Snip, snip

(Tuve dos semanas ocupadas entre calificar mis cursos del semestre pasado y mi chamba, por eso no había escrito).

A finales de 2013, que tenía trabajo, me compré un Sony Xperia SP para reemplazar mi avejentado (por no decir madreado) Sony Ericsson Xperia Play, que fue mi primer teléfono celular inteligente.

Mi Xperia SP me gustaba bastante… lo que hizo muy triste que me lo robaran menos de un mes después en Nuevo Vallarta en noviembre de ese año. Me tuve que regresar a mi Xperia Play mientras resolvía cómo conseguir un nuevo celular, porque Telcel hizo absurdamente difícil que comprar un teléfono con ellos: como tenía plan, no me lo podían vender a precio barato… lo cual entiendo; pero tampoco me podían vender el teléfono solo, tenía que comprar un teléfono con plan Amigo, y luego aparte comprar la tarjeta SIM que me habían robado.

Los mandé mucho a la chingada; hice que me dieran mi SIM, que metí en mi viejo Xperia Play, y me puse a buscar teléfonos en MercadoLibre.

Al final compré un Xperia M (sí, me gustan los Xperia), que me salió muy barato, y el cual fue un placer usar, especialmente cuando fui a Chicago y a Boston en el 2014, porque le pude poner un SIM T·Mobile al mismo tiempo que seguía usando mi SIM Telcel. Más o menos entonces decidí que jamás le iba a volver a comprar un celular a Telcel, y de hecho sigo pensando seriamente cambiarme de servidor de telefonía.

Como sea; mi Xperia M me sirvió bien todo el 2014, pero ya últimamente me estaba hartando un poco. Lo sentía lento, se le desconectaba el GPS bastante seguido, y además había aplicaciones que sencillamente no corrían muy bien en el ciertamente lento procesador. Así que, como estoy ganando bien, decidí por primera vez en mi vida comprar un celular de última generación, aunque saliera caro.

Y sí salió muy caro; podría haberme comprado un PlayStation 4 con mucho menos. Sin embargo, estoy muy contento: me compré (sorprendentemente) el Sony Xperia Z3.

Sony Xperia Z3

Sony Xperia Z3

Me había resistido a comprar un celular “grande” porque sentía que eran, bueno, grandes. Sin embargo después de literalmente un par de días de estarlo usando puedo reportar que no me molesta en lo más mínimo el tamaño, y que obviamente hace muy fácil un montón de cosas, en particular leer y teclear en él. No lo he aventado en una pecera, que al parecer es lo que hacen todos los nuevos dueños de un Xperia Z3, pero me gusta la idea de poder usarlo en la lluvia sin tener que preocuparme que le pase nada. Y el procesador es maravillosamente rápido; todo jala de volada.

También creo que por fin jubilaré mi camára digital, y procederé a usar únicamente la del teléfono; es de 20 megapixeles, entonces creo que ya es hora.

El punto de esta entrada, sin embargo, no es comentar las bondades de mi nuevo celular; es contar la historia del SIM dentro de él.

Como comentaba arriba, cuando mandé a la chingada a Telcel les pedí un SIM que fue el que puse en mi viejo Xperia Play mientras compraba mi Xperia M. Ese era un SIM “normal”, de 2.5 × 1.5 centímetros; pongo “normal” entre comillas porque técnicamente esos son los mini SIM: los full size SIM salieron hace más de veinte años y eran más o menos de 8.56 × 5.39 centímetros, más o menos del tamaño de una tarjeta del Metrobús.

Mi Xperia M en cambio acepta únicamente tarjetas micro SIM, que son de 1.5 × 1.2 centímetros; y mi Xperia Z3 por supuesto sólo acepta tarjetas nano SIM, que son de 1.23 × 0.88 centímetros. Aquí hay una imagen para que comparen.

Tarjetas SIM

Tarjetas SIM

Por supuesto, yo no he vuelto a poner un pie en un centro de servicio Telcel desde que los mandé a la chingada en 2013; el SIM que tiene mi Xperia Z3 es el mismo que el que tenía mi Xperia M que es el mismo que el que tenía mi Xperia Play. Para que cupiera en cada uno sencillamente hice uso de una tecnología avanzadísima.

Tijeras

Tijeras

Resulta que hay un montón de lugares en la red donde uno puede bajar un PDF con las guías necesarias para rebanar un tarjeta SIM inconvenientemente grande. La primera vez que lo hice no me causó ningún tipo de angustia, dado que era obvio que estaba cortando únicamente el plástico que rodea al chip de la tarjeta; pero esta vez tuve que cortar parte del chip. Pueden ver en la imagen de las tarjetas SIM que la nano tiene un poquito menos de metal que las otras dos.

Sin embargo no hubo ningún problema, y mi teléfono funciona perfecto. Sólo espero no tener que cortar el SIM todavía más en el futuro.

