Mi rector

Desde que soy parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (o sea, la mitad de toda mi vida), nunca he sentido particular aprecio por los rectores que me tocaron. Sarukhán era un cerdo, y de Barnés (dados mis antecedentes, incluidos los penales) no tengo una sola cosa buena que decir.

De la Fuente merece mi respeto; a pesar de que él era el rector cuando caí en la cárcel, después jugó un papel muy importante en generar el consenso que en su mayoría se generó en la comunidad universitaria, de que necesitábamos fortalecer la unidad de la misma ante el embate (que no se tardó en dar) que los idiotas gobiernos panistas harían contra la Universidad. Pero ha pesar de que respeto ese papel, no tengo el menor aprecio por él en lo personal.

Ninguno de ellos se ganó nunca que yo los reconociera como “mis” rectores, y José Narro iba por la misma. Narro es similar a De la Fuente; ha continuado la línea de consolidar la unidad dentro de la comunidad universitaria y de defender a la Universidad de estos imbéciles: y para ser precisos lo ha hecho con mucho más vigor que De la Fuente, en gran medida porque el embate por parte del “gobierno” ilegítimo de Calderón ha sido todavía peor que con Fox.

Pero después de leer el discurso de aceptación del premio Príncipe de Asturias que Narro hizo en España, por esta ocasión se ganó que yo me refiera a él, con cierto cariño incluso, como mi rector. Algunas partes:

[Refiriéndose al premio] La distinción es de todos ellos y de las generaciones que hicieron la historia, incluidos aquellos extraordinarios hombres y mujeres del exilio español que nos enriquecieron hace 70 años.

Ir a España a recibir un premio, y mencionar a los republicanos exiliados por Franco. Bravo.

No hay campo de la vida en el que no influya el saber; por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia, como que en muchos sitios no sea una prioridad o que se le escamoteen los recursos para su generación y transmisión.

Pedrada a estos retrasados mentales que siguen cortando los recursos no sólo a la UNAM, sino en general a la educación y a la investigación.

Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo.

Que es lo que vengo diciendo desde hace años.

La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia.

La educación no es un producto, por más que haya imbéciles que así quisieran verla. Es un derecho; por eso no permitimos que hubiera cuotas en la UNAM, y por eso es que todos los candidatos a rector en la última sucesión se comprometieron a no subir las cuotas (simbólicas) en la UNAM.

A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. También lo es de ahora y del futuro. Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre.

Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre.

Los valores laicos de ayer y de siempre.

Nada más por eso (y el resto de su discurso), hoy digo por primera vez en mi vida: ese es mi rector hablando.

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Incompetencia o irresponsabilidad

Con lo que pasó ayer en la madrugada con Luz y Fuerza del Centro, a la hora de los cobardes como fue la entrada de la PFP a Ciudad Universitaria hace casi diez años, no me queda claro si es una muestra más de la increíble incompetencia y estupidez del “gobierno” federal; o si es una provocación premeditada para poder justificar una represión generalizada contra todos los movimientos sociales que se han venido formando justamente a raíz de esa incompetencia y estupidez.

Tristemente, existe la posibilidad de que sean ambas.

Espero que la violencia pueda ser evitada. Lamentablemente cada vez se ve más difícil que eso sea posible.

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Estallidos sociales

Sólo como addendum a mi entrada sobre Violencia de hace unos días: la Sedeso advirtió que sí hay peligro de estallidos sociales en el país por la crisis.

La Sedeso fue la que hizo el anuncio. No un grupo de izquierda radical.

Sólo para los crédulos que de verdad se tragan que todo está bien o “no más mal que en las últimas crisis”.

El primer paso para tratar de solucionar un problema, es aceptar que existe. Y yo (como la enorme mayoría de la gente de izquierda, estoy seguro) queremos que se solucione, porque no queremos estallidos sociales violentos. Y no los queremos porque en ese tipo de escenarios, es la gente jodida la que más afectada se ve.

Nosotros queremos un cambio pacífico. Por eso es que, a pesar de los fraudes, injusticias y trampas que siguen ocurriendo en nuestra “democracia”, seguimos impulsando un cambio que se produzca a través del sistema de elecciones. La izquierda mexicana (exceptuando algunos grupos radicales, que son minoría) está en contra de la salida violenta.

Pero no por ello puede dejar de ocurrir uno o varios estallidos violentos. La gente cuando se siente suficientemente desesperada es a la salida que recurren. Y estos retrasados mentales están llevando a ese punto a millones de mexicanos. No miles; millones.

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Violencia

Después de leer un artículo que compartió Omar bajé y hojeé un estudio sobre la violencia en el país.

Lo primero que me viene a la mente por supuesto es el estado de crisis en el que está sumido el país, consecuencia directa del fraude del 2006 y la bola de incompetentes que han estado “gobernando” (entre comillas porque realmente no hay forma de que podamos describir como “gobernar” lo que han estado haciendo) desde que se robaron la presidencia hace tres años.

La segunda es la bola de bestias y animales que durante años han estado diciendo que mi hermosa Ciudad de México es la más insegura del país. En el estudio del CIDAC, la Ciudad aparece en quinto lugar, con un índice de violencia “Media Alta”, debajo de Chihuaha, Baja California, el Estado de México y Sinaloa.

Pero si lo analizan bien, en los peores tipos de violencia la Ciudad de México está todavía más abajo: homicidios por cada 100,000 habitantes Chihuahua tiene 15, Baja California tiene 10, el Edomex tiene 14.3 y Sinaloa tiene 12. Mi Ciudad tiene 4.4.

En ejecuciones, Chihuahua tiene 32.1 por cada 100,000 habitantes, Baja California tiene 10.5, el Edomex tiene 2.5, y Sinaloa tiene 17.5. Mi Ciudad tiene 1.6.

Al parecer aquí se roban más carros que en Sinaloa; 5.8 por cada 1,000, contra 5.0 del estado norteño. Chihuahua, Baja California y Edomex andan arriba de 13.

Homicidios, ejecuciones y robos de auto siempre se reportan al Ministerio Público; no son crímenes como robos de bolsa o cartera, que muchas veces no se reportan porque la gente prefiere dar sus posesiones por perdidas que tener que lidiar con el MP.

Estos criminales que se robaron las elecciones han llevado al país no sólo al borde de la quiebra (lean lo que dice hoy CNN al respecto), sino al borde de que estallemos socialmente por la combinación de crisis económica, el cierre (en algunos casos violento) de espacios a la oposición, y la violencia del narcotráfico que estos imbéciles desataron cuando decidieron lanzarse a atacarlo de la peor manera posible; es obvio que el echarles el ejército encima no funciona. No le funcionó a Bush, y no le va a funcionar a nadie; las drogas son un problema social (falta de oportunidades, falta de educación) y de salud: no es un problema policiaco. Nunca ha sido un problema policiaco, y no se va a resolver ni con la policía ni con el ejército. Se va a resolver cuando cambie la política económica y los jóvenes jodidos de este país de verdad tengan mejores opciones para salir adelante que unirse a los narcotraficantes.

Y en gran medida este plan imbécil, mal planeado y peor ejecutado de enfrentarse al narco fue porque estos idiotas querían legitimarse después del fraude del 2006. Por supuesto, no lo lograron, y ahorita estamos como estamos.

Por eso es importante que la gente conozca estudios como los del CIDAC; la Ciudad de México, a pesar de que lleva siendo atacada desde hace doce años que fue conquistada democrática y legítimamente por la izquierda (nos cortan el agua, nos quitan presupuesto, nos señalan falsamente como la más violenta del país), y a pesar de la inmensa crisis que afecta a todo el país (y por lo tanto también a la Ciudad), estamos muy lejos de los niveles de violencia más altos del país, y económicamente más o menos ahí la llevamos. Y eso es en primer lugar por la indiscutible legitimidad de su Jefatura de Gobierno, y en segundo por tener un plan económico que toma en cuenta las necesidades de los estratos sociales más desprotegidos.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No es demagogia, no es populismo. Es sentido común; la gente más jodida es la que termina integrándose al narcotráfico porque no se les están dando opciones. No es mi análisis; cualquiera con dos dedos de frente llega a esa conclusión, incluidos varios gringos:

But most of Mexico’s wealthy and powerful families can still find solace in their foreign bank accounts, their well-appointed homes north of the border, their bodyguards and multigenerational business empires.

