Ensayos para Conacyt

Acabé ayer con la funcionalidad requerida del sistema, incluyendo la manipulación de imágenes. No fue tan complicado como pensé que sería.

Justo cuando estaba mostrándole el prototipo a mi jefe, Enrique me habló para que fuéramos al cine. Tenía pases gratuitos de no sé dónde, y expiraban esa misma noche. Así que terminé de mostrarle el programa a mi jefe y fui con Enrique a ver The Statement (Siete Crímenes), que podría ser muy buena película, si tan sólo no fuera tan mala.

The Statement

The Statement

Fui a mi casa a descubrir que Dawson’s Creek no se había grabado (de nuevo). Así que seguí jugando un poquito con Rhythmbox, y después me puse a llena el formato eletrónico del Conacyt.

No entiendo porqué me genera tanta angustia. Además de que el programa está mal hecho, claro. En algún punto piden una forma para que la firme la universidad, en donde se especifica cuánto cuesta la colegiatura e inscripción de cada término. La cosa es que yo ya tengo una carta firmada donde dice exactamente eso. Voy a dar esa; no podría encontrar una forma más absurda de burocracia que el que sólo aceptaran su forma.

También escribí las tres justificaciones que piden. La primera es porqué quiero irme a hacer un posgrado y porqué mi elección de universidad. La segunda es qué planeo hacer cuando regrese y si hay planes de estudio similares en México porqué elijo irme. Y la tercera es qué relevancia para el país le veo a que yo me vaya a hacer mi posgrado.

Creo que quedaron bien, pero tengo que echarles otro ojo.

En la mañana se me olvidó el gafete que necesito para entrar a la oficina y al comedor, así que regresé a mi casa y llegué a la oficina a las diez; lo que significa que me iré a las siete. Mi jefe me pidió nuevas cosas, que tampoco se ven complicadas.

Y platiqué con Edgar, que no nos habíamos podido coordinar antes.

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Fin de semana

Salí al cine con Liliana el sábado. La idea al inicio era ir al cine, pero al final no fuimos porque terminamos platicando acerca de nuestra relación.

Todo comenzó porque le dije que había comenzado el blog. Nos peleamos un poquito (parece que no podemos abordar ciertos temas sin que haya algo de molestia entre ambos), pero al final me dijo que aunque ciertamente lo de Canadá era un problema, que ella estaba trabajando en eso y que no quería que yo lo viera todo el tiempo como una nube negra sobre nosotros.

Fue como si me quitaran una piedra del tamaño de un melón del pecho. Me hizo muy feliz escuchar eso, y me hizo sentir mucho mejor y más esperanzado con respecto a nosotros. Necesitaba mucho escuchar eso.

Fuimos por un helado a Coyoacán, que resultó ser un pisa y corre porque estaba llenísimo (como siempre), y luego fuimos a que yo cenara unas fórmulas en Las Fórmulas. Nos la pasamos muy padre, y ya luego la llevé a su casa y regresé a la mía.

Mi madre ya estaba en casa, pero yo aún no sabía lo de su accidente, y como ella ya estaba acostada pues no me enteré hasta la mañana. Lo primero que hice al entrar a la casa, fue levantar el teléfono. Nada: sin línea.

Llevaba así desde el viernes en la tarde, y yo suponía que era culpa de Telmex porque había conectado directamente un teléfono a la línea principal (de la cual se conectan todos los teléfonos de la casa), y estaba muerto. Sintiendo curiosidad (y síndrome de abstinencia por falta de Slashdot), abrí la caja que convierte la línea externa a RJ-12, y nada más ver al interior me di cuenta que probablemente no era problema de Telmex.

En mi casa, la señal del teléfono y DSL vienen de una caja que puso Telmex, y a través de un tubo de metal baja del techo hasta la sala. Ahí se conecta a la caja con salida RJ-12, de donde filtro la señal DSL, y con una conexión T saco un cable al teléfono inalámbrico que está en la sala, y otro que va pegado a las paredes hasta el estudio de mi mamá, donde vive el fax.

