Les digo que eso de la inteligencia no es lo mío

Como ya varias veces he dicho, en el fondo yo no soy listo. De hecho, cada vez me queda más claro que soy rete pendejo.

Otro ejemplo: me quejaba hace un par de días de que necesita un adaptador DVI→VGA para mi nueva tarjeta de video NVidia.

Total que compré uno en Steren (120 pesotes), y fui a mi casa y lo probé. Por supuesto (maldito seas, Murphy) no funcionó. Pensé que podía ser el cable VGA, así que probé con varios, hasta que por fin llegué a la conclusión de que el famoso adaptador no servía.

(Sí probé la tarjeta de video con un cable DVI: tan pendejo no soy).

Entonces decidí ver el manual de la tarjeta; a lo mejor pasé algo por alto al comprar mi adaptador, a lo mejor un DVI-D no servía y necesitaba un DVI-I.

¿Qué voy viendo en el fondo de la caja de mi tarjeta NVidia? No uno, sino dos adaptadores DVI→VGA, que por supuesto funcionan sin ningún problema.

Algún día me van a cachar mi engaño de que soy inteligente y todo mundo sabrá lo estúpido que soy.

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Cable telefónico externo

Total que mi mamá me llamó porque el teléfono dejó de funcionar, y con ello la conexión a Internet (me llamó por su celular, si acaso era necesario explicarlo). Yo supuse que tendría que ver con el cablerío, así que fui a echar un ojo.

Mi única explicación después de revisar todo, fue que el cable que baja del techo que conecta directamente a la línea de Telmex se había terminado por amolar porque desde hace tiempo le entra agua al tubo que atraviesa la casa para llevarlo a la sala. Tiene un tubo en curva para evitar que eso pase, pero desde hace años el agua se filra en su base.

Total que fui a la calle de Victoria en el Centro a buscar cable telefónico para exteriores… y resultó un desmadre encontrarlo; en cada local que preguntaba me mandaban a otro, hasta que como al octavo por fin lo conseguí.

Lo divertido; cuando llegué a casa de mi mamá, ya habían ido los técnicos de Telmex y resultó que el problema era con la línea de Telmex; todo en casa de mi madre estaba bien. De todas formas sellé con yeso la base del tubo en curva para que no se filtre el agua.

Y ahora tengo once metros de cable telefónico externo que no tengo idea de qué haré con él.

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El Media Center

Total que no he armado mi Media Center por varias razones. La principal es disponibilidad; varias partes del hardware son inconseguibles en México. O yo he sido muy pendejo para encontrarlas; pero me cae que sí he buscado.

Como sea, la parte que más me interesa es el gabinete, porque al fin y al cabo estará en la sala de mi depa y se tiene que ver más o menos decente. Eso significa ocultar o disfrazar todo lo que delate que es una vil máquina. Y ya había conseguido uno, aquí en México y hasta con precio decente, pero voló porque no junté la lana a tiempo.

Así que ahorita estoy en espera para ver cómo le hago para conseguir aquí lo que quiero, o arreglar que alguien me lo traiga, o ver si pago el medio hígado que cuesta el envío internacional. Bueno, exagero; es más bien como ¼ de hígado.

Mientras tanto, moví mi máquina grande a la sala para conectarla a mi LCD TV de 46 pulgadas, porque al menos así sí alcanzo los 1920×1080 necesarios para Full HD. Y además me organicé con Juanjo para que trajera su PlayStation 3 y de verdad aprovecháramos lo que Full HD ofrece.

Media Center

Media Center

De hecho así sigue viendo la sala de mi depa, sólo que Juan ya se llevó su PS3.

La consola sí me impresionó en algunas cosas, pero al final decidí que no voy a comprarme una. La simple verdad es que yo no juego tanto en consolas, y entonces el PS3 serviría únicamente para ver BDs. Creo que mejor invertiré bien en un Media Center, y le meteré una unidad de Blu Ray; ahorita está en 3,714 pesos ya con IVA, pero espero que baje pronto de precio (en el gabacho están en 180 dólares). Y pues tendré que soportar Windows mientras alguien ve cómo reproducir BDs en Linux; pero eso tampoco creo que tarde mucho.

Y ciertamente mi PC se ve horrible en la sala… pero qué chingón es trabajar con un monitor de 46″.

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El colmo

Esto ya parece chiste; compré teclado y ratón inalámbricos de Microsoft (el Wireless Optical Desktop 1000). Llego a mi casa, lo pruebo en Linux, y jala poca madre… excepto que no llega a dos metros la señal, pero siendo justos eso venía en las especificaciones.

