Intensa-mente

El fin de semana pasado fui a ver Inside Out.

Se aplican ya saben.

Inside Out

Inside Out

Juan me preguntó unos días antes si no se me antojaba verla, y le dije que no. No por la película, sino porque estoy hasta la madre de que todas las películas para “niños” las estén doblando. No importa qué tan bueno sea el doblaje, prefiero siempre ver las películas en su idioma original.

Y entonces vi el fin de semana pasado que Inside Out estaba subtitulada en Perisur, y ahí es que la vi. Por cierto, antes de empezar con la película misma, nada más por ver el corto Lava valió la pena el viaje al cine, y me da mucho gusto haberlo visto (repitió Canek, ligeramente molesto) en su idioma original. Pueden ver un pedacito del corto en el tubo.

Inside Out es tal vez el proyecto más ambiciosos desde el punto de vista conceptual que Pixar haya intentado. Tratar de describir emociones es terriblemente complicado; hacer una película donde dichas emociones son los personajes de la misma es altamente arriesgado, y me parece que hay que encomendar a Pixar por haberlo intentado, incluso si el resultado hubiera sido un fracaso.

Por suerte, el resultado no es un fracaso. Tampoco es todo lo que pudo ser, pero en general me parece que es una de las mejores películas de Pixar. Aunque Wall•E me sigue pareciendo mejor; y por cierto, en algunas cosas es más efectiva para representar emociones que Inside Out.

La premisa de la película es que todos los seres humanos somos controlados por un comité de cinco emociones básicas: Alegría, Tristeza, Enojo, Miedo y Desagrado, y que se van turnando para tomar el “control” de una persona de acuerdo a las circunstancias que la rodean. Una vez que un episodio ocurre dominado por una de las cinco emociones, se produce una memoria codificada con el color de la emoción dominante, y hay memorias centrales (core memories) que de hecho son las que terminan definiendo a la persona misma.

La historia sigue a Riley, una gringa que como es blanca y sus papás sí la quieren y le hacen caso, pues casi todas sus memorias son felices (dominadas por Alegría), y que de hecho todas sus memorias centrales son así. Esto hasta que se mudan de Bumbelch, Nebrahoma (que por ser su pueblo natal Riley asocia con todo lo que es felicidad en el mundo) a San Francisco, California, y pues la pobre niña provinciana tiene hartos problemas para lidiar con la que será su nueva vida.

En medio de todo el pandemonio asociado con la mudanza, Alegría hace su mejor esfuerzo por conducir a Riley alegre y con chispa, pero eventualmente todo confluye en un primer día traumático en su nueva escuela, lo que genera una memoria central dominada por Tristeza, y Alegría en su afán de impedir que la personalidad de Riley incluya una memoria triste (o, más egoístamente, una memoria no dominada por ella), trata de evitar que la memoria central vaya a donde deba ir, y pues ella y Tristeza terminan en la zona de almacenamiento a largo plazo con todas las memorias centrales de Riley. Las dos emociones deben tratar de regresar al cuartel central antes de que Riley haga algo irreparable al no contar con sus dos emociones más importantes, y las memorias centrales que la definen.

La película es antes que nada muy original e hilarantemente divertida todo el tiempo. Eso está bien, y es consistente con lo que Pixar ha hecho antes; pero además de todo es una película que trata de lidiar con temas muy difíciles y conceptualmente muy profundos. Cosas como miedos subconscientes, el pensamiento abstracto, por qué lo que creemos lo confundimos con hechos, etc., son presentados de manera muy divertida y, dentro de lo que cabe en una historia con emociones antropomorfas, creíble.

Amy Poehler y Phyllis Smith son extraordinarias como Alegría y Tristeza; particularmente la segunda, que con su voz apagada y monótona suena exactamente como la tristeza encarnada debe sonar.

Pero lo que más me gustó de la película, es el mensaje final de que estar triste está bien. Que es lo normal en muchas circunstancias, y que sí, los episodios tristes de nuestra vida son sin duda alguna parte de aquellos que terminan definiéndonos como personas. Que es parte de crecer, como lo es olvidar para siempre a amigos imaginarios.

También me gustó mucho que Riley es un personaje femenino (güera, porque de esos hacen falta, pero bueno), y juega hockey, no está interesada en princesas o cosas de color rosa, y que a pesar de que tiene 11 años, no está obsesionada con chicos ni cuándo tendrá su primer novio. Tiene un novio imaginario canadiense, pero se usa eso básicamente como una de las múltiples bromas de la película.

No sé qué tanto entiendan los niños menores de 10 años de la película, pero tampoco creo que importe mucho. Los chistes son suficientes como para tener entretenidos a los más pequeños, y yo esperaría que los demás al menos alcanzaran a medio entender las ideas centrales de la historia. Pero definitivamente es de las películas de Pixar más enfocadas para adultos que han hecho.

Así que váyanla y véanla, en el cine de preferencia. Y si les interesa mi opinión particular, véanla subtitulada, porque las actuaciones en inglés son fenomenales.

Imprimir entrada Imprimir entrada

2 comentarios sobre “Intensa-mente

  1. No sabía que sí existían funciones de películas para niños en inglés. No es que los doblajes de películas de Pixar sean malos, pero casi siempre en esas películas hay mucho humor que termina lost in translation.

  2. Una persona me hizo ver que tal vez Riley es hija adoptiva, ya que ella es güera ojo azul y los papás castaños con ojos cafes. Además de la escena donde los ve por primera vez.

Responder a dixego Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *