The Lion King

También en julio de 2019 fui a ver The Lion King. Se aplican las de siempre, supongo.

The Lion King

The Lion King

Contrario a Aladdin, The Lion King (la original) sí es una película que siempre me ha gustado mucho; es medio imposible no sentirse abrumado por esa espectacular apertura.

Así que probablemente por eso me decepcionó bastante esta versión “en vivo”… para empezar porque termina siendo también animada, nada más con animales sin expresiones faciales. Pero además, en los puntos más altos esta película apenas alcanza un poquito a la original; y esto es en una minoría de escenas, en el resto es indiscutiblemente peor.

(Ni siquiera voy a opinar de la nueva canción de Beyoncé; casi ni siquiera merece una mención.)

Sencillamente no le veo sentido a que hicieran esta nueva versión, y casi me gustaría recuperar esas dos horas de mi vida que perdí en el cine.

Así que no la recomiendo, realmente; y ni siquiera soy muy original al respecto, creo que a casi nadie le gustó más que la original.

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Las tres categorías del animé para adultos

Hay varios animés que planeo reseñar que entran en la categoría de animé para adultos. Aunque esto le haga pensar a un montón de gente en básicamente tentáculos, muchachas adolescentes en uniformes de marinerito y a lo que todos sabemos que esto lleva, hay un montón de animé para adultos que no tiene nada de sexual; únicamente está pensado para adultos. Y por supuesto, también hay muchos más animés que cubren todo el rango desde sexualmente juguetón (imaginen el equivalente de múltiples películas de Marilyn Monroe), hasta básicamente pornografía que no sólo es hardcore, sino que abarca cosas mucho más depravadas que cualquier película pornográfica con seres humanos pudiera cubrir, porque es justo la libertad que da el dibujar las escenas: la imaginación es el único límite (una vez más: tentáculos).

No voy a cubrir pornografía en mis reseñas: pero sí voy a cubrir múltiples animés que me parecen sí son para adultos (como de hecho creo que lo son Citrus y Goblin Slayer, que ya reseñé); y un par que si somos sinceros probablemente rayen en la pornografía… si bien todos han sido transmitidos en la televisión abierta en Japón (aunque este par que menciono generalmente de madrugada).

Todo lo que sigue es lo que yo entiendo del medio; sin duda alguna puedo equivocarme y a lo mejor doy algunas de definiciones mal. Se aceptan correcciones.

En animé básicamente se tienen tres categorías para adultos: la primera, animé que sencillamente está pensado para adultos, por los temas que cubre, pero que no tiene contenido sexual, siguiendo la idea mocha de que ver un humano destrozado de la manera más violenta no es tan “grave” como mostrar un par de nalgas o un triste pezón.

En la segunda categoría básicamente puede haber desnudos (pero nunca genitales; particularmente en Japón… aunque cagadamente genitales de niños varones chiquitos se consideran casi como chistes), pero no hay nunca sexo explícito. A lo más una pareja puede abrazarse y besarse poco antes o poco después del coito, pero el acto mismo no se muestra… aunque a veces se escucha mientras la cámara enfoca una esquina del cuarto, o las caras de los participantes… o sus pies, como la famosa escena de Shinji viendo las memorias de Misato teniendo sexo con Ryoji en End of Evangelion.

Los pies de Misato

Los pies de Misato

Esta segunda categoría también abarca los animés que simpáticamente evitan desnudos utilizando trucos de cámara para ocultar pezones y/o genitales. Como siempre, Evangelion vuelve a dar aquí un buen ejemplo, en este caso en la segunda parte de Rebuild of Evangelion, Evangelion 2.0: You Can (Not) Advance.

Asuka y las cervezas

Asuka y las cervezas

A esta segunda categoría, que es básicamente todo lo que cubre a imágenes sexualmente sugestivas más que explícitas, se le suele denominar (al menos fuera de Japón) ecchi, y es la gran mayoría del animé para adultos que se transmite en la televisión abierta en Japón. Como digo arriba, hay animé para adultos sin contenido sexual, generalmente porque trata cosas como alta violencia, uso de drogas y cosas por el estilo; y también hay animé para adultos que sencillamente no está pensado para niños: de cualquier manera, todo esté animé para adultos sin contenido sexual está en la minoría.

Ahora: contenido sexual no necesariamente quiere decir contenido sexual. Dentro de ecchi se suele aventar, junto con pegado, a todo el animé (que se puede discutir es la mayoría) que utiliza el famoso fan service, en mayor o menor medida. El fan service ha evolucionado, en particular fuera de Japón; hoy en día por ejemplo, la escena con Dr. Strange en Thor: Ragnarok se le puede clasificar como fan service porque es literalmente en servicio de los fans. En Japón y con animé en particular, sin embargo, fan service es básicamente muchachas bonitas enseñando los calzones o el inigualablemente imposible zangoloteo de senos que produce la animación japonesa. Obviamente hay más variedad, pero en general son panty shots, muchachas (casi invariablemente muchachas) en vestimenta ridículamente reveladora y/o ceñida en poses sugestivas, o el antes mencionado imposible zangoloteo de senos como si estuvieran hechos de gelatina.

Aunque no es el 100%, el fan service sí permea a casi todo el animé; incluyendo múltiples series indiscutiblemente para niños y que la enorme mayoría de los espectadores no necesariamente clasificaríamos como ecchi. Para bien o para mal, es como ha sido el medio básicamente desde el inicio, y no se ve que vaya a cambiar pronto: pero sí es importante señalar que existen animés (muy buenos varios) que no tienen absolutamente nada de ecchi ni de fan service.

La tercera categoría es básicamente dibujos animados pornográficos; el sexo es explícito (aunque, hilarantemente, con genitales pixelados, por varias leyes arcaicas en Japón) y en un porcentaje no pequeño de los animés en esta categoría la historia es nada más un pretexto para mostrar encuentros sexuales entre los protagonistas… justamente como en las películas pornográficas; aunque también hay varios con historias muy buenas. A esta categoría se le conoce (de nuevo, fuera de Japón) como hentai, y exceptuando un puñado de casos nebulosos, los animés en esta categoría nunca se transmiten en televisión abierta en Japón; las series se compran vía Blu-ray (me parece que no hay realmente distribución digital).

La línea divisora entre las distintas categorías es borrosa, por decir lo menos, y como muchas cosas en la vida todo depende del cristal con que se mira: como ya mencioné, hay animé que tiene fan service pero es discutible si realmente es ecchi nada más por mostrar de vez en cuando calzones de muchachas; y animé ecchi que bajo cualquier definición legalera de pornografía debería ser hentai, si no fuera por el hecho de que habemos muchos que sentimos literalmente en las tripas que el animé en cuestión merece más que esa categorización. Como decía Potter Stewart, juez de la suprema corte gringa: “I could never succeed in intelligibly [define hardcore pornography…] But I know it when I see it“.

¿Por qué estoy dedicando tantos pixeles a tratar de enmarcar estas categorías? En primer lugar, porque me parece que cualquier expresión artística tiene el derecho de existir (módulo la paradoja de la tolerancia), incluso si la intención del o los artistas que la crearon sólo era ganar dinero. En segundo lugar, porque creo sinceramente que muchos animés ecchi (y un puñado de hentai) no tienen únicamente la intención de excitar a adolescentes urgidos; sino que sinceramente intentan ser sexo positivos, que me parece es algo que el mundo podría hacer más uso de (especialmente ciertos sectores de las izquierdas en todas las culturas 1). Y en tercer lugar, porque mucha gente tiene la idea de que todo el animé es inherentemente ecchi (si no es que hentai); esta idea, en defensa de quienes la tienen, se la ha ganado Japón a pulso, porque ciertamente la enorme mayoría del animé es al menos un poquito arrecho2… pero como ya dije no todo el animé es así: mi serie favorita de todos los tiempos, Cardcaptor Sakura no tiene nada de arrecha, así como tampoco, por ejemplo, Violet Evergarden… aunque, paradójicamente, Violet es sin duda alguna adulta, nada más sin temas sexuales (excepto una insinuación de abuso sexual).

Obviamente que una expresión artística tenga el derecho de existir automáticamente implica que todo mundo tiene derecho de criticarla; y dicha crítica puede ser tan inmisericorde como el mismo crítico decida. Eso es perfectamente válido: lo que no es válido es llamar a la censura bajo ninguna circunstancia (entendiendo que clasificar algo como “sólo para adultos” no es censurar); mucho menos satanizar al creador, que tiene el derecho de expresarse de todas las maneras que quiera (módulo la paradoja de la tolerancia); y mucho menos el caer en kinkshaming. Los fetiches y perversiones de cada quien, siempre y cuando sean con el consentimiento de todos los involucrados y sin violar los derechos de nadie, son asunto individual de cada persona, y nadie tiene el derecho de criticar a nadie más por ellos.

¿Es mucho del animé que existe (y que probablemente seguirá existiendo) arrecho? Eso es indiscutible; se puede incluso argumentar si es una característica semidefinitoria del medio. ¿Es esto algo malo? No necesariamente; que es justamente el punto de esta clasificación que planeo utilizar en mis reseñas: un montón de animé del que he escrito y del que escribiré es sin duda alguna arrecho: pero eso no es en sí mismo algo malo, y en muchos casos (como cuando es sinceramente sexo positivo) de hecho es algo bueno, me parece. Y, lo siento, sé que es juvenil y que puede hacer sentirse incómodas a ciertas personas, pero a veces que una muchacha enseñe los calzones sí es honestamente divertido. No digo que sea el paragón del humor inteligente; pero sí puede ser fuente sincera de humor bien intencionado.

¿Hay animé misógino? Por supuesto que hay animé misógino; en una cultura tan machista, conservadora, conformista y tradicional como la japonesa, sería absurdo imaginar que mensajes o tendencias misóginas no se filtraran en uno de los productos más emblemáticos de dicha cultura: los personajes femeninos son rutinariamente cosificados; las mujeres que suelen ser ostentosamente sexuales son casi invariablemente villanas; y en el siglo XXI el ideal femenino sigue siendo (con sus debidas excepciones) la mujer callada, abnegada, sumisa y buena para las labores del hogar. Y no sólo hay misoginia; hay una tradición ya añeja en el animé de mensajes homofóbicos y transfóbicos, donde los personajes codificados como queer son representados como sujetos de los cuales hay que desconfiar o tenerles cierta repulsión, incluso cuando son aliados de los héroes, como Leeron Littner en Gurren Lagann; o son de plano villanos deformes, como el Barón Ashner en Mazinger Z.

Leeron Littner y el Barón Ashner

Leeron Littner y el Barón Ashner

Y dejen ustedes la misoginia, homofobia y transfobia; la japonesa es una cultura históricamente xenofóbica y racista, incluso (o particularmente) contra “razas” cercanas como los chinos y koreanos, ya no digamos contra negros, donde en el animé suelen ser, valga la rebuznancia, una caricatura, como Mr. Popo en Dragon Ball; que paradójicamente es una serie en general adorada por los negros gringos.

