Cuatro ojos

En 1989, hace casi 30 años si no me falla la memoria, mi mamá me llevó al oculista donde me dijeron que usaría lentes toda la vida. La idea me deprimió bastante, porque (además de todas las desventajas objetivas de usar lentes) en ese entonces no estaba muy contento con cómo me veía y suponía que el usar anteojos sólo empeoraría las cosas. Tuve razón, al menos un tiempo; en gran medida porque tenía un gusto pésimo para elegir armazones.

Siendo adolescente comencé a usar lentes de contacto suaves, que tuvieron que cambiar a semi duros cuando estaba en la universidad. Usé varios años lentes de contacto, con distintos grados de éxito, pero la verdad nunca me gustaron mucho. Los lentes de armazón siempre estuvieron ahí y si mal no recuerdo hacia el final de la licenciatura era lo que utilizaba exclusivamente. Entré a la maestría en 2005 utilizando anteojos y así seguí hasta el 2007, cuando mi mamá, con motivo de haber cumplido 30 años, me invitó la operación LASIK. Escribí de ello en el blog, en su momento.

Al final de esa entrada comentaba que mi médico me dijo que el 10% de mis dioptrías regresaría después de 10 años, que se cumplió con precisión casi nostradamusesca. Hace un par de años noté que mi vista comenzaba a perder la definición de letras y objetos, especialmente de noche después de haber estado trabajando todo el día en la computadora. Sabía que debía ir por lentes, pero lo estuve posponiendo durante meses que se tradujeron en un par de años, hasta que por fin me arrastraron el fin de semana pasado a que me hiciera un examen de la vista y me comprara unos lentes.

No me arrepiento en lo más mínimo de haberme hecho el LASIK; durante una década tuve una vista casi perfecta. Pero además, ahora tengo 0.5 dioptrías en el ojo derecho (tanto de miopía como astigmatismo) y 0.75 en el izquierdo (igual); si no fuera porque mi trabajo consiste justo en leer y en escribir, bien podría no usar los lentes. De hecho, puedo no usar los lentes, sólo sí acabo muy cansado al final del día; pero puedo leer, ir al cine, jugar videojuegos, etc. De cualquier manera por supuesto que me alegro de ya tener lentes.

Tener tan pocas dioptrías además significa que no dependo de los lentes; antes si se rompían era una tragedia, porque de verdad no podía hacer nada mientras no conseguía otros. Ahora sólo es una ligera molestia; de hecho me los quito constantemente si no voy a estar enfrente de la computadora (o en el cine y así). También significa que las micas son ridículamente delgadas y ligeras.

Pero además, me gusta cómo me veo con lentes ahora. Ayuda el armazón, pero probablemente tenga mucho más que ver el hecho de que a estas alturas de mi vida me encuentro muy cómodo con quién soy, incluyendo cómo me veo.

Cuatro ojos

Cuatro ojos

Fue medio desorientador volver a usar lentes, pero ya me estoy acostumbrando. Y pues ahora sí es hasta que me muera, pero como digo arriba no tengo que usar los anteojos todo el tiempo, así que no es tan grave. Fue una buena década la que tuve sin utilizar lentes, pero ahora vuelvo a ser otra vez cuatro ojos de forma definitiva.

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Mad Max

Después de sacar el platino en Need for Speed: Hot Pursuit, fue el turno de Mad Max.

Mad Max

Mad Max

Este juego salió gratis para los miembros de PS+ y yo lo bajé y lo disfruté como no tienen una idea. El juego es una combinación de Grand Theft Auto: Dystopia y Batman: Arkham Road Warrior; usando la ambientación de la última película del Guerrero de la Carretera (que yo y un montón de gente consideramos una de las mejores películas de acción de todos los tiempos), el videojuego sirve como precuela a la película, aunque yo no me di cuenta de eso sino hasta el final.

Básicamente Max está loco, porque así se llama, cuando Scabrous Scrotus (hermano de Rictus Erectus e hijo de Inmortan Joe) se lo madrea, le roba su icónico Interceptor y lo deja para morir en el desierto, junto con uno de sus perros guardianes que le falló. Max encuentra al mecánico hermitaño Chumbucket, que lo convence de ayudarlo a completar su “ángel”, un carro de combate pensado para sobrevivir en el desierto australiano, y entre Max, Chumbucket y el perro, forman una frágil alianza que lleva a Max a interactuar con múltiples tribus sobrevivientes del nunca bien explicado apocalipsis.

El juego entonces consiste primordialmente en combate vehicular, que es de las cosas más pendejas y más entretenidas que yo he experimentado en un videojuego. En algún momento Chumbucket le agrega un harpón al carro y entonces Max se convierte en pescador de hombres, porque con el harpón puede mandar a volar (literal y figurativamente) a los conductores de carros enemigos. Cuáles apóstoles; ese es un verdadero pescador de hombres, como el Chuy quería. Además de pelear en el carro, Max también le entra a los madrazos con un sistema similar al de los juegos Arkham, aunque más modesto, enfrentándose a los warbois de Scrotus. Pero eso es un extra; pelear en el carro es donde está toda la diversión: varias misiones consisten básicamente en perseguir convoys y entonces recrear escenas de Road Warrior y Fury Road.

El mapa de mundo abierto es enorme y hay literalmente centenas de cosas que hacer, carros que coleccionar, campamentos que descubrir y en general estar haciendo explotar cosas. La historia por supuesto es pendeja (no había muchas opciones, dado el material), pero el actor que interpreta a Max (Bren Foster) da los soliloquios más melancólicos en la historia del mundo mundial, mientras colecciona reliquias del mundo antes del apocalipsis y va avanzando en su misión de construir un carro que le permita seguir conduciendo en el desierto, alejándose de todo y de todos para poder seguir sufriendo la pérdida de su familia.

El final, si embargo, está increíble; a lo largo de sus recorridos, Max encuentra a Hope, una hermosa esclava con una hija, que por supuesto resulta ser la concubina que puede ganar junto con el motor V8 que necesita para completar su carro (¿quién usaría un V8 en el apocalipsis, cuando la gasolina se va volviendo cada vez más escasa?) Como era necesario para la trama, Hope y su hija son asesinadas, lo que dispara al mismo tiempo todos los traumas que Max tiene en su cabeza; así que la última misión consiste en Max vengando a otras dos mujeres que no pudo proteger, mientras alucinaciones en su cabeza (está loco, ¿se acuerdan?) lo incitan a matar bien muertos a sus asesinos. ¿El nombre de la misión, y lo que le dice la alucinación de Hope en su cabeza?

“Paint my name in blood.”

La apariencia de Max es personalizable, con distintas opciones de vestimenta, pelo y barba. Si uno acualiza la apariencia de Max en el orden en que se hacen disponibles las distintas opciones, entonces para el final del juego uno termina viéndose exactamente igual que al inicio de Fury Road; y como al final Chumbucket muere y Max recupera su icónico Interceptor, perdiéndose en el desierto una vez más, la historia del videojuego funciona como una precuela a la película. Yo originalmente creí que era una historia original independiente, pero se puede interpretar como canon; claro que también podemos suponer que todo es una alucinación de Max, porque pues está loco.

Mad Max es un juego extraordinario, que me salió “gratis” (descontando lo que pago de PS+, que la verdad me parece poco) y lo jugué más de cien horas, recorriendo el desierto y escuchando las pendejadas que decía Chumbucket, mientras Max ponderaba en voz alta la familia y el mundo que perdió y filosofaba acerca de la violencia que lo rodea (y que él mismo causa, en muchas ocasiones). Lo recomiendo ampliamente; es en verdad deliciosamente entretenido, y todo en el universo establecido por la última película, que a mí y a muchos otros nos encantó.

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La vida misma

El fin de semana fui a ver Life Itself.

Se aplican ya saben.

Life Itself

Life Itself

Life Itself es la película más ridícula y melodramática que he visto en varios años; me encantó como no tienen idea.

La película está muy bien hecha, con un elenco espectacular que dan excelentes actuaciones (además de que todos están muy bonitos), una historia bien hilada (aunque sin duda alguna imposible), en Nueva York y Andalucía mostradas de manera casi idílica y con una música más que pasable. Lo único malo que tiene la película (y que probablemente sea determinante en el 13% que tiene en Rotten Tomatoes), es que la historia es pendejísima, ridícula y melodramática.

Además (que va junto con pegado a que sea ridícula y melodramática), la historia está contada con la sutileza de un tanque T-34: si una escena debe generar una emoción, no sólo la escenografía, música y actuación de los personajes nos lo harán saber, sino que el diálogo entre los personajes lo mencionará y para rematar con casi toda certeza la narración que ocurre durante cuatro quintas partes de la película nos lo confirme una vez más. No exagero, por cierto.

La historia es altamente no lineal, pero en resumidas cuentas podríamos decir que comienza con los papás de Abby, que tienen un romance idílico hasta que mueren en un accidente automovilístico, el papá de Abby es decápitado y la niña queda encerrada con el cadáver durante una hora antes de que la rescaten. Abby queda a cargo de un tío, que por supuesto abusa sexualmente de ella hasta que le dispara en la rodilla a los 16 años. En la universidad Abby va al loquero y supera todos sus traumas; conoce a Will, se enamoran, compran un perro y se embarazan y son muy felices hasta que Abby (embarazada a punto de parir) es atropellada por un autobús. La hija de Abby y Will, Dylan (Bob Dylan era el ídolo de Abby) sobrevive.

