Robin Hood

El día que volé de México para Europa, fui a ver Robin Hood. No había escrito al respecto porque he estado ocupado, pero estoy pensando en ir al cine hoy, y entonces quiero haber comentado la película antes. Se aplican las de siempre.

Robin Hood

Robin Hood

Si quieren un recomendación rápida de esta película, de mi parte sería: vayan y renten la versión de 1991 de Kevin Costner. Es mucho mejor, y más importante, mucho más divertida.

El problema con esta versión de Russell Crowe, en mi opinión, es que es bastante aburrida. Hay algunas escenas simpáticas entre él y Cate Blanchett, pero en general la película es lenta, aburrida, y sin el encanto de la de Kevin Costner. Que además tenía a Morgan Freeman y Alan Rickman.

Pero probablemente para estas alturas ya ni siquiera esté en cartelera, así que supongo que es irrelevante.

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Trabajo, trabajo, trabajo

Después de pasarme un fin de semana en París con mis cuates del DocCourse 2009 (fin de semana que, en sí mismo, hace que este viaje a Europa ya haya valido la pena), regresé a continuar con el trabajo que estamos haciendo aquí en Barcelona.

Para darse una idea del tipo de problemas que trato, pueden ver este video en el tubo de un programa que escribí para ver ejemplos del tipo de problemas que estamos tratando. Que, por cierto, al ver el video recuerdo a una ex novia que decía que me había metido al posgrado a dibujar palos y bolitas.

Como sea, hemos estado entradísimos con la chamba y acomodándonos en el departamento (“piso”, que aquí le dicen) que conseguimos (está muy cerca del metro Rambla Just Oliveras, y puden ver la zona en este mapa de Google Maps). Por eso no he escrito, pero espero poder colar algunas entradas en los días que vienen.

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We will meet in Paris

El sábado al medio día llegué a París para el examen doctoral de mi cuate Vincent, a quien conocí en Barcelona el año pasado en el DocCourse que tomé ahí. La situación en sí misma hubiera sido chida; pero mucho mejor fue que la mayor parte de los amigos europeos más queridos que conocí el año pasado pudieron venir también.

Nos pasamos dos días comiendo, bebiendo y caminando por la Ciudad Luz, y alegrándonos de poder estar de nuevo juntos casi todos. Yo en particular estoy de verdad muy contento; no había creído posible poder regresar al Viejo Continente tan pronto, mucho menos el poder ver a tantos de mis cuates más queridos.

Y lo mejor de todo fue que hicimos básicamente el mismo tipo de cosas que hacíamos en Barcelona; sólo que ahora en una ciudad distinta.

Mañana Vincent se doctorará alrededor del medio día, Paco Santos probará (por primera vez en público) que la conjetura de Hirsch es falsa. Habrá comida, bebida, y una fiesta de la cual yo me perderé las partes más escabrosas, porque vuelo a Barcelona de regreso a las 8:45 de la noche. Estoy aquí para trabajar al fin y al cabo, y un lunes ya es demasiado para dejar de hacerlo. Pero no podía perderme la doctoración de Vincent, menos si ya estoy aquí en Europa.

Ha sido una buena (si bien cansada y en algunas cosas difícil) primer semana. Espero que las siguientes siete sean así de buenas… pero la verdad lo dudo; superar París es difícil: superar París en la compañía de buenos amigos es casi imposible.

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Benvingut de nou

Después de un par de días completamente dementes de acomodarnos aquí en la Universitat Politècnica de Catalunya y de buscar departamento, por fin parece ser que estamos del otro lado. Lamentablemente el piso no se desocupará hasta el lunes, lo que significa que tendré que dormir 3 días en el sofá de un amigo que me dará posada (el sábado vuelo a París al examen doctoral de mi cuate Vincent).

Estoy todavía ajustándome al cambio de horario, pero ha sido mucho más sencillo que el año pasado. De cualquier forma, estoy medio muerto.

Debo la reseña de una película, pero dudo poder hacerla pronto.

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Dos películas en una semana

Hoy en la noche tomo un vuelo al viejo continente; eso, entre muchas cosas más, ha significado que he estado en chinga preparando todo lo que tengo que preparar. Por lo tanto no he hablado de las últimas dos veces que he ido al cine, y voy a corregir eso antes de que me vaya al aeropuerto.

