Y con birlos de seguridad, además

El sábado en teoría nos íbamos a reunir varios amigos en casa de uno de ellos, pero al final de hecho no ocurrió por motivos que no vienen el caso.

Antes de que me enterara, sin embargo, de que ya no iba a haber reunión, una de las amigas que iba a ir también me llamó para decirme que se le había ponchado una llanta y que estaba esperando al güey del seguro para que se la cambiara. Yo iba con otra amiga y, dado que estaba cerca de ahí, le dije que yo iba y la cambiaba. Como suele ser con este tipo de situaciones, era de noche y estaba lloviendo; no me sentía cómodo dejando abandonada a una chava que no sabe cambiar una llanta. Todavía si supiera cambiarla igual y lo haría.

Total que llegamos mi amiga y yo con esta otra amiga y su hermana, y me puse a cambiar la llanta. He cambiado llantas desde que tengo como 20 años, y en general soy rápido; pero aquí además de la oscuridad (lámparas o no lámparas) y la lluvia, estaba el hecho de que era un carro que no conocía, con una herramienta medio extraña, con distintas cosas qué quitar en distinto orden, y con birlos de seguridad, además.

Nos llevó como cinco minutos descubrir cómo desmontar la llanta de atrás (es de los carros que trae el repuesto atrás), y como veinte levantar el carro con tres gatos. El del carro debe ser el gato peor diseñado que he visto, porque era medio imposible darle la vuelta, y cuando me harté de él fui por mi gato de botella… que por supuesto resultó ser demasiado chaparro. Por fin la hermana sacó su gato, que era como deberían de ser todos los gatos, y ya sin problemas levanté el carro, cambié la llanta, y después levanté el carro todavía más antes de darme cuenta de que había que girarle al otro lado al gato para que de hecho se bajara.

Por supuesto a lo largo de todo esto seguía lloviendo, y las tres chavas que me rodeaban tenían paraguas y/o cosos con que taparse con la lluvia. Yo estaba sentado o tendido en el suelo (como suele ser con estas cosas), y las chavas decían que trataban de cubrirme con sus paraguas y/o cosos para taparse; lo que de hecho ocurría es que me escurrían el agua de forma más concentrada.

Por fin quedó la llanta y ya me limpié, y me enteré de que la reunión no se iba a realizar. Como yo sí quería ver a mis cuates, les dije a algunos de ellos que fuéramos a mi departamento (al fin y al cabo tenía que cambiarme; estaba completamente empapado), y que ahí nos reuniéramos.

Nos pasamos la noche viendo algunas cosas en mi tele, jugando Rock Band y tomando tequila, y terminaron yéndose cerca de las cuatro de la mañana.

Estuvo divertido, si bien nada como de hecho habíamos planeado originalmente.

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It hurts so good

En mi último viaje a Los Ángeles me tomé un fin de semana y volé a San Francisco a conocer la ciudad y reunirme con mi cuate Eddie, a quien conocí durante mi estancia en Barcelona al inicio de este año.

Eddie fue por mí al aeropuerto, me mostró la ciudad, me llevó a comer a un fabuloso restaurante koreano, y me dio alojamiento durante la noche. Fueron unas 36 horas agitadas, pero muy divertidas.

Martes, miércoles y hoy por la mañana, Eddie me pagó la visita. Llegó el martes en la mañana, y lo llevé a comer chiles en nogada, después a pasear por el centro y a recorrer el Paseo de la Reforma (sólo hasta el Ángel de la Independencia), a trepar la Torre Latinoamericana y ver la ciudad de noche, y al Bar la Ópera a ver el hoyo del balazo que disparó ahí Pancho Villa. Ayer lo llevé a desayunar mixiotes en el Gran Rábano, después a Ciudad Universitaria a que conociera a algunos cuates y a que viera el campus, luego a comer carne estilo norteño, después a Coyoacán, y por último a que cenara tacos de suadero. En la noche también jugamos algo de Rock Band y vimos algunas cosas en mi estúpidamente grande televisión.

Hoy en la mañana lo llevé al aeropuerto, donde quedamos en seguirnos visitando cuando podamos, y regresé a mi casa a curarme los pies, que para ese momento estaban llenos de ampollas de estar caminando tanto en tan poco tiempo. Que por cierto, cuando fui a San Francisco también terminé con mis pies llenos de ampollas.