Perhaps to them, the continuing crackdown on the cartels seems like the most effective way to react to the threats made to legitimate business-owners and affluent families via extortion and kidnapping.

However, the Mexican government, the Mexican ruling class and the United States must also generate legitimate opportunities for Mexican citizens to advance in life, alternatives to achieving financial success without breaking the law.

Por el bien de todos, primero los pobres.

No me vengan con que no se puede, no me vengan con que es “un sueño de idealistas”. Casi casi fue el tema del discurso de posesión a la presidencia gringa de Barak Obama.

A mí nunca me ha caído bien el Peje; lo he dicho una y otra vez: es un tipo en muchas cosas ignorante, y que de verdad se cree la salvación encarnada de los mexicanos pobres. Pero el plan económico (y político) que ha defendido consistentemente desde hace más de una década es el correcto (o al menos el mejor disponible), y el movimiento social que encabeza es con el que mejor me puedo identificar. Cómo me caiga personalmente es irrelevante.

Las cosas están de la chingada… y se van a poner peores, especialmente porque estos animales en el “gobierno” no tienen ya ninguna capacidad de movilidad; el “sexenio” de Calderón se acabó el 5 de julio, casi todos los analistas políticos concuerdan en eso. El tipo hasta físicamente da mala suerte; los Pumas lo fueron a ver y desde entonces no ganan un partido.

Si en tres años el PRI vuelve a la presidencia (que es probable), las cosas no van a mejorar. Si permanece el PAN (que es bastante difícil), de seguro van a empeorar.

No sé si el PRD pueda reconstituirse (y de verdad reconstituirse) para dentro de tres años, o si los que estamos en la izquierda (o que al menos apoyan el liberalismo con responsabilidad social) tendremos que buscar, construir o inventar un nuevo espacio para poder hacernos del poder pacíficamente, pero nos estamos tardando en ver las opciones disponibles, porque la cosa no puede seguir así.

Mientras tanto, los dejo con el reporte del CIDAC, que vi gracias al artículo que Omar compartió. Aquí se concentra una parte enorme de la población del país, y también de sus riquezas. Y aquí la izquierda gobierna y lo hace bien… la mayor parte del tiempo (luego salen con mamadas como querer privatizar parte del sistema de aguas de la Ciudad, pero bueno). No es demagogia, no es populismo.

Por el bien de todos, primero los pobres.

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Cheapatopia

Desde hace algunos meses Scott Adams (el creador de Dilbert) ha estado hablando de Cheapatopia en su blog. La idea es hacer una ciudad “inteligente” que esté diseñada para gastar la mínima energía posible, ser autosustentable, ecológica, etc.

Me da mucha risa Scott, porque muchas de sus ocurrencias son estupidísimas. También me sorprende cómo la gente sigue tratando de redescubrir al comunismo sin leer a Marx.

Y ciertamente le haría bien a Scott saber que son las condiciones objetivas materiales.

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El dinosaurio

Y tuvimos a bien a levantarnos hoy con la (previsible) novedad de que el dinosaurio priista está vivo y coleando, y que Peña Nieto probablemente ya se imagina sentado en la silla del águila.

Digo previsiblemente porque las elecciones intermedias del sexenio son un referéndum acerca de cómo está actuando el presidente; y en este caso, con un “presidente” que llegó a través de fraude electoral, que no le ha salido ninguno de sus planes, y que además es un incompetente (él y todo su equipo), era previsible que su partido perdiera legisladores, gobernadores y presidentes municipales. Que es por supuesto lo que pasó.

Claro que si la izquierda electoral mexicana, patéticamente lidereada por un PRD que ha sido asaltada su estructura burocrática por una bola de personajes mezquinos (y, para empeorar las cosas, también sumamente incompetentes), hubiera llegado unida a estas elecciones, y respaldando el proyecto de nación cuyo impulso (nos guste o no a muchos) encabeza Andrés Manuel López Obrador, yo creo que la historia sería distinta. Pero como el hubiera es el pretérito pluscuamperfecto de los pendejos, no entraré mucho a eso.

Dado eso, la incompetencia y pendejismo de este “gobierno” ilegítimo e ilegal, y la incompetencia y mezquindad de la dirigencia nacional del PRD (y varios otros lamentables personajes de la izquierda mexicana), por supuesto que era previsible el resurgimiento del PRI como la primera fuerza política nacional.

No sólo era previsible; hasta cierto punto era deseable. No porque me alegre que gane el PRI (desde que tengo uso de razón nunca he apoyado a ese partido), sino porque la dirigencia nacional del PRD que tiene secuestrado a ese partido le debe quedar bien claro que ellos no ganan elecciones, porque la izquierda en general tenemos que ponernos las pilas y dejar de pelear pendejadas para centrarnos en el proyecto de nación (salud y educación universales y gratuitas; explotación estatal e inteligente de la generación de energía; defensa de la soberanía nacional), y porque después de nueve años confirmo lo que he venido sospechando desde hace como cinco: creo que prefiero a los priistas que a los panistas. Rateros y tramposos como son, al menos no son tan incompetentes como esta bola de imbéciles que se robaron la elección hace tres años.

No veo entonces tan desastroso el triunfo del PRI estas elecciones. Cierto; la dirigencia de Beatriz Paredes es capaz de vender hasta a su abuela con tal de negociar con el panismo, pero una de las ventajas del resultado de estos comicios es que el PRI es un desmadre desde hace años; no hay una dirigencia única, no hay plan, no hay unidad entre ellos. Y sigue habiendo gente decente ahí (que de verdad al menos yo ya no encuentro en el PAN).

Y (más viendo cómo salieron las cosas) hay que ir promoviendo cosas que le quiten poder a los partidos políticos; hay que implementar pero ya la reelección de diputados y senadores; y hay que exigir cosas como el referéndum y plebiscito, y más aún: hay que tener revocación de mandato. Estoy seguro que el pobre de Calderón no tendría la más mínima oportunidad si votáramos para revocar mandato.

Dentro de todo este relajo, yo me alegro de varias cosas. En primer lugar que el llamado estupidísimo al voto nulo apenas rebasara el 6%. Eso me dice que los mexicanos en general no cayeron en esa pendejísima idea (el abstencionismo fue enorme, pero también fue dentro de lo normal para unas elecciones intermedias).

En segundo lugar, de que la izquierda (en este caso a pesar del PRD) conserve indiscutiblemente la Ciudad de México. La dirigencia local en mi Ciudad apoyó siempre al Peje (que no es apoyarlo a él, es apoyar un proyecto de nación), y creo que en gran medida por eso no le fue tan mal al PRD ahí (que por el comportamiento del partido merecía que le fuera mal). E incluso estuvo cerca de quitarle Benito Juárez y Miguel Hidalgo a los panistas.

En tercer lugar, del resultado en Iztapalapa; yo lo dije: si en algún lugar podía funcionar el plan demente del Peje, era ahí. Claro que falta que todo mundo impugne la elección (y todo mundo la impugnará), y de que Juanito cumpla su palabra (ante notario… como si eso alguna vez hubiera importado), y de que no salga quién sabe qué corte con qué excusa para seguir jugando sucio. Pero es mi impresión que Clara Brugada será la jefa delegacional en Iztapalapa, por más coraje que hagan los panistas y la asquerosa dirigencia nacional del PRD. Y, uy, yo sí les diría que aguas con meterse con la gente de Iztapalapa.

