Iron Man 3

Entre las cosas que hice para celebrar mi cumpleaños fue ir a ver Iron Man 3 con mi novia y mis amigos. No había escrito al respecto porque he tenido una cantidad ridícula de trabajo, y de hecho desde el jueves tengo más de aquí a los próximos meses.

Se aplican ya saben.

Iron Man 3

Iron Man 3

Tenía muchas ganas de ver esta película, pero la verdad no esperaba mucho. La última parte de una triología suele ser pésima; creo que las únicas terceras partes que se salvan son el Episodio III de las precuelas de la Guerra de las Galaxias, y El Retorno del Rey en la triología del Señor de los Anillos. Así que esperaba una cosa medio intragable; más aún considerando que el villano sería el Mandarín, que es probablemente uno de los villanos más racistas que jamás se hayan inventado… incluso para estándares gringos.

Fue entonces con agrado que vi que la película está bastante divertida; creo que sí es la más débil de las tres películas de Tony Stark, pero aún así es entretenida, está suficientemente bien hecha, y Robert Downey Jr. sigue haciendo maravillosas todas las escenas donde sale. Incluyendo las del niño caguengue.

La mejor sorpresa fue, sin embargo, que el Mandarín de esta película es una burla a toda la paranoia gringa acerca del terrorismo islámico: Ben Kingsley es encantador como el actor borracho que el verdadero Mandarín contrata para poder enmascarar accidentes que ha tenido en su plan malévolo diabólico como si fueran ataques terroristas.

La historia tiene una cantidad de fallas enorme, sobre todo al final con súper Pepper Potts (en calzones) partiéndole su mandarina en gajos al Mandarín, y no olvidándonos del niño caguengue que aparece en el segundo acto de forma completamente injustificable.

A pesar de todas estas fallas, esta película es entretenida, está bien hecha, Tony Stark interpretado por Robert Downey Jr. sigue siendo encantador, y la Paltrow sale en calzones, así que en general me gustó. Pudieron cerrar esta triología mejor; pero también pudo haber salido mucho peor, así que siendo optimista creo que estuvo bien.

Les diría que fueran a verla, pero probablemente ya lo hicieron, varias veces, así que sólo diré que sí la recomiendo.

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Treinta y seis

El pasado cuatro de mayo cumplí treinta y seis años. No había escrito al respecto primero porque se me acumuló una cantidad bestial de trabajo, y después porque tuve a bien matar a Xochitl como no la había matado en años. Creo que valió la pena; desde hacía años Xochitl era reiniciada automáticamente a las 00:05 todos los días, y me parece que con el último ajuste que le hice podremos evitarnos tener que andarla resucitando en automático diario.

Como sea; celebré mi cumpleaños con Mina y mis amigos, y me la pasé muy padre. El año pasado de mi vida tuvo una cantidad de altas y bajas enorme (además de que las bajas fueron muy bajas, y las altas fueron muy altas), pero siendo como soy veo más a las altas que a las bajas, y además ahorita siento que ya estoy en el camino correcto para terminar lo que dejé, por fuerzas de causa mayor, en pausa desde octubre del año pasado: ya doctorarme.

Y bueno, ya estoy oficialmente cuarenteando. Pero como siempre he sido de la idea de que la mejor década de los hombres son los cincuentas, no me preocupa en lo más mínimo.

Que venga el año que viene.

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Olimpo bajo fuego

El sábado fui con mi mamá al cine a ver Olympus Has Fallen, una película tan mala, que creo que da la vuelta y se vuelve buena.

De verdad.

Se aplican las de siempre

Olympus Has Fallen

Olympus Has Fallen

Hay una historia de fondo acerca de un agente del servicio secreto gringo que salvando al presidente tiene que dejar morir a la primera dama. Nada de eso importa, realmente.

Dieciocho meses después, el mismo agente presencia como un comando norcoreano ataca y toma la Casa Blanca, secuestrando al presidente gringo en el proceso, y él solito Rambo-style va y salva al presidente y a los Estados Unidos.

Eso es básicamente toda la película.

Para una premisa tan estúpida, la película cuenta con un elenco de primer nivel: el encantador Gerard Butler la hace del invencible agente del servicio secreto; Aaron Eckhart interpreta a un presidente más aburrido que Obama; Morgan Freeman interpreta al primer speaker negro de la cámara de diputados gringa, y que como el presidente y vicepresidente quedan incapacitados asume el papel de presidente interino; Ashley Judd interpreta durante unos cinco minutos a la primera dama; Radha Mitchell (una de mis actrices favoritas, y que creo ha sido altamente desaprovechada por Hollywood) interpreta a la esposa del agente; y un montón de asiáticos que no nos importan y que probablemente jamás veremos de nuevo en la pantalla grande interpretan a los norcoreanos malos malérrimos.

La película es demasiado mala y (en la superficie) demasiado pro gringa para que nadie de verdad la haya hecho en serio. Digo que es pro gringa en la superficie porque en el fondo pone a todos los servicios de inteligencia gringos como unos completos pendejos: con un avioncito y 40 comandos coreanos toman la Casa Blanca y secuestran al presidente, al vicepresidente y a un montón de miembros del gabinete; y además lo que hacen los que están a cargo fuera de la Casa Blanca son puras pendejadas seguidas unas de otras.

En algún momento de la película la directora del servicio secreto le dice al presidente interino: “We’ve just lost South Korea!” Miren ustedes; no sabía que Corea del Sur era de los gringos. Me pregunto qué diran al respecto los sudcoreanos.

Yo me la pasé muerto de la risa como el 147% del tiempo que duró la película. Es hilarante por ser tan exagerada en su “we are number one!”, pero están bien hechas las escenas de acción, y ciertamente la imagen de un avioncito desmadrando todo alrededor de la Casa Blanca y rompiendo el monumento a Washington, además de 40 güeyes disfrazados de turistas masacrando a decenas de miembros del servicio secreto con un par de camiones de basura es muy divertida.

Mi teoría es que en el fondo es una película subversiva disfrazada de propaganda gringa; que en el fondo es una crítica despiadada al progringuismo que existe en un sector de la poblacion de nuestro vecino norteño, y que el director (que dirigió la espectacular Training Day) y los actores principales realmente se la pasan guiñándose el ojo respecto a lo inverosímil de todo el asunto.

Y el hecho de que el héroe que salva a todo mundo en la vida real es escocés.

La película está muy divertida si no se la toman en serio, y si entran en la broma interna (que yo creo sí existe) entre los actores y el director. Y ciertamente es una película de acción bien hecha.

Así que para dominguear yo sí la recomiendo.