Es el tipo de dolor que vale la pena ganarse.

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Nokia N900

Después de (literalmente) años de especulación, Nokia anunció hace un par de días su nueva generación de “internet tablets”: el Nokia N900.

Nokia N900

Nokia N900

Además de tener un procesador mucho más poderoso que el del N800 (que yo me compré hace un par de años y medio), AGPS, un dispositivo de video con soporte para OpenGL, cámara de 5 megapixeles con flash, teclado integrado y un montón de cosas más, la chingadera es teléfono.

Y corre Linux.

Cuando vi el iPhone sí se me antojó comprarlo, pero además de que el precio de verdad me parecía excesivo, estaba la cosa de que hay que comprarlo con plan o desbloquearlo, de que es Apple (compañía de la cuál jamás he sido fan), y de que parece ser extremadamente complicado el tratar de desarrollar aplicaciones para él.

El N900 resuelve un montón de esos problemas; además es más pequeño que el N800 (lo que para un teléfono se agradece bastante), y no sólo corre Linux, sino que corre Maemo, construido sobre Gtk+ y GNOME. Por supuesto, su precio va a ser ridículo (al parecer estará en alrededor de 700 dlls), pero es parecido al del iPhone, y la verdad no me parece mala compra.

Yo creo que éste será mi próximo teléfono.

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Estallidos sociales

Sólo como addendum a mi entrada sobre Violencia de hace unos días: la Sedeso advirtió que sí hay peligro de estallidos sociales en el país por la crisis.

La Sedeso fue la que hizo el anuncio. No un grupo de izquierda radical.

Sólo para los crédulos que de verdad se tragan que todo está bien o “no más mal que en las últimas crisis”.

El primer paso para tratar de solucionar un problema, es aceptar que existe. Y yo (como la enorme mayoría de la gente de izquierda, estoy seguro) queremos que se solucione, porque no queremos estallidos sociales violentos. Y no los queremos porque en ese tipo de escenarios, es la gente jodida la que más afectada se ve.

Nosotros queremos un cambio pacífico. Por eso es que, a pesar de los fraudes, injusticias y trampas que siguen ocurriendo en nuestra “democracia”, seguimos impulsando un cambio que se produzca a través del sistema de elecciones. La izquierda mexicana (exceptuando algunos grupos radicales, que son minoría) está en contra de la salida violenta.

Pero no por ello puede dejar de ocurrir uno o varios estallidos violentos. La gente cuando se siente suficientemente desesperada es a la salida que recurren. Y estos retrasados mentales están llevando a ese punto a millones de mexicanos. No miles; millones.

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Arrástrame al Infierno

Ayer fue miércoles 2 × indio y fui al cine. Originalmente iba a ver The Hangover, e incluso estrené el sistema de Cinépolis para comprar boletos a través del teléfono celular. Lamentablemente (o por suerte) no logré hacer que se completara la transacción, así que sólo los aparté. Digo que por suerte, porque no llegué a tiempo, y entonces terminé viendo Drag Me to Hell.

Se aplican ya saben.

Drag Me to Hell

Drag Me to Hell

Esta película había oído en todos lados que era fabulosa, y hasta a The Filthy Critic le había gustado, así que tenía muchas ganas de verla; iba a ver originalmente The Hangover porque también he oído muchas cosas buenas de ella, y no sé cuánto dure en cartelera.

Christine Brown es una mosquita muerta que trabaja en un banco y, buscando un ascenso, le niega una extensión de préstamo a una viejita. La viejita, como suele ser en estos casos, la maldice con una maldición maléfica, y Christine descubre poco después que tiene tres días para librarse de la maldición, o será arrastrada al infierno donde arderá por toda la eterna eternidad.

La pendejísima trama es perdonada porque la película es divertidísima, a veces al grado de parecer un episodio de los Looney Tunes. Con ojos escapando de las cuencas y todo. Además, para variar con las películas de los últimos tiempos, los efectos especiales son moderados y Raimi se las ingenia para utilizar cosas de la vieja escuela en lugar de poner a un monstruo 3D en cada escena de miedito. Que, por cierto, es otra cosa buena; a pesar de que toda la película mantiene un ambiente ligero y de buen humor, hay varias escenas que sí dan miedito, lo cual a mí me gusta mucho.