Lo que pasó en esa delegación es un enorme triunfo (político, de ingenio y además legal) del Peje… que de nuevo, no podría importarme menos que él fuera el triunfador; lo que me importa es que lo realmente central es el proyecto de nación que (de nuevo, nos guste o no) su principal impulsador es AMLO.

En último lugar, me alegro de un resultado más, y aquí sí tengo razones muy personales para alegrarme. Cuando comenzó la campaña por las jefaturas delegacionales, el candidato del PAN, Obdulio Ávila Mayo, estaba arriba en las encuestas. Claro que era una encuesta del Milenio (que siempre debe ponerse en duda), y además Obdulio llevaba seis años haciendo campaña; es difícil andar por Coyoacán y no ver alguna barda con su nombre.

Cuando me enteré de que estaba arriba, yo sí me preocupé. Hace pocos años tuve el “gusto” de conocerlo en persona, y lo único que voy a decir es que me preocupaba gravemente que ganara, y que me alegro mucho de que perdiera; especialmente porque Raúl Flores (por gris y poco carismático que sea) lo que he investigado de él me dice que es un tipo trabajador y decente. Desde que corrieron a Obdulio a gritos de un debate que trató de tener en la UNAM, y cuando me enteré que Flores iba como candidato común por el PRD, PT y Convergencia, me empecé a relajar.

Además, creo que Obdulio nunca ha ganado una elección; al menos como diputado federal, “ganó” como plurinominal. También participó en la elección general, pero ahí perdió. Por mucho.

Así que dentro de todo no veo una tragedia lo que pasó ayer. Ciertamente es un llamado de atención a la izquierda mexicana; voy a creer que cuando los gringos eligen a un presidente que sólo puede calificarse de izquierda (gringa, pero izquierda; al negro sólo le faltó acabar su discurso de inauguración con “por el bien de todos, primero los pobres”) nosotros estemos enfrascados en luchas mezquinas por posiciones de minúsculo poder. Y me parece que Chucho Ortega estaría obligado a renunciar (sobre todo porque su llegada a la dirigencia del PRD fue en contra de lo que los afiliados al partido querían, y sólo gracias a la intervención ilegal del Tribunal Electoral); más aún cuando hasta Germán Martínez ya anunció que lo hará. Es hasta por tener tantita vergüenza.

Pero para mí lo más importante es que estos resultados son la confirmación de lo que yo vengo diciendo desde hace tres años; el “gobierno” (por decirle de alguna manera) de Felipe Calderón es ilegítimo e ilegal, y la gente sencillamente no lo apoya. Porque el más de 50% de electores que no votaron me parece más que claro que no lo hicieron por apoyarlo, ¿verdad?

Muchas cosas ahora van a depender de cómo se comporte el PRI. Eso sin duda alguna me preocupa; pero que podamos olvidarnos de qué va a decir el PAN (no necesariamente que vaya a ocurrir, pero que la posibilidad exista) la verdad me alivia bastante.

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Lo que nos ha costado el poder votar

Dado el lamentable papel que han jugado los partidos políticos durante los últimos años, la irremediable ilegitimidad del “gobierno” (por decirle de alguna manera) de Felipe Calderón (consecuencia directa del fraude electoral de 2006), el cada vez mayor descrédito del Instituto Federal Electoral y las instancias judiciales como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la violencia incontrolable (y por casos como el de Nuevo León, al parecer con el apoyo de las autoridades locales) del narco, y en resumen la profunda crisis económica y política en la que se encuentra el país (consecuencia directa, repito, del fraude de 2006), ha habido varios llamados a que “protestemos” votando en blanco, o anulando nuestras boletas.

Voto nulo, voto blanco, le dicen. Yo sólo pregunto: bueno, ¿tienen mierda en la cabeza los que proponen esto, o qué?

La derecha en el país que se mantuvo ilegalmente en el poder cometiendo fraude hace tres años, y que se negó histéricamente a cualquier salida política que hubiera podido tener el problema al sencillamente consentir en un recuento de los votos, nos tiene en una crisis institucional, política y económica como no habíamos visto en décadas; mucho peor que en 1995 o 1982. Nos están dando casus belli; nos lo vienen dando desde el 2 de julio de 2006. Estos imbéciles nos están acorralando a tomar la opción que muchos no queremos tomar; nos están acorralando a tomar las armas. Se les olvida que la gente de este país siempre ha estado dispuesta a insurreccionarse y a ofrecer su vida al momento en que determina que ya no hay de otra.

Y no nos están dejando de otra; cometiendo fraudes (como el que sin duda se prevé para el 5 de julio, que milagrosamente evitará que el PAN pierda por mucho respecto al PRI), cerrándonos los espacios de participación, y negándonos el poder llegar al poder por la vía pacífica, que es a través de los votos. Lo que acaba de pasar en Iztapalapa es una muestra transparente del asunto; y no nos crean tan pendejos como para empezar a decir que es una “bronca del PRD”. No mamen; sin duda el entreguismo de muchos de los miembros de Nueva Izquierda tiene que ver, pero es un golpe (ilegal además, cometido por la “autoridad legal”) a la gente que permanece fiel al movimiento de resistencia civil pacífica encabezado por el Peje.

Además de lo hijo de la chingada e injusto del asunto (nos están diciendo: “no los vamos a dejar llegar de ninguna formar al poder, y se chingan”), es peligrosísimo; si nos cortan las vías legales y pacíficas para llegar y detentar el poder, ¿qué esperan que hagamos? ¿Que agachemos la cabeza y digamos “ni modo”?

De por sí hay una bola de idiotas en la izquierda mexicana que desde hace años (por ejemplo, en la huelga de la UNAM) vienen clamando por la vía violenta para conseguir los cambios que sin duda alguna la nación necesita. La enorme mayoría de la izquierda los hemos mantenido a raya y apostado por la vía pacífica por una multitud de razones; la primera que creemos que el costo en vidas es inaceptable, y la segunda que desde hace casi treinta años fue el camino que elegimos, sabiendo que iba a ser largo, difícil y tortuoso el proceso de cambiar este país sin necesidad de recurrir a la violencia. Desde que el PCM obtuvo su registro y comenzó a participar en las elecciones hemos apostado por la vía electoral, porque no queremos ver muertes inútiles. Y eso nos ha costado muertos; el PRD tuvo más de 300 muertos nada más en los últimos estertores de los gobiernos priistas. Siempre es la izquierda la que le asesinan más miembros; y en gran medida por haber apostado por la vía electoral.

Si nos cierran la vía electoral (como ocurrió el 2 de julio de 2006, como ha venido ocurriendo antes y después, Iztapalapa el último caso), nos dejan sólo otra vía, y de verdad no queremos tomarla, pero si las cosas siguen descomponiéndose no habrá otra opción. Ya no tendremos cómo poner a raya a los elementos más radicales, y lo que es peor; a los ojos de los jodidos (los que ya no pueden con la crisis económica, los que no ven cómo poder mantener a su familia, los que viven día a día bajo la violencia del narcotráfico), la vía violenta será no sólo la única viable; será una que tenga mucho más sentido que seguir participando en elecciones que no respetan el voto de la gente, o donde no permiten de ninguna manera que los candidatos que quieren implementar un proyecto distinto de nación lleguen al poder.

Todavía dijeran ustedes es un proyecto revolucionario y radical… al contrario, es bien reformista. Es sólo mantener la educación y salud públicas, gratuitas y universales (hoy la SEP, propiedad ahora de la temible Elba Esther Gordillo, pidió a las universidades –sólo las públicas, por supuesto– que recorten gastos “voluntariamente”), mejorar y defender las empresas nacionales relacionadas a energía, y ver por la soberanía nacional. Es básicamente el proyecto que Obama dice tener para los gringos (nada más que nosotros lo venimos peleando desde mucho antes); no me digan que es radical o “imposible”.