Will no puede soportar la muerte de Abby, así que tiene un ataque sicótico, se inventa una realidad donde Abby lo abandonó para no tener que enfrentar el hecho de que está muerta, y por fin se suicida cuando su sicóloga lo hace confrontar la realidad de que su esposa está muerta.

Dylan crece con el hecho de que su cumpleaños es el aniversario de la muerte de su madre, con los papás de Will cuidándola. Se muere el perro que heredó de sus padres (que era su mejor amigo), se muere su abuela (que era lo más cercano que tuvo a una madre) y por fin se queda sólo con su abuelo, que hace un esfuerzo sobre humano para mantenerse vivo y no abandonar a su pobre nieta, que por supuesto crece en una mujer joven que, en palabras de la narradora de la historia, “scares the livin’ shit of everyone”. Lo que se traduce en que bebe alcohol, fuma mota, se niega a ir a la universidad y se viste de negro.

Una noche en su espiral de dolor porque todo mundo que quiere muere, Dylan conoce a Rodrigo, que es la otra mitad de la historia. Rodrigo es hijo de Isabel (una imposiblemente hermosa Laia Costa) y Javier, dos españoles que viven en una hacienda en Andalucía propiedad de Vincent. Inicialmente felices, Javier deja a Isabel porque no puede ofrecerle lo mismo que su jefe, que se hace dolorosamente evidente cuando es necesario que Rodrigo reciba terapia porque un día siendo niño que sus papás lo llevaron a Nueva York de vacaciones, es testigo (y técnicamente el culpable) del accidente que le quita la vida a Abby.

Por supuesto Rodrigo y Dylan se enamoran y son felices como lombrices, engendrando a Elena, que es la narradora de esta ridícula historia, que me parece califica como ciencia ficción, porque Abby muere en el presente lo que resulta en que casi todo el resto de la historia de hecho ocurra en el futuro. Ah, en algún momento de la historia Isabel le da cáncer y muere, porque no podemos tener un culebrón de esta envergadura si no hay una madre mueriendo de cáncer en algún punto.

La película me encantó porque siempre me han encantado las historias ridículas y melodramáticas. Pero además es genuinamente divertida; la mitad del tiempo porque lo intenta; la otra mitad porque ante tanto drama idiota no hay de otra sino echarse a reír a carcajadas. En particular, antes de que conozca a Dylan, Rodrigo se hace novio de Shari (una insoportablemente encantadora Isabel Durant), que él describe a su madre como “la ruidosa”; la güera boba aparece como cinco minutos en la pantalla, pero se roba todas sus escenas haciéndola de güera boba insoportable y ruidosa.

Pero si no les gusta el melodrama y las historias ridículas, es muy probable que se quieran sacar los ojos al ver esta película. Independientemente, además, sin duda esperen a verla en streaming; definitivamente no vale la pena verla en cine. Yo no me arrepiento; me divertí horrores y chillé como niña chiquita, que son básicamente dos de las razones por las que voy al cine.

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GitLab

En 2005, Linus Torvalds (el creador de Linux) se tomó unas semanas para trabajar en un sistema de control de versiones que pudiera reemplazar a BitKeeper, que por razones políticas se había vuelto imposible seguir usando (era propietario, no software libre como Linux mismo).

Ahí inició la historia de Git, el sistema de control de versiones más existoso que jamás haya existido, bajo cualquier métrica que uno se interese en tratar de medirlo. Como programador, Git es de las herramientas más poderosas que yo haya usado; también es de las menos amigables de usar, pero eso es otra historia. Mis documentos están en control de versiones desde 2004, usando Subversion; poco después de que Git tomara control del universo los moví al mismo y así los he tenido durante años. Es de esta manera que mantengo el trabajo que hago en mi oficina, mi casa y mi laptop sincronizado.

Cuando entré como profesor de tiempo completo a la Facultad de Ciencias y me ofrecieron como voluntario para coordinar el curso propedéutico que le damos a los estudiantes de nuevo ingreso, de las cosas que decidí que quería hacer era darles Git en dicho curso. De verdad, como programador es de las herramientas más útiles que existen; es por eso que sitios como GitHub son tan exitosos (y por lo que Microsoft los compró por $7,500,000,000 USD). Ofrecerle dicha herramienta a nuestros estudiantes es de lo mejor que se nos ha ocurrido, me parece.

Por el mismo motivo, mis cursos en la Facultad utilizan Git para darle a los estudiantes sus prácticas; y de hecho los estudiantes entregan sus prácticas con archivos diferenciales (diff) contra la rama maestra.

Para poder hacer todo esto, me facilitaba la vida tener un sistema parecido a GitHub, pero que yo pudiera controlar; que es básicamente la razón de GitLab. Después de no pocos quebraderos de cabeza, instalé una instancia de GitLab en Aztlán, donde tengo mis cursos, mis proyectos personales e incluso algunos proyectos grupales con otros profesores de la Facultad. Como yo controlo por completo el sistema, puedo tener grupos y proyectos públicos o privados, como yo quiera.

GitLab es una maravilla, sin duda alguna. Pero también es una pesadilla mantenerlo actualizado, especialmente en una distribución tan anárquica como lo es Gento, que es lo que uso en todas mis computadoras. Gentoo en particular es terrible para mantener aplicaciones web; es por esto que mi instancia de WordPress la he mantenido a pie toda la vida.

Como sea; GitLab es una pesadilla de mantener actualizado porque está escrito sobre Ruby on Rails, que como su nombre indica utiliza Ruby, que usa “gemas” para mantener sus dependencias. El problema es que es relativamente sencillo que una gema de Ruby ya esté instalada en el sistema y que las versiones necesarias no concuerden, lo que resulta en que todo se eche a perder. Si actualicé 4 veces mi instancia de GitLab en Aztlán en el par de años que la he tenido, son muchas. Esto me molestaba bastante, porque soy muy paranoico con tener Aztlán actualizada y segura; GitLab lo hacía bastante más difícil de lo normal.

Paralelamente a esto, en el último par de años me he estado enamorando de Flatpak. No sólo me ha permitido utilizar versiones actualizadas de varios programas que utilizo (Inkscape, GNOME Builder, Pitivi), porque luego Gentoo se tarda en estabilizar dichas versiones; también me ha permitido por fin hacer fácilmente algo que siempre había querido hacer en Linux: jugar juegos AAA de manera legal y sencilla.

Gracias a Flatpak, pude instalar sin ningún tipo de problemas Steam y ahora puedo jugar Cities: Skylines en mi computadora sin tener que iniciar Windows. De hecho, jala mejor que en Windows; está increíble y no tengo que preocuparme de dependencias y cosas así, porque justo Flatpak utilizar contenedores para aislar los procesos de sus aplicaciones.

Toda la idea de los contenedores es una maravilla, evolucionando la tecnología de máquinas virtuales que se popularizó a inicios de siglo. Un contenedor no es una máquina virtual; como su nombre indica, sólo contiene un ambiente de trabajo, compartiendo el mismo kernel con el que corra la computadora anfitriona del contenedor. Esto se traduce en casi todas las ventajas de las máquinas virtuales, pero corriendo a una velocidad más que decente. Y pues justamente Flatpak le robó la idea a Docker, que viene utilizando contenedores en servidores desde hace múltiples años.

Lento como soy, no se me había ocurrido que podía correr GitLab en una imagen de Docker, así que hace unos días decidí buscar si era posible. No sólo es posible; el mismo proyecto de GitLab ofrece imágenes para Docker fácilmente utilizables.

Ahora, si quisiera correr GitLab como aplicación única de un dominio (por ejemplo, https://gitlab.fciencias.unam.mx), la imagen jalaría casi sin necesidad de hacerle ningún cambio. Por supuesto, no es mi caso donde tiene que correr desde un URL relativo (justo https://aztlan.fciencias.unam.mx/gitlab); pero más grave que esto, es que yo ya tengo un servidor de HTTP (Apache), que además sirve a este blog y otras aplicaciones Web.

Esto resultó en que tuviera que hacerle trutrú al contenedor de GitLab, que por suerte lo permite, para poder correrlo en un URL relativo y además montarse de mi instancia de Apache. Me llevó varios días estarle probando a las opciones del contenedor, pero al final lo logré y entonces me puse a ver cómo migrar mi instancia de GitLab a la del contenedor; dícese la base de datos, los repositorios, etc. Eso también fue un relajo, porque originalmente tenía mi instancia de GitLab con MySQL (es lo que usa WordPress para el Pensadero) y el contenedor usa PostgreSQL; así que tuve que primero migrar de MySQL a PostgreSQL 10; luego tratar de migrar de mi instancia al contenedor; luego echarlo para atrás usando mis respaldos porque el contenedor usa PostgreSQL 9; volver a migrar de MySQL pero ahora a PostgreSQL 9; migrar al contenedor; y echarme un mezcal porque ya estaba harto de todo el proceso.

Sin embargo me parece que valió la pena; he actualizado como 10 veces el contenedor desde que migré mi instancia de GitLab al mismo, el proceso es casi trivial (aunque me parece que podría ser todavía más fácil). En cuanto mi instancia me dice que debo actualizar, detengo el servicio (que envuelvo en una unidad de systemd, usando docker-compose para controlarlo), borro el viejo contenedor e imagen, bajo la nueva imagen, recreo el contendor y reinicio el servicio; todo funciona sin ningún problema.

Me gustó tanto que estoy viendo qué otras cosas puedo mover a contenedores; por ejemplo mi instancia de WordPress para el blog; o mi lector de RSS (que bien podría cambiar, porque no me gusta tanto el que uso). Ya veré, en mi extensísimo tiempo libre.