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5 veces más líneas, 400 veces más rápido

Xochitl está a veces bajo ataque. En general son ataques idiotas que tratan de entrar por SSH usando combinaciones de usuario/clave del tipo “root/root” o “user1/user1”; evidentemente eso casi nunca funciona, y además esos ataques son automáticamente detenidos después de tres intentos fallidos con denyhosts.

Esos ataques no me dan problemas; me dan problemas los ataques dirigidos específicamente contra mi blog y/o galería en línea. No porque alguna vez hayan logrado nada (los mantengo actualizados); el problema es que a veces generan una cantidad tal de solicitudes que Apache comienza a sobrecargar MySQL, la base de datos queda trabada, y Apache entonces se queda atorado sirviendo páginas. Si los atacantes solicitan muchísimas solicitudes a la vez, esto causa que MySQL quede atorado con cientos de consultas en su cola, y por lo tanto que Apache quede atorado con cientos (o miles) de páginas que quieren ser servidas.

Como Apache trata de no tirar conexiones, y cada una de ellas utiliza procesador, esto hace que el CPU de Xochitl de repente se encuentre utilizado al 117%. Aquí es donde debo mencionar que Xochitl es una pobre Pentium 4 a 2.40 Ghz; es posible (y de hecho probable) que la mayoría de los teléfonos celulares inteligentes que han salido este año sean más rápidos (y tengan más memoria) que Xochitl.

De todo lo anterior no es esta entrada.

Esta entrada es acerca de una situación que encontré mientras buscaba qué poder hacer para aliviar a la pobre de Xochitl. La más sencilla es ver qué IPs están solicitando más conexiones HTTP, y agregarlas a /etc/hosts.deny (teniendo cuidado de no negarme acceso a mí y mis máquinas, o a los robots rastreros de Google). Suele funcionar; sobre todo considerando que estos “ataques” (la verdad ya no sé si son ataques o sólo lectores ligeramente stalkeadores de mi blog/álbum) no ocurren muy seguido.

Así que hice un programita que leyera los logs (o bitácora, si quisiera usar español correcto) de acceso de Apache, sacara las IPs, y contara cuántas veces aparece cada una. Como lo primero que aparece en cada línea es la IP solicitante seguida de un espacio, con el siguiente comando obtengo todas las IPs que solicitan páginas a Apache:

cat /var/log/apache2/access_log | cut -d " " -f 1

Hasta ahí vamos bien; ahora, ¿cómo saco de ahí cuántas veces se repite una IP?, porque sabiendo eso ya puedo saber cuáles IP solicitan un número ridículo de conexiones. Siendo, como soy, programador, escribí un programita que hiciera esto por mí. Lo escribí en Python, porque lo quería rápido, y esto me salió:

#!/usr/bin/env python

import sys

if __name__ == '__main__':
    ips = {}
    for line in sys.stdin.readlines():
        line = line.strip()
        if line in ips.keys():
            ips[line] = ips[line] + 1
        else:
            ips[line] = 1
    for ip in ips.keys():
        print('%d: %s' % (ips[ip], ip))

Esas son 14 líneas de Python, incluyendo el shebang y dos líneas en blanco. El programa lee línea a línea la entrada estándar, y usa un hash table para ir contando cada aparición de una IP.

Muy contento con mi programa lo corrí… y el maldito programa corrió, y corrió, y corrió, y siguió corriendo. Al minuto lo detuve, incrédulo de que pudiera ser tan endiabladamente lento. Lo revisé, lo puse a imprimir resultados intermedios, y el resultado era el mismo: es lentísimo.

Estúpido Python.

Me subí las mangas y lo reescribí en C, usando glib porque no me iba a a poner a escribir mi propio hash table (been there, done that). Esto me salió:

#include <stdio.h>
#include <string.h>
#include <glib.h>

typedef struct _integer integer;

struct _integer {
        int n;
};

static integer*
integer_new(int n) 
{
        integer* i = g_new(integer, 1);
        i->n = n;
        return i;
}

static char*
read_line(FILE* file)
{
        char line[4096];
        int i = 0;
        line[i] = (char)0;
        int c;
        while (TRUE) {
                c = fgetc(file);
                if (c == EOF || c == NEW_LINE)
                        return strdup(line);
                line[i++] = c;
                line[i] = char(0);
        }
        return strdup(line);
}

void
print_key_value(char* key, integer* value, gpointer user_data)
{
        printf("%d: %s\n", value->n, key);
}

int
main(int argc, char* argv[])
{
        GHashTable* h;
        h = g_hash_table_new_full(g_str_hash, g_str_equal, g_free, g_free);
        do {
                char* line = read_line(stdin);
                if (!strcmp(line, "")) {
                        free(line);
                        continue;
                }
                char* key;
                integer* value;
                if (g_hash_table_lookup_extended(h, line, &key, &value)) {
                        value->n++;
                } else {
                        value = integer_new(1);
                        g_hash_table_insert(h, line, value);
                }
        } while (!feof(stdin));
        g_hash_table_foreach(h, print_key_value, NULL);
        g_hash_table_destroy(h);
        return 0;
}

Esas son 65 líneas en C, incluyendo la definición medio redundante de una estructura integer porque no quise usar las macros GINT_TO_POINTER y GPOINTER_TO_INT. No es elegante.

Ya que tuve mis dos versiones, según yo, equivalentes, las corrí ambas. La salida que producen es idéntica, así que me parece que sí son equivalentes. La versión en Python tarda más o menos 1 minuto 58 segundos (más/menos dos segundos, en todas las ocasiones en que lo corrí). La versión en C tarda 0.285 segundos, consistentemente debajo de 0.290. Esto para una bitácora de 95,080 líneas, de 12 Megabytes de tamaño.

La versión en C es unas 5 veces más larga en líneas que la de Python (de hecho 4.333, pero no importa), además de que las líneas tienen más caracteres; y sin embargo tarda (en tiempo de ejecución) del orden de 400 veces menos.

Ahí está el código si alguien quiere tratar de mejorar el resultado en Python. Yo estoy sumamente decepcionado; creí que las hash tables de Python estaban decentemente optimizadas: estoy usando cadenas como llaves al fin y al cabo. Y lo peor es que la versión en C ni siquiera me tomó mucho más tiempo en escribir.

Actualización: Gracias a Omar, ya vi que estaba cometiendo un errosote al buscar la llave en la hash table de Python; no tenía porqué buscarla en .keys() cuando puedo hacerlo directamente en la tabla. Con la sugerencia de Omar, el código Python es solamente el doble de lento que el código C. Lo que de hecho tiene sentido.