  • The Men Who Stare at Goats (Hombres de Mentes).
    The Men Who Stare at Goats

    The Men Who Stare at Goats

    Fui a ver esta el viernes, no el pasado sino el anterior, y me pareció fabulosa. Aunque la historia que cuenta la película es ficticia, los experimentos que los idiotas gringos realizaron tratando de encontrar aplicaciones “prácticas” para soldados con “poderes” paranormales son verdaderos.

    La película es divertidísima todo el tiempo, no en menor medida porque George Clooney es fabuloso, y le siguen el juego Ewan McGregor y Jeff Bridges.

    Si pueden, vayan y véanla.

  • Iron Man 2.
    Iron Man 2

    Iron Man 2

    Esta por fin pude verla el martes. Aunque sin duda la primera película de Iron Man fue mejor, esta secuela a mí me pareció razonablemente divertida, con mucha acción, y con una química fabulosa entre Gwyneth Paltrow y Robert Downey Jr. Además, salen Scarlett Johansson (ligeramente desperdiciada) y Samuel L. Jackson como la Viuda Negra y Nick Fury respectivamente, y al final sale Mjolnir, el martillo de Thor.

    Supongo que no tengo que decírselos, pero vayan y véanla.

Tengo poco tiempo, así que mis reseñas salieron chiquitas; iré hoy al cine de nuevo, pero tardaré yo creo que un par de días (mínimo) en escribir al respecto, porque estaré acomodándome en Barcelona.

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Eso sí, bien bonita

De acuerdo a la Wikipedia, la temperatura máxima histórica en la Ciudad de México (desde que se registran las temperaturas, obviamente) fue de 34°C, en 1983. Según mi cosito de GNOME que dice la temperatura de la Ciudad, estamos a 31°C.

Yo, por supuesto, detesto el sol y prefiero que llueva; sin embargo, he de admitir que los últimos días (quitando el enloquecedor calor) la Ciudad ha estado ridículamente bonita. Como de postal, todos los días, todo el día.

Pero sí por favor que ya llueva.

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Europa 2.0

Y resulta que el domingo 23 de mayo volaré a Europa a mi segundo viaje al viejo continente. Como suelen ser estas cosas conmigo, la posibilidad se abrió hace un par de semanas, los trámites se hicieron en chinga, y el lunes me dieron mi boleto de avión (que, por suerte, esta vez no pagué de inmediato yo).

También resultó que un viaje que originalmente sería de dos semanas, terminó resultando en una estadía de dos meses, y una visita a París un fin de semana donde veré de nuevo a varios de mis amigos más queridos en Europa.

De hecho no he terminado todos los trámites, y además falta ver cómo me va a ir porque seguramente tendré que financiarme mi manutención (renta incluida) durante casi todo el viaje. Pero bueno; supongo que todo saldrá bien. A comer tapas diario.

Estas tres semanas andaré más ocupado que de costumbre, tratando de atar cabos sueltos para antes de irme, así que no esperen que escriba mucho.

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El MUAC

El domingo fui al MUAC a ver las exposiciones ahí. No había escrito al respecto por razones que daré en mi próxima entrada.

Las exposiciones del MUAC deben ser de las más pretenciosas que yo he visto. Lo cual ya es mucho decir. También yo cuestionaría si llamar “obras de arte” a aventar cientos de paletas Tutsi-Pop a una pared, o llenar una habitación con burbujas del jabón que utilizan en las morgues para lavar cadáveres. Aunque sin duda los “artistas” están tratando de expresar algo, me gustaría pensar que una obra de arte implica un proceso creativo, más que el tomar objetos mundanos y acomodarlos de formas “interesantes” (que además, que tan interesantes realmente son también lo cuestionaría).

Sin embargo me divertí, y además saqué Tutsi-Pop gratis.

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Una de grilla, otra de un hermoso crimen

El miércoles fui a ver Green Zone. El viernes fui a ver Man on Wire. Hoy fui al Museo Universitario de Arte Contemporáneo. No había escrito al respecto porque ahora resulta que al parecer tengo algo que se le puede llamar vida.

De mi visita al MUAC hablaré en otra entrada; para las películas se aplican las de siempre.

  • Green Zone (La Ciudad de las Tormentas).
    Green Zone

    Green Zone

    Green Zone tiene todos los elementos para una película que debería fascinarme: una historia decentemente contada, mucha acción, buenas actuaciones, un elenco que me cae bien, una crítica mordaz a los gringos y al imperialismo… y sin embargo no pude disfrutarla por un simple hecho.

