Como supongo hizo un chingo de gente, vi el debate. Me interesan mencionar dos cosas:
- Ningún candidato hizo una defensa o propuesta de fortalecer la educación pública. Se mencionó a la educación (y mucho), pero no hubo un énfasis en la educación pública. Que es la más importante, por supuesto.
- Ídem para la salud pública.
Para mí eso me dice lo que vengo diciendo desde hace mucho: en esas cosas, los planes de gobierno de los cuatro candidatos no son realmente muy distintos.
En los discursos el que más me gustó fue el Patricia Mercado, obviamente; pero es que en las cosas que a mí me importan no había mucho de dónde agarrarse.
En quién ganó creo que no hay duda: ganó Calderón. A Mercado nadie la tocó, Campa sólo se dedicó a atacar a Madrazo, y éste último estaba nerviosísimo (desesperado, me atrevería a decir). Calderón se vio bastante bien, y creo que sí ganó el debate.
No sé qué decir acerca de la encuesta de Reforma: mi madre, que se dedica a estudiar encuestas, dice que está mal; que no tiene sentido el cambio desde la última. Pero, claro, hay que tomar en cuenta que mi mamá también quiere que gane el Peje. Y claro, está la de Excélsior, que sigue poniendo al Peje a la cabeza.
Supongo que esperaré a ver la encuesta de Consulta Mitofsky (que es la encuestadora más seria de todas) antes de opinar acerca de las encuestas; pero una cosa hay que tener bien clara: Calderón puede ganar.
Lo voy a repetir en negritas, porque creo que es importante: Calderón puede ganar.
Eso no significa que vaya a ganar, claro; pero sí mucha gente que apoya al Peje se sentían ya seguros de que ganábamos, y eso fue (y es) un error.
Independientemente de si la encuesta de Reforma es o no completamente creíble (y casi ninguna encuesta lo es, nunca), lo que creo que sí es obvio es que el Peje está en su punto más bajo desde que inició la campaña en enero. ¿Va a bajar más? No sé; es posible. El que no haya ido al debate puede haber sido un error, y hay que tomar en cuenta toda la guerra sucia que se ha levantado en contra suya, y los descarados recursos que el gobierno federal ha inyectado directa e indirectamente a la campaña de Calderón.
Pero sí hay que ver que Calderón puede ganar. Si algunos (especialmente los incondicionales del Peje) vociferan que no, por favor denles un zape y hagan que abran los ojos. El gritar “¡complot!” no hace desaparecer a la realidad. Lo que sí hay que hacer es seguir trabajando, seguir informando de la guerra sucia y del favoritismo presidencial, y seguir poniendo por encima de todas las cosas el plan de gobierno. Eso es lo realmente importante.
Otro factor importante es hacer que la gente vaya a votar. Por quien ellos quieran, pero que vayan. Estoy seguro de que entre más alta sea la participación ciudadana, más posibilidades hay de que gane el Peje.
Yo tengo mucha fe en la gente de este país, y espero que la guerra sucia y la diferencia en los planes de gobiernos sean cosas que la gente vea, y vote de acuerdo. Hay que tomar en cuenta que cualquier encuesta que salga esta semana no toma todavía en consideración lo que pasó en Sicartsa. Y hay que seguir trabajando: no tenemos ganada esta elección. Nunca lo tuvimos; lo tendremos (si acaso) hasta el 3 de julio.
Yo estoy seguro de que vamos a ganar: pero eso no significa (ni nunca significó) que podemos quedarmos tranquilos a esperar que ocurra. Faltan más de dos meses todavía, y un chingo de cosas por hacer. Calderón ciertamente ha remontado mucho camino; jugando sucio, si quieren, pero lo ha hecho. De la ciudadanía depende hasta dónde remonta.
Y yo confío mucho en la ciudadanía.
Una última cosa: ¿qué pasa si acaba ganando Calderón? La respuesta es bien sencilla: pasará lo que la gente permita que pase. Los que hemos venido luchando por este proyecto de nación (nacionalista, con énfasis en la educación y salud públicas y defensa de la producción energética nacional) seguiremos haciendo lo mismo que siempre hemos hecho: luchar por lo que creemos. Los de la izquierda mexicana llevamos décadas siendo asesinados, siendo desaparecidos, siendo encarcelados por lo que creemos: una elección más no nos asusta. Nos quedaremos en México a pelear por nuestras convicciones y por nuestro país; y a evitar que la derecha haga lo que se le de la gana.
Así que hay que seguirle: no hemos perdido (ni mucho menos), pero sí hay que reconocer que el Peje ha bajado y que Calderón ha subido. Así que hay que trabajar y dejar de dar por seguro que ya ganamos. Y no hay que olvidar que la última palabra la tiene la gente de este país.
Y yo siempre he dicho que la gente de este país es muy chingona, y eso se verá el 2 de julio.
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