Una extraña, otra de vaqueros

Para compensar que no habíamos ido mucho al cine, fuimos a ver 2 películas 2 el sábado. Se aplican las de siempre.

  • You Will Meet a Tall Dark Stranger (Conocerás al Hombre de tus Sueños).
    You Will Meet a Tall Dark Stranger

    You Will Meet a Tall Dark Stranger

    Fuimos a ver esta porque nos cae bien Woody Allen, y porque estando en la Cineteca nos queda caminando. Me parece que Woody Allen no es capaz de hacer películas extraordinarias de forma seguida; siempre como que tiene que hacer películas mediocres (si no de hecho malas) entre sus películas muy buenas.

    You will meet a tall dark stranger es su cuarta película en Londres, y aunque no es pésima, tampoco es particularmente buena. Tienes varias partes divertidas, y se me hace fabuloso cómo pendejea a toda la gente que cree en las ridiculeces de los astros y la adivinación del futuro.

    Pero fuera de eso es sencillamente meh. Y además el final a mí en lo particular me pareció que sencillamente le dio hueva atar los cabos sueltos; cosa que ciertamente es innovadora en Allen. Mas pues está divertida, y sale Naomi Watts que sigue siendo bellísima.

  • True Grit (Temple de Acero).
    True Grit

    True Grit

    Tenía muchas ganas de ver esta película, y no me decepcionó en lo más mínimo. En general las películas de los hermanos Coen me parecen fabulosas (con la clara excepción de Read After Burning), y creo que esta última supera por mucho a las anteriores. Sí me parece mucho más superior que No Country for Old Men.

    La historia de vaqueritos es bastante sencilla; una niña de 14 años (una extraordinaria Hailee Steinfeld, robándose toda la primera parte de la película) decide vengar el asesinato de su padre y contrata al comisario “Rooster” Cogburn (Jeff Bridges en otro casi seguro Oscar) para que rastree al asesino. Se les pega el ligeramente ridículo, hablador y medio güey LaBouef, un tejano que también persigue al antes mencionado asesino.

    La película, como casi todas las de los hermanos Coen, es muy violenta, con altas dosis de humor negro, y con un final que podría haber sido, pero que siempre no fue, feliz. También es muy, muy buena; nada más por las actuaciones de los tres principales actores valdría la pena, pero además tiene harta acción y muchas partes muy divertidas. Como pilón, sale Barry Pepper (que siempre me ha caído bien) como “Lucky” Ned Pepper, un excelente villano. El último enfrentamiento entre Pepper y Cogburn está de no mamen.

    Esta es la segunda adaptación a la pantalla grande de la novela de Charles Portis, que no voy a leer porque por principio no leo novelas de vaqueros; la primera adaptación fue en 1969, y no la voy a ver jamás porque Cogburn ahí es interpretado por John Wayne, y yo por principio no veo películas de John Wayne.

    Pero independientemente de eso vayan y vean la nueva versión; es fabulosa.

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El Gran Concierto

Ayer fuimos a ver Le Concert, que yo tenía muchas ganas de ver en el cine. Se aplican las de siempre.

Le Concert

Le Concert

Le Concert debe ser la película que al mismo tiempo sea la más bonita y la más divertida que he visto en mucho, mucho tiempo. La historia es de Andrey Simonovich Filipov, El Maestro, un extraordinario director de orquesta ruso que fue destruida su carrera por Brezhnev en la Unión Soviética de 1980, y que actualmente es conserje en la sala de conciertos de la sala Bolshoi.

Mientras limpia la oficina del director, un fax llega del prestigioso teatro Châtelet invitando a la orquesta del Bolshoi, y Filipov decide que reunirá a su antigua orquesta, y que tocarán en París. Se sigue una serie de disparates mientras reúnen a los viejos miembros de la orquesta y consiguen algunos extras, y mientras engañan a la administración del Châtelet a las absurdas demandas de un ex miembro de la KGB que Filipov recluta como manager de su falso Bolshoi. Una de las demandas que el director exige es que la solista de violín sea Anne-Marie Jacquet (la estupidizantemente hermosa Mélanie Laurent), y poco a poco se va dejando entrever que existe una relación entre el director de orquesta y la joven violinista (y no, estoy seguro que casi todo mundo adivinará mal cuál es dicha relación).

La película es hilarante de la risa, con los personajes más entrañables, encantadores y divertidos (por no decir políticamente incorrectos) que yo haya visto en mucho tiempo, y el final de la película debe ser de los más hermosos que yo recuerde, al nivel de Cinema Paradiso, mientras la excéntríca orquesta toca a Tchaikovsky en el Châtelet. Nada más por la música vale la pena ver esta película en el cine.

Es altamente recomendable; especialmente porque no creo que dure mucho tiempo más en cartelera. Vayan y véanla.

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El nuevo plan de estudios

El viernes hubo una plática en la Facultad de Ciencias para presentar y explicar el nuevo plan de estudios de mi carrera, Ciencias de la Computación. Yo había leído una versión anterior, así que fui a ver la presentación, lidereada por la Doctora Elisa Viso, creadora (no la única, pero yo sí creo que la más importante) de la carrera, actual coordinadora de la misma, y además la tutora que dirigió mi tesis de licenciatura.

El nuevo plan (que ya era necesario; la carrera tiene 17 años) trata de integrar como materias obligatorias varias materias que habían estado dándose regularmente como materias optativas, pero que el desarrollo actual en computación las ha convertido en indispensables. También adelantan las materias fundamentales de ciencias de la computación a los primeros semestres, para que los alumnos comiencen a adquirir conocimientos básicos de la carrera desde el primer semestre, no a partir del segundo como ocurre ahora. Y hay ciertos cambios de nombres y nuevas materias; a mí en particular me interesa que ahora hay una tercera materia obligatoria de programación, que me parece estaba altamente necesitada.

El cambio más importante (y que generará más polémica, aunque creo que esto será para gente que no estudia Ciencias de la Computación) es que se eliminan los cuatro Cálculos Diferenciales e Integrales, y en cambio tomaremos las Matemáticas para las Ciencias de la Tierra, que se da en Ciencias de la Tierra por parte de los físicos.