Mr. Popo

Mr. Popo

Todo esto es cierto: hay mucha misoginia, homofobia, transfobia, xenofobia y racismo en el animé: los ejemplos abundan y en muchos casos hay personajes profundamente insultantes a un montón de sectores en todo el mundo. Nada de eso, necesariamente, afecta la calidad de un animé. Se vale criticar estos aspectos, por supuesto, pero los mismos no necesariamente demeritan a una serie en su conjunto.

Se está dando una tendencia desde hace varios años ya en este siglo, en círculos académicos y de gente educada y “progresista”, de tratar de clasificar como “mala” a toda expresión artística que no incluya los mensajes “correctos” de los árbitros de la moral moderna; donde se espera que toda historia incluya personajes diversos y la representación de todos los grupos sea “apropiada”, donde sepa la chingada qué quiere decir “apropiado”, pero lo que sea que definan probablemente esté mal para múltiples personas y/o grupos. Peor aún, se trata de “cancelar” a los creadores que producen cualquier tipo de contenido que no cumpla esta imposiblemente alta vara de medir, donde los postes se van moviendo constantemente de cuál es el mensaje “correcto” que una expresión artística debe tener. O peor aún, si un creador abre el hocico y dice alguna estupidez, hoy en día hay quien aboga por casi casi destruir sus obras o al menos satanizarlas (retroactivamente en muchos casos, además).

En mi humilde opinión, esto es una bola de pendejadas.

Mi novela favorita de todos los tiempos, Cien Años de Soledad, se puede discutir que es básicamente misógina, donde todas las mujeres son santas o putas (o santas bien putas). Una de mis novelas favoritas de ciencia ficción, Starship Troopers es básicamente un ensayo en favor del fascismo, e incluso se podría discutir que raya en la paradoja de la tolerancia (yo no creo que sea así, pero se puede discutir). Gone With the Wind es innegablemente racista y pro esclavitud, y parte del mensaje absurdo de la causa perdida de la confederación gringa. Todos esos son ejemplos de obras de arte innegablemente buenas (aunque me da hueva Gone With the Wind; debería durar 45 minutos menos); el mensaje de las mismas incluye estos componentes misóginos, fascistas y racistas, pero su calidad como expresión artística es ortogonal a esto.

O el caso de J. K. Rowling, que lleva ya varios años sin poder cerrar el hocico de la bola de pendejadas transfóbicas que se le ocurren, lo que ha causado que haya quienes quisieran básicamente quemar los libros de Harry Potter. Con todo respeto, váyanse mucho al carajo: en primer lugar los libros de Harry Potter son increíbles; en segundo lugar los mismos tienen varios de los mensajes más liberales, de izquierda y progresista de las últimas décadas; y en tercer y más importante lugar, sólo los Nazis queman libros.

Critiquen los componentes que merezcan la pena ser criticados de una obra; pero eso no necesariamente define a la obra en su conjunto. Critiquen a los creadores, si lo consideran pertinente, pero lo que dicen y hacen los creadores es en general ortogonal a la calidad de las obras que producen, y las mismas deben ser criticadas por su valor innato. Y ciertamente no critiquen a los fans de ciertas obras/medios/genéros, si los mismos no se meten con nadie. Es una extensión de que hacer kinkshaming está mal: si una persona no infringe los derechos de nadie más, no le hace daño a nadie, entonces nadie más tiene el derecho de criticarlos porque tienen ciertos gustos. Cada quien.

Y de hecho, si ciertas expresiones artísticas les parece tienen un mensaje incorrecto o los hace sentir incómodos, por supuesto están en su derecho de analizar y criticar dichas expresiones, si bien no de llamar a que se censuren o que se destruyan. Pero, ¿no sería más sencillo (y productivo) si no consumieran dichas expresiones en primer lugar? Que es el otro factor moderno problemático: la cultura de hoy en día de “compartir” y mezquinamente pelear por likes y similares recompensa mucho más la crítica destructiva (entre más vociferante mejor), que el alegremente platicar de las pendejadas que nos gustan sin meternos con los gustos de los demás. Sin duda alguna se va a generar más tráfico si me pongo a explicar, de la forma más agresiva o condescendiente posible, por qué ésto que le gusta a ciertas personas está mal, y encima por qué ellos fallan como seres humanos por tener esos gustos.

Ésta era la clara diferencia entre ser liberal y conservador hace unas décadas; los conservadores eran los que querían controlar qué pensaban y qué gustos tenían las personas: de ahí las “terapias de conversión” para los homosexuales; literalmente la idea era “cambiarles el gusto” para que quisieran andar con el sexo opuesto. Los liberales eran los que abogábamos por la libertad de cada quien de cómo pensar y de tener nuestros propios gustos, siempre y cuando no se infringieran los derechos de nadie más.

Ahora hay un sector no pequeño de gente que se autodenomina de izquierda, liberal y “progresista” que literalmente quiere humillar a otras personas por los gustos que tengan aunque no le hagan daño a nadie. Critiquen a las obras en su conjunto, no nada más por un aspecto que no les gusta (es su gusto; no el de todos); critiquen a los creadores, pero entiendan que las obras existen independientemente de los creadores (y siguen existiendo mucho después de que los creadores mueran); y definitivamente no critiquen a la gente que disfruta estas obras, si los mismos no le hacen daño a nadie.

Yo no quiero que los productos culturales que consumo tengan mensajes idílicos y los personajes en los mismos sean ejemplos intachables de cómo se deben comportar los seres humanos perfectos (bajo sepan ustedes qué definición de “perfecto”); quiero héroes y villanos dañados y falibles, que realicen acciones que yo nunca podría llevar a cabo, y con historias cuyos mensajes puedan contradecir lo que pienso y lo que digo, incluso cuando dichos mensajes estén mal. Si no qué hueva.

Y por supuesto me reservo el derecho a criticar inmisericordemente todas estas obras; o a no hacerlo si sólo ciertos aspectos son criticables y en su conjunto las encuentro de mi agrado.

No voy a ser parte de esta policía moral que se comporta como lo hacen los conservadores: tratando de determinar qué es o no lo “correcto” en ficción, y criticando a gente nada más por sus gustos. Así que en mis reseñas de cualquier tipo, pero particularmente de animé, porque ahí se darán los ejemplos más “controversiales”, no necesariamente mencionaré estos aspectos “negativos” si me parece que en general no demeritan a la obra en su conjunto.

Eso sí, siempre diré en cuál de las tres categorías del animé para adultos pertenecen, en mi opinión. Y si son o no arrechos, porque me encanta el término y quiero usarlo más seguido.

1Hablando de eso, vayan y vean Sex Education en Netflix: es espectacular y un ejemplo excelente de qué es ser sexo positivo.
1El término en inglés es, por supuesto, horny; la traducción obvia al español sería caliente, pero además de que no me parece que encapsule exactamente lo que quiero decir, el término usado en la Costa Chica de Guerrero (de donde es mi padre) es arrecho (especialmente cuando es aplicado a una mujer, arrecha), y creo que es un término que vale la pena que se recupere en español.
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El aborto a nivel nacional

Hace catorce años escribí una de las entradas de este blog de las que más orgulloso estoy: mi entrada del aborto. Cerca del final de esa entrada yo predecía:

El aborto durante las primeras doce semanas de gestación debe ser y será despenalizado en la Ciudad de México. Y de ahí seguirán otros estados, y eventualmente todo el país. Esta derecha estúpida, medieval y mocha que se opone podrá vociferar mucho, pero se van a chingar.

Nos llevó catorce años que ocurriera, y lo que pasó exactamente ayer es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional el castigo penal contra las mujeres que aborten en todo el país. Y llevó tanto tiempo, porque la democracia es lenta y aburrida.

No voy a escribir aquí de nuevo acerca de las obvias razones por las cuales el aborto debe ser despenalizado: no es por nada, pero mi entrada de hace casi década y media se ha preservado bastante bien; me parece que los argumentos que expongo en ella siguen (y seguirán) siendo válidos. También, si algún mocho quiere discutir acerca de por qué sí debería penalizarse el aborto, alegremente voy a borrar su comentario sin ni siquiera pensarlo: es una discusión absolutamente rebasada que ya perdieron (a nivel mundial, encima de todo); y además, como predecía en mi entrada de hace catorce años: ya se chingaron; pónganse a chillar si quieren, no nos importa. Son minoría, para hacer más intrascendente su opinión.

De lo que quiero escribir es de lo que muchos van a obviar o tergiversar respecto a esta decisión histórica en favor de los derechos de las mujeres por parte de la SCJN: la misma es un logro de la 4T.

No es un logro del Peje, de ninguna manera; pero sí es un logro de la 4T. Y que es justamente lo que muchos nunca han entendido acerca de los que votamos por AMLO en 2018 (y 2012, y 2006…): nunca fue acerca de él. Fue acerca del proyecto de nación; un proyecto que justamente permitió que de manera “natural” (je) la Suprema Corte de Justicia de la Nación declarara como derecho constitucional la potestad de las mujeres de decidir por ellas mismas lo que ocurre con su cuerpo.

Hay múltiples sectores que no se sienten representados por la 4T, discutiblemente con mucha razón; un montón de mujeres feministas y sus aliados siendo uno de ellos. Pero lo que pasa no es que la 4T (tomando en cuenta que es realmente un cúmulo nebuloso desde el punto de vista ideológico) estuviera en contra de sus demandas (en general); es sencillamente que se decidió priorizar otras cosas, siendo la corrupción y la desigualdad social los temas con más alta prioridad, sin duda alguna.

Por el bien de todos, primero los pobres. En ese sentido (y en casi todos) el Peje ha sido desesperantemente consistente.

Eso nunca significó que no se estuviera trabajando también en los temas de interés de estos sectores, como quedó obviamente reflejado en lo que pasó el martes. Es sólo que no era el tema político estándarte ni del Peje ni de su administración, porque hay cosas más importantes. Ojo: no estoy diciendo que las exigencias de los grupos feministas no importen; estoy diciendo que el capital político se invirtió en otros temas porque se podían satisfacer (al menos algunas de) estas exigencias sin caer en el desgaste político correspondiente. Que es justamente lo que ocurrió.

El Peje inteligentemente dejó la papa caliente en la SCJN, y la misma lo resolvió sin ningún tipo de drama; por unanimidad por parte de los 10 ministros de la corte presentes (completamente fortuito: no hubo ahí un acuerdo con la presidencia y la dirigencia legislativa de la 4T, cómo creen). Más aún, el Peje procedió a lavarse las manos negándose a pronunciarse al respecto en ningún sentido, nada más remarcando que debía seguirse la ley que de facto estableció la Suprema Corte. Habrá quien lo acuse de pusilánime al no dar su apoyo explícito a la despenalización del aborto; y peor aún, habrá quien diga que lo que pasa es que él realmente está en contra de despenalizarlo. Y los que hemos seguido al insoportable tabasqueño por más de 20 años nos meamos de la risa porque le están haciendo un favor. No importa si el Peje está o no en lo personal a favor o en contra de la despenalización del aborto; es uno de los políticos más hábiles y pragmáticos que ha tenido México: lo que le importa es que se siga el proyecto de nación que él impulsa.

