Del último número:
(Cuando Mary Jane ve triste que Peter y Gwen se han convertido en novios)
Liz: Bet you’d love to bump her off a bridge…
M.J.: Liz! That’s not even funny.
Liz: Hrm.
Ja.

Porque a veces tienes tantos pensamientos, que te gustaría sacarte algunos de la cabeza.
Del último número:
(Cuando Mary Jane ve triste que Peter y Gwen se han convertido en novios)
Liz: Bet you’d love to bump her off a bridge…
M.J.: Liz! That’s not even funny.
Liz: Hrm.
Ja.
Fui a ver The Illusionist; se aplican las advertencias de spoilers normales.
Me gustó bastante esta película, si bien Norton me decepcionó un poco. Se ve un poco seco, un poco tieso. Como si realmente no estuviera disfrutando su papel.
En cambio Paul Giamatti es fabuloso; comienzo a tomar confianza en que si él aparece en alguna película es casi seguro que me guste (con la posible excepción de Paycheck). Se roba la película descaradamente.
Jessica Biel (a quien sólo conocía de Stealth) está sorprendentemente bien… y no me refiero sólo a lo obvio; también actúa chido. Y Rufus Sewell como el príncipe demente también está excelente en su papel.
Además de las actuaciones, la película tiene una música muy padre, y está muy bien ambientada en la Austria del siglo XIX. Hay escenas en “el pasado” de la película que no sólo están en color sepia; además tienen oscuro los bordes, como una fotografía antigua.
Es muy agradable la película, y a mí me gustó bastante. La recomiendo ampliamente.
99 Duesenjaeger
Jeder war ein grosser Krieger
Hielten sich fuer Captain Kirk
Das gab ein grosses Feuerwerk
Die Nachbarn haben nichts gerafft
Und fuehlten sich gleich angemacht
Dabei schoss man am Horizont
Auf 99 Luftballons
Esto tratando de ponerme al día sobre las cosas que quería escribir, que por estar ocupado no había podido, pero ya estoy cansado y esta última entrada será rápida.
La gente que mantenía Compiz-Quinnstorm (la versión de Compiz con plugins locochones) decidió (no tengo idea por qué) que ya no les gustaba el nombre de Compiz y ahora el “bisne” se llama Beryl. Repito: no tengo idea de por qué se dio el cambio, y realmente no me importa, pero el punto es que llegué a mi compu, actualicé mi repositorio de XGL Coffee, y resultó que Compiz (y toda la parafernalia necesaria) había pasado a mejor vida.
La mala noticia: Beryl necesita de forma obligatoria la extensión GLX_EXT_texture_from_pixmap, que los controladores de NVidia que tenía instalados en mi AMD 64 X2 no soportaban. La buena noticia: los controladores “beta” soportan esa extensión, y de corolario hacen innecesario usar XGL, porque también jalan con AIXGL.
Así que primero probé el chisme este en mi laptop, y funcionó de pelos (de hecho recuperé mis imágenes arriba y abajo del cubo; en algún momento había dejado de mostrarlas), y tras unos cuantos golpes de cabeza también jaló en mi escritorio.
Y además ahora mis dos máquinas utilizan AIXGL, que es mucho más limpio que XGL. Y el nuevo decorador de ventanas (Emerald se llama; no, no es error de ortografía; y sí, ahí sí entiendo por qué cambiar el nombre de CGWD) tiene mucho más limpios los temas, así que en general el cambio fue bueno.
Que por cierto, creo que esta revolución (porque no es otra cosa) que empezó con XGL y Compiz y ahora sigue con AIXGL y Beryl va a conseguir algo que creí imposible hace unos cuantos años: que KDE y GNOME compartan el mismo manejador de ventanas.
Recuerdo las guerras en las listas de correo cuando GNOME originalmente dijo que no tendría manejador de ventanas “oficial”, y las mentadas de madre que recibió el proyecto cuando se negaron a usar kwin. Sin embargo, los dos proyectos se esforzaron en soportar los estándares de Freedesktop.org, y como resultado cuando salió Compiz fue trivial ponerle soporte para KDE aún cuando originalmente sólo era para GNOME. Ahora Beryl soporta alegremente los dos proyectos, y dado el éxito que está teniendo el escritorio OpenGL, no me extrañaría que ambos proyectos eventualmente pongan al mismo manejador de ventanas como el oficial.