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Oblivion: El tiempo del Olvido

La semana pasada Xochitl tuvo bien a morirse, así que no pude escribir acerca de mi viaje a Guadalajara para ver a mi novia. Entre las cosas que hicimos fue ir a ver Oblivion; se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Oblivion

Oblivion

La Tierra fue invadida por alienígenas después de que destruyeron la Luna, lo que causó que casi todo el planeta se fuera a la mierda. La humanidad (supuestamente) hizo lo que tenía que hacer y lanzó un montón de bombas nucleares para ganar la guerra; lo conseguimos, pero como el planeta quedó hecho caquita, todo mundo se está preparando para irse a Titán en Saturno. Se supone todos están en una estación espacial tetraedral en el espacio a la que le dicen el “Tet”.

Tom Cruise interpreta a Jack Harper, el “técnico 49” encargado de darle mantenimiento a “drones”, que a su vez defienden unas maquinotas que están extrayendo el agua del planeta para generar energía, de los pocos alienígenas que quedan por ahí saboteándolas. Trabaja al lado de Vicky, su “controladora” y amante que le dice qué hacer y dónde ir, aunque él suele no hacerle caso. Ambos a su vez son controlados por Sally desde el Tet.

Hasta aquí la película estaba bien. Después los supuestos alienígenas mandan una señal al espacio, y una nave cae de ahí con humanos en unas cápsulas de hibernación, que los drones destruyen sin ningún miramiento, excepto por una porque tiene adentro a Olga Kurylenko, con la cual Jack sueña en las noches (lo cual es entendible), así que la defiende de los drones.

Resulta que la Kurylenko era astronauta, y que Jack era su esposo sesenta años antes, que iban en una misión a Titán justamente, pero que apareció el Tet famoso.

Hasta aquí la película seguía bien; cada vez me estaba dando más mala espina, pero estaba dispuesta a perdonar los hoyotes en la trama porque la película se ve increíble, porque Tom Cruise me sigue cayendo bien en sus películas, y porque la Kurylenko está bien Kurylenko.

Pero entonces capturan a Jack y a la Kurylenko, y resulta que los alienígenas que sabotean las maquinotas son humanos. Eso también lo podía perdonar; sólo que entonces el líder (Morgan Freeman) le dice a Jack que vaya a las “zonas de radiación” (donde se supone el planeta quedó radioactivo por las armas nucleares), y que ahí encontrará la verdad.

La verdad termina siendo que él es un clon y ocurre una escena de unos diez minutos donde Tom Cruise pelea consigo mismo.

Eso sí ya no lo pude perdonar; la película perdió cualquier trazo de seriedad que pudiera haber conservado.

La historia “real” era que Jack, su mujer (la Kurylenko) y Vicky eran tres astronautas entre varios que iban rumbo a Titán, pero entonces apareció el Tet y los enviaron a investigarlo. Toda la tripulación excepto Vicky y Jack fueron dormidos en hibernación, y Jack y Vicky se aproximaron al Tet, que les chupó el cerebró y utilizó clones (de él más al parecer) para crear un ejército de asesinos sin alma que conquistara lo que quedaba de la humanidad después de que desmadró la Luna.

Lo cual por supuesto no tiene el menor sentido. Si podía crear clones asesinos, ¿por qué carajo inventarse la faramalla del técnico de mantenimiento y del engaño de que las maquinotas trabajaban en servicio de la humanidad? Además, a lo largo de toda la película, Vicky se queja amargamente con Sally de que no les mandan partes necesarias para mantener a los drones; al final “Sally” (que es el extraterrestre malvado) envía un montón de drones para acabar con lo que queda de la humanidad. ¿Por qué no les enviaba entonces las partes que necesitaban? ¿Para que hicieran carácter? Pero además, si tenía el Tet capacidad de clonar miles de humanos, ¿por qué nada más clonar a Jack y Vicky? ¿Por qué no capturar con sus soldados asesinos más humanos y clonar otros?

La película se ve increíble; las escenas de la Tierra desmadrada están bien chidas, los efectos especiales son lo que uno esperaría, y Tom Cruise sigue siendo un muy buen actor y muy profesional, al igual que Freeman, la Kurylenko y la inglesita que la hace de Vicky. Además, sale Jaime Lannister.

Sólo es intragablemente estúpida su historia.

Para acabarla de amolar, yo me tomé un vasote de refresco y me andaba orinando cerca del final; así que tuve que irme con cuidado (no quería que me pasara lo de la última vez que no me pude aguantar para ir al baño), y me “perdí” el mero final. Lo pongo entre comillas porque la verdad ya no me importaba; sí creo que es una historia muy, muy estúpida.

Dicho todo eso, repito, la película se ve muy bien, y está divertida; incluso si al final es de forma involuntaria. Pero ciertamente no la recomiendo.

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Dónde estás, que no te veo

En mi departamento tengo más computadoras de las que cualquier adulto viviendo solo debería tener. Más aún si cuento cosas como mi PlayStation 3 o mi teléfono celular, o incluso mi N800, por más que no lo haya usado en los últimos dos o tres años.

Como sea, casi todas las computadoras se conectan a mi red local vía inalámbrica, y todas lo hacen a través de DHCP. Todas por lo tanto suelen tener direcciones de IP dinámicas (excepto Atom, mi servidorcito con procesador Atom; como redirijo a él las conexiones SSH de mi módem DSL, necesito que tenga una dirección estática), y después de un rato es un desmadre estar viendo cuál computadora tiene qué dirección IP.

Para solucionar esto utilizo Avahi, una implementación de zeroconf para Linux, lo que causa que cada computadora con Linux que tengo anuncie su presencia en la red local. No importa qué dirección IP tenga Centurion, mi máquina de escritorio, dentro de mi LAN puedo accederla con la dirección centurion.local (desde una máquina que use Linux y Avahi). Como hay un navegador de zeroconf para Android, incluso lo puedo usar desde mi teléfono, aunque tengo que abrir el navegador, ver qué dirección tiene centurion.local y ya usarla.

Como sea; ayer salí un rato de mi departamento y al regresar vi que se había ido la luz, ya que Atom estaba apagado. Prendí de nuevo el servidorcito y mi máquina de escritorio (la había dejado suspendida), y traté de conectarme de nuevo a atom.local. No pude, así que supuse que Atom no había iniciado correctamente. Agarré mi teclado USB y lo llevé al servidorcito, usando mi televisión de 46″ como monitor (como Atom está en el mismo mueble que la tele, lo tengo conectado a ella todo el tiempo por VGA). Cuando entré al servidorcito, vi que, aparentemente, todo estaba bien. Traté de conectarme de Atom a Centurion, y tampoco lo encontró.