Hay un montón de católicos y cristianos que se oponen a la despenalización del aborto, pero que apoyan los programas de justicia social de la 4T (siguiendo de hecho las enseñanzas de Jesús, si suponemos que existió); el lavarse las manos, independientemente de qué crea el Peje en lo personal, le permite seguir recibiendo el apoyo de estos sectores para sus programas sin desgastarse en un conflicto que para muchos no nos es primordial. Y además, el lavarse las manos implica que tampoco obstaculiza la decisión de la SCJN, por lo que también gana puntos con los sectores (o al menos con una parte) que impulsábamos la despenalización del aborto desde hace décadas.

Él mismo lo dice con casi exactamente esas palabras:

Es una decisión del Poder Judicial, de la Corte que fue prácticamente unánime, que debe de respetarse, no debemos nosotros, en mi caso, tomar partido porque hay posturas encontradas, yo no debo en este caso pronunciarme más que en favor de lo que ya resolvieron los ministros de la Suprema Corte.

Es de verdad una maniobra política magistral; más aún si se toma en cuenta la coyuntura nacional, con los imbéciles senadores del PAN habiendo recibido unos días antes al líder de VOX (partido español fascistoide que está en contra del aborto, como el mismo PAN); y la internacional, con Texas habiendo pasado una ley que en los hechos prohíbe el aborto en todos los casos. Si no lo pueden ver, bueno, no hay mucho que yo pueda hacer por ustedes.

Y las feministas que votaron por el PAN en julio, porque se creyeron que ahora convenientemente resulta que a ese partido sí le importan los derechos de las mujeres: vean lo que siguen diciendo (encima del papelón respecto a VOX). Como dije en mi entrada de que la democracia apesta: nunca hay opciones perfectas, sólo hay opciones menos peores, y esas son las que debemos elegir.

¿Por quiénes les va a convenir votar en 2024? Porque fue durante el primer sexenio de la 4T cuando el aborto por fin se despenalizó a nivel nacional en México. Eso puede ser por muchas cosas; pero les puedo garantizar que no fue por casualidad.

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Margarita

En julio de 2019 fui a la Cineteca Nacional a ver Margarita.

Diría que se aplican las de siempre; pero como el documental realmente no cuenta una historia, no creo que importe.

Joker

Margarita

Yo jamás hubiera visto esta película por mi cuenta; y ciertamente hubiera preferido no verla (eso 73 minutos de mi vida están perdidos para siempre), pero bueno.

Antes que nada, Margarita es un documental bien hecho: los aspectos técnicos son más que pasables (más aún considerando la edad y experiencia del director cuando la hizo), y desde un punto de vista de cinematografía es bastante buena.

Dicho sea eso, este documental no me gustó porque, en primer lugar, es de estos documentales artísticos donde en lugar de, ya saben, documentar al objeto de estudio, lo que hacen es mostrar una serie de tomas (visualmente muy padres, la mayoría) desconectadas donde la epónima Margarita, a veces, explaya las cosas que circulan en su obviamente dañada cabeza, o bien tiene conversaciones delirantes con el director. Quién es Margarita; de dónde viene; qué ocurrió para que pasara de modesta actriz a situación de calle en la Ciudad de México; nada de esto al parecer le importa al realizador, porque ciertamente no lo muestra en la película (no me queda claro que él mismo lo sepa). Menos aún hay en general un análisis (o un intento del mismo) de las políticas sociales y de salud (particularmente mental) pública en el país que permiten que este tipo de casos ocurran. Pedir el comentario de algún experto (no digamos varios) que pudiera opinar al respecto y dar propuestas para subsanar dichas políticas es un sueño guajiro, supongo.

En segundo lugar hay una muestra increíble de prepotente privilegio en el subtexto del documental: “vamos a mostrar un ejemplo de cómo vive una adulta mayor en situación de calle… vamos a abrirle los ojos a la gente para que se enteren de esto”. Yo crecí rodeado de gente en situación de calle; todos los chilangos que hemos usado el metro sabemos de casos similares. Sólo desde una perspectiva de inmenso privilegio de alguien que ha decidido toda su vida ignorar el hecho de la pinche desigualdad que existe en el país y en la Ciudad, el tema le podría resultar novedoso: “Look! How quaint, a homeless lady in Mek-zi-kou City! Fascinating!” Más aún porque, de nuevo, no hay un análisis del porqué, u opiniones de cómo mejorar la situación.

En tercer y último lugar (y éste es el que me encabrona); esa pobre mujer, a falta de un mejor término, está mal de la cabeza. No es posible, en éste o ningún mundo similar, que pudiera dar consentimiento a que le estuvieran forzando una cámara de video en la cara durante múltiples meses. El documental es más de una hora de abuso en contra de alguien que obviamente no está en pleno uso de sus facultades mentales. Y la película justo termina cuando Maragarita le dice al director que ya no quiere que la esté grabando: güey, ¿de verdad te tuviste que esperar quién sabe cuánto tiempo a que una mujer en un precario estado mental te tuviera que suplicar que ya no la grabaras para dejar de hacerlo? ¿Y aún así liberas la película? ¿Dónde chingados está la pinche empatía que se supone un documental de este estilo debería generar?

Así que no, no recomiendo Margarita; aunque esté técnicamente bien hecha no presenta nada digno de presentar (especialmente si, como habitantes de está Ciudad, abren los ojos a lo que ocurre en nuestras banquetas); y me parece que, en el mejor de los casos, raya en básicamente abuso contra alguien en una situación de desamparo desgarradora.

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Tengen Toppa Gurren Lagann

Tengen Toppa Gurren Lagann lo vi durante la pandemia, años después de que saliera. Había oído hablar de él, marginalmente; pero sí sabía que para mucha gente es de los mejores animés que se han hecho, y en particular de mechas.

Spoilers: no lo creo, realmente. Pero es muy divertido.

Tengen Toppa Gurren Lagann

Tengen Toppa Gurren Lagann

Simon y Kamina, dos muchachos de unos 14 y 21 años que son amigos pero se tratan como hermanos, viven en una aldea subterránea, pero tienen el sueño de excavar a la superficie, lo cual es tabú por razones que ya nadie recuerda. Un día encuentran un pequeño mecha enterrado, y gracias a él consiguen escapar a la superficie, ayudados por Yoko, una hermosa muchacha que pelea en la superficie contra los hombres bestia, que mantienen a toda la humanidad bajo tierra.

Yoko

Yoko

Los muchachos comienzan a aumentar a Lagann, el pequeño mecha, inicialmente con Gurren, un mecha más grande (de ahí Gurren Lagann); pero después lo aumentan con un buque de guerra; después con una base planetaria; y hacia el final de la serie con básicamente galaxias enteras (como matrioshkas), porque la serie no tiene el menor sentido en lo que respecta a leyes de la física o de dónde sale la energía para todo, dando una nebulosa explicación de que es “energía de espiral” de todos los seres vivos con ADN en doble hélice (o “espiral”, supongo). Los villanos cambian conforme avanza la serie, comenzando con los hombres bestia; pero a la mitad resulta que éstos son realmente refugiados, huyendo de otros seres que son los (imaginativamente llamados) “anti espirales” y que persiguen y exterminan a los seres vivos con “energía de espiral”.

La historia es estupidísima, al grado de que sería insultante si no fuera porque los personajes son entrañables; en particular Kamina, que es demasiado asombroso, guapo y simpático como para que pudiera permanecer vivo, por lo que inevitablemente lo matan como a la tercera parte de la serie, dejando devastados a Simon (que pierde a su mejor amigo/hermano/figura paterna) y a Yoko, cuando el correspondiente arroz ya estaba a punto de cocerse.

Kamina

Kamina

Además de los entrañables personajes, la serie está llena de acción frenética, si no exactamente hermosamente, animada; y un humor repleto de sinsentidos del estilo de Buster Keaton o Charlie Chaplin en sus mejores épocas. Y a pesar de ese humor, la serie sabe ponerse seria y dramática cuando es necesario; como cuando matan a Kamina; o cuando matan a Kittan cerca del final, dejando de nuevo devastada a Yoko, cuando el correspondiente arroz ya estaba a punto de cocerse. Para lo que importe, la música está bastante padre también.

Supongo que en su momento la serie fue muy original, en especial en el género de óperas del espacio y de mechas gigantes, donde cosas como Macross, Gundam y Evangelion habían marcado la pauta de ser terriblemente serios y dramáticos. Tengen Toppa Gurren Lagann es en gran medida una comedia, y ciertamente una muy divertida. Pero la historia de verdad no tiene sentido; y yo no entiendo como hay gente que prefiere a Tengen Toppa Gurren Lagann sobre Darling in the FRANXX. Entiendo que haya quien se burle de Zero Two Mecha Chichis; pero no me cabe en la cabeza que esa misma gente no se burle también de la batalla final de Gurren Lagann, donde dos mechas con el poder del universo se lanzan mútuamente galaxias como proyectiles.

Galaxy weapons

Galaxy weapons

Como sea; el animé está divertido y los personajes son entrañables, si bien la historia es estúpida hasta gritar basta. Además (y esto para mí sí le baja puntos, considerablemente), el romance es casi inexistente, y cuando existe suele ser trágico; como los prontamente asesinados proto novios de Yoko; o Simon y Nia, que él la logra salvar para que se casen, pero inmediatamente después ella se desvanece en polvito, como la mitad del universo en Endgame, porque púdranse si querían que personajes entrañables sobrevivieran o tuvieran finales felices.

Así que la recomiendo, pero tibiamente; está en Netflix, si la quieren ver.

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El cine

El jueves, después de casi año y medio, volví a ir al cine. Esta entrada es acerca de la experiencia, no de la película que fui a ver (Black Widow); de eso hablaré cuando me haya puesto al día con mis reseñas.

Normalmente cuando iba al cine solo, lo hacía cerca de la media noche; pero como me acerco peligrosamente a la mediana edad (o ya estoy ahí, si soy más sincero), fui a las 7pm. El cine estaba bastante libre, pero no vacío; además, decidí ir a una función VIP, porque me pareció apropiado.

Usé mi cubrebocas todo el tiempo, excepto cuando comí (decidí cenar ahí), y los que atendimos me parece que cumplimos en general con la sana distancia. El personal de Cinépolis parecía bastante hábil con mantener todo desinfectado; no estoy 100% seguro de que de verdad desinfecten toda la sala entre funciones, pero al menos sí lo hacían con todo lo que tocaban al tomar órdenes y servir los alimentos.