Ahora sólo espero que dejen de estarle cambiando de nombre al proyecto y se queden con Beryl. Que apesta, pero bueno.
Fui con mi mamá a ver The Devil Wears Prada. Se aplican las advertencias de spoilers normales.
Me encantó la película. Meryl Streep actúa fabulosa, y sin duda se roba toda la película. Anne Hathaway a mí me encanta con sus ojotes y su bocota, y aquí actúa muy bien, y es muy chistosa. Emily Blunt también es maravillosa en su papel de inglesita venenosa, y Stanley Tucci sencillamente está a la altura de lo que uno normalmente esperaría de él.
Y ya. Realmente la película es muy buena por las actuaciones: la historia es una pendejada (aunque la parte del libro de Harry Potter es particularmente ingeniosa). Pero Meryl Streep es tan imponente en su papel que uno termina convencido no sólo de que sí es el diablo: además tiene poderes, que usa para el mal.
Váyanla a ver; ni siquiera lo piensen. Está muy divertida.
Fui con Citlali a instalarle Ubuntu 6.06 (Dapper Drake).
Originalmente le había instalado Gentoo, porque en verdad creo que es una gran distribución, y porque creí que Citla tenía los requerimientos de geek necesarios.
Después de casi año y medio de soporte técnico remoto (y a veces no tan remoto), llegué a la conclusión de que no. Esto no dice nada de Citlali; sin duda es una computóloga más que capaz. Lo que pasa es que Gentoo es demasiado rudo. A veces es demasiado rudo hasta para mí.
Como Omar y otros cuates tenían Ubuntu en alta estima, decidí instalárselo y ver cómo nos iba.
En general fue más que satisfactorio; la instalación toma literalmente quince minutos, y lo primero que hace después de instalar es actualizar a las últimas versiones. Configurar sonido, video, red, impresora, etc. es ridículamente fácil. No, esperen, tachen eso.
No hay que configurarlo. Uno rebootea y ahí está todo.
Ahora, no todo fue miel sobre hojuelas. Ubuntu es una distribución para usuarios. Gente que quiera navegar, oír MP3s, ver videos y tal vez trabajar en procesadores de palabras y hojas de cálculo. En ese sentido, no es developer friendly.
Es la primera vez en la vida que instalo una distribución Linux, escribo gcc en la terminal, y me escupe Command not found.
Yo estaba escandalizado. Creí que de hecho lo difícil en una distribución normal era quitarle el compilador de C a la máquina; no que uno tuviera que ponérselo de hecho.
Como sea eso fue fácil de resolver: apt-get funciona casi tan bien como emerge (y sin duda es más rápido instalar paquetes), y no tuve broncas instalando cosas a lo bestia.
Lo que nos dio realmente problemas fue Scigraphica, un programa que Citla usa para grafiar cosos. Por lo visto es un programa que deben usar como 2 personas, porque nada más fue imposible hacer que jalara. La versión binaria de Debian truena alegremente en un bug que Ci descubrió hace años, y la nueva no pude compilarla por más que usé todos los trucos de los cuales tengo conocimiento (que no son pocos). Hartos al final, hicimos una marranería, pero que jaló: compilamos el programa en Gentoo en otra máquina, y copiamos el binario sobre la instalación de Scigraphica de Debian.
No jaló perfecto; marca un par de errores, y con gráficas muy grandes el PostScript generado truena a la mitad de los datos. Pero jaló.
La otra bronca fue LIRC. Eso sí me molestó, porque me consta que Scigraphica lo usan pocas personas; pero LIRC es bastante utilizado, y debería haber paquetes binarios (o uno grandote) para todos los controladores para los distintos controles remotos que soporta LIRC. Dado que (¡obvio!) no tenía el código fuente del kernel, no pude ni siquiera compilar yo los módulos del kernel, y eso sí no pudimos resolverlo. Quedará para una sesión futura.
Pero exceptuando esas dos broncas, la verdad sí me impresionó lo pulido y en general amigable que está Ubuntu. Sí consideraría seriamente instalárselo a mi mamá o a mi papá en sus computadoras.
El jueves expuse en mi seminario de tesis; creo que me fue bastante bien. Pero lo importante (además del hecho de que por ello había estado demasiado ocupado para publicar en el blog) es que en un momento tuve que hacer la gráfica de una Unit Disk Graph; una gráfica donde los nodos están en el plano euclidiano, y dos de ellos están conectados (comparten una arista) si su distancia es menor o igual a uno.