Muchos vociferarán que los computólogos no pueden con los cálculos y que por eso nos los quitan (aunque en mi generación yo recuerdo que computólogos solían ser de los mejores en cálculo), y otros se quejarán amargamente de que nos están quitando una materia que, aunque inútil en todo sentido práctico (nadie que sepa de lo que habla se atreve a decir que cáculo sea “fundamental” para Ciencias de la Computación… y me parece que hasta cierto punto en genral tampoco para ninguna otra carrera, por cierto), es fundamental “en el sentido formativo”.

Mis huevos, yo digo. Las materias de cálculo en sí mismas tienen un montón de broncas, según los mismos matemáticos admiten cuando los agarra uno desprevenidos; muchos en la facultad bromean que no hay cálculo 1, 2, 3 y 4, sino más bien análisis -3, -2, -1 y 0, para que ya en quinto semestre puedan llevar análisis 1 y 2. Pero independientemente de las broncas que en sí mismas tienen las materias de cálculo, aunque estuvieran perfectas las mismas, está el punto de que son (básicamente) inútiles para los computólogos. Casi nunca integramos ni derivamos, y menos aún en múltiples dimensiones; y cuando necesitamos hacerlo, más bien nos interesa dominar la herramienta, no la avalancha de teoría y teoremas que explican de hecho por qué funcionan.

(Y por cierto, el plan de estudios de Matemáticas también está siendo estudiado para cambio, y los chsmes que yo he oído son que el punto central de la discusión son justamente los cálculos).

También está el punto de que es demasiado. Son demasiados créditos, demasiadas horas de clase, demasiadas tareas y horas de estudios para exámenes, y todo para un tema que, aunque fascinante (a veces), es sencillamente secundario (si no es que terciario) para los computólogos. Actualmente casi todas las materias de Ciencias de la Computación son 10 créditos (en teoría, 1 crédito significa que un alumno tiene que dedicarle 1 hora a la semana a la materia), la excepción siendo una madre que se llama Historia de las Matemáticas o algo así que vale 7 y que según yo nunca nadie jamás llevó. Las otras excepciones son los cálculos, que son dieciocho (18) créditos.

Que no mamen, especialmente considerando que los computólogos tienen materias que casi todas usan y necesitan laboratorios, horas en frente de la computadora, trabajando. En el nuevo plan, todas las materias que hacen uso intensivo de horas de laboratorio pasarán de tener 10 a 12 créditos. Los créditos extras surgen precisamente de quitárselas a los cálculos.

“¡Pero, pero… ¿y la formación?!”, oigo a varios gritando, rasgándose las vestiduras de que los computólogos nos vamos a perder la formación fundamental que únicamente los cálculos podrían darnos. De nuevo contesto, no mamen: la formación dada por los cálculos ni la queremos ni la necesitamos los computólogos. Yo aprendí más a demostrar y las técnicas necesarias para lo mismo en Matemáticas Discretas, Teoría de la Computación y Análisis de Algoritmos que en los cálculos. Venga; creo que aprendí más cosas útiles en las álgebras que en los cálculos.

Los computólogos (incluyendo los que se dedican a la teoría) en general no es “fundamental” que sepan a hacer demostraciones con épsilons y deltas, que de todas formas sabrán: se ve en Matemáticas para las Ciencias de la Tierra (incluso se ven ecuaciones diferenciales, que yo en mi vida llevé). Pero ciertamente no necesitan pasar nueve horas de la semana en clase aprendiendo eso, y múltiples más haciendo tareas y estudiando para exámenes de eso. Esas horas estarán mucho mejor aprovechadas haciendo la tarea fundamental que tiene que saber un computólogo: programar. Y aprender a programar (especialmente aprender a hacerlo bien) no sólo es difícil y tardado; eso sí es fundamental para un computólogo.

A la reunión asistieron casi exclusivamente computólogos, aunque el llamado fue abierto a toda la Facultad (y de hecho a toda la comunidad universitaria), y me dio mucho gusto ver como los chavos casi en su totalidad estaban de acuerdo con los cambios. A mí me dio mucho gusto; muero de ganas de darles los tres cursos obligatorios de programación a una generación (sólo que supongo deberé doctorarme antes), y creo que el cambio no sólo era justo y necesario, sino que el nuevo plan propuesto (pueden consultarlo aquí) está bastante chido.

El plan está todavía sujeto a posibles cambios, pero yo estoy más que de acuerdo con la configuración actual. Habrá a quien no le guste, por supuesto, y quien esté decididamente en contra. Pero me parece que la decisión está en manos de los computólogos, además de que la comisión encargada de elaborar el nuevo plan incluyó gente de todo el Departamento de Matemáticas, y yo confío en los miembros de la comisión. Sus argumentos no sólo me parecen válidos e inteligentes, sino que fueron estudiados y tomando en cuenta cómo son los distintos planes de CC en el resto mundo, y escuchando las recomendaciones de la ACM y la IEEE. No es un plan sacado de la manga, ni hecho a lo pendejo; todo lo contrario.

Si alguien quiere discutir aquí por qué el nuevo plan apesta, sí les voy a pedir antes que lean el documento Propuesta de modificación del Plan de estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Computación, o si no sencillamente no les voy a hacer mucho caso. En el documento se justifican y explican a detalles las decisiones que se tomaron para elaborar el nuevo plan de estudios.

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La mejor universidad de habla hispana en el mundo

Una vez más salió un estudio que pone a la UNAM como la mejor universidad de habla hispana en el mundo. La única otra universidad en Iberoamérica catalogada como mejor que la UNAM es la Universidad de Sao Paulo.

La UNAM además es la única universidad mexicana dentro de las mejores 500 del mundo, con el lugar 66. El Tec, para que se den una idea, está en el lugar 593; y ni siquiera es la segunda mejor mexicana: la Universidad de Guadalajara le gana, en el lugar 550.

Pero por supuesto esto no evitara que varios idiotas sigan criticando a la UNAM en particular y a la educación pública en general. Que vociferen, yo digo: los números no mienten.

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Seis años

Andando ocupado con cosas de mi doctorado, se me fue que había cumplido seis años con mi blog. Este último año en particular fue interesante en mi vida; muchas cosas ocurrieron que ni siquiera dos líneas les dediqué aquí. No sé si sea la edad, pero cada vez menos escribo de mi vida personal; no porque me importe quién pueda enterarse (no me importa), sino sencillamente porque no siento la necesidad de explalyarme en línea. Mi blog en gran medida nació de la necesidad de tener un lugar donde volcar la bola de pendejadas que suelen habitar mi cabeza; esa necesidad se ha visto disminuida con el paso del tiempo.