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Y además, me duele el dedo

Hacía tres meses que, para motivos prácticos, no había jugado en mi PlayStation 3.

Había agarrado mi guitarra de plástico un par de veces, y aproveché mi reciente comodidad económica para conseguir equipo (literalmente, hardware) que necesitaba para un par de trofeos; pero realmente no había jugado en tres meses. Jugar aplastarme-un-fin-de-semana jugar.

Las razones son varias, pero un factor importante fue que tuve una racha de trabajo súper intensa, como no había tenido en años (y sumamente satisfactoria, por cierto). Otra razón es que estoy de mamón porque gracias al hack en el que trabajé en verano, había llegado al 99.10% de mis trofeos, quedando únicamente 20 por ganarme.

Claro que 18 son de Gran Turismo 5 y cada vez se ponen más perros, así que no esperaba realmente llegar al 100.0% el año pasado, pero sí quería quedarme con un único juego sin 100% de trofeos (los otros 2 trofeos son de Uncharted 2: Among Thieves, y para obtenerlos necesito jugar en línea con otros seres humanos, cosa que por supuesto detesto).

Como sea, principalmente por esas dos razones no había tocado mi querida consola, pero este fin de semana decidí que ya era hora. Había acabado mi trabajo el 31 de diciembre, y también de calificar uno de mis cursos; me falta otro, pero tengo toda la próxima semana para hacerlo. Así que me puse a ver qué juego jugaría; resulta que tengo 23 discos sin jugar… varios de ellos de hecho todavía con su envoltura de celofán. Y al menos tres de esos discos son colecciones, así que tengo más de 25 juegos que he comprado en los últimos años y que ni siquiera he metido en mi consola.

Estaba revisando cuál de todos los juegos disponibles jugaría, y vi entre ellos a God of War: Chains of Olympus. Cuando acabé God of War III en enero de 2012, estaba ligeramente hasta la madre de Kratos. Tanto es así que tuvieron que pasar casi tres años para que volviera a jugar uno de sus juegos; hace unas semanas fui con Juan a un Game Planet, y vi que estaba barata la colección God of War: Origins Collection, que además de Chains of Olympus incluye Ghost of Sparta, y como tengo dinero lo compré, pensando que probablemente ya era hora de que volviera a visitar al espartano demente.

Así que abrí la envoltura de celofán, metí el juego en mi consola, y me aplasté ayer en la noche a jugar. Hoy hace poco más de una hora lo había terminado dos veces, había completado el reto de Hades, y había obtenido el trofeo de platino del juego, lo que me dio otro 100% en mi colección de trofeos, lo que de hecho me dejó con 99.13% de compleción.

Fue como volver a ver a un viejo amigo. Uno que destripa mostros y asesina gente inocente de la peor manera posible, pero viejo amigo al fin y al cabo. Hacía mucho que no me divertía tanto jugando sin realmente pensar en nada más durante casi 24 horas seguidas (excepto una pausa para dormir, obviamente).

Hablaré del juego propiamente después; me parece que es hora de que reanude las reseñas de los juegos donde he obtenido el platino. Hoy sólo quería escribir que me divertí como enano jugando en mi PlayStation 3. Y que además, me duele mi dedo.

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Corazones de Acero

Estrené el año cinematográficamente con Fury.

Se aplican ya saben.

Fury

Fury

La historia trata de un tanque gringo destrozando cosas y personas en Alemania, hacia el final de la segunda guerra en 1944, a partir de que reemplazan a un miembro de la tripulación de cinco con un soldadito verde que no sabe nada de tanques.

Al final el tanque queda atorado y solo en un cruce de caminos que deben defender “a toda costa”, y todos los gringos menos el soldadito verde que no sabía nada de tanques se mueren, no sin antes matar a cientos de nazis (literalmente, miembros de la SS).

Lo patéticamente pobre de la historia queda al descubierto cuando realmente no hay mucho más que decir acerca de la misma. Hay un par de episodios más; cómo llega el soldadito verde que no sabe nada de tanques, y cómo lo desvirga una alemana extraordinariamente bonita. Esas partes son lentísimas y aburridísimas, incluso con la alemana extraordinariamente bonita.

En su defensa, el chiste de la película no es la historia; es la pornografía de la violencia que contiene. Caras quedan embarradas en un tanque; apéndices humanos salen volando por todas partes; cabezas explotan; un tanque destripa soldados dentro de una trinchera. Sería admirable, si no fuera por la desconcertante sensación de que la película se regodea en mostrarnos cosas aparentemente sólo por el sadista placer de ver qué salvajada puede superar a la anterior.

El director David Ayer es bueno en el aspecto técnico, pero no en mucho más. Saving Private Ryan es igual o más realista que esta película, pero Steven Spilberg tiene el buen gusto de darle un tono trágico a la violencia del desembarco en Normandía; Ayer da la apariencia de que se estaba masturbando con cada escena de sesos siendo embarrados en paredes.