El protocolo de zeroconf funciona de tal forma que, bueno, necesita cero configuración. Lo dice ahí, en su nombre. Que algo falle con Avahi es bastante raro; de hecho no ha habido nuevas versiones en años; sencillamente funciona.

Regresé a Centurion, y me puse a investigar qué podía pasar. Ambas computadoras podían accesar Internet, sólo no la una a la otra. Dado que Avahi es un protocolo distribuido (no necesita un servidor), no pensé que fuera mi módem DSL, pero ya sin muchas otras opciones me metí al mismo para ver si todo jalaba bien con él; a lo mejor algo extraño había pasado con el servidor DHCP, o quién sabe.

Y entonces en el navegador apareció la página de autenticación del módem DSL. Y resultó que no era mi módem.

Cuando volvía a prender Centurion después de que regresó la luz, en lugar de conectarse a mi módem DSL, se conectó al módem DSL de un vecino, que todavía en esta época no ha aprendido que hay que ponerle clave. Conecté Centurion a mi módem DSL, y por supuesto se pudieron encontrar él y Atom. También borré el módem DSL de mi vecino de la lista de Access Points a los cuales Centurion trata de conectarse (no tengo idea de cómo llegó ahí en primer lugar), así que espero este particular problema no vuelva a repetirse.

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La vida después de Google Reader

He venido usando Google Reader desde hace demasiado tiempo; creo incluso desde el mismo año en que estuvo disponible para el público en general. Como todos sus usuarios, entré ligeramente en pánico cuando escuché que Google iba a descontinuarlo en julio, y empecé a buscar alternativas.

La caballada está flaca, por decir lo menos. Ninguna de las alternativas me pareció que le llegaba en lo más mínimo a Google Reader, y como tengo decenas de feeds, estar importándolas en cada una de ellas se volvió bastante cansado. Por fin, y ya harto, decidí darle a Tiny Tiny RSS una oportunidad; en el peor de los casos, si algo no me gustaba sencillamente lo modificaba yo.

Resultó mucho mejor de lo que esperaba; la única modificación que le hice fue aumentar el tamaño de los tipos porque en mi monitor de escritorio de 1920×1080 se veían muy chiquitas las letras.

Tiny Tiny RSS

Tiny Tiny RSS

Tiene un plugin para usar los mismos atajos con teclas del Google Reader, y ya lo estoy usando diario. De hecho, borré todas mis suscripciones en el Google Reader. Pero además, tengo el código al alcance de mis dedos; si algo no me gusta o no funciona, sencillamente lo modificaré. Pero hago una vez más énfasis en que eso no ha sido necesario.

Es una pena que Google decidiera darle matarile a Reader. Pero fue muy sencillo sacar mis feeds, y la verdad estoy contento con Tiny Tiny RSS.

Así que la vida sigue después del Google Reader.

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Photo Locator

Cuando regresé de Guadalajara de ver a mi novia, traje conmigo cerca de 200 fotografías, y a casi todas ellas les pude sincronizar la información de localización GPS que saqué usando GPS Logger; platiqué de eso hace unas semanas. Cuando mi novia vino a verme durante semana santa, su despampanante belleza causó que me distrajera lo suficiente como para olvidárseme prender GPS Logger todos los días.

A ver, no se distraigan ustedes...

A ver, no se distraigan ustedes…

Esto, aunado con el hecho de que todas mis fotos antes de mi viaje a Guadalajara no tienen etiquetas GPS, y que tomé muy pocas fotos cuando Mina vino en las vacaciones, ha resultado en que el mapa de mis fotos en mi galería en línea se vea sí:

Mapa de la galería

Mapa de la galería

Según ese mapa, he tomado más fotos en Guadalajara que en la Ciudad de México. Casi diez veces más fotos. Y cero en cualquier otro país.

No me malentiendan; no tengo nada contra Guadalajara. Está bonito por allá. Pero el hecho de que la información de geolocalización de mi galería en línea refleje (erróneamente) que he tomado más fotos allá que aquí me tiene… incómodo, por decir lo menos. Y además, no refleja nada de los fabulosos viajes que he realizado por Europa y el resto de Norteamérica.

No hay manera de que automáticamente haga que las fotos sin información GPS adquieran dicha información. Bueno; técnicamente podría hacer un script que les pusiera coordenadas aleatorias a todas mis fotos, pero eso no serviría de mucho para lo que quiero: que el mapa de allá arriba refleje mis andanzas por todo el mundo. La única forma de conseguir eso es ir foto por foto tratando de recordar dónde estaba cuando la tomé.

El problema no es acordarme; tengo una extraordinaria memoria cuando se me pega la gana, y suelo recordar con bastante precisión dónde estaba cuando tomé una foto. El problema es la interfaz para asignarles coordenadas a las fotos; el plugin de Gallery 3 que genera el mapa de allá arriba también me permite ponerle coordenadas a cada foto, pero eso es usando dos cajitas de texto.

Editor de coordenadas

Editor de coordenadas

Esto significa que me tengo que ir a Google Maps (o algún otro programa que me permita ver las coordenadas, en latitud y longitud, de un lugar), agarrar esos numeritos, y pegarlos cada uno en su lugar en las cajitas de texto. Lo intenté hacer, y como a la tercera foto ya quería aventarme a las vías del metro para terminar con mi sufrimiento. Así que hice lo que cualquier programador que se respete haría; escribí un programa para ponerles coordenadas a mis fotos viejas.

Photo Locator

Photo Locator

Realmente fue trivial; tomé la mitad del código de otro de mis programas (Quick Photo Editor), le metí un actor con un ChamplainView (de la biblioteca libchamplain)… y básicamente ya. El actor hace todo, incluyendo bajar los mapas de OpenStreetMap, y me da las coordenadas de donde yo quiera en el planeta; es de verdad una biblioteca espectacularmente fácil de usar. De hecho es más rápido para mí ponerles coordenadas a mis fotografías que escribirles el título.

El programa es para mis fotos viejas; espero seguir usando GPS Logger para las futuras (siempre y cuando la despampanante belleza de mi novia no me siga distrayendo). Pero tengo más de 9,000 fotos, así que tardaré en ponerles coordenadas a todas; más en lugares como Europa, donde tendré que meterme al Street View de Google Maps para medio ubicarme dónde estaba cuando tomé la foto. Aunque ya decidí no angustiarme tanto; si no recuerdo rápidamente el lugar exacto donde tomé una foto, me voy a conformar con atinarle a la ciudad en el peor de los casos. Y como es complicado modificar la base de datos de coordenadas con fotos que ya subí, probablemente tendré que subirlas todas de nuevo cuando acabe.