Sí extrañaba mucho ir al cine, lo que no es de extrañar dado que es de las actividades de esparcimiento que antes de la pandemia con más regularidad hacía. El usar el cubrebocas no fue tampoco tan incómodo; claro que en las elecciones tuve mi cubrebocas durante casi 14 horas continuas, así que un par en el cine de verdad no son nada en comparación.

La cosa es, no fue en lo más mínimo un regreso a la “normalidad”; eso no va a existir durante meses, es posible que años. Entonces no fue, como me hubiera gustado, un cierre simbólico de este periodo exasperante que hemos vivido durante casi año y medio; fue recuperar un pedazo, muy diminuto, de lo que podíamos hacer antes de que este virus infectara, literalmente, a todo el mundo. Un respiro; pero para nada un triunfo o una causa real de celebración. Y en mi caso, sólo el poder decir que continúo habiendo visto todas las películas del MCU en la pantalla grande.

No sé cuándo regrese al cine de nuevo; la experiencia no fue mala, pero el hecho es que los casos han estado subiendo de nuevo, y es indudable que el descuido de aquellos que ya hemos sido vacunados ha contribuido a eso. Por desesperante que sea, creo que lo más responsable es seguir encerrados; tal vez no tan religiosamente como fue al inicio, pero sí mantener la guardia en alto. ¿Una película muy de vez en cuando? Seguro. ¿Una cada semana? Creo que sería mala idea; al menos mientras la curva mantenga pendiente positiva.

Como sea; ir al cine es la neta, y me da gusto haber ido de nuevo. Nada más no creo que lo repita muy pronto.

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Spider-Man: Far From Home

A inicios de julio de 2019, fui a ver la que, sin saberlo en ese momento, sería la última película del Universo Cinematográfico de Marvel que se estrenaría en más de dos años, Spider-Man: Far From Home. Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Spider-Man: Far From Home

Spider-Man: Far From Home

La primera película del MCU después del mastodonte que fue Endgame, esta película tiene la ventaja de que no se toma muy en serio, y explota todas las posibles referencias que puede del MCU con la irreverencia de una compañía que sabe que está jugando con los juguetes de alguien más. A un costo elevadísimo, pero no son sus juguetes al fin y al cabo.

Está muy divertida la película, y me encantó lo que hicieron con Mysterio, un supervillano que no siempre ha sido fácil usarlo en cómics, dejen ustedes películas. El problema es que este Spidey no tiene nada que ver, a estas alturas, con el Spider-Man que yo leí de chavo. La encarnación es más similar a la del universo Ultimates; pero de hecho es la encarnación propia del MCU. MJ es otro personaje; Peter literalmente hereda varias herramientas tecnológicas de Tony Stark; la tía May sabe que él es Spider-Man, etc., etc. Nada de esto es parte del personaje original de los cómics; esto no hace menos disfrutable la película (y de hecho al contrario, permite hacer cosas muy novedosas con el personaje), pero sí hay cierto dolor nostálgico de mi parte: el Hombre Araña fue por muchos años mi superhéroe favorito, y por divertidas que hayan sido sus últimas dos películas (y su participación en otras del MCU), pues ni es lo mismo, ni es igual.

De cualquier forma, en el contexto del MCU, la película es sin duda muy entretenida y ciertamente aprovecha todo el legado de las más de 20 películas de Marvel para insertar incontables easter eggs, que son inútiles pero está divertido encontrarlos. No creo que sea necesario comentar mucho acerca de la película misma; no sólo porque se estrenó hace un par de años, sino porque es otro churrito de la maquila en serie en que se convirtió el MCU. Es ligero, divertido, lleno de acción con harto CGI, y pues con conexiones al resto del universo donde radica; salen skrulls; sale Nick Fury; mencionan a Captain Marvel; etc. Yo sí la recomiendo, pero pues probablemente ya todo mundo la vio.

Está en Amazon Prime, por si no lo han hecho.

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Goblin Slayer

En los primeros meses de la pandemia vi Goblin Slayer; esto fue importante, porque una vez que mis cursos se acomodaron a ser en línea (nunca se acomodaron 100%, pero eso es otra discusión), el estar encerrado todo el tiempo y ya nunca ir al cine sí causó que volviera a ver animé como si fuera una venganza. Este último año y medio ha sido cuando más animé he visto en mi vida, hablando del ritmo en que lo veo. Y eso está padre, porque hay unas series fabulosas que han salido en los últimos años: y Goblin Slayer es una de ellas.

Goblin Slayer

Goblin Slayer

La premisa de Goblin Slayer es relativamente sencilla; en un mundo de fantasía (elfos, enanos, hechizos y aventureros), los goblins (que traduciré a orcos, porque de hecho en el canon de la serie así les dicen los elfos) son seres malignos que atacan a los humanos; por diversión, para obtener armas y alimentos, pero en gran medida para raptar y violar humanas, embarazándolas en el proceso. Al parecer es su principal medio de reproducción.

Un niño humano por pura suerte está fuera de su pueblo un día que atacan los orcos, lo que resulta en que todo su pueblo y su familia sean asesinados y sus parientes mujeres violadas y asesinadas. Esto ocurre porque, aunque todo mundo sabe del comportamiento de los orcos, los aventureros en general no aceptan labores que consistan en cazarlos, porque son enemigos relativamente débiles y el perseguirlos no suele producir muchas ganancias, ni mucho menos fama y prestigio, que les interesa mucho a los aventureros. Los orcos se aprovechan de esto, atacando pueblos pequeños y alejados que al parecer no a muchos les importa sean sus habitantes asesinados y sus mujeres violadas y asesinadas.

El niño sobreviviente entrena toda su vida para convertirse en aventurero, y se dedica exclusivamente a aceptar labores que consistan en exterminar orcos, lo que le hace ganarse el titular nombre de Goblin Slayer. Muchos aventureros lo miran con desprecio, porque justamente no ven como algo loable el dedicarse a destripar orcos; aún así, Goblin Slayer tiene el tercer grado más alto que pueden tener los aventureros, y los aventureros más experimentados en general lo respetan y admiran. También en general se corre su fama, lo que hace que cualquiera que esté interesado en destripar orcos vaya y lo busque. Si orcos es tu problema, Goblin Slayer siempre es la solución.

Todo esto que acabo de escribir se explica en la serie de manera extremadamente lenta; la historia en sí comienza con una sacerdotisa novata, que se une a un grupo de aventureros casi igual de novatos que ella que aceptan una tarea de limpiar un nido de orcos, creyendo que será muy fácil, e ignorando las advertencias de la chica recepcionista del gremio de aventureros. Por supuesto su grupo termina siendo emboscado, masacrado y las mujeres violadas y asesinadas; excepto una, que sobrevive para vivir traumatizada el resto de su vida, un destino al parecer no muy raro para las mujeres violadas pero no asesinadas por los orcos.

Cuando los orcos están a punto de violar a la sacerdotisa es justo que aparece Goblin Slayer y procede a hacer lo que él hace: destripar orcos. En el proceso la salva a ella y su compañera violada, y después se despide como si le hubiera ayudado a cruzar la calle. La sacerdorisa, traumada de la experiencia pero deseando cumplir su deseo de ser aventurera, le pide a Goblin Slayer que la deje acompañarlo en sus aventuras, lo que él acepta pero dejando claro que a él sólo le interesa destripar orcos. La historia en general los sigue a ellos dos, unidos más adelante por una arquera elfa, un shamán enano y un sacerdote lagarto, estos últimos tres al mismo nivel que Goblin Slayer.

Este animé es espectacular: el diseño de personajes es fabuloso; la animación es muy buena en las casi ininterrumpidas peleas (y que siempre incluyen a Goblin Slayer destripando orcos); la música está increíble; y la historia es mucho más compleja y profunda de lo que uno esperaría al inicio. Los personajes nunca usan sus nombres, usando más bien sus razas, profesiones, o fama (como Goblin Slayer); esto daría pie a que dichos personajes fueran terriblemente unidimensionales, pero es justamente lo contrario: cada uno de ellos tiene su propia personalidad, deseos y necesidades, y en general todos crecen a lo largo de la historia, aunque por supuesto los que más lo hacen son Sacerdotisa y Goblin Slayer.

En romance es más o menos complicado; a un nivel superficial, este animé tiene la unidad familiar básica del medio, el harén.

Harén

Harén

En los hechos sin embargo, Sacerdotisa ve a Goblin Slayer como una combinación de mentor, amigo y figura paterna; sí hay algo de atracción también (el tipo es tan ridículamente estoico y masculino que yo me siento atraído a él), pero su relación es primordialmente profesional. La Chica del Gremio (así le llaman, Guild Girl) está sin duda infatuada con él, pero en los hechos se limita echarle miraditas coquetas y suspirar cada vez que se va a destripar orcos. La Arquera Elfa lo ve como un colega y un amigo, y aunque (de nuevo) hay algo de atracción, es demasiado orgullosa como para ni siquiera admitírselo a sí misma. La Doncella de la Espada podría ser un interés romántico, pero en ese caso además de los traumas de Goblin Slayer habría que superar los traumas de la misma Doncella de la Espada, así que no se ve que pudiera avanzar mucho el asunto.

Sword Maiden

Sword Maiden

Lo que nos deja con la Chica Vaquera; no en el sentido de pistolera, sino literalmente de ordeñar vacas. La Chica Vaquera es la amiga de la infancia de Goblin Slayer, y la única otra sobreviviente de la masacre de su pueblo. Goblin Slayer siente una responsabilidad casi religiosa de protegerla, y cuando descansa (que es raro), lo hace en el rancho de la Chica Vaquera.

Cow Girl

Cow Girl

Casualmente, contrario a la Chica del Gremio o a la Doncella de la Espada, la Chica Vaquera nunca muestra ningún interés romántico por Goblin Slayer; no porque no lo tenga, sino probablemente porque es la única que entiende el profundo trauma que sufre Goblin Slayer y que no le permite tener ninguna relación amorosa. No es que su trauma no lo deje; ni siquiera le puede pasar por la cabeza. De manera muy similar a Batman, Goblin Slayer es monotemático y unilineal: tiene un misión que cumplir, y esa misión es destripar orcos.

Destripando orcos

Destripando orcos

Además de los increíbles personajes y los arcos que tienen donde los podemos ver crecer, hay una historia detrás de la historia, que deja entrever que el mundo de Goblin Slayer es realmente un juego de rol (probablemente Dungeons & Dragons), donde los jugadores de ese juego funcionan como dioses en el mundo de Goblin Slayer; pero que él en particular, como decía la Sonora Santanera, se enfrenta al destino (los dados en los juegos de rol) y le gana.

Me encantó la serie; es brutalmente violenta (contra mujeres en particular, por el comportamiento de los orcos), pero es de las mejores series que vi en el año de la pandemia. La película que salió después de la primera temporada es bastante buena, aunque hicieron trampa y realmente sólo tiene como 40 minutos de material nuevo, siendo el inicio un recuento de la primera temporada. La segunda temporada ya fue anunciada, y yo tengo muchas ganas de verla; es un mundo y unos personajes que merecen ser más explorados.