Brad Pitt está bien, dado que de nuevo interpreta a Brad Pitt interpretando a un soldado gringo con acento del medio oeste. El fantástico mexicanogringo Michael Peña es fantástico interpretando a un mexicanogringo, que por supuesto es el que maneja el tanque. Logan Lerman interpreta a un joven virgen, que como todo mundo sabe es terriblemente difícil porque ningún hombre jamás fue un joven virgen. Sorprendentemente, la actuación que más me gustó fue la de Shia LaBeouf, por fin actuando de manera distinta a como siempre actúa.

Estoy siendo un poco injusto con la película; está entretenida, y a mí siempre me ha divertido la violencia. El problema es que me divierte justo cuando los realizadores estaban también divirtiéndose filmándola (como en Kick-Ass, por ejemplo). Aquí se la toman no sólo en serio; hay un no tan sutil regodeo, que de verdad raya en lo pornográfico, por parte del director en mostrar vísceras.

Pero de cualquier forma la recomiendo. Y los tanques están chidos haciéndose volar los unos a los otros.

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Give It All

Break through the undertow,
your hands I can’t seem to find,
Pollution burns my tongue,
cough words I can’t speak so I

Stop my struggling,
then I float to the surface,
Fill my lungs with air,
then let it out

I give it all,
now there’s a reason why I sing,
So give it all,
and it’s these reasons that belong to me

Rock bottoms where we live,
and still we dig these trenches,
To bury ourselves in them,
backs breaking under tension

For far too long these voices,
muffled by distances,
It’s time to come to our senses,
up from the dirt

We give it all,
now there’s a reason why I sing,
So give it all,
and it’s these reasons that belong to me

Breathe (breathe),
the air we give (give),
the life we live (live),
our pulses racing distances (breathe),
so wet my tongue (give),
break into song (live),
through seas of competition

So please believe your eyes,
a sacrifice,
Is not what we had in our minds,
I’m coming home tonight,
home tonight

We give it all,
now there’s a reason why I sing,
So give it all,
and it’s these reasons that belong to me

Today I offer all myself to this
I’m living for my dying wish,

I give it all,
now there’s a reason,
there’s a reason,
to give it all

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Cuernos

Al final ya no fui a ver otra película, y entonces Horns fue la última que vi en este año, después de la tercera del Hobbit.

Se aplican las de siempre.

Horns

Horns

Esta película la fui a ver únicamente por Daniel Radcliffe, porque Harry me cae muy bien… y realmente es casi lo único que vale la pena. Juno Temple también está bien; desde que la vi por primera vez en Atonement, jamás me había resultado atractiva, pero en esta película se ve bellísima, casi etérea.

Fuera de ellos, la película realmente es medio intrascendente, y cuando no lo es es porque generalmente es incoherente. Tiene dos o tres escenas muy chistosas, pero fuera de eso no vale mucho la pena.

Las actuaciones de Harry Potter y la Temple sí son extraordnarias, eso sí. Nada más sí es ligeramente cansado seguir viendo películas “románticas”, donde los güeyes que se enamoran lo hacen básicamente porque eso dice el guión.

Lo que sí me alegra es que por fin me puse al día con las películas que tenía que reseñar en el blog. Y tengo como propósito de año nuevo el no volver a tardarme tanto en escribir mis reseñas.

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El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos

Después de ver la mejor película del año, Birdman, fui a ver The Hobbit: The Battle of the Five Armies.

Se aplican meh.

The Hobbit: The Battle of the Five Armies

The Hobbit: The Battle of the Five Armies

No tengo mucho qué decir acerca de la tercera parte del ordeñamiento descarado que le hicieron al librito para niños de Tolkien; como ya lo dije antes, yo iré a ver cualquier cosa del legendario de Tolkien, y luego lo voy a comprar en Blu-ray, seguramente varias veces.

Lo que sí, es que sentí un poco decepcionante la tercera parte. Para empezar, esperaba que durara como tres siglos, lo cual no ocurrió. Pero además, queda la historia colgando; no se relata cómo Bard se convirtió en rey y cómo los reinos de hombres, elfos y enanos se recuperaron de la batalla. Dado que las dos primeras partes resultaron ridículamente largas, no veo razón para que no agregaran esto a la tercera.

De cualquier forma me gustó, y tiene partes muy entretenidas. Pero creo que prefiero a la segunda parte de esta trilogía; probablemente porque es la que menos tiene que ver con el material original, que como muchas veces he dicho siempre me ha dado muchísima hueva (aunque reconozco lo bien que está escrito).

Ahora yo digo que deberían descararse los realizadores y aventarse Quenta Silmarillion. Si Warner Bros. y Marvel Studios están planeando decenas de películas de aquí al 2020, no veo por qué negarle a Peter Jackson la oportunidad de seguir filmando su fanfic.

Lo que sí es que qué bueno que viene ya Star Wars: Episode VII; al menos nos entretendrá mientras New Line se anima a seguir sosteniendo la economía de Nueva Zelanda.