Pero al menos mi galería en línea ya no dirá en su mapa que he tomado más fotos en Guadalajara que en la Ciudad de México.

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Jack el cazagigantes

El último sábado de marzo fuimos a ver Jack the Giant Slayer con Juan, Enrique, y sus medias naranajas. No había escrito al respecto primero porque no, y después porque Xochitl tuvo a bien morirse el viernes.

Les diría que se aplican las advertencias de spoilers habituales, pero pues es el cuento de Juanito y los frijoles mágicos, así que realmente no hay mucho que arruinar

Jack the Giant Slayer

Jack the Giant Slayer

Un día Juanito cambió su caballo por unos frijoles mágicos, los sembró, creció una planta mágica hasta las nubes (igualito que en Mario Bros.), donde encontró gigantes y tesoros, mató a los gigantes y se ligó a la princesa del reino. El fin.

Básicamente así me sabía yo la historia (o a lo mejor se me confunde la memoria después de leer tanto Fables), y ciertamente la película no le agrega muchas cosas. Yo la quería ir a ver porque Nicholas Hoult me está empezando a caer bastante bien, porque salen Ewan McGregor y Stanley Tucci, porque el gigante más feo de todos su voz la hace Bill Nighy, y porque se veía divertida.

Ciertamente está divertida; está además bien hecha, y como nunca se toma demasiado en serio me parece que es un buen churrito dominguero. No hay mucho más que se pueda decir de la película, pero siendo justos (y como ya mencioné anteriormente), es Juanito y los frijoles mágicos. De verdad no se le podía pedir mucho a la película.

A mí me divirtió, y el final se me hizo simpático. Creo que se pueden esperar a verla en Blu-ray; pero no me parece que sea un desperdicio irla a ver al cine.

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El Lago de los Cisnes

Hace exactamente una semana, fuimos a ver el Lago de los Cisnes en el Lago de Chapultepec.

El Lago de los Cisnes

El Lago de los Cisnes

Hacía años que mi mamá me recomendaba que fuera a verla (se viene presentando desde que yo nací), y siempre había tenido ganas, pero nunca lo hice hasta esta vez. Hasta cierto punto me arrepiento de no haberlo hecho; está padrísimo. Por otro lado, verla en las circunstancias en que la vi sí justificó que esperara tanto.

La última vez que había ido al ballet fue hace cuatro años, cuando fui a ver el Cascanueces. Me gustó, pero no fue nada del otro mundo; ya en retrospectiva, creo que lo puedo atribuir al hecho de que el Cascanueces es, me parece, un ballet dirigido a niños.

El Lago de los Cisnes no está dirigido a niños. Y además, es espectacular.

Fuimos primero en la tarde al centro a comer al Cardenal de Juárez, y saliendo nos percatamos con algo de pánico de que llovía. Caminando hacia mi carro la lluvia pareció amainar, y ya cuando comenzamos a manejar hacia Chapultepec yo creí que lo peor de la lluvia ya había pasado. En ese momento la preocupación vino de que parecía que llegaríamos tarde (había un tráfico espantoso, y sorprendente dado que era semana santa), pero al final llegamos bien y dejamos el carro en el bosque, donde procedieron a informarnos de forma muy explícita que, si llovía y la función se cancelaba, no nos devolvían el costo del estacionamiento.

Íbamos caminando quitados de la pena hacia el lago, cuando comenzamos a sentir unas cuantas gotas que caían del cielo completamente encapotado. Cuando de hecho entramos a las gradas frente al lago, ya de plano llovía, y además éramos de los pocos que no llevaban paraguas o impermeables, así que nos sentamos en nuestros (mojados) asientos a empaparnos durante media hora, mientras la anunciadora nos decía por el sistema de sonido (y con una voz insoportablemente dulce), que íbamos a esperar “un ratito” más a ver si la lluvia amainaba.

Por suerte la lluvia se detuvo, y ya cerca de las nueve por fin comenzó la función. Hace cuatro años que fui a ver el Cascanueces dije que el ballet no me gustaba tanto como la ópera; pero la verdad ya no estoy seguro. Esta función de verdad es increíblemente hermosa; por supuesto, ayuda el escenografía, el lago, la iluminación y que es a la luz de la luna en mi hermosa Ciudad. Y además las bailarinas sí son espectaculares; en técnica me parece que el Cisne Blanco era mejor, pero el Cisne Negro se robó la función en los diez minutos que sale. Coqueta, la muchacha.

Nos pusimos una empapada horrible, y al salir yo estaba tiritando porque sentía que me congelaba; pero estuvo muy padre, y de hecho no me molestaría ir a verla de nuevo.

Altamente recomendable.

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Etiquetas GPS

Para mi viaje a Guadalajara instalé GPS Logger en mi teléfono Android. Antes de tener teléfono mamón, tenía mi Nokia N800, al cual le compré un GPS bluetooth, y con el cual podía ir grabando mi posición GPS cada segundo, para después transportar esa información a mis fotos.

Nunca funcionó muy bien que digamos; para empezar, el N800 no podía estar recabando mi posición GPS todo el tiempo vía bluetooth, por la sencilla razón de que la batería se moría a las doce horas, si uno tenía suerte. Además, mi GPS bluetooth sólo era eso, GPS; no soportaba AGPS (Assisted GPS), que se ayuda de las torres de celular para aproximar la posición de uno cuando no consigue engancharse a los satélites GPS (que pasa más comúnmente de lo que uno pensaría). Pero además se volvía todo una cosa muy incómoda, cargando el N800, el GPS, la cámara, y además con la angustia de que la batería se iba a morir en cualquier momento.

La única vez que intenté usarlo así fue cuando fui a ver a mi cuate Eddie en San Francisco en el 2009, y además de que pasó todo lo que acabo de describir (se murió la batería, el GPS no se conectaba a los satélites, fue un desmadre estar cargando tantos electrónicos), cuando regresé a México y traté de sincronizar la información que el N800 había estado guardando en mis fotos, resultó que no podía porque F-Spot había cambiado las horas de las mismas. Para que esto funcione bien, el reloj del GPS y el de la cámara debe estar casi perfectamente sincronizado, obviamente.

Creo que por ahí tengo la información GPS de ese viaje a San Francisco, pero la verdad ya ni intenté ver si podía ponérsela a mis fotos. Mi N800 ahora está arrumbado por ahí, y hace años que ni siquiera lo prendo.

Con mi teléfono Android todo ya es mucho más sencillo: tiene el GPS integrado, utiliza AGPS, y además la batería es bastante mejor que el del N800, así que como dije instalé GPS Logger y estuve guardando mi ubicación todo el tiempo que tomé fotos durante mi estadía en la capital jalisciense. Hoy que ya acabé la chamba que se me había acumulado por estar tres días casi sin ni siquera consultar mi correo electrónico, investigué cómo podía sincronizar dicha información en el par de centenas de fotos que tomé durante mi viaje.