(Y también estoy yendo al cine muchísimo menos que antes).

Podría relatar muchas cosas, y tal vez debería hacerlo porque siento que mi prosa se está oxidando; de los viajes que planeo este año; de los juegos que juego en mi PS3 y cómo lo he hackeado (y regresado a la normalidad); de las películas en Blu-ray que he comprado; de el estado de mi doctorado y en general de mi vida académica; de qué quiero ser cuando sea grande…

Pero exceptuando el hecho de que una parte de mí siente que no debería descuidar mi placer de redactar, realmente no hay mucho que me haga desear escribir en el blog. Mucho debe tener que ver que, la bola de pendejadas que suelen habitar mi cabeza, ahora tengo alguien a quién contárselas en lugar de escribirlo en el blog. Sería bueno preguntarle a Isabel si de hecho no preferiría ella que las escribiera aquí en lugar de agobiarla con la bola de pendejadas que suelen habitar mi cabeza, pero como no se ha quejado (mucho), no creo que escriba tanto aquí de dicha bola de pendejadas que suelene habitar mi cabeza.

Pero teman no, fieles lectores; en un año habrá elecciones presidenciales, y hay muchas locales muy importantes este año. Va acercándose el momento de que vuelva a escribir de política.

(Y eventualmente lograré convencer a Isabel de que vayamos al cine, así que también escribiré de ello en un futuro [espero] no muy lejano.)

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Sony Epic Fail

Mientras estaba con las celebraciones de año nuevo y escribiendo un artículo, parece ser que por fin crackearon para bien y para siempre el PlayStation 3.

Básicamente Sony no implementó bien el ECDSA, y en lugar de generar aleatoriamente una variable que debería ser distinta cada vez que se ejecuta el algoritmo, utilizaron un valor constante siempre. Usando esa variable el equipo llamado fail0verflow pudo reconstruir la llave privada maestra el PS3.

Dado que todos los juegos y aplicaciones que han salido hasta ahora para el PS3 han sido firmados digitalmente con dicha llave, Sony no puede sencillamente cambiarla para corregir el fallo. Algunos especulan que Sony podría intentar usar una nueva llave para juegos futuros, y hacer una “lista blanca” de qué juegos y aplicaciones son válidos para PS3 hasta ahora. Suena difícil que ocurra sin embargo; no es costeable. Además, habiendo obtenido la llave maestra los de fail0verflow pudieron echarle una mirada a todos los secretos del PS3, y lo que vieron no los dejó muy impresionados (ellos fueron los que dijeron que la seguridad de Sony es un “epic FAIL”). Como ya vieron todo el stack de seguridad del PS3 y concluyeron que no es muy bueno, incluso con una (improbable) nueva llave maestra hay ya suficiente información para crackear la consola por otros medios.

Hasta ahora lo único que ha resultado de esto es que se pueden instalar aplicaciones caseras (“homebrew”) en el PS3, lo que en particular permite instalar Linux en la consola. Los hackers que han estado trabajando en esto han sido muy enfáticos en que no les interesa la piratería; pero el hack sin duda lo permite, y no dudo que en unos días (tal vez incluso horas) comiencen a salir los firmwares que permitan respaldar juegos en el disco duro del PS3 (o uno externo conectado por USB), y jugarlos de ahí.

A mí en particular no me interesa la piratería; no juego los juegos que compré con mi dinero, dudo que jugara los que bajara de la red. Además de que qué hueva bajar gigas y gigas por un juego. Y de hecho creo que sí me gusta tener mi (pequeña) colección de juegos y mi (grande) colección de películas Blu-ray. Pero les voy a decir qué sí me interesa:

  1. Un emulador de Nintendo, Super Nintendo y SEGA Génesis, usando los controles nativos del PS3 obviamente.
  2. Software de media center que soporte todos los codecs de video y audio habidos y por haber en el universo, y que pueda leer todos los archivos de subtítulos existentes, incrustados o no en el archivo de video.
  3. Un servidor SSH, o al menos FTP; no hay nada más desesperante para mí que pasar videos al PS3 por USB.
  4. Soporte para Ext3, o al menos NTFS en discos USB; es idiota la restricción a archivos de 4GB.
  5. Todos los juegos que la comunidad Open Source ha hecho en su existencia; podemos discutir qué tan práctico es jugar Sudoku en mi PS3, pero no me importa, yo quiero hacerlo. Y no me importa si ya hay un Sudoku en la PlayStation Network, incluso si es gratis; quiero poder modificarlo, mejorarlo (o empeorarlo) yo.
  6. Poder quitarle la restricción de zona al reproductor de DVD del PS3.

Creo que eso es todo. En cuando salga alguna de esas cosas, le pondré un firmware personalizado a mi PS3; por ahora sólo no lo voy a actualizar, sólo por si las moscas.

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La intolerancia a la intolerancia

Esto salió hace un par de días, pero hasta ahorita pude escribir al respecto: dice la Arquidiócesis que las autoridades de mi Ciudad son talibanes laicistas.

El comunicado es fabuloso en tantos niveles que no sé ni siquiera por dónde empezar. Dice que el Gobierno del Distrito Federal hace del laicismo una “religión” única e intolerante, “realizando ritos laicos contra las verdaderas religiones”. Dice que “algunas autoridades y miembros de la Asamblea Legislativa no sólo se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse, aprobando leyes inmorales e injustas, sin ningún sentido moral y ético –por la falta de respeto a la vida humana y a la institución familiar, fundamental para la sana convivencia social–, sino que han desatado una verdadera persecución ideológica contra quienes, con base en sus principios religiosos y valores, se oponen a estas leyes”. Dice que las autoridades del DF son verdaderos “talibanes laicistas”, “personajes intolerantes a la crítica, fundamentalistas en sus principios inmorales, incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”.

Y luego hay pendejos que no le ven razón de ser al Artículo 130, que dice: “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”. No es persecusión religiosa: es sencillamente respetar la separación Estado/Iglesia, por la simple razón de que no se puede discutir con gente dogmática. Por definición la fe es dogmática; esto no tiene en principio nada de malo: si alguien quiere creer que el Monstruo del Espagueti Volador los ha tocado con su extremidad tallarinesca, está en todo su derecho.

Sólo a) no se metan con quien no se les pegue la gana creer eso, y b) si son ministros, no se metan en la política; de otra forma no se puede establecer una verdadera separación entre el Estado y la Iglesia. Nada bueno sale de que la iglesia (o peor aún, iglesias) intervengan en la política.