Y por último Alison Lohman, a pesar de que de verdad parece mosquita muerta todo el tiempo, me pareció muy guapa y muy buena en su papel de chava aterrorizada.

Así que véanla; es la película de “terror” más divertida que he visto en años.

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Violencia

Después de leer un artículo que compartió Omar bajé y hojeé un estudio sobre la violencia en el país.

Lo primero que me viene a la mente por supuesto es el estado de crisis en el que está sumido el país, consecuencia directa del fraude del 2006 y la bola de incompetentes que han estado “gobernando” (entre comillas porque realmente no hay forma de que podamos describir como “gobernar” lo que han estado haciendo) desde que se robaron la presidencia hace tres años.

La segunda es la bola de bestias y animales que durante años han estado diciendo que mi hermosa Ciudad de México es la más insegura del país. En el estudio del CIDAC, la Ciudad aparece en quinto lugar, con un índice de violencia “Media Alta”, debajo de Chihuaha, Baja California, el Estado de México y Sinaloa.

Pero si lo analizan bien, en los peores tipos de violencia la Ciudad de México está todavía más abajo: homicidios por cada 100,000 habitantes Chihuahua tiene 15, Baja California tiene 10, el Edomex tiene 14.3 y Sinaloa tiene 12. Mi Ciudad tiene 4.4.

En ejecuciones, Chihuahua tiene 32.1 por cada 100,000 habitantes, Baja California tiene 10.5, el Edomex tiene 2.5, y Sinaloa tiene 17.5. Mi Ciudad tiene 1.6.

Al parecer aquí se roban más carros que en Sinaloa; 5.8 por cada 1,000, contra 5.0 del estado norteño. Chihuahua, Baja California y Edomex andan arriba de 13.

Homicidios, ejecuciones y robos de auto siempre se reportan al Ministerio Público; no son crímenes como robos de bolsa o cartera, que muchas veces no se reportan porque la gente prefiere dar sus posesiones por perdidas que tener que lidiar con el MP.

Estos criminales que se robaron las elecciones han llevado al país no sólo al borde de la quiebra (lean lo que dice hoy CNN al respecto), sino al borde de que estallemos socialmente por la combinación de crisis económica, el cierre (en algunos casos violento) de espacios a la oposición, y la violencia del narcotráfico que estos imbéciles desataron cuando decidieron lanzarse a atacarlo de la peor manera posible; es obvio que el echarles el ejército encima no funciona. No le funcionó a Bush, y no le va a funcionar a nadie; las drogas son un problema social (falta de oportunidades, falta de educación) y de salud: no es un problema policiaco. Nunca ha sido un problema policiaco, y no se va a resolver ni con la policía ni con el ejército. Se va a resolver cuando cambie la política económica y los jóvenes jodidos de este país de verdad tengan mejores opciones para salir adelante que unirse a los narcotraficantes.

Y en gran medida este plan imbécil, mal planeado y peor ejecutado de enfrentarse al narco fue porque estos idiotas querían legitimarse después del fraude del 2006. Por supuesto, no lo lograron, y ahorita estamos como estamos.

Por eso es importante que la gente conozca estudios como los del CIDAC; la Ciudad de México, a pesar de que lleva siendo atacada desde hace doce años que fue conquistada democrática y legítimamente por la izquierda (nos cortan el agua, nos quitan presupuesto, nos señalan falsamente como la más violenta del país), y a pesar de la inmensa crisis que afecta a todo el país (y por lo tanto también a la Ciudad), estamos muy lejos de los niveles de violencia más altos del país, y económicamente más o menos ahí la llevamos. Y eso es en primer lugar por la indiscutible legitimidad de su Jefatura de Gobierno, y en segundo por tener un plan económico que toma en cuenta las necesidades de los estratos sociales más desprotegidos.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No es demagogia, no es populismo. Es sentido común; la gente más jodida es la que termina integrándose al narcotráfico porque no se les están dando opciones. No es mi análisis; cualquiera con dos dedos de frente llega a esa conclusión, incluidos varios gringos:

But most of Mexico’s wealthy and powerful families can still find solace in their foreign bank accounts, their well-appointed homes north of the border, their bodyguards and multigenerational business empires.

