2012

El miércoles fui a ver 2012, porque había oído que lo único que valía la pena de esa película era verla en el cine. No me arrepiento.

Se aplican las de siempre.

2012

2012

2012 es una mala película. También es increíblemente divertida, y nada más por los espectaculares efectos especiales vale la pena verla en el cine.

Ni siquiera voy a platicar la trama; es tan estúpida que no merece la pena. Uno va al cine a ver esta película para ver el mundo valer madre; y en ese aspecto la película cumple con creces su cometido.

No recuerdo una película en la que me estuviera riendo tanto durante tanto tiempo. La destrucción y muerte son tan desproporcionadas y ridículas que para mí terminó siendo una comedia. La misma película complementa esto con muchos chistes insertados a lo largo de la misma, la enorme mayoría estupidísimos, pero no por ello dejan de ser chistosos.

Yo sí la recomiendo; pero únicamente en el cine. También creo que esta película le terminará por dar en la madre al género de películas de desastres, porque no creo que ninguna otra pueda superar el alcance de la destrucción y muerte que ésta presenta.

A mí sí me divirtió.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Nanga Ti Feo

Pagueni cabena espadaguime
Pagueni cabena neshalulu
Jushila kar de nanga espidolo
Jushila kar de nanga espidolo
Nanga ti feo, ti feo ninameni
Neguidubi das indommen
Neseshedanameni

Si alguien te habla de mi, mi negrita
Si alguien te habla de mi en tu presencia
Diles que yo soy tu negro santo
Diles que yo soy tu negro santo
Yo soy un feo, un feo que sabe amar
Con todo su corazon y que no te ha de olvidar

Imprimir entrada Imprimir entrada

Windows 7

¿Recuerdan lo orgulloso que estaba de mi gabinete de madera que yo solito por mí mismo hice?

Bueno; resulta que, como no soy ingeniero (y, además, al parecer soy muy idiota), no tomé en cuenta un pequeño detalle que resulta de poner una computadora (además, una relativamente poderosa) en un gabinete de madera: la madera es un pésimo conductor de calor.

Mi media center resultó ser muy inestable, y en gran medida lo atribuyo al gabinete de madera; al momento en que le quité la cubierta superior, se volvió mucho más estable. Después de ponderar el asunto un rato, decidí que convenía conseguir un gabinete nuevo. Siguen sin gustarme mucho los gabinetes que hay disponibles para un potencial media center, pero al fin encontré uno que, con unas cuantas modificaciones, podría servirme. La única bronca es que necesitaba una nueva placa madre, porque el gabinete es mini-ITX (no micro-ATX, como el que mi media center tenía).

Esta entrada no es del media center, por cierto; eso será después, aunque ya quedó y permitánme decirles que está poca madre.

Como necesitaba una nueva placa madre, decidí mover la placa madre del media center a mi PC de escritorio, y actualizar de mi amado AMD 64 X2 a un Core 2 Quad; mi AMD 64 X2 me sirvió casi cinco años, pero ya está mostrando la edad, y decidí que dado que iba a comprar placa madre nueva, pues entonces de paso actualizaba mi máquina de escritorio.

Eso hice, sin muchos problemas; mi Windows XP sólo lo utilizo para jugar de vez en cuando, pero lo mantengo actualizado, y cambiarle la placa madre sólo implicó que encontró un montón de hardware nuevo y que tuve que activarlo de nuevo. Sin embargo al parecer la estadía prolongada en un gabinete de madera algo le hizo a la placa madre, porque me daba fallos cuando traté de recompilar todo mi sistema Gentoo (necesario, porque estaba compilado con optimizaciones para AMD y el nuevo procesador es Intel); así que conseguí una placa madre prestada y eso resolvió los problemas.

Esta entrada tampoco es acerca de cómo quedó mi nueva PC, aunque también ya quedó y déjenme decirles que también quedó poca madre.

Está entrada es acerca de que al parecer Windows XP soporta un cambio radical de hardware, pero no dos. Al menos no en la misma semana: mi Windows XP primero arrancó sin broncas, luego se me apagó, después reinició en modo a prueba de fallos y (oh, la ironía del caso) procedió a fallar miserablemente. Ya nunca más arrancó.