Es un modelo obvio para redes inalámbricas si consideramos que todas las antenas tienen la misma potencia y definimos “uno” como el rango de la señal.
Ahora, lo interesante de hacer un ejemplo de gráficas de disco unitario, es que ésta sea conexa; es decir, que todo nodo pueda mandarle un mensaje a cualquier otro siguiendo una ruta a través de las aristas. Si uno hace a pie un ejemplo de 5 nodos la cosa se pone ya de hueva, porque uno tiene que estar midiendo que cada nodo esté a distancia uno o menor de al menos otro nodo.
Por supuesto, entonces uno quiere automatizar el proceso (yo quería un ejemplo de 50 nodos). La bronca es que si uno no tiene cuidado, todos los nodos (o una gran parte) terminan amontonados en alguna parte del marco donde uno esté trabajando. Recuerden que yo uso PStricks para mis gráficas en , así que lo que hice fue un programita en Java que generara 50 puntos aleatorios siguiendo el siguiente algoritmo:
Siguiendo este algoritmo, se obtienen gráficas bastante simpáticas: esta fue la que puse en mi presentación:
Por supuesto la idea del programita no era sólo generar los puntos aleatorios; lo chido es que me generó básicamente todo el código para PStricks. Yo sé que Java no es la mejor elección para estas cosas, pero la entrada y salida de ML me dio demasiados dolores de cabeza y mi Python está demasiado oxidado. Pensé en hacerlo con Perl, pero lo que realmente quería era un intérprete interactivo, así que me pasé a Java porque sencillamente me siento ahí cómodo. Pero a la próxima uso un lenguaje interpretado, seguro.
Como sea estuvo chido; utilicé programitas que me generaran el código PStricks en todos los casos excepto los más sencillos. Creo que terminaré haciendo una biblioteca para ciertas cosas geométricas comunes; nada más tengo que elegir con cuidado en qué lenguaje la quiero.
Hoy empezó en el gabacho la séptima (y posiblemente última) temporada de las Gilmore Girls, con el episodio “The Long Morrow”. Los creadores de la serie la han dejado por “diferencias” con la cadena televisiva; esta nueva cadena es la resultante de la mezcla entre UPN (de CBS) y la WB (de Warner Bros.)
Con total falta de imaginación le pusieron CW. Que por supuesto es mejor que WC.
Voy a tratar de no dar adelantos innecesarios, pero no prometo nada. Me alegra ver que el estilo, el diálogo y el ambiente general de la serie permanece igual, a pesar de la salida de los Palladinos y del cambio de cadena. Me molesta ver a Matt Czuchry (Logan) como miembro del elenco, pero espero que eso cambie a mediados o fines de la temporada. Y del capítulo en particular creo que es bueno; no es el mejor inicio de temporada, y es tenso (a falta de un mejor término), pero es bueno.
En particular me gustaron mucho (y me tensaron aún más) los últimos diez minutos del episodio, porque lidian con algo que creo a los hombres nos cuesta mucho aprender: el tener que pedir disculpas y reparar la situación por algo que ella hizo. Sé que a mí me costó mucho aprenderlo porque no tiene sentido… pero es algo que sencillamente a veces hay que hacer.
Y también me molestó mucho (porque puedo identificarme con ello) ver que después de hacer eso que le cuesta tanto a un hombre aprender a hacer, la muy hija de su rechingada madre tiene el puto descaro de tirarlo a la basura.
Pero bueno. Faltan al menos 20 capítulos; y dado el tono y un par de pistas sueltas durante este inicio de temporada, me parece que hay bastantes esperanzas de que la cosa se componga.
Me mandaron un PPS que no viene al caso, pero al final venía la siguiente imagen al lado de la frase “Que no te de miedo decir lo que piensas”:
Cute.
En Slashdot hay una noticia acerca de cómo las autoridades electorales de Maryland están peleando el conservar las máquinas para realizar votaciones electrónicas.
En gringolandia han generado bastante polémica estas famosas máquinas y la compañía que las construye, Diebold. Las críticas más suaves ponen a las máquinas sencillamente como inútiles por las fallas que han tenido; las más duras dicen que son el medio para realizar un fraude electrónico por parte del Partido Republicano.