Y ni eso quieren dejar que hagamos. Tenemos unos grupos de intereses particulares poderosísimos que tiene agarrados de los huevos al gobierno federal; justo los que defendieron la “limpieza” de las elecciones de 2006, y que se han venido cobrando (y aumentando su poder) desde entonces. Un ejemplo vergonzoso fue el ruin espectáculo que dieron ayer Emilio Azcárraga y Elba Esther Gordillo casi besándose los culos en televisión.

Y justo son en gran medida las televisoras (a través de sus comentaristas pagados) las que están llamando a la soberana pendejada del “voto blanco, voto nulo”. Les aterra (y les pega directamente en sus intereses) las reformas que con grandes dificultades medio consiguieron pasarse en los dos últimos años que les limitan su intervención en los procesos electorales, y saben que si hay un gran abstencionismo, ellas pueden determinar en gran medida qué diputados y diputadas pueden ganar; dándoles tiempo aire gratis bajo la fachada de estar “cubriendo las noticias”. Y luego esos diputados echarían abajo dicha ley. Es una mentira vil que llamen al abstencionismo por su “indignación” del sistema de partidos (que por descompuesto que esté, sigue siendo mucho mejor que el monopolio del poder priista que teníamos antes); es una jugada para tratar de mantener sus privilegios, que la nueva ley de medios acota considerablemente.

Además de que, como siempre, entre menos gente vote más fácil es cometer fraude; por eso en el 2006 lo único que pudieron inventarse fue una diferencia de poco más de 0.5%.

¿Los partidos que tenemos son lamentables? Sin duda alguna; incluido el PRD: de hecho varias cosas que han hecho miembros de ese partido me parecen de las peores de toda la clase política mexicana. Pero por lamentables que sean las opciones que tenemos para el elegir el 5 de julio, seguimos teniendo opciones. Hace sólo veinte años no teníamos opciones realmente; hace sólo quince años pocos creían que las reformas electorales que con sangre, sudor y lágrimas estábamos consiguiendo pudieran servir de algo. Pero miembros heroicos de la izquierda y la derecha ilustrada mexicana (ese panismo que luchaba honestamente porque se abrieran los espacios de participación política, y que no tengo idea dónde se han metido en los últimos años… probablemente sigan avergonzados después del desastre que resultó ser Fox) siguieron luchando y apostando porque los cambios se pudieran realizar por la vía pacífica.

Toda esa lucha, todo ese trabajo es despreciado groseramente por los imbéciles que llaman al “voto blanco, voto nulo”, muchos de los cuales en su vida hicieron algo útil por conseguir un México más democrático. Ahora indignados levantan la nariz y claman que ningún partido merece su impoluto voto, que “protestarán” absteniéndose o anulándolo. Bola de pendejos; me hubiera gustado verlos así de indignados cuando la gente que luchaba por la democracia era asesinada.

¿Va a haber fraude? Posiblemente; lo hubo en el 2006 y el cambio de Ugalde por Leonardo Valdés en el IFE (y la bola de pendejadas que ha hecho desde entonces) ha causado que el Instituto se deslegitimice aún más, así que ni siquiera es que eso les preocupe a estos imbéciles. Eso no justifica que sacrifiquemos nuestro voto; supimos durante décadas que los priistas harían fraude en todas y cada una de las elecciones, pero seguimos participando en ellas porque participando es la única manera de ir cambiando pacíficamente este país. Y estamos por el cambio pacífico.

Calderón (deslegitimado de origen para empezar) no ha hecho una cosa bien desde que empezó a “gobernar”, ya no digamos promesas de campaña como ser el “presidente del empleo” (nada más comparen los índices de desempleo con los de hace tres años). Su “guerra al narcotráfico”, además de que por principio es igual de estúpida que la “guerra contra las drogas” o “guerra contra el terrorismo” de los gringos, está sólo resultando en un narcotráfico cada vez más violento y cada vez más envalentonado porque estos idiotas sólo muestran que no pueden luchar contra el narcotráfico. Menos aún cuando casos como el de Nuevo León muestran que no podrán hacerlo hasta que se limpien los gobiernos locales.

Pero además no les importa limpiar nada; en tal caso harían operativos espectaculares en los estados más golpeados por el narcotráfico, que sin duda alguna son los del norte del país. Pero esos estados son gobernados por panistas, así que ahí sólo meten cada vez más soldados (como si eso alguna vez hubiera servido de algo en algún lugar alguna vez). En cambio hacen un operativo espectacular en Michoacán; no porque ahí esté particularmente grave el narcotráfico, sino porque es un bastión perredista.

Es tan descarado que daría risa, si no fuera porque dan más ganas de llorar.

Si dejamos la vía electoral (que es eso al fin y al cabo lo que significa anular nuestro voto), la única otra vía que va a quedar para cambiar el país es la violenta. Incluso con chingaderas como la que le acaban de hacer a Clara Brugada en Iztapalapa hay formas (revueltas, complejas y hasta medio dementes) de darle la vuelta, sin violar la ley y sin necesidad de abandonar la vía electoral. El Peje propuso el demente plan de votar por el PT para Jefe Delegacional en Iztapalapa, que el candidato (en caso de ganar) renuncie, y que el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard entonces apunte a Clara Brugada como Jefa Delegacional (cuando un Jefe Delegacional renuncia, el Jefe de Gobierno es quien decide quién llena el puesto).

El plan es complejo, peligroso, con muchas posibilidades de fallo y, puesto sencillamente, demente. También es tal vez el único que permitiría que legalmente Clara Brugada fuera electa Jefa Delegacional sin riesgos de que después quisieran anular la elección. Y también es cierto que tal vez el único lugar donde un plan tan descabellado podría funcionar sería Iztapalapa. Tengo una fe enorme en los habitantes de esta Ciudad; mi fe si es posible es un poquito más grande en aquellos que viven en Iztapalapa.

Y por demente que sea el plan, es uno que se mantiene dentro de la vía electoral, y que es legal y legítimo. Mañosamente legal, pero legal al fin y al cabo. Y por mal que me caiga el Peje es una cosa que siempre le he reconocido; nunca ha apostado por la vía violenta, y siempre que ha podido ha evitado que la gente que lo sigue (muchos de ellos rayando en el fanatismo) sea puesta en peligro de violencia física.

Para acabar, muchos me van a decir “bueno, OK, votamos; no tiramos nuestro voto… pero si los partidos son una mierda, ¿entonces cómo vamos a saber por quién votar?” La respuesta es bien sencilla; averigüen quiénes son los candidatos que les tocan, e investiguen de dónde vienen, qué proponen y cuáles son sus antecedentes. Es nuestra responsabilidad hacer eso. La democracia no es como el futbol; no le “voy” a un partido político como le voy a los Pumas de la UNAM. La democracia no es sólo derechos; son obligaciones. Y la obligación más básica es averiguar a quién carajo le están dando su voto.

Y en gran medida estoy seguro de que en la Ciudad la mayor parte de la gente hace eso. Por eso estoy convencido de que la izquierda seguirá siendo mayoría aquí. A pesar del PRD en muchos casos. Aquí en la Ciudad nos costó muchísimo el tan siquiera poder elegir a nuestros propios gobernantes; algo que ha costado tanto suele apreciarse lo suficiente como para ignorar a los idiotas que llaman a que tiremos nuestro voto, después de todo lo que luchamos para tenerlo en primer lugar.

Rompiendo un poco mis costumbres esta entrada no permitirá comentarios; yo sólo quería dar mi opinión al respecto del “voto blanco, voto nulo”. La opinión de mis lectores no es que no me importe; es que si de verdad quieren dar su opinión, denla donde de verdad importa. En las urnas.

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El compló

Ya me han dejado un par de comentarios al respecto en el blog, y he recibido algunos correos respecto a un supuesto “compló”. La idea del “compló” sería que el “gobierno” de Calderón está utilizando (en los casos más extremos dicen fabricando) la epidemia de influenza como una distracción de la crisis económica, de las cosas que en estos días se están discutiendo, aprobando o rechazando en la Cámara de Diputados, etc.