    Es muy estúpida.

    Mientras que el resto del mundo siempre supimos que Irak no tenía (ni tuvo nunca, ni planeó en tener) Armas de Destrucción Masiva (Weapons of Mass Destruction, o WMD en inglés), los imbéciles gringos estuvieron debatiendo acerca de eso por más de seis años. Esta película entonces trata de explicar con (literalmente) palos y bolitas a (repito) los imbéciles gringos que se fueron a la guerra por razones falsas y por qué eso importa.

    En Estados Unidos la película ha desatado mucha polémica, y la crítica debate entre si es una maravilla la película o si es “antigringa”. Para los que siempre supimos que los gringos nunca tuvieron ninguna razón válida para atacar a una nación soberana, la película sencillamente es muy estúpida, tratando de simplificar las cosas al grado de que parecería que sólo hay un puñado de “villanos” que planeó el engaño. Y las cosas, lamentablemente, nunca son así de fáciles.

    Como churrito de acción está divertido, y la crítica a los gringos siempre es bienvenida; pero a nadie le va a decir nada que no supiéramos antes… excepto, al parecer, a los imbéciles gringos. Como sea, vayan y véanla.

  • Man on Wire (La Hazaña del Siglo).
    Man on Wire

    Man on Wire

    Esta debe ser la película que más he disfrutado en mucho tiempo; contando la odisea que fue verla, porque parecía que no llegábamos al cine (que además fuimos después de que resultó que la obra de teatro que queríamos ver no se estrenó ese día), después cancelaron la función, y al final nos la abrieron de nuevo cuarenta minutos después.

    El documental relata la fabulosa historia de Philippe Petit y su demencial hazaña de haber cruzado en cuerda floja las Torres Gemelas, y lo hace como si fuera una historia de un crimen (que técnicamente así fue). Un hermoso crimen.

    Realmente no hay mucho que comentar de la película; es divertidísima, emocionante, muy bonita y además muy bien hecha. Vayan y véanla, porque de verdad es maravillosa.

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Y además quitarle su dinero del recreo

Con Omar en el messenger:

Omar: Se me hace simpático que en Starbucks andan regalando una canción por semana.
Yo: Mira; a mí Internet me regala todas todos los días.
Omar: Pero si le dices “tall half-skinny half-1 percent extra hot split quad shot (two shots decaf, two shots regular) latte with whip” al que atiende el Internet nomás se te queda viendo.
Yo: Si oigo a alguien decir “tall half-skinny half-1 percent extra hot split quad shot (two shots decaf, two shots regular) latte with whip”, me temo que me veré obligado a partirle su madre.

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Geekeando

El sábado mi novia me pidió una tele para que la llevara a su departamento y pudiéramos ver una película (ella no tiene tele). La petición era básicamente una broma (de hecho me pidió mi tele de 46″), pero yo como sea llevé mi monitor LCD de 22″, mi laptop y mi control remoto Streamzap, y siempre sí vimos una película.

La verdad no fue tan fácil; a pesar de que probé en mi casa que pudiera sacar el video de mi laptop a través de la salida para monitores CRT, las Leyes de Murphy entraron en acción y en casa de mi novia fue un desmadre hacer que funcionara. Al final lo conseguimos, pero sí fue después de varios intentos con sus correspondientes errores.

Lo que más me sacó de onda es que mi laptop ya no tiene archivo de configuración /etc/X11/xorg.conf; en teoría todo funciona automágicamente. Y de hecho en mi casa todo funcionó automágicamente, lo cual hizo todavía más bizarro que en casa de mi chava tuviera que estarle meneando al programa de configuración del display en GNOME.

Como sea, hoy estuve trabajando en mi casa, y como estoy actualizando mi maquinón Core 2 Quad, decidí conectar un ratón y teclado USB a mi laptop, y volverle a conectar mi monitor LCD de 22″, para no tener que chambear en la pantallita de la portátil. Por supuesto, como debía de ser, ahora de nuevo todo funcionó automágicamente, y no tuve ninguna de las broncas que tuve en casa de mi novia.

Mi punto con todo esto es que yo nunca había hecho algo así; conectar un teclado, ratón y monitor a mi laptop y usarla como de escritorio. Y no lo había hecho porque justamente en Linux era un desmadre el tratar de hacer algo así, y uno tenía que estarle meneando al xorg.conf para que las cosas funcionaran… si acaso llegaban a funcionar.