El artículo es chistoso porque cuando entrevistaron a la administradora de las elecciones, una tipa llamada Linda Lamone, tuvo el descaro de decir que su computadora y las de todos en su oficina jamás se trababan. Nunca.
Cualquier persona que tenga tantita experiencia en computación sabe que sencillamente eso no es cierto. También muestra una sospechosa reticencia a reemplazar un sistema que ha recibido duras críticas por mucha gente que sabe al respecto mucho más que yo.
De cualquier forma, lo que a mí me recordó es la que ha sido siempre mi postura respecto al voto electrónico. El emitir los votos electrónicamente tiene muchísimas ventajas; es más barato realizar así las elecciones, se genera menos basura, el contar los votos es básicamente instantáneo, etc., etc.
Y sin embargo yo me opongo.
Siempre me he opuesto; también a los votos por tarjetas perforadas, que también se cuentan automáticamente. El conteo, creo yo, debe ser realizado por personas.
Pero más imprtante que eso: con el voto electrónico desaparece (potencialmente al menos) el rastro físico de la voluntad popular. Si no hay boletas físicamente, realizar un recuento cuando hay poca certeza es imposible.
Por eso fue tan cobarde la actuación del PAN en 1988, y en particular de Diego Fernández de Cevallos: el quemar los paquetes electorales de esa elección no sólo fue conceder (como terminaron haciéndolo) al muy dudoso triunfo de Carlos Salinas de Gortari. Fue además el aplastar cualquier posibilidad de tan siquiera acercarse a la verdad de lo que pasó detrás de la caída del sistema. Del PRI era de esperarse ese comportamiento: del PAN fue una traición a los prinicipios que en primer lugar llevaron a la creación de ese partido.
Mientras exista la prueba física de cómo votó la gente en unas elecciones (por más amañadas que estén por otros medios), se puede dar al menos algo de certeza a un proceso si alguna de las partes lo pone en duda.
En estos momentos esa prueba todavía está ahí: los paquetes electorales ahí están. No basta con eso; tampoco basta con que “no se destruyan”. Hay que contarlos, y darle algo de certeza a la gente que (con razón o no) dudamos de cómo fue llevado a cabo el proceso.
No puedo recordar cuándo fue la última vez que me enfermé. Sé que no me he enfermado en el IIMAS, y según yo todo el año anterior tampoco, así que debo llevar ya cerca de dos años y medio sano.
A finales del primer semestre en el IIMAS me empezó a doler la garganta, pero no podía enfermarme en ese momento, así que me dije “no estoy enfermo, y no me voy a enfermar”. En algún momento tuve la voz aguardentosa, y me sentía ligeramente mal; pero pude continuar con mis actividades normales y no tomé ningún tipo de medicina ni fui al doctor. Así que bajo mi definición, eso no cuenta como enfermarse.
Mi hermano, antes de que le quitaran las amígdalas, se enfermaba cada tres meses. Y se enfermaba de que se quedaba en cama gimoteando, clamando que iba a morirse. Yo en cambio casi nunca me enfermaba: nunca me dio hepatitis, paperas, y la varicela tuvo a bien darme a los 18 años. Yo, sin embargo, terminaba más veces en el hospital, porque tendía a caerme de los techos y ponerme enfrente de carros para que me atropellaran.
Como sea, es relativamente raro que yo me enferme. Y aún cuando hay ocasiones en que me llego a sentir mal (moqueo, tengo irritada la garganta, me duele la cabeza, siento el cuerpo cortado), generalmente nunca es lo suficientemente grave como para quedarme tirado en la cama gimoteando, clamando que voy a morir. De hecho suelo poder seguir con mis actividades cotidianas.
El martes sentí sensible mi garganta al despertarme, para ir a mi clase de las 8:30. Así que me sequé particularmente bien el cabello, y fui a clases. Después fui con Enrique, estuvimos en su cubículo en la mañana y lo invité a comer por su cumpleaños. Después me regresé a la casa, sintiéndome ya con el cuerpo cortado.
Ayer me levanté con la garganta decididamente irritada; así que fui a clases sin bañarme (cosa que en general nunca hago), y regresé a bañarme y a taparme bien y tomar cantidades industriales de té de manzanilla. En la noche me dolió la cabeza un poco, pero se me quitó con una aspirina.