Mi cuarto, donde está otro teléfono y el módem DSL, tiene un cable que sale por la pared, viaja por el techo de la sala y baja por la pared para entrar también a la sala. Pero este cable se conecta directamente a la línea principal. Entonces si había una especie de corto en el cable que llega a mi cuarto, esta afectaba a la línea principal y, ergo, a todos los teléfonos de la casa. Carajo.

Así que desconecté el cable que viaja a mi cuarto, y conecté un teléfono directamente a la línea principal. Sorpresa sorpresa: había línea. Esto era cerca de las 12:30 AM. Tenía de dos sopas; dejar las cosas como estaban, o pagar mis pecados y dejar todo funcional. No lo pensé demasiado.

Lo primero que hice fue mover el cable que viaja a mi cuarto: evidentemente el culpable, ya que todos los demás cables viajan por dentro de la casa. Al estar en el techo de mi casa, vi lo que yo considero que fue la causa de todos los problemas: una enredadera había crecido alrededor del cable. En retrospectiva, no había tocado ese cable desde que se instaló el DSL, hace casi dos años.

Limpié de maleza el lugar, recogí el cable, y fui a la sala a hacer una prueba científica. Corté los extremos del cable, volví a pelar nuevas conexiones, y conecté un extremo a la línea principal, y otro a un teléfono. Había línea, así que el cable había dejado de ser el culpable; aunque sin duda lo había sido.

Reponer todo me llevó más de una hora; es ligeramente complicado hacerlo sin luz y colgándome de mi ventana para meter un cablecito por hoyitos en las paredes. Y después probé todos los teléfonos; la conexión a Internet se restableció automáticamente. Acabé sucio, cansado y enojado conmigo por no haber detectado antes el problema.

El domingo tuve que llevar a mi mamá al hospital, y de regreso en casa comencé a jugar un poco más con Rhythmbox. Está cambiando sustancialmente mi forma de escuchar música. También me está obligando a poner cierto orden en los tags ID3v1, porque es con ellos con los que las búsquedas funcionan. Coqueteé un momento con ID3v2, pero o bien id3lib no soporta UTF-8 o el intérprete de tags ID3v2 está roto en Rhythmbox. Así que me quedaré un rato con ID3v1; no es tan grave, sólo de repente tengo títulos que dicen “Show Me Love (Extended Vers”. Como es automático el pasarse a ID3v2 lo haré cuando la combinación Rhythmbox+ID3v2+UTF-8 funcione como debe ser. No me gusta tener Rene~@Á Zellweger en lugar de Reneé Zellweger.

Poco después Liliana me sorprendió yendo por mí a mi casa. Los Pumas ganaro 3-2, y después fuimos a comer pozole a un restaurante ilegal y feo, pero donde les queda delicioso. Por último vimos The Grudge (La Maldición). Buen Dios, o soy una niñita de seis años o de verdad está de miedo la película. Lamentablemente me temo que es lo primero.

The Grudge

The Grudge

Trato de no acostarme después de media noche cuando al otro día tengo trabajo; pero aún tengo que mandar unos correos a algunos doctores para pedirles carta de recomendación, imprimir cómo quieren las cartas el Conacyt y la Universidad de Vrije porque mañana el Benja me da unas, y quisiera además al menos empezar el esbozo de mi Statement of Purpose para la UV, porque necesito que alguien que de verdad intelija inglés me la corrija.

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El “mall” de la salud

Hoy como a las 7:00 de la mañana, sintiéndome realmente mal (me dormí a las 4:00 AM), el teléfono sonó. Platico luego por qué pudo por fin sonar el teléfono y por qué me dormí a las 4:00 AM.

Era mi tía Carmen; le pasé el teléfono inalámbrico a mi mamá, que me platicó que se había caído el día anterior y se sentía mal. No le pregunté mucho más, porque realmente me sentía muy madreado, y me fui a dormir de nuevo. A las 11:00 AM me pidió que la llevara a Médica Sur.

Mi teoría es que andaba bailando la del zsa zsa zsá (había ido a una boda), y en una vuelta medio violenta se pegó. Ella dice que una camioneta patinó una llanta sobre una rampita de metal, y que ésta le pegó en el dedo gordo del pie derecho. Como sea, se sentía muy mal, así que fuimos al hospital.