Ahora sencillamente funciona, sin que yo deba hacer nada. O al menos en mi depa.

Realmente Linux ha avanzado mucho desde hace 13 años que comencé a usarlo.

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Furia de Titanes

El viernes fui con mi papá y mi hermano a ver Clash of the Titans. Se aplican las de siempre.

Clash of the Titans

Clash of the Titans

Furia de Titanes, la original, fue una película que en casa de mis padres mi familia y yo debimos haber visto unas doce millones de veces. Varias escenas me las sé de memoria, y por siempre estará ligada a mi niñez.

Dicho eso, la película original es ridícula. Era ridícula hace casi treinta años, cuando se estrenó, y sigue siendo ridícula ahora. Digo, nada más recuerden a Bubo, el búho mecánico, que al final acaba con una muleta.

Era entonces de esperarse que esta nueva versión del drama griego fuera también ridícula, y la película no decepciona para nada en ese aspecto: es inmensamente ridícula. Ahora no tenemos a Bubo (más que un homenaje de unos cuantos segundos), pero sí tenemos a los dioses del panteón griego vestidos como los Caballeros del Zodiaco (los mismos creadores de la película admiten haberse basado en ellos para las armaduras de los dioses).

Todos los actores se toman terriblemente en serio sus papeles, como si el bienestar mundial dependiera de qué tan fuerte pueden apretar las mandíbulas. Las únicas excepciones son un par de cazadores y el fanático de Hades, que aparecen la verdad muy poquito. La historia está ligeramente basada en la historia de la película original, que a su vez está ligeramente basada en los mitos griegos, que posiblemente estén basados en los viajes que tenían los antiguos griegos por fumar tanta mota (o lo que sea que fumaran en el Mediterráneo hace 2,500 años).

Dicho eso, a mí la película me encantó; me volví a sentir de nuevo de 6 ó 7 años, como siempre me ha hecho sentir la película original. Sam Worthington, alumno absoluto de la escuela de Russell Crowe, me cayó muy bien como Perseo; como él mismo dijo en una entrevista, se tomó terriblemente en serio su papel, justo para que la audiencia no tuviera que hacerlo. El Perseo de esta versión me cayó mucho mejor que el de la película original, que siempre me pareció medio bobo; y su determinación a elegir ser humano y considerar como sus padres a la pareja humana que lo crió me recordó a los mitos (modernos) de Supermán. Gemma Arterton se me hizo maravillosa como Io, y que al final Perseo decida ser pescador en lugar de rey y quedarse con la nena que lo ayudó y acompañó en lugar de con la (literalmente) reina se me hizo fabuloso. Y que el Pegaso sea negro me pareció una puntada genial.

Los actores pesados (Liam Neeson y Ralph Fiennes) están terriblemente sobreactuados; pero se ve que era justamente lo que querían hacer, y más importante, que se divirtieron como enanos filmando el churrito. Y sí, salió en el avance y era obvio cuándo iba a pasar, pero cuando Zeus dice “release the Kraken!”, yo sí me emocioné.

Por último, debería ser obvio, pero los efectos especiales son unas catorce mil frullones de veces superiores a los de la película original. En particular el Kraken ahora sí da miedo, no risa.

Clash of the Titans es un churro, como sin duda lo era el original. A mí me gustó, como me gustó el original. Y sin duda alguna lo que vale la pena es verla en el cine (yo la vi en 2D, y todo mundo dice que la versión 3D apesta, pero háganle como quieran), así que vayan y véanla.

Yo ya quiero verla de nuevo.

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39,000 vidas potencialmente salvadas

De acuerdo al secretario de salud de mi Ciudad, más de 39,000 mujeres han abortado legalmente aquí desde que se despenalizó el aborto en el DF hace tres años.

39,000. La tercera parte del Estadio Azteca.

Encima de ello, unas 65,000 mujeres han pedido informes acerca del derecho que tienen de decidir sobre su propio cuerpo, y que en la Ciudad es de los pocos lugares en el país donde se les reconoce.

La cifra en sí misma justifica la legislación que se aprobó hace tres años en mi Ciudad, además de los argumentos que entonces dí. También hace obvio lo importante que era el desaparecer la letra muerta que les prohibía a las mujeres decidir qué hacer con su cuerpo y con su vida.