Mientras que no dudo que traten de utilizar dicha epidemia como cortina de humo para tapar los numerosos y graves problemas que de hecho ocurren por sus propias estupideces, lo cierto es que la epidemia es real, y se está convirtiendo rápidamente en pandemia… no que eso último nos afecte mucho, dado que fuimos el primer país en presentar infectados y muertos.

Sí me creo que estos tarados se inventarían muchas cosas para distraer la bola de pendejadas que han estado haciendo (cada vez más y más estúpidas); pero en primer lugar no creo que sean lo suficientemente inteligentes como para inventarse algo como esta epidemia, y en segundo lugar es una cosa completamente distinta incluir en un “compló” a la OMS y media docena de otros países en el resto del mundo.

La epidemia es un hecho; la OMS acaba de aumentar la alerta a nivel cinco (que, de nuevo, dado que somos el país con los primeros casos eso no nos afecta realmente), y varios otros países han presentado casos de la misma cepa del virus. Desconfíen todo lo que quieran del “gobierno” de Calderón (yo jamás sugeriría lo contrario, y mis lectores habituales lo saben), pero sigan las recomendaciones (que además son de sentido común): usen tapabocas si hacen uso del transporte público; eviten el contacto físico todo lo que puedan; lávense las manos constantemente y no se las lleven a la cara.

También me molesta el tono de varios de esos correos y comentarios, comentando que la población (en particular la gente de la Ciudad de México) nos hemos “tragado” el “cuento” de la influenza cuando “obviamente” es un “compló”. Bueno pues, pregunto de nuevo; ¿de verdad creen que somos idiotas o qué?

Si estos tarados quisieran aprovechar esto para propósitos más nefastos, por ejemplo el tratar de imponer una cuarentena militar, entonces sí ya verían cómo reaccionaríamos aquí en la Ciudad. Nada más que lo intenten, me gustaría ver.

Mientras tanto no contribuyan a la histeria estúpida e improductiva gritando “¡compló!” cuando tenemos una crisis sanitaria real en nuestras manos, y necesitamos que entre todos trabajemos para contenerla.

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La Ciudad aletargada

Hoy salí a comer con mi amiga Mónica. Como era de esperarse el tráfico era muy reducido, y la mayor parte de la gente que vi en las calles traían puesto un tapabocas.

Anduvimos dando vueltas por varias partes; en primer lugar porque no había muchos lugares para comer abiertos, y en segunda porque tenía cosas qué hacer en Ciudad Universitaria (igual que la Ciudad, aletargada pero viva) y en Tlalpan.

Y he aquí porqué me gusta tanto esta Ciudad de México que tanto quiero; no es la arquitectura, no es el número de restaurantes, cines y teatros.

Es la gente.

La gente que vi, aunque algunos sin duda alguna preocupados, seguía tranquilamente su rutina normal (o tan dentro de lo normal que se puede estar cuando somos el epicentro de una alerta de pandemia nivel cuatro, según la OMS). No histeria, no pánico. Siempre lo he dicho; la gente de esta Ciudad es de las más cívicas de todo el país.

Incluso fuera de los hospitales (pasé cerca del complejo de hospitales de San Fernando) vi a la gente haciendo cola tranquilamente para ser atendidos o esperando familiares, platicando, algunos incluso bromeando.

Las grandes tragedias siempre han sacado lo mejor de la gente de esta Ciudad. Ahora no sabemos exactamente cómo va a acabar todo esto, pero aquí la mayoría (que no todos; nunca faltan histéricos y alarmistas) está sosteniendo las cosas de la mejor forma que puede.

Hasta chistes hacen al respecto (como siempre; es parte de lo que los mexicanos hacemos).

¿Qué le dijo la Ciudad de México a la Influenza?

“Mira cómo tiemblo.”

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Bolonia

Y total que fui a la manifestación en contra del Proceso de Bolonia que hubo hoy en Barcelona.

Manifestantes

Manifestantes

Por supuesto no participé; ni siquiera me queda claro si legalmente tenga permitido participar. Sólo fui y miré y tomé fotos y un par de videos. La verdad es que no conozco suficiente del asunto como para poder decir si apoyo o no a los manifestantes. Pero superficialmente, lo que he llegado a entender del asunto me hace creer que sí los apoyaría.

Llegué donde los chavos estaban congregándose y tomé varias fotos. Cuando la marcha comenzó a moverse, pensé si seguirla un poco o ir a donde tenía que ir (tenía cosas que hacer en la ciudad). Pero entonces los chavos comenzaron a gritar “no, no, no, a la privatización”.

Y entonces dije: “oh, bueno”. Y los seguí un par de cuadras fotografiándolos.

No participé; porque no es mi lucha, y porque no sé si (como invitado aquí) tenga el derecho. Pero en espíritu ahí estaba.

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Primero los pobres

Del discurso del negro al tomar posesión:

“Nor is the question before us whether the market is a force for good or ill. Its power to generate wealth and expand freedom is unmatched, but this crisis has reminded us that without a watchful eye, the market can spin out of control — and that a nation cannot prosper long when it favors only the prosperous. The success of our economy has always depended not just on the size of our gross domestic product, but on the reach of our prosperity; on our ability to extend opportunity to every willing heart — not out of charity, but because it is the surest route to our common good.”

(Énfasis mío).

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Obama

Cuando Barak Obama ganó la asamblea (en gringolandia le dicen caucus, y nadie excepto ellos sabe qué significa eso) en Iowa, yo dije: “los gringos pueden estar listos para elegir a una mujer presidente, pero ni de chiste eligen a un negro”.

Para por una vez variar con ellos, los gringos me probaron equivocado.

Por supuesto no es nada más que Obama haya sido un excelente candidato, y además manejando siempre un mensaje consistente y sencillo que es radicalmente opuesto al de Bush 2. Tampoco es sólo que los gringos (cuatro años más tarde que el resto del mundo) se hubieran hartado completamente de Bush II.

Al fin y al cabo, como suele ser siempre en política, resultó ser la culminación de una serie de circunstancias. Y yo creo (y no es un análisis que se me haya ocurrido a mí) que lo más importante fue la debacle financiera en la que cayó Estados Unidos, después de años de promover el libre mercado como un fin, en lugar de entender (como lo hace cualquiera con dos dedos de frente) que es un medio.

El hubiera, por supuesto, es el pretérito pluscuamperfecto de los pendejos, pero sí me animo a creer que hubiera sido más difícil para Obama el ganar las elecciones si no hubiera ocurrido la crisis. Nunca sabremos, claro está, pero me parece que sí es un elemento fundamental en la victoria del negro.

Ahora; normalmente (como lo saben mis lectores regulares) los gringos son gente de la cual desconfío (y no necesitan sino ver cuatro años atrás para entender por qué): por simple viveza en los políticos gringos confío todavía menos. Es de entender que, por principio y convicción, no confío en Obama.

No lo haría de nadie que los gringos eligieran. Repito; vean la historia del siglo pasado para entender por qué.

Pero hay matices. No es lo mismo Richard Nixon que Franklin Roosevelt. A muchos se les olvida, pero Cárdenas pudo en gran medida nacionalizar la industria petrolera mexicana porque Roosevelt estaba siguiendo una política exterior que de hecho lo permitía. Eso no minimiza el logro de Cárdenas; sólo ayuda un poco a entenderlo.

Y en ese sentido que los gringos hayan elegido a Obama es, dentro de lo que cabe, de lo menos peor que podríamos haber esperado los mexicanos y el resto del mundo. Que por supuesto me importan más que los gringos, obviamente.