Pero esta nueva manera de manejar aplicaciones, tanto en el escritorio como en servidores, me parece que es sin duda alguna el futuro para aplicaciones en Linux. Si siguen mejorando (en particular con Flatpak para aplicaciones de escritorio), es posible que Linux ahora sí comience a ser usado por muchísimas más personas; aunque la verdad ya han habido múltiples esquemas que se supone eso iban a permitir.

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Spider-Man: Un Nuevo Universo

El fin de semana pasado fui a ver Spider-Man: Into the Spider-Verse.

Se aplican las advertencias de siempre.

Spider-Man: Into the Spider-Verse

Spider-Man: Into the Spider-Verse

Esta película es la mejor película animada de superhéroes que he visto, incluyendo The Incredibles y Batman: Mask of the Phantasm. Es también probablemente la mejor película de superhéroes que se haya hecho, incluyendo los universos de DC y Marvel, así como películas como Unbreakable. De hecho es una excelente película, punto.

Como lector asiduo del Spider-Man clásico (Peter Parker adolescente; araña radioactiva; disparadores de telarañas mecánicos), así como fan de todas sus otras encarnaciones, la película me encantó, porque de alguna manera permite pasar el manto de Spider-Man de Peter Parker (o Peter B. Parker, como quieran) a Miles Morales, actualizando al superhéroe sin necesidad de tirar a la basura toda historia que tenemos del amigable vecino.

Pero la película va mucho más allá de la historia que relata; la animación es de las cosas más extraordinarias que haya visto, incorporando múltiples elementos del medio de los cómics como son balones de pensamiento o etiquetas con onomatopeyas; el elenco y las actuaciones que dan son espectaculares; la cantidad de guiños a los fans de Spidey es abrumadora; la música es extraordinaria; la ambientación en Nueva York es perfecta. Es de verdad buena en todos los sentidos posibles.

Y, encima de todo esto, es brutalmente divertida. Además de que la pueden apreciar todos los espectadores, sin necesidad de que sepan mucho de Spidey, porque hacen excelentes resúmenes de las historias de todas las encarnaciones del personaje.

La historia relata como Miles Morales (un negrolatinogringo) es mordido por una araña radioactiva y prontamente es testigo del asesinato de Spidey a manos de Kingpin (que es aterrador en esta encarnación). Los planes de Kingpin, que son sencillamente tratar de raptar de un universo similar a copias de su familia que murieron en su universo por su culpa, resultan en que múltiples versiones del héroe arácnido acaben en el universo de Miles, incluyendo Peter B. Parker, una versión cuarentona y panzona del superhéroe que lleva haciéndola de vigilante por más de 20 años y cuya vida personal está en el caño.

Peter Panzón entonces ayuda a Miles a lidiar con sus nuevos poderes mientras viriguan cómo detener a Fisk y regresar a toda la familia arácnida a sus universos correspondientes, porque además sus átomos no están contentos de estar en el de Miles.

La historia no es sencilla de ningún lado por dónde se le mire; pero está extraordinariamente bien contada y además todo explicado de manera perfecta mezclando técnicas cinematográficas y del medio de los cómics: de verdad no es necesario haber leído los cómics o visto las caricaturas o las películas (o jugado los videojuegos), aunque ciertamente ayuda.

Es sin duda alguna una de las mejores películas de 2018 y si pueden no se la pierdan en el cine; es de verdad espectacular.

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Need for Speed: Hot Pursuit

Una semana después de obtener mi platino en Gran Turismo 5, obtuve el de Need for Speed: Hot Pursuit.

Need for Speed: Hot Pursuit

Need for Speed: Hot Pursuit

Los juegos de Need for Speed son justamente eso, juegos. No tratan de ser simuladores (aunque NFS: Shift se acercaba) y hacen mucho énfasis en que conducir los carros sea divertido. Esto no quiere decir que sea fácil, aunque sin duda alguna son más fáciles que Gran Turismo.

Need for Speed: Hot Pursuit es además un regreso a los orígenes de la serie: corredores contra policías. Casualmente, antes de NFS:HP yo nunca jugué una entrada de la serie con ese énfasis; en mi caso el equivalente hubiera sido Test Drive, que sí jugué hasta la ignominia en la 8088 con monitor monocromático (verde y negro) de mi mamá, con el triste altavoz de la PC fallando miserablemente en emular los sonidos de un supercarro.

NFS:HP es entretenidísimo, especialmente con un volante. Sí ofrece un desafío, pero nada que con tantita práctica no se pueda superar; los carros son espectaculares; las autopistas (en un esquema de mundo abierto en el condado ficticio de Seacrest en California) están increíbles; y la música es algo blanda, pero sin duda alguna entretenida mientras uno está huyendo de policías o persiguiendo supercarros en una patrulla.

En trofeos está bastante tranquilo; y como fue el primer juego que jugué teniendo 2 PS3s, sacar los trofeos en línea fue casi trivial. Nada más tuve problemas con un evento que por alguna razón me llevó varias decenas de intentos el sacarlo. Lo chistoso es que leyendo en línea cómo sacarlo, otro evento que a mí me resultó muy fácil para otros jugadores era con el que se atoraban; tal vez tenga que ver el volante.

Need for Speed: Hot Pursuit es un juego de carreras bien hecho, divertido y razonablemente desafiante, sin ser frustrantemente difícil. Es muy divertido de jugar y si quieren disfrutar un juego de carreras con supercarros deportivos y con énfasis entre el pique entre “bandidos” y policías, con esta entrada no se pueden equivocar.

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Aquaman

El día de su estreno fui a ver Aquaman, porque por supuesto que eso hice.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

Aquaman

Aquaman

Yo empecé a leer cómics de manera regular a inicios de los 90s, hace casi treinta años. El Aquaman que a mí me tocó era un tipo rudo que había perdido la mano porque se la comieron pirañas y que se podía sostener por sí mismo al nivel del resto de los dioses en la Liga de la Justicia, como Superman y la Mujer Maravilla; incluso al nivel de Batman.

Cuando años después en internet descubrí la burla que le hacían al personaje, sí me sacó de onda; ciertamente Aquaman se veía ridículo en los Superamigos, pero todos los miembros de la liga se veían ridículos en esa caricatura. Me pareció injusto el trato al personaje, porque el que yo leí en los cómics (barbón, con el pelo largo y el pecho desnudo) era bastante chido; y además el único aristócrata en la liga además de Diana. Ese papel en particular juega en Kingdom Come, que sigue siendo de mis Elseworlds favoritos.

Aquaman rudo

Aquaman rudo

Cuando el Snyderverse comenzó a tomar forma, descubrí con agrado que Jason Momoa encarnaba perfectamente a ese Aquaman de mi adolescencia, excepto por no ser rubio. Y fue todavía con más agrado que Aquaman fue de las mejores cosas en la película de la Liga de la Justicia; si bien debo admitir que a mí me gustó mucho la misma.

Aquaman continúa la historia de esta encarnación de Arthur Curry, y a mí me pareció espectacular. Contrario a Wonder Woman, no voy a decir que Aquaman es una muy buena película, porque no lo es; pero es una buena película; muy bien hecha, bien contada, decentemente actuada y muy bien dirigida. Más importante que todo lo anterior, sin embargo, es el hecho de que es estúpidamente entretenida, de verdad no había disfrutado una película así en el cine en años. Además es realmente espectacular; todo el mundo submarino que se inventan por sí mismo haría que valiera la pena ver esta película, y es el mejor uso de CGI que he visto probablemente desde Avatar.

Lamentablemente, el sesgo negativo hacia DC que siguen teniendo muchos fans de Marvel ha causado que la película esté en 64% en la crítica de Rotten Tomatoes; lo cual no sólo es injusto, es bastante idiota cuando la calificación de la audiencia es de 81%. Por poner un ejemplo, Ant-Man and the Wasp tiene 88% en la crítica y 78% en la calificación de la audiencia. Bajo cualquier métrica objetiva Aquaman es mucho mejor película que Ant-Man and the Wasp (y vale mucho más verla en el cine), pero como es de Marvel cuenta con un sesgo positivo que las películas de DC no tienen.

Por suerte al parecer esto no está importando en el éxito en taquilla de la película, lo que casi garantiza una secuela, que yo sí quiero ver porque de verdad es de las películas que más he disfrutado en el cine; y después de Watchmen, la más fiel que haya visto. Incluyendo las onditas circulares que usa Aquaman para hablar con peces (sacadas directamente de los Superamigos) y el icónico traje verde-naranja, que Jason Momoa consigue que se vea increíble en la pantalla grande.

Debo además aplaudir no sólo a Jason Momoa, que asume el papel de Aquaman y lo interpreta con gusto y agrado, sino también a Amber Heard, que es la primera vez que la veo en una película siendo más que el atractivo visual, sin dejar de ser en ningún momento muy atractiva visualmente. Con todo y la peluca de la sirenita más ridícula de toda la historia; que de hecho es tal vez lo más loable de la película: toma los elementos más ridículos de los cómics (el traje naranja de Aquaman, el pelo rojo tomate de Mera, el casco tamaño caguama de Black Manta, la máscara malévola de Ocean Master) y los presenta de manera fiel en la pantalla grande sin dudar en ningún momento de que puede hacer que funcionen.

En 2000 X-Men de Bryan Singer se negó a usar los uniformes azul y amarillo del equipo mutante, optando por aburridos uniformes negros, porque no tuvieron la confianza de utilizar el material original de manera fiel. Aquaman en cambio no sólo lo hace, sino que se sale con la suya al presentarlos de manera espectacular en la pantalla grande y rindiendo el justo homenaje a los cómics de donde surgieron los personajes; no nada más con los trajes, sino con cosas tan ridículas como un pulpo baterista.