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Birdman

Después de ver Mockingjay: Part 1 fui a ver Birdman.

Se aplican las de siempre.

Birdman

Birdman

Voy a arriesgarme un poco aquí, y sencillamente decir lo que creo: Birdman es la mejor película que he visto en la pantalla grande este año. Me faltan otras dos películas por reseñar que he visto en el 2014, y probablemente todavía vaya a ver otra, pero no importa cuál sea, Birdman será la mejor película que he visto en la pantalla grande este año.

Así que, por supuesto, primero hablaré de lo malo que tiene la película.

Birdman, además de ser la mejor película que he visto en la pantalla grande este año, es también (por muuuuuucho), la más pretenciosa. Es deliciosamente insoportable en su esnobismo, en su (justamente ganada) arrogancia, y en su deseo de aparentar (siendo además laudablemente honesta en que sólo está aparentando) intelectualidad y profundidad cuando realmente no tiene ni un módico de ambas.

Por último, y realmente no me había percatado de esto hasta que mi hermano me lo comentó (seguramente porque la disfruté muchísimo más que él), podría resultar algo lenta y aburrida a un conjunto no pequeño de espectadores.

Todos estos aspectos negativos (que siendo justos, son nada comparados con el deleite que es el resto de la película), son (me parece) única y exclusivamente resultado de Alejandro González Iñárritu (como lo son casi todos los muchos más aspectos positivos); el tipo es un hígado, y (podría equivocarme, pero lo dudo) le tiene una envidia rayante en esquizofrénica a Alfonso Cuarón, que en comparación parece ser el tipo más humilde y sencillo del universo.

Dicho eso, ya sea a pesar de, o incluso justamente por todo lo de arriba, González Iñárritu ha creado una obra de arte, que probablemente arrasará con todos los premios habidos y por haber en la historia de todo, y merecidamente además.

Independientemente de las distintas impresiones que genere la película en todo el universo de personas que vayan a verla, me parece que se puede tener consenso en que el mejor y más intachable aspecto de la obra es su magistral aspecto técnico. El truco de que casi toda la película parece una única toma de cerca de dos horas (robado, por supuesto, de Children of Men, de Cuarón), es ejecutado aquí de una manera tan engorrosamente preciosista, que realmente quita el aliento. Es lo más llamativo, por supuesto; pero todo el aspecto técnico está llevado a cabo a la perfección.

La actuación de Keaton es tan extraordinaria que uno se tiene que preguntar si de hecho está actuando, o sólo siendo él mismo (más aún cuando hace poco Keaton dijo que él es Batman, muchas gracias). Si no por otra cosa, habría que aplaudirle a González Iñárritu que revivirá la carrera de uno de mis actores favoritos (lo último en que lo había visto, Need for Speed, no es digamos algo terriblemente memorable).

Las actuaciones del resto del elenco también son espectaculares; Zach Galifianakis brilla interpretando por fin a alguien que no es el más demente en una escena; Edward Norton también es fabuloso interpretando a un personaje que probablemente sea igual de insoportable que él mismo en la vida real; Naomi Watts, entrando elegamente a la media edad, continúa brillando con su belleza y su vulnerabilidad; y Emma Stone aparece lo más hermosa, dañada e interesante que he visto en ninguno de sus papeles anteriores.

El guión, que por supuesto carga (especialemente en los diálogos) el mayor peso de la pretención y esnobismo de la película, está magistralmente escrito y con una continuidad tan laboriosamente cuidada que nada más por eso sería merecedor de elogios.

Y por último están los detallitos chilangos que González Iñarritu tira, como si no quisiera la cosa, cuando uno menos se lo espera; el cántico de “lleve sus ricos y deliciosos tamales oaxaqueños” en la noche de la Quinta Avenida; y el silbido triste y melancólico de un carrito de camotes, apagándose en la distancia. Por supuesto, y contrario a las calaveritas de día de muertos que Cuarón agregó a Harry Potter and the Prisoner of Azkaban, no creo que González Iñarritu esté guiñándole el ojo a nadie: es (como todo el resto de la película) algo calculado matemáticamente para causar el mayor impacto, haciendo como si el realizador no quisiera causar ningún impacto.

O tal vez estoy exagerando y viendo cosas, porque la verdad Alejandro González Iñárritu jamás me ha caído bien.

Pero a pesar de eso, yo seré el primero en decir que Birdman es la mejor película que he visto en la pantalla grande este año, porque lo es, y que es básicamente perfecta, incluso siendo (o tal vez podríamos argumentar, justo por ser) orgásmicamente esnob y pretenciosa. Al final del día no importa si el realizador estaba abriendo su pecho y dejando su corazón en su tarea, o si sólo quería apabullar e intimidar con su innegable perfección técnica y su indiscutible genialidad.

El punto es que el resultado es una jodidamente buena obra de arte.

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Sinsajo: Parte 1

Después de Big Hero 6, fui a ver Mockingjay: Part 1.