En general hubiera levantado los hombros y continuado con mi vida; de verdad mi uso de Windows es casi inexistente en últimos tiempos. Pero son vacaciones, y además yo creí haber muerto de fiebre en los médanos de Singapur: al menos esperaba idiotizarme jugando algunos de los juegos (ya viejos) que tengo para Windows.

Así que, aprovechando que los estudiantes de la UNAM tenemos acceso gratuito a montones de software de Microsoft, incluyendo Windows 7, decidí ver cómo estaba el nuevo sistema operativo de Redmond. Yo me salté completamente la debacle que resultó ser Windows Vista, y XP me funcionaba razonablemente bien, así que antes no lo había considerado; pero dado que tenía que reinstalar Windows si quería jugar, y que la perspectiva de instalar los Service Pack 1, 2 y 3 de XP me daba mucha hueva (mi CD de Windows XP es el original, así que tengo que actualizar todo), me aventé el volado.

De eso es esta entrada: de Windows 7.

Bajé la versión en inglés (creo que aún no está en español) y de 64 bits, porque es lo que todo mundo usará en un futuro no muy lejano. Mi madre estrenó máquina hace unos meses, y vino con Vista incluido, así que creo que puedo hacer algunas comparaciones más o menos sensatas.

Windows 7 no me pone de mal humor; Vista sí lo hace. Básicamente ese es mi juicio acerca del sistema operativo.

La nueva versión de Windows detectó todo mi hardware moderno; en el limbo quedaron mi SoundBlaster Live! 5.1, que tengo desde hace casi una década (si no es que más), mi webcam Creative NX, y mi control remoto Streamzap. De la SoundBlaster encontré un controlador en la red, y aunque sí se instaló y detecta mi tarjeta, nigún sonido sale de ella. Me resigné a usar la tarjeta de sonido integrada de la placa madre; pero es una muestra más del tipo de ventajas que da el usar Linux: ahí mi tarjeta de sonido funcionará hasta que el infierno se congele, supongo. El Streamzap la página del fabricante dice que controladores para 64 bits estarán disponibles “real soon”, así que hay esperanza. La camarita USB yo creo que esa sí ya valió popote, porque es bastante chafa y dudo que a nadie le importe demasiado como para ponerse a escribir el soporte para 64 bits en Windows. De nuevo, en Linux jala sin ningún problema. En 64 bits, si era necesario que lo especificara.

Windows 7 me recuerda un poco a KDE; y como KDE puedo usarlo si no hay de otra, pero definitivamente no es mi primera opción. El explorador de archivos parece algo más idiota que el de XP (y es particularmente desesperante que cuando uno expande el árbol de directorios, el mismo salta de forma inexplicable), pero funciona. No sé realmente qué más pueda decir; Windows me resultá bastante inútil “out-of-the-box”. Tengo que instalar un montón de madres para que pueda ser medianamente utilizable.

Como sea, de lo poco que pude usar XP en este procesador, y ahora Windows 7, creo que sí hay una diferencia de velocidad, y en general lo atribuyo a que Windows 7 está a 64 bits. El “eye candy” del sistema está simpático, pero de verdad ahora siento que Windows está jugando a alcanzar a Mac OS X y a los escritorios con manejadores compuestos de Linux.

Pero lo más importante es que no me pone de mal humor, como de verdad lo hace Vista las pocas veces que he tenido que lidiar con él para configurarle algo a mi madre. En ese sentido es un avance.

Como sea, no tomen muy en cuenta mi opinión; uso Windows para poder jugar juegos (y a veces ni eso; Warcraft III corre poca madre en Wine). Pero creo que sí es mejor que Windows Vista. Y, hey, me salió gratis por estudiar en la UNAM.

Dadas hasta las puñaladas.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Mi suelo está bastante alto

Total que llevaba pensado escribir cómo la última semana había sido la peor de mi vida, cuando caí en cuenta de varias cosas. En primer lugar, de que la peor semana de mi vida era bastante inofensiva; me explico: mis seres queridos están sanos y bien, mi vida profesional está estable, yo estoy sano, etc., etc. En ese sentido, la peor semana de mi vida es irrisoria para muchísima gente en este planeta que tiene cosas muchísimo más graves y terribles de las cuales quejarse.