Pulpo baterista

Pulpo baterista

La película es increíblemente divertida y visualmente espectacular; tanto Amber Heard como Jason Momoa están muy bonitos; y aunque la historia es más bien pendeja (es de un tipo que habla con peces, saben), es sin duda entretenida, emocionante y con algo de romance. Así que vayan y véanla, que probablemente no sea necesario que les diga porque al parecer todo mundo está yendo a verla.

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Feliz año nuevo 2019

Como todos los años, les deseo un feliz año nuevo a todos mis lectores. Una vez más gracias por leerme, y si es el caso, por dejarme comentarios inteligentes. Los retrasados mentales por supuesto no los agradezco, ya que tengo que borrarlos.

El 2018 fue un año que, para bien o para mal, pasará a la historia como parteaguas en la vida política nacional y, tal vez de manera más importante, en la política económica nacional. Llevamos exactamente un mes de la “cuarta transformación” y aunque ya han ocurrido un par de cosas interesantes, todavía es muy pronto como para emitir un juicio amplio de cómo va la cosa… lo que por supuesto no ha evitado a varios actores nacionales que nunca tragaron al Peje de anunciar que todo lo que hace es una desgracia; y a varios de sus incondicionales el decir que todo lo que hace es perfecto y maravilloso.

Yo me espero; todavía es muy pronto, repito.

En lo personal, múltiples cosas positivas me pasaron este año, con la publicación de mi primer libro como autor único siendo de las más importantes. Por supuesto no es lo único (no hablo de todo lo que me pasa en el blog), pero sí es lo más significativo en mi vida profesional.

Vamos a ver cómo nos va en 2019, pero yo sigo cautelosamente optimista. En general, el 2018 fue un muy buen año (incluyendo la abrumadora victoria del Peje); me siento optimista de que el 2019 será aún mejor.

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Roma

Un día antes de que la estrenaran en Netflix fui a la Cineteca a ver Roma.

Se aplican las advertencias de spoilers habituales, pero quiero dejar una cosa bien clara: detesto la Cineteca.

Roma

Roma

Roma es, desde un punto de vista técnico y cinematográfico, una puta obra de arte. Y sí quiero hacer énfasis en que es una puta obra de arte, porque a pesar de que me considero suficientemente educado, no me alcanzan las palabras para describirla de otra manera.

Como un proyecto personal de Cuarón, es mucho más que eso. Desde un punto de vista literario, es una simple historia que podríamos calificar de casi pedestre; pero es contada con tanto cariño y con tanta maestría técnica que la eleva por encima de básicamente todo lo que ha producido el cine nacional mexicano en toda su historia. Me alegré además de haberla visto en la Cineteca, porque desde que la renovaron tiene un sistema de sonido bastante bueno y esta película sin duda alguna lo aprovecha al máximo.

Y está por supuesto la bellísima Yalitza Aparicio (en su estilo inconfundiblemente mixteco), sin la cual la película sencillamente no podría existir. La actuación de la maestra normalista es tan arrebatadora que es lo que sostiene toda la película fuera de su preciosismo técnico, con el innegable apoyo de Marina de Tavira y la bola de niños execrables que ella cuida. Los hombres adultos son, como debía de ser en una historia de este tipo, comparsas.

(También debo mencionar al peligroso y guapísimo Fermín, interpretado por Jorge Antonio Guerrero, que desde que dice que es de Neza yo dije: “ese tipo es malas noticias”).

Desde un punto de vista personal, la película tuvo un impacto enorme en mí porque la historia es peligrosamente cercana a mi corazón. Mi familia era sin duda alguna mucho más jodida que la de Cuarón, pero éramos de cualquier forma clasemedieros con una muchacha indígena (Susy) que ayudaba a mi madre, que contribuyó mucho a criarnos a mi hermano y a mí y a quien yo sigo queriendo como a mi madre. Mi segunda madre.

Encima de todo lo anterior, me encantó la película porque es una oda de amor a la Ciudad de México; la película se llama Roma y varios de los lugares más reconocibles de la colonia aparecen en la misma… pero la verdad es que la película pudo haberse desarrollado en cualquier otra parte de la Ciudad con un nivel socioeconómico no muy alejado, tanto para arriba como para abajo.

Es una película chilanga hecha por un chilango relatando un año de su niñez viviendo en una colonia chilanga. Eso me encanta.

La película probablemente sea nominada a mejor película extranjera en los premios de la academia gringa; y es posible que consiga otras nominaciones. Independientemente de eso, vale la pena verla (de preferencia en una pantalla grande y con un buen sistema de sonido) por sus valores artísticos y técnicos, incluso si no se quieren creer la importancia que tiene para la historia del cine nacional, para la Ciudad de México y para las miles de muchachas como Cleo, que ayudaron y ayudan a criar a miles de niños chilangos (yo incluido) con un amor, lealtad y dignidad que probablemente no merezcamos, pero que aún así recibimos.

Hacía décadas que una historia de este estilo debió ser contada en el medio cinematográfico a este nivel de precisión técnica y belleza artística; y yo le agradezco a Cuarón que él lo haya hecho.

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Gran Turismo 5

Tres meses después de Uncharted 2: Among Thieves Remastered, y casi cuatro años después de empezar a jugarlo, obtuve el platino de Gran Turismo 5.

Gran Turismo 5

Gran Turismo 5

Cuando comencé a ganar bien trabajando para el IFE, decidí comprarme un volante, así que me metí a un BestBuy y agarré el primer volante Logitech que vi decente que funcionara en el PlayStation 3. También compré Gran Turismo 5.

Me gustan los juegos de carrera; y me gustan mucho más usando mi volante. El único problema es que contrario a un controlador normal, poner el volante sí es medio engorroso, así que no lo hago tanto. Como sea, Gran Turismo 5 no es particularmente difícil el obtener sus trofeos; es cuestión de ver videos en YouTube para saber qué estrategias utilizar y practicar un rato.

Excepto por obtener un tiempo de 7:29.03 en la autopista Nürburgring Nordschleife con un Nissan GT-R ’07; y terminar con oro en el desafío X de Sebastian Vettel. El segundo en particular es todavía más difícil porque bajaron el tiempo que era necesario para obtener dicho oro.

Estuve literalmente un par de años intentando esos dos trofeos, hasta que eventualmente me harté y busqué en YouTube cómo usar glitches para obtenerlos. No es difícil, nada más engorroso; uno desinstala el juego y luego lo instala de nuevo permitiendo que llegué nada más hasta cierta actualización, la que lleva la versión que permite el glitch. El glitch consiste en pegar el carro a una pared y acelerar meneándolo poco a poco de izquierda a derecha, para que atraviese la pared y el carro termine entonces debajo de la pista, donde uno puede manejar casi sin ningún obstáculo y cortar varias esquinas. Lo pueden ver en el tubo.

Con esos trofeos fuera del camino fue relativamente sencillo echarme los demás; excepto el de obtener nivel 40 como piloto, porque para ese momento ya habían cerrado los servidores en línea y entonces tuve que correr múltiples veces varias carreras.

Aunque fue talachudo obtener el platino, sí me divertí mucho con Gran Turismo 5; es más bien fastidioso con el intentar ser “realista” (lo que hace todavía más desconcertante cuando no lo es, como cuando los carros sencillamente rebotan al chocar a 400 kilómetros por hora), pero sí puedo entender cómo hay personas que se han convertido en pilotos profesionales de carreras comenzando por jugar este juego.

También fue muy divertido (y muy cansado) el completar eventos como las 24 horas de Le Mans; mi carro para ese momento era como tres veces más rápido que el resto de los participantes, así que no había duda de que ganaría. Pero el hecho de estar ahí horas (no 24, me detuve cuando por el número de vueltas era imposible que me ganaran), con los brazos adoloridos por la resistencia mecánica motorizada que ofrece mi volante, sí me dio cierto orgullo.

Dicho todo lo anterior, y reiterando que disfruté mucho el juego, sí debo decir que me dejó algo decepcionado GT5. Polyphony Digital (la compañía que lo hizo) se tardó años en hacerlo y es (para motivos prácticos) la única entrada de Gran Turismo en el PlayStation 3; y la verdad no lo luce tanto. Otros juegos de carreras que he jugado incluyen algunas de las pistas de GT5, y aunque no son tan detalladas, la diferencia no creo que justifique toda la alharaca asociada con GT5.

Fuera de las carreras, además, el juego parece mal planeado. La música de jazz de varios de los menúes contrasta mucho con el estilo del resto del juego; incluye cosas rarísimas como tomar fotografías de lugares que uno “visita” en rallies; incluye carros como un vocho del 68, que son inútiles en cualquier carrera… hay algo raro con el juego.

Pero el aspecto técnico de correr carreras está muy padre, así que yo sí lo recomiendo. Nada más ya es imposible obtener el platino, porque hay dos trofeos en línea y los servidores cerraron hace años.

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Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

El fin de semana de su estreno, fui a ver Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre, pero sí quiero adelantar: a mí me encantó la película.

Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald

Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald

La segunda entrega en la ordeñación del universo mágico de Harry Potter me gustó mucho más que la primera. Tuvo mucho que ver Johnny Depp, que se relame los dedos siendo malo malérrimo en todas sus escenas; y que la franquicia regresa a Europa, porque qué hueva el mundo mágico en Estados Unidos.