Se aplican las advertencias de spoilers habituales.

Mockingjay: Part 1

Mockingjay: Part 1

En general, que me desfalquen dinero partiendo un libro en dos (o incluso hasta tres) partes no me molesta demasiado; es normal que de hecho hasta me guste.

Sin embargo, con esta primera parte de Mockingjay sí creo que se pasaron de aztecas los realizadores de esta gratuita tetralogía. La novela apenas alcanza para una película de largometraje; partirla en dos es completamente ridículo, más aún considerando que, para motivos prácticos, esta primera parte casi no tiene acción ni romance, que es básicamente la única cualidad redentora de esta serie.

Y la verdad yo pondría el romance primero. Pero ese soy yo.

Dicho sea eso, a mí me gustó. Me parece ridículo que la partieran, pero me gustó; y de hecho la parte donde Jennifer Lawrence canta The Hanging Tree es espectacular; de las mejores escenas de levantamientos populares que he visto en mucho tiempo.

Como lo dije cuando reseñé los libros hace años, la Collins es ligeramente ingenua en lo que respecta a política, estrategia de guerra y otras cosas por el estilo; esto se ve reflejado en la película, obviamente. Pero la vieja tiene el corazón en el lugar correcto, y así mismo ocurre con esta película.

Ah, y Julianne Moore y Elizabeth Banks son espectaculares. Comentaría de los actores hombres, pero la verdad (al igual que las novelas), estas películas tratan de mujeres, con los hombres siendo simples comparsas.

Así que, en resumen, sí creo que me estafaron mi dinero; pero no me molesta tanto. Así que vayan y véanla… creo que por fin me estoy poniendo suficientemente al día como para que cuando les diga que vayan a ver una película, ésta todavía esté en cartelera.

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Grandes Héroes

Después de ver A Dame to Kill For, fui a ver Big Hero 6.

Se aplican ya saben.

Big Hero 6

Big Hero 6

Entre Frozen y Wreck It Ralph, prefiero la segunda por mucho. Frozen me gustó, pero no tanto.

Big Hero 6 es de los mismos realizadores, y sigue un montón de convenciones de historias de equipos de superhéroes que usan tecnología (en lugar de habilidades innatas) para combatir al crimen. Y la verdad, me gustó menos que Frozen.

No me malentiendan; está divertida, las escenas de acción están súper chidas, y Baymax es tal vez el robot más encantador que se han inventado desde Wall·E. Pero sencillamente a mí no me gustó tanto.

Puede ser que de nuevo la historia tiene como un elemento central la relación entre dos hermanos, o que para motivos prácticos no hay absolutamente nada de romance (lo cual considero imperdonable), pero el punto es que la película me dejó deseando más.

De cualquier manera está muy entretenida, y es altamente recomendable.

Sólo no es exactamente lo mío.

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Mezcal

Me he puesto varias borracheras con mezcal en mi vida. La característica en común de todas estas ocasiones, ha sido que al otro día no tengo cruda; supongo en gran medida porque ha sido buen mezcal, y en mi experiencia con buenas bebidas (y suficiente agua) uno normalmente no adquiere una cruda.

Eso no cambió en mi última borrachera con mezcal, pero creo que no lamentaré si no vuelvo a hacerlo en al menos un año.

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Sin City 2: Una dama por la que mataría

No me gusta escribir en días seguidos de películas; pero quiero terminar de escribir acerca de las que tengo retrasadas, y me gustaría hacerlo antes de que el año se acabe.

Después de ver Interstellar, fui a ver Sin City: A Dame to Kill For. Se aplican las de siempre.

Sin City: A Dame to Kill For

Sin City: A Dame to Kill For

A Dame to Kill For es de hecho mi capítulo favorito en el universo de las novelas gráficas de Sin City. La adaptación al cine es bastante buena; Josh Brolin está bien como Dwight (aunque Clive Owen era mejor, me parece), pero Eva Green como Ava es espectacularmente perfecta. Sus pechos, además, también son espectacularmente perfectos, pero aún sin su maravillosa presencia, la interpretación de la Green sería magnífica; es sólo que la presencia de esos espectacularmente perfectos senos ayuda a que sea todavía mejor.

OK, no puedo dejar de escribir acerca de los espectacularmente perfectos pechos de Eva Green.

Las demás historias no están mal, sólo no al nivel de A Dame to Kill For. En particular, me parece que The Long Bad Night pudo haber sido mucho más satisfactoria… y ni siquiera comentaré sobre Nancy’s Last Dance, excepto para decir que me parece ridículo que Jessica Alba no nos agracie con sus, hipotéticamente, espectacularmente perfectos senos. Yo creo que le dan celos los, definitivamente, espectacularmente perfectos senos de Eva Green.

OK, ahora sí dejaré de hablar de los espectacularmente perfectos pechos de la Green.