Hoy todavía siento el cuerpo ligeramente cortado, pero la garganta está mucho mejor, y de nuevo no tuve que ir al doctor ni tomar nada (la aspirina no cuenta; esa fue para el dolor de cabeza). Además no falté a ninguna clase ni dejé de hacer nada que tuviera que hacer.
Así que bajo mi definición, no me enfermé. Llamémosle un “periodo difícil”.
Ahora con su permiso voy a seguir consumiendo cantidades industriales de té de manzanilla.
En cable han estado anunciando tanto la serie Big Love, que decidí ver el capítulo piloto.
Chale.
Es realmente incómoda esta serie. A tantos niveles, que no sé si sea posible que siga viéndola.
Por fin pusieron Mesa 6.5.1 en Portage, así que ahora se pueden compilar todas las dependencias de Compiz sin utilizar cualquier tipo de overlay. De hecho tambien hay un ebuild de Compiz, sólo que es la versión “simple”, sin ninguno de los plugins locochones de Quinnstorm.
Pero no importa: las últimas versiones de XGL Coffee ya traen los parches necesarios para que funcione sin problemas en AiGLX; así que ahora tengo AiGLX (que es mucho más limpio que XGL), y tengo la última versión de Compiz Quinnstorm y plugins relacionados.
Ahora sólo tengo que ponerme a trabajar en lugar de estar jugando con mi laptop.
Para los que han leído y conocen mis posiciones políticas, entenderán que obviamente nunca había ido a un grito de independencia en el Zócalo. ¿Para qué iba a ir a aplaudirle al pendejo en turno? Menos con el traidor que está todavía ahorita hasta noviembre.
Y también entenderán que obviamente este año, en esta coyuntura, tenía que ir.
Estuvo poca madre; mi único y grave error fue no llevar mi cámara, porque los fuegos artificiales estuvieron muy padres.
Fui con mi mamá, mi tía Cheli y Alvarito y María Luisa. Ellos dos son compañeros de lucha de toda la vida; gente decente y trabajadora que lleva décadas luchando desde la izquierda para cambiar al país para bien. Gente como ellos (y mis padres y muchos más, incluyendo muchísimas personas ayer en el Zócalo) son la viva muestra de que la frase esa de que tener 20 años y no ser de izquierda es no tener corazón y que tener 40 y ser de izquierda es no tener cabeza es la más grande pendejada que alguien puede decir.
Fuimos a cenar al Café Tacuba, y después caminamos al Zócalo. Eran como las 10 de la noche, y aunque había bastante gente aún no se llenaba la Plaza de la Constitución. Justo cuando nos acomodábamos relativamente cerca del asta, salió Eugenia León a cantar.
Pinche vieja estaba particularmente inspirada. La gente cantó (y en algunos casos bailó) sus rolas, y para cuando acabó me di cuenta de que la plaza ya estaba llena. Pero además lo más bonito de todo era la gente: iban familias, muchos jóvenes, y en todos lados se notaba un ambiente tranquilo y festivo (y no sólo por ser 15 de septiembre).
Poco después de que acabó la Eugenia, todo se preparó para que Encinas diera el grito. Una de las puntadas más chingonas es que la guardia de Encinas eran bomberos. Los policías luego son corruptos; los militares luego reprimen: pero los bomberos son casi universalmente queridos.
Y llevaban sus hachas.
La gente comenzó a gritar consignas. Que eso fue la otra cosa bonita de esa noche: era el grito, sí, pero además era un mitin, y además era una celebración. La gente gritó “¡sufragio efectivo, no imposición!”, “¡sí se pudo!”, “¡Encinas, Encinas!” cuando salió el gordito en las pantallas y, cuando apareció el tarado de Abascal: “¡muera Abascal, muera Abascal!”
Yo me jodí la garganta; hacía mucho que no gritaba tanto.
Para ese momento el Zócalo estaba pletórico, y entonces Encinas dio el grito: fue la locura. Porque ahí estábamos los que venimos décadas (mis padres, Alvarito y María Luisa, yo mismo desde que participé en el Plebiscito Ciudadano a los 16 años) peleando desde la izquierda para transformar este país. Ahí estábamos los habitantes de la Ciudad de México que nos habían negado siempre nuestra plaza para que diera el grito alguien que nosotros hubiéramos elegido. Ahí estábamos los que no nos vamos a dejar para que nos impongan un presidente espurio, y que estábamos celebrando lo que fue sin duda una enorme victoria política al haber mandado a Fox a que se empapara en Guanajuato (“el viejo pazguato, se fue a Guanajuato”, gritaba la banda).