No va a pasar nada sorprendentemente novedoso durante la presidencia de Obama; probablemente invadirá y bombardeará inocentes como lo han hecho todos los presidentes gringos desde Truman (aunque esperemos que en mucho menor medida que Bush Dos: La Venganza), utilizará el poder económico de su país (que por suerte cada vez es menor) para joder a otros países que no quieren seguir su línea, y apoyará, o al menos no condenará, atrocidades como la que Israel hizo estas semanas en el inexistente estado de Palestina (aunque los israelíes se fueron por la segura y atacaron mientras Bush Segundo: El Monstruo Vive de Nuevo seguía al frente del gobierno gringo). Obama probablemente hará todo eso; y todo en el nombre de la democracia, y la justicia, y la chingada.

Me pueden probar equivocado los gringos de nuevo; pero realmente lo dudo. No confío en ellos.

Pero a pesar de todo eso, repito, hay matices; incluso con todas las desgracias que (casi sin duda) causarán los gringos mientras Obama los preside, lo cierto es que es un cambio refrescantemente nuevo. El tipo incluso me cae bien.

Es un académico, para empezar. Fue profesor en Harvard, y sus orígenes como alguien que viene de la academia son obvios; no sólo su forma de hablar y de expresarse, sino en cosas más importantes como a quién ha elegido para su gabinete. La mayor parte de sus secretarios tienen maestría y/o doctorado, y muchos de ellos vienen directamente del mundo académico, pero con experiencia política. Lo cual es algo que yo sólo puedo aplaudir: no sé quién fue el retrasado mental que se le ocurrió que dirigir una nación es como dirigir una empresa; una y otra y otra y otra vez esa idea estúpida ha sido contradicha por la historia.

Pero además Obama no es (o no parece ser) un neo liberal a ultranza. Andy Tanenbaum resumió así una parte del segundo debate entre McCain y Obama:

In general, Obama attacked McCain on deregulation. He said that deregulators believed that by letting the market run wild “prosperity would rain down on all of us.” Then he noted: “It hasn’t worked out that way.”

Por supuesto, eso es sentido común (repito) para cualquiera que tenga dos dedos de frente; pero oírlo de un gringo es realmente alentador. Creo que desde antes de Reagan nadie en el espectro político gringo decía en voz alta que el libre mercado no es la solución a todos y cada uno de los problemas del universo.

Porque, obviamente, no lo es. El libre mercado es un medio; no un fin en sí mismo. ¿Y medio para qué es? Pues para elevar la calidad de vida de la gente; si el libre mercado no funciona para elevar la calidad de vida de la gente, entonces no hay que usarlo. Así de simple.

Y esa es otra razón por la que la educación y los servicios de salud deben ser públicos, gratuitos y universales. Y por la cual privatizar los medios de producción energéticos es una pendejada enorme.

El plan político económico de Obama parece ir por ahí; al parecer quiere (o eso dice) conseguir salud pública para todos los gringos, y mejorar el estado de la educación pública. También quiere invertir hartos miles de millones de dólares en mejorar la infraestructura gringa (carreteras, puentes, hospitales, etc.); no sólo porque causa menos problemas económicos a largo plazo, sino también porque además genera miles (si no es que millones) de empleos. Por si a alguien se le ha olvidado, es parecido en partes al plan del Peje.

Estamos teniendo una regresión a lo que ocurrió poco después de la Gran Depresión de los 30s, cuando Roosevelt salió con su New Deal, que la gente estúpida que cree que el libre mercado es infalible le llama “populismo”. Nunca he podido entender por qué cuando se le da recursos (y muchas veces ni son tantos) a la gente es “populismo”, pero cuando se le dan miles de millones de dólares a las empresas son “rescates” (vean el Fobaproa y lo que acaba de pasar en gringolandia).

El plan de Obama (al menos aparentemente) se asemeja al New Deal de Roosevelt, y la idea es la misma; dejar de creer estúpidamente que el libre mercado solucionará todo, y hacer que el gobierno intervenga cuando debe para evitar tragedias como la que le pasó a los gringos hace unos meses, y a nosotros hace casi quince años.

Que por supuesto; chido por los gringos, pero no creo que directamente eso nos ayude a los mexicanos, excepto por el hecho de que la economía mexicana depende enormemente de la gringa. Pero indirectamente creo que sí habrá oportunidad de que cambien ciertas cosas aquí, y en el resto del mundo.

Una de las razones entonces, y yo creo que de las más poderosas, para que Obama ganara fue la crisis económica; causó que muchos gringos (la clase trabajadora, que como en todos lados sigue siendo mayoría) reaccionara con terror a la idea de otro presidente que confiara ciegamente en el libre mercado. No fue la única razón, obviamente; pero creo que sí pudo ganarle al racismo (al menos al latente) de muchos votantes.

No estoy muy esperanzado respecto al futuro porque (repito) no confío en los gringos, pero ciertamente no estoy tan seguro de la tragedia como lo estaba cuando “ganó” Bush Secundus Brutus, y mucho menos en su segunda victoria, que esa sí culpo directamente a los gringos mismos.

O, en otras palabras; cabe la posibilidad de que los siguientes cuatro años sean una mejoría sobre los últimos respecto a lo que el gobierno gringo hace. Yo espero que así sea; que los gringos me prueben de nuevo equivocado respecto a los múltiples prejuicios que tengo contra ellos.

El cuatro de noviembre del año pasado los gringos me hicieron ver que tal vez sí soy demasiado parcial contra ellos, y que hay esperanzas de que, después de haber nacido como una nación que constitucionalmente equiparaba a tres blancos con cinco negros (y eso sólo para que pagaran impuestos también), por fin (casi ciento cincuenta años después de su guerra civil, y cuarenta después de las grandes movilizaciones por los derechos civiles) estén llegando al nivel de nación civilizada. Con desconfianza y cautela, pero tengo que admitir que me siento optimista.

Vamos a ver. Espero equivocarme en mi desconfianza.

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La Virgencita

Como ya he dicho varias veces y a cualquiera que haya tenido la paciencia de escucharme, yo soy ateo. No creo en dios, para empezar; y me refiero de hecho al concepto filosófico: ya no digamos a cualquiera de los dioses que dicen representar las innumerables religiones organizadas en el mundo. En particular no creo en el dios que enarbola la biblia y Nuevo Testamento católico, y ni siquiera estoy convencido de que Jesús fuera una figura histórica; mucho menos de que haya tenido una madre “virgen”, y por simple lógica entonces todavía menos creo que se haya aparecido 1,500 años después en Tepeyac.

Así que no debe sorprender a nadie el que me quede claro que todo lo relacionado con la “aparición” de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego entre en lo que yo de forma particularmente elocuente describo como “bola de mamadas”.

Ninguna aparición ocurrió en Tepeyac en 1531. Según varios historiadores, lo más seguro es que ni siquiera haya existido alguien llamado Juan Diego. Es muy probable que la famosa aparición haya sido orquestada como medio de aplacar a la todavía enorme población indígena, como “evolución” de las diosas Tonantzin o Coatlicue; o (si nos ponemos subversivos) un ingenioso método de los indígenas para seguir adorando a su diosa (cualquiera que ésta fuera) sin que los españoles los molestaran.

La aparición de la Virgen de Guadalupe, entonces, es sencillamente un mito. No ocurrió; cualquiera con tantito sentido común sabe esto.

Y sin embargo…

Y sin embargo, lo cierto es que la Virgen de Guadalupe probablemente sea el símbolo más arragaido en el consciente colectivo mexicano. Lo cierto es que, si hay un conjunto de símbolos que pueden abarcar lo que podríamos denominar como “mexicaneidad”, uno de ellos (sin duda alguna) sería la Virgen de Guadalupe.