No tiene nada grave; sólo un coágulo debajo de la uña. Yo sabía que probablemente no era nada grave; pero mi madre se angustia fácilmente con cosas de la salud. Lo que es medio simpático, porque está en muy buen estado de salud y muy bien conservada. De verdad no parece ser de 55 años, que cumple en abril.

Como sea fuimos a Médica Sur, que es el hospital privado donde desde hace años mi mamá va, porque la UAM tiene un convenio con ellos y el seguro.

Odio ese lugar.

Cuando era pequeño, me partía la cabeza con una regularidad casi crónica. Me llevaban al López Mateos, un hospital del ISSSTE. Generalmente había que hacer cola, y generalmente había mucha gente. Pero el servicio era bueno; la gente se sentía en confianza de que ahí resolverían sus problemas de salud. O que el intento se haría.

Después de veinte años de darle constantemente en la madre al sistema de salud pública en el país, la gente no puede ya confiar así en los hospitales públicos. Luego amputan las piernas sanas en lugar de las que están mal. Instituciones públicas como la UAM, se ven forzadas a tener que hacer convenios con instituciones privadas de salud para que ellas se encarguen de atender a sus empleados, porque realmente ya no se puede contar con los hospitales públicos.

A mí no me queda la menor duda de que los mejores doctores y especialistas de este país están en las instituciones públicas. Ellas son las que hacen investigación al fin y al cabo. Pero el servicio cotidiano ha ido deteriorándose con el tiempo. Aún sigue siendo usado por la gente; principalmente porque muchos no tienen de otra. Pero no tendría que ser así.

La educación y la salud de la gente no son “productos”. Uno no elige universidad u hospital como elige shampoo y pasta de dientes. El Estado debe garantizar que todos y cada uno de sus ciudadanos tenga garantizado el acceso a todos los servicios de salud y de educación; a todos los niveles. Incluida la educación superior, incluido el posgrado.

Detesto a la gente que cree que por pagar por algo, ese algo es inmediatamente mejor. Conozco muchísima gente del Tecnológico de Monterrey (campus Monterrey) que son unos completos inútiles. Al menos en mi área, Computación, que se supone es de las áreas fuertes del Tec.

La UNAM es pública, y hay estudios internacionales que confirman que es la mejor universidad (pública o privada) de América Latina. La UNAM realiza el 50% de la investigación científica de México, y con la cuarta parte del dinero que tienen otras instituciones.

Ciertamente en este momento los servicios públicos de salud dejan que desear; principalmente en lo que se refiere a trato al paciente y cosas como hacer colas y trámites. Porque investigación de salud se hace principalmente en instituciones públicas. Pero la bronca de servicios es una respuesta obvia a la falta de atención (y de recursos) que los últimos gobiernos federales han prestado.

Estos imbéciles quieren tratar a los sistemas de salud y educación como si fueran negocios. Que la gente tenga que pagar por estar sana. Por recibir educación superior. Yo sencillamente no puedo entender la lógica de ese enfoque. Digo; claro que lo entiendo desde el punto de vista de los mercaderes de la salud, como los de Médica Sur. Ellos encantados haciendo negocios con el sufrir de la gente.

Pero no puedo creer que alguien diga que privatizar la educación y los servicios de salud es lo que le conviene a la gente. Y no empecemos con la mismas ideas respecto a privatizar PEMEX o la CFE.

Aquí no sólo habla mi ideología y mi formación de izquierda. Se me hace un asunto de mínimo sentido común y responsabilidades sociales. De verdad creo que es lo mejor para todos. Excepto los dueños de hospitales y universidades privados, por supuesto.

No puedo creer que haya gente que en serio crea que una corporación va velar más por sus intereses que un gobierno que se supone elegimos entre todos.

Médica Sur no parece un hospital; parece un mall. Pisos de mármol, tiendas, cajeros automáticos, valet parking. Me da asco. Me molesta que mi madre tenga que ir ahí porque si le hacen radiografías en el López Mateos se las tendrían listas en dos semanas.