Pero además, contrario a la primera entrega, ésta segunda parte fue (a mis ojos) la más cercana a lo que eran los libros del mago adolescente: revelaciones sorprendentes y giros inesperados, en particular. Además de lo que siempre ha sido el punto más fuerte de la Rowling: una construcción del mundo ficticio básicamente impecable.

Y entonces al regresar de verla leí con sincera sorpresa que a mucha gente no le gustó.

Comprendo algunas partes de la crítica; la novela es un medio descriptivo mientras que el cine es un medio visual. Lo que hace la película (especialmente en la escena crucial en el mausoleo de los Lestrange) de vomitar exposición durante varios minutos viola la regla de oro del medio cinematográfico: show, don’t tell. El guión, escrito por la Rowling, no sólo viola esta regla: después la asesina, destaza el cadáver y se mea encima.

Y sin embargo justo por eso es que me gustó tanto la película: se siente como las novelas y (en mi opinión) sin ser tan pesada como las primeras dos películas de Harry Potter. Pero debo admitir que soy fan incondicional de la serie; es posible que para un espectador casual, la película sean dos horas aburridísimas de exposición completamente enmarañada en el mundo mágico que sólo los fans hardcore comprendemos.

Sin embargo, otras de las críticas me parecen absurdas en el contexto del universo mágico de Harry Potter; que cómo es posible que ciertos personajes estén relacionados con otros personajes; que cómo es posible que algunos personajes cambien de lealtad; que cómo es posible que un bebé sea elegido encima de otro. Y seguramente olvidan que Snape era el mejor amigo de la mamá de Harry; que Peter Pettigrew (que fue enterrado y honrado como un héroe) resultó ser un traidor y que Draco cambió (apenas, pero cambió) de bando; y que justamente Voldemort eligió a Harry, que era mestizo, sobre Neville, que era de sangre mágica pura.

En otras palabras; no discuto que la película tiene un montón de puntos narrativos que son una bola de mamadas si les echamos encima una luz suficientemente brillante. Lo que yo digo es que la serie siempre ha contenido ese tipo de mamadas y de hecho por eso nos gusta.

Dicho todo lo anterior, admito que es de las peores entregas de la serie, pero únicamente si contamos a las 8 películas del mago adolescente. En ésta nueva serie, me parece la mejor. No tener a Harry y el trío es en detrimento de estas nuevas películas.

De cualquier forma me encantó la película; me encantaron las espectaculares escenas de acción; me encanta cómo Grindelwald manipula a sus seguidores y al Ministerio de Magia británico; me encanta que hayan dado una explicación de por qué Dumbledore esperó tantos años a enfrentarse con él; me encantan Newt y su no-del-todo novia (y que su asistente le sugiera que se quite la ropa); me siguen encantando Jacob y Queenie y quiero ver cómo carajo resuelven su romance; y quiero un gato/dragón gigante chino que quiera jugar conmigo.

Yo salí encantado del cine, y como la película ganó más de 600 millones de dólares (y más en mercancía relacionada, supongo), espero que sigan haciéndolas. Pero sí podría estar de acuerdo en que necesitamos a un guionista profesional que al menos le eche la mano a Rowling.

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Las especulaciones

Qué cabrón el Peje, que ni siquiera les dejó festejar la navidá a la gobernadora de Puebla y su marido antes de mandarlos matar.

(Como a la gente retrasada mental hay que explicarles todo como la canción, despacito; eso fue una broma… de muy mal gusto, pero broma al fin y al cabo).

Ayer murieron la gobernadora de Puebla y su marido, el ex-gobernador de Puebla cuando el helicóptero donde iban se desplomó. Más tardó en difundirse la noticia que a que varios retrasados mentales empezarán a acusar al Peje de haberlo hecho; lo cual es por supuesto la idea más estúpida que he oído en mi vida (pero debo admitir que la imagen del Peje blandiendo una bazuca es muy entretenida).

Y la idea es estúpida porque al actor político que más negativamente le afecte eso sea probablemente el Peje, que ni siquiera tiene 4 semanas en el cargo.

Del otro lado, hay quien está susurrando que es una provocación contra el Peje; justamente por lo que digo arriba, que él será el que terminará más afectado. Perversamente por eso mismo esta otra idea idiota tiene más sentido que la primera; pero me parece que cualquier persona sensata no cree (al menos hasta que no sepamos más) que eso haya ocurrido.

Lo más probable es que haya sido un accidente; si le pasó al secretario de gobernación hace 10 años, no veo por qué no puede ocurrirle ahora a la gobernadora de Puebla. Pero pues hay que esperar a que se haga la investigación correspondiente; todo lo demás son especulaciones. Eso no evitará a muchos retrasados mentales afirmar, sin prueba alguna, que fue el Peje; o los enemigos del Peje; o Salinas; o Trump; o la llorona.

No importa, realmente; si algo demostraron las elecciones del 1º de julio, es que esa gente retrasada mental es minoría en este país. Lo que importa (en particular a mí) es qué se hace ahora; el Estado Libre y Soberano de Puebla necesita un gobernador, al fin y al cabo.

La ley es clara; la cámara local (que en los hechos controla Morena, como casi todo el país) elige un gobernador interino que debe convocar a elecciones a más tardar en dos años. Y aquí esperaría que Morena mostrara tantita clase política y buen gusto; el gobernador interino tiene que ser del PAN y lo más allegado posible a Martha Erika Alonso y su marido.

Las elecciones de julio fueron bastante irregulares en Puebla y el triunfo de Alonso a muchos nos pareció manchado por la intervención descarada de su marido; pero la gobernadora constitucional era ella y la tragedia de ayer sobrepasa casi cualquier otra cuestión, así que lo honorable desde el punto de vista político es que Morena no se aproveche de dicha tragedia para poner un gobernador interino allegado al Peje (además de que se vería pésimo). Incluso si algunos creemos sinceramente que sería mejor para el estado.

Lo otro es que en las elecciones que se deben convocar en los próximos dos años, Miguel Barbosa no puede ser candidato. Aunque yo honestamente creo que no tuvo nada que ver en la tragedia, de nuevo es lo honorable desde el punto de vista político. Que alguien más lo intente, pero definitivamente no el último principal adversario de la fallecida gobernadora.

De qué fue lo que pasó, vamos a esperar qué dice la investigación. Espero que se conduzca de forma transparente y expedita; y si ese no es el caso, yo seré de los primeros en señalarlo.

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Mi presidente

Fue entretenido, despertar y ver que estábamos en Venezuela.

(Para el par de retrasados mentales que insisten en dejar comentarios idiotas; eso de arriba fue un chiste).

De forma particularmente anticlimática (desde mi perspectiva), el Peje se convirtió en presidente constitucional a las 00:00 horas del día de hoy. Toda la bola de mamadas que han ocurrido a lo largo del día son pura faramalla; la transferencia de la investidura presidencial es automática.

La bola de pedradas que ha recibido el Peje, aunque merecidas en varios casos, generalmente fallan en comprender que AMLO no era todavía presidente. Tenía cierta autoridad moral y mucha capacidad de movilizar; pero no era presidente. La gente que de inmediato comenzaron a decir que la presidencia del Peje ya era peor que la de Fox o la de Calderón ni siquiera se esperó a que le pusieran la banda tricolor.

Muchos por mala leche; algunos por retrasados mentales.

El hecho es que el Peje no podía hacer mucho después del 1° de julio, porque no tenía ninguno de los poderes concretos de la presidencia. A partir de hoy, ahora sí todas serán pendejadas exclusivamente suyas; aunque me parece razonable extenderle la cortesía de entender que mucho de lo que ocurrá será consecuencia de cómo recibe el país, que no es en las mejores condiciones.

Yo hubiera preferido que el Peje cerrara el hocico en estos meses; pero era básicamente imposible, dado que él es como es (hocicón) y que justo su falta del poder real del ejecutivo no le dejaba muchas alternativas.

Ahora sí comienza la presidencia de Andrés Manuel; vamos a ver si de verdad ocurre un cambio positivo. Yo continúo, como desde el 1° de julio, cautelosamente optimista.

Lo cierto es que, por primera vez en mi vida, yo podré hablar de mi presidente. Los otros tarados serían los presidentes; por fraude y manipulación en varios casos, pero eran los presidentes constitucionales. Nada más yo nunca los consideré mis presidentes.

(Supongo que debo ser justo y elaborar que Fox fue, sin duda alguna, un presidente legítimo; también fue de los peores presidentes que hemos tenido en la historia, pero eso no le quita lo legítimo.)

El Peje será mi presidente; y yo asumo la responsabilidad de ser crítico de él cuando haga tarugadas. Sólo púdranse sus críticos si creen que necesariamente concordaré con ellos en qué califica como “tarugada”.

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Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Una semana después de Batman: Arkham Knight, el siguiente platino que conseguí fue el de la remasterización de Uncharted 2.

Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Uncharted 2: Among Thieves Remastered

Habiendo jugado la trilogía para el PlayStation 3 (aún no juego UC4, aunque ahí lo tengo empolvándose en un gabinete), me parece que sin duda la segunda entrega es la más fuerte de la misma. Disfruté mucho volverla a jugar en el PlayStation 4.

Dicho eso, no hay nada espectacular respecto a la nueva versión del juego; es exactamente el mismo juego, nada más con mejores gráficos (y de hecho mejores texturas, realmente). Me falta jugar la remasterización para la tercera parte, pero primero debo obtener el 100% de los trofeos en la original; y como más de la mitad son en línea, llevo meses postergándolo. Supongo deberé dedicarme a ello relativamente pronto, antes de que me cierren los servidores.