No es gratuito que Hidalgo la enarbolara como estandarte cuando inició el no muy despreciable desmadre que terminó siendo la Guerra de Independencia. No es gratuito que Morelos la utilizara como sello oficial del Congreso de Chilpancingo. No es gratuito que el primer presidente mexicano cambiara su nombre de Félix Fernández a Guadalupe Victoria (por la Virgen). No es gratuito que cuando el ejército de Emiliano Zapata entró victorioso a la Ciudad de México, varios de sus combatientes cargaran estandartes de la Virgen. No es gratuito que el EZLN nombrara a Guadalupe Tepeyac de esa manera. No es gratuito que los millones de mexicanos viviendo fuera de México en Estados Unidos y otros lugares la utilicen como símbolo de la madre patria, y para identificarse entre ellos y reconocerse de forma silenciosa.

La Virgen de Guadalupe (desde hace tal vez siglos) ha trascendido su origen religioso (trascendido, no abandonado) para convertirse en un símbolo nacional.

¿Es algo malo eso, que una imagen falsa que probablemente nació como método de subyugación de la gente de nuestra nación, se haya convertido en símbolo de la misma? Por supuesto que no; particularmente si la misma gente de forma natural la tomó después como estandarte en todas sus rebeliones.

Y de la falsedad; probablemente tampoco haya habido ninguna águila sobre un nopal devorando una serpiente cuando los aztecas llegaron al lago donde se levantaría la Ciudad de México Tenochtitlan. ¿Qué importa? Como símbolo está poca madre.

Así que (y aquí voy a decir algo que tal vez muchos no entiendan, porque ciertamente lógico no es), aunque estoy convencido de que la aparición es un mito, de que la Virgen no existe (ni como madre de Cristo, ni la que se le “apareció” a Juan Diego), y de que en general en los hechos todo lo relacionado con la aparición de la Virgen de Guadalupe es una bola de mamadas, yo creo en ella.

Únicamente como símbolo de los mexicanos, únicamente como este elemento que de alguna manera sirve de pegamento a lo que es la mexicaneidad (lo que sea que es eso), únicamente como la imagen que los connacionales en todo el mundo saben identificar como símbolo del hogar, pero creo en ella.

(Y es que, además, es chilanga).

Y por lo tanto, yo soy Guadalupano. Y que se vaya a la verga la gente tarada atea o de izquierda que es demasiado exquisita para poder aceptar eso.

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Adoctrinamiento

Dada la forma en la que fui educado (y supongo que también por la forma en que inherentemente soy, si tal cosa existe), tardé en darme cuenta de que tenía ciertas ideas arraigadas en la cabeza de tal forma que, cuando me presentan algo que da por hecho que tales ideas son falsas y/o equivocadas, tengo que hacer una recalibración consciente en mi cerebro para poder entenderlo.

Por ejemplo: cualquier persona que pertenece a la CIA es, por definición, alguien malo o en el que no hay que confiar. Cuando veo series o películas donde el héroe es alguien de la CIA, tengo que hacer un esfuerzo consciente para poder creerlo. Y hasta cierto punto nunca lo creo.

Otra: ser liberal es algo bueno, deseable incluso. Cuando hay quien utiliza el término liberal como insulto, me quedo como pendejo varios segundos hasta que mi cerebro puede interpretar el contexto de tal forma que me queda claro que, de hecho, no están bromeando. Y aún así mi opinión de alguien que utiliza “liberal” como insulto (o como algo malo) casi siempre es baja.

Una más: un anticomunista es alguien malo, ignorante, o ambos. Y en cualquiera de los casos alguien peligroso. “Anticomunista” es para mí como “liberal” es a la gente a la que me refería el párrafo anterior.

Podría seguir con muchos otros ejemplos; pero me parece que queda claro. El punto es que esas ideas no son tanto una conclusión razonada de mi parte; sencillamente crecí en un ambiente donde se daban por hecho. Ya como adulto independiente sigo creyéndolas, si bien con sus bemoles y ya no a nivel de dogma; pero hay una parte de mí que supongo sólo puedo calificar como adoctrinada que reacciona de esa manera de forma automática. Estoy bien con eso; no me molesta.

Pero aguas si un día conozco a un agente de la CIA que desprecie a los liberales y sea anticomunista.

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Dibujitos cachondos menores de edad

Ya tiene unos días, pero hasta ahorita entré de lleno en la discusión, que un hombre en Australia fue encontrado culpable de tener pornografía infantil porque tenía dibujos hechos por fans de Bart, Lisa y Maggie Simpson teniendo sexo.

Lo cual, por supuesto, es idiota.

Lo he dicho varias veces, pero va de nuevo: las leyes no se deben establecer basadas en la moral de nadie. Sencillamente porque nada más elegir la moral de quién sería un desmadre. Las leyes se deben establecer únicamente para proteger los derechos de personas.

Las leyes de pornografía infantil no se establecen porque el que haya niños teniendo sexo entre ellos o haya niños teniendo sexo con adultos sea algo “malo” (lo que sea que signifique “malo”… y para quién). Se establecen porque donde sea que haya menores de edad y sexo abre la (muy real) posibilidad de que se cometan abusos contra niños que no tienen forma de defenderse.

No es un asunto moral; es un asunto práctico donde millones de niños (y en México tenemos un serio problema al respecto) son abusados de formas que sólo pueden calificarse como inhumanas. Estar perdiendo el tiempo porque a alguien le gusta ver dibujitos de Mafalda haciéndole un guagüis a Felipe no sólo me parece patético; distrae del verdadero y real problema de niños siendo explotados.

Dibujos de personajes “menores de edad” (que ya ahí comienzan las idioteces; ¿cuál es la “edad” de un dibujo?) teniendo sexo no es pornografía infantil. Y tampoco deberían prohibirse por ninguna otra razón, y el motivo es muy sencillo: nadie ve sus derechos afectados cuando alguien produce o consume dichos dibujos.

Así de simple; que a muchos les parezca ofensivo o de mal gusto es otra cuestión. Lo importante es que nadie real es dañado por ello.

Les doy un ejemplo del otro lado; un chavo y una chava de 17 años deciden divertirse y se graban a sí mismos teniendo sexo. ¿Eso es pornografía infantil?

Por supuesto que sí es pornografía infantil. ¿Los chavos merecerían ir a la cárcel por eso? Por supuesto que no.

Es pornografía infantil (tiene que ser pornografía infantil), porque si permitimos que ese caso no lo sea, alguien será lo suficientemente perverso y ojete como para abusar ese resquicio legal y con ello dañar los derechos de alguien más. Si algún día llegara a las cortes un caso así, por supuesto que a los chavos no debería castigárseles con ninguna pena (ni siquiera administrativa, diría yo); pero debe quedar en las leyes estipulado como pornografía infantil.

Porque la idea de las leyes es proteger. Dibujitos de niños cogiendo realmente no dañan a nadie; entonces no hay ninguna razón para prohibirlos.

(Por supuesto, las mismas restricciones a menores de edad que aplican para pornografía “normal” deben aplicar para dibujitos de niños cogiendo).

Hace años encontré en la red un manga llamado “Please Teach Me”, donde ponen a mi querida Sakura Kinomoto (uno de mis personajes animados favoritos) haciendo cosas que hasta a mí me parecen depravadas.

Please Teach Me

Please Teach Me

¿Es pornografía? Oh sí, sin duda. No sólo eso, es bastante hard-core. ¿Es de mal gusto? Sin duda alguna muchos lo encontrarán de mal gusto y desagradable; a mí ciertamente me desconcierta ver a Sakurita, una adorable niña de 10 años, haciendo esas cosas. ¿Es pornografía infantil? Por supuesto que no.

Sakura, por más que quiera al personaje, no existe. Ningún niño o niña fue abusado para crear ese manga.

Platiqué con mi hermano abogado al respecto, y parece que aquí en México legalmente sí sería pornografía infantil, por un desmadre de “similaritud” o algo por el estilo. Pero está mal. Por mucho que pueda ofender a alguien, no daña los derechos de nadie. Si comenzamos a tener leyes para aplacar la moral de algunos, vamos a terminar en un infierno.

Por supuesto es letra muerta; nadie ha sido acusado o enjuiciado al respecto, que yo sepa. Pero (toda proporción guardada) igual que con la estúpida penalización del aborto, debe erradicarse.