Eso me hizo ponerme a pensar si realmente había sido la peor semana de mi vida, o si sólo estaba azotándome y siendo melodramático. Que siendo justo, no es mutuamente exclusivo; puede ser que en verdad fuera la peor semana de mi vida, y que encima de ello yo esté azotándome y siendo melodramático.

Pero después de analizarlo, resulta que sí; la pasada fue la peor semana de mi vida. Y después de hacer un análisis de ese estilo, sólo una conclusión puedo sacar: soy increíblemente afortunado. Que el evento que ocurrió la semana pasada desencadenara la peor semana de mi vida quiere decir que nada más grave me ha ocurrido nunca, y debería dar gracias a dios por eso.

Claro que, siendo ateo, no agradezco ni madre. Pero sí reconozco lo afortunado que soy.

Soy tan afortunado, que de hecho hoy comenzaron a acomodarse las piezas para que todo pueda resolverse satisfactoriamente para mí. No que de hecho vaya a resolverse satisfactoriamente para mí; pero siendo como soy eternamente optimista, no puedo menos que imaginar un feliz desenlace a todo esto.

Así que no sólo terminó la peor semana de mi vida (que, además, no fue una semana, sino seis días), sino que el hecho me hizo notar lo afortunado que soy, y la multitud de cosas buenas que tiene mi vida.

Es bueno estar vivo.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Planeta 51

Últimamente me gusta planear mis idas al cine, porque como ya no voy tan seguido de hecho quiero ver algo que me interese. Ayer tenía que perder unas dos horas, y lo más provechoso era ir al cine, así que fui a ver si de chiripa me quedaba 2012 (y sí, ya sé que todo mundo dice que apesta, pero es el fin del mundo y eso generalmente vale la pena verlo en la pantalla grande).

No me quedó, y me metí a ver Planet 51. No resultó ser una tortura, pero ciertamente hubiera preferido ver algo más. Se aplican las de siempre.

Planet 51

Planet 51

La premisa de la película es medianamente interesante; un astronauta aterriza en un planeta que resulta estar habitado, y entonces él es el que termina siendo el alienígena. Además, a pesar del elenco gringo la película es de hecho española, lo que yo hubiera esperado resultaría en una perspectiva interesante y novedosa en una película de ciencia ficción/animada por computadora/para niños.

Lamentablemente esto no ocurre; es como si los realizadores españoles hubieran intentado complacer únicamente a un público gringo. Toda la trama está llena de referencias a películas de ciencia ficción gringas, el Planeta 51 termina siendo una caricatura de gringolandia en los cincuentas, y por supuesto el astronauta es gringo (hubiera sido muchísimo más novedoso si el astronauta hubiera pertenecido a la ESA).

Encima de ello, el doblaje (particularmente el del astronauta Chuck Baker) es intragable; yo esperaría que el original fuera mejor, pero la verdad no me consta. Los personajes son absolutamente unidimensionales, y la historia está llena de hoyos por todos lados; y sí, ya sé que es para niños; pero no por ello hay que suponer que son estúpidos.

En lo positivo la animación es decente (ciertamente no es mala), y hay varias partes donde sí me estaba meando de la risa; pero no pasó mucho tiempo para que me preguntara cuándo terminaría, porque me estaba aburriendo.

Es una mala película, y yo no la recomiendo. A lo mejor está bien para entretener a los enanos durante dos horas, pero no le veo más que eso.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Pero ahora que lo mencionas…

Después de platicar un rato con mi mamá por teléfono, hace unos días:

Yo: Y otra cosa; no te había querido decir inicialmente, pero quiero que sepas que estoy… contento. Muy contento.
Mamá: ¿Ya tienes novia?
Yo: Es… complicado.
Mamá: ¿Ya tienes novio?
Yo: Mamá, no soy gay.
Mamá:
Yo: Pero ahora que lo mencionas, qué guapo está el indio de New Moon.
:

Imprimir entrada Imprimir entrada

Los telépatas bancarios

Hace unas semanas estaba en mi casa sin hacerle daño a nadie, cuando suena el teléfono. Eran los de Bancomer, para decirme que su sistema había “detectado” que el plástico de mi tarjeta tenía defectuosa la banda.