Por eso me pareció fabuloso lo último que cité: “[las autoridades del DF son] personajes intolerantes a la crítica […] incapaces de aceptar el reto del diálogo con la racionalidad y el derecho”. Lo más divertido de los últimos avances que se han dado en mi Ciudad (la despenalización del aborto, el matrimonio entre homosexuales, la adopción por parejas del mismo sexo), es que ganamos el debate de calle. Eran patéticos los intentos de argumentos que trataba de usar la Iglesia y la derecha histérica para (según ellos) discutir: no podían dar un argumento que no incluyera a algún dios, o la moral dictada por un libro escrito hace cientos de años; si bien nos iba, porque si no era la moral de un grupo que arbitrariamente quería imponerla a todos los demás.

La Arquidiócesis entonces se queja de intolerancia… intorelancia a su propia intolerancia. Intolerancia a que no les dejemos meterse con lo que no les importa: el derecho de una mujer a decidir sobre su cuerpo, el derecho de una pareja homosexual a quererse y que el Estado reconozca ese amor, el derecho de una pareja del mismo sexo a adoptar hijos.

Si así vamos a llamar eso, yo aplaudo que el gobierno de mi Ciudad se “intolerante” a la intolerancia de cualquier grupo que quiera imponer sus opiniones sobre el resto de nosotros, y espero que los gobiernos futuros aquí (y en el resto del país) sean igual de “intolerantes” a dichos grupos.

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Una el año pasado, otra éste

El año pasado (je) fui a ver una de las mejores películas que vi ese año; este año fui a ver una de las, supongo, peores que habrá éste. Se aplican las de siempre.

  • Baarìa.

    Baarìa

    Baarìa

    Para cerrar el año fuimos a ver una película maravillosa, de Giuseppe Tornatore, el mismo de Cinema Paradiso. Aunque no tan hermosa como esa, Baarìa es una muy buena película, y a mí me tuvo maravillado durante las dos horas y media que dura.

    La historia relata tres generaciones de una familia en el pueblo siciliano de Bagheria, que sus pobladores llaman Baarìa. Aunque cubre tres generaciones, la película se centra principalmente en Peppino, un recolector de aceitunas que después se hace lechero, y más adelante comunista y consejal del pueblo por el Partido Comunista Italiano. Es en general su vida, el romance con su esposa, sus hijos y su vida política lo que se relata en la película.

    La película es divertidísima y fascinante en cómo muestra un pueblito perdido de Sicilia (me di cuenta de que hablaban siciliano porque no les entendía nada, cuando en general varias cosas pesco de italiano), agobiado por la mafia, la corrupción del gobierno, y los fascistas antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Peppino medio inevitablemente se convierte en comunista, y durante toda su vida trata (con grandes dificultades y a veces poniendo en peligro su vida) de ayudar a la gente de su pueblo natal, fallando heróicamente la mayor parte de las veces.

    Es de verdad una película muy hermosa, y habiendo crecido con padres que fueron miembros del Partido Comunista Mexicano, es realmente fácil que me identificara y divirtiera con varias de las escenas de la misma. De las partes más divertidas es cuando Peppino le envía una carta a su novia (después su esposa), diciéndole que sí es comunista, pero que es mentira eso de que comen niños.

    Altamente recomendable; y además sugeriría que fueran rápido a verla, porque no creo que dure mucho en cartelera.

  • Tron Legacy (Tron: El Legado).

    Tron: Legacy

    Tron: Legacy

    No tienen idea de cómo me divirtió esta película. No sólo porque visualmente es espectacular, sino por todas las memorias que despertó en mí; de verdad me hizo sentir como niño de cinco años de nuevo: Tron es de las primeras películas que recuerdo haber visto en el cine, tenía cinco años cuando me llevaron a verla.

    Todos los aspectos técnicos de la película son casi perfectos, con la posible excepción de Clu, el Jeff Bridges rejuvenecido, que se ve francamente artificial en un par de escenas. Los efectos especiales, el sonido, la música de Daft Punk, el diseño del vestuario, los escenarios (reales y CGI). Me muero por tenerla en Blu-ray y verla en mi telesota.

    Lo demás de la película en cambio es bastante chafa: la historia, aunque entretenida, es completamente inverosímil; la tecnología adquiere proporciones casi mágicas en su irrealidad; las actuaciones de Jeff Bridges y Garrett Hedlund son en el mejor de los casos mediocres (aunque el primero se ve que se divirtió como enano todo el tiempo), la de Michael Sheen es francamente ridícula, y Olivia Wilde está tan hermosa que sencillamente distrae.

    Pero esas cosas no me importaron; de verdad me gustó mucho la película, y es un banquete visual. El mundo de the grid en su versión 2.0 es increíble, y está padre que ahora sí de verdad tengan lucecitas los trajes de los programas.

    Vayan a verla en el cine, es donde más vale la pena. Yo la vi en 2D (habiéndole ya perdido la fe a esta iteración de 3D), y la disfruté enormemente.

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Feliz Año Nuevo

Mmmh. Usualmente escribía esta entrada el 31 de diciembre. Hace un año, la escribí el primero de enero: a este paso voy a terminar por escribirla en febrero.

Como todos los años, les deseo un feliz 2011, y que hagan lo que sea que se hayan propuesto hacer.

Feliz Año Nuevo.

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Las Crónicas de Narnia: La Travesía del Viajero del Alba

El miércoles fuimos a ver The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader, después de haber rentado y visto The Chronicles of Narnia: Prince Caspian que yo no había visto.

Se aplican las normales.

The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader

The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader

Tengo varios problemas con Las Crónicas de Narnia; a pesar de que las películas sí me entretienen, y de que tienen cosas padres, la verdad es que en mi opinión son muchísimo más chafas que casi cualquier otra cosa de fantasía que yo haya visto. Con la posible excepción de Eragon.

C. S. Lewis es bastante burdo si lo comparamos con Tolkien (y de hecho Tolkien consideraba bastante chafas las historias de Narnia), y muchísimo menos entretenido que la Rowling. El mensaje cristiano es demasiado “in your face!”, crítica que el muy cristiano Tolkien también compartía, y en esta película (después de leer el primer libro de Narnia me dio muchísima hueva leer los demás) raya incluso en lo ridículo con Aslan diciéndole a Lucy que tiene “otro nombre” en el mundo real. Y además todo el hecho de que cuando los niños crecen lo suficiente ya no pueden regresar a Narnia me parece increíblemente condescendiente.