Fue bastante sencillo: hay un programita llamado GPS Correlate que lo hace automágicamente, incluso con ventanitas y así. Igual y reescribo el programa, porque la verdad sí se siente medio abandonado; pero funcionó sin ningún problema. Ya que mis fotos tenían la información de ubicación dentro de ellas, vi qué podía hacer para que mi galería en línea la utilizase. También fue sencillo; sólo instalé el módulo EXIF GPS de Gallery3, y con esto aparece un mapita de Google Maps en cada uno de mis álbumes donde haya información de localización:

Mapa de álbum

Mapa de álbum

Y por supuesto, cada foto con información de localización tiene un mapita de Google Maps individual:

Mapa de foto

Mapa de foto

Está bastante chido; vaya a ser que se me olvide dónde tomé una foto. Me da coraje no haberlo hecho antes; tengo mi teléfono mamón desde junio del 2011, y en mi megaviaje de seis meses me hubiera sido bastante útil. Pero bueno, así se aprende en esta vida. Mi Android soporta un día entero de estar usando GPS Logger, pero apenas; termina con la batería debajo del 5%. Pero ya dentro de poco me tocará renovarlo, y espero que mi próximo teléfono tenga mucho mejor batería que el de ahora (y que jale más rápido, porque ya lo siento muy lento… y que tenga un buen de memoria interna, porque la que tengo es una grosería).

Así que a partir de ahora mis fotos tendrán la información de dónde las tomé, a menos que algo le pase a mi celular.

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Ya está, nomás no compila

Una alumna me manda su práctica: “Profesor, mi programa compila, pero truena al correr, y no sé por qué. Pero creo que ya está.”

Me recordó lo que decíamos mis cuates y yo cuando éramos estudiantes: “ya está, nomás no compila”.

Encontré los errores que tenía (nada grave), y le mandé un correo explicándoselos. Me contesta a los pocos minutos, diciéndome “creo que ahora sí ya está, profe”.

Ahora ni siquiera compilaba.

Hay cosas que no cambian en este mundo.

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Los Miserables

En Guadalajara fui a ver Les Misérables, porque había prometido que no la vería hasta que estuviera allá.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Les Misérables

Les Misérables

Yo vi la puesta en escena aquí en México, por el año 2003 ó 2004, si mal no recuerdo. Me gustó bastante, pero no tiene nada que ver con esta película. Esta adaptación cinematográfica es espectacular, si bien se siente algo apresurada.

Ni siquiera voy tratar de hacer una sinopsis de la trama; yo mismo he visto unas cuatro o cinco adaptaciones de la obra de Victor Hugo, una incluso enmarcada durante la Segunda Guerra Mundial. A estas alturas, quien no sepa de qué se trata que vaya y rente la versión con Liam Neeson, que además tiene la característica nada despreciable de que termina con un final feliz, para variar.

No hay mucho que yo pueda decir que no hayan dicho ya todos los críticos: sí, Anne Hathaway es impresionante en los trece segundos que la dejan actuar, y Hugh Jackman resulta que sabe cantar. Sí, Amanda Seyfried es hermosísima y se roba los cuatro segundos que le tocan de la película. Sí, Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter se roban todas las dos escenas donde aparecen. Sí, Russell Crowe canta agripado, pero no nos importa porque está muy guapo.

Yo, predeciblemente, me la pasé llore y llore la mitad de la película, porque es Los Miserables, pero además porque agarran y cantan de su miseria, y porque hay estudiantes idiotas e idealistas ondeando banderas rojas.

La única crítica que le tengo es que de verdad se siente muy apresurada esta adaptación cinematográfica de la adaptación musical de la novela de Victor Hugo. Dura casi dos horas cuarenta minutos, pero yo creo que debieron arriesgarse y hacerla de tres horas; de cualquier modo ni se siente el tiempo, y a lo mejor así se ganaba más Óscares. Me hubiera gustado ver más de la Hathaway y de la Seyfried, y tal vez un poco más de escenas de exposición, para que no se sienta que no ha acabado el eco de la última canción cuando ya comienza la siguiente.

Como sea, creo que es el musical en cine que más me ha gustado, lo cual es decir mucho porque me encantan los musicales. Si no les gustan los musicales, pues lo siento por ustedes.

Al resto de la gente que sí tiene buen gusto; vayan y véanla. En el cine. Con alguien especial.

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Guadalajara, Guadalajara

Resulta que el 4 de marzo es día de descanso obligatorio en mi trabajo. Lo cual es bueno, porque de todas formas no pensaba ir ya que voy a pasarme tres días en Guadalajara, porque por qué no.

Estoy en el aeropuerto de la Majestuosa esperando a abordar mi avión, que sale (si todo sale como está previsto) en unos cuarenta minutos. Si no se cae durante el vuelo, voy a pasarme sábado, domingo y lunes en la capital jalisciense, regresando en la noche de ese día.

La última vez que fui a Guadalajara, fue en una ocasión en la que realicé una de las más grandes estupideces que he cometido en mi vida. Probablemente esté en el top five de las más grandes estupideces que he cometido en mi vida, de hecho. Así que espero con ansias que en esta ocasión regrese de mucho mejor humor que hace más de diez años, que fue cuando cometí una de las más grandes estupideces que he cometido en mi vida.

Fotos al volver.

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El viejo PRI

Mucho se ha escrito (y se seguirá escribiendo) acerca de la baratamente orquestada captura de Elba Esther Gordillo. Se habla (y se seguirá hablando) de los crímenes de la “maestra”, de la corrupción en el sindicato de maestros, de los desvíos de recursos, y de todas las razones por las que, me parece nadie en su sano juicio se atrevería a dudar, la “maestra” merece refundirse en el fresco tambo el resto de su (esperemos) no muy larga vida.

En eso creo hay consenso: Elba Esther Gordillo es una criminal que merece ir a prisión. De hecho, lo viene mereciendo hace más de 20 años; pero eso no es lo importante. Lo importante es por qué y bajo qué circunstancias la “maestra” ha sido aprehendida.

De los centenares (si no es que miles) de políticos corruptos (o descaradamente criminales) que hay en México, de todos los partidos y organizaciones sociales, ninguno más será, en principio, investigado, aprehendido y juzgado. Sólo lo serán si se oponen, o meramente estorban, a los planes del viejo PRI que se ha asentado en los Pinos bajo el cobijo de Televisa y otros poderes fácticos del país. Eso es lo importante.