El ambiente era de fiesta: no sólo por ser nuestras fiestas patrias, sino porque levantamos el campamento del Zócalo y Reforma con una celebración, con una victoria. Esta etapa del movimiento terminó triunfante, y la moral y los ánimos de la gente que participamos en él están altísimos, y seguimos decididos a no dejarnos y continuar luchando.
Yo me considero nacionalista y un patriota. Para mí, ser patriota no significa agitar una banderita y gritar “viva México” el 16 de Septiembre. Para mí ser nacionalista no significa no tirar basura (tenía un cuate que decía que los alemanes son “tan” nacionalistas, que no tiran basura para no ensuciar su nación… como si la nación fueran las banquetas; esa debe ser la definición más estúpida que he oído de nacionalismo). Para mí ser patriota y nacionalista no significa trabajar y ser honesto: en primera, eso no es suficiente. Y en segunda, yo doy por hecho que la gran mayoría de mi pueblo es honesto y trabajador; lo he visto, y estoy convencido de ello.
Para mí ser patriota y nacionalista significa pelear por el país, pelear por defenderlo y por mejorarlo. Pelear contra la injusticia y la desigualdad social. Pelear contra el racismo y el clasismo. Desde cualquier frente: sin duda hay panistas y priistas que toda su vida han peleado por el país.
Pero ayer casi todos los que estaban en el Zócalo eran sin duda patriotas y nacionalistas. Y de izquierda.
Viva México. Porque lo amamos, porque nos preocupa nuestro país y sobre todo su gente, vamos a seguir peleando.
Como toda la vida, como siempre.
Tip #785 de Canek para notar que se está urgido:
Si estás mirando El Club Winx y en lo único que puedes pensar es: “mmmh, esas haditas se ven muy sexys en minifalda”, significa que estás urgido.
Estúpidas caricaturas perturbadoramente cachondas.
Cuando sacaba la liga de la IMDb de John Tucker Must Die, vi el poster que ahí aparece. Es este:
Me gustó tanto, que lo puse de fondo en mi escritorio.
Tenía bastantes ganas de ver Snakes on a Plane, por toda la expectativa generada en Internet, así que fui al cine aprovechando que era miércoles. Realmente era la única película que me interesaba ver, pero vi que justamente dos horas antes estaba John Tucker Must Die, y se me antojó verla, así que también compré boleto.
Se aplican las advertencias de spoilers habituales.
Había visto los trailers de esta película, y se me antojó verla porque parecía divertida. Y sí lo es; no muchísimo, pero sí está bastante bien.
John Tucker es el galanazo de la escuela y sale con varias chavas al mismo tiempo; utilizando su carisma e ingenio para que no lo cachen. Pero una chava que parece que nadie nunca le hace caso se da cuenta, y por varias razones termina al lado de tres de las chavas de John justo cuando se dan cuenta de que las está engañando. Entre las cuatro deciden vengarse.
Bajo esta premisa tan idiota, la película avanza de forma bastante fluida y divertida, en gran medida por las cuatro actrices que se están vengando de John. No sólo están guapas (que, oh sí, lo están), parecen genuinamente estarse divirtiendo en sus papeles.
Además de eso Jesse Metcalfe (el que la hace de John) es verdaderamente encantador, y es de aplaudirse como en general se recupera de las humillaciones que las chavas le propinan. Y también parece estarse divirtiendo de lo lindo (que rodeado de tanta carne se entiende).
La película es una pendejada; pero cumple más que cabalmente su objetivo, y está entretenida si nada más les llama la atención.
Viviendo (como vivo) en estado semi perpetua conexión y además leyendo sitios de noticas para geeks, era difícil que no me enterara de esta película. Añádanle a eso que todas las críticas que leí decían que era una película muy cagada, y comprenderán por qué tenía ganas de verla.
Qué chingona película. Creo que es la peor película que he visto en todo el año; me encantó.
La película es el título, y todo lo demás es relleno. Es una película tipo B bien hecha, y es completamente desenfadada. De verdad es muy divertida.
