vida lo habría jugado si no hubiera salido gratis.

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Las dos reinas

Cerca del día de su estreno fuimos a ver Mary Queen of Scots. Se aplican.

Mary Queen of Scots

Mary Queen of Scots

Esta película podría llamarse Pinches Viejas, edición Siglo XVI. Mientra que se toma mucho más en serio que The Favourite, y es más o menos igual de apócrifa (la escena climática donde las dos reinas se reúnen cara a cara es completamente inventada), a la vez es más inverosímil por las libertades que se toma con el elenco, que alegremente agrega a negros y descendientes de gente del lejano oriente a las cortes escocesa e inglesa cuando obviamente no fue así históricamente. Entiendo el objetivo de la directora, y debe ser muy padre ser británico negro o de ascendencia del lejano oriente y poder participar en este tipo de películas; pero ciertamente no hace parecer más veraz a la historia.

Me encantó la película por las actuaciones de Saoirse Ronan y Margot Robbie; pero sí reducen un periodo terriblemente complicado de las islas británicas a un culebrón telenovelesco. Yo no me quejo, porque me encantan los culebrones telenovelescos.

Todo lo demás está bastante bien, pero es lo que suele esperarse de este tipo de producciones, con los escenarios y los vestidos y los peinados y los acentos y etcétera. Son las actuaciones las que hacen que valga la pena ver la película; especialmente por la escena (apócrifa, repito) donde las dos (literales) reinas se reúnen y se dicen de cosas. Me sorprendió la Robbie; la Ronan yo ya sabía que era muy buena actriz, pero la güera australiana se roba toda esa escena.

Entonces yo sí la recomiendo, aunque me parece que ya la quitaron de todos lados.

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Batman

Después de obtener mi platino en Table Top Racing: World Tour, obtuve el de Batman, la aventura gráfica de Telltale Games.

Batman

Batman

Ya he platicado que antes jugaba muchas aventuras gráficas. La versión modernizada de esto en gran medida fue recogida por Telltale Games, hasta que tronó a inicios de este año (dejando varias series incompletas, por cierto). Son los juegos más mensos del universo, porque sólo hay que jugar algunos QTEs (Quick Time Events), seleccionar algunos diálgos, y a veces conectar (literalmente) los puntos en una escena de crimen.

Pero están divertidas las historias (suele ser lo que hace exitosos a estos juegos) y pues uno generalmente no le dice que no a Batman.

El juego cubre los primeros meses de Bruce Wayne como el Caballero Nocturno, y la historia introduce varios de los villanos de su galería, como son Catwoman, Pingüino, Joker, Dos Caras, etc. Está simpático.

Yo el año pasado jugué una cantidad ridícula de juegos de Telltale que habían salido gratis en PS+ (casi todos sin platino), y la verdad ya ahorita estoy medio hasta la madre de ellos; acabé éste de Batman y otro de Borderlands, pero tengo uno de Game of Thrones en espera sencillamente porque me da hueva ver desarrollarse (lentamente) la historia mientras doy dos o tres botonazos cada media hora.

Como sea; está divertida la historia del de Batman y sí planeo jugar los siguientes.

Cuando salgan gratis en PS+.

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Capitana Marvel

El día de su estreno fuimos a ver Captain Marvel. En general ya no voy a ver las películas del MCU el día de su estreno (suelen ser basura), aunque sigo (y seguiré) yendo a verlas al cine; pero me molestó la bola de retrasados mentales que comenzaron a atacar la película nada más por cometer el pecado de tener una protagonista a la que se le trata de la misma manera que si fuera un hombre.

Se aplican las de siempre.

Captain Marvel

Captain Marvel

Captain Marvel es basura. Es el tipo de basura que Marvel hace, entonces es bastante divertida; pero eso no le quita que sea basura.

Me gustó bastante, especialmente la escena donde Carol se levanta para enfrentar a la Suprema Inteligencia de los Kree; reflejando todas las veces en su vida que tuvo que levantarse después de que la tumbaran y que le dijeran que no iba a poder. Eso está muy padre.

Pero es más bien lenta y con relativamente poca acción; y la verdad sí ya estoy algo cansado del estilo de Marvel, por divertido que pueda llegar a ser. De cualquier manera, es entretenida, está muy bien hecha y supongo que vale la pena verla antes de Endgame; además, está dedicada a Stan Lee y su cameo menciona a una película de Kevin Smith. Así que sí la recomiendo.

Quiero mencionar dos cosas; la primera es el obvio extremo al que llega Marvel con rejuvenecer digitalmente a sus actores: toda la película vemos a un Samuel L. Jack joven, y la verdad el efecto es muy bueno. No sé qué tan efectivo sea en relación costo/ganancia; ¿de verdad necesitamos a los mismos actores interpretando los mismos papeles? Han habido como doscientos Romeos y Julietas; por no decir James Bonds en el cine.

Como sea, sí es impresionante el efecto especial.

La segunda es la “controversia” feminista. Supongo que debo entonces elaborar un poco acerca del feminismo; que me parece redundante, pero pues al parecer mucha gente malentiende lo que (en mi opinión) la gente racional entiende por feminismo.

No existe el “feminismo radical”; por definición no puede existir. El feminismo es (simplificando, he de admitir), que las mujeres se les reconozcan los mismos derechos que los hombres, tomando en cuenta el hecho de que únicamente ellas pueden dar a luz. Entonces “feminismo radical” sería que se les reconocieran todos los derechos… que es justamente el punto.

Si existe alguien que honestamente sugiera que las mujeres deben dominar a los hombres, por definición (ver arriba) eso no es feminismo.

En ese sentido, toda película que trate a un personaje mujer de la misma manera que trataría a uno hombre (Alien, Terminator, Fury Road, etc.), entonces eso convierte a la película en feminista. Eso no tiene nada de malo; porque el feminismo no tiene nada de malo.

(La discusión acerca de las políticas para que se les reconozcan los derechos a las mujeres es otra completamente… pero creo que podemos mantener a productos de cultura popular fuera de la misma).

Así que no entiendo la bola de tarados que se pudieron ofender con Captain Marvel; y de cualquier manera al parecer no importa, porque ganó todo el dinero del mundo, y entonces deben ser minoría y me parece que lo más sensato es ignorarlos.

Como sea, de vuelta a la película: sí me gustó, me empiezan a hartar las películas de Marvel, pero me dieron más ganas de ver Endgame. Así que sí la recomiendo; que no tiene caso, porque eal parecer todo mundo fue a verla.

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