Parece que más y más gobiernos de izquierda se están formando en toda América Latina. Espero que pronto eso ocurra en México; los gobiernos e los últimos 22 años han sido terribles para todos los servicios públicos.

Excepto el SAT. Para cobrar dinero sí son eficientes esos pinches panistas.

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Las Cartas

Una de las razones por las que decidí instalar WordPress y comenzar a llevar un registro histórico de lo que me pasa por la cabeza, es por lo que ocurre con mi vida académica, que es la que yo califico como la de “adeveras”.

Muchas cosas pasan por mi mente y otras tantas me preocupan. Hay consecuencias que serán inevitables si mis planes avanzan como yo quiero, y varias de esas consecuencias me angustian a grados a veces ridículos. Otras sólo preocupan, o molestan.

Siento que tener el pensadero me ayudará a desahogar ciertos sentimientos, e incluso tal vez a entender mi situación y mis reacciones a la misma.

Lo cual suena muy bien y bonito; pero entonces ¿porqué he tardado tanto en escribir una entrada que se relacione aunque sea de lejos con toda la situación académica? Supongo que tiene mucho que ver con el hecho de que en todas las entradas que he escrito, sólo he escrito acerca de Liliana una vez, y sólo de pasada.

El hecho es que me aceptaron en la Universidad de Waterloo. El hecho es que voy a solicitar beca (otra vez) a Conacyt. Y el hecho es que, si me dan la beca y Liliana no quiere acompañarme aunque sea un tiempo, nos vamos a separar físicamente. Por mucha distancia. Si lanzo una piedra seguro no le atino.

Tal separación me afecta mucho menos a mí que ella. Yo digo que es cómo fuimos educados; ella dice que son otras razones. No lo sé; pero sí sé que le afecta mucho. Y a mí me afecta que le afecte.

Yo le digo que si fuera la situación inversa, que fuera ella la que se fuera a hacer su doctorado (seguramente a Europa, que es todavía más lejos), que igual me afectaría menos a mí que a ella. Ella no me cree, o no quiere creerme, pero es verdad. Me gustaría que la situación fuera inversa, para poder demostrárselo.

En la relación, “lo de Canadá” se ha transformado en algo que genera mucho ruido. Por supuesto no es lo único, pero casi cualquier problema que surge termina de alguna manera por sacar el tema de Canadá. Y en ese sentido sí me afecta, porque es como tener una nube negra que no puedo apartar cada vez que tenemos broncas. Siempre está ahí.

En lo que a mí respecta, como individuo independiente, el no estar bien con Liliana también me afecta obviamente. Pero además está el sentimiento de que no podemos estar bien, porque para estar bien sería condición necesaria que no fuéramos a separarnos posiblemente por quién sabe cuánto tiempo por culpa mía. Condición necesaria, no suficiente, para acabarla de amolar.

Y hay muchas cosas que me dan miedo, que me preocupan, que me angustian de todo lo relacionado con Canadá, y que no puedo compartir con la mujer que amo. No porque ella no me escuche o no me apoye, sino porque yo no me siento cómodo apoyándome en ella en un asunto que la afecta más que a mí. Que no quiere decir que no me afecte.

Liliana dice que soy ingruente. Que si realmente me preocupara cómo se siente ella respecto a que me vaya, que sencillamente yo no me iría. Y ahí me doy cuenta de qué completo inepto he sido para tratar de explicarle cómo me siento.

Tengo que irme. Me queda eso tan claro que creo que ya ni siquiera sé cómo explicarlo. Y lo peor es que mucha gente parece entenderlo también; pero no así la mujer con la que quiero tener hijos y morir en sus brazos.

Y ya es sencillamente cansado y frustante el siquiera pensar en el tema. No digamos hablarlo. Pero ahí está, como una nube negra permanentemente sobre nuestras cabezas. Al menos yo sí la siento sobre la mía.

Y están todas las pequeñas cosas relacionadas con los trámites todavía necesarios para ver si me dan la beca y entonces sí me voy. Como Las Cartas.