Yo la recomiendo ampliamente; está en Crunchyroll si les interesa.

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Solteras

Hace poco menos de dos años fui a ver Solteras, que realmente no fue mi idea. Se aplican las de siempre.

Solteras

Solteras

Yo no tenía ganas de ver esta película por dos razones: porque generalmente no veo el cine nacional en el cine (dado que generalmente apesta); y porque la premisa de la película (una muchacha recién dejada se ve tan desesperada por conseguir quien sea para poder casarse que recurre a un “curso” para conseguir prometido) me parecía estúpida, por no decir insultante a básicamente todas las mujeres en mi vida.

A estas alguras del partido, he expulsado de mi vida a cualquier persona (hombres, mujeres o lo que sea) que pudieran al menos juguetear con la idea idiota de que una mujer de alguna manera tiene fecha de expiración, donde si no se ha matrimoniado para cierta edad eso causa que sea un fracaso, o algo por el estilo. Sí he conocido gente así (lamentablemente); pero como digo ya no forman parte de mi vida. Y desde hace mucho tiempo, por cierto.

Dado todo lo anterior, pensé que la película no sólo no me iba a gustar, sino que de hecho la iba a encontrar ofensiva. Como a los cinco minutos ya me estaba meando de la risa.

No sólo Cassandra Ciangherotti es espectacular como la mensa protagonista; en general el elenco es bastante bueno, el guión es sinceramente muy divertido (si bien no particularmente original); y lo más importante, al final Ana termina igual de soltera que cuando empieza la película, pero entendiendo que a) primero que nada debe estar bien ella si quiere estar con alguien, y b) si no está con nadie eso también está bien.

Que es por supuesto la filosofía correcta en este tipo de cosas.

Pero de verdad, incluso si la historia hubiera acabado con Ana felizmente “realizada” por haberse casado, no importaría mucho: la Ciangherotti es tan encantadora en su papel que aún así me hubiera gustado la película. Digo, tampoco esperen una joya de la cinematografía mexicana; es un churrito romántico, que pasa por todos los lugares comunes de las comedias ídem. Pero está muy bien hecha, es muy honesta, no es nada pretenciosa, y es muy cagado ver a la Ciangherotti cometiendo pendejada tras pendejada tratando de atrapar marido.

Así que yo sí la recomiendo; está en Netflix, por si les interesa.

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Darling in the FRANXX

Después de Citrus, fue el turno de Darling in the FRANXX. Este animé lo vi en el 2019, pero no estoy seguro de cuándo exactamente; lo que sí es que había entrado en un nuevo periodo de casi no ver animé, que puedo confirmar porque no vi ningún otro ese año.

Darling in the FRANXX

Darling in the FRANXX

Me avergonzaría lo mucho que disfruté este animé, si no fuera por el hecho de que no tengo vergüenza.

La serie, al salir, fue muy comparada con Neon Genesis Evangelion; y ciertamente hay múltiples elementos en común, pero no entraré en ellos aquí. No se preocupen, cubriremos a Eva en su momento, pero lo único que diré aquí es que al final me dejó mucho más satisfecho Darling que Eva.

Podría dar una sinopsis de la historia, pero eso probablemente sea un error (especialmente porque entre más avanza la misma menos sentido tiene); sólo sepan que son mechas piloteados por parejas de adolescentes, utilizando el poder de la posición de perrito.

Doggy Style

Doggy Style

Hey, qué bueno que alguien decidió explotar ese recurso natural.

La serie tiene más fan service que el que pediría el adolescente más urgido del universo; y como digo arriba la historia general comienza a deshacerse por las costuras conforme más avanza la trama, culminando cerca del final, donde Zero Two (una de las más espectaculares waifus que nos han dado los dioses del animé) termina transformada en nave espacial, con senos que podrían confundirse con montañas, como decía Shakira; y maquillaje, porque por supuesto que sí.

Zero Two Mecha Chichis

Zero Two Mecha Chichis

¿Porqué digo entonces que la disfruté tanto? Porque la historia de mechas y klaxosaurios y extraterrestres y el destino de la humanidad es un pretexto muy elaborado para contar la historia de múltiples romances, la mayor parte adolescentes: que por supuesto incluyen el de Zero Two y Hiro, su famoso Darling; pero también el de Hiro e Ichigo (que cómo se esfuerza la muchacha); el de Ichigo y Goro (que cómo se esfuerza el muchacho); el de Hiro y Mitsuru (que él no se esfuerza, realmente); el de Futoshi y Kokoro (que ella hace lo que sea que es lo contrario de esforzarse, lo que lleva a); el de Kokoro y Mitsuru; el de Zorome y Miku; el de Ikuno y Naomi; el de Nana y Hachi; y sí, incluso el del Dr. Franxx y la Dra. Milsa.

También, y aunque la historia sí se cae a pedazos hacia el final de la serie, el inicio está muy bien con un mundo fascinante y una premisa fabulosa; la acción es impecable durante todos los episodios (y sí, incluyendo a Zero-Two-nave-espacial-chichimontañas); la música es espectacular; y el diseño de personajes es encantador.

Zero Two e Ichigo

Zero Two e Ichigo

Encima de esto, y aunque repito por enésima vez que la historia no tiene el menor sentido hacia el final, el núcleo de la misma (el romance de Zero Two y Hiro, inevitable desde el fatídico día en que se conocieron, así como el resto de las relaciones entre todos los personajes) sí lo amarran muy bien. La historia de mechas y klaxosaurios y extraterrestres y el destino de la humanidad es la que se quiebra bajo su mismo peso; pero como digo al inicio, es sólo un pretexto elaborado para relatar las relaciones entre los muchachos y el puñado de adultos que los cuidan.

A mí me encantó, porque los personajes están muy bien definidos y en general a lo largo de la historia uno puede entender perfectamente qué es lo que quieren y qué es lo que necesitan; y lo que es más, la historia (centrándonos en los personajes), satisface esos deseos y necesidades muy bien; que haciéndolo satisface al espectador (digo yo).

Y sí, incluyo en eso el final feliz de Zero Two y Hiro cientos de años en el futuro, al reencarnar después de sacrificarse para salvar a la humanidad. No digo que tenga mucho sentido; pero sí es satisfactorio; o al menos lo fue para mí.

Pero además es una serie que es, además de la acción, básicamente puro romance adolescente, con los deseos, dudas, tribulaciones y decepciones que eso conlleva; a mí en particular me encantó Ichigo, la amiga de la infancia de Hiro, que por supuesto está enamorada de él y que por supuesto inicialmente detesta a Zero Two, porque la advenediza muchacha se lo quita de inmediato y sin ningún tipo de cuartel.

Ichigo

Ichigo

Las confrontaciones entre ambas son fabulosas, porque aunque Zero Two es mejor piloto, más alta y mucho más fuerte que Ichigo (es más fuerte que todos; es básicamente un klaxosaurio en forma humana), la pequeña muchachita se le pone al tiro en múltiples ocasiones, ignorando siempre el hecho de que Zero Two puede literalmente matarla con una mano.

Este triángulo amoroso (uno de los múltiples en la serie, pero sin duda el mejor) resulta en una de mis secuencias favoritas; no sólo en Darling in the FRANXX, sino en todo el animé que yo haya visto. En un punto en la historia, separan a Zero Two y Hiro, por razones; esto por supuesto alegra a Ichigo y destroza a Hiro, pero entonces ella se da cuenta de cómo lo está afectando. Cuando él comienza a correr para ir detrás (inútilmente) de Zero Two, Ichigo lo abraza y le dice que no se lo va a permitir: que si va detrás de ella terminará convirtiéndose en un monstruo; que ella preferiría morir antes de permitir que eso ocurra. Cuando Hiro comienza a contradecirla, Ichigo lo besa y le dice que quiere estar con él para siempre; que puede hacer lo que sea por él; que lo es todo para ella. Que lo ama.

La confesión de Ichigo

La confesión de Ichigo

Varios fans de la serie reaccionaron con ira ante el hecho de que Ichigo hiciera una movida sobre Hiro justo en su momento más vulnerable; pero por supuesto que lo iba a hacer. Es la líder del escuadrón, por supuesto que va a luchar por el hombre que ama; por supuesto que va a hacer su lucha.

De forma completamente inútil; porque Hiro procede a seguir lamentando la partida de Zero Two. Es brutal y fabuloso; pero todavía más fabuloso es cómo la serie arma un final feliz para Ichigo (y para Goro, que supongo es importante para él). Y no es barato o apresurado; es orgánico y metódico, con Goro dándole espacio y tiempo a Ichigo para superar su dolor y que pueda verlo como una pareja romántica.

Goro e Ichigo

Goro e Ichigo

El que a hierro mata.

Me encantó la serie; con todo y sus múltiples problemas (en particular la historia global hacia el final). Es un buen animé; no tan bueno como Eva (pocos lo son), pero de hecho más satisfactorio en cómo desarrolla a los personajes y cómo les permite alcanzar algo similar a la felicidad hacia el final, especialmente después de los infiernos que les hace atravesar.

Así que yo sí lo recomiendo, con todo y Zero Two chichimontañas; lo pueden ver en Crunchyroll, si les interesa.

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John Wick: Chapter 3 – Parabellum

A inicios de junio de hace dos años fui a ver John Wick 3. Se aplican las de siempre.

John Wick 3

John Wick 3

Me encantan estas películas porque la acción se vuelve cada vez más espectacular y la historia cada vez más estúpida. Todo el mundo subterráneo de asesinos y monedas de oro adquiere un tono más inverosímil (e internacional) en esta entrada; pero a mí no me importa porque es muy entretenido ver a John Wick matar a todo mundo que se le acerca un metro. Y además tenemos a Laurence Fishburne, Anjelica Huston e Ian McShane masticando el escenario como si fuera chicle Futigum.

No hay mucho que decir más de la película; está divertida si apagan sus neuronas durante dos horas, y me imagino que iré a ver la cuarta entrega cuando salga en el cine, más aún con el renacimiento de Keanu Reeves que estamos teniendo en este último par de años. Lo que sí es que tienen que entender qué están haciendo cuando van a ver este tipo de películas; se puede discutir, muy profundamente por cierto, si John Wick: Chapter 3 – Parabellum es una buena película o no, adentrándonos no solamente en la obvia discusión de los aspectos técnicos y artesanales del proceso cinematográfico, sino en el análisis cuidadoso del viaje del héroe que tiene o no John Wick en ésta película y las que la preceden.

Todo eso es válido, pero a mí me parece un sinsentido: John Wick es un asesino que, cuando alguien asesina su cachorrito, va y mata 77 individuos. Bajo esa premisa tan estúpida, uno debe de aceptar el hecho de que va a ver este tipo de películas para ver cómo John Wick asesina de maneras cada vez más espectaculares a decenas de monitos. Desde esa perspectiva, la película no sólo es buena; es de las mejores que existen.

Así que yo sí la recomiendo; está en Amazon Prime, y de hecho toda la trilogía, por si les interesa.