Perhaps to them, the continuing crackdown on the cartels seems like the most effective way to react to the threats made to legitimate business-owners and affluent families via extortion and kidnapping.

However, the Mexican government, the Mexican ruling class and the United States must also generate legitimate opportunities for Mexican citizens to advance in life, alternatives to achieving financial success without breaking the law.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No me vengan con que no se puede, no me vengan con que es “un sueño de idealistas”. Casi casi fue el tema del discurso de posesión a la presidencia gringa de Barak Obama.

A mí nunca me ha caído bien el Peje; lo he dicho una y otra vez: es un tipo en muchas cosas ignorante, y que de verdad se cree la salvación encarnada de los mexicanos pobres. Pero el plan económico (y político) que ha defendido consistentemente desde hace más de una década es el correcto (o al menos el mejor disponible), y el movimiento social que encabeza es con el que mejor me puedo identificar. Cómo me caiga personalmente es irrelevante.

Las cosas están de la chingada… y se van a poner peores, especialmente porque estos animales en el “gobierno” no tienen ya ninguna capacidad de movilidad; el “sexenio” de Calderón se acabó el 5 de julio, casi todos los analistas políticos concuerdan en eso. El tipo hasta físicamente da mala suerte; los Pumas lo fueron a ver y desde entonces no ganan un partido.

Si en tres años el PRI vuelve a la presidencia (que es probable), las cosas no van a mejorar. Si permanece el PAN (que es bastante difícil), de seguro van a empeorar.

No sé si el PRD pueda reconstituirse (y de verdad reconstituirse) para dentro de tres años, o si los que estamos en la izquierda (o que al menos apoyan el liberalismo con responsabilidad social) tendremos que buscar, construir o inventar un nuevo espacio para poder hacernos del poder pacíficamente, pero nos estamos tardando en ver las opciones disponibles, porque la cosa no puede seguir así.

Mientras tanto, los dejo con el reporte del CIDAC, que vi gracias al artículo que Omar compartió. Aquí se concentra una parte enorme de la población del país, y también de sus riquezas. Y aquí la izquierda gobierna y lo hace bien… la mayor parte del tiempo (luego salen con mamadas como querer privatizar parte del sistema de aguas de la Ciudad, pero bueno). No es demagogia, no es populismo.

Por el bien de todos, primero los pobres.

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Terminator: La Salvación

Dado que consideré que ya era necesario, fui ayer a ver Terminator: Salvation. Ando bastante ocupado, así que decidí no sacar todavía mi membresía club Cinépolis; en su lugar creo que trataré de ir una vez a la semana, y los miércoles para que no salga tan caro.

La verdad había otras películas que quería ver, y no había oído a nadie decir que la última de Terminator fuera buena; pero pues yo quería verla, y no creo que dure mucho más tiempo en el cine, así que esa fue la que elegí.

Se aplican las de siempre.

Terminator: Salvation

Terminator: Salvation

Terminator: Salvation es una mala película. Es encabronadamente predecible, se toma demasiado en serio, y además la historia que cuenta tiene más hoyos que una red de pescar.

Dicho eso, a mí me divirtió bastante; hace un montón de homenajes a las tres primeras películas, las secuencias de acción están muy bien hechas, y además tiene a Helena Bonham Carter, cuya sola presencia suele mejorar lo que sea. Y de pilón sí fue muy chido ver aparecer de repente al governator hecho (y muy bien hecho) por computadora.

También es interesante que por fin veamos de forma cercana el futuro donde las máquinas dominan, y que por primera vez escuchemos a Skynet “hablar”.

Nada de eso quita que sea una mala película, muy inferior a las otras tres sin duda, pero yo disfruté el churrito, y creo que cualquiera que (como yo) haya seguido la saga casi toda su vida también puede disfrutarla.

Así que yo sí la recomiendo.