Además, sigue todos los clichés de las malas películas de acción: cuando el personaje de Samuel L. Jackson le comenta a un tipo que lleva cinco años trabajando con el mismo compañero, uno inmediatamente piensa “oh oh, seguro se lo cargan”. ¡Y sí, se lo cargan!
Otro cliché: si coges y fumas mota en el baño de un avión, te va a morder una serpiente. En la chichi además.
Está cagadísima esta película, pero tienen que apagar sus funciones de lógica e incredulidad. Si son capaces de hacer eso, váyanla a ver; seguro se van a divertir.
Instalé GNOME 2.16 en mi desktop y en mi laptop, y entre las cosas nuevas y chidas que trae se incluye el GNOME Power Manager.
Yo tengo ya casi un par de meses hibernando mi máquina en lugar de apagarla, así que el que el iconito del GPM tuviera una opción “hibernate” no me impresionó en lo más mínimo. Sin embargo, además traía una que decía “suspend”, y de pura curiosidad le piqué.
Dos segundos después, mi máquina parecía estar apagada, sólo el led del encendido de la laptop parpadeaba con un color naranja. Apreté una tecla, y tres segundos después mi escritorio estaba tal cual lo había dejado.
Sin embargo, yo había leído que una máquina suspendida (que no es lo mismo que hibernada), de hecho sí consume electricidad. Lo cual tiene sentido; el suspender es virtualmente instantáneo porque la memoria no se mueve al disco duro: se queda ahí, en la memoria. Después la máquina apaga todo pero sigue alimentando tantito poder a la memoria para que no se borre: exceptuando eso, es como si estuviera apagada. Por eso mismo también es tan rápido reactivar una máquina suspendida: sólo tiene que encender el procesador y los discos duros de nuevo.
(Estoy haciendo una hipersimplificación del proceso, obviamente, pero por ahí va la onda.)
Así que no puedo sencillamente suspender mi laptop y meterla a mi mochila sin preocuparme de nada: aunque sea poquita, la máquina sigue consumiendo energía. Por ello hoy hice un experimento: antes de irme al cine, a las 19:30 exactamente desconecté el cable de poder de mi latop y la suspendí, con la batería al 100% en ese momento. Cinco horas después (a las 00:30), regresé a mi casa y reviví la máquina. ¿Total de batería que me quedaba?
96%.
Eso quiere decir que puedo dejar la laptop suspendida varios días (unos 4) sin tener que preocuparme de nada. Ya nunca voy a hibernar mi máquina; es una pendejada. La única ventaja que tiene el hibernar es que puedo dejar la laptop desconectada por un tiempo indeterminado, y que me permite bootear a Windows (que casi nunca lo hago).
De ahora en adelante voy a suspender mi laptop en lugar de hibernarla. De verdad es increíble, es casi instantáneo.
Dejé XGL y ahora estoy usando AiGLX. AiGLX es un cambio mucho menos radical que XGL; mientras que el segundo es un servidor X básicamente nuevo, el primero es sólo una extensión del servidor X normalito. Sin embargo, en ambos funciona Compiz, y además está la no menor ventaja de que para tarjetas de video Intel (como la de mi laptop), AiGLX es bastante más rápido. Y en añadidura me permite ver videos a pantalla completa y jugar Quake sin ningún tipo de problemas (en XGL era lentísimo con mi laptop; en mi escritorio donde tengo una tarjeta de video estúpidamente rápida eso no importa).
Pondría un screenshot; pero realmente se ve igual mi escritorio. Sólo se siente más rápido, además de las ventajas con videos y aplicaciones 3D. Lo malo fue que me cambié de overlay; antes usaba el de XGL Coffee, y ahora volví al de Hanno Böck, que fue el primero que intenté. Y tuve que aplicar parches a pata. Lo bueno es que parece que ambos overlays están integrándose en uno mismo.
En otras cosas, instalé GNOME 2.16. Y todo parece bien, pero hay algunas aplicaciones (Drivel y Gaim principalmente) que me truenan de manera rarísima. Tengo que investigar eso.
Me llegó mi PIN de Google:
Ahora sólo espero que eventualmente me paguen… que al ritmo que va la cosa más vale que no aguante la respiración esperando. Así que más me vale que esto de estudiar la maestría y (espero) el doctorado sí funcione, porque del blog definitivamente no voy a vivir.