En resumen: UC2, chido; UC2 remasterizado, más chido, pero a menos que sean fans de la serie como yo, no hay motivo para jugar ambas versiones.

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The Front Runner

Hace unas dos semanas fui a ver The Front Runner. Se aplican las de siempre.

The Front Runner

The Front Runner

La política gringa me fascina porque es al mismo tiempo interesantísima y estupidísima. Por supuesto en los últimos 3 años ha tomado un giro definitivamente delirante, con la derecha gringa (especialmente los autodenominados “evangélicos”) mostrando su hipocresía y ceguera al cerrar filas en torno a alguien como Donald Trump; pero siempre ha sido interesante (siguen siendo, sin duda alguna, la primer potencia mundial) y estúpida (por darle importancia a cosas como si un político es o no fiel a su esposa).

Esta película relata la historia de Gary Hart, quien en 1988 parecía tener todo de su parte para lanzarse como candidato y ganar la presidencia gringa. No sólo parecía tener todo; según la representación en la película, el tipo era genuinamente inteligente, compasivo y progresivo (bajo los estándares gringos de los ochentas, que es como la derecha moderada del resto del mundo civilizado).

Y su campaña cayó directamente a un despeñadero porque reporteros del Miami Herald lo cacharon con una rubia 22 años más joven que él (Donna Rice) en su casa de Washington. Rice y Hart siempre negaron cualquier relación sexual; el registro histórico no es claro al respecto y la misma película no contesta si sí se habían acostado o no, aunque por las interacciones con su esposa todo apunta a que sí. La esposa sigue con él hasta estos días, por cierto.

Por supuesto que no importa en lo más mínimo con quién se acueste nadie (siempre y cuando sea consensual, por supuesto); en particular un líder político. Y la tesis central de la película, que a partir de ese momento la política gringa se convirtió en un show donde los reporteros perseguían los escándalos en lugar de centrarse en las propuestas, lo que la abarata y entorpece la discusión inteligente, me parece correcta. Más aún, yo nunca he sido moralista; no me interesa quién se frote sus partes privadas con quién, siempre y cuando sea consensual.

Y sin embargo para el final de la película yo estaba convencido de que Cary Gart era un pendejo y que no merecía ser presidente gringo.

No por haberle puesto el cuerno a su esposa (si es que ocurrió); no porque me parezca “inmoral” el adulterio; ni mucho menos porque la vida sexual de nadie tenga que ver con la capacidad de gobernar. No, el tipo me parece un pendejo porque no tenía la mente donde debía tenerla. No importa que fuera Donna Rice o su colección de estampitas; su objetivo primordial y básicamente único siempre debió ser su campaña. El tipo cancela un evento para ir a estar con Donna Rice en Washington: incluso si fuera por motivos inocentes, eso habla de alguien que no está comprometido con su ambición política.

Critíquenle todo lo que quieran al Peje (y, joder, cómo hay de cosas que criticarle); pero una cosa que hay que reconocerle es su enfoque tipo láser en llegar a la silla del águila: jamás perdió de vista que eso era lo más importante y el objetivo primordial detrás de todo lo que hacía. Si el tarado de Hart se distrajo con un par de piernas bonitas, para mí eso lo descalifica. Sí, a lo mejor sus ideas y sus políticas y su capacidad de gobernar eran buenas; pero si algo tan idiota como una muchacha menor que él por 20 años era todo lo que necesitaba para ser distraído, entonces qué bueno que le pasó lo que le pasó.

Claro que eso resultó en el periodo de Bush padre, pero bueno.

Me gustó mucho la película; pero la verdad no vale la pena verla en el cine, hay que verla cuando salga en Netflix o algo así. Que no tengo que decírselos, ya la quitaron.

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Estructuras de Datos con Java moderno

Me gusta pensar que soy altamente funcional (me parece que hay evidencia suficiente de que esto es cierto); y yo supongo que esto es en gran medida porque me conozco y sé qué es en general lo que me define como persona. Y como siempre he estado en gran medida de acuerdo con la teoría del conductismo, tiendo a definirme a mí mismo en términos de lo que hago y a lo que me dedico. Mucha gente (probablemente la mayoría) separan de manera explícita su identidad de a lo que se dedican; se asumen como rockeros, cinéfilos o gamers, pero esta identidad es independiente (a veces incluso contraria) a lo que hacen para ganarse la vida; su trabajo es únicamente lo que hacen para pagar la renta. Yo no (y esto me parece es muy común en la academia); y sinceramente es parte de los motivos por los que me parece que soy altamente funcional: me encanta lo que hago, que repito considero es lo que me define.

Podría reducirlo a una única cosa, pero para que esta entrada tenga sentido tengo que usar tres:

  1. Soy profesor. Literalmente es lo que mi puesto oficial de trabajo dice en mi contrato, pero me parece que a un nivel más profundo es lo que soy: maestro, mentor, educador. Dar clases es básicamente alrededor de lo que gira mi vida y aunque creo que pude haberme dedicado (como trabajo principal) a otras cosas, jamás hubiera dejado de dar clases por completo. Además creo que soy bastante bueno como profesor; ciertamente es lo que me dicen la mayor parte de mis estudiantes y no voy a caer en una falsa modestia al respecto, cuando me encanta y es de las cosas que más tiempo y esfuerzo le dedico.
  2. Soy programador. Que por supuesto es a lo que probablemente me hubiera dedicado si no hubiera conseguido mi plaza. Programar es con casi toda certeza a lo que más tiempo le dedico cuando no estoy ocupado con mis clases o preparándolas, aunque hay una intersección importante dado que normalmente en mis clases enseño a programar. Me considero también muy buen programador y de nuevo es básicamente porque me encanta y porque de una manera u otra llevo casi treinta años programando sin interrupción. Aún sin talento innato tanto tiempo dedicándole a algo hace que cualquiera se vuelva razonablemente bueno.
  3. Soy escritor. Contrario a dar clases y programar, escribir es algo que nunca me planteé seriamente como forma de vida. Igual y lo hubiera conseguido, pero la verdad jamás lo intenté. De hecho, ni siquiera pensé en intentarlo. También debo hacer notar que nunca tomé un curso de escritura creativa ni nada por el estilo; después de mis clases de redacción en el CCH, nunca estudié las letras en un entorno académico. Pero sí he leído bastante y gracias al blog (y otras cosas) también es algo que básicamente no he dejado de hacer desde hace años. Pero con mi escritura sí soy más humilde; me parece que mi redacción está bien, pero nada para pegar de brincos. Escribí una novela y a mí me gusta mucho, pero me queda clarísimo que no es una joya de la literatura latinoamericana: especialmente con lo espectacular que es la literatura latinoamericana. Pero sí me considero escritor y una de las cosas que me definen.

De esta tercera característica definitoria de mi persona es de lo que trata esta entrada. Ayer en la tarde, después de más trámites de los que jamás hubiera imaginado eran necesarios, salió publicado mi tercer libro: Estructuras de Datos con Java moderno.

Estructuras de Datos con Java moderno

Estructuras de Datos con Java moderno

Es mi tercer libro publicado, pero para mí es especial porque es el primero que escribo yo solo (y que me publican, no como mi novelita).

Todo el proceso de escribir el libro fue muy divertido (los trámites para publicarlo no tanto) y en particular todo el aspecto técnico también. Por supuesto el libro está escrito en \LaTeX; yo nunca he sido un experto en \LaTeX pero me defiendo usándolo y para este libro aprendí (o recordé) un montón de cosas. En particular todas las figuras del libro están escritas en TikZ (excepto una) y todo el código está resaltado (highlighted) y coloreado (al menos en la versión electrónica) usando listings. Me gusta mucho cómo quedó el diseño interno del libro, que es 100% mío.

Además del gusto de que saliera publicado, sí necesitaba este libro. Mi curso de Estructuras de Datos en la Facultad de Ciencias lo doy de tal manera que la mayor parte del material que existe es sencillamente insuficiente de manera individual; la definición de las estructuras y los algoritmos correspondientes suelen estar cubiertos en un montón de libros, pero la implementación utilizando las características modernas del lenguaje de programación Java es normalmente omitida. Y sí es fundamental que los estudiantes implementen las estructuras, no nada más que las estudien. Como sea de ese último punto es que sale lo de “con Java Moderno” del título.

A mis estudiantes en semestres anteriores les pasé versiones preliminares del manuscrito, y en general me han dicho que sí les sirvieron mucho, así que espero que les sea útil a los que vengan. Y a mí me facilita mucho dar mi clase, porque puedo basar las clases en los capítulos; pedirles a los chavos que lean un tema en particular antes de una clase; o si un tema no me da tiempo de cubrirlo completamente en el pizarrón, puedo dirigirlos a los capítulos correspondientes. También le facilita la vida a los alumnos, porque el curso es práctico (tienen que implementar las estructuras) y me parece (y me han dicho) que con el libro disponible pueden terminar las cosas de manera más sencilla.

Otra cosa que hubo con el proceso de escribir el libro en \LaTeX es que yo sabía que me iban a pedir una versión electrónica del libro; de hecho es uno de los requerimientos del proyecto PAPIME con los que financié su publicación (por cierto, la nueva encarnación de Tenochtitlán salió del mismo proyecto). Mis experiencias transformando \LaTeX a HMTL (porque los libros electrónicos usan una versión simplificada de HTML) habían sido bastante decepcionantes hasta ese momento (es un problema complicado); más aún porque hago cosas en mi libro que definitivamente no son estándar.