Como sea, la película está divertida, tiene escenas de acción muy padres, y Georgie Henley como Lucy es maravillosa. Sólo que bien pude haber esperado a ver esta película en Blu-ray, como hice con la segunda.

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La Red Social

Ayer fui con mi novia a ver The Social Network. Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

The Social Network

The Social Network

Tenía bastantes ganas de ver esta película, porque básicamente todo mundo decía que estaba muy buena. Me queda claro que la historia es una exageración enorme de los hechos que ocurrieron cuando Mark Zuckerberg creó Facebook… en el mejor de los casos. En el peor es sencillamente apócrifa; una amiga de Zuckerberg describe que lo que realmente ocurrió es que él sencillamente programaba con sus amigos y pedía pizzas. Lo cual ciertamente haría una película muy aburrida. Independientemente de su veracidad, la película es muy buena; principalmente por la actuación de Jesse Eisenberg como Zuckerberg; el chavo es fabuloso. Lo he visto en tres películas, y las tres han sido de mi completo agrado.

La película relata como Zuckerberg se le ocurrió la idea de hacer Facebook poco después de que su novia lo mandara al carajo y él en despecho hiciera un sitio para calificar qué tan sabrosas estaban las estudiantes de Harvard. Poco después dos gemelos (interpretados por un único actor, de los efectos especiales más chidos que he visto últimamente) que se ven y portan como si hubieran sido paridos por los dioses le proponen que les programe un sitio social, y Zuckerberg les da el avión mientras de hecho se pone a programar Facebook. La demanda que le ponen los gemelos acusándolo de haberse robado su idea es una de las líneas de la historia.

La otra es cómo Zuckerberg utiliza y desecha a su mejor (y, según la película, único amigo), Eduardo Saverin (magistralemente interpretado por Andrew Garfield), primero utilizándolo como financiador original, y después apuñalándolo por la espalda cuando Facebook comienza a hincharse de dinero. Para hacer más ardido el asunto, ni siquiera lo traiciona viéndolo a la cara; lo hace a través del resbaloso y truculento Sean Parker, ex fundador de Napster (Justin Timberlake, igualmente espectacular en su actuación), que se cuela en el negocio sin aportar realmente mucho.

La película, que realmente consiste de gente hablando rápido todo el tiempo, brilla por el diálogo y las fabulosas actuaciones de los tres chavos principales. Eisenberg en particular da de verdad la actuación de su vida; no sé si Zuckerberg sea así en la vida real, y la verdad no me interesa en lo más mínimo: el personaje de la película es a la vez tierno y detestable, y Eisenberg lo interpreta a la perfección. El Zuckerberg de la película es arrogante, altanero, de alguna manera cobarde y sin duda alguna brillante. Al tipo no le interesa en lo más mínimo el dinero, lo que al final tal vez es lo que le permite convertirse en multimillonario; pero sí le interesa ganar, y en particular tener la razón. Le encanta además pendejear a la gente siempre que puede, incluyendo su novia, razón por la que la chava lo manda mucho a la chingada.

Como pilón, yo como viejo usuario de Linux en particular disfruté mucho la parte donde va describiendo cómo conseguir las fotos de las chavas para Facemash; no sólo pude seguir la jerga técnica sin ningún problema, sino que yo mismo he hecho cosas de ese estilo varias veces en mi vida (aunque claro, nunca para algo tan idiota como sacar fotos de chavas de índices de casas universitarias).

La película me pareció fabulosa; lo único es que realmente no hay motivo para verla en el cine: se puede ver en DVD sin ningún problema. Tampoco cambió mi posición respecto a Facebook; no tengo cuenta en el famoso “caralibro”, y no planeo tenerla nunca en mi vida (como de hecho no tengo en ninguna red social). También estoy convencido de que, como en su momento lo fueron otras cosas en Internet, el interés en Facebook irá disminuyendo y probablemente deje de ser relevante en un par de años. Y no me impresiona la afirmación de que la compañía esté valuada en no sé cuántos miles de millones de dólares; hace no mucho AOL (justo antes de que Time-Warner la comprara) era un orden de magnitud más valiosa, y miren ahora cómo está.

Pero sólo como película, está fabulosa; nada más por las actuaciones valdría la pena, pero encima el diálogo está muy bien escrito, es divertida, y es interesante el personaje que muestran en la historia, aunque probablemente sea inventado.

Así que vayan y véanla, o si quieren réntenla cuando salga en DVD o Blu-Ray.

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Systemd

Estoy programando un pequeño proyecto personal desde hace un par de meses. Ahorita estoy atorado en una parte bastante mensa, así que decidí escribir acerca de un proyecto que, muy indirectamente, me inspiró a escribir el mío.

Hace ocho meses, Lennart Pottering escribió en su blog acerca de systemd, un reemplazo para el venerable (y anticuado) sysvinit (de “System V Init”). La idea en resumidas cuentas, es copiarle más o menos lo que hace Apple para iniciar rápidamente Mac OS X, y haciéndolo tomando todas las posibles ventajas que ofrece Linux. Esto último es importante; systemd por diseño no es portátil: está pensado para Linux y únicamente para Linux.

Lo principal para que funcione únicamente en Linux es el uso de Control Groups, una característica del kernel de Linux que ha estado disponible desde la versión 2.6.35, y que no mucha gente le ha hecho mucho caso, hasta hace unas semanas que Slashdot reportó una historia acerca de como un parche de 200 míseras líneas en el kernel volvía el escritorio súper usable, incluso bajo intenso uso (el ejemplo clásico siendo el compilar un kernel usando todos los procesadores). Como Lennart mismo mencionó poco después, el parche ni siquiera es necesario configurando inteligentemente los famosos Control Groups, o cgroups para abreviar.

Los cgroups son eso, grupos de control para procesos. Permiten agrupar ciertos procesos de tal forma que se les pueda asignar recursos a todos los procesos en el grupo. El “milagroso” parche lo que hacía era poner al proceso compilando el kernel en un mismo grupo, y el resto del escritorio en otro; por lo tanto el CFQ (Completely Fair Queue, la implementación del scheduler usada por omisión en Linux) les da igual tiempo de procesador al grupo compilando el kernel (aunque al llamar make le pidamos que use todos los procesadores), y a la ejecución del escritorio.