Y entonces lo pruebo en Windows (porque la idea es jugar juegos de PC en mi telesota sentado cómodamente en mi sofá), y no jala.

Teclado y ratón inalámbricos de Microsoft.

No jalaron en Windows.

Tuve que instalar los controladores que venían en el CD, pero la verdad yo estaba anonadado; supuse que las teclas multimedia del teclado a lo mejor no funcionaban en Windows (nota: esas también funcionaron de inmediato en Linux), pero no funcionó ni el teclado ni el ratón.

Y mi Windows XP está razonablemente actualizado; no tiene el Service Pack 3, pero realmente dudo mucho que eso ayudara.

Ridículo.

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La rebanada

Hace poco más de un mes me operé los ojos con LASIK.

La operación es más o menos así: rebanan la córnea y levantan el pedazo rebanado; muy parecido a como cuando pela uno una naranja o mandarina, sólo que la “cáscara” (la córnea) no se divide, el pedazo rebanado no se separa nunca del todo.

Abajo de la “cáscara” queda una como gelatina, que es el interior de la córnea. Ese interior es, literalmente, tallado con un láser de precisión ridículamente alta, de tal forma que cuando el pedazo de córnea rebanado vuelva a ponerse encima, toda la córnea adquiere la forma que uno requiere para ver bien. El cirujano entonces vuelve a poner el pedazo rebanado, y se asegura de que las “orillas” queden como estaban; de esta forma la “cicatrización” (explico ahorita las comillas) se reduce a una curva sobre la córnea, y el resto está en el interior de la misma (que no está expuesta a los elementos).

Hace años cortaban un trozo de la córnea (como un pedazo de pastel), y literalmente cosían las partes separadas; por eso es que antes sólo se podía corregir miopía o hipermetropía, pero no astigmatismo, porque en el astigmatismo la deformidad de la córnea no es “bonita”: en la miopía sólo tenían que calcular el ángulo del trozo de córnea a cortar.

El siguiente paso fue rebanar directamente el exterior de la córnea; aunque esto permitió reparar astigmatismo también, la parte que necesitaba “cicatrizar” era enorme; básicamente todo lo tallado. En consecuencia el paciente se la pasaba con dolor durante días, y en los casos graves semanas.

La operación que a mí me hicieron fue la de rebanada que expliqué (flap le dicen en inglés); como la parte a “cicatrizar” expuesta es únicamente una curvita, generalmente saliendo de la operación ya no duele.

Poco antes de la operación le pregunté a mi doctor que qué podía salir mal. Él claramente me dijo que lo peor que podía pasar (y que era reparable), era que el corte inicial (la rebanada, el flap) saliera mal; en tal caso ponen todo en su lugar, se espera uno un mes, y vuelven a hacerla una vez que haya “cicatrizado” la córnea. Lo mismo se hace si el paciente no se puede estar tranquilo y se mueve, lo que causa un corte incorrecto.

He puesto “cicatrizado” entre comillas porque la córnea no es músculo o piel; la “cicatrización” es un proceso químico (iónico, me explicaron) donde las células que forman la córnea se pegan las unas a las otras, quedando casi casi exactamente que si no hubiera habido corte.

Me pasaron entonces a operar, y el ojo derecho salió perfecto; no me moví para nada, todo salió de pelos, y rapidísimo (la operación dura como 5 minutos por ojo). Pero, como platiqué en su momento, tuve la mala suerte de que en el ojo izquierdo salió mal el corte inicial.

La córnea (de forma exagerada) en ojos como el mío tiene “montañitas” y “vallecitos”. Entonces en mi corte inicial la rebanada, el flap, quedó con un hoyito en uno de los vallecitos. El doctor pudo seguir con la operación, pero decidió (y yo creo que fue lo correcto), mejor dejar todo como estaba, dejar que cicatrizara, y esperar un mes a realizar de nuevo la operación.

Yo no estaba para nada contento, obviamente, pero como tengo fe en en la ciencia, decidí esperar… además de que no tenía muchas opciones.

La verdad sí me quedé con la duda de porqué no había hecho el flap más grueso, el corte más profundo, la primera vez, pero eso se respondió solito en la segunda operación.

Mientras tanto pasé mes y medio de mi vida medio tuerto. Más bien como un cuarto tuerto; veía con los dos ojos, pero el izquierdo veía igual de mal que antes de la operación. El cerebro es bastante inteligente, y automáticamente procesa la información del ojo bueno nada más; pero de todas formas sí era medio desesperante. Pero viví mi vida sin ningún problema; fui al cine, vi tele, programé en la computadora y todo… nada más con ojo malo malévolo.