En general no habría puesto en duda su sabiduría; el problema es que yo nunca uso el plástico de mi tarjeta Bancomer. Todas las operaciones que realizo con ella son a través del portal en línea del banco. Y de hecho, sólo realizo una operación al mes; agarrar todo el dinero que Conacyt me deposita, y transferirlo a otro banco.

Así que es sencillamente imposible que detectaran que el plástico estaba defectuoso, porque nunca uso la tarjeta físicamente. Le hice saber esto a la señorita que me llamó, y cada vez que yo le preguntaba cómo era posible que supieran el estado físico de mi tarjeta si ésta para motivos prácticos nunca sale de mi cartera, ella me contestaba que sabían “porque eran Bancomer”.

Sus habilidades telepáticas y telequinéticas son sorprendentes, al parecer.

Le dije a la señorita que me aguantara un minuto, y me metí a mi cuenta a ver mis operaciones, justo para saber si la había usado en algún momento en los últimos meses. Como yo ya sabía, no lo había hecho.

Cuando regresé al teléfono la niña del otro lado nunca me volvió a contestar, así que sencillamente colgué. Hoy que traté de ver el estado de mi cuenta, el sistema en línea me dijo que mi tarjeta había sido reportada como robada y/o extraviada. Llamé al banco, y me dijeron (de nuevo) que era porque habían detectado que el plástico estaba defectuoso.

De verdad no voy a poder dormir los próximos cinco años tratando de descifrar cómo carajo el banco puede detectar el estado físico de una tarjeta cuya banda magnética no ha sido pasada por ningún lector en meses.

Además me dijo que después de que me llamaron, el sistema automáticamente comenzó un conteo para reportar mi tarjeta como robada y/o extraviada, que yo podía haber hecho algo durante ese tiempo. Nadie me dijo de dicho conteo.

Total que tengo que ir al banco por un nuevo plástico, que dentro de todo este surrealismo kafkiano por suerte me lo darán ese mismo día; pero sigo sin entender cómo carajo pueden saber el estado físico de mi tarjeta sí nunca la saco de mi cartera; estoy bastante molesto porque nadie me supo decir bien nunca qué tenía o podía hacer (además de que la chava que originalmente me llamó terminó abandonándome en la línea); y además yo nunca autoricé que se reportara como robada y/o extraviada mi tarjeta.

Pero bueno. Al menos no me ocurrió un viernes en la tarde necesitando dinero con urgencia.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Luna Nueva

Habiendo leído las cuatro novelas pendejas de fantasía de Stephenie Meyer (y su novela pendeja de ciencia ficción); y además habiendo admitido de hecho disfrutarlas, decidí que era propio, y tal vez necesario, ir a ver la segunda película de la saga, New Moon.

Se aplican las de siempre, pero debo admitir que, como probablemente lo será con todas las películas de esta saga, es irrelevante.

New Moon

New Moon

Trataré de resumir la trama lo más que pueda. Edward deja a Bella para protegerla; su amigo Jacob Black, que es hombre lobo, intenta ligársela, pero Bella corre a salvar a Edward cuando él cree que ella ha muerto e intenta suicidarse por eso.

Mmmmh. Dos líneas. Pensé que al menos necesitaría tres.

Como ya lo he dicho en innumerables ocasiones, las novelas de la Meyer son basura. Dado el material original, era medio imposible que las películas resultantes no fueran basura también; tendrían que modificar la trama substancialmente para que eso ocurriera, y al parecer los realizadores quieren hacer las películas tan fielmente a las novelas como sea posible.

Consecuentemente, New Moon es basura. Sin duda alguna de las peores películas que he visto este año, y me siento tentado a incluir el año pasado también, pero tendría que competir entonces con Twilight. Que, por supuesto, también fue basura.

De eso no debe quedar duda. De lo que tampoco debe quedar duda, es de que New Moon es encabronadamente entretenida si es que disfrutaron las novelas. Si se pasaron un buen rato leyendo la basura que son las novelas, sin duda alguna se pasarán un buen rato viendo la basura que son las películas.