Systemd utiliza a lo bestia los cgroups; siendo un reemplazo de sysvinit, lo que hace es ser el primer proceso que es llamado por el kernel, y se encarga de todos los otros procesos que levanta después el sistema. Entonces si uno de esos procesos es Apache, por ejemplo, systemd pone a todos los procesos derivados de Apache en un grupo de control, incluyendo scripts CGI que hagan un “doble fork” para tratar de escapar del control del mismo Apache. Los cgroups impiden que tal escape sea posible.

Por supuesto, no es lo único que hace systemd distinto a sysvinit; también manda al carajo la idea de tener scripts para levantar y tumbar servicios, y los reemplaza con archivos (llamados unidades en la terminología de systemd) que son sospechosamente similares a los archivos .desktop que pululan los distintos escritorios en Linux (aunque mantiene compatibilidad para poder usar los scripts de sysvinit). El no mandar llamar a bash (y a un montón de programas a través de bash) acelera el tiempo que tarda en levantar el sistema enormemente.

Encima de esto, systemd intenta levantar cuanto proceso pueda de forma paralela, y reemplaza muchos scripts escritos en bash por sencillos programitas escritos en C. Todo esto además pensando en que systemd funcione de forma idéntica entre distintas distribuciones, lo cual tendría la alegre consecuencia de que las diferencias idiotas que hay entre todas las distribuciones para levantar el sistema desaparecerían.

Pocos meses después de que Lennart anunció systemd, traté de instalarlo en Gentoo, y fallé miserablemente. Lo cual no es de extrañar; Gentoo utiliza su propio sistema de inicio disinto de sysvinit (OpenRC le dicen), y esto ocasiona que si uno quiere intentar usar systemd, debe poder reemplazar toda la inicialización, no se puede utilizar nada de OpenRC. Lo dejé estar un par de meses más, y hace unas semanas lo volví a intentar.

Aunque no funcionó a la primera, poco a poco (y reportando bugs y parchando distintos programas y ebuilds de Gentoo), por fin logré que mi laptop utilizara systemd exclusivamente. Mi laptop pasó de tardar 1 minuto 40 segundos en inicializar, a tardar “únicamente” 50 segundos. Sé que no suena mucho, pero no es tan rápida.

Cuando por fin me sentí lo suficientemente cómodo con systemd en mi laptop, lo puse en mi media center. Ahí la diferencia sí fue significativa; mi media center inicializaba en 50 segundos, y con systemd tarda alrededor de 20 ahora.

Además del booteo indudablemente más rápido, el diseño de systemd me parece extremadamente elegante y bien pensado. Y el uso de cgroups además ocasiona un montón de cosas buenas, como el poder cambiarle la prioridad a todo un conjunto de procesos de forma sencilla. Si además consigue convertirse en el estándar para inicializar Linux a través de distintas distribuciones (Fedora y OpenSUSE, y a lo mejor Debian sí parecen serios al respecto), ciertamente esto mejoraría la vida de todos.

En mi laptop ya llevo un par de semanas usando exclusivamente systemd, y en mi media center unos días. Todavía no lo pongo en mi máquina de escritorio, pero probablemente lo haga estas vacaciones. Está muy simpático el proyectito.

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El príncipe

El viernes vi en el periódico la siguiente foto:

El Príncipe Carlos

El Príncipe Carlos

Y recuerdo claramente la opinión que se formó en mi cabeza de forma automática:

Qué bueno.

No porque en particular apoye las manifestaciones violentas (que sin duda hay ocasiones en las que se justifican), ni porque indudablemente yo esté con los estudiantes británicos, que les salieron con la jalada de que un día para otro pagarán tres veces más de colegiatura en su educación. Que es justamente la razón por las que no hay que tener cuotas en primer lugar, por cierto; una vez establecidas, subirles el precio es medio imposible de evitar, no importa qué tanto sea la oposición a la idea, como la foto de arriba claramente muestra.

No; mi reacción inmediata fue qué bueno, porque me parece que el tener reyes y princesas en el siglo XXI es una vergüenza para la humanidad; debimos habernos librado de esos parásitos hace siglos, como de hecho lo hicimos en casi toda Latinoamérica desde hace más de 150 años.

En cualquier país, no importa su historia y tradiciones, que exista un subconjunto de habitantes a los cuales no se les aplica igual las leyes ni las reglas, únicamente porque son hijos de alguien “especial”, es asqueroso. Bien por los chavos ingleses, que les metieron un buen susto a ese par de zánganos, los cuales por cierto jamás tendrán que preocuparse de cómo pagarán la educación de sus hijos. Y no porque sean buenos en los negocios, ni nada por el estilo: sencillamente por ser de familia “real”.

Me alegró ver esa foto; se ve que se cagan de miedo igual que cualquier otra persona.

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Skyline: La Invasión

Ayer fui con mis cuates a ver Skyline. Se aplican las de siempre.

Skyline

Skyline

Propuse que fuéramos a ver esta película porque parecía ser de mucha acción, y con hartos efectos especiales; que son básicamente las cualidades que busco en una película que pago por ver en el cine.

Salí agradablemente sorprendido; a mí me pareció muy entretenida y muy bien hecha. Ciertamente los actores podrían haber, ya saben, actuado, y la historia podría haber sido algo más generosa con los espectadores para informarnos exactamente cómo es que los mostros del espacio exterior se enteraron que nuestros cerebros eran como que buenos CPUs para ellos y decidieron venir a quitárnoslos para controlar más mostros.

Pero en general me encantó; desde que H.G. Wells escribió La Guerra de los Mundos, la técnica de mostrar una invasión extraterrestre a través de los ojos de un testigo para motivos prácticos incapaz de hacer nada ha sido explorada muchas veces; Juan en particular me hizo notar la clara similtud con Cloverfield, sólo que Skyline no abusa de la cámara de mano.

En particular las batallas aéreas y la escena donde lanzan una bomba atómica a una nave nodriza me parecieron excelentes, de las más emocionantes que he visto enmucho tiempo. Y ciertamente cada vez que los malditos mostros se reparaban solitos yo gritaba “¡falta, falta!”

El final también se me hizo muy simpático; me gusta la idea (no sé si fuera la de los directores, pero es la que decido yo tomar) de que al haber resistido 3 veces la luz, Jarrod de alguna manera consigue resistir el dominio de los mostros cuando ponen su cerebro en uno de ellos, y que se dedica a defender a su chava y a su hijo no nacido.