Preocúpense de la gente que obliga a niños indefensos a tener sexo con extraños o entre ellos para crear verdadera pornografía infantil; preocúpense de esos niños reales. No pierdan el tiempo atacando a quien dibuja o le gusta ver dibujos de niños teniendo sexo.

Podrá parecerles de mal gusto, o asqueroso, o perverso o lo que ustedes quieran; pero nadie es realmente dañado por ello. Están en su derecho entonces de no ver ese tipo de dibujos, si no les gusta; pero no se metan con el derecho que tienen los que sí les gusta de hacer lo que quieran, si no dañan a nadie.

Y ahora hablo de terceros porque de verdad a mí no me gusta. Ya saben que yo defiendo la pornografía y admito sin problemas que me gusta verla (eso y que me gusta fumar mota y otras cosas más). Pero esto de verdad a mí no me gusta. No sé si llegaría tan lejos como para decir que me da asco o que me parece de mal gusto; pero sí me queda claro que no me gusta.

Pero también me queda claro que nadie ve sus derechos afectados por ello, y entonces creo que sí es derecho de que a quien le guste (por las razones que sea) pueda producirlo y/o consumirlo.

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No es lo mismo

No es lo mismo aterrizar la reforma energética, que aterrizar energéticamente en Reforma.

(No lo inventé yo; me lo contaron… pero me parece muy bueno).

En mí no hay lágrimas para traidores a la patria. Aunque, considerándolo mejor, Mouriño no era mexicano; así que el epíteto de traidor ni siquiera le queda. Pero, como siempre he dicho, el que alguien muera (no importa bajo qué circunstancias) no lo convierte automáticamente en héroe o santo; como ya algunos tarados quieren hacer del ex “secretario de gobernación”.

Mis más sentidos pésames a los inocentes que murieron en el avión y en tierra; ellos no tenían nada que ver en el asunto, ya fuera esto un accidente o un atentado. A lo mejor, cuando no esté tan ocupado, escribiré más al respecto; por ahora así lo voy a dejar.

Y como no tengo ni el tiempo ni el ánimo de estar lidiando con la bola que sin duda alguna querrá aventárseme encima porque se sentirá ofendida con lo que acabo de escribir, voy a hacer algo que nunca he hecho: voy a cerrar los comentarios en esta entrada.

Sólo quería dar mi opinión superficial respecto a esto; esta vez realmente no me interesa en lo más mínimo lo que los demás puedan pensar de dicha opinión.

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El triunfo de la razón

(En general no he escrito de política porque sigo esperando algo que no creo que pueda tardar mucho más en ocurrir, pero que no ha ocurrido… pero esto es suficientemente importante, e independiente de lo que estoy esperando que ocurra.)

Hoy la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ocho votos contra tres, dictaminó que la ley de despenalización del aborto en el DF es constitucional.

Yo dije esto hace año y medio:

“La despenalización del aborto es una victoria enorme sobre los sectores más retrógradas y bestiales de nuestra sociedad, que aprovechando la usurpación que hizo la derecha de la silla presidencial ha querido imponer su forma de pensar, demoliendo lo que con sangre nos ha costado a los mexicanos construir, desde los tiempos de Juárez.

Tratarán de echarla para atrás, sin duda; pero lo bueno con este tipo de conquistas es que es muy difícil que lo logren. Habrá que estar al pendiente, porque esta derecha histérica de verdad está enrachada queriendo imponer sus posiciones; pero dudo mucho que logren nada.”

Por suerte tuve razón. El idiota presidente de la SCJN, Guillermo Ortiz Mayagoitia, fue de los tres que votaron a favor del proyecto de inconstitucionalidad; pero sencillamente no podían echar para atrás la ley de despenalización del aborto en el DF. No sólo legalmente (como los ministros que votaron en contra del proyecto y muchos otros más han venido justificando desde hace meses), sino políticamente y como simple y sencilla cuestión de progreso y racionalismo.

Hoy triunfó la razón en un derecho fundamental de las mujeres, triunfó el estado laico, y triunfó la equidad de género. Estoy seguro de que después de esto seguirán muchos estados de la República en aprobar leyes semejantes de despenalización del aborto, y aquí en el DF podemos comenzar a pensar en incluso aumentar el número de semanas en que las mujeres podrán decidir libremente si terminan o no un embarazo. Y a futuro hay que ir planeando en que se reconozca a nivel federal el derecho de la mujer a decidir lo que ocurre con su cuerpo.

Pero por mientras, aquí al DF pueden venir todas las mujeres de la República que quieran terminar de forma legal su embarazo, y con el conocimiento de que el procedimiento lo realizarán doctores preparados en las condiciones sanitarias necesarias.

Y a todos los idiotas que quieren imponer su moral sobre los demás, que no les importa los derechos de las mujeres y que se escudan en una patética pancarta de “el derecho a vivir”, cuando lo que realmente les importa es su hipócrita moral, sólo les digo esto:

Se chingan.

Viven en un estado laico; sus creencias morales y religiosas no nos importan un comino al momento de decidir las leyes que nos gobiernan a todos. Si no quieren abortar, no lo hagan; pero no se metan con el derecho (ahora) legal de las mujeres en la Ciudad de México a hacerlo.

Es por este tipo de cosas que gente como yo vota por gobiernos de izquierda. Por patéticos e idiotas que puedan ser a veces los partidos políticos de izquierda en México, para mí es obvia y fundamental la diferencia que tienen con los demás.

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Culpa

La culpa nada más no se me da. No sé si sea porque soy ateo, o porque mis padres jamás nos metieron en la cabeza todas esas mierdas de “miedo a dios”, o a las drogas, o al sexo, o a nada por el estilo, pero el punto es que la culpa no se me da.

A pesar de que acepto que me cuesta, sí reconozco cuando cometo errores; pero en esos casos no me siento culpable. Trato de repararlos, si puedo, de disculparme, si debo, y de no repetirlos. Pero sentirme culpable nada más no, no es lo mío.

Y claro, mucho tiene que ver con que creo que la culpa es un sentimiento pendejísimo. De verdad no creo que haya nada más inútil que la culpa; es estúpido (y ligeramente irresponsable) sentirse culpable si uno no va a hacer nada respecto a alguna equivocación; y si sí vas a hacer algo al respecto, entonces ve y hazlo en lugar de sentirte culpable.

Por supuesto, con “hacer algo” me refiero a cuando hayas afectado a alguien más. Sentirte culpable por algo que no afecta a nadie más (digamos, masturbarse), de plano para mí raya en lo retrasado mental.

Que es una de las razones por las que las religiones abrahámicas me parecen idiotas; suelen fomentar que la gente se sienta culpable respecto a cosas que no tendrían por qué. Como masturbarse, en particular; que como todo mundo sabe es lo más normal del mundo.

Así que no, la culpa nada más no se me da.

Y me alegro.

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Y de verdad hay quien las defiende

Hace unos pocos años me enteré de la existencia de la Flat Earth Society, que (contrario a lo que pudiera pensarse) sostiene que la Tierra es plana.

De verdad.

Durante mucho tiempo creí que era una bola de bromistas; pero no, hay gente que en verdad cree que la Tierra es plana. Tienen diagramas y toda la cosa para “demostrarlo”.

Hoy me enteré de la Teoría de la Tierra en Expansión (al menos ellos tienen la decencia de decirle “teoría”), que sostiene que la Tierra se ha ido expandiendo a lo largo de su existencia.

Neal Adams (así fue como oí de la dichosa teoría), un gran dibujante de comics, es de los que defienden esa idea.

Durante unos minutos me quedé en shock… pero luego pensé que hay un chingo de gente que todavía cree que la Virgen se le apareció a Juan Diego, o que Moisés abrió el Mar Rojo. O en fantasmas y chaneques.

No sé si eso me hizo sentirme mejor o peor.

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