No hay absolutamente nada qué celebrar de la captura de la “maestra”; esto no es una “limpieza” que empiece en la clase política mexicana, ni un nuevo inicio para la “justicia” verdadera en la vida del país, ni mucho menos la aplicación del Estado de Derecho para garantizar el sano funcionamiento del SNTE.

Esto es un madrazo político, y un mensaje de los Pinos diciendo “aquí se hace lo que yo digo”. Como en los tiempos del viejo PRI; a lo mejor muchos de mis lectores son demasiado jóvenes para recordar cómo eran entonces las cosas.

Yo, y muchísimos mexicanos más, sí lo recordamos. Oh, lo recordamos perfectamente.

Hay que seguir detenidamente cómo se lleva a cabo el proceso contra la “maestra”, y exigir (como debe exigirse en todos los casos de la ley) que se cumpla el debido proceso y que a Elba Esther, por más mierda que sea, se le respenten todos y cada uno de sus derechos. Por supuesto la tipa es indefendible, y ha cometido en los últimos 20 años una cantidad tal de fechorías que sería muy difícil que estos animales arruinaran el caso. Pero si lo así lo hicieran, habrá que ponerse del lado de la ley, incluso si esto resulta en abogar por alguien tan deleznable como Elba Esther Gordillo.

Y más importante aún, hay que dejar muy claro que esta aprehensión no fue promovida en ningún momento por la “justicia”; los crímenes de Gordillo son sabidos desde hace décadas algunos, y nunca se había actuado contra ella sino hasta ahora por la coyuntura que hay alrededor de la reforma educativa. El poder del estado no puede ser aplicado únicamente cuando le conviene al güey que está en ese momento en la Silla del Águila.

Por último, hay que pelar los ojos, porque esto puede ser el inicio de una ola de aprehensiones con objetivos políticos, cobijados bajo un pretexto de “justicia” conveniente, y eso sencillamente no lo podemos permitir. Si van a aplicar la ley, debe ser parejo a todos; no nada más a los que se oponen a sus maquinaciones.

First they came for the communists,
and I didn’t speak out because I wasn’t a communist.

Then they came for the socialists,
and I didn’t speak out because I wasn’t a socialist.

Then they came for the trade unionists,
and I didn’t speak out because I wasn’t a trade unionist.

Then they came for the Jews,
and I didn’t speak out because I wasn’t a Jew.

Then they came for the Catholics,
and I didn’t speak out because I wasn’t a Catholic.

Then they came for me,
and there was no one left to speak for me.

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Supongo que es mejor que “Canoa”

A lo largo de mi vida los apodos han tendido a fallar en quedárseme. Mi nombre, además de ser lo suficientemente extravagante (y buena inspiración para tatuajes), suele ser razonablemente pronunciable en casi cualquier lenguaje (los gringos suelen decirme Cánek, pero no me molesta), así que en general la gente termina llamándome por mi nombre, aunque no ha faltado quien ha tratado de ponerme apodos.

El más común suele ser Chanoc, pero han intentado también decirme (y algunos incluso persisten, aunque nunca han logrado que se generalice): Chaneque, Nek, Neko, Cank, Jacinto Canek (¿cuenta eso como apodo?), y variaciones de todos ellos.

Hoy sin embargo escuché uno nuevo: Cayak.

Supongo que es mejor que Canoa.

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Con la cámara de mi nueva laptop

Después de que me hicieron notar, de la manera más directa posible, que me veía horrible en la imagen que puse hace unos días de mi vieja Creative Webcam NX, decidí poner screenshot de cómo aparezco en los hangouts de Google con la cámara de mi nueva laptop:

Con la cámara de mi nueva laptop

Con la cámara de mi nueva laptop

No, la calidad tampoco es espectacular, pero hago notar que era de noche, y además es un screenshot de la página del navegador donde estaba el hangout. Ya animado se ve bastante decente.

Y ciertamente me gusta más que usar Skype. Que al parecer en menos de un mes todos los usuarios de messenger serán migrados (de forma obligatoria) a Skype; durante años utilicé el messenger, pero tiene ya meses que ni siquiera me he conectado (solía causar que trabajara aún menos al escribir la tesis). No me queda claro que lo vaya a extrañar mucho.

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Mi novio es un zombie

Con un montón de buenas películas disponibles en cartelera, fui y me chuté la más mala que había, creo.

Y me encantó.

Sigan leyendo para que se enteren de mi opinión acerca de Warm Bodies, aunque se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Warm Bodies

Warm Bodies

Fui a ver esta película en gran medida por Teresa Palmer, una hermosísima gringuita que tiende a salir en películas generalmente malas, y generalmente entretenidas. La niña tiene 26 años, y es como una Kristen Stewart que de hecho sabe actuar, y además sabe hacer más de una expresión facial. Además sale Nicholas Hoult, que yo no sabía es el niño de About a Boy, por la sencilla razón de que cambió de ser un niño caguengue británico, a un joven adulto bastante atractivo. También sale el hermano de James Franco, Dave, en un papel pequeño, pero bien actuado. Con ellos está la anoréxica Analeigh Tipton, haciendo el mismo papel que siempre hace, y siendo encantadora, como siempre hace. Por último, sale John Malkovich, haciendo lo que suele hacer en todas las películas donde sale desde hace varios años: divertirse como enano.

La historia, como el sensacional título en español resume, es acerca de una niña que se enamora de un zombie después de que el apocalipsis zómbico ha ocurrido. Ahora, como la única manera de hacer bien la historia de un romance entre una humana y un muerto viviente, es burlándose todo el tiempo de la misma (cosa que la idiota autora de Twilight fue incapaz de comprender nunca), los realizadores de esta película hicieron exactamente eso, y lo hicieron con gusto.

La historia es antes que nada una comedia, y es fabulosa en gran medida por la espectacular actuación de Hoult como R, el zombie protagonista, incluidos sus sensacionales monólogos de cómo transcurre la vida para un zombie. Los zombies de esta película ansían comer cerebros porque les producen un viaje psicotrópico donde reviven los recuerdos del dueño del cerebro, y esas son las únicas ocasiones en que se sienten realmente vivos.

R inmediatamente que ve a Julie, interpretada por la Palmer, se siente infatuado por ella; pero cuando además se come el cerebro de su novio, y por lo tanto adquiere sus memorias de ella, decide que la va a proteger del resto de los zombies, salvándola de que hagan barbacoa de su materia gris. El amor que nace entre Julie y R causa además que el zombie comience a “curarse” de su… ¿zombiés? ¿Zombitud? De ser zombie, y además esa cura se extiende entre los demás zombies.