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Es diabólico, les digo

Esto es ridículo. Estoy un mes en California, a 40 grados de temperatura todos los días, yo andando en bicicleta diario sin gorra ni sombrero de ningún tipo, y no me pasa nada. Estoy en Mérida con la temperatura alrededor de 37 grados una semana, incluyendo toda una tarde en Uxmal, igual sin gorra ni sombrero ni nada, y no me pasa nada.

Estoy dos horas en el Estadio Olímpico Universitario de CU, a no más de 32 grados de temperatura, y me pongo una quemadota que ahorita me estoy pelando.

Les digo que el sol de la Ciudad de México es diabólico. Es la única posible razón por la que podría mudarme de aquí.

Qué bueno que ya está lloviendo. La Ciudad de México me gusta todavía más cuando llueve.

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Cheapatopia

Desde hace algunos meses Scott Adams (el creador de Dilbert) ha estado hablando de Cheapatopia en su blog. La idea es hacer una ciudad “inteligente” que esté diseñada para gastar la mínima energía posible, ser autosustentable, ecológica, etc.

Me da mucha risa Scott, porque muchas de sus ocurrencias son estupidísimas. También me sorprende cómo la gente sigue tratando de redescubrir al comunismo sin leer a Marx.

Y ciertamente le haría bien a Scott saber que son las condiciones objetivas materiales.

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Serenity en Blu-ray

En el gabacho compré Serenity la película que continúa (y, al parecer, termina) la serie de televisión Firefly.

La primera vez que la vi sentí algo de tristeza por saber que era lo último que veía de una de las series de televisión de ciencia ficción que más me han gustado. En esta segunda ocasión creo que me retracto; en retrospectiva, creo que está bien que la serie acabara con tan sólo 13 capítulos, y que después se hiciera la película.

No creo que hubiera podido seguir siendo tan buena mucho más tiempo, y que una serie cancelada cerrara con una película (aunque nunca se haya estrenado en México) es algo que casi nunca ocurre y que me parece lo merecía.

Me divertí horrores viéndola. Al igual que la serie (que también conseguí en Blu-ray).

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La Visita de la Banda

En los tres días que tuve entre llegar de gringolandía e ir a Yucatán (que me encantó la gente, por cierto; todo mundo habla como Cucho: “oye Don Gato”), fui al cine. A la Cineteca Nacional, para variar conmigo.

El cómo y por qué fui a la Cineteca Nacional no viene al caso.

El punto es que vi Bikur Ha-Tizmoret (ביקור התזמורת), y no escribí al respecto porque Xochitl estaba en coma. Se aplican las de siempre.

Bikur Ha-Tizmoret

Bikur Ha-Tizmoret

Preciosa película. Tal vez algo simple (por no decir simplona), y algo lenta en algunas partes; pero a mí me encantó. La historia (que les digo es muy sencilla), es de una banda musical de Egipto que por un error de comunicación termina en un pueblo israelí en medio de la nada (literalmente) en el desierto, en lugar del pueblo al que habían sido invitados.

Los locales (todos judíos) les ofrecen asilo, y de maneras distintas terminan todos pasando una noche memorable. Esa es toda la historia; pero los personajes son encantadores, especialmente el líder de la banda, interpretado por Sasson Gabai, el guapo y joven trompetista interpretado por Saleh Bakri, y la alegre y solitaria dueña del restaurante que organiza hospedaje para todos, interpretada por Ronit Elkabetz.

Supongo que para israelíes y árabes la película puede resultar incluso más conmovedora, por la difícil historia entre ellos; pero yo no tuve ningún problema en ignorar el contexto histórico y sólo disfrutar las penas y tribulaciones de los personajes viéndolos únicamente como seres humanos, y no árabes e israelíes.

También tiene varias escenas hilarantes; en particular en la escena en la pista de patinaje por poco me meo de la risa. Fabulosa.

Altamente recomendable; si pueden, véanla.

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It’s alive!

Estando en California recibí un correo informándome que el Instituto de Matemáticas (donde está hospedada Xochitl, y por lo tanto este blog) cortaría la electricidad durante unos días. Yo esperaba que al reanudarse el servicio de electricidad la máquina reviviera por sí misma; esto obviamente no acaeció.

Eso no fue lo grave; faltaban unos días para que regresara a México. Lo grave fue que justo antes de que regresara, comenzaron a renovar el cubículo donde Xochitl reside, y entonces desconectaron todo… y me tuve que ir a Mérida antes de que eso ocurriera.