Los trámites a las universidades y a las becas serían varios grados de magnitud más sencillos para mí, si sólo dependieran de . Pero siempre piden cartas de recomendación.

Y no tengo ningún problema en conseguirlas. Varios de mis profesores me han dado y siempre me aseguran que cada vez que yo quiera ellos estarán más que felices por darme una (cada quién, no una entre todos). Pero no puedo explicar la terrible angustia que me causa el pedir una carta de recomendación.

Racionalizando, me parece que una parte de mí se siente mal de pedir cartas de recomendación. Especialmente si ya le he pedido una a la misma persona. Esa parte me tortura diciéndome que con la primera debió haber bastado; que pedir más es un abuso, por no decir que habla mal de mí el no haber conseguido lo que quería a la primera.

Por supuesto, eso es basura. Yo sé (y lo sé) que el ser aceptado o rechazado tiene un componente de suerte (y perseverancia) enorme. Tampoco ayuda el enviar solicitudes a universidades prestigiadísimas y que rechazan cientos (cientos) de estudiantes al año.

Y también sé que hay algo más, aunque no sepa qué. Pero sé que es algo completamente irracional.

Hoy le escribí a Benjamín, el doctor con quien mejor me llevo, para pedirle otra carta de recomendación. Mmmh. De hecho Elisa es la doctora con quien mejor me llevo; pero ella acaba de hacerse doctora. Benjamín fue el primer doctor con quien me llevé bien. Le habría escrito a Hanna, pero no tengo Internet por el momento.

Necesito muchas cartas de recomendación. Todas las que pueda conseguir. Le voy a pedir carta hasta al que limpiaba los baños en la facultad. La convocatoria de Conacyt dice que se dará privilegio a las solicitudes de Doctorado, y, en los casos excepcionales y bien justificados, a las de Maestría.

Yo voy para maestría.

Cumplo, por sobra, con todos los requisitos de Conacyt, y con casi todo lo especificado en el “perfil del solicitante”. Fallo en tres cosas del perfil:

  1. nunca he hecho investigación (que es bastante entendible; sólo he hecho la licenciatura)
  2. no llego a 600 en la parte verbal del GRE (y NUNCA voy a llegar; si el examen estuviera en español hay palabras que de cualquier forma no sabría su antónimo), y
  3. voy a maestría, no a doctorado.

No sé si yo sea un caso excepcional; pero sí puedo ser un caso muy bien justificado. Pero para ello necesito que hasta Harry (de Harry’s Café) me firme una carta de recomendación donde diga que yo fui un cliente distinguido durante mi carrera.

Me drena incluso escribir de esto. Me pone mal. Y necesito entender por qué.

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El Pensadero

Platicando con Citlali ayer (por MSN, como casi siempre), me surgió una alegoría para tratar de explicarle el porqué de mi interés repentino por tener un blog.

En Harry Potter y el Cáliz de fuego, se nos presenta por primera vez el Pensadero de Dumbledore. Hay una explicación detallada de cómo luce este artefacto, pero yo no puedo evitar imaginármelo como un molcajete. En este molcajete mágico, Dumbledore deposita recuerdos de su mente para tenerlos siempre disponibles. Incluso otras personas pueden tener acceso a estos recuerdos. Es el equivalente mágico de hacerle backup al disco duro, sólo que funciona con pensamientos, no con pornografía como es mi caso.

De mi disco duro (y mi pornografía) se hace cargo mi quemadora de DVDs; pero yo no tengo molcajete mágico para mis piensos. Y creo que justamente eso es lo que trato de tener con mi blog; una especie de pensadero tecnológico.

La idea me gustó tanto que le cambié el título a mi blog y le puse “El Pensadero de Canek”. Qué bueno que en este momento la red se cortó en mi casa, porque estoy seguro que si buscase en la red descubriría que mi idea fue tan original que ya la han tomado quién sabe cuantos mil bloggers.