A mucha gente no le gustó esta segunda parte, arguyendo que no le llega a la primera entrega. No estoy de acuerdo; ambas películas me parecen, en lo general, igual de buenas (o malas, dependiendo de qué lado de la barranca se paren). Somos nosotros los que hemos cambiado, creo; una película tan absurdamente violenta, misógina y caricaturescamente machista podría haber parecido buena (o al menos original) hace una década; en esta época resulta tal vez incluso un poco incómoda.

Excepto por los espectacularmente perfectos senos de Eva Green. Oh dios necesito ayuda.

Tal vez si la película hubiera sido hecha un par de años después que la primera, la crítica la hubiera tragado más fácilmente; no lo sé. Lo que sí sé es que, desde mi punto de vista, realmente no hay mucha diferencia entre ésta y la primera parte; lo cual por supuesto podría ser un problema en sí mismo, pero no en el que se han enfocado la mayor parte de los detractores de la cinta.

Así que yo sí la recomiendo. Si les gustó la primera, la verdad no veo cómo ésta no podría gustarles.

Especialmente con los espectacularmente perfectos pechos de la Eva Green.

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Interestelar

Después de ver Gone Girl, fui a ver Interstellar.

Se aplican las de siempre.

Interstellar

Interstellar

Interstellar es una muy buena película de ciencia ficción. A mí me gustó mucho, y es de mis películas favoritas este año.

Quitando eso de en medio, no le llega a los talones a 2001: Space Odyssey, que he oído a mucha gente querer compararlas.

Interstellar está bien hecha, tiene una historia entretenida con un factor humano muy bien realizado, trata de ser científicamente correcta (y falla miserablemente), tiene extraordinarias actuaciones de todo su elenco (comenzando sin duda alguna por Matthew McConaughey), y es en general una muy buena película de ciencia ficción.

No es, sin embargo, una obra maestra como lo es 2001.

Mis problemas principales con la película son los siguientes:

  • En primer lugar, la razón de ser de toda la historia (el salvar a la raza humana porque la Tierra se está volviendo “inhabitable”), es estúpida hasta querer arrancarse los cabellos: ¿en qué cabeza cabe que sería de alguna manera más factible hacer estaciones espaciales, en lugar de crear ecosistemas cerrados y controlados dentro de la Tierra? Digo, la gravedad sale gratis, y podemos ir por agua caminando usando máscaras, en lugar de tener que andar tambaleándonos por el espacio en trajes para ídem.
  • La ciencia, aunque en la mayor parte correcta, en muchas otras es terriblemente equivocada. Muestran el problema de lanzar objetos al espacio, y luego tienen transbordadores que pueden escapar sin ningún problema de un planeta con 130% de la gravedad terrestre. Hay un planeta tan cercano a un gújero negro, que una hora en su superficie resulta en 7 años en el tiempo “normal”… pero los efectos de una gravedad tan masiva no se sienten en el mismo. El héroe de la historia traspasa el horizonte de eventos de un hoyo negro, sin en ningún momento ser hecho caquita por las fuerzas de marea. Etc., etc.
  • La película es asquerosamente pro-gringa; sólo los gringos están conscientes de la amenaza de extinción; sólo los gringos planean una solución; sólo los gringos la llevan a cabo. Qué haríamos sin los gringos. Eso es malo, pero además es ligeramente irónico, cuando la película fue estrenada alrededor de las fechas en el que el mayor logro en exploración espacial realizado por la raza humana de los últimos tiempos (anclar un robot a un cometa para poder hacerle estudios), fue llevado a cabo por la Agencia Espacial Europea.

Lo repito: a mí la película me encantó: fui a verla al cine dos veces. Creo que es una muy buena película de ciencia ficción, y me agradaría que más películas de este estilo fueran realizadas.

Pero no le llega a los talones a 2001… y Nolan, aunque bastante bueno, tampoco le llega a los talones a Kubrick.

De cualquier forma, altamente recomendable.

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Harry Potter, redux

Total que volví a leer las siete novelas de Harry Potter, porque por qué no, y porque ya habían pasado años desde que lo había hecho por última vez.

Me sorprendió lo rápido que me pareció leerlas; ha de haber sido cerca de dos semanas, pero en retrospectiva se sintieron como un par de días. Me sorprendió mucho menos descubrir, con agrado, que casi no han envejecido, y que me siguen pareciendo igual de maravillosas. En algunas cosas, de hecho, me gustaron más ahora que hace unos años.

Supongo que ahora tendré que ver las ocho películas una detrás de otra. Al menos es un buen pretexto para comprar la colección de Blu-rays.

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Perdida

Después de ver los caballeros del sobaco, fui a ver Gone Girl.

Se aplican las de siempre.

Gone Girl

Gone Girl

Esta película la fui a ver única y exclusivamente porque Ben Affleck y Rosamund Pike me gustan y me caen muy bien.

La historia trata de un matrimonio al borde del fracaso, donde de repente la mujer desaparece y todas las evidencias apuntan a que el marido se quiso convertir en auto viudo, comenzando con que el tipo era infiel y, al parecer, culpaba a su mujer de su miseria.