Ayer por fin (después de dos retrasos) me rebanaron el ojo izquierdo de nuevo. El doctor antes de la operación me dijo que esta vez iba a rebanar no uno, sino dos pasos más profundos que la otra vez. Yo dije chingón, ahora ya todo saldrá bien.

Y sí, todo salió bien… sólo que el hacer el primer corte más profundo es, haciendo una analogía burda, la diferencia entre un rasguño en la mano, y un corte que llegue al hueso: después de la operación, y cuando la anestesia se disipó, me empezó a arder al ojo como no tienen idea. Estaba llorando del dolor, sintiendo como si unos enanitos malvados estuvieran navajeando mi córnea si abría el ojo, si lo cerraba, si lo movía o si sólo lo dejaba estar.

Encima de todo, y como me siento Supermán, fui solito. Se me hizo fácil porque pues el ojo derecho ya está perfecto, y sólo me iban a operar el izquierdo. Por supuesto, salí sin ver ni madre del ojo izquierdo (todo lagrimeado), y con el derecho cerrándose porque también lo anestesiaron (porque tenían que lavarlo también antes de la operación). Y para empeorar la cosa, comenzó a caer un diluvio de esos que sólo en esta hermosa Ciudad caen.

Total que no me maté (de milagro), y llegué a mi departamento a tirarme en la cama, donde dormí doce horas seguidas. Y hoy amanecí perfecto… con el ojo izquierdo algo enrojecido, pero perfecto.

Y ya pude manejar, trabajar en la compu y todo lo que normalmente hago; de hecho la primera vez fue más difícil, porque el ojo derecho recién operado hacía toda la chamba. Ahora el izquierdo está recién operado, pero lo ayuda el derecho que ya sanó completamente.

A pesar de todas las broncas (que no fueron tantas, realmente), ahora estoy muy contento. Dejar de usar lentes de verdad es una ventaja enorme (especialmente si uno llevaba veinte años usándolos), e incluso recién operado siento que se me cansan menos los ojos que con los lentes.

Me dijeron que me va a regresar el 10% de mis dioptrías en unos 10 años; así que cuando tenga cuarenta necesitaré lentes para ir al cine o manejar de noche. Lo cual a mí me parece perfecto; tendré unos diez años de vista perfecta (de hecho poquito más que perfecta; tengo como 103% ahorita).

Hace veinte años mi mamá me llevó al oculista, y ahí nos dijeron que usaría lentes toda la vida, para todo; que no podría hacer casi nada sin anteojos. En su momento me deprimió cabrón eso; y aunque con el tiempo me acostumbré, nunca fue algo que me gustara realmente. Mucho menos los de contacto.

La ciencia y la tecnología me han regresado la oportunidad de levantarme y poder bien todo a mi alrededor. Eso es una maravilla, y por las cosas que me da gusto de vivir en estos tiempos.

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Full HD

Full HD es una resolución; 1920×1080 para ser exactos. Punto. No es el aspect ratio (4:3, 16:9, etc.), no es la “velocidad” (frames por segundo o refresco de la pantalla), ni mucho menos es el tamaño físico de donde se esté reproduciendo; en otras palabras, una pantalla LCD de 14″ de una laptop puede ser Full HD.

Aclarado eso, ahora necesito un aparato que de hecho escupa video en Full HD, para poder aprovechar mi telesota.

(Y espero ya no tener que volverlo a explicar, porque un montón de gente no parece entender qué es Full HD).

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La toalla

La Facultad de Ciencias decidió subcontratar (outsorcear) todo lo relacionado con correo electrónico a Google. Lo que esto significa es que todas las cuentas de correo electrónico @ciencias.unam.mx van a seguir existiendo, pero la administración de todo el servicio será por parte de Google Apps para Educación.

En otras palabras, vamos a tener GMail, pero con nuestras direcciones @ciencias.unam.mx en lugar de @gmail.com. En el paquete vienen incluidas todas las monerías que Google ofrece: el anti SPAM, la búsqueda, las etiquetas, el calendario, los documentos, el GTalk, etc., etc. Además, por lo que yo he entendido, la cosa será gratis.

Desde el punto de vista práctico la cosa me parece perfecta; la gente de la Facultad de Ciencias ya no tiene que preocuparse de la administración del servicio de correo (que aunque no es terriblemente complicado ciertamente sí es muy talachudo), y Google da un servicio casi perfecto. Todo mundo gana.

Desde un punto de vista más subjetivo, sin embargo, no puedo evitar sentir que los de la Facultad tiraron la toalla. Que dijeron “no podemos con esto, así que le pedimos a alguien más que lo haga”. Igual y es injusto; igual y pueden, sólo el costo/beneficio de hacerlo nada más no es ganancia.