Pero si no es el caso, huyan de esta película como la peste; les causará náuseas. Y no creo estar exagerando.

Para mí, que sí disfruté las novelas, la película se me hizo fabulosa. En gran medida (y tal vez incluso únicamente) por Taylor Lautner, el actor que interpreta a Jacob Black y que mejora (que no creí fuera posible) al personaje del libro.

De hecho la película hubiera sido perfecta para mí si le cortaran los primeros 20 minutos, y los últimos 30, porque es ahí donde sale Robert Pattinson, que interpreta a Edward. Debo hacer notar que Pattinson no me cae mal; todo lo contrario, me cae muy bien desde que lo vi en la cuarta película de Harry Potter. Es sólo que el personaje de Edward es insufrible a niveles que no puedo ni siquiera comenzar a describir.

En cambio el personaje de Jacob es la neta. Mucho más simpático, mucho más encantador, y muchísimo más interesante que el aburrido y lánguido Edward. Y, en mi muy personal y ligeramente gay opinión, mucho (pero mucho) más guapo.

Es mi parecer que Lautner se roba completamente la película (y por poco a la nena de la misma), y de verdad no puedo creer lo tarada que fue la Meyer al incluir un personaje así, y de cualquier forma hacer que Bella siga con su infatuación infantil con Edward.

He leído a mucha gente alabar la actuación de Kristen Stewart (que me sigue pareciendo chulísima) como Bella, pero la verdad a mí me da risa; Bella tiene básicamente dos emociones: niña caliente, pendeja e insegura cuando está con Edward, y niña llorona, pendeja e insegura cuando no está con él. En cambio Lautner es maravilloso como Jacob Black, mostrando un rango de emociones mucho más amplio y (me parece) mucho más complicado; el amigo alegre y solidario, el pretendiente sufrido y despreciado, el héroe involuntario y aguerrido, el muchacho con el corazón roto que regresa a que se lo sigan rompiendo, una y otra y otra vez.

La película también mejora los efectos especiales de la primera; que no era muy difícil, porque en la primera los efectos apestaban. Las escenas de acción son muchas más y mucho más divertidas; nada más la jauría de hombres lobo hacen que valga la pena ver esta película en el cine. Y el punto más fuerte que tiene la Meyer como escritora (hey, alguno debía tener) se preserva en el cine: los diálogos entre los chavos (cuando Bella no se pone húmeda o llora por Edward) son muy divertidos, y todo el romance entre adolescentes está simpático.

Si las novelas los entretuvieron (que no creo que tenga nada de malo; digo, las películas del Santo pueden ser entretenidas), vayan a ver esta película: se van a divertir. Si no han sabido nada de los libros igual y podrían disfrutarla; tiene acción, buenos efectos especiales y romance adolescente. Pero si los libros no pudieron tragarlos, ni siquiera intenten ver esta película. Saldrán queriendo matar a alguien.

Imprimir entrada Imprimir entrada

Es benevolencia

Desde hace unos tres años veo House, porque el personaje principal, Gregory House, es probablemente mi personaje favorito en televisión. O al menos ahí se va con William Adama.

Me gustaría pensar que soy un poco como House, pero no me engaño; no soy lo suficientemente listo, ni lo suficientemente desapegado emocionalmente. Pero con el último episodio sí sentí una identificación muy grande con el personaje:

House: I’ve decided what I’m gonna do about Cuddy and Lucas.
House: I’m going to break them up.
Wilson: Of course.
House: It’s given me a purpose in life, a goal, a raison d’etre.
Wilson: Albeit a selfish, mean-spirited, childish raison.
House: I think of it more as benevolent.
House: There’s only two possible outcomes for their relationship.
House: They split, or they stay together forever.
House: If it’s split, then the sooner it happens the better for everyone.
House: If it’s stay, then my meddling won’t matter.
House: In fact, if they survive it, it might even make their bond stronger.
Wilson: How you manage to elevate your narcissism to beneficence
is masterful.

Imprimir entrada Imprimir entrada