Nadie dijo que la trama tuviera mucho sentido.

No duden por un segundo que esta película es un churrísimo; la historia es tan pendeja que uno no puede evitar el cagarse de la risa al verla en la pantalla grande. Pero ese es justo el objetivo de la misma, está muy bien actuada (haciendo énfasis una vez más en Nicholas Hoult), y además de todo es una historia de amor. Enferma, imposible, pendeja y sin sentido; pero de amor al fin y al cabo. Y es consistentemente divertida, desde el inicio hasta el cursi final.

Así que vayan, véanla, y diviértanse al ver una historia del romance entre una humana y un muerto viviente que de hecho es satisfactorio ver.

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En una década

He estado usando casi diario los Google+ Hangouts para videoconferencia (¿cómo se traduce eso?, ¿”pasadores de tiempo”?). Las razones son varias, pero la más importante, para mí, es que me evitan la molestia de instalar Skype, que cada vez me resultaba más desesperante.

Como he comentado no pocas veces en mi blog, detesto KDE, e incluido en eso va Qt. Compilarlo además en Gentoo es lentísimo, y prefiero usar mi procesador para cosas más interesantes. El cliente de Skype para Linux utiliza Qt, y al menos en Gentoo tienen la decencia de incluir una versión binaria de Qt junto con el paquete; pero de todas formas significa usar Qt, y si puedo siempre lo evito.

Además de Qt, Skype nunca mereció mucha confianza de mi parte; menos aún cuando fue comprado por Microsoft (que además casi garantiza que un buen cliente para Linux nunca existirá). Los Hangouts de Google+ me evitan todos estos problemas, y además Google me cae mejor que casi cualquier otra compañía, así que les doy el beneficio de la duda.

Técnicamente además los famosos hangouts están bastante padres; puede uno tener videoconferencia con N personas a la vez; corre todo dentro del navegador por lo que no es otra aplicación que hay que iniciar y configurar; y corre básicamente de forma perfecta en Linux, con un plugin para Chromium (que no dudo funcione también en Firefox) que mide en total como 21 Megabytes.

Comencé usando los hangouts en mi laptop, y la experiencia ahí ha sido básicamente perfecta excepto por dos problemas (ninguno relacionado con los hangouts): el primero es que mi laptop tiene unas bocinas que yo creo que son una broma, literalmente; y el segundo es que, por esas cosas que suelen ocurrir con Linux, el chipset que utiliza el bluetooth de mi laptop ahorita no está funcionando para que jalen mis audífonos bluetooth. Y hago énfasis en ahorita: hace unos meses funcionaba, y con casi toda seguridad en unos meses volverá a funcionar, sólo que como bluez pasó de la versión 4.101 a la 5, y no son compatibles, el proceso para que las aplicaciones que usan bluez se porten a la nueva versión puede tardar mucho. De hecho, es posible que con bluez 5 mis audífonos ya sirvan, sólo no he actualizado porque todo el resto del software sigue dependiendo de bluez 4.101.

Y para hacerlo más agraviante, al parecer todo lo relacionado con bluetooth funciona con bluez 4.101; incluso mis audífonos son reconocidos y ligados a la laptop. Sólo luego no aparecen como tarjeta de sonido externa. Como sea, no es grave; me pongo mis infalibles audífonos Genius, que además cuentan con micrófono incluido, y todo está chido.

De cualquier forma me dieron ganas de ver cómo funcionarían los hangouts en mi máquina de escritorio, en gran medida porque mi silla ahí es más cómoda, y el monitor es mucho más grande. Así que lo primero fue ver si servían bien los audífonos ahí; perdí unos quince minutos buscando dónde estaba el control de volumen para el micrófono, hasta que caí en cuenta de que PulseAudio es lo suficientemente inteligente como para no mostrarlo a menos que esté conectado.

Ni siquiera sabía que las computadoras ahora podían detectar cuándo estaba conectado un micrófono.

Luego fue la cámara de video, que es una antiquísima Creative Webcam NX que se conecta por USB a la computadora. Para que tengan una idea, la compré cuando pensé que me iría a hacer el posgrado a Canadá, así que sí tiene casi diez años conmigo; hablé de ella hace mucho. Bastante ha cambiado desde esa entrada; en particular, el controlador de la camarita está en el kernel desde hace años, y por lo que tengo entendido funciona perfecto… mientras en Windows a 64 bits de hecho nunca funcionó.

De nuevo tardé como veinte minutos tratando de encontrar mi camarita (el software; la camarita lleva años viviendo físicamente encima de mi monitor), hasta que por fin caí en cuenta de que por alguna razón el controlador no estaba compilado en mi kernel. En alguna actualización la opción de tener camaritas de video USB requirió alguna otra opción que no activé, y desde entonces no se había compilado el módulo. Así que recompilé el kernel, reinicié, y por fin tuve camarita de nuevo.

Y fue casi dolorosamente decepcionante:

Camarita

Camarita

Por supuesto las condiciones de luz en mi departamento apestan (más aún a las ocho de la noche), pero la calidad de la camarita es abismal. Tiene una resolución máxima de 352×288; en comparación, mi latop (que no es último modelo) tiene una resolución de 1280×1024. En mi monitor FullHD (1920×1080), la ventana de Cheese (el programa para tomar fotos de GNOME) tiene que escalar hacia arriba la imagen para que quepan los botones de su barra de herramientas. Y con tantito que se escale, a esa resolución, todo se ve súper pixeleado.

Así que descarté mi escritorio para usar los hangouts, a menos que mis interlocutores quieran ver sombras nada más. Lo que me impresionó, y que es el punto de esta entrada, es que hace diez años una camarita USB con resolución 352×288 no sólo no era rara, sino que tendía a estar en el grado alto del espectro. E independientemente de la resolución, la calidad del video (y fotos) que toman las camaritas actuales es muchísimo mejor que las de hace diez años.

En una década ocurrió que el hablar con alguien a cientos de kilómetros de distancia, y además verlos al mismo tiempo en tiempo real, se puede hacer de forma ridículamente sencilla, y con una calidad del video tal que uno puede ver los insectos caminando en las paredes detrás de los interlocutores (true story). A veces se me olvida que ya vivimos en el futuro.

Y por cierto, los hangouts funcionan sorprendentemente bien en teléfonos celulares inteligentes, si bien sólo los probé una vez, y ambos participantes usando red inalámbrica. Supongo que habrá que ver si funciona bien sobre 3G, aunque la verdad lo dudo. Mi teléfono no es 4G LT, pero me imagino que el próximo sí lo será.

Y entonces sí voy a sentir de verdad que vivimos en el universo de Star Trek.

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