No lo sé. Un encargado de todo lo relacionado con cómputo de un Instituto con el que platiqué me dijo que él aplaudía la idea; que él prefiere tener a su gente trabajando en cosas más interesantes que las patéticas peleas que siempre hay contra el SPAM, falta de espacio, y ancho de banda. Y Google parece tener resueltos (o casi resueltos) esos problemas, así que mejor que ellos lo hagan.

Igual y desde un punto de vista práctico es idiota, pero yo sí siento que la gente de la UNAM (especialmente la de la Facultad de Ciencias) debería poder lidiar con el problema, y por un mínimo sentido de orgullo hacerse cargo de él.

Pero al fin de cuentas yo no soy el encargado de la red en la Facultad, y no he tenido que lidiar con todas las broncas relacionadas.

Lo que sí es que probablemente deje de usar mi cuenta de GMail; la cuenta que más utilizo, que más me importa y que más cariño le tengo es la de Ciencias (que está, siempre ha estado, y siempre estará, hasta abajo en este blog). Y ahora esa cuenta tendrá todas las ventajas de GMail.

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“Estimado usuario…”

Me levanté para descubrir que no había interné. Primero comprobé que mis cables estuvieran bien, reinicié el módem DSL y mi AP, y traté de conectarme de nuevo, sin éxito.

Después llamé a Telmex, donde me salieron con que “Estimado usuario…” blah blah blah, no interné.

Fueron varias horas; cerca de cinco. Me estaba dando síndrome de abstinencia.

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Eclipse

Para un proyecto en el que estoy trabajando volví a programar en Java, y por fin decidí utilizar Eclipse. Llevo años evitándolo porque si voy a utilizar un sistema operativo para editar archivos, entonces prefería utilizar XEmacs. Pero pues estoy tratando de actualizarme, así que decidí probarlo.

El IDE tiene un montón de cosas bonitas, y ciertamente la autocompleción de código y la refactorización automática son fabulosas. Tampoco se siente muy pesado ni en mi máquina grande ni en mi laptop. Pero a la hora de editar texto, XEmacs sigue siendo mucho mejor.

Igual y es sólo que me acostumbre a los atajos de Eclipse… pero la verdad lo dudo.

Voy a terminar este proyecto con Eclipse, pero no sé si lo seguiré usando para programar en Java. Igual y sí; tiene cosas muy simpáticas.

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Nuevas etiquetas

El otro día comentaba que ya estoy usando mi celular para escuchar música. Una cosa “fea” era que parecía que el celular no soportaba UTF-8, y entonces las etiquetas de mis MP3 salían con símbolos raros.

Resulta que no; ahora que ya re-etiqueté toda mi colección de música, resulta que mi celular sí soporta UTF-8; lo que pasa es que sigue los estándares ID3v1 e ID3v2 al pie de la letra. El estándar ID3v1 dice que las etiquetas deben estar en ISO-8859-1, y así las leía; como estaban en UTF-8, salían horribles.

Pero como ID3v2.4.0 (que ahora todos mis MP3 tienen) sí soporta bien UTF-8, el celular lo lee sin ningún problema. Además también puedo montar mi microSD sin problemas; agregué utf8 a las opciones para montar sistemas de archivos vfat, con la siguiente llave de gconf:

/system/storage/defaul_options/vfat

Entonces Linux automágicamente convierte los nombres de archivos (que yo tengo con UTF-8) al conjunto de caracteres que usa mi microSD… el que sea que es. Todo funciona sin problemas.

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Me los podría tragar… fácilmente

Hoy estaba jugando con el microSD que venía con mi teléfono celular, de 256 megabytes. Viene con un adaptador a SD, y siendo yo como soy no puedo evitar el estar sacándolo y metiéndolo.

Tardé un rato en percatarme de que (obviamente) el microSD de 2 gigabytes es idéntico en tamaño, y que hay en existencia microSD de 4 gigabytes, sólo que mi celular no podía leerlos. Supongo que 8 gigabytes no deben de tardar.

El microSD es, para motivos prácticos, del mismo tamaño que mi uña del dedo medio, y más delgado que un milímetro. Podría sin ningún problema meterlo debajo de mi lengua o entre mis encías y labios. Una cantidad de información equivalente a casi una película en DVD puede ser transladada físicamente de forma virtualmente imperceptible.

Supongo que no será tan ventajoso cuando algún día pierda gigabytes de información entre los cojines de un sofá; pero de cualquier forma es impresionante.

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