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Citrus

Después de Kakegurui vi Citrus; la verdad no recuerdo exactamente cuándo, pero debió ser en 2018 porque ese año se estrenó.

Citrus

Citrus

Hay muchas cosas que soy, pero una lesbiana adolescente preparatoriana no es una de ellas. En ese sentido, Citrus es un animé que defintivamente no está pensado para mí.

Yuzu es una encantadora muchachita, que su mamá se casa de nuevo y por lo tanto se muda y entra a una nueva prepa para mujeres. Yuzu me recuerda mucho a varias de mis compañeras de la secundaria, que hacían todo lo que estaba a su alcance para darle la vuelta a todas las reglas que había respecto cómo debían vestir el uniforme y no usar spray en el cabello o maquillaje; Yuzu dobla la falda del uniforme para que se vuelva mini falda, utiliza una blusa de color lila para enseñar su modesto escote, y de plano se niega a usar la corbata negra del uniforme, prefiriendo usar un coqueto moño. Además, utiliza maquillaje, aretes colgantes y una amplia variedad de peinados que resaltan su cabello oxigenado. Todo esto causa que de inmediato entre en conflicto con la presidenta del concejo estudiantil, Mei, en cuyas manos recae aplicar las reglas del uniforme y maquillaje. Consecuente con su papel, Mei sigue al pie de la letra las reglas del uniforme, además de que siempre se comporta de manera propia y fría, contrastando con la personalidad alegre y bulliciosa de Yuzu.

Por supuesto, resulta que Mei es la hija del nuevo esposo de la mamá de Yuzu (y nieta del director de la escuela), y las dos muchachitas terminan compartiendo recámara (y una cama matrimonial, por razones) en la nueva casa de ambas. Cómo pasa la narrativa de que estas dos hermosas adolescentes pudieran ser básicamente enemigas mortales, a que se estén dando de besos pasionales en las noches solitarias que pasan juntas, es de las cosas más entretenidas, románticas y eróticas que he visto en mucho tiempo.

Citrus no es hentai; pero sí altamente erótica y con un par de desnudos, de la manera en que se considera “propio” en Japón (dícese nada más de espaldas), por lo que supongo entonces que sí califica como ecchi, aunque a mí me pareció en el fondo realmente inocente. También es tierna, divertida, romántica e interesante, al menos en el sentido de que yo nunca había visto un romance lésbico adolescente así representado.

No quiero entrar mucho en la trama, porque es deliciosamente dramática (sin perder el buen humor), pero sí quiero mencionar un recurso visual que jamás se me hubiera podido ocurrir a mí y que utilizan mucho; varias veces en la serie, una de las muchachas empuja a la otra (sobre el escritorio/la cama/el suelo) para darle un beso apasionado, y justo antes o después de hacerlo la que empuja (y por tanto la que queda arriba) comienza a llorar desconsoladamente, lo que resulta en que sus lágrimas caigan sobre la cara de la empujada (y por tanto la que queda abajo).

Lágrimas

Lágrimas

Visualmente es poderosísimo, pero a mí me resultó fascinante porque me parece que es algo que ni siquiera me puedo imaginar a un hombre haciendo (no importa si sobre una mujer u otro hombre). De alguna forma deconstruye la figura clásica del que abusa físicamente (porque la muchacha que empuja lo hace porque quiere imponer su voluntad utilizando violencia física) y la deja paradójicamente más vulnerable que la figura siendo abusada; en una supremacía física, pero emocionalmente rogando que, por favor, la quieran. Es una cosa que desde mi perspectiva es intrínsecamente femenina… y altamente erótica, pero igual y esas son mis perversiones.

Me encantó la serie, a pesar de (o tal vez precisamente por) que muestra una perspectiva de la que no sólo nunca fui parte, sino que es tal vez lo más lejano a lo que soy o podré ser jamás. A veces se pasa un poco de dramática y sí hay un par de momentos en los (misericordiosamente pocos) episodios donde no pude evitar decir en voz alta: “ya, pinches viejas, dejen de estar de nenas y bésense”; pero es sin duda alguna entretenida, muy tierna y bastante erótica sin ser jamás (me parece) de mal gusto o vulgar.

Normalmente menciono la animación, el diseño de personajes y la música al reseñar un animé; no se preocupen, en Citrus son buenos todos esos aspectos. Es sólo que la historia eclipsa completamente a lo demás; de verdad es muy buena, si bien algo dramática a veces. Que yo no me quejo, por cierto.

Así que (y reiterando una vez más que sigo siendo lo más alejado posible de una lesbiana adolescente preparatoriana) les recomiendo altamente que vean la serie; está en Crunchyroll, si les interesa.

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Hijo de la Oscuridad

A finales de mayo de hace dos años, fui a ver Brightburn. Se aplican las de siempre.

Brightburn

Brightburn

Esta película contesta la pregunta milenaria; ¿qué pasaría si Superman fuera malo?

Brandon Breyer sigue los mitos de Clark Kent de forma muy cercana; un extraterrestre que llega como bebé a la Tierra, donde es recogido y adoptado por una pareja sin hijos y que viven en una granja. Una cosa interesante que la película pudo haber hecho (una de las múltiples oportunidades perdidas de la misma), sería que los Breyer fueran padres abusivos, para girar el mito de Superman donde los Kent básicamente son la pareja más amable del mundo mundial; en su lugar, los Breyer sí quieren y cuidan a Brandon, si bien es obvio que la mamá lo hace con más ganas que el papá.

Cuando Brandon llega a los 12 años, la nave en la que llega a la Tierra (y que su papá escondió debajo del granero, igual que Jonhatan Kent) lo llama de manera hipnótica, haciendo que en Brandon despierten sus poderes, y además le da una orden muy sencilla:

Take the world.

La película me divirtió bastante, dado que los mitos donde Superman es el villano siempre me han parecido muy interesantes (es la fundación de los videojuegos de Injustice); pero sí pudo haber hecho algo más con la premisa. Brandon es malo porque es malo, porque es un agente de la invasión de una raza extraterrestre. Esto lo hace terrorífico; pero no particularmente interesante, como personaje. Es el monstruo de una película de terror; ataca a los protagonistas porque su papel es atacar a los protagonistas.

Por lo que estoy diciendo, debe quedar claro que narrativamente la película no es muy interesante; pero desde la perspectiva de una película de terror esto nunca ha sido terriblemente importante. Viendo a Brightburn como una película de terror, está bastante divertida y ciertamente novedosa. Puntos extras además por los papás de Brandon: Elizabeth Banks (que sigue siendo una de mis actrices favoritas) y David Denman, que la verdad únicamente había visto en The Office: hace muy buen papel aquí, como el marido sufrido que trata de convencer a la madre de que su hijo es básicamente un monstruo.

La película termina con los papás moridos y con Brandon, al parecer, sin nunguna sospecha sobre él, y continuando su labor de destrucción en el mundo. También se intuye que hay versiones maléficas de la Liga de la Justicia, causando caos y destrucción alrededor del mundo. A mí me gustaría que continuara esta historia; se le puede sacar mucho más jugo del que se obtuvo de la primera.

Así que yo sí la recomiendo, aunque la verdad no es tan buena como lo pudo haber sido. De todas formas está en Prime Video, si les interesa.

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Compulsive Gambler

Después de chillar como niña chiquita con Violet Evergarden, ya que estaba de hecho usando mi cuenta de Netflix decidí echarle un ojo a Kakegurui o Compulsive Gambler, porque el arte y diseño de personajes se veía interesante.

Técnicamente debería esperar para escribir de esta serie, porque comencé la segunda temporada y no la he terminado; pero la verdad no creo que haya nada de novedoso en la misma.

Kakegurui

Kakegurui

La serie trata de una escuela de élite donde las familias ricas y poderosas de Japón mandan a sus hijos a estudiar. Dentro de la misma, la jerarquía entre los estudiantes (incluyendo cosas como el concejo estudiantil) no está determinada por méritos académicos, competencias deportivas o cosas tan absurdas como son la democracia; en cambio, el nivel en el tótem que cada estudiante puede tener está dado por su éxito al apostar en distintos juegos que la escuela provee y alienta. Los estudiantes que caen en deuda están hasta abajo en el tótem, y de hecho se convierten en básicamente mascotas de sus acreedores.

Es, como pueden imaginarlo, una mamada de proporciones inverosímiles.

El animé tiene varias cualidades que lo rescatan: la animación y diseño de personajes es fenomenal; la música es bastante buena; y como probablemente corresponda a un animé de adolescentes lujuriosos que se juegan literalmente la vida en juegos de azar, la serie suele ser sexy de forma que a mí me parece muy entretenida, satisfaciendo los requerimientos que por ley este tipo de animés tienen que cumplir en Japón.

Sexy

Sexy

También, y porque claro que eso a mí no me molesta, el personaje focal de la historia (que no la protagonista), Yumeko Jabami, básicamente tiene un orgasmo cada vez que suben las apuestas en el juego… que es, por supuesto, todo el tiempo.

Yumeko Jabami apostando

Yumeko Jabami apostando

Hey, desde el inicio dije que la historia era una mamada.

El problema fundamental que tengo con la serie es que la justificación de que Yumeko casi siempre gana, es porque apuesta por el placer de apostar, no porque le importe ganar o perder. Que es por supuesto estúpido hasta decir basta: aunque medio tratan de explicar las estrategias que sigue la muchacha y mostrar su clara inteligencia, el hecho es que las cosas le salen a Yumeko por la “pureza” con la que juega el juego, al final derrotando a todo mundo, incluso cuando intentan usar trampas para detenerla.

Pero la verdad, por estúpida que sea la historia, los personajes están bien definidos y la animación y música están muy padres; además de que sí es emocionante ver cómo las apuestas suben y suben todo el tiempo, y como Yumeko conquista a todos, no sólo ganándoles, sino atrayéndolos para que la apoyen a seguir ganando. Para mi desagrado no hay casi romance (aunque sí tensión sexual para repartir), pero en general no creo que eso demerite al animé.

Así que sí lo recomiendo; sin duda alguna está entretenido, aunque la verdad cuando salió la segunda temporada la empecé, y ahí la tengo sin terminar, porque no parecía que fueran a cambiar mucho las cosas.

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Aladdin

Hace dos años a finales de mayo, fui a ver Aladdin. Se aplican las de siempre, supongo.

Aladdin

Aladdin

La versión de Disney de Aladino, con Robin Williams, de hace treinta años, no me genera sentimientos muy fuertes. Sí me gustó, pero la vi en español (no tengo la menor idea de quién hiciera la voz del genio), y aunque recuerdo la trama, la verdad los chistes y las canciones se han desvanecido casi por completo de mi memoria. También he de admitir de que no soy el mayor fan de Robin Williams; aunque participa en varias de mis películas favoritas (Good Will Hunting) y a veces incluso es el primer actor (Dead Poets Society), sus papeles cómicos muchas veces los encuentro insufribles. En particular, Patch Adams me resultó medio insoportable de lo ridícula y melodramática que es, y no particularmente divertida. Y ni siquiera voy a mencionar el insulto a Isaac Asimov que es Bicentennial Man.