Esa es la razón por la cual mi blog estuvo fuera de circulación durante casi un mes. Durante todo ese tiempo, no pude escribir acerca de muchas cosas:

  • Nada de el resto de aventuras que tuve en Los Angeles.
  • Nada de mi viaje relámpago a San Francisco donde vi a mis cuates Edward y Kristen.
  • Nada de mi taza del baño descompuesta, que tuve que cambiar en los tres días que tuve entre llegar de Los Angeles y volar a Mérida.
  • Nada del viaje a Mérida, incluyendo el boleto de primera clase que me tocó, el clima infernal donde todo el tiempo se sentía como un sauna, y la bizarra situación en que nos vimos los últimos días tratando de encontrar los lugares más caros posibles para comer.

Pero ya estoy de vuelta en mi hermosa Ciudad desde el sábado (casi lloro de felicidad al bajar del avión y sentir el fresco clima y ver el cielo saludablemente nublado), y acabamos de revivir Xochitl. Así que este blog regresa a sus diatribas normales.

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Harry Potter and the Half-Blood Prince

Fui a ver (a las 9:30 de la mañana; qué decadente) Harry Potter and the Half-Blood Prince. Se aplican las de siempre.

Harry Potter and the Half-Blood Prince

Harry Potter and the Half-Blood Prince

Me voy a sacar algo del pecho antes de continuar: al final de la película, Severus Snape mata a Dumbledore. Ahh, eso se sintió bien.

Después de tenernos esperando más de lo humanamente perdonable, por fin salió la sexta y antepenúltima película de Harry Potter. Porque la séptima película serán dos, para exprimir más leche a la generosa vaca que ha resultado ser esta saga.

La película es casi perfecta; hay un montón de cosas que me hubiera gustado que hiciera diferente Yates, pero yo mismo me admito que un trabajo de adaptación como éste es dificilísimo, y que entonces es realmente demasiado esperar mucho más de lo que el director y los actores consiguieron darnos. Vamos pues; creo que sería muy difícil mejorar el resultado final.

Gambon es perfecto como Dumbledore, y una vez más me alegro que haya reemplazado a Richard Harris. No que Harris fuera mal actor; sólo que Gambon realmente hace suyo al personaje en esta película. El Snape de Rickman es (una vez más) fabuloso, y el actor es tan chingón que se roba varias escenas diciendo a veces una sola palabra (“Indeed”).

Jim Broadbent es bueno como Slughorn, pero la verdad es un papel muy lucidor; hubiera sido difícil hacerlo mal. Emma Watson se ha puesto tan guapa y ha asumido tanto el papel de Hermione Granger, que a mí me cuesta ya poder separar a la actriz del personaje y viceversa. Grint hace lo que puede porque siguen empeñándose en convertir a Ron en el comic relief, pero (igual que en la anterior película) es menos pronunciado que en las primeras de la serie. Radcliffe es bueno también, y en general consigue interpretar de forma aceptable las dos facetas de Harry; el héroe atormentado y el adolescente desmadroso. Evanna Lynch una vez más se roba todas las dos escenas donde aparece, y me sigue pareciendo perfecta para el papel.

Mención especial merece Helena Boham Carter: aunque en general me parecen superiores las novelas a las películas en todos los aspectos, creo que La Bonham Carter es la excepción a la regla. Mejora al personaje de Bellatrix; me gusta más la Bellatrix de las películas que la de las novelas. Es más lasciva, más sucia (en la mala y la buena manera), y más demente.

La película además me parece que sí refleja bastante bien el espíritu de la novela; graciosa cuando debe serlo, y dramática cuando le toca. La escena en la cueva de los inferi es fabulosa, si bien es algo anticlimático que descartaran la batalla en Hogwarts que sigue a la muerte de Dumbledore. Que además, creo que les quedó perfecta la escena de la muerte de Dumbledore por Snape; sigue siendo mejor el libro, pero en el marco de las películas los cambios que hicieron no me molestan, y me parecen razonables. Y Gambon tiene lo que supongo todos los actores del mundo más desean; una escena de muerte perfecta.