Pero entonces Omar me platicó de Pandoc y así fue como perdí varias semanas de mi vida. Pandoc (debo aclarar) no resuelve el problema, pero sí resuelve un subconjunto importante y dado que es un traductor de muchos lenguajes de marcado a muchos otros lenguajes de marcado y que ofrece la posibilidad de insertar un filtro personalizado en medio de dicha traducción, yo me puse mi gorro de programador y escribí un filtro. Debí hacerlo en Haskell, porque Pandoc mismo está escrito en Haskell; pero supuse que no sería tan complicado y me siento mucho más cómodo con Python, así que me puse a escribir mi filtro en Python.

Terminé escribiendo 3,269 líneas de código divididas en 7 módulos, porque aunque en su forma más simple un filtro sólo toma la representación interna del documento \LaTeX (incluyendo bloques enteros sin traducir, si no los entiende) y regresa modificaciones a dicha representación interna (por ejemplo, traducir en el filtro los bloques que Pandoc no entiende), mi caso de uso era mucho más complejo. Mi “filtro” (que creo que merece el nombre de “sistema” en este punto) hace toneladas de cosas más, como tener una base de datos de las referencias a etiquetas; contar los capítulos, secciones, subsecciones, teoremas, lemas, figuras, listados de código, etc.; llevar el índice alfabético (que es una pesadilla); generar encabezados y pies de página para ligas de navegación; etc., etc., etc.

Y debí hacerlo en Haskell porque evidentemente el filtro es recursivo; la mayor parte de las veces cuando Pandoc no entiende un bloque yo sólo debo traducir el inicio y final del mismo e invocar recursivamente el filtro en los contenidos al interior del bloque. Esto puede repetirse a múltiples niveles, obviamente. En Python funciona (no habría razón para que no funcionara), pero entonces implica ejecutar de nuevo Pandoc pasándole mi filtro una vez más. Python, además siendo no particularmente rápido, hace que todo el proceso sea mucho más lento de lo que sería si hubiera escrito mi filtro en Haskell en primer lugar (en cuyo caso sólo se invoca como biblioteca dentro del proceso principal de Pandoc). La nueva encarnación de Aztlán toma cerca de un minuto convertir todo el libro a su versión electrónica; no es lo peor que ha ocurrido en el mundo, pero podría ser más rápido.

Como sea, la versión electrónica queda bastante chida; y al menos en mi teléfono y tableta se ve increíble (aunque obviamente prefiero cómo se ve impreso).

Teniendo ya el libro (incluyendo su versión electrónica), lo que siguió fueron los trámites para que me lo publicaran, que incluyeron que fuera aprobado para su publicación por el comité editorial de la Facultad de Ciencias. El proceso fue sencillo en el sentido administrativo; le di al comité copias impresas del manuscrito (matando quién sabe cuántos arbolitos en el proceso); el comité seleccionó árbitros que leyeran el libro; los árbitros lo leyeron y entregaron al comité correcciones y sugerencias para mi libro; yo hice algunas correcciones o sugerencias y expliqué por qué no estaba de acuerdo con otras que no hice; y por último se aprobó la publicación del libro. Es la mecánica estándar en la academia, me parece.

Lo único es que entre que di mi manuscrito y que los árbitros me dieron sus correcciones y sugerencias, pasó más de un año. No ayudó que en medio de ese año hubo un cambio en la comisión editorial. Pero bueno, hoy por fin salió mi libro; entre que el comité me dio su carta de que el libro estaba aprobado para publicar y que lo publicaran, pasaron poco más de dos meses. Así que en la práctica, me tardé más tratando de publicar el libro que en escribirlo.

Lo primero que hice cuando me dieron un ejemplar del libro (ya sin plástico protector), fue abrirlo y olerlo. Y huele a lo que suelen oler los libros nuevos; papel y tinta. Me gustó mucho cómo salió la impresión; no es una edición fina, pero es una edición buena y competente.

Como decía arriba, este no es mi primer libro; pero más importante que eso, es que espero no sea el último. Tengo varios libros planeados a corto y largo plazo, así que espero ir sacándolos dentro de los siguientes años (o décadas, si se tardan igual que éste). Es de las razones por las que ya no escribo tanto en el blog; mi energía creativa escribiendo suelo gastarla en los múltiples libros que tengo en distintos grados de avance. Y no me molesta para nada la idea de que mi principal legado (además de los alumnos que formo) sean varios libros de texto para materias de programación… que probablemente se vuelvan obsoletos a los pocos años, porque la computación avanza a una velocidad vertiginosa.

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Hidropocalipsis 2018

En mi edificio de departamentos se va el agua más o menos cada 2 meses. Excepto un par de ocasiones desde que comencé a vivir aquí, nunca ha sido realmente problemático; nunca se va del todo, generalmente cayendo de forma reducida en la noche. Planeando bien la lavada de la ropa y tomando un par de duchas en la noche siempre he podido darle la vuelta (y supongo que mis vecinos también, que podría comprobar si les hablara, cosa que no hago). Como digo, sólo en un par de ocasiones sí ha sido necesario ir al estacionamiento del eficio y llenar ahí una cubeta con agua para bañarme a jicarazos, como en Macondo (calentando el agua en mi estufa, eso sí).

Cosas que uno aprende de sí mismo: me puedo bañar con una cubeta de agua (mediana) con bastante facilidad. The more you know.

Como sea; cuando anunciaron el hidropocalipsis 2018, yo no me enteré porque generalmente sólo leo la portada de la Jornada a ver qué tarugada dijo el Peje el día anterior. Pero eventualmente me llegó la noticia y yo supuse, dado el historial de mi edificio, que no tendríamos agua durante una semana más o menos. Así que llené 2 cubetas 2 de agua, lavé ropa en la fecha cercana al corte y me preparé para tener que ir a visitar a mi mamá a Xochimilco para bañanarme o pasar un día sin hacerlo (que, de verdad, son contados en mi vida).

Y, como suele ser esta Ciudad, terminó ocurriendo que no fue necesario. No se cortó el agua aquí ni un minuto (hasta donde pude registrarlo). No sé si tenga que ver que mis vecinos casi todos salieron corriendo de aquí o qué, pero este puente impuesto resultó de los más tranquilos y relajantes que he tenido en años.

Claro que, de nuevo, como suele ser esta Ciudad, probablemente mañana se corte el agua y no regresé hasta la llegada del mesías, o como sea que le digan ahora a la toma de posesión del tarado del Peje.

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Batman: Arkham Knight

Un par de semanas de obtener mi platino de inFamous 2, obtuve el de Batman: Arkham Knight.

Batman: Arkham Knight

Batman: Arkham Knight

Batman: Arkham Knight fue el primer juego no exlusivo para PlayStation que jugué en mi PS4. A mí me encantó, en su mayoría; aunque ciertamente no es tan bueno como Arkham City… pero muy pocos juegos en la historia lo son.

El juego es enorme; Gotham es enorme; las misiones son muchísimas; generalmente duran un ratote; y uno puede pelear con literalmente cientos de malosos. Esto me encantó, porque he descubierto que me gustan los juegos enormes donde puedo hacer docenas de cosas y hay montones de misiones.

Esta nueva entrega de la serie Arkham se puede en gran medida definir como una versión en esteroides de los juegos de Arkham; es como City, pero con más de todo.

Y el batimóvil, aunque realmente es el batitanque.

Desde un punto de vista mecánico y técnico, el juego no es perfecto, pero se acerca; los gráficos son espectaculares y las animaciones muy fluidas; el diseño de sonido y la música son muy buenos; el combate es una mejora sobre el de los primeros tres juegos (contando Origins), incluyendo la espectacular mecánica de poder pelear junto con uno de los aliados de Batman (Robin, Nightwing o Catwoman) y tener un combo especial que cuando se llena su barra, permite noquear a un contrincante al mismo tiempo que se cambia de personaje, lo que es increíblemente satisfactorio; y es realmente la culminación de todas las mecánicas introducidas por los juegos de la serie.

Pero no es perfecto, como City; la historia es pasable, pero imposible en varias partes. En particular, que todos los tanques que Batman destruye sean drones (para evitar que el Caballero Nocturno mate a nadie) es bastante idiota y sin duda de los puntos más bajos de la narrativa. Luego están los planes de los villanos; algunas misiones son espectaculares, como la de Killer Croc; pero otras son retrasadas mentales, como evitar que Two-Face robe bancos. Y por supuesto está la historia principal.

A mí me gustó, pero entiendo por qué a mucha gente le pareció decepcionante. El plan de Scarecrow (interpretado magistralmente por Denethor mismo, John Noble) es pasable… pero ¿por qué dejar que evacuen Gotham? ¿No hubiera sido mucho más efectivo su plan si hubiera hundido a la ciudad en caos, además de impedir que Batman actúe libremente por temor de lastimar civiles? De nuevo, imposible.

Y sin embargo, sí quiero comentar en la “controversia” más grande que tuvo la historia del juego. El personaje titular del mismo, Arkham Knight, fue anunciado como un “nuevo villano” en toda la publicidad del juego; y cuando los jugadores descubrieron quien era, hubo gritos de histeria de que Rocksteady (la compañía que hizo el juego) había “mentido”. Lo cual por supuesto es verdad, ¿pero a quien le importa? Yo, que no había leído nada del juego porque sabía que eventualmente lo jugaría, comencé a jugarlo y cuando aparece el Arkham Knight por primera vez, de inmediato me dije: “qué interesante, no creí que usaran a Jason Todd en los juegos de Arkham”. Porque es obvio que es Jason Todd.