Toda esta primera parte de la película es de hecho muy divertida, mostrando cómo la relación entre estos dos güeyes evolucionó desde que se conocieron en Nueva York hasta que terminaron en un suburbio perdido en Casalachingada, Missouri, que al parecer es más aburrido que Tlacochiztlahuaca.

Después resulta que no, que la mujer planeó todo para vengarse de su marido, por patético y pendejo. Esta parte pierde algo de credibilidad, especialmente el que la mujer considerara suicidarse para hacer imposible a su marido probar su inocencia.

Y al final, a través de una entrevista en la telera, el marido consigue que la mujer lo perdone, lo cual involucra asesinar a Barney Stinson y hacerse pasar por la víctima victimosa de un rapto con todo y esclavitud sexual incluidos.

En este punto, cualquier dejo de credibilidad que tuviera la historia se pierde por completo y la película se convierte en una fantasía pendeja donde todos los personajes son básicamente sicópatas dementes.

A pesar de que, en verdad, es imposible creer la trama tan absurdamente revuelta, la película es inmensamente divertida, en gran medida por las actuaciones de Affleck y Pike. Así que si uno ignora todas las pendejadas imposibles que pasan en la trama, es de hecho muy entretenida.

Yo la recomiendo; sólo no esperen una historia que haga mucho sentido.

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Caballeros del Zodiaco

Después de ver Lucy, fui a ver LEGEND of SANCTUARY Seinto Seiya Rejendo Obu Sankuchuari con Juan.

Diría que se aplican las advertencias normales de spoilers, pero la historia de esta película es tan mala, que no creo haga ninguna diferencia.

LEGEND of SANCTUARY Seinto Seiya Rejendo Obu Sankuchuari

LEGEND of SANCTUARY Seinto Seiya Rejendo Obu Sankuchuari

Voy a ser sincero; no me moría de ganas por ver esta película, exactamente. Pero vi en los pósters que era CGI, no animación convencional, y eso me llamó la atención. Y dado que nunca fui un fan muy grande de los caballeros del zodiaco (le faltaba romance, digo yo), fui a verla con Juan, porque recordaba que él sí había sido fan de la serie.

No esperaba mucho de la película, pero sí me imaginaba que la animación estaría chida, y las escenas de acción emocionantes. Y en ese sentido no me equivoqué: la animación no sólo está chida; de hecho está increíble, y me gustaría ver unas doscientas películas más basadas en animés realizadas con la misma tecnología; y las escenas de acción están emocionantes, si bien a veces es difícil entender qué carajo está ocurriendo (pero eso pasa mucho con el animé, así que no me quejo demasiado).

De lo que sí me voy a quejar, es de que esas dos cosas de arriba son básicamente lo único bueno que puede decirse de la película.

La historia es ridícula, cursi, incoherente, y no particularmente bien contada. Los personajes son también, casualmente, ridículos, cursis, incoherentes, y no particularmente bien definidos. El diálogo es la cosa más atroz que he visto en mucho tiempo, y no sé si el doblaje al español lo mejoró o lo empeoró del original, pero el resultado neto es que dan ganas de apretar los dientes y taparse los oídos en cualquier momento en que los personajes se supone tienen una conversación durante la película.

De alguna manera es terriblemente triste; es de verdad la película más hermosa visualmente que he visto en mucho tiempo, pero todo se arruina en el momento en que los personajes abren la boca para avanzar una trama que no tiene sentido, y decirse cosas ridículas, cursis y/o incoherentes.

Aún así la disfruté bastante, porque de verdad se ve bien bonita la animación. Pero si la hubiera visto en mi casa, yo creo que le abría puesto mute, y abría desactivado los subtítulos.

Así que no la recomiendo; pero creo que es innecesario que lo diga, porque al parecer sólo yo y Juan fuimos a verla.

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Los discos duros

He andado actualizando mis equipos de cómputo, porque por qué no, y entonces decidí actualizar mi media center. Después de pasarme a un sistema con GPU de Intel integrado para mi escritorio, y concluir que ya no vale la pena comprar tarjetas de video Nvidia, hice un experimento: tomé la placa madre de mi Atom (que ya no es Atom, es Celeron), y lo puse en un gabinete especial chiquito chiquito que compré para mi nuevo media center, para determinar si un procesador lento Intel con GPU integrado estaba a la altura.

Los resultados fueron más que exitosos; para reproducción de video, el Celeron con GPU integrado funciona mejor que Nvidia. No tengo idea por qué; pero tampoco me importa: la placa madre (una ASUS J1800I-A) es diminuta, no tiene ventilador integrado (por lo que es muy silenciosa), no gasta casi electricidad, no genera tanto calor, y una larga lista de etcéteras que me hicieron decidirme a usar una segunda para mi media center.