Y eso fue tal vez lo original de la película; que de verdad la humanidad acaba hecha mierda, y sin muchas esperanzas de poder recuperarse. Dicen que la película costó 10 millones de dólares hacerla, porque básicamente son puros efectos especiales (muy bien hechos), así que espero que puedan hacer la secuela pronto.

Yo sí la recomiendo; eso sí, debo avisar que muchos críticos la han hecho pedazos. Pero pues a mí sí me gustó.

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Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 1

Ayer fui a ver Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1. La hubiera visto antes, pero resultó que mi novia no había visto ni la tercera, ni la cuarta, ni la quinta, ni la sexta película. Así que nos pasamos el fin de semana viendo las cuatro anteriores antes de ir ayer a verla.

Se aplican las advertencias de spoilers normales.

Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1

Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1

Déjenme comenzar diciendo que me parece que ésta es la mejor película de Harry Potter que hayan hecho hasta ahora, y que para motivos prácticos me pareció perfecta. Tiene un par de cositas que podrían haber hecho mejor; pero me abstengo de decir que de hecho así sería hasta que vea la segunda parte. Y antes de que varios de mis lectores me reclamen, déjenme repetir que yo siempre he mantenido que los medios escrito y cinematográfico son absolutamente distintos, y que una película que siguiera al pie de la letra las novelas sería idiota (como puede comprobarse viendo las primeras dos películas). Son medios distintos; una película por fuerza debe ser distinta a la novela en que se basa, y por lo tanto debe hacerse un trabajo de adaptación. Me parece que la séptima película (que adapta la primera parte de la séptima novela), es la mejor adaptación que han hecho hasta ahora.

Habiendo visto las anteriores cuatro películas de corrido antes de ver ésta, debo decir que lo primero que me viene a la mente es cuánto han crecido los chavos, y qué bien actúan ahora. No que actuaran mal antes, pero sin duda han mejorado. También me gustó ver que esta película es la más adulta de todas, lo cual me parece apropiado dado que ocurre lo mismo con la novela.

La película mejora algunas cosas respecto a la novela, me parece. La primera es la muerte de Hedwig; en la novela me pareció muy cruel que muriera sin saber qué pedo dentro de su jaula, y en la película en cambio le dan una muerte súper heroica, sacrificándose al defender a su dueño, y de paso resuelven cómo es que los deatheaters descubren a Harry sin que tengan que dar la (cinematográficamente confusa) explicación de que expelliarmus es la maldición favorita del mago adolescente.

La otra cosa que mejoran es la lasciva y diabólica escena de Riddle tormentando a Ron con las grotescas imágenes de Harry y Hermione no sólo besándose, sino dándose un perturbador faje completamente desnudos. Toda la escena del regreso de Ron al trío es fabulosa, pero esa parte me parece la mejoraron.

Por último, toda la infiltración del trío al Ministerio de Magia, incluyendo el fabuloso regreso de Dolores Umbridge, me pareció más divertido y más emocionante que en la novela. Esas tres escenas creo que fueron mejoradas por la película, y nada más por ellas valdría la pena.

La película (obviamente) quita un montón de cosas de la novela; tenía qué, es una adaptación. En general estoy de acuerdo con todas. Por ejemplo, Harry no confronta a Voldemort más que en la huida de Privet Drive; no hay “encuentros cercanos” ni en Godric’s Hollow ni en la mansión de los Malfoy. Esto me parece bien; hace que cuando por fin se enfrenten Harry y Moldemort sea más emocionante, y además de hecho es más apropiado, dado que Voldemort no tenía la Elder Wand en ese momento. Otra cosa que quitaron fue cómo el trío se gana la lealtad de Kreacher; eso me hubiera gustado verlo, pero realmente es terciario a la trama principal, y sólo hubiera quitado tiempo. Y por último, la idea de salvar a Wormtail en la mansión de los Malfoy me hace sospechar que harán su muerte (y última lealtad a Harry) más emocionante durante la segunda mitad.

Me disgustó un poco que Bellatrix no torturara a Hermione con crucio, como en la novela, y que Ron no se viera tan desesperado. La idea de que le marque con su navaja mudblood es obviamente una referencia a los tatuajes que los nazis forzaron en todos sus prisioneros en campos de concentración (que por cierto, no todos eran judíos), y eso me gustó; pero hubiera preferido que Ron reaccionara más fuerte al respecto. Una vez más, me parece que esto es para hacer que el tan esperado beso entre los dos sea todavía más impactante.

(Y por cierto, la línea inventada de Hermione de “siempre estoy enojada con Ron” me pareció fabulosa).

La película, aunque sin duda la más cercana a las novelas desde las primeras dos (sin ser para nada tan pesada), es una buena adaptación. Tratan (dentro de las restricciones inevitables que surgieron de tener cuatro distintos directores para la serie) de mantener la continuidad interna de las películas, y creo que en general lo consiguen. Creo que es la mejor adaptación, y a mí en particular me encantó.

Podría decir más, pero creo que voy a esperarme a ver la segunda parte. Pero si es tan buena como la primera, creo que será un fin digno de la serie.

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World domination

En los noventas, Linus Torvalds solía hablar de “dominación mundial”, de los pasos necesarios para que Linux dominara las computadoras de todo el mundo. Era, por supuesto, en gran parte una broma; después de casi veinte años de que Linux comenzó a escribirse, el sistema operativo libre no tiene ni siquiera el 10% del mercado de computadoras de escritorio. En otros rubros le ha ido mucho mejor; en servidores casi todo mundo usa Linux; y con la adquisición de Sun por parte de Oracle, y la subsecuente muerte (para motivos prácticos) de Solaris y OpenSolaris, al parecer esto sólo se acrecentará en un futuro no muy lejano.

Otra parte donde le está yendo muy bien a Linux es en dispositivos portátiles; dícese teléfonos celulares, porque para como yo veo las cosas, todos los dispositivos portátiles van a terminar colapsándose dentro de los famosos “smart phones”. La familia de teléfonos Android está desbaratando la dominación del iPhone, que ciertamente revolucionó cómo eran los “smart phones” (que si me lo permiten, dado que no me gusta el término “smart phone”, de ahora en adelante les diré “teléfonos mamones”). Android es una versión de Linux desarrollada por Google.