La únicas críticas que tengo (y son menores), son, en primer lugar, que la película no es tan graciosa como la novela; la sexta novela de Harry Potter debe ser la más divertida de las siete (la séptima es demasiado pesimista en muchas partes). Digo; sí me hizo reír (y mucho) en muchas partes, pero había más oportunidades para destacar los aspectos cómicos de esta parte de la saga.

En segundo lugar, que la novela es (antes que nada) una comedia romántica adolescente, y no hay suficiente de eso en la película. Al menos para mí; los cambios en sí a las relaciones no me molestaron mucho: que Hermione sea más resbalosa que en las novelas no me molesta en lo más mínimo, y que hayan arruinado el primer beso entre Harry y Ginny tampoco me importa, porque esa relación siempre me resultó más bien blah.

Si, en cambio, apestan el regreso de Ron al trío en el bosque o su primer beso con Hermione, ahí sí me voy a enojar.

Para resumir; creo que hubiera sido muy difícil mejorar lo que los realizadores consiguieron con esta película, y a mí me gustó mucho. Tiene sus detalles, pero todos son entendibles y perdonables, y yo estoy más que satisfecho. Así que vayan y véanla. Varias veces.

Ahora sólo queda esperar año y medio a que salga la séptima y penúltima película de la saga.

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Sugoi

Paseando por Northridge encontré una pequeña tienda que se llama Sugoi Life, dedicada (como su nombre fácilmente da a entender) a productos japoneses de importación, o relacionados en general con Japón.

Además de que es muy divertido irse a dar una vuelta, el equipo de chavos que atiende la tienda en general saben acerca de los productos que venden; incluso con cosas de gente old school como yo. Pero bueno; el punto es que encontré, por un precio relativamente decente, toda la serie de Mazinger Z, incluyendo los capítulos que siguen a la destrucción del Mazinger original y el reemplazo de Koji Kabuto como piloto por alguien que ahorita no recuerdo quién era. En cuatro DVDs; nada más por eso ya es interesante.

Los DVDs son algo extraños; diría que piratas, pero no son exactamente eso. El subtitulaje es hecho por japoneses o chinos, obviamente; los errores gramaticales son fabulosos, y en mi opinión mejoran la serie como por 124%. El intro de la serie y el final (donde ponían los créditos) sólo aparece una vez (para ahorrar espacio, obviamente), y la caja y los DVDs se ven… raros. No chafas, como suelen ser los productos piratas; sólo son extraños.

Como sea, nada más ver (rápido; no planeo ver la serie aquí) el ridículo comienzo del primer capítulo, una ola de nostalgia me inundó. Mazinger Z no tiene punto de comparación con Robotech, en el sentido de lo que significó para mí en mi niñez; pero de cualquier forma recuerdo la serie con cariño, y me muero de ganas de verla con mi hermano cuando regrese a México.

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El Progreso

Dado que me están pagando casi todo en este viaje, no me he visto en la necesidad de cocinar, aunque mi habitación cuenta con cocina e incluso utensilios. Calculo que más o menos con 10 dlls. al día me alcanza para comer (muchas veces menos que eso), y por un mes no me parece un gasto muy grande.

Sin embargo, ese plan sólo contempla las comidas; generalmente no ceno, pero el desayuno sí lo prefiero tomar en mi habitación por múltiples razones. Entonces mis idas al súper han consistido básicamente en compras de leche y algún cereal de fibra, que ha sido mi desayuno desde hace ya varios años.

Cuando decidí que ese sería mi plan para manejar mis desayunos, abrí mi laptop y busqué en Google Maps el súper más cercano a mi hotel; rápidamente encontré uno a menos de dos cuadras, y a ese he ido todas las veces. Supongo que seguirá siendo el mismo al que vaya durante toda mi estadía.

El súper se llama El Progreso, y está en una placita donde se ubican varios negocios pequeños; una lavandería, un restaurante, una tienda de abarrotes. Todos los negocios tienen empleados latinoamericanos o chicanos (y de hecho creo que son mexicanos todos, excepto el restaurante que vende comida salvadoreña), y todos los clientes también parecen ser latinos. Cuando entro me saludan en español, y todas las conversaciones que he oído son en ese idioma.

Se siente muy parecido a casa.

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