Todo lo anterior viene de que a mí me gustó mucho más esta versión de Aladino, con Will Smith como el genio, ya que mucha gente que se queja de ella, lo hace porque consideran a Robin Williams como insustituible. Yo no; me gustó bastante esta versión. Hubiera estado padre que estos cuentos árabes y persas tuvieran una interpretación, ya saben, árabe y persa, en lugar de una interpretación hindú como si fuera una producción de Bollywood; pero supongo que no podíamos esperar más de un director inglés más famoso por películas de gangsters y un escritor gringo. Me imagino que para ellos todas las culturas de piel morena de asia deben ser iguales.

Will Smith es encantador como el genio, como suele ser él; pero además Mena Massoud es simpatiquísimo como Aladino, y Naomi Scott es tan estupidizantemente hermosa como la princesa que realmente hasta distrae durante la película. Nada más por el elenco valdría la pena, pero además los números musicales están increíblemente bien hechos (aunque, de nuevo, pertencen más a una producción de Bollywood que a una interpretación de los cuentos árabes más famosos del mundo), y la película está bien hecha y contada. Realmente no deberíamos esperar más de un nuevo musical de Disney ordeñando todavía más la nostalgia de quienes vimos las versiones animadas hace décadas.

Así que yo sí la recomiendo, aunque supongo es innecesario que lo diga, ya que todo el mundo debe haberla visto para este momento.

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Violet Evergarden

Después de ver Sound! Euphonium! (creo; esto ya fue hace años) vi Violet Evergarden.

Violet Evergarden

Violet Evergarden

Puta madre, este animé es como si alguien los agarrara del cabello, y comenzara a darles puñetazos en la cara mientras grita: “!llora, llora, llora!”.

Violet Evergarden es el primer animé que vi en Netflix, además de que es original del mismo. Es (o al menos a mí me pareció) extraordinariamente bueno: una historia muy buena y original; personajes bien definidos y tridimensionales (incluyendo a la misma Violeta); una animación perfecta con un diseño de personajes encantador; y más drama que todas las telenovelas de Televisa mezcladas en un licuado de dolor, lágrimas y miseria humana.

Violeta es una veterana lisiada de una guerra que se asemeja a la Primera Guerra Mundial, en un mundo muy similar al nuestro, pero completamente diferente. Antes de que la guerra terminara, Violeta pierde los brazos durante una batalla; pero en este mundo se los reemplazan con prótesis mecánicas, que al parecer funcionan igual o mejor que sus brazos originales, porque le permiten usar una máquina de escribir a extraordinaria velocidad, lo que a su vez le permite conseguir trabajo como escritora de cartas, un poco como le hacía Florentino Ariza en El Amor en los Tiempos del Cólera. La chamba es en una compañía cuyo propietario era amigo del superior de Violeta, que murió en la misma batalla donde Violeta perdió sus brazos.

Así empieza la historia, y no diré mucho más, porque parte del chiste de la misma es descubrir el pasado de Violeta y verla procesar los traumas que sufre a causa de la guerra (y que son muchos más que el haber perdido sus brazos; de hecho, eso al parecer es lo de menos para ella); cómo crece como ser humano; y cómo interactúa con la gente que la contrata para escribir sus cartas. Pero todos los episodios tienen partes donde de verdad uno ruega por el pan Bimbo para poder rebanarse las venas, porque la vida es triste y entonces uno llora.

Me encantó Violet Evergarden; incluyendo, y tal vez en gran medida por, lo profundamente dramática que es; por cómo se regodea en el dolor y miseria de la condición humana, que es por supuesto lo que nos permite elevarnos por encima de nuestra inevitable mortalidad y, al contrastarlo, poder disfrutar de la felicidad apoteósica que sólo nuestro intelecto y emociones nos permiten.

Por alguna razón no he visto las dos películas que siguieron a la serie, pero sin duda lo haré, porque de verdad me gustó mucho. Está en Netflix, así que me imagino que casi todo mundo puede verla; háganlo, lo recomiendo ampliamente.

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Ni en sueños

Hace 761 días (o dos años y un mes), fui a ver Long Shot.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre; la película salió hace más de dos años, pero no fue terriblemente exitosa y entonces probablemente a todo mundo ya se le olvidó.

Long Shot

Long Shot

Un periodista liberal desaliñado (Seth Rogen interpretándose a sí mismo) renuncia a su periódico cuando lo compra una multinacional con ética dudosa, e imposiblemente se reúne en una recaudación de fondos con la que fuera su niñera años atrás, y que ahora es la secretaria de estado gringa (Charlize Theron, interpretándose a sí misma). Después de avergonzarse a sí mismo en la recaudación, la secretaria de estado lo contrata para que escriba sus discursos, porque por supuesto que eso hace.

Se sigue una comedia romántica bastante común y corriente, si bien con la escatología y vulgaridad que inevitablemente siguen a Rogen a donde sea que vaya, y tenúamente cubierta con algo de política con el personaje de la Theron aspirando a ser presidenta de gringolandia. Les voy a arruinar la sorpresa; al final lo consigue, y ella y el personaje de Rogen acaban casados, porque por supuesto que eso pasa.

La película sería completamente intrascendente si no fuera por el hecho de que Rogen y Theron sí tienen buena química, y que los chistes son, a veces, de hecho divertidos. No siempre (ni siquiera la mayor parte del tiempo); pero sí lo llegan a ser. También es una película que fue escrita, producida y estrenada en medio del periodo de presidente de Donald Trump en gringolandia, y como un montón de cosas bajo ese contexto tiene el corazón en el lugar correcto, pero de forma medio mensa y definitivamente forzada.

Por todo lo anterior, debería quedar claro que a mí me encantó la película; es una comedia romántica con dos de mis actores favoritos, y además (aunque de forma medio mensa y definitivamente forzada) tiene el corazón en el lugar correcto y algo de política. Así que yo sí la recomiendo.

Pero sí es más bien intrascendente.

Por alguna razón, incluso meses antes de que comenzara la pandemia, dejé de escribir reseñas de mis idas al cine. Estoy retomando eso aquí por primera vez en años; espero irme poniendo al día poco a poco.

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Las elecciones intermedias

En 1997, a mis tiernos 20 años, fui representante del PRD en casilla en las elecciones intermedias del sexenio de Zedillo, que entre otras cosas marcaron el inicio de los gobiernos de izquierda ininterrumpidos que ha tenido la CDMX en este último cuarto de siglo; y que Vicente Fox anunciara su candidatura a la presidencia al otro día, asustado con razón por la apabullante victoria que tuvo Cuauhtémoc Cárdenas en la Majestuosa. Eso salió bien para Fox; no tanto para el país y Cárdenas.

Como sea; hace casi 25 años fui representante en casilla por el simple hecho de que los del PRD me preguntaron si estaba dispuesto. Ayer fui representante de MORENA en casilla por básicamente la misma razón; me preguntaron si estaba dispuesto. Probablemente vuelva a estar dispuesto, si me vuelven a preguntar.

Las cosas han cambiado enormemente en este casi cuarto de siglo; tuvimos un curso de capacitación, nos dieron un manual del representante (que tenía varios errores, pero bueno), y todo el día estuvimos en comunicación constante los representantes de casilla de la zona que me tocó con el representante general de MORENA, que estuvo coordinando todo.

Es una joda participar en la jornada electoral, ya sea como funcionario de casilla (que nunca me ha tocado), o como representante de partido (que fue la segunda vez que participé). Hay que levantarse de madrugada para estar a las 7 de la mañana en la casilla, contabilizar qué ciudadanos han votado, y en general observar que todo transcurra de la manera en que debe transcurrir. Son más de doce horas de chamba, que además encapsulan perfectamente lo que tengo años diciendo de la democracia: es lento y aburrido.

Sin embargo fue altamente satisfactorio; es muy padre ver a los funcionarios y representantes hacer su chamba porque les interesa que la democracia funcione (estoy seguro de que la enorme mayoría que acepta esta ingrata chamba es por eso que lo hace), y ver a los ciudadanos ir a emitir su voto con distintos niveles de entusiasmo. El proceso se legitimiza más entre más ciudadanos participemos y podamos comprobar con nuestros propios ojos que todo se hace de la mejor manera posible. A mí siempre me ha parecido que esa es la labor de los representantes de partido en las casillas: nada más el hecho de que representantes de partidos adversarios puedan ver, en condiciones iguales, cómo se desarrolla el proceso, hace que de forma innata podamos confiar más en el mismo.

Por supuesto el proceso no es perfecto y todavía hay problemas, en algunos casos muy graves; que todavía haya lugares donde llega gente armada a destruir la paquetería electoral es inadmisible, por no hablar de la práctica de compra y supresión de votos, que también sigue existiendo. Pero sin duda alguna la idea fundamental del proceso es sólida, y se ha ido fortaleciendo y profesionalizando a lo largo de los últimos treinta años; varios de los pasos que se llevaron a cabo en mi casilla 1997, se volvieron a llevar a cabo de forma idéntica en mi casilla en 2021, lo que los va convirtiendo en ritos y tradiciones de la democracia mexicana. Que nos ha costado sangre fortalecerla en todas estas décadas.

De los resultados de la elección; falta que finalice el cómputo oficial de todas las casillas, pero sin duda alguna ganó MORENA (y la coalición que encabeza) en el congreso y en la mayor parte de las gubernaturas que estaban en juego, así como en la mayor parte de las alcaldías de la Ciudad de México. No fue un triunfo como el de hace tres años, pero eso era básicamente imposible; la victoria del Peje y MORENA (más aliados) en 2018 fue histórica entre otras cosas por la magnitud de la misma. La victoria de 2021 es mucho más moderada; pero sigue siendo victoria.

Desde el punto de vista legislativo la consecuencia pragmática inmediata es que con casi toda certeza no se puedan hacer más enmiendas constitucionales, a menos que sea para cosas que básicamente todos los partidos grandes estén de acuerdo. Eso está bien; las enmiendas necesarias en gran medida se llevaron a cabo en la legislación pasada, y en esta legislación los partidos allegados al Presidente pueden pasar por sí mismos y sin problemas las cosas importantes como son los presupuestos y leyes generales. Por supuesto, si se generan consensos entre todas las bancadas, pues tanto mejor.

Si los resultados de estas elecciones intermedias los sorprendieron: en primer lugar, no están poniendo atención. En segundo lugar; salgan de sus burbujas y de sus cámaras de eco. Está bien que se junten con gente que piensa como ustedes; pero están desfasados de cómo piensa la mayor parte del país (y se puede decir eso ahora sí con números duros). Les conviene al menos tratar de entender porqué la mayor parte del país volvió a votar en apoyo del proyecto del Presidente.