El aspecto técnico del blog me ha estado encantando. Instalarlo fue ridículamente sencillo, gracias a Gentoo, y configurarlo para que actuara y se viera como a mí me gusta fue muy sencillo. Me encanta cómo se ve; la fuente, la proporción, los colores. El único problema hasta ahora es que es relativamente lento el publicar o editar una entrada. No sé si tenga algún problema con my MySQL, o es sencillamente que así funciona.

También está el hecho de que estoy escribiendo en español, que tal vez sea un error porque debería practicar mi redacción en inglés. Por ello puse la traducción a español de WordPress, y en general está bien, aunque de vez en cuando hay pequeñas inconsistencias.

Y sigo ponderando si voy a irme en vivo o no.

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Ponderando el hacerse público

Llevo dos días con WordPress. Ya le puse un estilo que me gusta, modificándolo un poco para que las citas (“quotes”) queden de una forma que me guste más, e ingeniándomelas para generar yo mismo mis thumbnails y un estilo para ponerlos en el blog.

Me está gustando mucho, aunque me gustaría que fuera mucho más portable en el sentido de que ahorita lo estoy corriendo en mi máquina, y que me gustaría que moverlo a abulafia o a arce0 fuera tan sencillo como respaldar la base de datos y recrearla en uno de esos dos servidores. Ya estoy viendo que de hecho no va a ser tan sencillo.

Pero lo que más me impresiona es la cantidad de palabras que he escrito. No digo que tenga algo de calidad lo que he escrito; lo que digo es que es un chingo. Creo que sí me hacía falta desahogar mis pensamientos de forma escrita, aunque todavía no me queda claro el porqué.

Estoy pensando si me voy a ir a producción, si voy a hacer público el blog. No tengo idea; y la verdad no creo que sea tan importante. Dudo mucho que le interese a mucha gente lo que podría o no etar escribiendo.

Pero sí me está gustando escribir. No he decidido si irme “en vivo” todavía, pero sí voy a seguir escribiendo.

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Corazón, diario de un niño

Recuerdo haber visto el animé, y me parece recordar haber leído algunos capítulos de la novela. Me parecía algo ridícula (la serie), y queda principalmente en mi memoria como otra de esas caricaturas que veía porque daba la casualidad de que estaba en la programación. En esa época sencillamente me chutaba toda la programación.

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

Ai no Gakkou Cuore Monogatari

(Además, ni siquiera me genera una sombra de duda como Josefina… ¿de qué carajo trataba todo eso? ¿Una ballena enana, que flotaba? ¿Qué demonios? Al menos a Josefina quiero volverla a ver para resolver el misterio.)

Nunca quise llevar un diario básicamente porque mi letra es espantosa. De verdad, es horrible. Mis compañeros de la facultad dicen que lo que pasa es que conforme transcurría el tiempo en la clase, me daba más y más hueva el escribir, y ponía cada vez menos esfuerzo en hacer la letra legible. Al final de la clase, mis apuntes eran poco más que algunos puntos y líneas y círculos, chiquitos chiquitos que sólo yo (a veces) podía leer.

Así qué, ¿cuál es la idea de todo esto? Las páginas personales me parecen la cosa más patética del universo, e inicialmente creí que los blogs eran su más abominable legado. Después de un rato terminé leyendo algunos, como todo mundo; pero ciertamente no espero que nadie lea esto (¡Hola mamá!)

Supongo que la idea de todo esto es que, después de tres años de stand-by en cuanto a lo relacionado a mi vida se refiere, parece que ahora sí va a llegar el momento de reiniciarla (podría incluso decirse que iniciarla), y no sé, creo que quiero tener una forma de recordar todo lo que estoy sintiendo sin tener que recurrir a mi memoria (que a veces raya en lo genial, para luego parecer de teflón) o a mi terrible costumbre de racionalizar todo, cambiando mis recuerdos a como me convenga en el momento. Necesito mantenerme sincero conmigo mismo.

Como sea, esto probablemente no será un diario (conociéndome lo dejaré abandonado semanas enteras), ciertamente no será tal cual mi corazón (es un blog, se supone deben leerlo otras personas), y puedo asegurar que ya no soy niño.

Pero la idea me emociona. Como a un niño.

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