Pero más importante aún, me parece, es el hecho de que esas más de 35,000 mujeres su vida fue salvada al haber tenido la oportunidad de abortar de forma legal y por ende en un hospital o clínica en condiciones sanitarias, con un personal médico responsable y entrenado, y sin la idea pendeja encima de ellas de que estaban haciendo algo ilegal. Por supuesto, cuando digo que salvaron la vida no infiero que todas habrían muerto si hubieran tenido abortos ilegales (porque es muy importante resaltar que, leyes o no leyes, las mujeres han abortado y seguirán abortando en el mundo por la sencilla razón de que es su cuerpo); pero ciertamente un porcentaje importante de ellas evitó problemas de salud, y ciertamente todas evitaron el tener que obligar a su cuerpo el pasar por una experiencia que no querían o no podían sufrir. En ese sentido, sin duda todas ellas salvaron la vida.

Por supuesto, hubiera sido todavía mejor que ninguna mujer tuviera que pasar por la terrible experiencia de abortar; hay que seguir fomentando el uso de distintos métodos anticonceptivos, y mejorar la educación sexual que los chavos reciben hoy en día para que estén conscientes de que tienen que tener una vida sexual responsable. Porque esperar que todos ellos practiquen la abstinencia no sólo es ridículo; es literalmente irresponsable desde un punto de vista de salud pública.

Pero que todas esas miles de mujeres hayan podido ejercer el derecho de sentido común que es que su cuerpo es suyo y ellas saben lo que hacen (o no) con él, hace que me sienta (una vez más) increíblemente orgulloso de vivir en esta Ciudad.

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Una noche fuera de serie

El domingo fui a ver Date Night, y escribo de eso hasta hoy porque, pues, así es la vida.

Date Night

Date Night

Tenía muchísimas ganas de ver esta película. Steve Carell es (lo vengo diciendo desde hace mucho) un pinche genio de la comedia, y Tina Fey es igual si no es que mejor comediante que él. Que hicieran una película juntos era una casi fantasía para mí.

La historia es bastante sencilla; Phil y Claire Foster son un aburrido matrimonio en sus cuarentas que tratan de ir a un restaurante super fino en Nueva York para tratar de reavivar la chispa en su vida de casados, y al no poder entrar por no tener reservación se hacen pasar por dos güeyes que no responden al ser llamados. Como es de esperarse, los güeyes desaparecidos resultan ser buscados por policías corruptos, gángsters y políticos sexómanos, y todo mundo cree que los Foster son ellos. El caos se sigue.

La película no me decepcionó realmente; me estuve (literalmente) meando de la risa casi todo el tiempo. Ciertamente la historia no es terriblemente original; pero son tan encantadores Carell y Fey en sus papeles, que realmente compensan por casi todo lo demás. Y como puede verse por las escenas fallidas que pasan durante los créditos finales, se ve que ambos improvisaron un montón de sus líneas, de forma magistral si es necesario que lo diga.

La verdad es completamente posible ver esta película en video, y no hay ninguna necesidad de verla en el cine; pero pues yo me divertí horrores y sí la recomiendo.

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Legion de Ángeles

Fui el viernes a ver Legion. Se aplican las de siempre.

Legion

Legion

Tenía muchas ganas de ver esta película; soy fan casi incondicional de Paul Bettany (aunque he de admitir que hace, generalmente, unos churrotes) desde que vi Wimbledon, y la idea de un ángel disparando balazos se me hacía muy simpática.

Legion es una mala película; se toma terriblemente en serio, y la historia está ligeramente incoherente en muchas partes. Pero yo la disfruté enormemente; la idea de un dios que pierde la fe en la humanidad y manda a sus ángeles a exterminarnos a todos de las formas más violentas posibles se me hace fabulosa. Un dios así hasta podría caerme bien.

Las actuaciones son en su mayoría más que decentes, no en poco gracias a un excelente elenco que además de Bettany incluye a Denis Quaid, que siempre me ha caído bien, Kate Walsh, y Kevin Durand, que se me hizo maravilloso en su papel de Martin Keamy en Lost y de Blob en la última película de Wolverine. Las escenas de acción están muy divertidas, y en particular toda la idea de ángeles peleando utilizando sus alas (que tienen una cualidad casi metálica) de formas defensivas y ofensivas me pareció excelente. Y por encima de todo, la película es deliciosamente blasfema de principio a fin; comenzando con la premisa de dios decidiendo eliminar a la humanidad con lujo de crueldad (el diluvio se queda corto), hasta incluir la maravillosamente subversiva idea de que dios sencillamente se puede equivocar, que es al fin y al cabo lo que demuestra el ángel Michael.