Red Hood

Red Hood

A mí me encantó el uso de Jason Todd en el juego. De hecho, se ha convertido en uno de los miembros de la batifamilia que más me gustan; porque es “hijo” de Batman, pero se niega a jugar bajo sus reglas. El juego refleja en parte de esto; en un DLC, Jason Todd (ya en su persona de Red Hood) tumba la organización criminal de Black Mask. Sus movimientos de combate incluyen disparar pistolas, lo que es espectacular; mientras que todos los personajes que uno puede controlar en el juego tienen movimientos finales para incapacitar enemigos (que se pueden utilizar después de obtener un combo de 8 o más movimientos), siempre queda claro que dicha incapacitación nunca es letal. Pero la de Jason es asesinar al maloso, generalmente con un brutal disparo a la cara; es la neta. Al final del DLC, cuando Red Hood confronta a Black Mask, éste ruega por su vida, prometiendo abandonar Gotham y no regresar nunca más. Jason procede a dispararle en la cara y patearlo por una ventana para que caiga al suelo de una altura de varios pisos.

Es interesante la dinámica que existe entre Jason y Bruce en este juego, porque cuando Batman descubre que es su hijo el que ha estado tratando de matarlo durante la mitad del juego, Kevin Conroy (el actor que interpreta al Caballero de la Noche) le da una entonación a su voz que transmite el innegable orgullo que siente del muchacho que él entrenó y preparó. Tanto me gustó el personaje de Red Hood, que por fin cambié mi avatar en la PSN; llevaba años usando a un soldado koreano (fue el único avatar que me gustó cuando creé mi usuario en la PSN) y poco después de jugar Arkham Knight lo cambié a Red Hood.

Soldado

Soldado

Como sea; sí hay varios hoyos e inconsistencias en la trama, además de varias cosas que no tienen el menor sentido. Pero no es un desastre absoluto; sólo no llega al nivel de perfección de City. Repito, a mí me gustó. Lo que no me gustó (a mí y a un chingo de gente más), es que fuerzan el uso del batitanque hasta que dan ganas de vomitar.

Entiendo que Rocksteady invirtió tiempo, dinero y esfuerzo en implementar un uso del batitanque en el juego que, siendo justos, sí es interesante y divertido. Pero es medio imperdonable que fuercen al jugador a usarlo en múltiples misiones. En particular, hay varias misiones que consisten en desactivar bombas y donde uno tiene que repeler varias oleadas de tanques (drones, por supuesto) que van a atacarlo. Odié esas misiones con la intensidad de diez mil soles, porque lo que menos quiero hacer en un juego de Batman es tener que completar un mini juego de tiro al blanco con tanques. Eso y las “carreras” que crea Riddler, que es de las otras cosas imposibles en el juego.

Además, para agregar insulto a la herida, cuando uno inhabilita a Jason Todd, Deathstroke es el que toma el control de la milicia que azota a Gotham. Uno esperaría que se diera una última confrontación entre Batman y Slade… y lo que nos dan es una puta pelea de tanques. Es de las cosas más decepcionantes que he jugado en mi vida.

De cualquier manera, incluso tomando en cuenta todo lo negativo, Batma: Arkham Knight es un gran juego… literal y figurativamente. Ciertamente yo invertí horas de mi vida en el mismo, pero la mayor parte las disfruté mucho. En particular, el juego incorporó varios trofeos relacionados a desafíos de combate; y como el combate es lo que siempre me ha gustado más de los juegos de Arkham, yo los disfruté enormemente. Batman: Arkham Knight tiene uno de los trofeos más satisfactorios que existen; se llama The Curtain Falls y consiste en completar cuatro olas de enemigos (cada vez más y más peligrosos) sin recibir ni un solo golpe ni perder el combo… pero además hay que hacerlo con Batman, Nightwing, Robin y Catwoman. Es endiabladamente difícil, pero no imposible; y de verdad es de los trofeos que más gusto me han dado (por eso guardé los videos correspondientes en el tubo).

Cuando saqué el platino del juego, ya había terminado con todos los trofeos de los DLC correspondientes; que por cierto, esa fue otra crítica que oí, que los DLC eran muy caros para tan poco contenido. Pero como yo los compré como dos años después de que el juego saliera, me salieron todos juntos en un precio bastante decente… y la versión de Batgirl que tiene el juego es de las más sexys que he visto.

Batgirl

Batgirl

Por lo tanto cuando obtuve el platino, también obtuve el 100% de compleción en mis trofeos; a partir de este juego he tratado de hacer eso, de terminar los trofeos del DLC antes de sacar el platino de un juego, pero evidentemente no siempre se puede (especialmente si uno juega un juego más o menos pronto después de que salga). Estoy muy orgulloso de mi 100% en Batman: Arkham Knight; no sólo porque requirió hacer un montón de cosas (incluyendo algunas que no me gustaron, como decenas de carreras con distintas versiones del batitanque), sino porque sí requiere de cierta habilidad y dedicación en los trofeos de combate.

Batman: Arkham Knight no es un juego perfecto, pero es endemoniadamente divertido y contiene horas de entretenimiento, así que yo sí lo recomiendo ampliamente.

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Venom

El fin de semana pasado me percaté, con cierto pánico, que llevaba casi dos meses sin ir al cine. Para resolver eso, fui a ver Venom.

Se aplican las de siempre.

Venom

Venom

Venom no es, bajo casi cualquier métrica, una buena película. Eso no quita en ningún momento que sea endiabladamente divertida; en gran medida por Tom Hardy, que se divierte como enano en el papel del perdedor ligeramente patán de Eddie Brock.

Hacia mediados de los noventas (joder, hace más de 20 años), Venom gozaba de una popularidad ligeramente ridícula para lo estúpido del personaje; fueron los años de Maximum Carnage, donde Venom comenzó a ser, hasta cierto punto, un anti héroe más que villano.

La historia (original) de Venom en los cómics yo me la aventé casi todita en los números que publicó Novaro aquí en México; desde cómo Spidey obtuvo su traje negro en Secret Wars; como se deshizo de él básicamente como lo muestran en Spider-Man 3; y cómo encontró a Brock para entre los dos hacerle la vida de cuadritos a Peter.

Esta película no tiene nada que ver con esa historia. Y me parece eso la mejora.

La historia tiene varios hoyos enormes y los personajes actúan de manera imposible la mayor parte del tiempo; pero para mí eso no tuvo nada de malo, porque muestran al Venom más agresivo y poderoso que yo jamás me hubiera podido imaginar; pero más importante aún, súper divertido, diciéndole pussy a Eddie cuando se niega a brincar de lo alto de un rascacielos; o comentándole a un ladronzuelo que cuando se coma sus piernas, sus brazos y su cara, quedará rodando por las calles like a turd, in the wind.

Con algo de extrañeza vi que la crítica no le ha gustado esta película idiota; no les hagan caso, es increíblemente divertida y tiene bastante acción muy buena. Y sí, no tiene sentido la historia y en qué universo ocurre queda en el limbo, por los embrollos legales entre Sony y Marvel de los personajes de Spider; pero de cualquier manera es entretenidísima.

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inFamous 2

Seis meses depués de mi platino en Resident Evil, obtuve el de inFamous 2.

inFamous 2

inFamous 2

inFamous fue un juego que me gustó bastante, en particular por la historia que es básicamente un cómic de superhéroes. Así que cuando salió en la PSN en oferta la colección del primer y segundo juego junto con el DLC, lo compré sin pensarlo mucho. La secuela está bien, pero la verdad me decepcionó un poco el final; si uno es heróico, Cole se sacrifica para salvar a la humanidad; si uno es malvado, Cole asesina a toda la humanidad para dirigir a todos los conduits. Ninguno de esos finales me gustó.

Fuera de eso el juego es muy similar a la primera parte, pero agregan la posibilidad de crear misiones y subirlas en línea, donde por supuesto se pueden bajar las misiones echas por otros jugadores. También mejoraron el combate manual; ni siquiera recuerdo haber usado el combate manual en el primer juego (excepto para golpear civiles siendo villano), pero en la secuela es bastante útil.

La historia lleva a Cole a New Marais después de que La Bestia destruye Empire City (eso tampoco me gustó), donde ahora tiene que lidiar con otros conduits mientras espera que La Bestia lo alcance, y adquirir poderes basados en hielo o fuego, dependiendo de qué nena se elija en la misión correspondiente. Lo que más me gustó en el modo de juego es el lightning tether, que le permite a Cole colgarse de cualquier estructura en el juego usando un rayo, y desplazarse hacia el punto de contacto de manera bastante rápida: es la forma más ágil y divertida de navegar la ciudad. Lamentablemente esa habilidad se consigue hasta cerca del final del juego.

Es un buen juego, pero lo jugué ya habiendo comenzado a usar mi PS4, y la verdad sí muestra un poco la edad. En trofeos ahora hay que andar persiguiendo palomas y como siempre coleccionando trozos de la Ray Sphere, como en el primer juego.

Si hubiera jugado inFamous 2 cuando era estudiante, estoy seguro que lo hubiera disfrutado mucho más: la mecánica para poder crear misiones es poderosísima, permitiendo crear escenarios realmente divertidos, algunos de los cuales jugué (creados por alguien más). El problema es que para aprender a usarlo bien se necesita bastante tiempo, y eso es algo con lo que ya no cuento.

De todas maneras disfruté el juego y me alegra haber sacado el platino; aunque siendo honesto no fue terriblemente difícil.

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