Para el gabinete compré un Cooler Master Mini 110, que no es particularmente bonito, pero sí chiquito, y le cabe un disco duro de 3.5″ (en lugar de 2.5″, como de laptop). Esto era importante para mí, porque quería utilizar el disco duro de 2TB que tenía mi viejo media center. Hago énfasis en que quería.

Hacer el experimento fue un pinche desmadre. La placa madre ASUS es UEFI, y mi viejo media center era BIOS; tuve que convertir el disco duro de MBR a GPT, cosa que ya he hecho antes, pero no por ello resulta sencilla. La conversión además tenía que ser in-situ, porque no tengo 2 terabytes de espacio libre en ningún lado, y tampoco tengo la paciencia de reconstruir mi obscenamente amplia biblioteca de pornografía.

Al inicio estaba usando mi fiel cable SATA → USB, pero por alguna razón cuando lo conectaba a SATA la maldita computadora no detectaba la tabla de particiones GPT, así que terminé conectando el disco duro a mi máquina de escritorio vía SATA, y corriendo TestDisk para reconstruir la tabla de particiones. Mientras hacía esto, comenzó a fallar el disco duro de 512GB que tengo para Linux en mi máquina de escritorio.

Es el fallo más chistoso que he tenido en un disco duro; si lo pongo vertical, el disco funciona, pero si lo acuesto (como va generalmente dentro de la computadora), entonces falla. Como sea, y dado que necesitaba otra ASUS J1800I-A y memoria (para poder reconstruir Atom, ya que usé su placa madre y memoria para el nuevo media center), decidí ir por otro disco duro.

Y aquí es donde esto se pone divertido: mi máquina de escritorio tenía no dos, ni tres, ni cuatro, sino cinco discos duros atiborrados dentro de ella. Un disco duro de 512GB para Windows que casi nunca uso, otro 512GB para mis datos en Linux (el que empezó a fallar), otros dos discos de 160GB con más datos de Linux, y un SSD para mi sistema Linux propiamente.

Esos eran 1.42 GB aproximadamente, repartidos en demasiados discos duros que cada uno gasta electricidad y genera ruido y calor, así que decidí comprar un discote para Linux y reemplazar todos los discos superfluos que tenía. Pero entonces pensé (espero que vean que es peligroso cada vez que lo hago) que mejor compraba un mega disco duro, lo ponía en mi media center, y movía los 2TB del media center a mi máquina de escritorio.

Así que eso hice: compré (además de la placa madre para Atom y memoria) un disco duro de 3TB, moví la información del media center ahí, y después la de los discos duros que tenía en mi máquina de escritorio al disco duro de 2TB que antes estaba en el media center, comenzando con el de 512GB que estaba comenzando a fallar.

Y entonces comenzó a fallar el otro disco duro de 512GB, el que uso para Windows.

Técnicamente no empezó a fallar: hace casi dos años contaba que había revivido un disco duro de 512GB usando un convertidor USB → serial, un desarmador torx, y minicom en Linux. Pues bueno, el mismo problema regresó, como yo sabía que lo haría, porque nunca actualicé el firmware del disco duro; el contador del firmware volvió a tener una sobrecarga, y mi Seagate 7200.11 se atoró de nuevo en el estado ocupado (“BSY STATE”).

Por eso puse Windows en ese disco duro; nunca lo uso, y no me importa mucho si pierdo la información en él. Pero bueno; reviví el disco duro de nuevo (¡doble Lázaro!), y dejé mi computadora de escritorio en un mucho mejor estado que antes: ahora tiene un disco duro de 512GB para Windows (que volverá a fallar a menos que le actualice su firmware), 2TB para datos en Linux (que espero no se me acaben nunca), y el SSD para el sistema Linux (de 120GB, pero que jala rapidísimo).

Además, reconstruí Atom, y dejé mi media center en condiciones decentes… bueno, le falta su control remoto, que a Omar se le olvidó traerme del gabacho, un DVD slim interno, que ya pedí en MercadoLibre, y un adaptador USB 3.0 a USB 2.0, porque mi nuevo gabinete Mini 110 tiene USB 3.0 frontales, pero la plaquita madre ASUS no tiene el adaptador moderno para ellos.

Como sea: el punto de toda esta entrada, es que esta no es la primera vez que hago un movimiento de discos duros de este estilo: lo he venido haciendo desde hace años con computadoras mías y de conocidos que me piden que arregle/actualice, con laptops, e incluso con mi PlayStation 3. Y el resultado de todos estos años de estar malabareando discos duros es el siguiente:

Discos duros

Discos duros

No tengo idea de cuántos de esos discos duros funcionan o no; algún día tendré que sentarme a averiguarlo. Y tampoco sé qué voy a hacer con los que funcionen. ¿Los regalo? ¿Los tiro? ¿Creo arte moderno?

De verdad no sé qué hacer con tanto disco duro; lo que sí, es que espero no volver a comprar discos en mucho tiempo. Al menos para mí.

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