Si quitan la parafernalia religiosa, la película sigue siendo un divertido (si bien nada original) churrito apocalíptico. Y además es obvio que querrán hacer secuelas, que yo con gusto veré.

Pero a pesar de mi entusiasmo, sí debo reconocer que es malísima, así que véanla bajo su propio riesgo. Aunque yo ya ando pensando en conseguir el Blu-ray.

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Cómo Entrenar a tu dragón

El viernes por fin fui a ver How to Train your Dragon, y no escribí hasta hoy al respecto pues porque sí. Se aplican las de siempre.

How to Train your Dragon

How to Train your Dragon

Las películas animadas por computadora de DreamWorks siempre han sido inferiores a las de Pixar; en muchos casos por mucho. Y obviamente no hablo solamente del aspecto técnico, aunque debería ser obvio que Pixar es casi sin discusión el líder también ahí. Hablo de que las películas de Pixar suelen contar una mejor historia, con personajes mejor definidos y más entrañables, y encima de todo ello además conseguir ser más profundas sin por ello dejar de ser divertidísimas.

Las películas de DreamWorks en cambio, aunque en general divertidas, suelen ser francamente intrascendentes. No es raro que un par de días después de haber visto alguna de ellas se me haya ya olvidado por completo.

How to Train your Dragon no cambia nada de esto; pero creo que sí acerca un poco a las películas de DreamWorks al estándar que han impuesto los de Pixar.

La historia relata a Hiccup, un vikingo flacucho y débil que sueña poder matar dragones para (entre otras cosas) ligarse a Astrid, una vikinga que le gusta. Los dragones azotan el pueblo de Hiccup, así que el ser capaz de matar dragones es considerada la habilidad más apreciable, y hay incluso un libro de cómo cazarlos y una especie de torneo donde los que entrenan para matar dragones compiten para poder matar a su primero. Hiccup, sin embargo, es flaco, débil y medio torpe; así que mejor construye un lanza poleas que le permite cazar vivo a un dragón; además uno de una raza que nadie ha podido ver antes.

Sin embargo, el muchacho no consigue matar al derribado animal, y en su lugar lo libera. Poco a poco el animal y el joven vikingo comienzan una amistad que, previsiblemente, llevará a que humanos y dragones hagan las paces.

A pesar de ciertas cosas medio obvias, y que la historia es bastante previsible, la película está muy bonita y muy divertida. Encima de ello, las escenas aéreas son fabulosas, y la película consigue ser muy emocionante en varias partes. Pero no es por eso que la película me encantó.

La película me encantó por dos razones: la primera es que los creadores de la misma adoran a los gatos; los dragones terminan comportándose como gatos enormes que vuelan y lanzan fuego. En ningún momento sería posible compararlos con esas otras mascotas estúpidas, los perros; son indiscutiblemente felinos… y por ello como doce millones de veces más listos que los perros.

La segunda razón es que el dragón capturado, Toothless, en parte se hace amigo del vikingo porque no puede escapar ya que pierde parte de su cola cuando es derribado. Hiccup le hace una prótesis, por decirle de alguna manera, que le permite volver a volar con ayuda del vikingo; pero a mí me pareció muy injusto que el pobre animal quedara tullido por culpa del muchacho. Al final de la película, sin embargo, el mismo Hiccup pierde su pierna izquierda por debajo de la rodilla; me pareció fabuloso por parte de los realizadores que estuvieran dispuestos a correr el riesgo de contar una aventura donde el héroe no sale sin un rasguño, y además que mostraran que, tanto el muchacho como el dragón, pueden seguir siendo los héroes de su historia a pesar de que tengan una incapacidad física (le hacen también una prótesis al muchacho que le permite seguir caminando y volando con Toothless).

La película me encantó; está divertida, emocionante, muy bien hecha con una historia interesante y bien contada, y los que la hicieron adoran a los gatos. Así que vayan a verla. El chisme 3D sigue sin convencerme, y yo creo que ya dejaré de intentar que me convenza, porque la verdad sólo me distrae y cuesta más caro; y el doblaje al español está bastante decente, por si quieren irla a ver con niños.

Pero vayan y véanla.

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