En tercer lugar: dejen de tratar de argumentar con cosas que evidentemente no les funcionan. Todavía a estas alturas hay gente que llamó a votar en contra del proyecto Peje por cosas como el aeropuerto en Texcoco, el avión presidencial o la política de recursos energéticos (particularmente petróleo). Esa discusión la perdieron y la siguen perdiendo; muchos de nosotros votamos por el Peje justo para que se llevaran a cabo esas medidas, tratar de usarlas como negativos para el proyecto del Presidente y de MORENA y partidos allegados no les va a servir de mucho. Incluso en cosas que no han salido como nos hubiera gustado (y de forma cagadísima en algunos casos, como con el avión presidencial), seguimos estando de acuerdo con la idea detrás de la medida; que a ustedes siga sin gustarles no importa demasiado, porque son minoría (y si siguen actuando como lo han venido haciendo la primera mitad del sexenio, lo van a seguir siendo).

En último lugar, pero no por ello menos importante: la oposición se tiene que poner las pilas. MORENA y sus aliados volvieron a ganar en gran medida porque la mayor parte de la población sigue apoyando el proyecto de país que proponen; pero también volvieron a ganar porque la oposición está hecha mierda. No tienen un plan coherente (excepto oponerse a lo que diga el Peje); no tienen una ideología concreta (excepto que el Peje es malo como la carne de cerdo en chile verde y en ayunas); y no tienen una dirigencia inteligente y capaz. Vamos, en algunos casos (ajem, Alito) esas dirigencias con corruptas y rateras, que afortunadamente se está volviendo algo anatema en el país.

Y a todos nos conviene tener una oposición inteligente y capaz; si no el tarado de Peje se va solito a Disneylandia.

La gente en este país votó por un cambio en 2018; estas elecciones intermedias demuestran que a) sí ha habido un cambio (si no, no habría tantos gritos histéricos a todo lo que ha venido haciendo el Peje y los partidos alineados a él), y b) que la mayor parte del país sigue de acuerdo con dicho cambio. No es una mayoría tan apabullante como lo fue en 2018 (de nuevo, era casi imposible); pero sigue siendo mayoría. La oposición tiene que hacer un mejor trabajo en ofrecer una alternativa a lo que ofrezcan MORENA y su candidato(a) presidencial en 2024 (no importa quién sea, con casi toda certeza continuará el proyecto del Peje), porque si no van a perder de nuevo. Pero si lo único que pueden ofrecer es de nuevo darle en la madre a la educación pública y al sistema de salud; a regalar el mercado energético; y a enfrentar al narco con balas, van a volver a perder. Especialmente si todas esas propuestas además de todo están bañadas en un hálito de corrupción.

No es que lo que proponen el Peje y MORENA sea lo mejor del universo; es que lo que proponen los demás no nos convence a la mayoría. Es así de simple.

Y ni siquiera tienen que sacrificar sangre, sudor y lágrimas para recuperar el poder, como tuvo que hacer la izquierda durante décadas; la democracia mexicana, por débil que sea, sí permite la transición pacífica entre partidos y la libre expresión de los partidos de oposición. Incluso pueden ganar; como fue el caso en la casilla donde fui representante, donde el PAN le dio una putiza a MORENA en las tres boletas. El caso más pabullante fue en la elección para alcalde, donde el PAN obtuvo 282 votos, contra 64 de MORENA.

Yo creo que por eso me invitaron los de MORENA a participar; me sacaron de la sección que me tocaba (donde también gana el PAN, pero no tan apabullantemente), y me pusieron en la boca del lobo: en el centro del bastión panista en la CDMX. Probablemente porque casi no hay base morenista en esa zona. Si no pudimos quitarles Benito Juárez en 2018, yo no tengo idea de cómo carajos se las vamos a quitar algún día. Me voy a tener que mudar a otra delegación, si algún día quiero vivir en un lugar donde en todos los niveles y ramas del gobierno estén las personas por las que yo haya votado.

Fue una jornada agotadora, pero me da mucho gusto haber participado. La democracia mexicana dista mucho de ser perfecta; pero sin duda alguna ha venido fortaleciéndose en las últimas décadas (con sus debidas recaídas, como en el 2006). Y si todos podemos actuar como actuamos funcionarios y representantes de partido ayer en mi casilla, de forma cordial y educada, poniendo nuestro granito de arena para fortalecer a nuestra débil democracia (y les repito que yo estaba rodeado de panistas), como siempre yo me siento cautelosamente optimista del futuro de éste nuestro querido México lleno de defectos.

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Cuarenta y cuatro (y dieciséis años)

Hace un mes cumplí cuarenta y cuatro años. Y hace casi cinco meses el blog cumplió dieciséis años.

Durante casi toda la existencia del blog no he dejado de mencionar ni su aniversario ni mi cumpleaños (aunque no es raro que se me pase por algunos días). Este año (tanto del blog como de mi vida), habiendo sido una pesadilla, la verdad ni siquiera me cruzó por la cabeza escribir al respecto, porque llevo meses sin escribir en el pensadero.

Quiero cambiar eso; pero la verdad he querido cambiarlo muchas veces desde que empezó a bajar el ritmo de mis entradas hasta que se detuvieron básicamente por completo. Espero que ahora sí tenga la combinación de tiempo, ganas y energía para poder hacerlo.

Y del año pasado, que se pudra. Esperemos éste sea mejor.

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La vacuna

El viernes 21 de mayo (hace poco menos de 2 semanas), me vacuné contra Covid. Siendo, como soy, profesor de la UNAM, soy parte del personal docente de la Ciudad de México, y por eso me tocó antes que la población general en mi grupo de edad.

La aplicación de la vacuna (CanSino, que es sólo una dosis) fue espectacularmente rápida; llegué a las 12:00 porque mi cita era a esa hora y decía que no debíamos llegar antes, y nos enfilaron en una cola que básicamente nunca se detuvo hasta que me sentaron en una mesa para verificar mis datos en mi comprobante; luego nos movieron unos cuantos metros a otra mesa donde nos vacunaron como ganado, supongo. El proceso de vacunación tardó menos de quince minutos; aunque luego nos tuvieron esperando más o menos otros quince minutos, supongo que nada más verificando que no nos desmayáramos.

La vacuna me tumbó el viernes y todo el fin de semana me dolió el hombro, pero eran síntomas que ya nos habían advertido era probable que se presentaran. Todavía el lunes amanecí como atropellado; pero para el martes ya estaba bien.

A estas alturas, mi mamá está completamente vacunada; mi papá le falta una vacuna; y mi hermano se jode, porque no es docente y no está tan grande como para que lo vacunen pronto. Sin embargo, es innegable que se está acelerando el ritmo de vacunación en todo el país, a la vez que las infecciones y muertes por el virus continúan disminuyendo.

En otras palabras, en algunos meses probablemente regresemos a algo similar a la normalidad. Aunque quién sabe qué signifique eso, exactamente; al inicio de la pandemia me preguntaron si yo creía que iba a cambiar mucho la sociedad después de la pandemia, y yo dije que no: eventualmente habría una vacuna, y entonces una vez que alcanzáramos la inmunidad social necesaria todo iba a regresar a la normalidad. Cuando la pandemia se extendió a meses y no se veía que jamás fuera a terminar, había cambiado de opinión al otro extremo; en ese momento creía que como sociedad cambiaríamos para siempre: que ya nunca jamás nos saludaríamos de mano, y trataríamos de aplicar la sana distancia y usar cubrebocas durante el resto de la eternidad.

A este punto ya no tengo ni puta idea; probablemente todo se asiente en algo más o menos en medio. Planeo ir a ver Black Widow al cine cuando salga, pero iré con cubrebocas; no he dejado de usarlo cada vez que salgo desde que me vacuné, ni de aplicar la sana distancia cuando es posible. Pero no creo que lo siga haciendo toda la vida. Lo que sí es probable, es que yo en lo personal deje de dar la mano todo el tiempo; siempre ha sido una costumbre asquerosa de cualquier manera.

Aunque aún falte para que salgamos del hoyo (si algún día salimos completamente), supongo que es válido hacerse la pregunta: ¿cómo respondió el gobierno mexicano a la pandemia? Y la respuesta me parece es muy fácil e innegable:

Fue una respuesta pésima.

Nada más el hecho de que a un inicio de la pandemia dijeran que se planteaban como escenario “catastrófico” que llegáramos a 60,000 muertes, y que andemos cerca del cuarto de millón lo justifica; pero hay más indicadores innegables de que la respuesta del gobierno del Peje fue insuficiente, tardía y en múltiples ocasiones atolondrada.

Ahora; en general (con muy pocas excepciones) a todo mundo le fue así: la pandemia agarró a casi todos los gobiernos del mundo con los pantalones en los tobillos. Exceptuando algunos países con gobiernos increíblemente autoritarios e islas con poca población y relativamente poco contacto con el exterior, a todo el mundo (primer, segundo, tercer y todos los demás mundos) les fue del nabo. A algunos les fue del nabo al inicio; otros en múltiples oleadas; otros hasta hace relativamente poco, como la India; y muchos más les fue mal todo el tiempo, básicamente. En México, aunque estuvo cerca, nunca se desplomó el sistema de salud y por mal que lo haya hecho el gobierno y las autoridades de salud, ciertamente la famosa curva se aplanó. Estuvieron mal las predicciones y se pueden (y deben) criticar varias de las medidas; pero se dejó a los expertos de salud tomar las decisiones, aunque en varias ocasiones evidentemente estas decisiones fueran incorrectas.

(También está el hecho de que no se cayó en la provocación de politizar ciertas medidas; si el Peje desde el inicio hubiera llamado a usar cubrebocas, por ejemplo, no habrían faltado los retrasados mentales que lo odian tanto que hubieran dejado de usar cubrebocas nada más para contradecirlo… pero prefiero no entrar mucho en eso.)

Por último, y aunque soy el primero en reconocer que el hubiera es el pretérito pluscuamperfecto de los pendejos, lo cierto es que la respuesta del gobierno mexicano no existe en un vacío: si no hubiera sido éste gobierno el que le hubiera tocado la pandemia, sabemos qué otras posibilidades de gobiernos existen que les hubiera tocado; y no es necesario hacer una análisis muy profundo para justificar que casi con cualquiera de las otras posibilidades, nos hubiera ido mucho peor. Nada más si consideramos que éste es el primer gobierno en décadas que ha tratado (con distintos grados de éxito) de rescatar el sistema de salud pública del país, cuando en las últimas seis administraciones federales sistemáticamente le estuvieron dando en la madre.

Así que aunque la respuesta del gobierno fue pésima, y ciertamente hay que analizar con cuidado qué falló para que nunca jamás vuelva a repetirse (porque no duden que es probable que haya otra pandemia en un futuro no tan lejano), creo que también puede defenderse cómo actuaron las autoridades federales, dadas las circunstancias. Y me parece que éste es el sentir de la mayoría de la población; ciertamente lo sabremos en unos días, cuando tengamos las elecciones intermedias.

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