Y de hecho Linux está en un montón más de dispositivos electrónicos; muchas veces sin que nos demos cuenta. Cuando compré mi telesota LCD, entre la documentación que traía venía una copia de la licencia GPL. Yo pensé que utilizaría alguna biblioteca GPL para, por ejemplo, desplegar las imágenes que uno le puede poner a través de un disquito USB, pero resulta que me equivocaba,

Mi hermano me pidió ayuda porque quería ver una película que tenía en su computadora; como es una laptop no muy nueva, le dije que sencillamente comprara un cable VGA. Después me llamó diciendo que no servía; yo por supuesto, supuse que mi tecnológicamente semi iletrado hermano habría hecho una pendejada, así que fui con mi laptop y mi propio cable VGA.

Con sorpresa vi en su casa que no servía, y entonces supuse lo siguiente; que algo había mal con su tele. Así que volví a mi casa, y con mayor sorpresa descubrí que tampoco servía en mi casa. Y entonces por fin me metí a la red a investigar un poco. Resulta que las laptops Sony VAIO suelen tener problemas para conectarse con los LCD Samsung. Nadie me ha podido explicar bien a bien cuál es el problema; lo que yo sé es que ocurre a nivel de hardware, porque falló con el Windows XP de mi hermano, y mi sistema Linux.

Buscando posibles soluciones, vi que se podía actualizar el firmware de mi tele, así que me metí a la página de Samsung y bajé el nuevo firmware. Cuál sería mi sorpresa al descubrir que dicho firmware se instala utilizando un vil script de shell. Y así fue como descubrí que de hecho mi televisión corre Linux.

Todavía no puedo conectarle una laptop VAIO, pero al menos sé que por dentro tiene software libre.

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Otros 450 mililitros

Total que el lunes un cuate me llamó para preguntarme si podía donar sangre, porque van a operar a su mamá. Por supuesto le dije que sí, y ahí estuve el lunes en la mañana en la Clínica Londres (que ahora es, literalmente, sucursal del Hospital Ángeles) para que me sacaran otros 450 mililitros de sangre fresca.

De verdad, los peores lugares donde me han sacado sangre, han sido hospitales privados. El enfermero que me puso la aguja grande le temblaban las manos; no recuerdo que me haya dolido tanto antes.

Para hacerla peor, cuando terminé de donar no me llevaron de comer. Dijeron que lo harían, y ahí estuve con mi cuate y su mujer esperando que llegara la comida, y después de veinte minutos después decidimos mejor ir a desayunar a un Toks. Yo creo que eso fue lo que me dio en la madre; si algo he aprendido de haber donado sangre tantas veces, es que uno debe consumir alimentos inmediatamente después de hacerlo.

Anduve como zombie todo el día, y apenas ahorita comienzo a sentirme mejor. Pero bueno; todos los análisis indicaban que mi sangre era apta para donar, y hoy operan a la mamá de mi amigo, así que espero todo salga bien.

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Scott Pilgrim contra los ex de la chica de mis sueños

Ayer arrastré a mi novia a que viéramos Scott Pilgrim vs. the World. Se aplican ya saben.

Scott Pilgrim vs. the World

Scott Pilgrim vs. the World

Tenía muchas ganas de ver esta película, desde que salieron los avances y leí acerca del cómic en el que está basada. No leí el cómic (me dio una hueva inmensa), pero sí tenía muchas ganas de ver la adaptación.

A mí me encantó, y ya quiero tenerla en Blu-ray; en cambio mi novia tuvo que hacer un esfuerzo para no asesinarme por haberla llevado a verla.

La película es una recolección de todos los lugares comunes que hay con cómics, manga, animé, vdeo juegos, y un pedazo importante de música “indie” (siempre he detestado el término). Además de eso, la historia es una alegoría al hecho de que todos, una vez que llegamos a cierta edad, tenemos un bagaje emocional que, a menos que sepamos superarlo, siempre se interpondrá en todas nuestras relaciones futuras. Además de que dicho bagaje sólo crece y crece con el tiempo.

Ahora, que la historia sea una alegoría de un tema que incluso pudiéramos calificar de importante, no quita que sea idiota. A mí no me importó; el humor, ritmo y aspecto visual de la película por mucho hacen que le perdone eso, y también que los dos actores principales parecen incapaces de mostrar un enamoramiento tal que justificara todo el caos que provoca en sus vidas. Michael Cera en ese aspecto me decepcionó; esperaba más de él. La niña, Mary Elizabeth Winstead, está muy chula, pero también sólo parece melancólica todo el tiempo.

Pero como decía arriba, todo eso es perdonable por cómo presentan el paquete: cualquiera que haya disfrutado en su vida videojuegos, cómics/manga, o animé, es muy probable que también disfrute esta película, y entienda el mensaje.

La otra cara de la moneda es que si nunca en sus vidas han disfrutado esas cosas, es probable que la película sólo les parezca idiota, como sucedió con mi novia.

Si son de mi bando, sin embargo, yo la recomiendo altamente.

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El Vicio

Normalmente no voy a conciertos; para mí la música es literalmente el soundtrack de mi vida: está ahí, en el fondo, y a veces es buena, otras regular, y en muchas ocasiones mala. Raramente es algo fundamental. Sí oigo mucha música, pero no sigo ningún género o grupo/solista en particular; y a estas alturas de mi vida ni siquiera oigo ya radio, así que es muy común que las rolas que oigo normalmente, son las que todo mundo oía catorce meses atrás.

Ir a un concierto, por lo tanto, no presenta mucho atractivo para mí. Soy mal fan, siempre he sido mal fan; ¿a qué voy a ir a oír a un sólo grupo o género durante una o dos horas? Por no decir que sale muchas veces caro.

Ayer, sin embargo, la banda de la mejor amiga de mi novia tocó en El Vicio, abriéndole a Fernanda Ulibarri. Es la tercera o cuarta vez que tocan, pero yo no había podido ir a la primera (estaba en Canadá), ni a las subsecuentes porque había estado indispuesto. Así que fui a verlos ayer.

Estuvo bastante padre, y me gustaron casi todas las canciones. E igual y me hubiera quedado a todo el concierto de la Ulibarri, si no fuera porque me estaba dando un coma hiperglucémico por lo meloso de sus rolas; decidí irme al final de una canción cuyo coro es “el sol está solito”. La pueden oír en su página de MySpace.

Antes de esto creo que el último concierto al que había ido fue a uno de Shakira hace más de cinco años. Valió la pena; me divertí.

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